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definición:
transmisión:
al tocar o entrar en contacto con heces (o cacas) de gato infectadas. Los gat
os pueden contraer la infección al comer roedores, aves u otros animales de tam
año reducido infectados
al ingerir carne cruda o poco cocida de animales infectados (sobre todo de co
rdero, cerdo o venado)
al ingerir frutas, verduras u hortalizas crudas y no lavadas, que han entrado e
n contacto con el estiércol
al nacer infectado por la enfermedad (una mujer con una infección por toxopla
smosis puede trasmitir el parásito al feto a través del torrente sanguíneo)
al ingerir (o tragar) los huevos del parásito sin saberlo, que se pueden quedar
en las manos después de tocar la tierra sin llevar guantes o de manipular alime
ntos no cocinados ni lavados
al beber agua contaminada
A pesar de que esta infección normalmente no se contagia de una persona a otra, excl
uyendo los casos de trasmisión materno-fetal, en contadas ocasiones, la toxoplasmosis
puede contaminar las transfusiones de sangre y los órganos donados para hacer traspl
antes.
Actualmente se sabe que la embarazada puede transmitirrlo verticalmente (por vía trans
placentaria) una sola vez en su vida fértil, mientras adquiera la enfermedad durante la
gestación.
prevención:
riesgo:
El riesgo es de 2-5% con un aumento variable de la transmisión vertical según los trim
estres: 15-25% para el primero, 30-50% durante del segundo y 65-80% para el tercero.
En la Argentina el riesgo de primoinfección es de 1/200 embarazos con ceroprevalencia
materna del 55% y congénita del 3% para la ciudad de buenos aires.
Las mujeres en edad de procrear y vpírgenes de enfedad deberán mantenerse en esta
do de alerta porque están expuestas a la primoinfección gestacional.
tratamiento:
Sus objetivos residen en disminuir la transmisión verical, evitar el aborto y los defectos
congenitos del recién nacido y reducir el riesgo de infección ocular.
1- Pirimetamina
2- Sulfadiazina
3- Ácido folínico
SIFILIS
La sífilis es una enfermedad infecciosa de curso crónico, transmitida principalmente por
contacto sexual, producida por la espiroqueta Treponema pallidum, subespecie pallidu
m(pronunciado pál lidum). Sus manifestaciones clínicas son de características e intensid
ad fluctuantes, apareciendo y desapareciendo en las distintas etapas de la enfermedad:
úlceras en los órganos sexuales y manchas rojas en el cuerpo. Produce lesiones en e
l sistema nervioso y en el aparato circulatorio. Existe en todo el mundo y se ha descrit
o desde hace siglos.
clasificación:
Tras un período de incubación de entre dos y seis semanas la sífilis transcurre por cua
tro etapas clínicas de límites difusos: primaria, secundaria, latente y terciaria.
Sífilis primaria
Sífilis secundaria
Sífilis latente
La sífilis latente se caracteriza por una serología positiva sin síntomas ni signos. Se div
ide en dos partes: sífilis latente temprana y sífilis latente tardía, dependiendo de si el ti
empo de presencia de la enfermedad es menor o mayor a dos años respectivamente.
Si el tiempo de la enfermedad se desconoce, se trata como un a sífilis latente tardía.
Sífilis terciaria
En la tercera fase (llamada también fase final), entre uno y veinte años después del inicio d
e la infección, la sífilis se vuelve a despertar para atacar directamente al sistema nervioso o
algún órgano.
En esta fase se producen los problemas más serios y puede llegar a provocar la muerte. Al
gunos de los problemas son:
Trastornos oculares, cardiopatías, lesiones cerebrales, lesiones en la médula espinal, pérdida
de coordinación de las extremidades, aneurisma sifilítico o luético, goma sifilítico o sifiloma.
Aunque un tratamiento con penicilina puede matar la bacteria, el daño que haya hecho en
el cuerpo podría ser irreversible.
Sífilis congénita
Los bebés de las mujeres con sífilis pueden infectarse mediante la placenta o durante
el parto. La mayoría de los recién nacidos con sífilis congénita no presentan síntomas,
aunque en algunos casos se puede presentar una erupción cutánea en las palmas de l
as manos y las plantas de los pies. Entre los síntomas posteriores se incluyen sordera,
deformidades en los dientes y nariz en silla de montar (cuando colapsa el puente nas
al).
Si la mujer embarazada tiene esta bacteria en su sangre puede pasar al feto, a través
de la placenta o a través del canal de parto. La mayor parte de las mujeres con sífilis
de menos de un año de duración transmitirán la infección al niño.
diagnóstico:
Antes de la aparición de las pruebas serológicas, el diagnóstico preciso era imposible.
De hecho, se la llamaba «la gran imitadora» ya que ―en la fase primaria y secundaria
― sus síntomas pueden confundirse fácilmente con los de otras enfermedades, haciend
o que el sujeto le reste importancia y no acuda al médico.
Las enbarazadas en su control prenatal deben ser evaluadas para las enfermedades infe
cciosas de acuerdo a la ley (sífilis, chagas, etc); la serología debe realizarse tanto en el
1° como en el 3 °trimestre del embarazo con pruebas no treponémicas que detectan a
nticuerpos anticardiolipina, VDRL o la RPR (reagina plasmática rápida) cualitativas y cuan
titativas. en caso de reactividad se confirmará el diagnóstico con métodos treponémicos
osea que detectan anticuerpos epecíficos contra el treponema pallidum como la Fta-a
bs (prueba de inmunofluorescencia), aglutinación de particulas (TP-PA) o microaglutinaci
ón (MHA-TP), en tanto que para el seguimiento clínico del tratamiento de sífilis se utili
zaran solo pruebas no treponémicas.
Dado que es una ETS con alta repercusión para el neonato y puede generar reinfeccio
nes en la mujer embarazada, se toma mandatorio realizar serología para sífilis al cmpa
ñero sexual para determinar su condición frente a esta ptología.
tratamiento en el embarazo:
Tener sífilis durante el embarazo también puede causar problemas para su bebé despu
és de nacer, incluyendo la muerte neonatal y serias condiciones de salud de por vida.
La muerte neonatal sucede cuando el bebé muere en los primeros 28 días de vida.
El nacimiento sin vida y la muerte neonatal son más probables que le ocurran a su be
bé si usted tiene sífilis y no se hace el tratamiento.
La sífilis congénita puede llegar a presentar varios síntomas de extrema gravedad, pero
éstos podrían no hacerse notar inmediatamente. Los bebés que nacen padeciendo sífil
is congénita podrían no llegar a presentar ninguna clase de síntomas hasta cumplir los
ochos meses de vida
.
Los bebés infectados con la bacteria de la sífilis -por lo general- experimentan erupcion
es cutáneas, o pequeñas áreas irritadas y adoloridas en su cuerpo. Si su bebé estuvier
a infectado -probablemente- el aspecto de su piel sería amarillento (ictericia), su naricita
sangraría con mucha frecuencia, sus brazos y sus piernas estarían inflamados, y pres
entaría puntos o manchas pegajosas en su boca.
Su bebé también podría tener un llanto muy débil o parecido al relincho de un caballo.
Los bebés infectados con esta enfermedad también podrían llegar a padecer anemia o
contraer neumonía durante los primeros años de su vida.
Si su bebé no fuera tratado adecuadamente para curar su sífilis; la falta de tratamiento
podría acarrearle problemas físicos realmente muy graves. La sífilis crónica podría caus
ar daños serios en el sistema óseo de su bebé, en sus dientes, en su visión, en sus o
ídos, y en su desarrollo mental.
Su bebé podría sufrir apoplejías, experimentar retraso mental o crecimiento físico defici
ente. El 12% de los bebés recién nacidos infectados con sífilis congénita, eventualment
e mueren a causa de esta enfermedad.
Hepatitis virales:
clasificación:
La inflamación hepática o hepatitis tiene causas diversas tanto infecciosas como no infe
cciosas. Entre estas últimas, se encuentran el alcoholismo, el consumo de drogas, la in
toxicación química o por fármacos y las enfermedades autoinmunes. Entre las primeras,
cabe destacar la etiología viral que es la causa de, al menos, la mitad de todas las h
epatitis mundiales. Se han descrito distintos virus con tropismo primario por el tejido he
pático. Estos microorganismos se han ido nombrando sucesivamente con las letras del
abecedario: A, B, C, D, E y G.
Existen otros virus causantes de hepatitis como el Citomegalovirus, el virus de Epstein
Barr, virus del herpes simple, virus de la fiebre amarilla y el Parvovirus B19. Estos viru
s, sin embargo, no afectan al hígado de manera exclusiva y específica, sino que puede
n afectar también a otros órganos o sistemas
VIRUS DE LA HEPATITIS A (VHA) Y GESTACIÓN:
A pesar de ser una de las causas más frecuentes de hepatitis en la población general,
es poco frecuente durante la gestación, además no hay evidencias que apoyen la exist
encia de un mayor riesgo de complicaciones graves, como el daño hepático fulminante.
• Transmisión vertical (TV): La transmisión vertical hace referencia a la transmisión de l
a madre al feto. A pesar de que se ha descrito que el virus es capaz de atravesar la p
lacenta, no se ha demostrado infección clínica en recién nacidos de madres con enfer
medad activa, independientemente del trimestre de la infección, la vía del parto o la ma
ntención de la lactancia materna. Por lo tanto podemos decir que no existe transmisión
vertical del virus de la hepatitis A.
• Transmisión vertical (TV): La transmisión vertical es posible tanto en los casos de hep
atitis aguda, como crónica. En los casos de hepatitis aguda es más frecuente si la infe
cción es adquirida en el tercer trimestre del embarazo, alcanzando cifras de hasta el 8
0-90% en comparación con el 10% si la infección es adquirida en el primer trimestre. E
l periodo de mayor riesgo de transmisión vertical ocurre durante el parto y menor duran
te el embarazo.
La infección por VHD no ha demostrado ser más grave que en pacientes no embaraza
das, sin embargo esta infección debe tenerse en cuenta en una mujer embarazada con
diagnóstico de VHB aguda o crónica que presenta una reagudización del cuadro clínic
o.
• Transmisión vertical (TV): No se ha descrito la transmisión vertical por lo que los hijo
s de portadoras del VHD no requieren la realización de exámenes con este fin, a meno
s que se asocie a VHB. La lactancia materna no está contraindicada. La transmisión m
aternofetal del VHD es excepcional y puede evitarse con la inmunoprofilaxis para el VH
B en el neonato, recordar que si no hay VHB no es posible que haya VHD
A nivel mundial se estima que existen unos 350 millones de portadores crónicos del vir
us de la hepatitis B (VHB). La infección crónica por VHB es responsable de entre 5000
00 y 700000 muertes anuales debidas a cirrosis hepática y carcinoma hepatocelular (cá
ncer hepático). España se considera una zona de prevalencia intermedia, con aproxima
damente un 2% de la población infectada. La prevalencia en mujeres en edad reproduc
tiva ha descendido de forma significativa con la introducción de la vacunación sistemáti
ca universal en la década de los 90. Aunque la aparición de población inmigrante proc
edente de áreas de alta prevalencia ha hecho aumentar la presencia de infección cróni
ca por VHB en nuestro medio.
La mayor parte de casos de infección crónica por VHB son asintomáticos. En ocasione
s pueden aparecer síntomas inespecíficos como fatiga o molestias en hipocondrio derec
ho. En casos evolucionados de alteración de la función hepática o cirrosis, afortunadam
ente poco frecuente entre la población gestante, puede aparecer ictericia o signos de h
epatopatía crónica (arañas vasculares, eritema palmar, aumento del tamaño del bazo).
En caso de reactivación de una hepatitis crónica, las manifestaciones clínicas son simil
ares a una hepatitis aguda, con aumento de las transaminasas (enzimas hepáticas) y a
umento de la cantidad de virus en sangre. Ante clínica de reactivación se debe tener e
n cuenta también la posibilidad de sobreinfección por virus de hepatitis delta (VHD).
A toda gestante se realizará una analítica para conocer su estado en relación con la in
fección por VHB antes del parto, para poder aplicar las medidas adecuadas de prevenc
ión de transmisión vertical. Por lo que, se recomienda la realización de esta analítica id
ealmente en el primer trimestre.
Toda gestante diagnosticada de infección crónica por VHB debe ser remitida a una uni
dad especializada para manejo específico de estas gestantes. En esa consulta se hará
una valoración de la actividad y la fase evolutiva de la infección y se planificará el seg
uimiento de la gestante. En función de la actividad, la presencia de complicaciones co
mo cirrosishepática o con riesgo de reactivación por alguna enfermedad de base, el es
pecialista decidirá si la gestante debe recibir tratamiento específico con medicamentos a
ntivirales.
La infección crónica por VHB no debe modificar la vía prevista del parto. Se recomiend
a evitar procedimientos invasivos durante el parto.
El recién nacido deberá tener sus controles habituales y a los 9 meses habitualmente s
e realiza una analítica para comprobar la ausencia de transmisión vertical.
La infección crónica por VHB no contraindica el embarazo y en los casos en los que la
paciente esté en tratamiento para esta infección, generalmente no se recomienda su s
uspensión ni por deseo gestacional, ni una vez quede embarazada, lo que si se puede
hacer es cambiar, si es necesario, a tratamientos que han demostrado ser seguros dur
ante la gestación. En casos de cirrosis hepática o insuficiencia hepática avanzada, se d
esaconseja la gestación por los riesgos que conlleva.
La posibilidad de cronificación del VHC a diferencia de lo que sucede con el VHB pued
e llegar al 55-85% de los casos. El 20% de las infecciones crónicas por VHC pueden
evolucionar a cirrosis, siendo actualmente en Europa la principal causa de cirrosis hepá
tica.
El riesgo de transmisión vertical en las gestantes con infección por VHC es cercano al
2%, sin embargo en las que además presentan infección por VIH esta posibilidad aume
nta hasta el 15-20%. La transmisión es principlamente periparto. Se sabe que la posibili
dad de transmisión es mayor cuando se detecta virus en la sangre de la madre, cuand
o existe ruptura prematura de membranas y si se realizan procedimientos invasivos dur
ante el parto, además de la coinfección por VIH que ya se ha mencionado.
Toda gestante diagnosticada de infección crónica por VHC debe ser remitida a una uni
dad especializada para manejo específico de estas gestantes. En esa consulta se hará
una valoración de la actividad y la fase evolutiva de la enfermedad y se planificará el s
eguimiento de la gestante. No existe mayor riesgo de complicaciones materno-fetales e
n las personas infectadas por el VHC. Habitualmente en el 2º y 3º trimestre de la gest
ación los niveles de transaminasas disminuyen, mientras la carga viral (cantidad de viru
s en sangre) aumenta. En el postparto generalmente las transaminasas suben y dismin
uye la carga viral.
La infección crónica por VHC no contraindica el embarazo pero si deben conocer el rie
sgo de transmisión perinatal y que en la actualidad no se disponen de medidas eficace
s para evitar dicho contagio.
definición:
Se define como la presencia de síntomas y signos sugerentes asociado a invasión y m
ultiplicación en la vía urinaria de organismos patógenos (especialmente bacterias).
Una infección del tracto urinario (ITU), también llamada infección de la ve
jiga, es una inflamación bacteriana en el tracto urinario. Las mujeres embara
zadas están en mayor riesgo de ITU’s empezando desde la semana 6 hasta
la semana 24 .
Llamamos de infección urinaria cualquier infección que afecta a los riñones, vejiga y/o
uretra. La infección en los riñones se llama pielonefritis, la infección de la vejiga se lla
ma cistitis
Nuestro tracto urinario es normalmente estéril, es decir, no contiene gérmenes. Sin emb
argo, algunas personas pueden tener bacterias detectables en el examen de orina, lo q
ue llama bacteriuria, sin necesariamente indicar una infección urinaria. La presencia de
bacterias en la orina sin la ocurrencia de síntomas de infección urinaria se denomina b
acteriuria asintomática. En la mayoría de las personas, la bacteriuria asintomática no tie
ne ninguna relevancia clínica y no necesita ser tratada. Sin embargo, el embarazo es u
na de las pocas excepciones a esta regla.
Las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de desarrollar infección urinaria cuan
do presentan bacteriuria. Los cambios hormonales y en los músculos de los órganos ur
inarios favorecen el reflujo de la orina y la dilatación de los uréteres, hechos que aume
ntan el riesgo de bacterias de la vejiga llegar a los riñones, causando pielonefritis.
Signos y síntomas:
CISTITIS EN EL EMBARAZO
La cistitis, infección de la vejiga, ocurre en aproximadamente 1 a 2% de las mujeres e
mbarazadas. Como el riesgo de ascensión de las bacterias hacia a los riñones es may
or en las mujeres embarazadas, la cistitis de las embarazadas es considerado un cuadr
o más grave que la cistitis de las mujeres no embarazadas.
La cistitis en el embarazo es causada por las mismas bacterias de la cistitis, con espec
ial énfasis para la bacteria E. coli. El mecanismo de contaminación del tracto urinario
por bacterias es similar al que ocurre en mujeres no embarazadas, con el agravante de
que la ampliación del útero dificulta el vaciamiento de la vejiga, favoreciendo la acumu
lación de la orina más de lo habitual, lo que aumenta el riesgo de multiplicación de las
bacterias.
Así como la cistitis, la pielonefritis es causada generalmente por la bacteria E.coli. Com
o ya se ha explicado, los cambios hormonales y físicos del embarazo favorecen el asc
enso de bacterias desde la vejiga a los riñones, causando la infección de los mismos.
La pielonefritis es una infección mucho más severa que la cistitis y puede causar sepsi
s severa con hipoperfusión e insuficiencia respiratoria.
tratamiento:
Toda embarazada debe hacer un cultivo de orina en la primera visita al obstetra o entr
e 12 y 16 semanas de gestación. También es común el obstetra solicitar nuevamente e
l cultivo de orina en el tercer trimestre.
Todas las mujeres embarazadas con cultivo de orina positivo deben ser tratadas con a
ntibióticos, teniendo síntomas o no. En las mujeres embarazadas, la bacteriuria asintom
ática es vista como una cistitis.
Nitrofurantoína (Macrodantina®) (100 mg por vía oral cada 12 horas durante 5-7 días).
Amoxicilina (500 mg por vía oral cada 8 ó 12 horas durante 3-7 días).
Amoxicilina-clavulánico (500 mg por vía oral cada 12 horas durante 3-7 días).
Cefalexina (500 mg por vía oral cada 6 horas durante 3-7 días).
Fosfomicina (3 g por vía oral en una única dosis ).
Una semana después del final del tratamiento debe repetirse el cultivo de orina para co
nfirmar la eliminación de bacterias. Si el urocultivo es positivo, el tratamiento debe repe
tirse, de esta vez por más tiempo.
Pacientes con más de dos episodios de bacteriuria durante el embarazo pueden benefi
ciarse del tratamiento profiláctico con macrodantina, una píldora de 100 mg al día, hast
a el final del embarazo.
En mujeres con antecedentes de cistitis recurrente antes del embarazo, también puede
utilizarse antibióticos profilácticos. En mujeres con aumento de la incidencia de cistitis tr
as las relaciones sexuales, se indica una dosis de antibióticos como medida profiláctica
después del coito.
b) Pielonefritis
Basado en el riesgo creciente de complicaciones en el embarazo, la pielonefritis ha sid
o tratada tradicionalmente con hospitalización y antibióticos por vía intravenosa hasta q
ue la paciente esté asintomática y sin fiebre durante al menos 48 horas. Después de e
ste período la paciente puede tener alta hospitalaria con antibióticos orales para compl
etar 14 días de tratamiento.
Usted puede hacer todo lo correcto y aún experimentan una infección del tracto urinario, pero
puede reducir la probabilidad haciendo lo siguiente:
Beba 6 á 8 vasos de agua cada día y jugo de arándano sin azúcar con regularidad
Eliminar los alimentos refinados, jugos de frutas, la cafeína, el alcohol y el azúcar
Tomar vitamina C (250 a 500 mg), Beta – caroteno (25.000 a 50.000 UI por día) y Zin
c (30-50 mg por día) para ayudar a combatir la infección
Desarrollar el hábito de orinar tan pronto como se sintió la necesidad y vaciar completa
mente la vejiga al orinar
Orinar antes y después de las relaciones sexuales
Evite las relaciones sexuales mientras está en tratamiento para una ITU
Después de orinar, secarse (no frote), y mantener su área genital limpia. Asegúrese de
que usted se limpia desde el frente hacia atras
Evite el uso de jabones fuertes, duchas vaginales, cremas antisépticas, aerosoles de hi
giene femenina, y polvos
Cambiese la ropa interior y pantimedias todos los días
Evite el uso de pantalones ajustados
Use ropa interior de algodón o ropa interior y medias con la entrepierna de algodón
No se sumerja en la bañera por más de 30 minutos o más de dos veces al día
bibliografía
Sífilis
toxoplasmosis
CEPEN Comité Nacional de Estudios Fetoneonatales. SAP - Sociedad Argentina
de Pediatra. Infecciones Perinatales. Guía para neonatólogos y pediatras. fundasa
p ediciones.2005.