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xv.

La relatividad del bien y el mal

1. El bien y el mal: conceptos que ma integración vital de elementos y procesos fue


surgen en un mundo en formación factible sólo en pequeñas unidades estrictamen-
te aisladas del mundo circundante. La separa-
La armonización, esa actividad creadora ción de estas entidades vivas u organismos, que
que impregna el universo, es la fuente primaria pronto llegaron a competir entre sí por espacio y
de la moralidad, así como de la vida y todas sus fuentes de energía, introdujo un tipo de conflic-
otras manifestaciones, incluyendo la sociedad, to que había estado ausente de la Tierra sin vida.
el conocimiento y el arte. A este principio cons- La bondad superior de la vida con respecto a la
tructivo le debemos todo el orden y armonía que materia inorgánica, trajo mucho mal al mundo.
revela el universo. La moralidad es, sobre todo, De modo que en cada criatura reconocemos no
el esfuerzo por ordenar los constituyentes del sólo bondad sino también una limitación de la
mundo en un sistema armónico que excluya el bondad, a la cual llamamos "mal". La esencia
conflicto y la discordia pero que admita el con- del problema moral es cómo expandir el sistema
traste, el cual eleva el sentimiento y enfatiza el de relaciones armónicas echando atrás el mar-
sentido. Este proceso empezó en nuestro plane- gen de conflicto.
ta mucho antes del advenimiento de animales ra- Así, el esfuerzo moral es un fenómeno de
cionales capaces de usar la deliberación, la pre- un mundo en proceso de formación. En el caos
visión y la elección inteligente para hacer avan- extremo, si pudiera uno imaginar tal condición,
zar este objetivo. La ética concierne únicamente no podría haber ni bien ni mal, pues éstos surgen
a esa parte del proceso en que estas cualidades únicamente con referencia a un orden definido, y
mentales se despliegan, pues esas son las carac- especialmente uno que genere propósitos e inte-
terísticas distintivas de la moralidad en el senti- reses, los cuales, tal como los conocemos, son
do estricto del término. Pero la moralidad, defi- propiedades de seres con cierto grado de cohe-
nida así, sólo es una fase tardía de un movimien- rencia y organización. Si una mente inteligente
to que empezó en nuestro planeta antes de que con propósitos determinados pudiera de alguna
surgiera la vida y antes de que ganara ímpetu manera surgir en medio del caos, no encontraría
con la evolución de los seres organizados. El ningún soporte para sus propósitos, e incluso su
mundo entero está activado por un principio mo- existencia sería momentánea. La inteligencia só-
ral, sin el cual nuestros esfuerzos por promover lo puede existir en un ambiente con algún grado
la armonía serían improductivos. de orden, y los propósitos difícilmente pueden
La vida estuvo desde el principio asociada realizarse en ausencia total de soportes externos.
con una intensificación de la armonización --el De allí que el juicio de un ser tal -mientras sen-
principio moral- dado que surgió a partir de una tía su brillo momentáneo de consciencia en me-
integración íntima de elementos heterogéneos dio del caos y antes de expirar- hubiera sido
que ya existían en la Tierra inerte. Pero esta ínti- que su mundo era totalmente malvado, pues en

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVIII (95-96), 223-230, 2000


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todas partes vio discordia y en ninguna armonía y ral pertenece a un mundo que contiene entidades
orden. Pero el mal mismo sería extinguido junto que todavía no han sido armonizadas en un pa-
con su propósito, que allí no podría sustentarse. trón comprehensivo. Las entidades mismas sur-
No puede haber, por lo tanto, un mal absoluto; gieron en maneras que se nos hacen oscuras y en
pues el mal sólo puede reconocerse por su con- mucho fuera de nuestro control. Pero el proceso
traste con algún orden de bondad, cuya existencia de armonización está, en algunos puntos, sujeto a
es incompatible con una discordia ilimitada. Pero nuestra influencia; y en el ejercicio de esta habi-
el caos extremo sería lo que quedaría si se extin- lidad podemos --de una manera modesta- coo-
guiera toda bondad. Al aumentar el mal, el mun- perar con la energía creadora en la conversión de
do se mueve hacia el caos; pero si el desorden lle- la discordia en orden. El esfuerzo moral es el
gara a ser total, no habría ni bien ni mal. campo en que los seres humanos pueden más efi-
Lo opuesto del caos sería un mundo im- cazmente contribuir con el proceso de creación.
pregnado hasta su último átomo o electrón por
una armonía y un orden perfectos, en el cual nin-
gún propósito se viera frustrado, ninguna espe- 2. La bondad de las cosas vivientes
ranza irreal izada, y donde en ningún lugar persis-
tiera la oposición o el conflicto. En un mundo tal, La primacía de la obligación moral por pre-
no reconoceríamos mal alguno; pero con la desa- servar la vida en todas sus formas surge del he-
parición de la discordia, seguramente también cho de que el ser viviente más insignificante re-
perderíamos el concepto de su opuesto, la bon- presenta un logro de la armonización más allá
dad -a no ser que lo retuviéramos como una dé- del alcance de nuestras habilidades creadoras.
bil memoria de una fase anterior del proceso del La mera presencia de la vida no sólo señala ha-
mundo--. Con la resolución del último conflicto, cia la existencia de la armonía o la bondad en to-
la mitigación del último dolor, el desfallecimien- das las criaturas; asimismo, cierta medida de
to del último motivo para el mejoramiento, el es- bondad es revelada por todas las actividades de
fuerzo moral se desvanecería en su propia reali- los seres vivos, incluso las de aquellos que con-
zación. La moralidad siempre se interesa por la sideramos los más malvados; pues ningún orga-
elección entre el peor y el mejor camino, o entre nismo puede moverse o actuar si no es por esa
el mejor y el óptimo; y donde todo fuera perfec- coordinación armónica entre sus complejas par-
to ya no habría más elecciones. Es dudoso que la tes, lo cual es una manifestación de la bondad.
concordia perfecta sea compatible con la vida, la Más aún, es posible reconocer elementos de mo-
cual, del lado fisiológico, es un proceso de ajus- ralidad, en el sentido convencional del término,
te continuo. Con toda certeza, vivir tal como lo incluso en la conducta de los más réprobos cri-
conocemos perdería algo de su sabor en ese plá- minales. Podemos tomar como ejemplo el ladrón
cido cielo. Sin embargo, tal como supusieron que difiere su entrada a una tienda hasta que un
Platón y Plotino, las inteligencias pueden existir policía se haya alejado. Negarse gratificaciones
para contemplar y encontrar deleite ante el pano- inmediatas por ventajas más comprehensivas o
rama de la perfección estática infinita. duraderas en el futuro, es una expresión de pru-
Nos ha llegado a parecer que el esfuerzo dencia, una de las virtudes morales ampliamente
moral pertenece a un mundo en transición, en lu- reconocidas. El ladrón difiere la realización de
cha, en una etapa intermedia entre el desorden to- su deseo de poseer los bienes presentes en la
tal y la perfección acabada. "Bueno" y "malo" - ventana de la tienda para incrementar la probabi-
tal como debemos aplicar estos adjetivos a las lidad de escapar con ellos y poder disfrutarlos;
cosas y situaciones que nos rodean- son térmi- mientras que una persona totalmente corrupta o
nos relativos que no designan ni una armonía ni inmoral realizaría sus impulsos inmediata y de-
una discordia absolutas, sino que significan, res- sinhibidamente, actuando sin consideración al-
pectivamente, un paso adelante hacia la perfec- guna por las consecuencias y sin pensar por un
ción y un retroceso hacia el caos. El esfuerzo mo- momento en su futuro.
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Por más reprensible que sea su desinterés mo la conocemos en este planeta, implica con-
por los derechos y sentimientos de los otros, el flictos en los que otros seres se ven frustrados,
ladrón desea preservar de la interferencia de los perjudicados o destruidos. El comportamiento
guardianes de la ley la armonía que ha logrado de la mayoría de seres vivientes, desde los or-
infundirle a su pobre y desordenada vida. Quizá ganismos unicelulares más simples hasta el hu-
pretende compartir su botín con algún compin- mano de ideales éticos más exaltados, parece
che, o usar sus ganancias ilícitas para comprar- caer en algún lugar entre los dos polos de mal-
le alimentos y vestidos a su familia. Con esto dad extrema y bondad perfecta. Este carácter
prueba que puede establecer, al menos por un mixto de las personas y cosas con las que debe-
momento, relaciones amigables con alguna otra mos tratar es una fuente de infinito desconcier-
persona, o con unas pocas, incluso si es incapaz to y de muchos apuros. ¡Cuánto no simplifica-
de adecuarse a la más amplia armonía de la so- ría nuestro trato hacia ellas si pudiéramos clasi-
ciedad. El endurecido forajido que durante ficarlas como totalmente buenas o extremada-
años aterroriza un distrito y desafía a una fuer- mente malas! ¡Y cuánto más cómodos nos sen-
za policial bien organizada no puede estar total- tiríamos si estuviéramos seguros de no tener na-
mente desprovisto de moralidad; pues su modo da en común con quienes nos llenan de una
de vida difícilmente sería posible sin una pe- aversión inefable!
queña porción de previsión, prudencia, consis- Espontáneamente designamos como "bue-
tencia, y la habilidad de soportar incomodida- no" todo lo que haga progresar nuestros propó-
des y privaciones voluntarias para poder alcan- sitos, que incremente nuestro sentimiento de se-
zar un objetivo deseado, todas las cuales son guridad, o que nos dé placer. Muy a menudo ol-
cualidades de alguna importancia moral. Sin vidamos que esta valoración carece de validez
embargo, incluso si sus principios éticos son absoluta, y que es relativa a intereses y puntos
completamente egoístas, no logrará lo que bus- de vista particulares. El mismo acto que nos
ca; pues la vida social ofrece muchas ventajas brinda satisfacción o placer puede causarle do-
y variadas fuentes de placer que el solitario lor o pérdidas a otro ser, el cual calificaría como
malhechor no puede experimentar y probable- "malvada" la misma cosa que nosotros llama-
mente ni siquiera puede imaginar. mos "buena". Un tercero, viendo imparcialmen-
Mientras que en provecho de la precisión te el asunto, encontraría difícil decidir cuál de
científica debemos admitir el hecho -sin duda estas dos caracterizaciones opuestas del mismo
desagradable para todos cuyos ideales son ele- evento es más válida. Aquello que sea total o ab-
vados y puros- de que incluso aquellos que solutamente bueno no causaría dolor ni angustia
cometen los crímenes más horribles no siempre en ninguna parte, de modo que no podría haber
están completamente desprovistos de morali- juicio alguno que contradijera a aquel que lo lla-
dad y bondad, de la misma manera debemos re- mó "bueno". En el mundo real, de incontables
conocer límites en la bondad de las personas intereses en conflicto o delicadamente equilibra-
que reverenciamos como más nobles y mejores. dos, es difícil señalar algún suceso que no cause
Así como una conducta absolutamente malvada infelicidad o pérdidas a algún ser en alguna par-
no presentaría coordinación de ninguna clase y te. Por lo tanto, tal como los usamos en el habla
ningún interés incluso por el propio futuro in- cotidiana, "bueno" y "malo" son términos rela-
mediato, una conducta absolutamente buena no tivos, carentes de validez absoluta. Esto no quie-
causaría dolor ni pérdidas a ningún ser de nin- re decir, sin embargo, que sean términos equiva-
gún tipo, a cualquier distancia que esté del lentes o sin significado, pues frecuentemente de-
agente. Maldad extrema quiere decir desorden notan diferencias cuantitativas. La ética, como
total; bondad perfecta significa armonía univer- la matemática, trata sobre el más y el menos; pe-
sal. Ambas son incompatibles con el manteni- ro, desafortunadamente, es incapaz de asignar
miento de la vida animal, que surge a partir del valores numéricos precisos a los elementos con
orden y la armonía y que, sin embargo, tal co- los que trata.
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3. Intentos de separar absolutamente cerca que la nuestra del estado primitivo, en el


a la humanidad cual los clubes masculinos tenían prioridad so-
bre el hogar y la familia, y los vínculos entre
La historia de las culturas humanas revela guerreros y amigos eran más sagrados que en-
la gradual sustitución de unos patrones de con- tre marido y esposa. El hombre "magnánimo"
ducta y unos ideales morales por otros de ma- de Aristóteles gastaba pródigamente su dinero
yor amplitud y más elevada visión. Si analiza- para ganar honor y prestigio, caminaba con un
mos algunos conceptos morales en expansión, paso lento y soberbio, hablaba con una voz pro-
descubrimos que comparados con los preceden- funda y uniforme, se tomaba muy pocas cosas
tes todos son loables, pero en muchos aspectos en serio y no era probable que pudiera ser apu-
son deplorables si los comparamos con los que rado, y era majestuoso con personas de alto
les siguieron. El hombre primitivo tuvo un có- rango y modesto con aquellos de rangos infe-
digo de moral doble: con los miembros de su riores-. Esta actitud y este uso de la riqueza pa-
propio clan o tribu practicó la "ley de la amis- ra adquirir status les son familiares al estudio-
tad", y con el resto del mundo una ley opuesta so de las sociedades tribales, y serían condena-
"de enemistad". Aparentemente hubo un tiempo das por cualquier moralista imbuido en las tra-
en el que los hombres cultivaron relaciones diciones éticamente más avanzadas del estoi-
amistosas sólo con aquellos que reconocían al cismo o el cristianismo.
verlos y podían llamar por su nombre. Gran Las actitudes ancestrales son extremada-
parte de la conducta que hoy condenamos como mente difíciles de superar, y ninguna ha acecha-
incorrecta, fue correcta a los ojos de nuestros do más inflexiblemente en la mente humana
ancestros salvajes. que aquella que hace distinciones absolutas en-
Aunque Aristóteles, cuyos conceptos mo- tre la tribu, raza o culto propio y todo el resto
rales han tenido tanta influencia sobre todo el de la humanidad. Aunque el cristianismo susti-
pensamiento ético posterior de Occidente, en tuyó la soberbia por el ideal de humildad, no tu-
general había avanzado mucho más allá de las vo del todo éxito en liberarse del hábito primi-
nociones primitivas, sus escritos revelan rastros tivo de separar toda la humanidad en dos gru-
inconfundibles de su persistencia. Un rasgo pos opuestos, diferentes en naturaleza y desti-
muy común de las razas primitivas es conside- no. Realizó, sin embargo, un avance importan-
rarse intrínsecamente superiores a otros pue- te: ser miembro del grupo elegido no estaba de-
blos. Esta concepción frecuentemente la expre- terminado por el nacimiento natural -como
saban en el nombre que se daban a sí mismos: entre los judíos y otros pueblos anteriores- si-
Ario, por ejemplo, significa "noble"; y Bantu no por el "segundo nacimiento" del bautismo.
significa "hombre sobre los hombres". Este or- De modo que todos los que estuvieran dispues-
gullo de raza era todavía muy fuerte en Aristó- tos a renunciar a sus costumbres irregeneradas
teles, quien sostuvo que los pueblos "bárba- y abrazaran la doctrina cristiana podían ser ad-
ros", menos espiritosos que los helenos, esta- mitidos en la congregación, y si subsecuente-
ban naturalmente destinados a ser sus esclavos, mente mantenían cierto patrón de conducta, po-
así como los animales de diversos tipos fueron dían alcanzar una bienaventuranza eterna. To-
creados para servir a la humanidad según sus dos los que permanecieran fuera de la congre-
distintas capacidades. Si los bárbaros se resis- gación, o los que hubieran entrado desde el na-
tían a la servidumbre a la cual estaban natural- cimiento o por elección posterior y no mantu-
mente destinados, era correcto hacerles la gue- vieran la rectitud de comportamiento, estaban
rra y esclavizarlos por la fuerza l. En los escri- condenados a un sufrimiento eterno. Por un la-
tos morales de Aristóteles se dedica mayor do, la bienaventuranza eterna, fuera inmediata
atención a la amistad que a los afectos domés- o tras un intervalo finito de purificación en el
ticos; y esto, creo yo, revela que la sociedad purgatorio; y por otro lado el tormento eterno:
griega en tiempos de Aristóteles estaba más es difícil concebir una separación más absoluta
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de los individuos. Ninguna tribu primitiva hizo 4. El relativismo moral


jamás una distinción más absoluta entre la gente y su trascendencia
"buena" y la gente "mala".
Una separación tan radical de la humanidad Así como es impreciso caracterizar a los in-
podía justificarse, sobre bases naturales, sólo si dividuos como totalmente malos o buenos, tam-
algunos eran totalmente buenos y otros absoluta- bién es peligroso clasificar las costumbres y las
mente malos. Pero todo animal, humano o no, reglas morales como absolutamente correctas o
cae en alguna parte entre estos dos extremos. Ser incorrectas. El creciente reconocimiento de esta
totalmente malo implica un grado de desorgani- verdad es quizá el resultado inevitable de ese es-
zación y de desarmonía con el ambiente social y tudio comparativo de las costumbres de las innu-
natural, incompatible con vivir y actuar; ser total- merables razas de la humanidad que fue iniciado
mente bueno significa comportarse de forma tal por Herodoto, y que durante el último siglo ha
que no se provoque en ninguna parte dolor o pér- avanzado a un ritmo acelerado>, Una continua in-
dida alguna a ningún ser sensible; y esto, de nue- vestigación ha hecho evidente que prácticamente
vo, es incompatible con las necesidades de la vi- todas las formas de conducta humana, en algún
da animal. Las dificultades de la concepción or- lugar o momento, han sido consideradas correc-
todoxa cristiana fueron reconocidas por Oríge- tas, mientras que por alguna otra raza, o en otra
nes, Duns Scoto y otros de los primeros filósofos época, han sido marcadas como incorrectas.
eclesiásticos que combatieron la doctrina de la En consecuencia, parece que los modos de
separación absoluta de las almas. Ellos creían comportamiento no son absolutamente buenos o
que todos los humanos, incluso los "malvados", malos, sino que pueden clasificarse así sólo con
serían eventualmente purificados y alcanzarían la referencia a algún código o cuerpo de costumbres
salvación. Pero estas enmiendas al credo estable- cuya aceptación está lejos de ser universal. Esta
cido fueron marcadas como herejías por los po- observación ha producido muchas confusiones.
deres dominantes de la Iglesia. Dado que es posible citar precedentes de casi
En Oriente, sin embargo, estas nociones cualquier acto al que pueda ser llevado un hom-
más liberales habían sido favorecidas desde hacía bre por sus indisciplinados impulsos, hay una
mucho. Los sabios indios repudiaban las nocio- tendencia 'entre los jóvenes inmaduros y los re-
nes de distinciones absolutas entre las personas, beldes a encontrar en este hecho apoyo moral pa-
tanto como rechazaban la idea de una diferencia ra sus aberrantes desviaciones de las reglas que
absoluta entre el ser humano y otras formas de prevalecen en sus comunidades. Quienes siguen
vida. Ellos consideraban que todos los seres vi- este argumento olvidan que las costumbres de
vos son semejantes en origen y destino, y que to- cualquier sociedad, salvaje o civilizada, deben al-
dos contienen un elemento de bondad que asegu- canzar cierta coherencia para que la sociedad
ra su salvación definitiva. Una máxima budista pueda sobrevivir, y que la aceptación de cual-
dice que, al final, quizá después de muchas reen- quier práctica particular depende de su consisten-
camaciones, toda criatura sensible llegará a ser cia con el cuerpo total de costumbres al que per-
merecedora de la bienaventuranza. En la tradi- tenece. Las mismas consideraciones que hacen
ción Mahayana, el alma liberada puede volunta- que una práctica se considere correcta en un con-
riamente posponer su entrada en el Nirvana, so- texto social pueden condenarla en un contexto
portando vidas posteriores de dolorosas penas distinto. Todo esto se sigue claramente de la dis-
para poder guiar a otros seres por el difícil cami- cusión sobre lo correcto y lo incorrecto realizada
no que lleva hasta la liberación definitiva. Anali- en el Capítulo XI.
zar las implicaciones teológicas y metafísicas de La segunda falacia del relativismo ético
estas posiciones opuestas trasciende las fronteras puede causar más confusión, pues ha sido mante-
de la ética; sin embargo, están basadas en inter- nida por pensadores cuidadosos y maduros. Se
pretaciones del bien y el mal que es pertinente refiere a la tendencia a considerar como igual-
considerar. mente dignos de respeto todos los patrones de
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cultura que han demostrado su capacidad de Sería peligroso intentar asignarle un valor
sobrevivir. Un cuerpo de costumbres que du- numérico a la armonía o discordia entre los miem-
rante muchas generaciones ha proveído estabi- bros de una sociedad. Culturas diferentes han sido
lidad y cierta prosperidad a un pueblo difícil- estudiadas por diferentes observadores, y sin du-
mente puede carecer de mérito; y a primera da un factor altamente subjetivo participa en sus
vista es difícil ver cómo podemos adscribirle apreciaciones. Incluso más difícil de medir es la
mayor valor a los mores de una cultura que felicidad de un pueblo, que posiblemente no es
exitosamente ha calmado las tormentas de su más que la suma de la felicidad de los individuos
existencia, que a costumbres muy diferentes que la componen; y la felicidad de un individuo es
que hayan satisfecho igualmente bien las nece- notoriamente difícil de evaluar. Algunas razas de
sidades de un pueblo distinto. La concepción hecho nos impresionan porque parecen más ale-
del relativismo ético ha surgido en parte de una gres que otras. Pero la jovialidad de una raza y la
creciente desconfianza hacia nuestra propia ci- melancolía de otra pueden estar causadas por un
vilización, que en años recientes ha fracasado temperamento innato o por el clima y no por las
en damos paz y contento, y en parte de una costumbres y la estructura social. El temperamen-
nostálgica añoranza -que crece, en mucho, to innato puede ser de hecho más influyente en
por este mismo fracaso- de las costumbres determinar las costumbres de lo que éstas influ-
más simples de pueblos extraños, que frecuen- yen en la determinación del tono afectivo del pue-
temente parecen más felices que nosotros. blo. Sin embargo, luego de haber tenido debida-
Cuando menos, a favor de la doctrina del rela- mente en cuenta estas dificultades, uno difícil-
tivismo moral podemos decir que ha liberado mente puede evitar la impresión de que los códi-
nuestras mentes del hábito de medir todas las gos e instituciones morales de ciertas sociedades
culturas según la nuestra, y de condenar todo producen personas más felices o más nobles que
lo que diverge de la tradición en la que nos to- los códigos e instituciones de otras sociedades.
có nacer. Nos ha despertado a la posibilidad de El método para estimar el valor de un pa-
encontrar valores humanos fundamentales bajo trón de cultura por su alcance en el tiempo y en
vestiduras estrafalarias. el espacio y sus relaciones externas, es más pro-
Existen dos maneras en las que el valor de metedor, pues aquí tratamos con rasgos objetivos
un patrón de cultura puede compararse con otro. fácilmente observables. ¿Cuáles son las relacio-
Podemos juzgarlos únicamente según sus rela- nes de la sociedad en cuestión con otras comuni-
ciones internas, o según su alcance o relaciones dades humanas, con otras formas de vida, con la
externas. El primer método involucraría la eva- tierra y las aguas que hacen posible toda vida?
luación del grado de armonía o de la cantidad de Medidos por este estándar, los espartanos, cuya
fricción entre los miembros de una sociedad, y forma de gobierno era tan altamente admirada en
de su felicidad. Los etnólogos han reportado va- la antigüedad, son una muestra pobre. La aristo-
riaciones en los grados de concordia entre diver- cracia militar vivía sólo para oprimir cruelmente
sos pueblos. Así por ejemplo, en el libro de Ruth y pervertir deliberadamente a los Helots, quienes
Benedict Patterns of Culture, se nos da la ima- formaban una gran parte de la población total de
gen de cooperación armónica y mutua buena vo- Lacedemonia, y casi constantemente estaban en
luntad entre los Zuni de Nuevo México; de guerra con los estados vecinos. A pesar de la bri-
aprensión, odio y desconfianza entre los habitan- llantez intelectual y artística de Atenas y de otras
tes de la Isla de Dobu, en la costa de Nueva Gui- ciudades, en general las ciudades griegas sufrían,
nea. Las diferencias entre estas dos razas son, en distintos grados, estos mismos defectos: en
sin embargo, cuantitativas en lugar de absolutas, casa, una numerosa clase esclava y de libertos es-
pues la discordia no está completamente ausente taba excluida de los beneficios de la ciudadanía;
en ninguna comunidad humana, y ninguna so- entre los múltiples y pequeños estados, conflictos
ciedad es posible sin una medida de cooperación continuos, que eventualmente conducían a su rui-
entre sus miembros. na. Por más que admiremos los logros de los
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griegos, reconocemos en su civilización graves de transición entre la insensata explotación de un


defectos que no deberíamos desear imitar. país nuevo y la cuidadosa labranza de uno viejo
Los grandes estados modernos han supera- que, como China, ha aprendido cómo perdurar.
do dos de los sobresalientes defectos de la socie- En nada difieren las culturas humanas más
dad griega. Al menos legalmente han admitido radicalmente que en su actitud hacia otras formas
que toda la población adulta (excluyendo a los de vida. En muchas tierras casi todas las criatu-
criminales) participe de las ventajas de la ciuda- ras no humanas son objeto de explotación, ya sea
danía; y han sido capaces de unificar y consoli- matándolas por deporte o por alimento, o tortu-
dar amplias áreas de terreno y grandes masas de rándolas o mutilándolas al ritmo de los caprichos
personas, de modo que las ciudades que en el de la gente. En otros lugares, todas las formas de
mundo helénico hubieran sido unidades políticas vida son sagradas, y deben ser tratadas con res-
independientes en altercados constantes, son en peto. Las religiones de la India han hecho los
el mundo moderno partes pacíficamente coope- mayores progresos en esta dirección; pero inclu-
radoras de un único sistema político. Pero esta so donde los principios admitidos son los mis-
segunda ventaja se ve contrarrestada por el hecho mos, la forma en que las personas realmente tra-
de que los grandes países modernos no son más tan a otros animales está fuertemente influida
capaces de cohabitar en paz de lo que eran los pe- por la densidad de la población y la severidad de
queños estados de la antigüedad. Las guerras, la lucha por llenar todos los estómagos. En la In-
aunque menos numerosas, han crecido en magni- dia superpoblada, donde se originó, la doctrina
tud y destructividad en proporción con el creci- del ahimsa -la no violencia hacia todas las co-
miento de las naciones que las libran; de modo sas- no podía en tiempos recientes ser tan fiel-
que es sumamente dudoso que, en este aspecto, mente seguida como en Burma, donde fue im-
podamos reclamar una superioridad neta sobre portada y firmemente implantada por los misio-
las ciudades-estado de la antigüedad. Aunque la neros budistas.
esclavitud ha sido abolida en prácticamente to- En The Soul o/ a People, dándonos una
dos los países modernos, en casi todos ellos hay imagen fascinante de la vida burmesa hacia fina-
evidentes y crueles contrastes entre las condicio- les del siglo XIX, H. Fielding confirmó las con-
nes de vida y las oportunidades educacionales de secuencias morales de largo alcance de esta acti-
los individuos; al mismo tiempo, una severa tud hacia otras formas de vida. Escribió: "Nadie
competencia económica produce rencores en ca- puede dudar que esta amabilidad y compasión
sa y hace que una paz duradera entre las naciones hacia los animales tiene resultados de muy largo
sea muy difícil de alcanzar. alcance. Si usted es amable con los animales, us-
El acoplamiento armónico de los humanos ted lo será, también, con sus congéneres huma-
con la tierra que los sustenta no es menos impor- nos. Es realmente lo mismo, el mismo sentimien-
tante para su existencia y felicidad que las rela- to en ambos casos. Si que usted sea de una posi-
ciones entre ellos mismos. Al estimar el valor de ción superior respecto de los animales justificara
una cultura no puede omitirse del cálculo su acti- que los torture, también así sería con los huma-
tud con respecto a la Tierra y sus aguas. Ciuda- nos. Si usted está en una mejor posición que otra
des y culturas enteras, como los mesopotámicos persona, si es más rico, más fuerte, de mayor ran-
y los antiguos mayas, parecen haber decaído por- go, eso justificaría --como ocurre a menudo en
que no quisieron, o no pudieron, tratar con el cui- nuestras mentes- que la maltratáramos y la me-
dado y respeto debidos la tierra que los sustenta- nospreciáramos. El desdén es nuestro sentimien-
ba. Es probable que las nuevas naciones sean to innato hacia todo lo que consideramos inferior
más negligentes que las antiguas en este aspecto; a nosotros; el del burmés es la compasión. Pode-
cuando un país se hace populoso y empieza a cul- mos encontrar este espíritu en todas las acciones
tivar sus reservas de tierra, declinará si no trata de su vida cotidiana, en su trato con los otros, en
sus campos con mayor afecto. En el siglo XX los sus pensamientos, en su habla. 'Usted es muy
Estados Unidos de América estaban en una etapa fuerte, ¿acaso no tiene compasión por aquel que
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es débil, que ha sido tentado, que ha caído?' ¡Con condiciones locales particulares --el árido de-
cuánta frecuencia he escuchado esto de los labios sierto, el álgido ártico, el tibio y húmedo bosque
de un burrnés! ¡Con cuánta frecuencia lo he vis- tropical- podemos detectar en ciertas culturas
to actuar en consecuencia! A ellos les parece el rasgos específicos de valor universal, y señalar
corolario necesario de la fortaleza que el hombre en otras rasgos que serían deplorables en cual-
fuerte deba ser simpático y amable. Ser desdeño- quier ambiente.
sos, vengativos, desconsiderados, les parece una Aparte de sus adaptaciones ecológicas y
confesión inconsciente de debilidad ... y así su económicas, las cuales son temporales y locales,
actitud hacia los animales es sólo un ejemplo de las culturas mantienen conceptos morales que son
la actitud que practican entre ellos. Que un ani- generales y duraderos. Ninguna cultura, que yo
mal o una persona sea inferior o más débil que sepa, ha tenido éxito mezclando en un patrón co-
usted es el más fuerte llamado que pueden hacer- herente todos los valores morales más elevados,
le a su humanidad, y su cortesía y consideración así como ninguna ha conocido la fortuna de ex-
hacia él es la prueba más clara de su propia supe- cluir todos los rasgos cuestionables. Por lo tanto,
rioridad. De modo que en sus tratos con los ani- no parece haber una cultura que podamos alabar
males el budista se considera a sí mismo, consul- incondicionalmente, ni una que podamos conde-
ta su propia dignidad, su propia fortaleza, y es nar sin reservas. Para alcanzar una moralidad más
amable y compasivo con ellos por la grandeza de adecuada, debemos elegir aquí y rechazar allá. Pe-
su propio corazón. Nada es más hermoso que las ro antes de que podamos mejorar inteligentemen-
costumbres del burrnés con sus niños, y sus bes- te nuestros estándares éticos es necesario recono-
tias, con todos los que sean inferiores a él."4 El cer que, aunque ninguna cultura ha alcanzado la
anterior es el testimonio de un magistrado britá- meta de una bondad perfecta, algunas han cons-
nico que disfrutó de excelentes oportunidades de truido una armonía más amplia e incluyente que
intimar con esta gente. Esperemos que las condi- otras, lo cual provee una base cuantitativa para
ciones en Burrna no se hayan deteriorado mayor- preferirlas y para cultivar lo que es mejor en ellas.
mente luego del contacto prolongado con la civi-
lización occidental y con el comunismo chino.
Aunque ningún patrón de cultura, con su Notas
respectivo código moral, es perfecto y sin tacha,
y ninguno totalmente equivocado, es todavía po- 1. Política, Libro 1.
2. Ética a Nicámaco, Libro IV. Espero que estos
sible reconocer más valor en unos que en otros,
comentarios no impidan que algún lector estudie los
pues, aunque se queden cortos, se acercan más al
escritos morales de Aristóteles, pues hay en ellos mu-
ideal de una armonía completamente abarcadora.
chas intuiciones de valor perenne.
Incluso cuando se tienen debidamente en cuenta 3. Cuán profundamente apreciaba el "padre de la
las adaptaciones de las costumbres y los concep- Historia" el hecho del relativismo moral está demos-
tos morales a los diversos ordenamientos econó- trado por una anécdota en el Libro I1I, 38.
micos -<:omo la recolección de alimentos o la 4. H. Fielding. The Soul of a People. London:
agricultura o la industria mecanizada- y las Macmillan and Co., 1898, pp. 275-276.

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