Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Hace 70 millones de años, entre los animales mamíferos, se desarrollaron distintos tipos de monos llamados primates. Los
primeros primates eran de tamaño pequeño, de hábitos nocturnos y arborícolas, pero poco a poco fueron evolucionando,
hasta llegar a conseguir unas características anatómicas, que en su conjunto, permiten identificarlos.
Con un mayor volumen craneal de entre 1.500y 1.600 cm³, una frente más alta ya que carecían de arco supraorbital, la
mandíbula corta, los dientes pequeños y la barbilla pronunciada, el aspecto del nuevo homínido era totalmente distinto del
de sus antecesores y parientes.
Poseía ya una gran capacidad para la asociación de ideas y para el habla, derivada de su arquitectura craneal, y esto, sin
duda, le dio cierta ventaja frente a las subespecies arcaicas de Homo sapiens con las que llegó a convivir y sobre las que,
genéticamente, acabó imponiéndose.
En Palestina, por ejemplo, existen restos de humanos modernos que datan de hace 100.000 años, y en Europa, las evidencias
más antiguas, localizadas en el área de los Balcanes, son de hace unos 40.000 años.
Pero a diferencia del Homo erectus, que también había migrado a estas regiones casi un millón de años antes, el Homo
sapiens abandonó por primera vez el Viejo Mundo y comenzó un periodo de colonización en tierras jamás pisadas por otro
homínido, llegó a Oceanía hace unos 55.000 años e incluso el continente americano sobre unos 40.000 años
aproximadamente.
En paleontología, las culturas desarrolladas por estas sociedades de hombres genéticamente modernos se encuadran en el
llamado Paleolítico Superior, un período de la prehistoria caracterizado por la aparición de las primeras manifestaciones
artísticas, por la creación de nuevos instrumentos líticos y óseos especializados, por la fabricación de herramientas
compuestas y por el despertar de las creencias religiosas.
El Homo Sapiens posee una serie de características comunes a la rama de la que procede primate, vamos a enumerar cuales son las
principales:
Pies plantígrados.
Pulgar oponible en manos y pies (algunas especies, como el hombre, han perdido la capacidad de oponer el pulgar del pie).
Clavículas presentes.
Visión a color.
Siempre hemos escuchado el típico razonamiento “si los hombres vienen de los monos, ¿por qué los monos no han
evolucionado como los hombres?. La respuesta es muy sencilla, los seres humanos no hemos evolucionado a partir de
ninguna especie de “mono”.
Nuestro padre fue el homo antecessor, nuestro abuelo el homo ergaster, precedido por el homo habilis y, si nos
remontamos lo suficiente en el tiempo, terminamos descubriendo que tenemos un antepasado que compartía
características tanto humanas como de “mono” y que, según las estimaciones de los biólogos, tendría que haber vivido en
África de hace 5 a 11 millones de años.
Este antepasado común es el famoso eslabón perdido, que ya está más o menos encontrado. El Nakalipithecus Nakayamai,
descubierto por un grupo de arqueólogos japoneses en Kenia, con una antigüedad estimada de 10 millones de años. Tanto el
lugar como la fecha coinciden con las estimaciones, así que hay razones sólidas para afirmar que este es el antepasado
común entre Este posible antepasado común no era ni un mono ni un homínido, pero su población empezó a evolucionar en
dos ramas diferentes, una que terminaría convirtiéndose en los actuales chimpancés, bonobos y gorilas, y otra totalmente
distinta que terminó dando lugar a los humanos el resto de simios y los humanos.
Homo Sapiens: Vivió en Europa, en África y en Asia. Los hallazgos arqueológicos reflejan cambios importantes en el
comportamiento de esta especie: utilización de instrumentos de piedra y hueso más trabajados, cambios en las formas de
cazar, uso y dominio del fuego, empleo del vestido, aumento en el tamaño de las poblaciones, manifestaciones rituales y
artísticas. El representante del homo sapiens más antiguo es el hombre de Neanderthal (Alemania). Antigüedad: De 150.000
a 200.000 años.