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EL CRISTO DE SAN MATEO

1. Introducción: Para poder comprender la experiencia que nos quiere


presentar Mateo de Jesucristo es necesario que primero ubiquemos algunos
datos importantes sobre este evangelio:

- Se trata de un evangelio escrito para cristianos venidos del judaísmo, esto es,
para los llamados judeo-cristianos.
- Es una comunidad que mantiene un duro enfrentamiento con el judaísmo de
corte fariseo que prevaleción después del año 70. También, hay
enfrentamientos internos.
- Muy probablemente esta comunidad está establecida en Antioquía, capital
romana de Siria y la tercera ciudad del imperio, por lo mismo estaba
caracterizada por ser cosmopolita.
- Por sus enfrentamientos con el judaísmo de corte Fariseo que se fortaleció
después del año 70 tenemos que datar este evangelio posterior a esta fecha,
por eso se ubica entre el año 80 y 85 de nuestra era.
-Se presentan muchos hebraísmo o semítismo, los cuales se explican por la
procedencia de los destinatarios de este evangelio.

En conclusión nos encontramos con una situación muy paradójica: el


evangelio es muy judío por los temas que toca, por la cultura que respira, por
las expresiones y estilo, pero, a la vez, contiene la más dura crítica antijudía de
todo el Nuevo Testamento.

2. Jesucristo es el Mesias:

Por la procedencia del publicó al cual le está hablando Mateo su primera


afirmación es que Jesucristo es el Mesías (khristos), por ello lo víncula en la
Genealogía con David y Abraham (1,1), a diferencia de Lucas que lo relaciona
con todo el género humano (hijo de Adán 3,38). Por eso la infancia de Moisés
y de Israel sirven para interpretar los orígenes de Jesús, esto es lo que se hace
en los dos primero capítulos, llamados el evangelio de la Infancia. El Mesías
esperado por los judíos tenía que ser descendiende de David, por lo cual
Mateo insiste en que Jesús es el hijo de David (1,1.17.20).

Esta concepción de Jesús como el Mesias esperado por Israel explica dos
expresiones puestas en boca de Jesús sobre su ministerio y el de los
discipulos:
"no vayan a las regiones de los paganos ni entren en los pueblos de
Samaría; vayan más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel " 10,6

"Jesús dijo: Dios me ha enviado solamente a las ovejas perdidas del


pueblo de Israel" 15,24

Ahora, este Mesías va a ser rechazado. Los judíos no lo van a aceptar como su
mesias. Esto está expresado con la actitud perversa del rey Herodes, la actitud
negativa de todo Jesrusalén y de los responsables del judaísmo (2,1-12). Los
capítulos 11 y 12 nos presentan una dura polémica de Jesús los judíos por la
oposición que este le han hecho a él como ya un día lo hicieron contra Juan, el
Bautista.

En este mismo sentido se deben entender las parábloas de 21,28-22,14 en las


cuales el versículo central reza "se os quitará el Reino de Dios y será dado a
un pueblo que dé sus frutos" (21,43). No basta con ser el pueblo escogido
es necesario vivir la alianza con actitudes concretas de acatación del plan de
Dios. El hombre debe estar en una continua preocupación por descubrir lo
que Dios le está diciendo en su vida y no quedarse seguro en lo que ya sabe y
cree porque esa seguridad puede volverse el pretesto de su perdición. Es tal el
rechazo que hasta después de la Resurrección de Jesús van a afirmar que:
"mientras dormían, los discipulos de Jesús vinieron y se robaron el
cuerpo" (28,11-15).

2.2. Jesucristo Hijo de David:

El evangelio de Mateo es el que más veces usa el término Hijo de David, lo


trae por lo menos nueve veces. Veamos quienes y que circunstancia lo llaman
así:

21,9.15 Es aclamado por la gente

21,15-16 En contraposición los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley


rechazaban tal título para Jesucristo.

12,23 Lo usa la gente de nuevo cuando descubre el poder de Jesús. Otra


reacción positiva ante el acontecer de Jesús.
9,27-28; 15,22.25; 20,30-33 Lo usan como signo de confianza aquellos que
recurren al Señor para que este actué en favor de ellos.

En síntesis el título Hijo de David además de expresar que Jesús es el Mesias


esperado, nos invita a ver en el quien triunfa sobre los enemigos de Israel y
gobierna al pueblo de Dios en paz, justicia y prosperidad, tiene el don
carismático del Espíritu Santo.

2.3. Jesucristo es el Hijo de Dios:

En verdad este es el título más importante aplicado a Jesucristo, en cuanto que


expresa el misterio íntimo de su persona. Esa es la gran verdad del Nuevo
Testamento que Jesús, el nazareno, es el Hijo de Dios, expresando la relación
nueva y definitiva que establece Dios, el Padre, con los hombres en Jesucristo.
Dios está en Jesucristo, hay una relación intima. Jesucristo está totalmente
abierto al Padre. Ese es el gran cullmen de la reve-
lación que más allá de Jesús de Nazareth no hay pasos posteriores en el
descubrimiento de Dios.

En Mateo se da un todo un proceso, se comienza afirmando de Jesús su ser


hijo de David y de Abraham, esto es, en quien se verifican las promesas
mesiánicas y de bendición universal. Pero, la realidad de Jesús no se agota en
estos títulos El es más. Por eso el Padre lo afirma como su hijo (3,17) en el
momento de iniciar su ministerio y también lo hará así en el momento en que
se inicie la parte más dura de este (17,5). A diferencia de Marcos, donde la
confesión de Jesucristo como Hijo de Dios está para el final (15,39), Mateo
presenta a los discipulos, reconociéndolo como Hijo de Dios (14,33). Pedro,
también le reconoce su filiació divina y Jesús confirma que está sólo se puede
hacer por revelación divina (16,17).

En la cruz encontramos tres tentaciones en relación con este título: "...Sálvate


a ti mismo si eres hijo de Dios, y baja de la cruz...Ha puesto su confianza en
Dios, que le salve ahora, si es que de verdad le quiere; ya que dijo soy hijo de
Dios. de la misma manera le injurirarion los bandidos crucificados por el. "
(27,39-43). Si relacionamos estas tres tentaciones con las del inicio 4,1-11: "
...Si de veras eres hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en
panes...Si eres hijo de Dios, tírate abajo...". Encontramos una constante: la
invitación para que Jesús demuestre su filiación divina a través de una
manifestación de poder, que demuestre con hechos extraordinarios que de
verdad el hacer presente al Padre. Y también es constante la actitud de Jesús
de vencer esta tentación. El es hijo de Dios en la aceptación de la cruz como
fidelidad al plan de Dios y en la aceptación de la condición humana y en la
plena fidelidad a la voluntad de Dios, su Padre.

Pero esto no significa que la filiación de divina de Jesús va a mantenerse


escondida, ya que el propio Padre a través de las tinieblas sobre toda la tierra,
la ruptura del velo del templo, unos fenómenos cósmicos y la resurrección de
muchos muertos (27,45.51-53), así lo entienden un grupo de paganos:
"Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios"(27,54)

En muchos otros textos se expresa Jesús hablando de mi padre, 7,21;


10,32.33etc.

En conclusión, podemos afirmar que el título con el cual Mateo define a Jesus
es de " hijo de Dios".

2.4. Jesús es el Señor:

El evangelista Mateo sigue el uso de la traducción de los LXX, donde el Señor


es el nombre de Dios. Este título aparece siempre en boca de los discípulos y
de la gente en un contexto de respeto, de solicitud de ayuda y de fe. Nunca
está en boca de los adversarios de Jesús ni tampoco aparece como una
denominación narrativa en tercera persona.

8,21.25; 26,22 Los discipulos lo interpelan como Señor.

14,28.30;16,22; 17,4 Pedro lo llama Señor.

9,28; 20,30.31;8,2.6.8. También lo llaman Señor aquellos que recurren a él


con confianza de que puede curarles.

Es interesante ver como en el evangelio de Mateo los discipulos nunca se


refieren a Jesús con el título Maestro, cuya expresión aparece en boca de sus
adversarios, dando a entender que para la comunidad de Mateo Jesucristo es
más que un maestro es fundamentalmente el Señor.

Ahora, el término Señor en el griego clásico significa la autoridad legítima de


un superior sobre un inferior pero en Mateo es una invocación a Jesucristo
Resucitado, Señor Presente y actuante con poder en la Iglesia y que un día se
manifestara glorioso com juez definitivo. Al decir Señor se estaba
reconociendo la autoridad del anuncio que hace de las exigencias absolutas y
definitivas de Dios.

2.5. Jesús es el Nuevo Moisés:

Moisés se presenta como un personaje eje de la experiencia religiosa judía.


Según Deuteronomio 18,18 Dios iba a hacer aparecer a un segundo Moisés.
Los judíos lo esperaban para el futuro y en algunas ocasiones lo identificaba
con el Mesías. Veamos el texto de Deuteronomio:

"Yo haré que salga de entre ellos un profeta como tú (Moisés), uno que
sea compatriota de ellos y que les diga lo que yo le ordene decir, y les
repita lo que yo mande..."

Mateo que tiene claro que Jesús es el Mesías esperado por el pueblo judío nos
lo presenta como el nuevo Moisés. Donde mejor queda afirmado esta
percepción es en el sermón de la montaña: Comparar Mateo 5 - 7 y Exodo
19,1-20,20

-Jesús sube al monte Moisés sube al monte Sinaí.

- Jesús se sienta actitud acostumbrada por los rabinos o maestro religiosos


cuando enseñaban. Moisés es el maestro de la ley por excelencia, recuerdese
la catedra de Moisés.

- El sermón que pronuncia Jesús en el monte sintetiza toda su enseñanza para


la Iglesia, es el mensaje de las Bienaventuranzas. Asi como de una u otra
fomra el mensaje contenido en las tablas de la ley recoge toda la experiencia
religiosa del pueblo con su su Dios, Yahvé.

2.6. Conclusión:

Estos son los rasgos característicos de Jesucristo en la comunidad mateana. Es


obvio que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre (Hebreos), pero es
importante resaltar como es desde la vida (contexto social, religioso,
económico, etc) como uno se puede relacionar con él. No podemos tener todos
la misma experiencia de Jesucristo. Ya que todos no tenemos la misma
situación. Es imposible que todos vibremos con la misma intensidad ante los
mismos títulos de Jesus, ya que cada título exresa una vida compartida, una
realación de itimidad y de cercanía con el dueño de la vida.
El Cristo de Mateo nos presenta rasgos que nosotros debemos interiorizar y
vivir.Es importante pensar, reflexionar, comprender cada uno de estos rasgos
y de empezar a sentirlos nuestros re-leyendolos desde nuestra historia y desde
nuestra existencia. Esto es experienia, esto es fe.

En este sentido la pregunta por Jesús ¿Quién dice la gente soy yo? nos
vincula inmediatamente con la otra pregunta ¿Quién dicen ustedes qúe soy
yo?.

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