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Repaso

1. ¿Por qué es tan importante seguir el principio de Éxodo 23:2 al decidir cómo
entretenernos?

3
Supongamos que haya hemos iniciado el viaje. ¿Qué haremos si no estamos
seguros de por dónde debemos continuar? Quizás veamos a muchos conductores
tomando cierta salida y nos sintamos tentados a ir detrás de ellos. Pero es peligroso
tomar un rumbo tan solo porque lo haga la mayoría. No todos los conductores van ir al
mismo lugar que nosotros, ni tampoco tienen por qué conocer bien la zona. Este
ejemplo nos enseña una lección. Se trata de un principio que extraeos de una de las
leyes que Jehová dio a Israel. A cada persona que fuera a servir de testigo o juez en
un tribunal, Dios le dijo: “No debes seguir tras la muchedumbre” (léase Éxodo 23:2).
¿Por qué hizo esta advertencia? Porque sabía que, debido a la imperfección, es fácil
ceder a las presiones de la gente y cometer una injusticia. Claro, la norma de no
seguir ciegamente a los demás no solo es aplicable a los procesos judiciales, sino a
cualquier situación de la vida.

4
La verdad es que las presiones para seguir a la mayoría se presentan en casi
todas las circunstancias. Además, pudieran aparecer de forma repentina y ser difíciles
de resistir. Pensemos, por ejemplo, en lo que les sucedió a Josué y Caleb. Los dos
habían formado parte de un grupo de doce hombres que había estado espiando la
Tierra Prometida. Los otros diez dieron un informe muy negativo y desalentador. Hasta
aseguraron que habían visto gigantes que descendían de los nefilim, o sea, de los
hijos que habían tenido los ángeles rebeldes con las mujeres. (Gén. 6:4). ¡Qué
disparate! Aquellos seres híbridos no solo no habían tenido hijos, sino que habían
muerto siglos antes en el Diluvio. Este ejemplo ilustra que, cuando las personas están
débiles en la fe, pueden aceptar las ideas más absurdas. Así les sucedió a los
israelitas: los rumores de los diez espías los llenaron de pánico. Tanto es así que la
mayoría pensó que sería un error hacer caso a Jehová y entrar en la Tierra Prometida.
¿Qué harían Josué y Caleb en esas circunstancia tan tensas? (Núm. 13: 25-33)

5
Aquellos dos hombres no se dejaron arrastrar por los demás. Aunque la gente
no quiso escucharlos e incluso amenazó con apedrearlos, ellos defendieron la verdad.
¿Qué les permitió ser tan valientes? Sin duda, la fe. Y es que cuando uno tiene fe, ve
muy clara la diferencia entre las santas promesas de Jehová y las afirmaciones sin
fundamente de los hombres. De hecho, Josué y Caleb expresaron más tarde su
satisfacción al ver que Dios había cumplido todo lo que había jurado hacer (léanse
Josué 14:6,8 y 23:2.14). Eran dos hombres devotos y nunca se las habría ocurrido
ofender a Jehová por complacer a aquella multitud incrédula. Por eso, se mantuvieron
firmes en su postura. ¡Qué ejemplo para todos nosotros! (Núm. 14: 1-10).

6
¿Nos hemos sentido alguna vez empujados a ceder ante la opinión popular?
Hoy, la gran mayoría de las personas no respetan a Jehová ni sus normas, como se
refleja, por ejemplo en su actitud hacia el entretenimiento. No son pocos los que caen
el error de afirmar que la inmoralidad, la violencia, y el ocultismo que inunda la
televisión, el cine y los videojuegos son del todo inofensivos. (2Tim. 3: 1-5). Ahora
bien, preguntémonos: “Cuando elijo las diversiones en las que mi familia o yo
participemos, ¿dejo que la sociedad actual, con su ley de todo vale, influya en mis
decisiones y en mi conciencia?” Si así fuera, estaríamos pasando por alto el consejo
de “no […] seguir tras la muchedumbre”.

7
Jehová nos ha hecho un extraordinario regalo para que podamos tomar
buenas decisiones: nuestras ”facultades perceptivas”. La Biblia usa esta expresión
para referirse a la capacidad que tenemos de reflexionar sobre los asuntos y distinguir
entre lo bueno y lo malo. Para que estas facultades funciones como es debido hay que
entrenarlas “mediante el uso” (Heb. 5:14). Ahora bien, esto no se logra copiando a los
demás sin pensar, ni tampoco aferrándose a una serie de reglas rígidas en asuntos
que cada uno debe decidir según su conciencia. Por esta razón, los testigos de
Jehová no publicamos ninguna lista de películas, libros o páginas de Internet que
deban evitarse. Además, el mundo cambia tan rápido que cualquier lista se quedaría
anticuada a los pocos minutos de salir (1Cor. 7:31). Y, lo que es peor, una lista así nos
privaría de hacer algo muy necesario: examinar los principios bíblicos, pedirle ayuda a
Dios y luego tomar decisiones que le agraden (Efe. 5:10)

2. ¿Cuánta importancia tenía el mandamiento de que los sacerdotes se lavaran


antes de ofrecer los sacrificios a Jehová?¿Por qué es un serio recordatorio
para los siervos de Dios hoy en día?

El tabernáculo también tenía un patio, limitado por una valla de telas. En él había
una gran palangana, donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de
entrar en el Santo y antes de ofrecer los sacrificios sobre el altar situado en el patio.
(Éxodo 30:18-21.) Este requisito de limpieza constituye un enérgico recordatorio a los
siervos modernos de Dios de que deben procurar al máximo mantener la pureza
física, moral, mental y espiritual si desean que su adoración sea grata a Dios.
(2 Corintios 7:1.) Con el tiempo, el suministro de la leña para el fuego del altar y del
agua para la palangana estuvo a cargo de esclavos del templo no israelitas. (Josué
9:27.)

3. ¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro?

En su corazón, Aarón no estaba de acuerdo con la adoración idolátrica.


Posteriormente se unió a sus compañeros levitas al ponerse a favor de Dios y en
contra de los que se opusieron a Moisés. Después que se destruyó a los culpables,
Moisés recordó a los israelitas que ellos habían cometido un grave pecado, lo que
indica que otros además de Aarón recibieron la misericordia de Jehová.

4. ¿Qué relación hay entre la ley divina que prohibía a los israelitas casarse con
gente que adoraba a otros dioses y el enfoque cristiano sobre el noviazgo y
el matrimonio?
11
El prestar atención a la advertencia bíblica también nos protege de las dolorosas
consecuencias que suelen resultar de que un cristiano o una cristiana se una bajo
yugo con una persona incrédula. Por ejemplo, es posible que la persona incrédula
aparte al cónyuge cristiano de servir a Jehová. Considere la advertencia que Jehová
dio al Israel de la antigüedad. Se prohibieron las alianzas matrimoniales con personas
que no adoraban a Jehová. ¿Por qué? “Porque él apartará a tu hijo de seguirme —
advirtió Jehová—, y ellos ciertamente servirán a otros dioses.” (Deuteronomio 7:3, 4.)
Ante la oposición de un cónyuge incrédulo, puede que haya la tendencia a dejarse
llevar por el camino que requiere menos esfuerzo. Es fácil pensar: ‘¡No me va a
suceder a mí!’. Pero le ocurrió a un hombre tan sabio como Salomón. ¿No podría
sucederle a usted? (1 Reyes 11:1-6; compárese con 1 Reyes 4:29, 30.)
12
Aunque no se apartara al creyente de la adoración verdadera, todavía
quedan los problemas y las presiones que muchas veces se ven en un hogar donde
hay división religiosa. Considere de nuevo la ley de Dios a Israel. Suponga que una
israelita accediera a casarse con un cananeo. En vista de las prácticas sexuales
comunes en la tierra de Canaán, ¿qué respeto le tendría aquel hombre a la ley del
Dios de ella? Por ejemplo, ¿se abstendría voluntariamente de las relaciones sexuales
durante la menstruación de ella, como lo requería la Ley de Moisés? (Levítico 18:19;
20:18; compárese con Levítico 18:27.) En el caso de un israelita que se casara con
una cananea, ¿cuánto lo apoyaría ella cuando él viajara a Jerusalén tres veces al año
para asistir a las fiestas periódicas? (Deuteronomio 16:16.) Es obvio que la ley de Dios
que prohibía ese tipo de matrimonios servía de protección para los israelitas.
13
¿Qué hay de la actualidad? Las normas morales de los mundanos difieren
muchísimo de las de la Biblia. Prescindiendo de lo decentes que pudieran parecer
algunos mundanos, no tienen una conciencia cristiana, educada por la Biblia. No han
pasado años estudiando la Palabra de Dios, “rehaciendo su mente” y ‘desnudándose
de la vieja personalidad’. (Romanos 12:2; Colosenses 3:9.) Por consiguiente, el
cristiano o la cristiana que se pone bajo el yugo del matrimonio con una persona
incrédula suele exponerse a mucha angustia y dolor. Algunos se encaran muchas
veces a la presión de participar en prácticas sexuales pervertidas o de celebrar días
de fiesta mundanos. Y otros hasta se quejan de la soledad. Como escribió una
hermana: “La soledad que siente el que está casado con alguien que no ama a
Jehová es la peor soledad imaginable. Esto se debe a que no se tiene a nadie con
quien compartir la verdad, que es lo más importante en la vida de uno”.
5. ¿Por qué nos anima de manera especial el caso de Bazalel y Oholiab?

Pero ¿qué hay si nos sentimos incapaces de aceptar cierta posición de servicio
o participar en el ministerio? En ese caso, debemos pedirle a Jehová que nos conceda
su espíritu, el cual potenciará nuestras habilidades (léase Lucas 11:13). Con su fuerza
activa, él capacita a sus siervos para que cumplan con cualquier labor o asignación,
independientemente de su experiencia y sus circunstancias del pasado. Por ejemplo,
muy poco después de la salida de Egipto, el espíritu santo fortaleció a simples
pastores y esclavos, sin ninguna formación militar, para que lograran derrotar a los
ejércitos enemigos (Éxo. 17:8-13). No mucho más tarde, el mismo espíritu facultó a
Bezalel y Oholiab para que ejecutaran los detallados planos del tabernáculo que Dios
había revelado (Éxo. 31:2-6; 35:30-35).

6. ¿Cómo servía de recordatorio “la santa señal de dedicación” que llevaba el


sumo sacerdote en el turbante? ¿Qué nos enseña esa señal con respecto a
la dedicación?
2
Ahora bien, ¿qué significa dedicación en el sentido bíblico? Dedicar traduce un
verbo hebreo que significa “mantener separado; estar separado; retirar”. En el antiguo
Israel, el sumo sacerdote Aarón llevaba en el turbante “la santa señal de dedicación”,
una lámina resplandeciente de oro puro en la que figuraba en hebreo la inscripción “La
santidad pertenece a Jehová”. Esa señal recordaba al sumo sacerdote que debía
evitar todo lo que profanara el santuario, “porque la señal de la dedicación, el aceite
de la unción de su Dios, [estaba] sobre él” (Éxodo 29:6; 39:30; Levítico 21:12).
3
De este relato se desprende que la dedicación es algo importante. Implica
presentarse voluntario para servir a Dios, y exige una conducta limpia. Por tanto,
comprendemos por qué razón citó el apóstol Pedro estas palabras de Jehová: “Tienen
que ser santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). Los cristianos dedicados
tenemos la enorme responsabilidad de cumplir con nuestra dedicación y de ser fieles
hasta el fin. Pues bien, ¿qué conlleva la dedicación cristiana? (Levítico 19:2; Mateo
24:13.)

7. ¿Qué obligación tenemos todos los cristianos con relación a informar una
falta grave cometida por otro cristiano?

Cuando los ancianos saben de un mal grave, abordan a la persona implicada


para darle la ayuda y la corrección necesarias. Es su obligación juzgar a tales personas
dentro de la congregación cristiana. Se mantienen vigilantes con respecto a la
condición espiritual de esta, y ayudan y amonestan a todo el que da un paso
imprudente o incorrecto. (1 Corintios 5:12, 13; 2 Timoteo 4:2; 1 Pedro 5:1, 2.)

Ahora bien, ¿qué ocurre si no somos ancianos y nos enteramos de que otro
cristiano ha cometido un mal grave? Las pautas se encuentran en la Ley que Jehová
dio a la nación de Israel. Esta decía que si una persona era testigo de acciones
apóstatas, sedición, asesinato u otros delitos graves, tenía el deber de informarlo y
testificar sobre lo que sabía. Levítico 5:1 dice: “Ahora bien, en caso de que peque un
alma por cuanto ha oído maldecir en público y es testigo, o lo ha visto o ha llegado a
saber de ello, si no lo informa, entonces tiene que responder por su error”. (Compárese
con Deuteronomio 13:6-8; Ester 6:2; Proverbios 29:24.)

Aunque hoy los cristianos no estamos bajo la Ley mosaica, podemos guiarnos
por sus principios subyacentes. (Salmo 19:7, 8.)
8. ¿Qué propósito sobresaliente tenían los sacrificios de comunión en los
tiempos de la antigua nación de Israel? ¿Qué simbolizan en nuestros días?
11
La Ley mosaica también estipulaba que los fieles hicieran sacrificios de
comunión como muestra de que estaban en paz con Jehová. Tanto ellos como sus
familias comían la carne de los animales, a menudo en los comedores del templo.
También recibían porciones el sacerdote que oficiaba y los demás que se hallaban de
servicio (Lev. 3:1, nota: 7:31-33). Lo único que se pretendía con estos sacrificios era
gozar de una buena relación con Dios. Era como si el adorador, su familia, los
sacerdotes y Jehová celebraran un banquete juntos y en paz.
12
¿Podía haber un mayor privilegio que, por decirlo así, invitar a Jehová a una
comida y él aceptara? Como es lógico, quienes fueran los anfitriones querrían
ofrecerle lo mejor a tan ilustre huésped. Los sacrificios de comunión, como parte de la
armazón de la verdad que hallamos en la Ley, apuntaban a una realidad mayor:
gracias al sacrificio de Jesús, todos los eres humanos tienen la oportunidad de entrar
en una relación pacífica con su Creador. En la actualidad, quienes le sacrifican a Dios
de buena gana sus energías y recursos disfrutan de una estrecha amista con él.

9. ¿Qué puede haber implicado el pecado de Nadab y Abihú, los hijos de


Aarón?

Poco después de que Nadab y Abihú obraron impropiamente al efectuar sus


deberes sacerdotales, Jehová prohibió a los sacerdotes que usaran vino o licor
embriagante mientras servían en el tabernáculo (Levítico 10:9). Eso da a entender que
los dos hijos de Aarón tal vez estaban bajo los efectos del alcohol durante la ocasión
aquí mencionada. Sin embargo, la razón por la que murieron fue porque ofrecieron
“fuego ilegítimo, que [Jehová] no les había prescrito”.

Lecciones para nosotros

10:1, 2. Hoy día, los siervos de Jehová responsables tienen que cumplir con los
requisitos divinos. Además, no deben ser insolentes al encargarse de sus obligaciones.

10:9. Nadie debe realizar deberes que le haya dado Dios si está bajo los efectos del
alcohol
10. ¿Por qué se volvía “inmunda” la mujer como resultado del parto?

Los órganos reproductivos fueron hechos para transmitir vida humana perfecta.
No obstante, en vista de los efectos heredados del pecado, lo que se transmitió fue
vida imperfecta y pecaminosa. Los períodos temporales de ‘inmundicia’ relacionados
con el parto, así como la menstruación y las emisiones seminales, recordaban esta
herencia pecaminosa (Levítico 15:16-24; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Las
disposiciones reglamentarias de purificación ayudaban a los israelitas a comprender la
necesidad de un sacrificio redentor para cubrir el pecado de la humanidad y devolverle
la perfección. Por eso, la Ley llegó a ser su “tutor que [los condujo] a Cristo” (Gálatas
3:24).

Repaso
1. ¿Por qué es tan importante seguir el principio de Éxodo 23:2 al decidir cómo
entretenernos?

3
Supongamos que haya hemos iniciado el viaje. ¿Qué haremos si no estamos
seguros de por dónde debemos continuar? Quizás veamos a muchos conductores
tomando cierta salida y nos sintamos tentados a ir detrás de ellos. Pero es peligroso
tomar un rumbo tan solo porque lo haga la mayoría. No todos los conductores van ir al
mismo lugar que nosotros, ni tampoco tienen por qué conocer bien la zona. Este
ejemplo nos enseña una lección. Se trata de un principio que extraeos de una de las
leyes que Jehová dio a Israel. A cada persona que fuera a servir de testigo o juez en
un tribunal, Dios le dijo: “No debes seguir tras la muchedumbre” (léase Éxodo 23:2).
¿Por qué hizo esta advertencia? Porque sabía que, debido a la imperfección, es fácil
ceder a las presiones de la gente y cometer una injusticia. Claro, la norma de no
seguir ciegamente a los demás no solo es aplicable a los procesos judiciales, sino a
cualquier situación de la vida.

4
La verdad es que las presiones para seguir a la mayoría se presentan en casi
todas las circunstancias. Además, pudieran aparecer de forma repentina y ser difíciles
de resistir. Pensemos, por ejemplo, en lo que les sucedió a Josué y Caleb. Los dos
habían formado parte de un grupo de doce hombres que había estado espiando la
Tierra Prometida. Los otros diez dieron un informe muy negativo y desalentador. Hasta
aseguraron que habían visto gigantes que descendían de los nefilim, o sea, de los
hijos que habían tenido los ángeles rebeldes con las mujeres. (Gén. 6:4). ¡Qué
disparate! Aquellos seres híbridos no solo no habían tenido hijos, sino que habían
muerto siglos antes en el Diluvio. Este ejemplo ilustra que, cuando las personas están
débiles en la fe, pueden aceptar las ideas más absurdas. Así les sucedió a los
israelitas: los rumores de los diez espías los llenaron de pánico. Tanto es así que la
mayoría pensó que sería un error hacer caso a Jehová y entrar en la Tierra Prometida.
¿Qué harían Josué y Caleb en esas circunstancia tan tensas? (Núm. 13: 25-33)

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Aquellos dos hombres no se dejaron arrastrar por los demás. Aunque la gente
no quiso escucharlos e incluso amenazó con apedrearlos, ellos defendieron la verdad.
¿Qué les permitió ser tan valientes? Sin duda, la fe. Y es que cuando uno tiene fe, ve
muy clara la diferencia entre las santas promesas de Jehová y las afirmaciones sin
fundamente de los hombres. De hecho, Josué y Caleb expresaron más tarde su
satisfacción al ver que Dios había cumplido todo lo que había jurado hacer (léanse
Josué 14:6,8 y 23:2.14). Eran dos hombres devotos y nunca se las habría ocurrido
ofender a Jehová por complacer a aquella multitud incrédula. Por eso, se mantuvieron
firmes en su postura. ¡Qué ejemplo para todos nosotros! (Núm. 14: 1-10).

6
¿Nos hemos sentido alguna vez empujados a ceder ante la opinión popular?
Hoy, la gran mayoría de las personas no respetan a Jehová ni sus normas, como se
refleja, por ejemplo en su actitud hacia el entretenimiento. No son pocos los que caen
el error de afirmar que la inmoralidad, la violencia, y el ocultismo que inunda la
televisión, el cine y los videojuegos son del todo inofensivos. (2Tim. 3: 1-5). Ahora
bien, preguntémonos: “Cuando elijo las diversiones en las que mi familia o yo
participemos, ¿dejo que la sociedad actual, con su ley de todo vale, influya en mis
decisiones y en mi conciencia?” Si así fuera, estaríamos pasando por alto el consejo
de “no […] seguir tras la muchedumbre”.

7
Jehová nos ha hecho un extraordinario regalo para que podamos tomar
buenas decisiones: nuestras ”facultades perceptivas”. La Biblia usa esta expresión
para referirse a la capacidad que tenemos de reflexionar sobre los asuntos y distinguir
entre lo bueno y lo malo. Para que estas facultades funciones como es debido hay que
entrenarlas “mediante el uso” (Heb. 5:14). Ahora bien, esto no se logra copiando a los
demás sin pensar, ni tampoco aferrándose a una serie de reglas rígidas en asuntos
que cada uno debe decidir según su conciencia. Por esta razón, los testigos de
Jehová no publicamos ninguna lista de películas, libros o páginas de Internet que
deban evitarse. Además, el mundo cambia tan rápido que cualquier lista se quedaría
anticuada a los pocos minutos de salir (1Cor. 7:31). Y, lo que es peor, una lista así nos
privaría de hacer algo muy necesario: examinar los principios bíblicos, pedirle ayuda a
Dios y luego tomar decisiones que le agraden (Efe. 5:10)

2. ¿Cuánta importancia tenía el mandamiento de que los sacerdotes se lavaran


antes de ofrecer los sacrificios a Jehová?¿Por qué es un serio recordatorio
para los siervos de Dios hoy en día?

El tabernáculo también tenía un patio, limitado por una valla de telas. En él había
una gran palangana, donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de
entrar en el Santo y antes de ofrecer los sacrificios sobre el altar situado en el patio.
(Éxodo 30:18-21.) Este requisito de limpieza constituye un enérgico recordatorio a los
siervos modernos de Dios de que deben procurar al máximo mantener la pureza
física, moral, mental y espiritual si desean que su adoración sea grata a Dios.
(2 Corintios 7:1.) Con el tiempo, el suministro de la leña para el fuego del altar y del
agua para la palangana estuvo a cargo de esclavos del templo no israelitas. (Josué
9:27.)

3. ¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro?

En su corazón, Aarón no estaba de acuerdo con la adoración idolátrica.


Posteriormente se unió a sus compañeros levitas al ponerse a favor de Dios y en
contra de los que se opusieron a Moisés. Después que se destruyó a los culpables,
Moisés recordó a los israelitas que ellos habían cometido un grave pecado, lo que
indica que otros además de Aarón recibieron la misericordia de Jehová.

4. ¿Qué relación hay entre la ley divina que prohibía a los israelitas casarse con
gente que adoraba a otros dioses y el enfoque cristiano sobre el noviazgo y
el matrimonio?
11
El prestar atención a la advertencia bíblica también nos protege de las dolorosas
consecuencias que suelen resultar de que un cristiano o una cristiana se una bajo
yugo con una persona incrédula. Por ejemplo, es posible que la persona incrédula
aparte al cónyuge cristiano de servir a Jehová. Considere la advertencia que Jehová
dio al Israel de la antigüedad. Se prohibieron las alianzas matrimoniales con personas
que no adoraban a Jehová. ¿Por qué? “Porque él apartará a tu hijo de seguirme —
advirtió Jehová—, y ellos ciertamente servirán a otros dioses.” (Deuteronomio 7:3, 4.)
Ante la oposición de un cónyuge incrédulo, puede que haya la tendencia a dejarse
llevar por el camino que requiere menos esfuerzo. Es fácil pensar: ‘¡No me va a
suceder a mí!’. Pero le ocurrió a un hombre tan sabio como Salomón. ¿No podría
sucederle a usted? (1 Reyes 11:1-6; compárese con 1 Reyes 4:29, 30.)
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Aunque no se apartara al creyente de la adoración verdadera, todavía
quedan los problemas y las presiones que muchas veces se ven en un hogar donde
hay división religiosa. Considere de nuevo la ley de Dios a Israel. Suponga que una
israelita accediera a casarse con un cananeo. En vista de las prácticas sexuales
comunes en la tierra de Canaán, ¿qué respeto le tendría aquel hombre a la ley del
Dios de ella? Por ejemplo, ¿se abstendría voluntariamente de las relaciones sexuales
durante la menstruación de ella, como lo requería la Ley de Moisés? (Levítico 18:19;
20:18; compárese con Levítico 18:27.) En el caso de un israelita que se casara con
una cananea, ¿cuánto lo apoyaría ella cuando él viajara a Jerusalén tres veces al año
para asistir a las fiestas periódicas? (Deuteronomio 16:16.) Es obvio que la ley de Dios
que prohibía ese tipo de matrimonios servía de protección para los israelitas.
13
¿Qué hay de la actualidad? Las normas morales de los mundanos difieren
muchísimo de las de la Biblia. Prescindiendo de lo decentes que pudieran parecer
algunos mundanos, no tienen una conciencia cristiana, educada por la Biblia. No han
pasado años estudiando la Palabra de Dios, “rehaciendo su mente” y ‘desnudándose
de la vieja personalidad’. (Romanos 12:2; Colosenses 3:9.) Por consiguiente, el
cristiano o la cristiana que se pone bajo el yugo del matrimonio con una persona
incrédula suele exponerse a mucha angustia y dolor. Algunos se encaran muchas
veces a la presión de participar en prácticas sexuales pervertidas o de celebrar días
de fiesta mundanos. Y otros hasta se quejan de la soledad. Como escribió una
hermana: “La soledad que siente el que está casado con alguien que no ama a
Jehová es la peor soledad imaginable. Esto se debe a que no se tiene a nadie con
quien compartir la verdad, que es lo más importante en la vida de uno”.
5. ¿Por qué nos anima de manera especial el caso de Bazalel y Oholiab?

Pero ¿qué hay si nos sentimos incapaces de aceptar cierta posición de servicio
o participar en el ministerio? En ese caso, debemos pedirle a Jehová que nos conceda
su espíritu, el cual potenciará nuestras habilidades (léase Lucas 11:13). Con su fuerza
activa, él capacita a sus siervos para que cumplan con cualquier labor o asignación,
independientemente de su experiencia y sus circunstancias del pasado. Por ejemplo,
muy poco después de la salida de Egipto, el espíritu santo fortaleció a simples
pastores y esclavos, sin ninguna formación militar, para que lograran derrotar a los
ejércitos enemigos (Éxo. 17:8-13). No mucho más tarde, el mismo espíritu facultó a
Bezalel y Oholiab para que ejecutaran los detallados planos del tabernáculo que Dios
había revelado (Éxo. 31:2-6; 35:30-35).

6. ¿Cómo servía de recordatorio “la santa señal de dedicación” que llevaba el


sumo sacerdote en el turbante? ¿Qué nos enseña esa señal con respecto a
la dedicación?
2
Ahora bien, ¿qué significa dedicación en el sentido bíblico? Dedicar traduce un
verbo hebreo que significa “mantener separado; estar separado; retirar”. En el antiguo
Israel, el sumo sacerdote Aarón llevaba en el turbante “la santa señal de dedicación”,
una lámina resplandeciente de oro puro en la que figuraba en hebreo la inscripción “La
santidad pertenece a Jehová”. Esa señal recordaba al sumo sacerdote que debía
evitar todo lo que profanara el santuario, “porque la señal de la dedicación, el aceite
de la unción de su Dios, [estaba] sobre él” (Éxodo 29:6; 39:30; Levítico 21:12).
3
De este relato se desprende que la dedicación es algo importante. Implica
presentarse voluntario para servir a Dios, y exige una conducta limpia. Por tanto,
comprendemos por qué razón citó el apóstol Pedro estas palabras de Jehová: “Tienen
que ser santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). Los cristianos dedicados
tenemos la enorme responsabilidad de cumplir con nuestra dedicación y de ser fieles
hasta el fin. Pues bien, ¿qué conlleva la dedicación cristiana? (Levítico 19:2; Mateo
24:13.)

7. ¿Qué obligación tenemos todos los cristianos con relación a informar una
falta grave cometida por otro cristiano?

Cuando los ancianos saben de un mal grave, abordan a la persona implicada


para darle la ayuda y la corrección necesarias. Es su obligación juzgar a tales personas
dentro de la congregación cristiana. Se mantienen vigilantes con respecto a la
condición espiritual de esta, y ayudan y amonestan a todo el que da un paso
imprudente o incorrecto. (1 Corintios 5:12, 13; 2 Timoteo 4:2; 1 Pedro 5:1, 2.)
Ahora bien, ¿qué ocurre si no somos ancianos y nos enteramos de que otro
cristiano ha cometido un mal grave? Las pautas se encuentran en la Ley que Jehová
dio a la nación de Israel. Esta decía que si una persona era testigo de acciones
apóstatas, sedición, asesinato u otros delitos graves, tenía el deber de informarlo y
testificar sobre lo que sabía. Levítico 5:1 dice: “Ahora bien, en caso de que peque un
alma por cuanto ha oído maldecir en público y es testigo, o lo ha visto o ha llegado a
saber de ello, si no lo informa, entonces tiene que responder por su error”. (Compárese
con Deuteronomio 13:6-8; Ester 6:2; Proverbios 29:24.)

Aunque hoy los cristianos no estamos bajo la Ley mosaica, podemos guiarnos
por sus principios subyacentes. (Salmo 19:7, 8.)

8. ¿Qué propósito sobresaliente tenían los sacrificios de comunión en los


tiempos de la antigua nación de Israel? ¿Qué simbolizan en nuestros días?
11
La Ley mosaica también estipulaba que los fieles hicieran sacrificios de
comunión como muestra de que estaban en paz con Jehová. Tanto ellos como sus
familias comían la carne de los animales, a menudo en los comedores del templo.
También recibían porciones el sacerdote que oficiaba y los demás que se hallaban de
servicio (Lev. 3:1, nota: 7:31-33). Lo único que se pretendía con estos sacrificios era
gozar de una buena relación con Dios. Era como si el adorador, su familia, los
sacerdotes y Jehová celebraran un banquete juntos y en paz.
12
¿Podía haber un mayor privilegio que, por decirlo así, invitar a Jehová a una
comida y él aceptara? Como es lógico, quienes fueran los anfitriones querrían
ofrecerle lo mejor a tan ilustre huésped. Los sacrificios de comunión, como parte de la
armazón de la verdad que hallamos en la Ley, apuntaban a una realidad mayor:
gracias al sacrificio de Jesús, todos los eres humanos tienen la oportunidad de entrar
en una relación pacífica con su Creador. En la actualidad, quienes le sacrifican a Dios
de buena gana sus energías y recursos disfrutan de una estrecha amista con él.

9. ¿Qué puede haber implicado el pecado de Nadab y Abihú, los hijos de


Aarón?

Poco después de que Nadab y Abihú obraron impropiamente al efectuar sus


deberes sacerdotales, Jehová prohibió a los sacerdotes que usaran vino o licor
embriagante mientras servían en el tabernáculo (Levítico 10:9). Eso da a entender que
los dos hijos de Aarón tal vez estaban bajo los efectos del alcohol durante la ocasión
aquí mencionada. Sin embargo, la razón por la que murieron fue porque ofrecieron
“fuego ilegítimo, que [Jehová] no les había prescrito”.

Lecciones para nosotros

10:1, 2. Hoy día, los siervos de Jehová responsables tienen que cumplir con los
requisitos divinos. Además, no deben ser insolentes al encargarse de sus obligaciones.

10:9. Nadie debe realizar deberes que le haya dado Dios si está bajo los efectos del
alcohol

10. ¿Por qué se volvía “inmunda” la mujer como resultado del parto?

Los órganos reproductivos fueron hechos para transmitir vida humana perfecta.
No obstante, en vista de los efectos heredados del pecado, lo que se transmitió fue
vida imperfecta y pecaminosa. Los períodos temporales de ‘inmundicia’ relacionados
con el parto, así como la menstruación y las emisiones seminales, recordaban esta
herencia pecaminosa (Levítico 15:16-24; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Las
disposiciones reglamentarias de purificación ayudaban a los israelitas a comprender la
necesidad de un sacrificio redentor para cubrir el pecado de la humanidad y devolverle
la perfección. Por eso, la Ley llegó a ser su “tutor que [los condujo] a Cristo” (Gálatas
3:24).
*Recopilado por: un chileno

Repaso
1. ¿Por qué es tan importante seguir el principio de Éxodo 23:2 al decidir cómo
entretenernos?

3
Supongamos que haya hemos iniciado el viaje. ¿Qué haremos si no estamos
seguros de por dónde debemos continuar? Quizás veamos a muchos conductores
tomando cierta salida y nos sintamos tentados a ir detrás de ellos. Pero es peligroso
tomar un rumbo tan solo porque lo haga la mayoría. No todos los conductores van ir al
mismo lugar que nosotros, ni tampoco tienen por qué conocer bien la zona. Este
ejemplo nos enseña una lección. Se trata de un principio que extraeos de una de las
leyes que Jehová dio a Israel. A cada persona que fuera a servir de testigo o juez en
un tribunal, Dios le dijo: “No debes seguir tras la muchedumbre” (léase Éxodo 23:2).
¿Por qué hizo esta advertencia? Porque sabía que, debido a la imperfección, es fácil
ceder a las presiones de la gente y cometer una injusticia. Claro, la norma de no
seguir ciegamente a los demás no solo es aplicable a los procesos judiciales, sino a
cualquier situación de la vida.

4
La verdad es que las presiones para seguir a la mayoría se presentan en casi
todas las circunstancias. Además, pudieran aparecer de forma repentina y ser difíciles
de resistir. Pensemos, por ejemplo, en lo que les sucedió a Josué y Caleb. Los dos
habían formado parte de un grupo de doce hombres que había estado espiando la
Tierra Prometida. Los otros diez dieron un informe muy negativo y desalentador. Hasta
aseguraron que habían visto gigantes que descendían de los nefilim, o sea, de los
hijos que habían tenido los ángeles rebeldes con las mujeres. (Gén. 6:4). ¡Qué
disparate! Aquellos seres híbridos no solo no habían tenido hijos, sino que habían
muerto siglos antes en el Diluvio. Este ejemplo ilustra que, cuando las personas están
débiles en la fe, pueden aceptar las ideas más absurdas. Así les sucedió a los
israelitas: los rumores de los diez espías los llenaron de pánico. Tanto es así que la
mayoría pensó que sería un error hacer caso a Jehová y entrar en la Tierra Prometida.
¿Qué harían Josué y Caleb en esas circunstancia tan tensas? (Núm. 13: 25-33)

5
Aquellos dos hombres no se dejaron arrastrar por los demás. Aunque la gente
no quiso escucharlos e incluso amenazó con apedrearlos, ellos defendieron la verdad.
¿Qué les permitió ser tan valientes? Sin duda, la fe. Y es que cuando uno tiene fe, ve
muy clara la diferencia entre las santas promesas de Jehová y las afirmaciones sin
fundamente de los hombres. De hecho, Josué y Caleb expresaron más tarde su
satisfacción al ver que Dios había cumplido todo lo que había jurado hacer (léanse
Josué 14:6,8 y 23:2.14). Eran dos hombres devotos y nunca se las habría ocurrido
ofender a Jehová por complacer a aquella multitud incrédula. Por eso, se mantuvieron
firmes en su postura. ¡Qué ejemplo para todos nosotros! (Núm. 14: 1-10).

6
¿Nos hemos sentido alguna vez empujados a ceder ante la opinión popular?
Hoy, la gran mayoría de las personas no respetan a Jehová ni sus normas, como se
refleja, por ejemplo en su actitud hacia el entretenimiento. No son pocos los que caen
el error de afirmar que la inmoralidad, la violencia, y el ocultismo que inunda la
televisión, el cine y los videojuegos son del todo inofensivos. (2Tim. 3: 1-5). Ahora
bien, preguntémonos: “Cuando elijo las diversiones en las que mi familia o yo
participemos, ¿dejo que la sociedad actual, con su ley de todo vale, influya en mis
decisiones y en mi conciencia?” Si así fuera, estaríamos pasando por alto el consejo
de “no […] seguir tras la muchedumbre”.

7
Jehová nos ha hecho un extraordinario regalo para que podamos tomar
buenas decisiones: nuestras ”facultades perceptivas”. La Biblia usa esta expresión
para referirse a la capacidad que tenemos de reflexionar sobre los asuntos y distinguir
entre lo bueno y lo malo. Para que estas facultades funciones como es debido hay que
entrenarlas “mediante el uso” (Heb. 5:14). Ahora bien, esto no se logra copiando a los
demás sin pensar, ni tampoco aferrándose a una serie de reglas rígidas en asuntos
que cada uno debe decidir según su conciencia. Por esta razón, los testigos de
Jehová no publicamos ninguna lista de películas, libros o páginas de Internet que
deban evitarse. Además, el mundo cambia tan rápido que cualquier lista se quedaría
anticuada a los pocos minutos de salir (1Cor. 7:31). Y, lo que es peor, una lista así nos
privaría de hacer algo muy necesario: examinar los principios bíblicos, pedirle ayuda a
Dios y luego tomar decisiones que le agraden (Efe. 5:10)

2. ¿Cuánta importancia tenía el mandamiento de que los sacerdotes se lavaran


antes de ofrecer los sacrificios a Jehová?¿Por qué es un serio recordatorio
para los siervos de Dios hoy en día?

El tabernáculo también tenía un patio, limitado por una valla de telas. En él había
una gran palangana, donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de
entrar en el Santo y antes de ofrecer los sacrificios sobre el altar situado en el patio.
(Éxodo 30:18-21.) Este requisito de limpieza constituye un enérgico recordatorio a los
siervos modernos de Dios de que deben procurar al máximo mantener la pureza
física, moral, mental y espiritual si desean que su adoración sea grata a Dios.
(2 Corintios 7:1.) Con el tiempo, el suministro de la leña para el fuego del altar y del
agua para la palangana estuvo a cargo de esclavos del templo no israelitas. (Josué
9:27.)

3. ¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro?

En su corazón, Aarón no estaba de acuerdo con la adoración idolátrica.


Posteriormente se unió a sus compañeros levitas al ponerse a favor de Dios y en
contra de los que se opusieron a Moisés. Después que se destruyó a los culpables,
Moisés recordó a los israelitas que ellos habían cometido un grave pecado, lo que
indica que otros además de Aarón recibieron la misericordia de Jehová.

4. ¿Qué relación hay entre la ley divina que prohibía a los israelitas casarse con
gente que adoraba a otros dioses y el enfoque cristiano sobre el noviazgo y
el matrimonio?
11
El prestar atención a la advertencia bíblica también nos protege de las dolorosas
consecuencias que suelen resultar de que un cristiano o una cristiana se una bajo
yugo con una persona incrédula. Por ejemplo, es posible que la persona incrédula
aparte al cónyuge cristiano de servir a Jehová. Considere la advertencia que Jehová
dio al Israel de la antigüedad. Se prohibieron las alianzas matrimoniales con personas
que no adoraban a Jehová. ¿Por qué? “Porque él apartará a tu hijo de seguirme —
advirtió Jehová—, y ellos ciertamente servirán a otros dioses.” (Deuteronomio 7:3, 4.)
Ante la oposición de un cónyuge incrédulo, puede que haya la tendencia a dejarse
llevar por el camino que requiere menos esfuerzo. Es fácil pensar: ‘¡No me va a
suceder a mí!’. Pero le ocurrió a un hombre tan sabio como Salomón. ¿No podría
sucederle a usted? (1 Reyes 11:1-6; compárese con 1 Reyes 4:29, 30.)
12
Aunque no se apartara al creyente de la adoración verdadera, todavía
quedan los problemas y las presiones que muchas veces se ven en un hogar donde
hay división religiosa. Considere de nuevo la ley de Dios a Israel. Suponga que una
israelita accediera a casarse con un cananeo. En vista de las prácticas sexuales
comunes en la tierra de Canaán, ¿qué respeto le tendría aquel hombre a la ley del
Dios de ella? Por ejemplo, ¿se abstendría voluntariamente de las relaciones sexuales
durante la menstruación de ella, como lo requería la Ley de Moisés? (Levítico 18:19;
20:18; compárese con Levítico 18:27.) En el caso de un israelita que se casara con
una cananea, ¿cuánto lo apoyaría ella cuando él viajara a Jerusalén tres veces al año
para asistir a las fiestas periódicas? (Deuteronomio 16:16.) Es obvio que la ley de Dios
que prohibía ese tipo de matrimonios servía de protección para los israelitas.
13
¿Qué hay de la actualidad? Las normas morales de los mundanos difieren
muchísimo de las de la Biblia. Prescindiendo de lo decentes que pudieran parecer
algunos mundanos, no tienen una conciencia cristiana, educada por la Biblia. No han
pasado años estudiando la Palabra de Dios, “rehaciendo su mente” y ‘desnudándose
de la vieja personalidad’. (Romanos 12:2; Colosenses 3:9.) Por consiguiente, el
cristiano o la cristiana que se pone bajo el yugo del matrimonio con una persona
incrédula suele exponerse a mucha angustia y dolor. Algunos se encaran muchas
veces a la presión de participar en prácticas sexuales pervertidas o de celebrar días
de fiesta mundanos. Y otros hasta se quejan de la soledad. Como escribió una
hermana: “La soledad que siente el que está casado con alguien que no ama a
Jehová es la peor soledad imaginable. Esto se debe a que no se tiene a nadie con
quien compartir la verdad, que es lo más importante en la vida de uno”.
5. ¿Por qué nos anima de manera especial el caso de Bazalel y Oholiab?

Pero ¿qué hay si nos sentimos incapaces de aceptar cierta posición de servicio
o participar en el ministerio? En ese caso, debemos pedirle a Jehová que nos conceda
su espíritu, el cual potenciará nuestras habilidades (léase Lucas 11:13). Con su fuerza
activa, él capacita a sus siervos para que cumplan con cualquier labor o asignación,
independientemente de su experiencia y sus circunstancias del pasado. Por ejemplo,
muy poco después de la salida de Egipto, el espíritu santo fortaleció a simples
pastores y esclavos, sin ninguna formación militar, para que lograran derrotar a los
ejércitos enemigos (Éxo. 17:8-13). No mucho más tarde, el mismo espíritu facultó a
Bezalel y Oholiab para que ejecutaran los detallados planos del tabernáculo que Dios
había revelado (Éxo. 31:2-6; 35:30-35).

6. ¿Cómo servía de recordatorio “la santa señal de dedicación” que llevaba el


sumo sacerdote en el turbante? ¿Qué nos enseña esa señal con respecto a
la dedicación?
2
Ahora bien, ¿qué significa dedicación en el sentido bíblico? Dedicar traduce un
verbo hebreo que significa “mantener separado; estar separado; retirar”. En el antiguo
Israel, el sumo sacerdote Aarón llevaba en el turbante “la santa señal de dedicación”,
una lámina resplandeciente de oro puro en la que figuraba en hebreo la inscripción “La
santidad pertenece a Jehová”. Esa señal recordaba al sumo sacerdote que debía
evitar todo lo que profanara el santuario, “porque la señal de la dedicación, el aceite
de la unción de su Dios, [estaba] sobre él” (Éxodo 29:6; 39:30; Levítico 21:12).
3
De este relato se desprende que la dedicación es algo importante. Implica
presentarse voluntario para servir a Dios, y exige una conducta limpia. Por tanto,
comprendemos por qué razón citó el apóstol Pedro estas palabras de Jehová: “Tienen
que ser santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). Los cristianos dedicados
tenemos la enorme responsabilidad de cumplir con nuestra dedicación y de ser fieles
hasta el fin. Pues bien, ¿qué conlleva la dedicación cristiana? (Levítico 19:2; Mateo
24:13.)

7. ¿Qué obligación tenemos todos los cristianos con relación a informar una
falta grave cometida por otro cristiano?

Cuando los ancianos saben de un mal grave, abordan a la persona implicada


para darle la ayuda y la corrección necesarias. Es su obligación juzgar a tales personas
dentro de la congregación cristiana. Se mantienen vigilantes con respecto a la
condición espiritual de esta, y ayudan y amonestan a todo el que da un paso
imprudente o incorrecto. (1 Corintios 5:12, 13; 2 Timoteo 4:2; 1 Pedro 5:1, 2.)
Ahora bien, ¿qué ocurre si no somos ancianos y nos enteramos de que otro
cristiano ha cometido un mal grave? Las pautas se encuentran en la Ley que Jehová
dio a la nación de Israel. Esta decía que si una persona era testigo de acciones
apóstatas, sedición, asesinato u otros delitos graves, tenía el deber de informarlo y
testificar sobre lo que sabía. Levítico 5:1 dice: “Ahora bien, en caso de que peque un
alma por cuanto ha oído maldecir en público y es testigo, o lo ha visto o ha llegado a
saber de ello, si no lo informa, entonces tiene que responder por su error”. (Compárese
con Deuteronomio 13:6-8; Ester 6:2; Proverbios 29:24.)

Aunque hoy los cristianos no estamos bajo la Ley mosaica, podemos guiarnos
por sus principios subyacentes. (Salmo 19:7, 8.)

8. ¿Qué propósito sobresaliente tenían los sacrificios de comunión en los


tiempos de la antigua nación de Israel? ¿Qué simbolizan en nuestros días?
11
La Ley mosaica también estipulaba que los fieles hicieran sacrificios de
comunión como muestra de que estaban en paz con Jehová. Tanto ellos como sus
familias comían la carne de los animales, a menudo en los comedores del templo.
También recibían porciones el sacerdote que oficiaba y los demás que se hallaban de
servicio (Lev. 3:1, nota: 7:31-33). Lo único que se pretendía con estos sacrificios era
gozar de una buena relación con Dios. Era como si el adorador, su familia, los
sacerdotes y Jehová celebraran un banquete juntos y en paz.
12
¿Podía haber un mayor privilegio que, por decirlo así, invitar a Jehová a una
comida y él aceptara? Como es lógico, quienes fueran los anfitriones querrían
ofrecerle lo mejor a tan ilustre huésped. Los sacrificios de comunión, como parte de la
armazón de la verdad que hallamos en la Ley, apuntaban a una realidad mayor:
gracias al sacrificio de Jesús, todos los eres humanos tienen la oportunidad de entrar
en una relación pacífica con su Creador. En la actualidad, quienes le sacrifican a Dios
de buena gana sus energías y recursos disfrutan de una estrecha amista con él.

9. ¿Qué puede haber implicado el pecado de Nadab y Abihú, los hijos de


Aarón?

Poco después de que Nadab y Abihú obraron impropiamente al efectuar sus


deberes sacerdotales, Jehová prohibió a los sacerdotes que usaran vino o licor
embriagante mientras servían en el tabernáculo (Levítico 10:9). Eso da a entender que
los dos hijos de Aarón tal vez estaban bajo los efectos del alcohol durante la ocasión
aquí mencionada. Sin embargo, la razón por la que murieron fue porque ofrecieron
“fuego ilegítimo, que [Jehová] no les había prescrito”.

Lecciones para nosotros

10:1, 2. Hoy día, los siervos de Jehová responsables tienen que cumplir con los
requisitos divinos. Además, no deben ser insolentes al encargarse de sus obligaciones.

10:9. Nadie debe realizar deberes que le haya dado Dios si está bajo los efectos del
alcohol

10. ¿Por qué se volvía “inmunda” la mujer como resultado del parto?

Los órganos reproductivos fueron hechos para transmitir vida humana perfecta.
No obstante, en vista de los efectos heredados del pecado, lo que se transmitió fue
vida imperfecta y pecaminosa. Los períodos temporales de ‘inmundicia’ relacionados
con el parto, así como la menstruación y las emisiones seminales, recordaban esta
herencia pecaminosa (Levítico 15:16-24; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Las
disposiciones reglamentarias de purificación ayudaban a los israelitas a comprender la
necesidad de un sacrificio redentor para cubrir el pecado de la humanidad y devolverle
la perfección. Por eso, la Ley llegó a ser su “tutor que [los condujo] a Cristo” (Gálatas
3:24).
*Recopilado por: un chileno

Repaso
1. ¿Por qué es tan importante seguir el principio de Éxodo 23:2 al decidir cómo
entretenernos?

3
Supongamos que haya hemos iniciado el viaje. ¿Qué haremos si no estamos
seguros de por dónde debemos continuar? Quizás veamos a muchos conductores
tomando cierta salida y nos sintamos tentados a ir detrás de ellos. Pero es peligroso
tomar un rumbo tan solo porque lo haga la mayoría. No todos los conductores van ir al
mismo lugar que nosotros, ni tampoco tienen por qué conocer bien la zona. Este
ejemplo nos enseña una lección. Se trata de un principio que extraeos de una de las
leyes que Jehová dio a Israel. A cada persona que fuera a servir de testigo o juez en
un tribunal, Dios le dijo: “No debes seguir tras la muchedumbre” (léase Éxodo 23:2).
¿Por qué hizo esta advertencia? Porque sabía que, debido a la imperfección, es fácil
ceder a las presiones de la gente y cometer una injusticia. Claro, la norma de no
seguir ciegamente a los demás no solo es aplicable a los procesos judiciales, sino a
cualquier situación de la vida.

4
La verdad es que las presiones para seguir a la mayoría se presentan en casi
todas las circunstancias. Además, pudieran aparecer de forma repentina y ser difíciles
de resistir. Pensemos, por ejemplo, en lo que les sucedió a Josué y Caleb. Los dos
habían formado parte de un grupo de doce hombres que había estado espiando la
Tierra Prometida. Los otros diez dieron un informe muy negativo y desalentador. Hasta
aseguraron que habían visto gigantes que descendían de los nefilim, o sea, de los
hijos que habían tenido los ángeles rebeldes con las mujeres. (Gén. 6:4). ¡Qué
disparate! Aquellos seres híbridos no solo no habían tenido hijos, sino que habían
muerto siglos antes en el Diluvio. Este ejemplo ilustra que, cuando las personas están
débiles en la fe, pueden aceptar las ideas más absurdas. Así les sucedió a los
israelitas: los rumores de los diez espías los llenaron de pánico. Tanto es así que la
mayoría pensó que sería un error hacer caso a Jehová y entrar en la Tierra Prometida.
¿Qué harían Josué y Caleb en esas circunstancia tan tensas? (Núm. 13: 25-33)

5
Aquellos dos hombres no se dejaron arrastrar por los demás. Aunque la gente
no quiso escucharlos e incluso amenazó con apedrearlos, ellos defendieron la verdad.
¿Qué les permitió ser tan valientes? Sin duda, la fe. Y es que cuando uno tiene fe, ve
muy clara la diferencia entre las santas promesas de Jehová y las afirmaciones sin
fundamente de los hombres. De hecho, Josué y Caleb expresaron más tarde su
satisfacción al ver que Dios había cumplido todo lo que había jurado hacer (léanse
Josué 14:6,8 y 23:2.14). Eran dos hombres devotos y nunca se las habría ocurrido
ofender a Jehová por complacer a aquella multitud incrédula. Por eso, se mantuvieron
firmes en su postura. ¡Qué ejemplo para todos nosotros! (Núm. 14: 1-10).

6
¿Nos hemos sentido alguna vez empujados a ceder ante la opinión popular?
Hoy, la gran mayoría de las personas no respetan a Jehová ni sus normas, como se
refleja, por ejemplo en su actitud hacia el entretenimiento. No son pocos los que caen
el error de afirmar que la inmoralidad, la violencia, y el ocultismo que inunda la
televisión, el cine y los videojuegos son del todo inofensivos. (2Tim. 3: 1-5). Ahora
bien, preguntémonos: “Cuando elijo las diversiones en las que mi familia o yo
participemos, ¿dejo que la sociedad actual, con su ley de todo vale, influya en mis
decisiones y en mi conciencia?” Si así fuera, estaríamos pasando por alto el consejo
de “no […] seguir tras la muchedumbre”.

7
Jehová nos ha hecho un extraordinario regalo para que podamos tomar
buenas decisiones: nuestras ”facultades perceptivas”. La Biblia usa esta expresión
para referirse a la capacidad que tenemos de reflexionar sobre los asuntos y distinguir
entre lo bueno y lo malo. Para que estas facultades funciones como es debido hay que
entrenarlas “mediante el uso” (Heb. 5:14). Ahora bien, esto no se logra copiando a los
demás sin pensar, ni tampoco aferrándose a una serie de reglas rígidas en asuntos
que cada uno debe decidir según su conciencia. Por esta razón, los testigos de
Jehová no publicamos ninguna lista de películas, libros o páginas de Internet que
deban evitarse. Además, el mundo cambia tan rápido que cualquier lista se quedaría
anticuada a los pocos minutos de salir (1Cor. 7:31). Y, lo que es peor, una lista así nos
privaría de hacer algo muy necesario: examinar los principios bíblicos, pedirle ayuda a
Dios y luego tomar decisiones que le agraden (Efe. 5:10)

2. ¿Cuánta importancia tenía el mandamiento de que los sacerdotes se lavaran


antes de ofrecer los sacrificios a Jehová?¿Por qué es un serio recordatorio
para los siervos de Dios hoy en día?

El tabernáculo también tenía un patio, limitado por una valla de telas. En él había
una gran palangana, donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de
entrar en el Santo y antes de ofrecer los sacrificios sobre el altar situado en el patio.
(Éxodo 30:18-21.) Este requisito de limpieza constituye un enérgico recordatorio a los
siervos modernos de Dios de que deben procurar al máximo mantener la pureza
física, moral, mental y espiritual si desean que su adoración sea grata a Dios.
(2 Corintios 7:1.) Con el tiempo, el suministro de la leña para el fuego del altar y del
agua para la palangana estuvo a cargo de esclavos del templo no israelitas. (Josué
9:27.)

3. ¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro?

En su corazón, Aarón no estaba de acuerdo con la adoración idolátrica.


Posteriormente se unió a sus compañeros levitas al ponerse a favor de Dios y en
contra de los que se opusieron a Moisés. Después que se destruyó a los culpables,
Moisés recordó a los israelitas que ellos habían cometido un grave pecado, lo que
indica que otros además de Aarón recibieron la misericordia de Jehová.

4. ¿Qué relación hay entre la ley divina que prohibía a los israelitas casarse con
gente que adoraba a otros dioses y el enfoque cristiano sobre el noviazgo y
el matrimonio?
11
El prestar atención a la advertencia bíblica también nos protege de las dolorosas
consecuencias que suelen resultar de que un cristiano o una cristiana se una bajo
yugo con una persona incrédula. Por ejemplo, es posible que la persona incrédula
aparte al cónyuge cristiano de servir a Jehová. Considere la advertencia que Jehová
dio al Israel de la antigüedad. Se prohibieron las alianzas matrimoniales con personas
que no adoraban a Jehová. ¿Por qué? “Porque él apartará a tu hijo de seguirme —
advirtió Jehová—, y ellos ciertamente servirán a otros dioses.” (Deuteronomio 7:3, 4.)
Ante la oposición de un cónyuge incrédulo, puede que haya la tendencia a dejarse
llevar por el camino que requiere menos esfuerzo. Es fácil pensar: ‘¡No me va a
suceder a mí!’. Pero le ocurrió a un hombre tan sabio como Salomón. ¿No podría
sucederle a usted? (1 Reyes 11:1-6; compárese con 1 Reyes 4:29, 30.)
12
Aunque no se apartara al creyente de la adoración verdadera, todavía
quedan los problemas y las presiones que muchas veces se ven en un hogar donde
hay división religiosa. Considere de nuevo la ley de Dios a Israel. Suponga que una
israelita accediera a casarse con un cananeo. En vista de las prácticas sexuales
comunes en la tierra de Canaán, ¿qué respeto le tendría aquel hombre a la ley del
Dios de ella? Por ejemplo, ¿se abstendría voluntariamente de las relaciones sexuales
durante la menstruación de ella, como lo requería la Ley de Moisés? (Levítico 18:19;
20:18; compárese con Levítico 18:27.) En el caso de un israelita que se casara con
una cananea, ¿cuánto lo apoyaría ella cuando él viajara a Jerusalén tres veces al año
para asistir a las fiestas periódicas? (Deuteronomio 16:16.) Es obvio que la ley de Dios
que prohibía ese tipo de matrimonios servía de protección para los israelitas.
13
¿Qué hay de la actualidad? Las normas morales de los mundanos difieren
muchísimo de las de la Biblia. Prescindiendo de lo decentes que pudieran parecer
algunos mundanos, no tienen una conciencia cristiana, educada por la Biblia. No han
pasado años estudiando la Palabra de Dios, “rehaciendo su mente” y ‘desnudándose
de la vieja personalidad’. (Romanos 12:2; Colosenses 3:9.) Por consiguiente, el
cristiano o la cristiana que se pone bajo el yugo del matrimonio con una persona
incrédula suele exponerse a mucha angustia y dolor. Algunos se encaran muchas
veces a la presión de participar en prácticas sexuales pervertidas o de celebrar días
de fiesta mundanos. Y otros hasta se quejan de la soledad. Como escribió una
hermana: “La soledad que siente el que está casado con alguien que no ama a
Jehová es la peor soledad imaginable. Esto se debe a que no se tiene a nadie con
quien compartir la verdad, que es lo más importante en la vida de uno”.
5. ¿Por qué nos anima de manera especial el caso de Bazalel y Oholiab?

Pero ¿qué hay si nos sentimos incapaces de aceptar cierta posición de servicio
o participar en el ministerio? En ese caso, debemos pedirle a Jehová que nos conceda
su espíritu, el cual potenciará nuestras habilidades (léase Lucas 11:13). Con su fuerza
activa, él capacita a sus siervos para que cumplan con cualquier labor o asignación,
independientemente de su experiencia y sus circunstancias del pasado. Por ejemplo,
muy poco después de la salida de Egipto, el espíritu santo fortaleció a simples
pastores y esclavos, sin ninguna formación militar, para que lograran derrotar a los
ejércitos enemigos (Éxo. 17:8-13). No mucho más tarde, el mismo espíritu facultó a
Bezalel y Oholiab para que ejecutaran los detallados planos del tabernáculo que Dios
había revelado (Éxo. 31:2-6; 35:30-35).

6. ¿Cómo servía de recordatorio “la santa señal de dedicación” que llevaba el


sumo sacerdote en el turbante? ¿Qué nos enseña esa señal con respecto a
la dedicación?
2
Ahora bien, ¿qué significa dedicación en el sentido bíblico? Dedicar traduce un
verbo hebreo que significa “mantener separado; estar separado; retirar”. En el antiguo
Israel, el sumo sacerdote Aarón llevaba en el turbante “la santa señal de dedicación”,
una lámina resplandeciente de oro puro en la que figuraba en hebreo la inscripción “La
santidad pertenece a Jehová”. Esa señal recordaba al sumo sacerdote que debía
evitar todo lo que profanara el santuario, “porque la señal de la dedicación, el aceite
de la unción de su Dios, [estaba] sobre él” (Éxodo 29:6; 39:30; Levítico 21:12).
3
De este relato se desprende que la dedicación es algo importante. Implica
presentarse voluntario para servir a Dios, y exige una conducta limpia. Por tanto,
comprendemos por qué razón citó el apóstol Pedro estas palabras de Jehová: “Tienen
que ser santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). Los cristianos dedicados
tenemos la enorme responsabilidad de cumplir con nuestra dedicación y de ser fieles
hasta el fin. Pues bien, ¿qué conlleva la dedicación cristiana? (Levítico 19:2; Mateo
24:13.)

7. ¿Qué obligación tenemos todos los cristianos con relación a informar una
falta grave cometida por otro cristiano?

Cuando los ancianos saben de un mal grave, abordan a la persona implicada


para darle la ayuda y la corrección necesarias. Es su obligación juzgar a tales personas
dentro de la congregación cristiana. Se mantienen vigilantes con respecto a la
condición espiritual de esta, y ayudan y amonestan a todo el que da un paso
imprudente o incorrecto. (1 Corintios 5:12, 13; 2 Timoteo 4:2; 1 Pedro 5:1, 2.)
Ahora bien, ¿qué ocurre si no somos ancianos y nos enteramos de que otro
cristiano ha cometido un mal grave? Las pautas se encuentran en la Ley que Jehová
dio a la nación de Israel. Esta decía que si una persona era testigo de acciones
apóstatas, sedición, asesinato u otros delitos graves, tenía el deber de informarlo y
testificar sobre lo que sabía. Levítico 5:1 dice: “Ahora bien, en caso de que peque un
alma por cuanto ha oído maldecir en público y es testigo, o lo ha visto o ha llegado a
saber de ello, si no lo informa, entonces tiene que responder por su error”. (Compárese
con Deuteronomio 13:6-8; Ester 6:2; Proverbios 29:24.)

Aunque hoy los cristianos no estamos bajo la Ley mosaica, podemos guiarnos
por sus principios subyacentes. (Salmo 19:7, 8.)

8. ¿Qué propósito sobresaliente tenían los sacrificios de comunión en los


tiempos de la antigua nación de Israel? ¿Qué simbolizan en nuestros días?
11
La Ley mosaica también estipulaba que los fieles hicieran sacrificios de
comunión como muestra de que estaban en paz con Jehová. Tanto ellos como sus
familias comían la carne de los animales, a menudo en los comedores del templo.
También recibían porciones el sacerdote que oficiaba y los demás que se hallaban de
servicio (Lev. 3:1, nota: 7:31-33). Lo único que se pretendía con estos sacrificios era
gozar de una buena relación con Dios. Era como si el adorador, su familia, los
sacerdotes y Jehová celebraran un banquete juntos y en paz.
12
¿Podía haber un mayor privilegio que, por decirlo así, invitar a Jehová a una
comida y él aceptara? Como es lógico, quienes fueran los anfitriones querrían
ofrecerle lo mejor a tan ilustre huésped. Los sacrificios de comunión, como parte de la
armazón de la verdad que hallamos en la Ley, apuntaban a una realidad mayor:
gracias al sacrificio de Jesús, todos los eres humanos tienen la oportunidad de entrar
en una relación pacífica con su Creador. En la actualidad, quienes le sacrifican a Dios
de buena gana sus energías y recursos disfrutan de una estrecha amista con él.

9. ¿Qué puede haber implicado el pecado de Nadab y Abihú, los hijos de


Aarón?

Poco después de que Nadab y Abihú obraron impropiamente al efectuar sus


deberes sacerdotales, Jehová prohibió a los sacerdotes que usaran vino o licor
embriagante mientras servían en el tabernáculo (Levítico 10:9). Eso da a entender que
los dos hijos de Aarón tal vez estaban bajo los efectos del alcohol durante la ocasión
aquí mencionada. Sin embargo, la razón por la que murieron fue porque ofrecieron
“fuego ilegítimo, que [Jehová] no les había prescrito”.

Lecciones para nosotros

10:1, 2. Hoy día, los siervos de Jehová responsables tienen que cumplir con los
requisitos divinos. Además, no deben ser insolentes al encargarse de sus obligaciones.

10:9. Nadie debe realizar deberes que le haya dado Dios si está bajo los efectos del
alcohol

10. ¿Por qué se volvía “inmunda” la mujer como resultado del parto?

Los órganos reproductivos fueron hechos para transmitir vida humana perfecta.
No obstante, en vista de los efectos heredados del pecado, lo que se transmitió fue
vida imperfecta y pecaminosa. Los períodos temporales de ‘inmundicia’ relacionados
con el parto, así como la menstruación y las emisiones seminales, recordaban esta
herencia pecaminosa (Levítico 15:16-24; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Las
disposiciones reglamentarias de purificación ayudaban a los israelitas a comprender la
necesidad de un sacrificio redentor para cubrir el pecado de la humanidad y devolverle
la perfección. Por eso, la Ley llegó a ser su “tutor que [los condujo] a Cristo” (Gálatas
3:24).
*Recopilado por: un chileno

Repaso
1. ¿Por qué es tan importante seguir el principio de Éxodo 23:2 al decidir cómo
entretenernos?

3
Supongamos que haya hemos iniciado el viaje. ¿Qué haremos si no estamos
seguros de por dónde debemos continuar? Quizás veamos a muchos conductores
tomando cierta salida y nos sintamos tentados a ir detrás de ellos. Pero es peligroso
tomar un rumbo tan solo porque lo haga la mayoría. No todos los conductores van ir al
mismo lugar que nosotros, ni tampoco tienen por qué conocer bien la zona. Este
ejemplo nos enseña una lección. Se trata de un principio que extraeos de una de las
leyes que Jehová dio a Israel. A cada persona que fuera a servir de testigo o juez en
un tribunal, Dios le dijo: “No debes seguir tras la muchedumbre” (léase Éxodo 23:2).
¿Por qué hizo esta advertencia? Porque sabía que, debido a la imperfección, es fácil
ceder a las presiones de la gente y cometer una injusticia. Claro, la norma de no
seguir ciegamente a los demás no solo es aplicable a los procesos judiciales, sino a
cualquier situación de la vida.

4
La verdad es que las presiones para seguir a la mayoría se presentan en casi
todas las circunstancias. Además, pudieran aparecer de forma repentina y ser difíciles
de resistir. Pensemos, por ejemplo, en lo que les sucedió a Josué y Caleb. Los dos
habían formado parte de un grupo de doce hombres que había estado espiando la
Tierra Prometida. Los otros diez dieron un informe muy negativo y desalentador. Hasta
aseguraron que habían visto gigantes que descendían de los nefilim, o sea, de los
hijos que habían tenido los ángeles rebeldes con las mujeres. (Gén. 6:4). ¡Qué
disparate! Aquellos seres híbridos no solo no habían tenido hijos, sino que habían
muerto siglos antes en el Diluvio. Este ejemplo ilustra que, cuando las personas están
débiles en la fe, pueden aceptar las ideas más absurdas. Así les sucedió a los
israelitas: los rumores de los diez espías los llenaron de pánico. Tanto es así que la
mayoría pensó que sería un error hacer caso a Jehová y entrar en la Tierra Prometida.
¿Qué harían Josué y Caleb en esas circunstancia tan tensas? (Núm. 13: 25-33)

5
Aquellos dos hombres no se dejaron arrastrar por los demás. Aunque la gente
no quiso escucharlos e incluso amenazó con apedrearlos, ellos defendieron la verdad.
¿Qué les permitió ser tan valientes? Sin duda, la fe. Y es que cuando uno tiene fe, ve
muy clara la diferencia entre las santas promesas de Jehová y las afirmaciones sin
fundamente de los hombres. De hecho, Josué y Caleb expresaron más tarde su
satisfacción al ver que Dios había cumplido todo lo que había jurado hacer (léanse
Josué 14:6,8 y 23:2.14). Eran dos hombres devotos y nunca se las habría ocurrido
ofender a Jehová por complacer a aquella multitud incrédula. Por eso, se mantuvieron
firmes en su postura. ¡Qué ejemplo para todos nosotros! (Núm. 14: 1-10).

6
¿Nos hemos sentido alguna vez empujados a ceder ante la opinión popular?
Hoy, la gran mayoría de las personas no respetan a Jehová ni sus normas, como se
refleja, por ejemplo en su actitud hacia el entretenimiento. No son pocos los que caen
el error de afirmar que la inmoralidad, la violencia, y el ocultismo que inunda la
televisión, el cine y los videojuegos son del todo inofensivos. (2Tim. 3: 1-5). Ahora
bien, preguntémonos: “Cuando elijo las diversiones en las que mi familia o yo
participemos, ¿dejo que la sociedad actual, con su ley de todo vale, influya en mis
decisiones y en mi conciencia?” Si así fuera, estaríamos pasando por alto el consejo
de “no […] seguir tras la muchedumbre”.

7
Jehová nos ha hecho un extraordinario regalo para que podamos tomar
buenas decisiones: nuestras ”facultades perceptivas”. La Biblia usa esta expresión
para referirse a la capacidad que tenemos de reflexionar sobre los asuntos y distinguir
entre lo bueno y lo malo. Para que estas facultades funciones como es debido hay que
entrenarlas “mediante el uso” (Heb. 5:14). Ahora bien, esto no se logra copiando a los
demás sin pensar, ni tampoco aferrándose a una serie de reglas rígidas en asuntos
que cada uno debe decidir según su conciencia. Por esta razón, los testigos de
Jehová no publicamos ninguna lista de películas, libros o páginas de Internet que
deban evitarse. Además, el mundo cambia tan rápido que cualquier lista se quedaría
anticuada a los pocos minutos de salir (1Cor. 7:31). Y, lo que es peor, una lista así nos
privaría de hacer algo muy necesario: examinar los principios bíblicos, pedirle ayuda a
Dios y luego tomar decisiones que le agraden (Efe. 5:10)

2. ¿Cuánta importancia tenía el mandamiento de que los sacerdotes se lavaran


antes de ofrecer los sacrificios a Jehová?¿Por qué es un serio recordatorio
para los siervos de Dios hoy en día?

El tabernáculo también tenía un patio, limitado por una valla de telas. En él había
una gran palangana, donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de
entrar en el Santo y antes de ofrecer los sacrificios sobre el altar situado en el patio.
(Éxodo 30:18-21.) Este requisito de limpieza constituye un enérgico recordatorio a los
siervos modernos de Dios de que deben procurar al máximo mantener la pureza
física, moral, mental y espiritual si desean que su adoración sea grata a Dios.
(2 Corintios 7:1.) Con el tiempo, el suministro de la leña para el fuego del altar y del
agua para la palangana estuvo a cargo de esclavos del templo no israelitas. (Josué
9:27.)

3. ¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro?

En su corazón, Aarón no estaba de acuerdo con la adoración idolátrica.


Posteriormente se unió a sus compañeros levitas al ponerse a favor de Dios y en
contra de los que se opusieron a Moisés. Después que se destruyó a los culpables,
Moisés recordó a los israelitas que ellos habían cometido un grave pecado, lo que
indica que otros además de Aarón recibieron la misericordia de Jehová.

4. ¿Qué relación hay entre la ley divina que prohibía a los israelitas casarse con
gente que adoraba a otros dioses y el enfoque cristiano sobre el noviazgo y
el matrimonio?
11
El prestar atención a la advertencia bíblica también nos protege de las dolorosas
consecuencias que suelen resultar de que un cristiano o una cristiana se una bajo
yugo con una persona incrédula. Por ejemplo, es posible que la persona incrédula
aparte al cónyuge cristiano de servir a Jehová. Considere la advertencia que Jehová
dio al Israel de la antigüedad. Se prohibieron las alianzas matrimoniales con personas
que no adoraban a Jehová. ¿Por qué? “Porque él apartará a tu hijo de seguirme —
advirtió Jehová—, y ellos ciertamente servirán a otros dioses.” (Deuteronomio 7:3, 4.)
Ante la oposición de un cónyuge incrédulo, puede que haya la tendencia a dejarse
llevar por el camino que requiere menos esfuerzo. Es fácil pensar: ‘¡No me va a
suceder a mí!’. Pero le ocurrió a un hombre tan sabio como Salomón. ¿No podría
sucederle a usted? (1 Reyes 11:1-6; compárese con 1 Reyes 4:29, 30.)
12
Aunque no se apartara al creyente de la adoración verdadera, todavía
quedan los problemas y las presiones que muchas veces se ven en un hogar donde
hay división religiosa. Considere de nuevo la ley de Dios a Israel. Suponga que una
israelita accediera a casarse con un cananeo. En vista de las prácticas sexuales
comunes en la tierra de Canaán, ¿qué respeto le tendría aquel hombre a la ley del
Dios de ella? Por ejemplo, ¿se abstendría voluntariamente de las relaciones sexuales
durante la menstruación de ella, como lo requería la Ley de Moisés? (Levítico 18:19;
20:18; compárese con Levítico 18:27.) En el caso de un israelita que se casara con
una cananea, ¿cuánto lo apoyaría ella cuando él viajara a Jerusalén tres veces al año
para asistir a las fiestas periódicas? (Deuteronomio 16:16.) Es obvio que la ley de Dios
que prohibía ese tipo de matrimonios servía de protección para los israelitas.
13
¿Qué hay de la actualidad? Las normas morales de los mundanos difieren
muchísimo de las de la Biblia. Prescindiendo de lo decentes que pudieran parecer
algunos mundanos, no tienen una conciencia cristiana, educada por la Biblia. No han
pasado años estudiando la Palabra de Dios, “rehaciendo su mente” y ‘desnudándose
de la vieja personalidad’. (Romanos 12:2; Colosenses 3:9.) Por consiguiente, el
cristiano o la cristiana que se pone bajo el yugo del matrimonio con una persona
incrédula suele exponerse a mucha angustia y dolor. Algunos se encaran muchas
veces a la presión de participar en prácticas sexuales pervertidas o de celebrar días
de fiesta mundanos. Y otros hasta se quejan de la soledad. Como escribió una
hermana: “La soledad que siente el que está casado con alguien que no ama a
Jehová es la peor soledad imaginable. Esto se debe a que no se tiene a nadie con
quien compartir la verdad, que es lo más importante en la vida de uno”.
5. ¿Por qué nos anima de manera especial el caso de Bazalel y Oholiab?

Pero ¿qué hay si nos sentimos incapaces de aceptar cierta posición de servicio
o participar en el ministerio? En ese caso, debemos pedirle a Jehová que nos conceda
su espíritu, el cual potenciará nuestras habilidades (léase Lucas 11:13). Con su fuerza
activa, él capacita a sus siervos para que cumplan con cualquier labor o asignación,
independientemente de su experiencia y sus circunstancias del pasado. Por ejemplo,
muy poco después de la salida de Egipto, el espíritu santo fortaleció a simples
pastores y esclavos, sin ninguna formación militar, para que lograran derrotar a los
ejércitos enemigos (Éxo. 17:8-13). No mucho más tarde, el mismo espíritu facultó a
Bezalel y Oholiab para que ejecutaran los detallados planos del tabernáculo que Dios
había revelado (Éxo. 31:2-6; 35:30-35).

6. ¿Cómo servía de recordatorio “la santa señal de dedicación” que llevaba el


sumo sacerdote en el turbante? ¿Qué nos enseña esa señal con respecto a
la dedicación?
2
Ahora bien, ¿qué significa dedicación en el sentido bíblico? Dedicar traduce un
verbo hebreo que significa “mantener separado; estar separado; retirar”. En el antiguo
Israel, el sumo sacerdote Aarón llevaba en el turbante “la santa señal de dedicación”,
una lámina resplandeciente de oro puro en la que figuraba en hebreo la inscripción “La
santidad pertenece a Jehová”. Esa señal recordaba al sumo sacerdote que debía
evitar todo lo que profanara el santuario, “porque la señal de la dedicación, el aceite
de la unción de su Dios, [estaba] sobre él” (Éxodo 29:6; 39:30; Levítico 21:12).
3
De este relato se desprende que la dedicación es algo importante. Implica
presentarse voluntario para servir a Dios, y exige una conducta limpia. Por tanto,
comprendemos por qué razón citó el apóstol Pedro estas palabras de Jehová: “Tienen
que ser santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). Los cristianos dedicados
tenemos la enorme responsabilidad de cumplir con nuestra dedicación y de ser fieles
hasta el fin. Pues bien, ¿qué conlleva la dedicación cristiana? (Levítico 19:2; Mateo
24:13.)

7. ¿Qué obligación tenemos todos los cristianos con relación a informar una
falta grave cometida por otro cristiano?

Cuando los ancianos saben de un mal grave, abordan a la persona implicada


para darle la ayuda y la corrección necesarias. Es su obligación juzgar a tales personas
dentro de la congregación cristiana. Se mantienen vigilantes con respecto a la
condición espiritual de esta, y ayudan y amonestan a todo el que da un paso
imprudente o incorrecto. (1 Corintios 5:12, 13; 2 Timoteo 4:2; 1 Pedro 5:1, 2.)
Ahora bien, ¿qué ocurre si no somos ancianos y nos enteramos de que otro
cristiano ha cometido un mal grave? Las pautas se encuentran en la Ley que Jehová
dio a la nación de Israel. Esta decía que si una persona era testigo de acciones
apóstatas, sedición, asesinato u otros delitos graves, tenía el deber de informarlo y
testificar sobre lo que sabía. Levítico 5:1 dice: “Ahora bien, en caso de que peque un
alma por cuanto ha oído maldecir en público y es testigo, o lo ha visto o ha llegado a
saber de ello, si no lo informa, entonces tiene que responder por su error”. (Compárese
con Deuteronomio 13:6-8; Ester 6:2; Proverbios 29:24.)

Aunque hoy los cristianos no estamos bajo la Ley mosaica, podemos guiarnos
por sus principios subyacentes. (Salmo 19:7, 8.)

8. ¿Qué propósito sobresaliente tenían los sacrificios de comunión en los


tiempos de la antigua nación de Israel? ¿Qué simbolizan en nuestros días?
11
La Ley mosaica también estipulaba que los fieles hicieran sacrificios de
comunión como muestra de que estaban en paz con Jehová. Tanto ellos como sus
familias comían la carne de los animales, a menudo en los comedores del templo.
También recibían porciones el sacerdote que oficiaba y los demás que se hallaban de
servicio (Lev. 3:1, nota: 7:31-33). Lo único que se pretendía con estos sacrificios era
gozar de una buena relación con Dios. Era como si el adorador, su familia, los
sacerdotes y Jehová celebraran un banquete juntos y en paz.
12
¿Podía haber un mayor privilegio que, por decirlo así, invitar a Jehová a una
comida y él aceptara? Como es lógico, quienes fueran los anfitriones querrían
ofrecerle lo mejor a tan ilustre huésped. Los sacrificios de comunión, como parte de la
armazón de la verdad que hallamos en la Ley, apuntaban a una realidad mayor:
gracias al sacrificio de Jesús, todos los eres humanos tienen la oportunidad de entrar
en una relación pacífica con su Creador. En la actualidad, quienes le sacrifican a Dios
de buena gana sus energías y recursos disfrutan de una estrecha amista con él.

9. ¿Qué puede haber implicado el pecado de Nadab y Abihú, los hijos de


Aarón?

Poco después de que Nadab y Abihú obraron impropiamente al efectuar sus


deberes sacerdotales, Jehová prohibió a los sacerdotes que usaran vino o licor
embriagante mientras servían en el tabernáculo (Levítico 10:9). Eso da a entender que
los dos hijos de Aarón tal vez estaban bajo los efectos del alcohol durante la ocasión
aquí mencionada. Sin embargo, la razón por la que murieron fue porque ofrecieron
“fuego ilegítimo, que [Jehová] no les había prescrito”.

Lecciones para nosotros

10:1, 2. Hoy día, los siervos de Jehová responsables tienen que cumplir con los
requisitos divinos. Además, no deben ser insolentes al encargarse de sus obligaciones.

10:9. Nadie debe realizar deberes que le haya dado Dios si está bajo los efectos del
alcohol

10. ¿Por qué se volvía “inmunda” la mujer como resultado del parto?

Los órganos reproductivos fueron hechos para transmitir vida humana perfecta.
No obstante, en vista de los efectos heredados del pecado, lo que se transmitió fue
vida imperfecta y pecaminosa. Los períodos temporales de ‘inmundicia’ relacionados
con el parto, así como la menstruación y las emisiones seminales, recordaban esta
herencia pecaminosa (Levítico 15:16-24; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Las
disposiciones reglamentarias de purificación ayudaban a los israelitas a comprender la
necesidad de un sacrificio redentor para cubrir el pecado de la humanidad y devolverle
la perfección. Por eso, la Ley llegó a ser su “tutor que [los condujo] a Cristo” (Gálatas
3:24).
*Recopilado por: un chileno

Repaso
1. ¿Por qué es tan importante seguir el principio de Éxodo 23:2 al decidir cómo
entretenernos?

3
Supongamos que haya hemos iniciado el viaje. ¿Qué haremos si no estamos
seguros de por dónde debemos continuar? Quizás veamos a muchos conductores
tomando cierta salida y nos sintamos tentados a ir detrás de ellos. Pero es peligroso
tomar un rumbo tan solo porque lo haga la mayoría. No todos los conductores van ir al
mismo lugar que nosotros, ni tampoco tienen por qué conocer bien la zona. Este
ejemplo nos enseña una lección. Se trata de un principio que extraeos de una de las
leyes que Jehová dio a Israel. A cada persona que fuera a servir de testigo o juez en
un tribunal, Dios le dijo: “No debes seguir tras la muchedumbre” (léase Éxodo 23:2).
¿Por qué hizo esta advertencia? Porque sabía que, debido a la imperfección, es fácil
ceder a las presiones de la gente y cometer una injusticia. Claro, la norma de no
seguir ciegamente a los demás no solo es aplicable a los procesos judiciales, sino a
cualquier situación de la vida.

4
La verdad es que las presiones para seguir a la mayoría se presentan en casi
todas las circunstancias. Además, pudieran aparecer de forma repentina y ser difíciles
de resistir. Pensemos, por ejemplo, en lo que les sucedió a Josué y Caleb. Los dos
habían formado parte de un grupo de doce hombres que había estado espiando la
Tierra Prometida. Los otros diez dieron un informe muy negativo y desalentador. Hasta
aseguraron que habían visto gigantes que descendían de los nefilim, o sea, de los
hijos que habían tenido los ángeles rebeldes con las mujeres. (Gén. 6:4). ¡Qué
disparate! Aquellos seres híbridos no solo no habían tenido hijos, sino que habían
muerto siglos antes en el Diluvio. Este ejemplo ilustra que, cuando las personas están
débiles en la fe, pueden aceptar las ideas más absurdas. Así les sucedió a los
israelitas: los rumores de los diez espías los llenaron de pánico. Tanto es así que la
mayoría pensó que sería un error hacer caso a Jehová y entrar en la Tierra Prometida.
¿Qué harían Josué y Caleb en esas circunstancia tan tensas? (Núm. 13: 25-33)

5
Aquellos dos hombres no se dejaron arrastrar por los demás. Aunque la gente
no quiso escucharlos e incluso amenazó con apedrearlos, ellos defendieron la verdad.
¿Qué les permitió ser tan valientes? Sin duda, la fe. Y es que cuando uno tiene fe, ve
muy clara la diferencia entre las santas promesas de Jehová y las afirmaciones sin
fundamente de los hombres. De hecho, Josué y Caleb expresaron más tarde su
satisfacción al ver que Dios había cumplido todo lo que había jurado hacer (léanse
Josué 14:6,8 y 23:2.14). Eran dos hombres devotos y nunca se las habría ocurrido
ofender a Jehová por complacer a aquella multitud incrédula. Por eso, se mantuvieron
firmes en su postura. ¡Qué ejemplo para todos nosotros! (Núm. 14: 1-10).

6
¿Nos hemos sentido alguna vez empujados a ceder ante la opinión popular?
Hoy, la gran mayoría de las personas no respetan a Jehová ni sus normas, como se
refleja, por ejemplo en su actitud hacia el entretenimiento. No son pocos los que caen
el error de afirmar que la inmoralidad, la violencia, y el ocultismo que inunda la
televisión, el cine y los videojuegos son del todo inofensivos. (2Tim. 3: 1-5). Ahora
bien, preguntémonos: “Cuando elijo las diversiones en las que mi familia o yo
participemos, ¿dejo que la sociedad actual, con su ley de todo vale, influya en mis
decisiones y en mi conciencia?” Si así fuera, estaríamos pasando por alto el consejo
de “no […] seguir tras la muchedumbre”.

7
Jehová nos ha hecho un extraordinario regalo para que podamos tomar
buenas decisiones: nuestras ”facultades perceptivas”. La Biblia usa esta expresión
para referirse a la capacidad que tenemos de reflexionar sobre los asuntos y distinguir
entre lo bueno y lo malo. Para que estas facultades funciones como es debido hay que
entrenarlas “mediante el uso” (Heb. 5:14). Ahora bien, esto no se logra copiando a los
demás sin pensar, ni tampoco aferrándose a una serie de reglas rígidas en asuntos
que cada uno debe decidir según su conciencia. Por esta razón, los testigos de
Jehová no publicamos ninguna lista de películas, libros o páginas de Internet que
deban evitarse. Además, el mundo cambia tan rápido que cualquier lista se quedaría
anticuada a los pocos minutos de salir (1Cor. 7:31). Y, lo que es peor, una lista así nos
privaría de hacer algo muy necesario: examinar los principios bíblicos, pedirle ayuda a
Dios y luego tomar decisiones que le agraden (Efe. 5:10)

2. ¿Cuánta importancia tenía el mandamiento de que los sacerdotes se lavaran


antes de ofrecer los sacrificios a Jehová?¿Por qué es un serio recordatorio
para los siervos de Dios hoy en día?

El tabernáculo también tenía un patio, limitado por una valla de telas. En él había
una gran palangana, donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de
entrar en el Santo y antes de ofrecer los sacrificios sobre el altar situado en el patio.
(Éxodo 30:18-21.) Este requisito de limpieza constituye un enérgico recordatorio a los
siervos modernos de Dios de que deben procurar al máximo mantener la pureza
física, moral, mental y espiritual si desean que su adoración sea grata a Dios.
(2 Corintios 7:1.) Con el tiempo, el suministro de la leña para el fuego del altar y del
agua para la palangana estuvo a cargo de esclavos del templo no israelitas. (Josué
9:27.)

3. ¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro?

En su corazón, Aarón no estaba de acuerdo con la adoración idolátrica.


Posteriormente se unió a sus compañeros levitas al ponerse a favor de Dios y en
contra de los que se opusieron a Moisés. Después que se destruyó a los culpables,
Moisés recordó a los israelitas que ellos habían cometido un grave pecado, lo que
indica que otros además de Aarón recibieron la misericordia de Jehová.

4. ¿Qué relación hay entre la ley divina que prohibía a los israelitas casarse con
gente que adoraba a otros dioses y el enfoque cristiano sobre el noviazgo y
el matrimonio?
11
El prestar atención a la advertencia bíblica también nos protege de las dolorosas
consecuencias que suelen resultar de que un cristiano o una cristiana se una bajo
yugo con una persona incrédula. Por ejemplo, es posible que la persona incrédula
aparte al cónyuge cristiano de servir a Jehová. Considere la advertencia que Jehová
dio al Israel de la antigüedad. Se prohibieron las alianzas matrimoniales con personas
que no adoraban a Jehová. ¿Por qué? “Porque él apartará a tu hijo de seguirme —
advirtió Jehová—, y ellos ciertamente servirán a otros dioses.” (Deuteronomio 7:3, 4.)
Ante la oposición de un cónyuge incrédulo, puede que haya la tendencia a dejarse
llevar por el camino que requiere menos esfuerzo. Es fácil pensar: ‘¡No me va a
suceder a mí!’. Pero le ocurrió a un hombre tan sabio como Salomón. ¿No podría
sucederle a usted? (1 Reyes 11:1-6; compárese con 1 Reyes 4:29, 30.)
12
Aunque no se apartara al creyente de la adoración verdadera, todavía
quedan los problemas y las presiones que muchas veces se ven en un hogar donde
hay división religiosa. Considere de nuevo la ley de Dios a Israel. Suponga que una
israelita accediera a casarse con un cananeo. En vista de las prácticas sexuales
comunes en la tierra de Canaán, ¿qué respeto le tendría aquel hombre a la ley del
Dios de ella? Por ejemplo, ¿se abstendría voluntariamente de las relaciones sexuales
durante la menstruación de ella, como lo requería la Ley de Moisés? (Levítico 18:19;
20:18; compárese con Levítico 18:27.) En el caso de un israelita que se casara con
una cananea, ¿cuánto lo apoyaría ella cuando él viajara a Jerusalén tres veces al año
para asistir a las fiestas periódicas? (Deuteronomio 16:16.) Es obvio que la ley de Dios
que prohibía ese tipo de matrimonios servía de protección para los israelitas.
13
¿Qué hay de la actualidad? Las normas morales de los mundanos difieren
muchísimo de las de la Biblia. Prescindiendo de lo decentes que pudieran parecer
algunos mundanos, no tienen una conciencia cristiana, educada por la Biblia. No han
pasado años estudiando la Palabra de Dios, “rehaciendo su mente” y ‘desnudándose
de la vieja personalidad’. (Romanos 12:2; Colosenses 3:9.) Por consiguiente, el
cristiano o la cristiana que se pone bajo el yugo del matrimonio con una persona
incrédula suele exponerse a mucha angustia y dolor. Algunos se encaran muchas
veces a la presión de participar en prácticas sexuales pervertidas o de celebrar días
de fiesta mundanos. Y otros hasta se quejan de la soledad. Como escribió una
hermana: “La soledad que siente el que está casado con alguien que no ama a
Jehová es la peor soledad imaginable. Esto se debe a que no se tiene a nadie con
quien compartir la verdad, que es lo más importante en la vida de uno”.
5. ¿Por qué nos anima de manera especial el caso de Bazalel y Oholiab?

Pero ¿qué hay si nos sentimos incapaces de aceptar cierta posición de servicio
o participar en el ministerio? En ese caso, debemos pedirle a Jehová que nos conceda
su espíritu, el cual potenciará nuestras habilidades (léase Lucas 11:13). Con su fuerza
activa, él capacita a sus siervos para que cumplan con cualquier labor o asignación,
independientemente de su experiencia y sus circunstancias del pasado. Por ejemplo,
muy poco después de la salida de Egipto, el espíritu santo fortaleció a simples
pastores y esclavos, sin ninguna formación militar, para que lograran derrotar a los
ejércitos enemigos (Éxo. 17:8-13). No mucho más tarde, el mismo espíritu facultó a
Bezalel y Oholiab para que ejecutaran los detallados planos del tabernáculo que Dios
había revelado (Éxo. 31:2-6; 35:30-35).

6. ¿Cómo servía de recordatorio “la santa señal de dedicación” que llevaba el


sumo sacerdote en el turbante? ¿Qué nos enseña esa señal con respecto a
la dedicación?
2
Ahora bien, ¿qué significa dedicación en el sentido bíblico? Dedicar traduce un
verbo hebreo que significa “mantener separado; estar separado; retirar”. En el antiguo
Israel, el sumo sacerdote Aarón llevaba en el turbante “la santa señal de dedicación”,
una lámina resplandeciente de oro puro en la que figuraba en hebreo la inscripción “La
santidad pertenece a Jehová”. Esa señal recordaba al sumo sacerdote que debía
evitar todo lo que profanara el santuario, “porque la señal de la dedicación, el aceite
de la unción de su Dios, [estaba] sobre él” (Éxodo 29:6; 39:30; Levítico 21:12).
3
De este relato se desprende que la dedicación es algo importante. Implica
presentarse voluntario para servir a Dios, y exige una conducta limpia. Por tanto,
comprendemos por qué razón citó el apóstol Pedro estas palabras de Jehová: “Tienen
que ser santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). Los cristianos dedicados
tenemos la enorme responsabilidad de cumplir con nuestra dedicación y de ser fieles
hasta el fin. Pues bien, ¿qué conlleva la dedicación cristiana? (Levítico 19:2; Mateo
24:13.)

7. ¿Qué obligación tenemos todos los cristianos con relación a informar una
falta grave cometida por otro cristiano?

Cuando los ancianos saben de un mal grave, abordan a la persona implicada


para darle la ayuda y la corrección necesarias. Es su obligación juzgar a tales personas
dentro de la congregación cristiana. Se mantienen vigilantes con respecto a la
condición espiritual de esta, y ayudan y amonestan a todo el que da un paso
imprudente o incorrecto. (1 Corintios 5:12, 13; 2 Timoteo 4:2; 1 Pedro 5:1, 2.)
Ahora bien, ¿qué ocurre si no somos ancianos y nos enteramos de que otro
cristiano ha cometido un mal grave? Las pautas se encuentran en la Ley que Jehová
dio a la nación de Israel. Esta decía que si una persona era testigo de acciones
apóstatas, sedición, asesinato u otros delitos graves, tenía el deber de informarlo y
testificar sobre lo que sabía. Levítico 5:1 dice: “Ahora bien, en caso de que peque un
alma por cuanto ha oído maldecir en público y es testigo, o lo ha visto o ha llegado a
saber de ello, si no lo informa, entonces tiene que responder por su error”. (Compárese
con Deuteronomio 13:6-8; Ester 6:2; Proverbios 29:24.)

Aunque hoy los cristianos no estamos bajo la Ley mosaica, podemos guiarnos
por sus principios subyacentes. (Salmo 19:7, 8.)

8. ¿Qué propósito sobresaliente tenían los sacrificios de comunión en los


tiempos de la antigua nación de Israel? ¿Qué simbolizan en nuestros días?
11
La Ley mosaica también estipulaba que los fieles hicieran sacrificios de
comunión como muestra de que estaban en paz con Jehová. Tanto ellos como sus
familias comían la carne de los animales, a menudo en los comedores del templo.
También recibían porciones el sacerdote que oficiaba y los demás que se hallaban de
servicio (Lev. 3:1, nota: 7:31-33). Lo único que se pretendía con estos sacrificios era
gozar de una buena relación con Dios. Era como si el adorador, su familia, los
sacerdotes y Jehová celebraran un banquete juntos y en paz.
12
¿Podía haber un mayor privilegio que, por decirlo así, invitar a Jehová a una
comida y él aceptara? Como es lógico, quienes fueran los anfitriones querrían
ofrecerle lo mejor a tan ilustre huésped. Los sacrificios de comunión, como parte de la
armazón de la verdad que hallamos en la Ley, apuntaban a una realidad mayor:
gracias al sacrificio de Jesús, todos los eres humanos tienen la oportunidad de entrar
en una relación pacífica con su Creador. En la actualidad, quienes le sacrifican a Dios
de buena gana sus energías y recursos disfrutan de una estrecha amista con él.

9. ¿Qué puede haber implicado el pecado de Nadab y Abihú, los hijos de


Aarón?

Poco después de que Nadab y Abihú obraron impropiamente al efectuar sus


deberes sacerdotales, Jehová prohibió a los sacerdotes que usaran vino o licor
embriagante mientras servían en el tabernáculo (Levítico 10:9). Eso da a entender que
los dos hijos de Aarón tal vez estaban bajo los efectos del alcohol durante la ocasión
aquí mencionada. Sin embargo, la razón por la que murieron fue porque ofrecieron
“fuego ilegítimo, que [Jehová] no les había prescrito”.

Lecciones para nosotros

10:1, 2. Hoy día, los siervos de Jehová responsables tienen que cumplir con los
requisitos divinos. Además, no deben ser insolentes al encargarse de sus obligaciones.

10:9. Nadie debe realizar deberes que le haya dado Dios si está bajo los efectos del
alcohol

10. ¿Por qué se volvía “inmunda” la mujer como resultado del parto?

Los órganos reproductivos fueron hechos para transmitir vida humana perfecta.
No obstante, en vista de los efectos heredados del pecado, lo que se transmitió fue
vida imperfecta y pecaminosa. Los períodos temporales de ‘inmundicia’ relacionados
con el parto, así como la menstruación y las emisiones seminales, recordaban esta
herencia pecaminosa (Levítico 15:16-24; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Las
disposiciones reglamentarias de purificación ayudaban a los israelitas a comprender la
necesidad de un sacrificio redentor para cubrir el pecado de la humanidad y devolverle
la perfección. Por eso, la Ley llegó a ser su “tutor que [los condujo] a Cristo” (Gálatas
3:24).
*Recopilado por: un chileno

Repaso
1. ¿Por qué es tan importante seguir el principio de Éxodo 23:2 al decidir cómo
entretenernos?

3
Supongamos que haya hemos iniciado el viaje. ¿Qué haremos si no estamos
seguros de por dónde debemos continuar? Quizás veamos a muchos conductores
tomando cierta salida y nos sintamos tentados a ir detrás de ellos. Pero es peligroso
tomar un rumbo tan solo porque lo haga la mayoría. No todos los conductores van ir al
mismo lugar que nosotros, ni tampoco tienen por qué conocer bien la zona. Este
ejemplo nos enseña una lección. Se trata de un principio que extraeos de una de las
leyes que Jehová dio a Israel. A cada persona que fuera a servir de testigo o juez en
un tribunal, Dios le dijo: “No debes seguir tras la muchedumbre” (léase Éxodo 23:2).
¿Por qué hizo esta advertencia? Porque sabía que, debido a la imperfección, es fácil
ceder a las presiones de la gente y cometer una injusticia. Claro, la norma de no
seguir ciegamente a los demás no solo es aplicable a los procesos judiciales, sino a
cualquier situación de la vida.

4
La verdad es que las presiones para seguir a la mayoría se presentan en casi
todas las circunstancias. Además, pudieran aparecer de forma repentina y ser difíciles
de resistir. Pensemos, por ejemplo, en lo que les sucedió a Josué y Caleb. Los dos
habían formado parte de un grupo de doce hombres que había estado espiando la
Tierra Prometida. Los otros diez dieron un informe muy negativo y desalentador. Hasta
aseguraron que habían visto gigantes que descendían de los nefilim, o sea, de los
hijos que habían tenido los ángeles rebeldes con las mujeres. (Gén. 6:4). ¡Qué
disparate! Aquellos seres híbridos no solo no habían tenido hijos, sino que habían
muerto siglos antes en el Diluvio. Este ejemplo ilustra que, cuando las personas están
débiles en la fe, pueden aceptar las ideas más absurdas. Así les sucedió a los
israelitas: los rumores de los diez espías los llenaron de pánico. Tanto es así que la
mayoría pensó que sería un error hacer caso a Jehová y entrar en la Tierra Prometida.
¿Qué harían Josué y Caleb en esas circunstancia tan tensas? (Núm. 13: 25-33)

5
Aquellos dos hombres no se dejaron arrastrar por los demás. Aunque la gente
no quiso escucharlos e incluso amenazó con apedrearlos, ellos defendieron la verdad.
¿Qué les permitió ser tan valientes? Sin duda, la fe. Y es que cuando uno tiene fe, ve
muy clara la diferencia entre las santas promesas de Jehová y las afirmaciones sin
fundamente de los hombres. De hecho, Josué y Caleb expresaron más tarde su
satisfacción al ver que Dios había cumplido todo lo que había jurado hacer (léanse
Josué 14:6,8 y 23:2.14). Eran dos hombres devotos y nunca se las habría ocurrido
ofender a Jehová por complacer a aquella multitud incrédula. Por eso, se mantuvieron
firmes en su postura. ¡Qué ejemplo para todos nosotros! (Núm. 14: 1-10).

6
¿Nos hemos sentido alguna vez empujados a ceder ante la opinión popular?
Hoy, la gran mayoría de las personas no respetan a Jehová ni sus normas, como se
refleja, por ejemplo en su actitud hacia el entretenimiento. No son pocos los que caen
el error de afirmar que la inmoralidad, la violencia, y el ocultismo que inunda la
televisión, el cine y los videojuegos son del todo inofensivos. (2Tim. 3: 1-5). Ahora
bien, preguntémonos: “Cuando elijo las diversiones en las que mi familia o yo
participemos, ¿dejo que la sociedad actual, con su ley de todo vale, influya en mis
decisiones y en mi conciencia?” Si así fuera, estaríamos pasando por alto el consejo
de “no […] seguir tras la muchedumbre”.

7
Jehová nos ha hecho un extraordinario regalo para que podamos tomar
buenas decisiones: nuestras ”facultades perceptivas”. La Biblia usa esta expresión
para referirse a la capacidad que tenemos de reflexionar sobre los asuntos y distinguir
entre lo bueno y lo malo. Para que estas facultades funciones como es debido hay que
entrenarlas “mediante el uso” (Heb. 5:14). Ahora bien, esto no se logra copiando a los
demás sin pensar, ni tampoco aferrándose a una serie de reglas rígidas en asuntos
que cada uno debe decidir según su conciencia. Por esta razón, los testigos de
Jehová no publicamos ninguna lista de películas, libros o páginas de Internet que
deban evitarse. Además, el mundo cambia tan rápido que cualquier lista se quedaría
anticuada a los pocos minutos de salir (1Cor. 7:31). Y, lo que es peor, una lista así nos
privaría de hacer algo muy necesario: examinar los principios bíblicos, pedirle ayuda a
Dios y luego tomar decisiones que le agraden (Efe. 5:10)

2. ¿Cuánta importancia tenía el mandamiento de que los sacerdotes se lavaran


antes de ofrecer los sacrificios a Jehová?¿Por qué es un serio recordatorio
para los siervos de Dios hoy en día?

El tabernáculo también tenía un patio, limitado por una valla de telas. En él había
una gran palangana, donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de
entrar en el Santo y antes de ofrecer los sacrificios sobre el altar situado en el patio.
(Éxodo 30:18-21.) Este requisito de limpieza constituye un enérgico recordatorio a los
siervos modernos de Dios de que deben procurar al máximo mantener la pureza
física, moral, mental y espiritual si desean que su adoración sea grata a Dios.
(2 Corintios 7:1.) Con el tiempo, el suministro de la leña para el fuego del altar y del
agua para la palangana estuvo a cargo de esclavos del templo no israelitas. (Josué
9:27.)

3. ¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro?

En su corazón, Aarón no estaba de acuerdo con la adoración idolátrica.


Posteriormente se unió a sus compañeros levitas al ponerse a favor de Dios y en
contra de los que se opusieron a Moisés. Después que se destruyó a los culpables,
Moisés recordó a los israelitas que ellos habían cometido un grave pecado, lo que
indica que otros además de Aarón recibieron la misericordia de Jehová.

4. ¿Qué relación hay entre la ley divina que prohibía a los israelitas casarse con
gente que adoraba a otros dioses y el enfoque cristiano sobre el noviazgo y
el matrimonio?
11
El prestar atención a la advertencia bíblica también nos protege de las dolorosas
consecuencias que suelen resultar de que un cristiano o una cristiana se una bajo
yugo con una persona incrédula. Por ejemplo, es posible que la persona incrédula
aparte al cónyuge cristiano de servir a Jehová. Considere la advertencia que Jehová
dio al Israel de la antigüedad. Se prohibieron las alianzas matrimoniales con personas
que no adoraban a Jehová. ¿Por qué? “Porque él apartará a tu hijo de seguirme —
advirtió Jehová—, y ellos ciertamente servirán a otros dioses.” (Deuteronomio 7:3, 4.)
Ante la oposición de un cónyuge incrédulo, puede que haya la tendencia a dejarse
llevar por el camino que requiere menos esfuerzo. Es fácil pensar: ‘¡No me va a
suceder a mí!’. Pero le ocurrió a un hombre tan sabio como Salomón. ¿No podría
sucederle a usted? (1 Reyes 11:1-6; compárese con 1 Reyes 4:29, 30.)
12
Aunque no se apartara al creyente de la adoración verdadera, todavía
quedan los problemas y las presiones que muchas veces se ven en un hogar donde
hay división religiosa. Considere de nuevo la ley de Dios a Israel. Suponga que una
israelita accediera a casarse con un cananeo. En vista de las prácticas sexuales
comunes en la tierra de Canaán, ¿qué respeto le tendría aquel hombre a la ley del
Dios de ella? Por ejemplo, ¿se abstendría voluntariamente de las relaciones sexuales
durante la menstruación de ella, como lo requería la Ley de Moisés? (Levítico 18:19;
20:18; compárese con Levítico 18:27.) En el caso de un israelita que se casara con
una cananea, ¿cuánto lo apoyaría ella cuando él viajara a Jerusalén tres veces al año
para asistir a las fiestas periódicas? (Deuteronomio 16:16.) Es obvio que la ley de Dios
que prohibía ese tipo de matrimonios servía de protección para los israelitas.
13
¿Qué hay de la actualidad? Las normas morales de los mundanos difieren
muchísimo de las de la Biblia. Prescindiendo de lo decentes que pudieran parecer
algunos mundanos, no tienen una conciencia cristiana, educada por la Biblia. No han
pasado años estudiando la Palabra de Dios, “rehaciendo su mente” y ‘desnudándose
de la vieja personalidad’. (Romanos 12:2; Colosenses 3:9.) Por consiguiente, el
cristiano o la cristiana que se pone bajo el yugo del matrimonio con una persona
incrédula suele exponerse a mucha angustia y dolor. Algunos se encaran muchas
veces a la presión de participar en prácticas sexuales pervertidas o de celebrar días
de fiesta mundanos. Y otros hasta se quejan de la soledad. Como escribió una
hermana: “La soledad que siente el que está casado con alguien que no ama a
Jehová es la peor soledad imaginable. Esto se debe a que no se tiene a nadie con
quien compartir la verdad, que es lo más importante en la vida de uno”.
5. ¿Por qué nos anima de manera especial el caso de Bazalel y Oholiab?

Pero ¿qué hay si nos sentimos incapaces de aceptar cierta posición de servicio
o participar en el ministerio? En ese caso, debemos pedirle a Jehová que nos conceda
su espíritu, el cual potenciará nuestras habilidades (léase Lucas 11:13). Con su fuerza
activa, él capacita a sus siervos para que cumplan con cualquier labor o asignación,
independientemente de su experiencia y sus circunstancias del pasado. Por ejemplo,
muy poco después de la salida de Egipto, el espíritu santo fortaleció a simples
pastores y esclavos, sin ninguna formación militar, para que lograran derrotar a los
ejércitos enemigos (Éxo. 17:8-13). No mucho más tarde, el mismo espíritu facultó a
Bezalel y Oholiab para que ejecutaran los detallados planos del tabernáculo que Dios
había revelado (Éxo. 31:2-6; 35:30-35).

6. ¿Cómo servía de recordatorio “la santa señal de dedicación” que llevaba el


sumo sacerdote en el turbante? ¿Qué nos enseña esa señal con respecto a
la dedicación?
2
Ahora bien, ¿qué significa dedicación en el sentido bíblico? Dedicar traduce un
verbo hebreo que significa “mantener separado; estar separado; retirar”. En el antiguo
Israel, el sumo sacerdote Aarón llevaba en el turbante “la santa señal de dedicación”,
una lámina resplandeciente de oro puro en la que figuraba en hebreo la inscripción “La
santidad pertenece a Jehová”. Esa señal recordaba al sumo sacerdote que debía
evitar todo lo que profanara el santuario, “porque la señal de la dedicación, el aceite
de la unción de su Dios, [estaba] sobre él” (Éxodo 29:6; 39:30; Levítico 21:12).
3
De este relato se desprende que la dedicación es algo importante. Implica
presentarse voluntario para servir a Dios, y exige una conducta limpia. Por tanto,
comprendemos por qué razón citó el apóstol Pedro estas palabras de Jehová: “Tienen
que ser santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). Los cristianos dedicados
tenemos la enorme responsabilidad de cumplir con nuestra dedicación y de ser fieles
hasta el fin. Pues bien, ¿qué conlleva la dedicación cristiana? (Levítico 19:2; Mateo
24:13.)

7. ¿Qué obligación tenemos todos los cristianos con relación a informar una
falta grave cometida por otro cristiano?

Cuando los ancianos saben de un mal grave, abordan a la persona implicada


para darle la ayuda y la corrección necesarias. Es su obligación juzgar a tales personas
dentro de la congregación cristiana. Se mantienen vigilantes con respecto a la
condición espiritual de esta, y ayudan y amonestan a todo el que da un paso
imprudente o incorrecto. (1 Corintios 5:12, 13; 2 Timoteo 4:2; 1 Pedro 5:1, 2.)
Ahora bien, ¿qué ocurre si no somos ancianos y nos enteramos de que otro
cristiano ha cometido un mal grave? Las pautas se encuentran en la Ley que Jehová
dio a la nación de Israel. Esta decía que si una persona era testigo de acciones
apóstatas, sedición, asesinato u otros delitos graves, tenía el deber de informarlo y
testificar sobre lo que sabía. Levítico 5:1 dice: “Ahora bien, en caso de que peque un
alma por cuanto ha oído maldecir en público y es testigo, o lo ha visto o ha llegado a
saber de ello, si no lo informa, entonces tiene que responder por su error”. (Compárese
con Deuteronomio 13:6-8; Ester 6:2; Proverbios 29:24.)

Aunque hoy los cristianos no estamos bajo la Ley mosaica, podemos guiarnos
por sus principios subyacentes. (Salmo 19:7, 8.)

8. ¿Qué propósito sobresaliente tenían los sacrificios de comunión en los


tiempos de la antigua nación de Israel? ¿Qué simbolizan en nuestros días?
11
La Ley mosaica también estipulaba que los fieles hicieran sacrificios de
comunión como muestra de que estaban en paz con Jehová. Tanto ellos como sus
familias comían la carne de los animales, a menudo en los comedores del templo.
También recibían porciones el sacerdote que oficiaba y los demás que se hallaban de
servicio (Lev. 3:1, nota: 7:31-33). Lo único que se pretendía con estos sacrificios era
gozar de una buena relación con Dios. Era como si el adorador, su familia, los
sacerdotes y Jehová celebraran un banquete juntos y en paz.
12
¿Podía haber un mayor privilegio que, por decirlo así, invitar a Jehová a una
comida y él aceptara? Como es lógico, quienes fueran los anfitriones querrían
ofrecerle lo mejor a tan ilustre huésped. Los sacrificios de comunión, como parte de la
armazón de la verdad que hallamos en la Ley, apuntaban a una realidad mayor:
gracias al sacrificio de Jesús, todos los eres humanos tienen la oportunidad de entrar
en una relación pacífica con su Creador. En la actualidad, quienes le sacrifican a Dios
de buena gana sus energías y recursos disfrutan de una estrecha amista con él.

9. ¿Qué puede haber implicado el pecado de Nadab y Abihú, los hijos de


Aarón?

Poco después de que Nadab y Abihú obraron impropiamente al efectuar sus


deberes sacerdotales, Jehová prohibió a los sacerdotes que usaran vino o licor
embriagante mientras servían en el tabernáculo (Levítico 10:9). Eso da a entender que
los dos hijos de Aarón tal vez estaban bajo los efectos del alcohol durante la ocasión
aquí mencionada. Sin embargo, la razón por la que murieron fue porque ofrecieron
“fuego ilegítimo, que [Jehová] no les había prescrito”.

Lecciones para nosotros

10:1, 2. Hoy día, los siervos de Jehová responsables tienen que cumplir con los
requisitos divinos. Además, no deben ser insolentes al encargarse de sus obligaciones.

10:9. Nadie debe realizar deberes que le haya dado Dios si está bajo los efectos del
alcohol

10. ¿Por qué se volvía “inmunda” la mujer como resultado del parto?

Los órganos reproductivos fueron hechos para transmitir vida humana perfecta.
No obstante, en vista de los efectos heredados del pecado, lo que se transmitió fue
vida imperfecta y pecaminosa. Los períodos temporales de ‘inmundicia’ relacionados
con el parto, así como la menstruación y las emisiones seminales, recordaban esta
herencia pecaminosa (Levítico 15:16-24; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Las
disposiciones reglamentarias de purificación ayudaban a los israelitas a comprender la
necesidad de un sacrificio redentor para cubrir el pecado de la humanidad y devolverle
la perfección. Por eso, la Ley llegó a ser su “tutor que [los condujo] a Cristo” (Gálatas
3:24).
*Recopilado por: un chileno

Repaso
1. ¿Por qué es tan importante seguir el principio de Éxodo 23:2 al decidir cómo
entretenernos?

3
Supongamos que haya hemos iniciado el viaje. ¿Qué haremos si no estamos
seguros de por dónde debemos continuar? Quizás veamos a muchos conductores
tomando cierta salida y nos sintamos tentados a ir detrás de ellos. Pero es peligroso
tomar un rumbo tan solo porque lo haga la mayoría. No todos los conductores van ir al
mismo lugar que nosotros, ni tampoco tienen por qué conocer bien la zona. Este
ejemplo nos enseña una lección. Se trata de un principio que extraeos de una de las
leyes que Jehová dio a Israel. A cada persona que fuera a servir de testigo o juez en
un tribunal, Dios le dijo: “No debes seguir tras la muchedumbre” (léase Éxodo 23:2).
¿Por qué hizo esta advertencia? Porque sabía que, debido a la imperfección, es fácil
ceder a las presiones de la gente y cometer una injusticia. Claro, la norma de no
seguir ciegamente a los demás no solo es aplicable a los procesos judiciales, sino a
cualquier situación de la vida.

4
La verdad es que las presiones para seguir a la mayoría se presentan en casi
todas las circunstancias. Además, pudieran aparecer de forma repentina y ser difíciles
de resistir. Pensemos, por ejemplo, en lo que les sucedió a Josué y Caleb. Los dos
habían formado parte de un grupo de doce hombres que había estado espiando la
Tierra Prometida. Los otros diez dieron un informe muy negativo y desalentador. Hasta
aseguraron que habían visto gigantes que descendían de los nefilim, o sea, de los
hijos que habían tenido los ángeles rebeldes con las mujeres. (Gén. 6:4). ¡Qué
disparate! Aquellos seres híbridos no solo no habían tenido hijos, sino que habían
muerto siglos antes en el Diluvio. Este ejemplo ilustra que, cuando las personas están
débiles en la fe, pueden aceptar las ideas más absurdas. Así les sucedió a los
israelitas: los rumores de los diez espías los llenaron de pánico. Tanto es así que la
mayoría pensó que sería un error hacer caso a Jehová y entrar en la Tierra Prometida.
¿Qué harían Josué y Caleb en esas circunstancia tan tensas? (Núm. 13: 25-33)

5
Aquellos dos hombres no se dejaron arrastrar por los demás. Aunque la gente
no quiso escucharlos e incluso amenazó con apedrearlos, ellos defendieron la verdad.
¿Qué les permitió ser tan valientes? Sin duda, la fe. Y es que cuando uno tiene fe, ve
muy clara la diferencia entre las santas promesas de Jehová y las afirmaciones sin
fundamente de los hombres. De hecho, Josué y Caleb expresaron más tarde su
satisfacción al ver que Dios había cumplido todo lo que había jurado hacer (léanse
Josué 14:6,8 y 23:2.14). Eran dos hombres devotos y nunca se las habría ocurrido
ofender a Jehová por complacer a aquella multitud incrédula. Por eso, se mantuvieron
firmes en su postura. ¡Qué ejemplo para todos nosotros! (Núm. 14: 1-10).

6
¿Nos hemos sentido alguna vez empujados a ceder ante la opinión popular?
Hoy, la gran mayoría de las personas no respetan a Jehová ni sus normas, como se
refleja, por ejemplo en su actitud hacia el entretenimiento. No son pocos los que caen
el error de afirmar que la inmoralidad, la violencia, y el ocultismo que inunda la
televisión, el cine y los videojuegos son del todo inofensivos. (2Tim. 3: 1-5). Ahora
bien, preguntémonos: “Cuando elijo las diversiones en las que mi familia o yo
participemos, ¿dejo que la sociedad actual, con su ley de todo vale, influya en mis
decisiones y en mi conciencia?” Si así fuera, estaríamos pasando por alto el consejo
de “no […] seguir tras la muchedumbre”.

7
Jehová nos ha hecho un extraordinario regalo para que podamos tomar
buenas decisiones: nuestras ”facultades perceptivas”. La Biblia usa esta expresión
para referirse a la capacidad que tenemos de reflexionar sobre los asuntos y distinguir
entre lo bueno y lo malo. Para que estas facultades funciones como es debido hay que
entrenarlas “mediante el uso” (Heb. 5:14). Ahora bien, esto no se logra copiando a los
demás sin pensar, ni tampoco aferrándose a una serie de reglas rígidas en asuntos
que cada uno debe decidir según su conciencia. Por esta razón, los testigos de
Jehová no publicamos ninguna lista de películas, libros o páginas de Internet que
deban evitarse. Además, el mundo cambia tan rápido que cualquier lista se quedaría
anticuada a los pocos minutos de salir (1Cor. 7:31). Y, lo que es peor, una lista así nos
privaría de hacer algo muy necesario: examinar los principios bíblicos, pedirle ayuda a
Dios y luego tomar decisiones que le agraden (Efe. 5:10)

2. ¿Cuánta importancia tenía el mandamiento de que los sacerdotes se lavaran


antes de ofrecer los sacrificios a Jehová?¿Por qué es un serio recordatorio
para los siervos de Dios hoy en día?

El tabernáculo también tenía un patio, limitado por una valla de telas. En él había
una gran palangana, donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de
entrar en el Santo y antes de ofrecer los sacrificios sobre el altar situado en el patio.
(Éxodo 30:18-21.) Este requisito de limpieza constituye un enérgico recordatorio a los
siervos modernos de Dios de que deben procurar al máximo mantener la pureza
física, moral, mental y espiritual si desean que su adoración sea grata a Dios.
(2 Corintios 7:1.) Con el tiempo, el suministro de la leña para el fuego del altar y del
agua para la palangana estuvo a cargo de esclavos del templo no israelitas. (Josué
9:27.)

3. ¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro?

En su corazón, Aarón no estaba de acuerdo con la adoración idolátrica.


Posteriormente se unió a sus compañeros levitas al ponerse a favor de Dios y en
contra de los que se opusieron a Moisés. Después que se destruyó a los culpables,
Moisés recordó a los israelitas que ellos habían cometido un grave pecado, lo que
indica que otros además de Aarón recibieron la misericordia de Jehová.

4. ¿Qué relación hay entre la ley divina que prohibía a los israelitas casarse con
gente que adoraba a otros dioses y el enfoque cristiano sobre el noviazgo y
el matrimonio?
11
El prestar atención a la advertencia bíblica también nos protege de las dolorosas
consecuencias que suelen resultar de que un cristiano o una cristiana se una bajo
yugo con una persona incrédula. Por ejemplo, es posible que la persona incrédula
aparte al cónyuge cristiano de servir a Jehová. Considere la advertencia que Jehová
dio al Israel de la antigüedad. Se prohibieron las alianzas matrimoniales con personas
que no adoraban a Jehová. ¿Por qué? “Porque él apartará a tu hijo de seguirme —
advirtió Jehová—, y ellos ciertamente servirán a otros dioses.” (Deuteronomio 7:3, 4.)
Ante la oposición de un cónyuge incrédulo, puede que haya la tendencia a dejarse
llevar por el camino que requiere menos esfuerzo. Es fácil pensar: ‘¡No me va a
suceder a mí!’. Pero le ocurrió a un hombre tan sabio como Salomón. ¿No podría
sucederle a usted? (1 Reyes 11:1-6; compárese con 1 Reyes 4:29, 30.)
12
Aunque no se apartara al creyente de la adoración verdadera, todavía
quedan los problemas y las presiones que muchas veces se ven en un hogar donde
hay división religiosa. Considere de nuevo la ley de Dios a Israel. Suponga que una
israelita accediera a casarse con un cananeo. En vista de las prácticas sexuales
comunes en la tierra de Canaán, ¿qué respeto le tendría aquel hombre a la ley del
Dios de ella? Por ejemplo, ¿se abstendría voluntariamente de las relaciones sexuales
durante la menstruación de ella, como lo requería la Ley de Moisés? (Levítico 18:19;
20:18; compárese con Levítico 18:27.) En el caso de un israelita que se casara con
una cananea, ¿cuánto lo apoyaría ella cuando él viajara a Jerusalén tres veces al año
para asistir a las fiestas periódicas? (Deuteronomio 16:16.) Es obvio que la ley de Dios
que prohibía ese tipo de matrimonios servía de protección para los israelitas.
13
¿Qué hay de la actualidad? Las normas morales de los mundanos difieren
muchísimo de las de la Biblia. Prescindiendo de lo decentes que pudieran parecer
algunos mundanos, no tienen una conciencia cristiana, educada por la Biblia. No han
pasado años estudiando la Palabra de Dios, “rehaciendo su mente” y ‘desnudándose
de la vieja personalidad’. (Romanos 12:2; Colosenses 3:9.) Por consiguiente, el
cristiano o la cristiana que se pone bajo el yugo del matrimonio con una persona
incrédula suele exponerse a mucha angustia y dolor. Algunos se encaran muchas
veces a la presión de participar en prácticas sexuales pervertidas o de celebrar días
de fiesta mundanos. Y otros hasta se quejan de la soledad. Como escribió una
hermana: “La soledad que siente el que está casado con alguien que no ama a
Jehová es la peor soledad imaginable. Esto se debe a que no se tiene a nadie con
quien compartir la verdad, que es lo más importante en la vida de uno”.
5. ¿Por qué nos anima de manera especial el caso de Bazalel y Oholiab?

Pero ¿qué hay si nos sentimos incapaces de aceptar cierta posición de servicio
o participar en el ministerio? En ese caso, debemos pedirle a Jehová que nos conceda
su espíritu, el cual potenciará nuestras habilidades (léase Lucas 11:13). Con su fuerza
activa, él capacita a sus siervos para que cumplan con cualquier labor o asignación,
independientemente de su experiencia y sus circunstancias del pasado. Por ejemplo,
muy poco después de la salida de Egipto, el espíritu santo fortaleció a simples
pastores y esclavos, sin ninguna formación militar, para que lograran derrotar a los
ejércitos enemigos (Éxo. 17:8-13). No mucho más tarde, el mismo espíritu facultó a
Bezalel y Oholiab para que ejecutaran los detallados planos del tabernáculo que Dios
había revelado (Éxo. 31:2-6; 35:30-35).

6. ¿Cómo servía de recordatorio “la santa señal de dedicación” que llevaba el


sumo sacerdote en el turbante? ¿Qué nos enseña esa señal con respecto a
la dedicación?
2
Ahora bien, ¿qué significa dedicación en el sentido bíblico? Dedicar traduce un
verbo hebreo que significa “mantener separado; estar separado; retirar”. En el antiguo
Israel, el sumo sacerdote Aarón llevaba en el turbante “la santa señal de dedicación”,
una lámina resplandeciente de oro puro en la que figuraba en hebreo la inscripción “La
santidad pertenece a Jehová”. Esa señal recordaba al sumo sacerdote que debía
evitar todo lo que profanara el santuario, “porque la señal de la dedicación, el aceite
de la unción de su Dios, [estaba] sobre él” (Éxodo 29:6; 39:30; Levítico 21:12).
3
De este relato se desprende que la dedicación es algo importante. Implica
presentarse voluntario para servir a Dios, y exige una conducta limpia. Por tanto,
comprendemos por qué razón citó el apóstol Pedro estas palabras de Jehová: “Tienen
que ser santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). Los cristianos dedicados
tenemos la enorme responsabilidad de cumplir con nuestra dedicación y de ser fieles
hasta el fin. Pues bien, ¿qué conlleva la dedicación cristiana? (Levítico 19:2; Mateo
24:13.)

7. ¿Qué obligación tenemos todos los cristianos con relación a informar una
falta grave cometida por otro cristiano?

Cuando los ancianos saben de un mal grave, abordan a la persona implicada


para darle la ayuda y la corrección necesarias. Es su obligación juzgar a tales personas
dentro de la congregación cristiana. Se mantienen vigilantes con respecto a la
condición espiritual de esta, y ayudan y amonestan a todo el que da un paso
imprudente o incorrecto. (1 Corintios 5:12, 13; 2 Timoteo 4:2; 1 Pedro 5:1, 2.)
Ahora bien, ¿qué ocurre si no somos ancianos y nos enteramos de que otro
cristiano ha cometido un mal grave? Las pautas se encuentran en la Ley que Jehová
dio a la nación de Israel. Esta decía que si una persona era testigo de acciones
apóstatas, sedición, asesinato u otros delitos graves, tenía el deber de informarlo y
testificar sobre lo que sabía. Levítico 5:1 dice: “Ahora bien, en caso de que peque un
alma por cuanto ha oído maldecir en público y es testigo, o lo ha visto o ha llegado a
saber de ello, si no lo informa, entonces tiene que responder por su error”. (Compárese
con Deuteronomio 13:6-8; Ester 6:2; Proverbios 29:24.)

Aunque hoy los cristianos no estamos bajo la Ley mosaica, podemos guiarnos
por sus principios subyacentes. (Salmo 19:7, 8.)

8. ¿Qué propósito sobresaliente tenían los sacrificios de comunión en los


tiempos de la antigua nación de Israel? ¿Qué simbolizan en nuestros días?
11
La Ley mosaica también estipulaba que los fieles hicieran sacrificios de
comunión como muestra de que estaban en paz con Jehová. Tanto ellos como sus
familias comían la carne de los animales, a menudo en los comedores del templo.
También recibían porciones el sacerdote que oficiaba y los demás que se hallaban de
servicio (Lev. 3:1, nota: 7:31-33). Lo único que se pretendía con estos sacrificios era
gozar de una buena relación con Dios. Era como si el adorador, su familia, los
sacerdotes y Jehová celebraran un banquete juntos y en paz.
12
¿Podía haber un mayor privilegio que, por decirlo así, invitar a Jehová a una
comida y él aceptara? Como es lógico, quienes fueran los anfitriones querrían
ofrecerle lo mejor a tan ilustre huésped. Los sacrificios de comunión, como parte de la
armazón de la verdad que hallamos en la Ley, apuntaban a una realidad mayor:
gracias al sacrificio de Jesús, todos los eres humanos tienen la oportunidad de entrar
en una relación pacífica con su Creador. En la actualidad, quienes le sacrifican a Dios
de buena gana sus energías y recursos disfrutan de una estrecha amista con él.

9. ¿Qué puede haber implicado el pecado de Nadab y Abihú, los hijos de


Aarón?

Poco después de que Nadab y Abihú obraron impropiamente al efectuar sus


deberes sacerdotales, Jehová prohibió a los sacerdotes que usaran vino o licor
embriagante mientras servían en el tabernáculo (Levítico 10:9). Eso da a entender que
los dos hijos de Aarón tal vez estaban bajo los efectos del alcohol durante la ocasión
aquí mencionada. Sin embargo, la razón por la que murieron fue porque ofrecieron
“fuego ilegítimo, que [Jehová] no les había prescrito”.

Lecciones para nosotros

10:1, 2. Hoy día, los siervos de Jehová responsables tienen que cumplir con los
requisitos divinos. Además, no deben ser insolentes al encargarse de sus obligaciones.

10:9. Nadie debe realizar deberes que le haya dado Dios si está bajo los efectos del
alcohol

10. ¿Por qué se volvía “inmunda” la mujer como resultado del parto?

Los órganos reproductivos fueron hechos para transmitir vida humana perfecta.
No obstante, en vista de los efectos heredados del pecado, lo que se transmitió fue
vida imperfecta y pecaminosa. Los períodos temporales de ‘inmundicia’ relacionados
con el parto, así como la menstruación y las emisiones seminales, recordaban esta
herencia pecaminosa (Levítico 15:16-24; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Las
disposiciones reglamentarias de purificación ayudaban a los israelitas a comprender la
necesidad de un sacrificio redentor para cubrir el pecado de la humanidad y devolverle
la perfección. Por eso, la Ley llegó a ser su “tutor que [los condujo] a Cristo” (Gálatas
3:24).
*Recopilado por: un chileno

*Recopilado por: un chileno

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