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Asignatura:

Deontología Jurídica

Tema:
Decálogo, Misión y Responsabilidades del Abogado

Presenta Por:
Tomás Inocencio Paulino ST-2014-1365
Melvin de la Cruz ST-2014-1356
Carmen Hilario ST-2014-1364

Presentado A:
Lic. Pantaleón Mieses

Fecha:
3 de Marzo del 2018

Santiago De Los Caballeros


República Dominicana
Tabla de Contenidos
INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 1
OBJETIVOS ....................................................................................................... 2
Objetivo General ............................................................................................. 2
Objetivos Específicos ...................................................................................... 2
DECÁLOGO DE ANGEL OSSORIO .................................................................. 3
Decálogo del abogado .................................................................................... 3
MISIÓN DEL ABOGADO.................................................................................... 5
RESPONSABILIDAD DEL ABOGADO .............................................................. 6
La Responsabilidad civil de los abogados ...................................................... 6
La responsabilidad civil de Abogados ............................................................. 8
La relación jurídica entre Abogado y cliente ................................................... 8
La exigencia de responsabilidades al Abogado .............................................. 9
CONCLUSIÓN .....................................................................................................
RECOMENDACIONES ........................................................................................
BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................
INTRODUCCIÓN
Al realizar este trabajo sobre el decálogo, misión y responsabilidad del
Abogado, a continuación presentaremos las partes más importantes de cada
uno de estos temas.

Realmente desde su origen la palabra abogado tiene una connotación social, la


cual nos orienta y nos indica de la incidencia de este en la sociedad y su
función, el cual tiene que actuar en consonancia con esta etimología de la
palabra y ser coherente y trabajar en bien de la sociedad, aunque los hay que
no rinden honor a la misma palabra, pero esos no son abogado.

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OBJETIVOS

Objetivo General

Analizar el decálogo, misión y responsabilidad del abogado.

Objetivos Específicos

1- Citar el decálogo del abogado por Ángel Osoria.

2- Conocer la misión del abogado.

3- Conceptuar la responsabilidad del abogado.

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DECÁLOGO DE ANGEL OSSORIO
Don Ángel Ossorio y Gallardo, eminente jurista español, publicó en junio de
1919 a la edad de 46 años, un libro que se volvería un clásico en la deontología
jurídica, el alma de la toga.

Señala Ossorio que estas páginas son algo más que unos apuntes de
observaciones y mucho menos que un cuerpo de doctrina. Nada hay en ellas
de científico ni de narración amena. Son, sencillamente, la expresión de un
estado de conciencia. Sobre esta asequible, pero a la vez monumental obra,
Santiago Sentís Melendo, el jurista argentino, apuntó que la obra de Ossorio —
no solo este libro, sino toda ella— conserva su lozanía porque no es nunca la
obra de un momento sino la obra de una vida. No puede pasar porque los
valores que la integran son permanentes.

En el capítulo final del libro, a manera de corolario, el autor escribió diez breves
y profundas sentencias. Fruto de la experiencia en el foro, estos consejos están
dirigidos al profesional del derecho, pero sobre todo, a la juventud deseosa de
hacer de la abogacía un camino de vida. Dejemos que don Ángel Ossorio nos
las comparta:

Decálogo del abogado


Primero que todo, es muy importante mencionarlos.

I. No pases por encima de un estado de tu conciencia.


II. No afectes una convicción que no tengas.

Hay que confiar en nosotros mismos y de creer que una causa no es justa, no
debemos defenderla, pues nosotros estamos para hacer que prevalezca la
Justicia.

III. No te rindas ante la popularidad ni adules a la tiranía.


No debemos dejarnos llevar por lo que digan los demás, ni sucumbir ante las
tentaciones de dinero que nos puedan ofrecer. Nuestra integridad no tiene
precio.

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IV. Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti.
Es nuestro deber defender los intereses del cliente y para esto debemos dejar
a un lado nuestros intereses personales y pensar en los del cliente.

V. No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero
no consientas ser menos.
Siempre debemos gozar de una alta autoestima, al fin y al cabo somos
nosotros los encargados de luchar por la Justicia; pero, no debemos permitir
que esto caiga en arrogancia frente a los demás.

VI. Ten fe en la razón, que es lo que en general prevalece.


Debemos confiar en nuestros conocimientos y en todo lo estudiado, ya que así
tenemos pruebas de lo que decimos y es más factible.

VII. Pon la moral por encima de las leyes.


Nuestra integridad como abogados y nuestros valores siempre deben
prevalecer por encima a lo que dicta la ley.

VIII. Aprecia como el mejor de los textos el sentido común.


No hay mejor guía para nuestro buen desenvolvimiento como abogados que el
sentido común, debemos guiarnos por lo que nos dicta nuestra razón.

IX. Procura la paz como el mayor de los triunfos.


Nosotros somos un medio para lograr la justicia, cuando haya justicia habrá
paz, y es ahí donde podremos realmente decir que hemos triunfado.

X. Busca siempre la justicia por el cambio de la sinceridad y sin otras


armas que las de tu saber.
No necesitamos de chicanearías, para lograr la justicia. Basta con nuestros
conocimientos, ser sinceros y hacer buen uso de la palabra.

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MISIÓN DEL ABOGADO
El abogado tiene con el justiciable y, por extensión, con la sociedad, en
general, un honroso compromiso en la defensa de los derechos e intereses de
sus clientes y de las libertades humanas de toda índole.

No estimamos necesario recordar que la Abogacía es libre e independiente,


asistiéndole inalienables derechos reconocidos al más augusto nivel
constitucional. En efecto, el abogado y la función al mismo encomendada es la
única, de entre todas las actividades profesionales, que ha merecido citas
expresas - hasta en número de cuatro - en la Constitución Española, que
convierte la actividad de impetrar justicia en una de las calificadas hasta el
extremo de que su protección resulta incuestionable, en cuanto que, al formar
parte insoslayable de los Tribunales de Justicia, ha de alcanzarle idéntica
consideración que al resto de quienes cooperan en la Administración de
Justicia.

La Abogacía, es libre e independiente. Así lo proclama la Ley Orgánica del


Poder Judicial, a lo que ha de añadirse que los abogados "gozarán de los
derechos inherentes a la dignidad de su función".

También se consagra esta libertad e independencia en el Estatuto General de


la Abogacía Española, en que se dice que, en el cumplimiento de su función, el
abogado no tendrá "otras limitaciones que las impuestas por la ley y por las
normas de la moral y deontológicas".

La misión del abogado es siempre difícil. No puede olvidarse que su


intervención suele tener lugar en problemas del hombre, muchos de ellos
cargados de pasión y de subjetivismo, en el que no resulta fácil la conciliación.
De ahí que, en el desarrollo de su quehacer profesional, el abogado se
encuentra absolutamente desamparado e inerme ante las reacciones de
quienes no entienden cuál es el campo de su actuación, cuando, además, el
abogado pone todo su saber y entender en la correcta solución de los asuntos
que se le encomiendan.

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Al abogado se le exige una sumisión a las reglas de la moral y de la
deontología. Justo es que, en obligada reciprocidad, cuente con todo el amparo
de la ley, porque el abogado es cooperador institucional en la Administración
de Justicia.

Según el Decreto 196 de 1971 Art 2. La principal misión del abogado es


defender en justicia los derechos de la sociedad y de los particulares. También
es misión suya asesorar, patrocinar y asistir a las personas en la ordenación y
desenvolvimiento de sus relaciones jurídicas

RESPONSABILIDAD DEL ABOGADO

La Responsabilidad civil de los abogados


La responsabilidad del Abogado, que como cualquier otro profesional, está
sometido al imperio de la Ley, también responden a los daños que por la
posible culpa y negligencia pudiera ocasionar a su cliente, por su falta de
profesionalidad o pericia en el tratamiento de un determinado pleito.

No obstante, en el caso de estos profesionales, debido a que los


planteamientos jurídicos que puede realizar en la encomienda de gestión de su
cliente, están sometidos no sólo al imperio de la Ley, si no también a la
decisión en ciertos casos subjetiva de terceros, esa responsabilidad no suele
estar tan definida.

El daño ocasionado en la acción o inacción del Abogado, debe producirse en


un nexo causal con el asunto encomendado, el daño ha de ser evaluable
económicamente e individualizado.

El Abogado desempeña una misión esencial en una sociedad fundada en el


respeta a la justicia.
Su misión no se limita a ejecutar fielmente un mandato en el marco de la Ley.
En un estado de derecho, el Abogado debe servir los intereses de la justicia,
así como proclamar y defender los derechos y libertades.

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El Abogado como profesional prototípico, se caracteriza por su orientación
hacia el ideal de servicio, que antepone los intereses de su cliente y de la
sociedad a los suyos propios y por su sujeción a los principios deontológicos.

El artículo 30 del Estatuto General de la Abogacía Española, indica “El deber


fundamental del Abogado, como partícipe en la función pública de la
Administración de Justicia, es cooperar a ella, asesorando, conciliando y
defendiendo e Derecho los intereses que le sean confiados. En ningún caso la
tutela de tales intereses puede justificar la desviación del fin supremo de
Justicia a que la Abogacía se halla vinculada.”

El Abogado es un elemento esencial para la consecución de la justicia y, al


igual que el juez, es ministro del templo de la justicia.

La excelsa función social del Abogado le impone la sujeción a un aserie de


exigencias éticas que van más allá de las impuestas a los demás ciudadanos
sujetos a la ley general: dignidad, integridad, independencia, desinterés,
diligencia, secreto profesional, etc.

Estas exigencias quedan reflejadas en el juramento que prestan los Abogados


de París, según el Reglamento Interno de la Ordre des Avocats ä la Cour de
París: “Je jure comme avocat d’exercer mes fonctions avec dignité, conscinece,
indépendance, probité et humanité”

La ética es el valor más preciado del Abogado. Al prestar juramento el


Abogado, queda obligado al respeto de una estrictas normas deontológicas
bajo la supervisión del Colegio de Abogados, al que se confía la garantía del
respeto a la dignidad, integridad y lealtad de la profesión, así como del respeto
al secreto profesional, al comportamiento leal y a la superación de conflictos de
intereses entre él y su cliente.

En general el Abogado en cumplimiento de su misión y funciones y teniendo en


cuenta el carácter semipúblico de las mismas, está sujeto a múltiples deberes.

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La vulneración de estos deberes puede dar lugar incluso, a sanciones penales,
civiles y disciplinarias.

La responsabilidad civil de Abogados


En consonancia con el artículo 442 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y los
artículos 79 y 80 del Estatuto de la Abogacía, el abogado en su actuación
negligente puede incurrir en responsabilidad civil (cuando su conducta dolosa o
negligente ocasione unos daños y perjuicios en el patrimonio o en los intereses
del cliente) . Si bien, ésta no es la única responsabilidad en la que puede
incurrir, ya que existirá responsabilidad penal cuando los daños ocasionados
sean consecuencia de la prevaricación del abogado y disciplinaria cuando
infrinja alguno de sus deberes profesionales o deontológicos.

La relación jurídica entre Abogado y cliente


El Abogado con su cliente, en cuanto a las relaciones, pueden ser de muy
diversa condición, ya que el ejercicio libre de la profesión se concibe como un
contrato de prestación de servicios, que en ocasiones se aproxima al contrato
de mandato, sustentado en la buena fe, y sobre todo en una relación de
confianza entre Abogado y cliente.

No obstante, esa relación de Abogado y cliente, puede estar basado en un


contrato de obra cuando la prestación del servicio consista en la realización de
un trabajo cuya conclusión depende de su exclusiva voluntad, tal como la
redacción de determinados documentos.

El Abogado tiene plena libertad para aceptar o rechazar un asunto, así como
de rechazar el mismo en cualquier fase del procedimiento, siempre que no se
produzca indefensión o se perjudique al cliente. El Abogado que haya de
encargarse de la dirección de un asunto encomendado a otro compañero en la
misma instancia, debe solicitar su venia, salvo que exista renuncia a proseguir
su intervención por parte del anterior Letrado.

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La exigencia de responsabilidades al Abogado
Las reclamaciones por mala praxis derivada de la actuación del Abogado por
parte de su cliente, cada vez es mayor, habiendo experimentado un incremento
considerable en los últimos tiempos, tanto en España, como en el resto de
países del entorno, debido a la cada vez mayor complejidad y especialidades
jurídicas que requieren de un estudio más pormenorizado y de actuaciones
más profesionalizadas, pero también, de la mayor judicialización de todas las
actuaciones de profesionales por los ciudadanos exigiendo cada vez más el
daño, la búsqueda de un culpable a quién exigir responsabilidad ante una
Sentencia no favorable a los intereses del cliente.

La obligación del Abogado, no es una obligación de resultado, esto también


parece olvidarse en muchas Sentencias de exigencia de responsabilidad civil,
(por ejemplo la absolución de su cliente, la no consecución de la incapacidad
permanente, etc.) sino de medios.

El Abogado, utilizará siempre sus conocimiento y profesionalidad en interés del


cliente, es quien dirige un proceso con la intención de obtener el mejor
resultado, aunque en muchos de los casos no se produzca.

Nunca un Abogado y por supuesto un Procurador, pueden garantizar un


resultado, otra cuestión diferente es que en el transcurso de un procedimiento y
por una negligencia inexcusable, pueda obtenerse un resultado que no se ha
producido debido a esa actuación negligente (por ejemplo, no interponer a
tiempo un recurso, pasarse un plazo de apelación, etc.)

Cuando el abogado incurre en negligencia en el cumplimiento de su actividad


profesional se encuentra obligado a reparar el daño causado por su negligente
actividad profesional según los artículos 1101, 1103, 1104 y 1106 del Código
Civil y el artículo 78 del Estatuto General de la Abogacía.

Será preciso, por tanto, constatar su conducta negligente en relación con su lex
artis, con el fin de determinar si su conducta se ajusta a la diligencia exigida al
profesional abogado medio (en relación con el artículo 1104 del Código civil).

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Ahora bien, el abogado no sólo se encuentra obligado por las normas
generales establecidas en el Código civil, sino también por las normas
reguladoras de su actividad profesional, ya que los cánones profesionales
recogidos en su Estatuto “sirven de buena y estricta medida de su actuación”

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CONCLUSIÓN
Para finalizar este trabajo vivimos en la era de la tecnología algo muy bueno,
pero logísticamente hablando es un arma de muchos filo, porque la repuesta a
cada uno de los problemas actuales las encontramos en la historia ya escrita y
muchas veces en la misma etimología de las palabras, el abogado está
llamado a organizar y defender la sociedad, contribuir al desarrollo de la misma
y la organización legal de ella, siempre apelando a la justicia, a las costumbre y
al respeto del derecho de los demás.

El abogado no solo debe defender la institucionalidad y las leyes sino ayudar y


orientar la aplicación de la verdadera justicia orientando a cada quien sobre sus
derechos.

En nuestra sociedad aparecen normalmente personas que son Licenciados en


Derecho, pero que no ejercen ni son verdaderos abogados, que no trabajan ni
están acorde con la profesión; que no interactúan con los conceptos de un
abogado, por lo que no tienen las condiciones para enaltecer y fortalecer la
sociedad. Partiendo de esto conceptos recomendamos a los abogados y a las
universidades reforzar los conocimientos de éticas y aplicación; además el
colegio de abogado debe tomar más seriamente los reglamentos éticos en la
profesión de la abogacía, aplicándolo de manera efectiva.
RECOMENDACIONES

Consejos para abogados No. 1: Un error común de muchos abogados es el


pretender imponer a sus clientes su conjunto de creencias y valores, de tal
suerte que sus recomendaciones prácticas se limitan a decirle "haga esto" o
"no haga esto" y simplemente porque la Ley lo dice y es lo que le parece
correcto a ese abogado según su ética. En muchas ocasiones, lo que usted
como abogado crea que es la solución correcta en realidad no le sirve al
cliente, ya que él paga no para que le digan lo que debe hacer, sino para que el
abogado le explique las implicaciones de LO QUE QUIERE hacer.

Consejos para abogados No. 2: todos lo casos tienes varios posibles


escenarios y varias implicaciones en otras ramas del derecho. Exploralos
todos.

Consejos para abogados No. 3: Aprenda a escuchar. En serio, aprenda a


escuchar.

Consejos para abogados No. 4: No se iguale con otros abogados ni los insulte,
así lo estén provocando. Un abogado que recurre a los insultos y a la
humillación de la contraparte para ganar un caso, no sólo perderá el caso, sino
que demostrará que es una basura humana.

Consejos para abogados No. 5: aunque sepa que va a ganar el caso, no


celebre antes de tiempo, ni mucho menos cuente con el dinero de esos
honorarios. No sea wevón

Consejos para abogados No. 6: Nunca le de cariñitos a un funcionario de


juzgado para que haga las cosas. No porque sea un delito, sino porque ese
funcionario se acostumbrará tanto a recibirle sus cariñitos que al final lo
convertirá en su "bitch" económica y le sacará dinero hasta el fin de los
tiempos.
Consejos para abogados No. 7: Y por último, jamás subestime a un abogado
más joven que usted porque esos saben mas de teoría a pesar de su falta de
práctica. Y tampoco subestime a un abogado más viejo, por lo contrario.
BIBLIOGRAFÍA

http://eldia.es/criterios/2002-05-05/9-Mision-abogado.htm

http://www.monografias.com/trabajos102/funcion-social-del-abogado/funcion-
social-del-abogado.shtml#elalmadela

http://www.tuabogadodefensor.com/responsabilidad-abogados/

http://www.legaltoday.com/opinion/articulos-de-opinion/responsabilidad-
profesional-del-abogado

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