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Deontología Jurídica
Tema:
Decálogo, Misión y Responsabilidades del Abogado
Presenta Por:
Tomás Inocencio Paulino ST-2014-1365
Melvin de la Cruz ST-2014-1356
Carmen Hilario ST-2014-1364
Presentado A:
Lic. Pantaleón Mieses
Fecha:
3 de Marzo del 2018
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OBJETIVOS
Objetivo General
Objetivos Específicos
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DECÁLOGO DE ANGEL OSSORIO
Don Ángel Ossorio y Gallardo, eminente jurista español, publicó en junio de
1919 a la edad de 46 años, un libro que se volvería un clásico en la deontología
jurídica, el alma de la toga.
Señala Ossorio que estas páginas son algo más que unos apuntes de
observaciones y mucho menos que un cuerpo de doctrina. Nada hay en ellas
de científico ni de narración amena. Son, sencillamente, la expresión de un
estado de conciencia. Sobre esta asequible, pero a la vez monumental obra,
Santiago Sentís Melendo, el jurista argentino, apuntó que la obra de Ossorio —
no solo este libro, sino toda ella— conserva su lozanía porque no es nunca la
obra de un momento sino la obra de una vida. No puede pasar porque los
valores que la integran son permanentes.
En el capítulo final del libro, a manera de corolario, el autor escribió diez breves
y profundas sentencias. Fruto de la experiencia en el foro, estos consejos están
dirigidos al profesional del derecho, pero sobre todo, a la juventud deseosa de
hacer de la abogacía un camino de vida. Dejemos que don Ángel Ossorio nos
las comparta:
Hay que confiar en nosotros mismos y de creer que una causa no es justa, no
debemos defenderla, pues nosotros estamos para hacer que prevalezca la
Justicia.
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IV. Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti.
Es nuestro deber defender los intereses del cliente y para esto debemos dejar
a un lado nuestros intereses personales y pensar en los del cliente.
V. No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero
no consientas ser menos.
Siempre debemos gozar de una alta autoestima, al fin y al cabo somos
nosotros los encargados de luchar por la Justicia; pero, no debemos permitir
que esto caiga en arrogancia frente a los demás.
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MISIÓN DEL ABOGADO
El abogado tiene con el justiciable y, por extensión, con la sociedad, en
general, un honroso compromiso en la defensa de los derechos e intereses de
sus clientes y de las libertades humanas de toda índole.
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Al abogado se le exige una sumisión a las reglas de la moral y de la
deontología. Justo es que, en obligada reciprocidad, cuente con todo el amparo
de la ley, porque el abogado es cooperador institucional en la Administración
de Justicia.
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El Abogado como profesional prototípico, se caracteriza por su orientación
hacia el ideal de servicio, que antepone los intereses de su cliente y de la
sociedad a los suyos propios y por su sujeción a los principios deontológicos.
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La vulneración de estos deberes puede dar lugar incluso, a sanciones penales,
civiles y disciplinarias.
El Abogado tiene plena libertad para aceptar o rechazar un asunto, así como
de rechazar el mismo en cualquier fase del procedimiento, siempre que no se
produzca indefensión o se perjudique al cliente. El Abogado que haya de
encargarse de la dirección de un asunto encomendado a otro compañero en la
misma instancia, debe solicitar su venia, salvo que exista renuncia a proseguir
su intervención por parte del anterior Letrado.
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La exigencia de responsabilidades al Abogado
Las reclamaciones por mala praxis derivada de la actuación del Abogado por
parte de su cliente, cada vez es mayor, habiendo experimentado un incremento
considerable en los últimos tiempos, tanto en España, como en el resto de
países del entorno, debido a la cada vez mayor complejidad y especialidades
jurídicas que requieren de un estudio más pormenorizado y de actuaciones
más profesionalizadas, pero también, de la mayor judicialización de todas las
actuaciones de profesionales por los ciudadanos exigiendo cada vez más el
daño, la búsqueda de un culpable a quién exigir responsabilidad ante una
Sentencia no favorable a los intereses del cliente.
Será preciso, por tanto, constatar su conducta negligente en relación con su lex
artis, con el fin de determinar si su conducta se ajusta a la diligencia exigida al
profesional abogado medio (en relación con el artículo 1104 del Código civil).
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Ahora bien, el abogado no sólo se encuentra obligado por las normas
generales establecidas en el Código civil, sino también por las normas
reguladoras de su actividad profesional, ya que los cánones profesionales
recogidos en su Estatuto “sirven de buena y estricta medida de su actuación”
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CONCLUSIÓN
Para finalizar este trabajo vivimos en la era de la tecnología algo muy bueno,
pero logísticamente hablando es un arma de muchos filo, porque la repuesta a
cada uno de los problemas actuales las encontramos en la historia ya escrita y
muchas veces en la misma etimología de las palabras, el abogado está
llamado a organizar y defender la sociedad, contribuir al desarrollo de la misma
y la organización legal de ella, siempre apelando a la justicia, a las costumbre y
al respeto del derecho de los demás.
Consejos para abogados No. 4: No se iguale con otros abogados ni los insulte,
así lo estén provocando. Un abogado que recurre a los insultos y a la
humillación de la contraparte para ganar un caso, no sólo perderá el caso, sino
que demostrará que es una basura humana.
http://eldia.es/criterios/2002-05-05/9-Mision-abogado.htm
http://www.monografias.com/trabajos102/funcion-social-del-abogado/funcion-
social-del-abogado.shtml#elalmadela
http://www.tuabogadodefensor.com/responsabilidad-abogados/
http://www.legaltoday.com/opinion/articulos-de-opinion/responsabilidad-
profesional-del-abogado