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En contraste con esa concepción, y en función de los principios del Buen Vivir, el artículo
33 de la Constitución de la República establece que el trabajo es un derecho y un deber
social. El trabajo, en sus diferentes formas, es fundamental para el desarrollo saludable
de una economía, es fuente de realización personal y es una condición necesaria para la
consecución de una vida plena. El reconocimiento del trabajo como un derecho, al más
alto nivel de la legislación nacional, da cuenta de una histórica lucha sobre la cual se han
sustentado organizaciones sociales y procesos de transformación política en el país y el
mundo.
Los principios y orientaciones para el Socialismo del Buen Vivir reconocen que la
supremacía del trabajo humano sobre el capital es incuestionable.
Oportunidades de empleo
Las oportunidades de empleo pueden ser medidas a través de los indicadores básicos del
mercado de trabajo. En ellos se retratan los efectos de los ciclos económicos, así como
los potenciales efectos de la política pública
Uno de los rasgos estructurales del mercado de trabajo a nivel mundial es que la tasa de
desempleo juvenil es dos o tres veces mayor que el desempleo promedio para toda la
economía
Otro indicador que denota tanto las oportunidades de empleabilidad de los trabajadores,
como su nivel de productividad, es el referente a la capacitación laboral. La Tabla 6.9.2.
Muestra la evolución del porcentaje de personas ocupadas que reciben capacitación en el
trabajo. Si bien es cierto que el nivel de trabajadores en el país que reciben capacitación
es bajo, el valor ha crecido en los últimos seis años de 10,61% en el 2007, a 14,47% en
el 2012. Lo anterior denota una necesidad de fortalecer estas políticas no solo con el
objeto de aumentar el grado de empleabilidad de los trabajadores, sino como eje
fundamental de una estrategia de incremento de su productividad.
TRABAJO PROHIBIDOS A MENORES DE EDAD
Si bien es cierto nuestra legislación regula los derechos de los menores trabajadores que deben
ser mayores de 15 años y menores de 18 años de edad estableciendo su jornada de trabajo, como
deberán ser remunerados y las obligaciones patronales para esta clase de trabajadores, sin
embargo en la práctica no se da cumplimiento a las disposiciones de la ley ya que por evadir
responsabilidades patronales es muy frecuente la violación de los derechos del trabajador; además
también en la práctica el empleador no vela ni protege el derecho a la educación del menor, en un
primer planteamiento se puede decir que tal vez es por desconocimiento pero la ley dice que el
desconocimiento de ley no excusa a apersona alguna, por otro lado debo manifestar que la
legislación dice que tanto la familia, la sociedad y el estado intervendrán para erradicar el trabajo
infantil y en el caso de menores trabajadores que el trabajo no sea un obstáculo para el estudio y
por lo menos preocuparse de que el menor haya completado su educación básica.
1. Estabilidad laboral:
Art. 153.- Protección a la mujer embarazada.- No se podrá dar por terminado el contrato
de trabajo por causa del embarazo de la mujer trabajadora y el empleador no podrá
reemplazarla definitivamente dentro del período de doce semanas que fija el artículo
anterior.
Art. 154.- Salvo en los casos determinados en el artículo 172 de este Código, la mujer
embarazada no podrá ser objeto de despido intempestivo ni de desahucio, desde la fecha
que se inicie el embarazo, particular que justificará con la presentación del certificado
médico otorgado por un profesional del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, y a
falta de éste, por otro facultativo.
Art. 155.- En las empresas o centros de trabajo que no cuenten con guarderías infantiles,
durante los nueve (9) meses posteriores al parto, la jornada de trabajo de la madre del
lactante durará seis (6) horas que se señalarán o distribuirán de conformidad con el
contrato colectivo, el reglamento interno, o por acuerdo entre las partes.
4.
Por lo tanto la mujer que esté segura de su estado, deberá inmediatamente acercarse al
Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social para que un facultativo avale su estado
mediante un certificado y pueda comunicar a su empleador de este particular para de esta
manera poder gozar de todos los derechos que le asisten.