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Los Petroglifos de Achocalla,

La Paz - patrimonio perdido


Matthias Strecker*

Resumen

Los sitios arqueológicos en el valle de Achocalla, en la cercanía de la ciudad de La Paz, se destacan por sus restos
arquitectónicos (chullpares), terrazas agrícolas, etc. y su larga cronología de unos 3.000 años, de los períodos For-
mativo, Tiwanaku, Pacajes e Inka. Investigadores de la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia
(siarb) registraron unas 70 rocas grabadas. A pesar de la propuesta de un parque arqueológico y las gestiones
respectivas en los años 1990, no se concretó la preservación de este patrimonio cultural y entretanto se han des-
truido la mayor parte de las rocas y otros testimonios arqueológicos.
En este artículo se presenta una descripción, clasificación e interpretación preliminar de los grabados rupestres.

The petroglyphs of Achocalla, La Paz- A lost heritage

Archaeological sites in Achocalla valley, in the surroundings of the city of La Paz, consist of ancient burial towers
(chullpares), agricultural terraces, etc. with a chronology of some 3,000 years (Formative, Tiwanaku, Pacajes,
and Inca periods). In the 1990s members of the Bolivian Rock Art Research Society (siarb) registered some 70
engraved rocks and proposed that some of them be protected in an archaeological park which unfortunately was
not realized. Meanwhile most of the rocks and other archaeological remains have been destroyed. In this article
the author describes and classifies the rock art, and presents a preliminary interpretation.

Introducción los alrededores de la ciudad de La Paz. Entre


1983 y 1989 documentamos 40 rocas graba-
El valle de Achocalla cuenta con numerosos das en esta localidad. Los resultados prelimi-
vestigios arqueológicos, entre chullpares, nares de este estudio fueron publicados en
sitios habitacionales y rocas grabadas. Res- el Boletín Nº 5 de la siarb (Heredia Z. y
pecto a las últimas, la Sociedad de Investi- Rivera C. 1991).
gación del Arte Rupestre de Bolivia (siarb) En agosto de 1998 yo llevé a cabo una
hizo esfuerzos para su documentación y su nueva prospección en la región, apoyada por
posible preservación dentro de un parque Claudia Rivera C. Constatamos que en el
arqueológico, considerando las destruccio- grupo 1 de las rocas grabadas documentadas
nes permanentes de los sitios arqueológicos en los años 80’, tres de las principales rocas
debido al fuerte proceso de urbanización de ya no existían. Según testimonio de vecinos,
fueron destruidas por la construcción de una
* Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de casa. Entregamos un informe sobre esta la-
Bolivia, casilla 3091, La Paz mentable situación a la Dirección Nacional
siarb@acelerate.com / strecker.siarb@gmail.com de Arqueología y Antropología (dinaar).

Textos Antropológicos, 2011, Volumen 16, Número 1, pp. 97-124


Carreras de Antropología y Arquelogía, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz
98 Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 1

Posteriormente, continué la prospección co- Entre tanto, la destrucción de sitios ar-


laborando a Marcos Michel L. quien realizó queológicos y petroglifos en Achocalla ha
un estudio arqueológico de Achocalla; eleva- continuado de forma alarmante. La mayoría
mos la cantidad de rocas grabadas registradas de las rocas registradas en los años 1980 y
a 70. 1990 se ha perdido debido a nuevas cons-
A estos hallazgos se deben añadir los im- trucciones. Se ha destruido no solamente un
portantes sitios arqueológicos en el valle de patrimonio cultural singular –algunos tipos
Achocalla (en parte prospectados por Mar- de grabados (como un motivo en forma de
cos Michel L. y colaboradores en febrero de “escalera” y una escultura rocosa en forma
1999), que presentan una larga cronología de cabeza zoomorfa) se conocían solamente
de unos 3000 años, pertenecientes a los pe- en esta localidad– sino también se ha perdido
ríodos Formativo, Tiwanaku, Pacajes e Inka; la posibilidad de un parque arqueológico que
y en particular el sitio en Uypaca, que en la podría haber contribuido al desarrollo turís-
actualidad constituye el único grupo de chu- tico de los alrededores de La Paz. Queda
llpares en buen estado de conservación cer- solamente la documentación parcial de este
canos a la ciudad de La Paz. patrimonio.
Considerando esta riqueza arqueológica, En este artículo presento un resumen de
elaboramos una propuesta para la creación los datos geográficos, etnohistóricos y ar-
de un parque arqueológico en Achocalla, queológicos (basados en nuestro proyecto
que fue presentada a la H. Alcaldía de Acho- del año 1999 y la publicación posterior de
calla y al Servicio Múltiple de Tecnologías Michel L. del año 2001), así como una des-
Apropiadas (semta), institución que se in- cripción y un análisis de los petroglifos de
teresó en nuestra iniciativa por su propios Achocalla, lo que amplía la información pu-
trabajos en la zona; también recibimos cier- blicada anteriormente en el Boletín Nº 5 de
to apoyo de parte de la dinaar (Strecker et la siarb.
al. 1999). En este planteamiento sugerimos
un trabajo en cuatro fases: 1. Prospección Marco geográfico
arqueológica de la cuenca de Achocalla, lo-
grando una documentación sistemática del El valle de Achocalla (Figuras 1-2) se en-
legado patrimonial en esta región mediante cuentra en la provincia Murillo del Depar-
una prospección de cobertura total. 2. Res- tamento de La Paz. Se halla situado entre
tauración de algunos chullpares. 3. Imple- los 16º33’ y 16º37’ de latitud sur y los 68º6’
mentación del Parque Arqueológico con y 68º11’ de longitud oeste del meridiano de
dos componentes: chullpares y arte rupes- Greenwich. Su altura promedio oscila entre
tre. 4. Construcción de un centro informa- 3.500 a.3.800 m.s.n.m. Se encuentra a 30 km
tivo como museo-sitio. del centro de la ciudad de La Paz. La cuenca
Lamentablemente, este proyecto no se se extiende a partir de los flancos de la ceja
concretó aunque inicialmente se firmó un del Alto y termina en el río de Achocalla a la
convenio interinstitucional entre la siarb, la altura de Mallasilla al sur de la ciudad de La
dinaar, semta y la Alcaldía de Achocalla. Paz. La localidad de Achocalla está limita-
Un problema fundamental fue que la Muni- da al norte con la ciudad del Alto, al sur con
cipalidad de Achocalla no poseía ningún área Layuri, al este con la ciudad de La Paz y al
verde, ya que estas áreas habían sido vendi- oeste limita con las provincias de Los Andes
das en su totalidad, contraria a disposiciones e Ingavi. El cantón Achocalla pertenece a la
legales (según un comentario de un funcio- provincia Murillo como la tercera región.
nario de la Alcaldía); además no se logró nin- Consta de las siguientes comunidades: Puca-
gún acuerdo con los dueños de terrenos con rani, Pacajes, Marquirivi, Cañuma, Juntuma,
algunas rocas grabadas. Allancacho, Huncarani.
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0 1000 2000 3000 m.

Figura 1. Plano de localización de Achocalla (según Heredia y Rivera 1991)

El valle de Achocalla presenta una topo- – Subcuenca Achocalla con el río del mis-
grafía en general ondulada y quebrada, con mo nombre, que constituye la mitad del
pequeñas terrazas de pendiente suave y al- área total.
gunas concavidades que originaron peque- – Subcuenca Khotaña, cuyo río constituye
ñas lagunas y embalses artificiales con aguas el principal afluente del río Achocalla.
provenientes del escurrimiento superficial. – Subcuenca Llukankari, con tres afluentes
El área está influenciada por grandes carca- que drenan al río Achocalla, en la parte
vas que constituyen los afluentes de los ríos inferior de la cuenca total.
Achocalla, Huayhuasi, Concepción, Challa- – Subcuencas cerradas (lagunas), que no tie-
taki y Kotaña. nen flujos directos a los sistemas de drenaje
La cuenca Achocalla se divide en cuatro de las primeras dos subcuencas y que están
unidades (según Stache 1996: 3): ubicadas principalmente en la parte alta.
100

REFERENCIAS

Límites de cuenca principal

Límites de subcuenca

Río intermitente

Camino principal

Camino secundario

Camino vecinal
Textos Antropológicos

ham dirección de control


gtz y manejo de cuencas

regulación de la cuenca
achocalla

subdivisión de la cuenca
Escala gráfica
escala 1:50000 febrero 1996 figura 2
0 1 2 3 4 5 Km.
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Figura 2. Mapa con localización de 10 grupos de grabados rupestres (del total de 13 grupos registrados)
Strecker Los Petroglifos de Achocalla 101

Según la posición altitudinal y topográ- son utilizadas para riego entre los meses de
fica, toda la zona puede ser dividida en las agosto y mayo.
siguientes tres sub-regiones: Con referencia a las aguas subterráneas,
éstas son fenómenos que afectan a casi toda
– La región alta: Tiene terrazas ligeramen- la zona y con mayor influencia erosiva al sur
te planas cortadas por carcavas y desliza- y la región central superior del valle, mani-
mientos antiguos. Se encuentra entre los festándose en numerosas vertientes, aumen-
3800 y 3850 m.s.n.m. A esta sub-región tando éstas en estaciones de lluvia. El origen
pertenecen las comunidades de Juntuma, de estas aguas es atribuible a la percolación
Allancacho, Huayhuasi y parte de la co- de aguas superficiales producidas en el alti-
munidad de Pacajes. plano, al este del valle de Achocalla.
– La región media: Tiene terrenos ligera- El clima es de tipo continental, atempe-
mente planos y ondulados, con pendien- rado con una influencia bastante tropical
tes de 6 a 12% en sentido oeste-este. La que se caracteriza por una época seca y una
elevación de esta región varía entre los época lluviosa. Los efectos mayores sobre el
3680 y 3860 m.s.n.m. A esta altura se suelo son los siguientes: En la época seca (in-
encuentran situados la mayor parte de vierno) el suelo se seca, lo que da lugar a su
los terrenos de riego de las comunidades retracción con la aparición de grietas más o
Pucarani, Pacajes, Marquiviri y terrenos menos profundas, por la presencia de arci-
a secano de Uypaca. Así mismo en esta llas y limos. En la época lluviosa (verano) el
región se encuentran las lagunas de Paca- suelo se vuelve blando, fenómeno favorable
jes o Colapampa, Charani, Allancacho y a la erosión y a la inestabilidad de las pen-
Aukancota. dientes.
– La región baja: Está situada a 3520 - 3680
m.s.n.m., con terrenos planos, quebrados Geología
y ondulados. Los suelos son profundos
(más de 1.50 m), de textura media a mo- El estudio geológico muestra que desde su
deradamente fina, en muchos casos limi- formación, debido a la erosión regresiva
tados por la presencia de grava en todo de los depósitos suelos del altiplano por las
el perfil; su drenaje es bueno, tiene un aguas del río captados por un afluente del
contenido bajo en materia orgánica y los río Beni, las laderas de la cuenca fueron so-
terrenos están expuestos al lavado super- metidas a movimientos de rotura brusca y
ficial. La erosión es moderada en los sue- de formación de depósitos fluvio-glaciares
los planos y severa en los laderas y que- importantes. Un extenso flujo de terreno se
bradas. produjo en Achocalla y se desarrolló sobre
más de 20 km de longitud hasta Mecapaca.
Hidrografía Se supone que este vasto fenómeno habría
ocurrido hace más de 9000 años en condicio-
El valle de Achocalla presenta gran número nes climáticas distintas a las actuales. (Cua-
de vertientes, lagunas y ríos (permanentes dros B. 1982: 81)
y temporales). El río principal que cruza el Posteriormente, en una segunda época
área de Achocalla es el río del mismo nom- de erosión, se formaron la hoyada de La
bre, sus afluentes principales son Kututu Paz y su entorno (en el que se encuentra
Jahuira, Juri Jahuira y Allpacoma en el mar- Achocalla) durante el Plioceno o Terciario
gen norte; y los ríos Yarihuay, Arco Puncu y terminal, mediante depósitos de capas suce-
otros en el margen sur. La laguna Pacajes es sivas, sobre el lecho de un antiguo lago de
el cuerpo de agua mayor, con una extensión gran extensión. Dentro de esta etapa de la
abarcando un área de 0.66 km2, cuyas aguas formación denominada La Paz, en el mismo
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ambiente lacustre que los otros sedimentos, lata: “Por las crónicas de los padres agustinos de
se produjo en la parte superior la rápida de- Lima, (se) sabe que la población de los indígenas
positación de una ceniza volcánica que ha situada en la planicie, a una legua de La Paz,
conformado un nivel de 2-4 m de espesor. sufrió un brusco descenso del suelo, quedando se-
Esta capa llamada cinerita Chijini constituye pultados todos sus habitantes, con excepción del
un horizonte guía. (Datos tomados del Plan curaca o casique, que salvó la vida, perdiendo el
de Desarrollo Urbano de la Ciudad de La habla… Un suelo revuelto, erizado de promi-
Paz, 1977, resumidos en Heredia Z. y Rive- nencias y montículos y lagos provenientes de las
ra C. 1991: 57) vertientes interceptadas por las capas dislocadas,
Una tercera época de erosión fue mucho son los vestigios que han quedado del predicho
menos importante que las primeras. Después hundimiento”. El cronista agustino Antonio
se produjo el gran deslizamiento de la cuen- de la Calancha (1885: 74) informa sobre este
ca de Achocalla que dio el flujo del terreno singular acontecimiento. Rigoberto Paredes
gigante Mallasa-Lipari-Mecapaca. Este flujo (1955: 68, 70) sostiene que la población rural
debió hacer un dique aguas abajo de la angos- de Achocalla, según el censo del año 1900,
tura de Aranjuez. Existen muchos pequeños alcanzaba a 3540 personas, no existía pobla-
afloramientos de sedimentos lacustres del ción urbana. Afirma que en su jurisdicción
mismo tipo en el norte de Achocalla (Cua- se encuentran las ex - comunidades de Pu-
dros B. 1982: 82). carani, Pacajes, Uypaca (Villa Concepción) y
Cañuhuma.
Etnohistoria
Antecedentes arqueológicos
Mediante la investigación de fuentes etno-
históricas conocemos que el valle de La Paz Debido a la catástrofe en el período colonial
se ubicaba en territorio de la etnia Pacajes y la supuesta transformación del valle por
(Saignes 1985: 290) en cruce de tres zonas una mazamorra, según los relatos a que me
ecológicas: punas, valles y yungas. Los datos he referido, no se esperaba encontrar en esta
para el período Intermedio Tardío o post región hallazgos arqueológicos notables. Sin
Tiwanaku son pocos, se sabe que el valle de embargo, las investigaciones arqueológicos
La Paz se encuentra dentro del territorio contradicen esta suposición y, en realidad,
Pacajes y la gente de este grupo habitó el algunos de los más antiguos vestigios de la
área. población humana en la zona de La Paz y sus
La mayoría de los datos etnohistóricos es- alrededores fueron encontrados justamente
tán relacionados a la presencia Inka: el valle en este valle.
fue ocupado por actividades mineras en be- Recién en los últimos años se inició la
neficio del Inka, la explotación comprendía investigación sistemática de la arqueología
dos tipos de minas: socavones y pozos abier- de la ciudad de La Paz y sus alrededores
tos. Los trabajos eran efectuados por miti- (Aranda y Lémuz 2006; Aranda 2008; Lé-
maes de la región del Collao que pudieron muz y Aranda 2008). “Los resultados obte-
pertenecer a una docena o menos de pue- nidos hasta el momento permiten determinar
blos. Las fuentes atestiguan la presencia de una intensa actividad ocupacional en el valle
mitimaes Lupacas, Canas, Canchis, Pacaxa, (la cual ve desde el Formativo Medio, pasando
Pucarani y Chinchasuyo (Barragán 1991; por asentamientos Tiwanaku, Señoríos Regio-
Saignes 1985). nales e Incaicos), caracterizada inicialmente por
Para el período colonial se tienen varias el desarrollo intensivo de la agricultura… para
referencias acerca del valle y sus regiones posteriormente, con la llegada de los Incas, in-
aledañas. Agustín Aspiazu (1987: 92-93) re- tensificarse la explotación­aurífera,­mediante­la
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implantación de mitmas proceden­tes de diferen- temática en el valle de Achocalla, logrando


tes etnias, lo que implicaba la variedad cultural un diagnósti­co general del patrón de asen-
del lugar.” (Aranda 2008: 65) tamiento prehispánico (Michel L., Gutié-
Respecto a las investigaciones ar­queo­ rrez O. e Iraola 1999). Registraron 16 sitios
lógicas­ dentro de la cuenca del río Acho­ arqueológicos adicionales a los reportados
calla,­ Michel L. (2001: 212) resume los an- por la siarb. En julio de 1999, Marcos
tecedentes de la siguiente manera. El año Michel L. y un grupo de estudiantes de la
de 1987, en base a informaciones anteriores umsa realizaron una segunda prospección
(inar 1977?), Portugal O., Lluzco y Veizaga­ arqueológica logrando la ubicación de otros
efectuaron un breve reconocimiento ar- sitios. Se registraron en total 41 sitios ar-
queológico de Achocalla. En este informe queológicos cuyas características se resumen
se mencionan chullpares de adobe en total en el trabajos de Michel L. (2001: 214-219).
estado de destrucción localizados en el lugar Estos trabajos han permitido reconocer una
denominado Kañuma. Al sureste de Acho- ocupación humana del área en los siguien-
calla, en el camino a Makapaya, se ubica el tes períodos Formativo (1200 - 500 a.C.),
sitio denominado Kotaña 1 por Portugal O. Tiwanaku (500 d.C. - 1000 d.C.), Pacajes
(1987), el mismo que presentaría restos de (1000 d.C. - 1430 d.C.), Inka (1430 d.C.
cerámica Tiwanaku en la superficie. Kotaña - 1560 d.C.), Colonia y República (ver el
2 es un conjunto arqueológico de 5 chullpa- resumen de la ocupación precolombina en
res de barro situados sobre lenguas de tierra Michel L. 2001: 219-221). Un reciente tra-
adyacentes a quebradas. La cerámica ubi- bajo de José Luis Paz y colaboradores (2008)
cada en Kotaña corresponde a los períodos presenta los resultados de la excavación del
Intermedio Tardío, Tiwanaku e Inka. sitio ACH 10. Los autores concluyen que se
El año 1989 Portugal O. efectuó un re- trata de un asentamiento Tiwanaku que al-
conocimiento arqueológico desde la urba- canzó su máximo tamaño durante el perío-
nización Mercedario en Villa Adela de El do clásico (400-800 d.C.) y fue abandonado
Alto hacia Achocalla registrando dos sitios. en los siglos posteriores.
El primero se llama Seke y tiene cerámica De especial importancia es el sitio ach
que correspondería a la tradición Inka. El se- 12, denominado por Portugal Ortiz (1987)
gundo sitio identificado se denomina Kaluyo como Khotaña y que conocemos como
y está situado a un kilómetro del anterior. Uypaca (Villa Concepción). Se encuentra en
Compuesto de una plataforma circular de una ladera superior del valle, por debajo de la
200 m aproximadamente, la estructura está planicie altiplánica, a una altura aproximada
circundada por un foso y por el Río Seco. de 3800 m.s.n.m., con profundas huellas de
Portugal O. asigna a este sitio la función de erosión y tres terrazas de terrenos inclinados.
fuerte inkaico de control estatal instalado Existen restos de seis chullpares sobre estas
entre el Desaguadero y La Paz. En el Museo terrazas, en posiciones de dominio visual ha-
Nacional de Arqueología de La Paz se halla cia la hoyada paceña. Tres chullpares están
un keru procedente del valle de Achocalla, bien conservados y tienen rasgos arquitectó-
que por sus características lo podemos consi- nicos impresionantes. Una construcción es
derar dentro del período Tiwanaku Clásico. especialmente notable por sus características
Sin embargo, no se tienen datos del lugar de un mezcla del estilo Inka (muros de pie-
exacto donde fue hallado. dra) y de la cultura aymara-pacajes con rebo-
Durante la primera quincena de febre- que de adobe. Además, hay gran cantidad de
ro de 1999, Marcos Michel López y los fragmentos de cerámica (Pacajes, Tiwanaku,
estudiantes Daniel Gutiérrez O. y Marcos Inka). El sitio ofrece una vista espectacular al
Iraola llevaron a cabo una prospección sis- valle y a la cordillera.
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Las rocas grabadas de Achocalla Alto Kañuma, cerca del camino que va desde
Achocalla a Mallasilla. Además, en el grupo
Características y distribución 5, donde se habían registrado 2 rocas graba-
das, se halló otra roca con cúpulas. También
Los autores de los grabados escogieron gran- aumentó la cantidad de rocas grabadas regis-
des bloques de cinerita que afloran en todo el tradas en el grupo 6, de 2 a 6. En el curso de
valle. Los petroglifos aparecen en grupos de las nuevas prospecciones (M. Michel L., M.
rocas o bloques, los cuales están aislados y Strecker y sus colaboradores), de febrero a
distantes unos de otros. Las rocas escogidas mayo de 1999, fueron localizados cinco si-
para tal fin tienen dimensiones variadas, las tios más con petroglifos en las zonas altas del
más grandes pueden tener 6-8 m de largo valle (región de Villa Concepción/Uypaca).
por 4 m de ancho. Es importante mencionar A continuación presento una breve descrip-
que algunos grabados están cerca de peque- ción de 13 grupos con grabados.
ñas lagunas y otros al borde de quebradas,
casi siempre entre sembradíos. Grupo 1 (ach 17)
La dispersión de los petroglifos (grabados
rupestres) permitió a M. Heredia y C. Rivera Comprendía 11 rocas cerca a la laguna Cha-
formar grupos, ya que generalmente se pre- rani, en el sector Muyak’ani de la comuni-
sentan cuatro, cinco o más rocas juntas, que dad Pacaje, de las cuales lastimosamente las
a su vez contienen una cantidad de grabados. principales ya no existen. (Figura 3-4) En los
Hasta 1991 se ubicaron 6 grupos con 40 ro- años ‘80, algunas rocas se encontraban entre
cas grabadas. En las últimas prospecciones los sembradíos y otras en pequeños montí-
de 1998 encontramos 2 grupos más con 15 culos naturales. La roca más imponente (A),
rocas, que se encontraban en la región de con un largo aproximado de 8 m y una altura

Figura 3a. Grupo 1, roca A. Foto de M. Strecker (1984)


Strecker Los Petroglifos de Achocalla 105

0 50 cm.

Figura 3b. Grupo 1, roca A. Dibujo de Jorge Aranibar

0 10 50 cm. 0 10 50 cm.

Figura 4a,b. Grupo 1, roca D (dibujos de Gertrud Weber). Esta roca fue destruida durante la construcción
de una casa
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de 2.20 m, tenía una cantidad de cúpulas y existían a principios del año 2009 incluyen-
una cruz colonial. (Figura 3a,b) La mayoría do las dos con cúpulas (A y B). En este grupo
de las rocas de este grupo presentaban ca- había una gran variedad de motivos: cavida-
vidades pequeñas, de unos 5-8 cm el ancho des pequeñas, cavidades profundas, algunos
de la boca por unos 4 cm de profundidad, diseños como canales y cruces cristianas que
en algunos casos alineados. Generalmente por su trabajo parecían más recientes que las
estaban trabajadas en las caras inclinadas. En de otros grupos (Figura 7a,b). Era el grupo
cuatro rocas existían cavidades profundas de más grande y disperso. Todas las rocas esta-
unos 30-40 cm de diámetro de la boca por ban rodeando una loma, alrededor existían
40-50 cm de profundidad aproximadamente. gran cantidad de sembradíos. En los años
Estas concavidades se hallaban en la cara ho- ‘80, para algunos comunarios, este grupo era
rizontal y en ocasiones esta superficie era le- importante ya que: “En las piedras habitan
vemente alisada o nivelada, en algunos casos los espíritus de los achachilas y hay que ha-
se presentaban con canales de desagüe. cerles ofrendas porque de lo contrario trae
En la roca C (de un largo de 6.50 m, altu- males, se dan dulces mesas a la Pachamama”
ra 3.60 m - Figura 5a,b) había la representa- (informante Martín Chiapana).
ción de un motivo singular (no existe ningún Las rocas A (3.50 x 2.40 m, altura máx.
caso parecido en el arte rupestre boliviano ca. 3.50 m) y B (3.60 x 2 m, altura ca. 1.50
registrado hasta ahora) en forma de “esca- m) presentan, en sus caras inclinadas orien-
lera” doble, acompañada de dos cavidades tadas al este, cúpulas que están alineadas en
pequeñas. En 1983 se encontraba todavía en forma vertical (Figura 6a). La roca A tiene
su sitio original, al borde de un montículo tres hileras con 5, 6 y 7 cúpulas, mientras la
natural. Un año más tarde, se había caído roca B tiene cuatro hileras con 2, 4, 6 y 8 cú-
hacia abajo; posteriormente fue destruido pulas; en ambos casos la cantidad de cúpulas
por completo. Se desprendió un bloque que aumenta de izquierda a derecha. Según un
presentaba una cruz, parecía de factura más vecino (información dada en abril de 1999),
reciente, posiblemente copia de la cruz gran- antes brotaba, al pie de la roca A, una fuente
de de la roca A. de agua. A poca distancia de las rocas A y B,
en tiempo de lluvia, se forma una pequeña
Grupo 2 (ach 17) laguna.
Las rocas D-K tenían cavidades profun-
Estaba ubicado en la cercanía del anterior das y algunos canales (Figura 6b). La roca ll
Hotel Kori Tambo, inmediatamente al se (3.70 x 2 m, altura 2.30 m) poseía tres cúpu-
de una cancha de fútbol. Lo constituían cin- las grandes (Figura 8a). La roca N (Figura
co rocas con grabados (a-e), orientadas en 8b,c,d) era un monumento excepcional, re-
dirección se-no. La roca más grande (A, presentaba la cabeza de algún animal (1.50
dimensiones: 5.50 x 3.90 m, altura 3.25 m) x 1.80 m, altura 1.70 m). Se notaba el traba-
poseía 12 cúpulas en hileras verticales en su jo en lo que vendrían a ser las fosas nasales,
cara so, mayormente alineadas en tres filas ambas tenían una profundidad de 13 cm. A
verticales. mediados del año 2009, restos de esta roca
(ya en gran parte destruida) se encontraban
Grupo 3 (ach 7) todavía en el sitio, un año más tarde había
desaparecido completamente.
Este grupo se encuentra en la sección Anari
de la comunidad Marquiviri. Estaba confor- Grupo 4 (ACH 18)
mado por 15 rocas, de las cuales 13 fueron
localizadas nuevamente en septiembre de Este grupo se encontraba al este de la gran-
1998. (Figura 8-8) Algunas rocas todavía ja semta. En los años ‘80 María Heredia y
Strecker Los Petroglifos de Achocalla 107

0 1 2 mt.

Figura 5a. Grupo 1, roca C. Dibujo de María Heredia Z.

0 10 50 cm.

Figura 5b. Grupo 1, roca C, grabado de “doble escalera”. Dibujo de Jorge Aranibar
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Figura 6a. Grupo 3, rocas A y B. Foto de M. Strecker (1998)

Figura 6b. Grupo 3, roca E. Foto de M. Strecker (1998)


Strecker Los Petroglifos de Achocalla 109

Claudia Rivera encontraron 6 rocas, disper- Grupo 6 (ach 6)


sas y ubicadas en la orilla de una quebrada,
con diversas cavidades, algunas de ellas eran Se encontraba en la orilla norte de la laguna
profundas y contenían restos de carbón dan- grande de Achocalla. En las investigaciones
do muestras de haber sido usadas para que- de los años ‘80, María Heredia y Claudia Ri-
mar algo. En las nuevas prospecciones de no- vera ubicaron dos rocas grabadas. La roca A
viembre de 1998, Matthias Strecker y María se hallaba en la ladera de un cerro, era de
Cristina Strecker ubicaron también 6 rocas características complejas ya que de una cavi-
grabadas (Figura 9a). En la Roca F observa- dad profunda salían varios canales ondulan-
mos tres líneas grabadas que convergen. tes que se interconectaban entre sí y bajaban
desde la parte más alta de la roca hacia abajo.
Grupo 5 (ach 19) La roca B presentaba una cavidad profunda,
estaba trabajada más toscamente que otras
Se ubicaba a 200 m al norte del grupo 3. cavidades por lo que sería más reciente. Es-
Estaba constituido por tres rocas grabadas, taba ubicada en el patio de una casa y en los
cuyos motivos representaban algunas cavida- años ‘80 era usada para limpiar quinua.
des y posiblemente canales. Ubicadas en una En las nuevas investigaciones de noviem-
loma, no se pudieron documentar con detalle bre de 1998, Matthias Strecker y sus hijas
pues habían sido casi totalmente destruidas María Cristina y Susana encontraron cuatro
por grabados vandálicos, cortes en la roca, rocas. Suponemos que eran otras que las
etc., quedando pocos restos. La roca C (2.80 descritas anteriormente. Al norte de la la-
x 2.80 m, altura 1.60 m) tenía en su lado sur guna, a unas 250 m al norte de la Iglesia Ad-
tres o cuatro cúpulas pequeñas, alineadas en ventista del 7º Día, se hallaba una afloración
fila vertical. rocosa enorme (roca C – Figura 9b) que

Figura 7a. Grupo 3, roca L. Foto de M. Strecker (1998)


110 Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 1

0 10 20 30 40 cm.

Figura 7b. Grupo 3, roca L, cuatro grabados de cruces cristianas. La profundidad máxima de las líneas grabadas
varía de 0,1 cm (tercera cruz a la izquierda) hasta 4,3 cm (cruz a la derecha). Dibujo de J. Aranibar

Figura 7c. Grupo 3, roca L, canales grabados en la superficie. Foto de M. Strecker (1998)
Strecker Los Petroglifos de Achocalla 111

medía­32 m x 5.80 m, con una altura de 3.50 Grupo 7 (ach 20)


m. Se extendía en dirección ne-so. Su lado
sur estaba cubierta con muchas inscripciones Fue ubicado recién en agosto de 1998. Se
vandálicas, pero todavía se encontraron unas encontraba en la comunidad Kañuma, al
30 cúpulas, entre las cuales se notaban dos lado del camino que va desde Achocalla a
filas verticales de 6 y 5 cúpulas. A unos 3 m al Mallasilla, a una distancia de unos 700 m del
ne existía una extensión lateral de la roca, en Grupo 3. Se localizaron 8 rocas grabadas,
cuya cara sur se hallaron grabadas 5 cúpulas mayormente con depresiones, las que en va-
puestas en fila vertical. En la superficie de la rias rocas estaban puestas en filas en su cara
roca, en su borde sur, habían varias depresio- inclinada. Seis de estas rocas se hallaban cer-
nes pequeñas. A unos 100 m al este ubicamos ca a casas (Figura 10a, b, 11a, b).
otras 3 rocas. La roca D (2.40 x 1.70 m, altu- La roca E (2.50 x 4.50 m, altura 1.85 m), la
ra 1.80 m) tenía forma empinada. En su lado más cercana al camino (a unos 9 m al norte),
oeste existían cuatro cúpulas, de las cuales presentaba en su cara este hileras verticales
tres estaban puestas en fila vertical. La roca de cúpulas pequeñas; en su lado ne existía
E (2.70 x 1.70 m, altura 1.10 m) tenía una una ranura ancha que se dirigía de la super-
cúpula cerca a su base, en un lado vertical. La ficie hacia abajo. Al sur del camino había una
roca F (3.90 x 2.80 m), directamente al lado concentración de 5 rocas grabadas. A 20.50
de la roca anterior, tenía en su superficie una m del camino estaba la roca C (5 x 1.60 m,
cúpula de tamaño mediano. altura 2.30 m); en su lado se estaba grabada
En las investigaciones arqueológicas de una especie de cara de dos pequeños huecos y
Michel L. (2001: 215), en este sitio se en- una línea recta (para ojos y boca) y una línea
contró cerámica Pacajes y colonial. circundante, un motivo sumamente escaso

Figura 8a. Grupo 3, roca LL con dos cavidades grandes. Foto de M. Strecker (1983)
112 Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 1

Figura 8b. Grupo 3, roca N. Foto de M. Strecker (1984)

0 50 cm. 0 50 cm.

Figura 8c,d. Grupo 3, roca N. Dibujos de Jorge Aranibar


Strecker Los Petroglifos de Achocalla 113

Figura 9a. Grupo 4, roca C. Al fondo el cerro Illimani. Foto de M. Strecker (1998)

Figura 9b. Grupo 6, roca C, lado sur. Se notan una fila vertical de cúpulas y numerosas inscripciones vandálicas.
Foto de M. Strecker (1998)
114 Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 1

entre los grabados de Achocalla (medidas 25 A (altura aproximada 2.50 m) que presenta
x 24 cm). Esta roca también presentaba va- una cruz y se ha conservado hasta hoy en día
rias cúpulas. Además, encontramos tres ro- (Figura 12a). Se halla a 25 m al sur del ca-
cas aisladas con cúpulas (roca F a 27.70 m al mino. A una distancia de unos 14 m hacia
oeste de la roca B; roca G a unos 50 m al so el norte (hacia el camino) estaba la roca B
de la roca F; la pequeña roca H a unos 100 m (3.10 x 2.50 m, altura 2.10 m) que tenía seis
al no de la roca E). En este último caso, la cavidades grandes. (Figura 12b) Entre las ro-
piedra había sido modificada para construir cas A y B se hallaban dos más (c-d), cada
un altar del Tata Santiago, cuya imagen se una de las cuales presentaba dos depresiones
puso bajo un techo. grandes. Mucho más alejada, a unos 160 m al
so de la roca A, existía otra roca (E) con una
Grupo 8 (ach 21) cúpula grande.
Al nno del camino se hallaban dos rocas
Este grupo igualmente recién fue registrado más: a unos 40 m del camino la roca F que
en septiembre de 1998. Estaba situado tam- tenía dos caras formadas por depresiones pe-
bién en la comunidad Kañuma (alta), a am- queñas, al parecer de factura antigua (Figura
bos lados del camino que va desde Achocalla 13a). Más al nno, a unos 50 m del camino,
a Mallasilla, y aún más lejos del centro de se encontraba una roca grande (G - 4.30 x
Achocalla, a aproximadamente un kilómetro 1.70 m, altura 2 - 3 m), cuya base había sido
del grupo anterior. Existían 7 rocas grabadas excavada y estaba expuesta, de modo que te-
en dos sectores, separados por el camino. nía una altura de entre unos 2 y 3 m. Llevaba
En sector al sur del camino, la roca más por lo menos una cúpula grande en su su-
prominente, ya visible del camino, es la roca perficie.

Figura 10a. Grupo 7 y casas. En el fondo, a la izquierda, la roca A. Foto de M. Strecker (1998)
Strecker Los Petroglifos de Achocalla 115

Figura 10b. Grupo 7, roca A. con varias filas verticales de cúpulas. Foto de M. Strecker (1998)

Grupo 9 (ach 10) borde de una loma a una altura aproximada


de 3650 m.s.n.m. Este bloque presentaba ta-
Este sitio se encontraba cerca al camino que zones atípicos en cuanto no eran circulares
va del centro del valle a la comunidad de como en la mayoría de las demás rocas, sino
Uypaca (Villa Concepción), sobre la ladera más ovaladas y especialmente grandes.
aledaña a una quebrada trabajada en niveles
de plataforma con inclinaciones de 30º a 40º. Grupo 11 (ach 9)
En la parte central de las plataformas, a 69
m del camino, se hallaba una roca con dos Este sitio también fue registrado por Michel
cúpulas (A - 1.70 x 1.80 m, altura 1.40 m). En L. quien encontró amplias plataformas sobre
la cercanía se encontraban otras afloraciones la ladera de una quebrada. En la plataforma
rocosas mayormente cubiertas de tierra, por superior y en medio de campos de cultivo se
lo que no se puede excluir la existencia de hallaba una afloración rocosa con dos cúpulas
otros grabados. El sitio presentaba una “im- grandes (Figura 13b), además “una incisión en
presionante profusión de cerámica Tiwanaku forma de víbora y una serie de unciones linea-
y en menor cantidad Pacajes” (Michel 2001: les y curva” (Michel L. 2001: 215). La cerá-
216). En las excavaciones por José Luis Paz mica encontrada en el lugar en la prospección
y colaboradores (2008) se hallaron los restos arqueológica corresponde a tradiciones del
de un asentamiento Tiwanaku. Formativo, Pacajes. Tiwanaku e Inka (ibid.).

Grupo 10 (ach 8) Grupo 12 (ach 12)

Según el informe de Michel L. (2001: 215), Este sitio (Figura 14a,b, 15a,b) fue estudia-
se trataba de una roca grande ubicada en el do inicialmente por Portugal Ortiz en 1987
116 Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 1

Figura 11a. Grupo 7, roca B. Cavidad profunda con canal. Foto de M. Strecker (1998)

Figura 11b. Grupo 7, roca D con cara grabada. Foto de M. Strecker (1998)
Strecker Los Petroglifos de Achocalla 117

Figura 12a. Grupo 8, roca A con cruz cristiana grabada. Foto de M. Strecker (1998)

Figura12b. Grupo 8, roca B con cinco cavidades grandes. Foto de M. Strecker (1998)
118 Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 1

quien mencionó cinco chullpares; denominó Valle­de la Luna, en el camino de La Paz


al lugar Khotaña. Actualmente, los luga- a Mallasilla.
reños lo llaman a este sector Uypaca (Villa 2. Cadenas verticales de depresiones (“cú-
Concepción). Michel L. (2001: 216) encon- pulas”) medianas en los lados de las rocas.
tró “en tres lengüetas en forma de terrenos En el caso de la roca L del grupo 3, es-
inclinados” mayormente cerámica Pacajes, tas cavidades podían servir para trepar a
además cerámica Inka y Pacajes. En el sector la superficie. Sin embargo, por lo general
sureste del sitio fueron localizadas dos rocas era obvio que no habían sido utilizadas
al borde de una quebrada muy erosionada. para tal fin. En su mayoría eran dema-
Ambas rocas llevaban una cúpula grande en siadas pequeñas, además observamos en
su superficie, una de las cuales tenía un canal algunas rocas (como A y B del grupo 3)
(Figura 15b). varias series verticales de cúpulas, pues-
tas paralelamente. (Figura 3b, 4b, 6a, 9b,
Grupo 13 (ach 23) 10b).
3. Depresiones redondas muy pequeñas, del
Estas rocas se encontraban a unos 70 m al tamaño de la punta de un dedo, que se
este del camino entre el sitio ACH 10 (Gru- hallaban­ en conjuntos alineados. (Figura
po 9) y el centro comunal de Villa Concep- 3a, b).
ción (Uypaca), a unos 1 ½ km antes de llegar 4. Líneas grabadas en la superficie que a ve-
al pueblo. Se trataba de tres rocas con cúpu- ces convergen. (Figura 4a, 7c).
las grandes y dos cúpulas adicionales en el 5. Un grabado en forma de una “escalera
afloramiento rocoso del piso en la cercanía. doble” en el lado vertical de la roca C del
grupo 1. (Figura 5a, b).
Tipos de los grabados rupestres 6. Una escultura rocosa en forma de cabeza
de animal (roca N del grupo 3). (Figura
Los petroglifos de Achocalla constaban de 8b, c, d).
los siguientes tipos: 7. Caras formadas por pequeñas depresiones
y pocas líneas (roca F del grupo 8, roca C
1. Depresiones redondas grandes en las del grupo 7). (Figura 11b, 13a).
superficies horizontales, a veces combi- 8. Una cantidad de cruces cristianas en di-
nadas con ranuras o canales. Eran de di- versas rocas de los grupos 1, 3 y 8. (Figura
versos tamaños, la depresión más grande 3a,b, 7a, b, 12a).
tenía una profundidad considerable de 70 9. Grabados recientes, por ejemplo letras, a
cm (roca A del grupo 13). Muchas veces veces puestas encima de petroglifos anti-
notamos que el interior de tales cavidades guos. (Figura 9b).
había sido alisado, algunas tenían su base
en forma redondeada. A veces se encon- Una parte considerable de los grabados
traban en la superficie de rocas bajas, de consta de “cúpulas” o “tacitas”, depresiones
una altura de solamente 0.50 m, pero tam- artificiales en las rocas, un fenómeno fre-
bién aparecían en rocas altas, de una altu- cuente entre el arte rupestre a nivel mundial
ra de 2 m (Figura 6b, 8a, 11a, 12b, 13b). (Bednarik 1998). Existen varios estudios de
Raras veces, existe un canal de desagüe las cúpulas en diferentes regiones de Bolivia
que sale de una depresión grande (Figura con una tipología preliminar (Strecker 1991;
11a, 15b). El fenómeno de estas depre- Methfessel 1998) y una discusión sobre su
siones especialmente grandes se extiende posible función, utilitaria, ritual o simbólica
también a regiones vecinas, fuera del va- (Querejazu L. 1998). En julio del año 2007 yo
lle de Achocalla. Se hallan en una roca al guié al experto australiano Robert Bednarik a
lado de la entrada del parque turístico­del Achocalla; él pudo inspeccionar brevemente­
Strecker Los Petroglifos de Achocalla 119

Figura13a. Grupo 8, roca F con cara grabada. Foto de M. Strecker (1998)

Figura 13b. Grupo 11, roca A. Foto de M. Strecker (1999)


120 Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 1

el grupo 3. Aunque reconoció cúpulas típicas Existen por lo menos tres fases en la eje-
en las rocas A y B (una de las cuales es ilustra- cución de los grabados:
da en su publicación del año 2008: 81, Figura
36), considera a las depresiones especialmen- – Grabados prehispánicas: cúpulas, siste-
te grandes como otro fenómeno de uso de las mas de cúpulas con canales, el motivo
rocas de parte de los pobladores de la región. de “escalera doble”, caras antropomorfas
Piensa que se trata posiblemente de lugares y la escultura rocosa de la cabeza de un
de depósito de productos agrícolas (Bednarik animal.­
2008: 69-70, Figura 19). – Grabados coloniales de cruces. El ejem-
plo más claro se encontraba en la roca A
Antigüedad de los petroglifos del grupo 1.
de Achocalla – Grabados republicanos, incluyendo cru-
ces y otros recientes.
Se puede deducir cierta antigüedad de estos
grabados por su pátina, líquenes que crecie- Lamentablemente no tenemos criterios
ron en las ranuras y técnica del tallado. Las para datar los petroglifos y cúpulas de una
ranuras de los grabados antiguos constaban manera más precisa. Considerando la gran
de líneas más regulares, más profundas y más diversidad de elementos grabados, se puede
anchas que las de algunas figuras recientes. suponer un proceso largo de su producción
Por otro lado, la cruz colonial de la roca A en tiempos prehispánicos. Hacemos notar
del grupo 1 tenía líneas con perfil en forma que en la cercanía de muchas rocas graba-
de V cortadas en la roca, seguramente graba- das se encontraban fragmentos de cerámica
das con un instrumento de metal. (identificamos cerámica Pacajes y colonial),

Figura 14a. Uypaca, los dos chullpares más grandes Foto de M. Strecker (1998)
Strecker Los Petroglifos de Achocalla 121

Figura 14b. Uypaca, ladera trasera de uno de los chullpares, con grieta formada por flujo de agua.
Foto de M. Strecker (1998)

lo que supone que se llevaron a cabo activi- En algunos casos, parece existir una clara
dades rituales en estos lugares. relación con fuentes de agua (rocas A-B del
grupo 3). Por otro lado, los diversos motivos,
Interpretación tentativa de los sitios como la “escalera doble”, la cabeza esculpida
de grabados rupestres de animal y las caras grabadas en la roca F
del grupo 8, pueden haber tenido otras mo-
Se puede suponer que en tiempos antiguos, tivaciones que desconocemos.
este valle fértil era utilizado también para la Las cruces grabadas son indicios de la re-
agricultura intensiva y que los petroglifos ligión cristiana. Es probable que inicialmen-
tenían una relación con un culto a la fertili- te se tratara de un acto de iconoclastas (posi-
dad. Las depresiones (cúpulas) habrían sido blemente misioneros españoles) que querían
utilizadas para depositar ofrendas; en los ca- imponer la religión cristiana en los sitios de
sos donde se conectan con ranuras o canales, ritos tradicionales indígenas. Encontramos
algún líquido debía haber sido echado o se todavía algunos indicios de la importancia de
aprovechaba el agua de la lluvia, que fluía las rocas grabadas para los habitantes de la
hacia la tierra, en un rito de ch’alla como zona, como muestra el testimonio sobre las
ofrenda a la divinidad de la Madre Tierra. rocas del grupo 3 a que me referí arriba.
122 Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 1

Figura 15a. Uypaca, chullpar pequeño con muro Inka. Foto de M. Strecker (1998)

Figura 15b. Grupo 12 (Uypaca), roca con cavidad grande y canal. Foto de M. Strecker (1999)
Strecker Los Petroglifos de Achocalla 123

Un documento de semta (1995: 130) por la revisión del manuscrito preliminar y


incluye un mito indígena relacionado con sus comentarios constructivos.
la laguna grande de Achocalla y las rocas en
su cercanía: “Según los achachilas el lago de Referencias citadas
Achocalla en principio era una Iglesia. Un
día en dicha iglesia se celebraba un matrimo- Aranda Álvarez, Karina E.
nio y se festejaba la fiesta en el patio de la 2008 En busca del pasado prehispánico del
Iglesia, más tarde apareció una abuelita que valle de La Paz. Chachapuma Revista de
fue atendida por la cocinera los pedidos de la Arqueología Boliviana 3: 64-65.
visitante en forma secreta. Lo que pedía era Aranda Álvarez, Karina E. y
comida que fue concedida por la cocinera en Carlos Lémuz Aguirre
un pañuelo a la abuelita. La abuelita como 2006 Construcción del paisaje prehispánico­
recompensa del servicio dijo a la cocinera del Valle de La Paz: estrategias y recur­
que se fuera por que algo va a pasar en ese si- sos.­ xix. Reunión Anual de Etnología
tio. Al poco tiempo la iglesia se convirtió en (2005), Tomo 1: 75-88. musef, La Paz.
el lago y los novios escaparon hacia el oeste y Aspiazu, Agustín
cuando salieron a la loma Tacagua, miraron 1987 La Meseta de los Andes. Conferencia y
hacia atrás y en este momento se convirtie- escritos científicos. Sociedad Geográfica
ron en rocas y se quedaron para siempre roca de La Paz, La Paz.
y lago.” Este cuento claramente está influi- Barragán, Rossana
do por la religión cristiana, ya que contiene 1990 Espacio urbano y dinámica étnica. La Paz
elementos como la iglesia y el detalle que la en el siglo xix. hisbol, La Paz.
pareja miraba hacia atrás y se convirtió en Bednarik, Robert G.
roca, lo que recuerda el relato de la Biblia 1998 Cúpulas: el arte rupestre más antiguo
de que una mujer se convirtió en estatua de que se ha preservado. Boletín siarb 12:
sal por haber mirado hacia atrás (Génesis 26-35.
19,26) Por otro lado, es muy probable que 2008 Cupules. Rock Art Research 25(1): 61-
se refería a wacas antiguas: la laguna y las ro- 100.
cas. Otra leyenda cuenta del maleficio que Calancha, Antonio de la
existe en el lago menor Charani, ubicado en 1885 Descripción y Relación de la Ciudad de La
la zona Mullak’ani de la comunidad Pacaje. Paz. Sociedad Geográfica de La Paz,
Por este maleficio esta laguna es temida por La Paz.
los pobladores. Recordamos que justamen- consultores b.r.g.m., b.c.e.o.m. y p.c.a.
te en esa región había una concentración de 1977 Plan de Desarrollo Urbano. Honorable
rocas grabadas incluyendo una cruz colonial Alcaldía Municipal de La Paz, Orleans.
imponente. Cuadros B., Alvaro
1982 Proyecto: Plan de Ocupación del Suelo. Al-
Agradecimiento caldía Municipal de la Ciudad de La
Paz, La Paz.
Agradezco a las siguientes personas quienes Heredia Zavala., María de los Ángeles
colaboraron en el registro, investigación y y Claudia Rivera C.
documentación del arte rupestre de Achoca- 1991 Los petroglifos de Achocalla, Depar-
lla: Jorge Aranibar, María de los Angeles He- tamento de La Paz, Bolivia. Boletín
redia Z., Marcos Michel L., Claudia Rivera siarb 5: 57-75.
C., María Cristina y Susana Strecker, Ger- Lémuz, Carlos y Karina Aranda (eds.)
trud Weber. Reinhardt Stache me facilitó el 2008 Mapa de Áreas Arqueológicas Potenciales
informe de sus estudios geológicos de la re- del Valle de La Paz. Gobierno Munici-
gión. Asimismo agradezco a Claudia Rivera pal de La Paz, La Paz.
124 Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 1

Methfessel, Carlos y Lilo Methfessel Querejazu Lewis, Roy


1998 Cúpulas en rocas de Tarija y regiones 1998 Tradiciones de cúpulas en el departa-
vecinas. Primera aproximación. Boletín mento de Cochabamba. Boletín SIARB
siarb 12: 36-47. 12: 48-58.
Michel López, Marcos Saignes, Thierry
2001 Prospección arqueológica del valle de 1985 Los Andes Orientales: Historia de un olvi-
Achocalla. xiv Reunión Anual de Etnolo- do. ifea, ceres, Cochabamba.
gía (2000), Tomo. 1: 209-222. musef,­ Servicio Múltiple de Tecnologías
La Paz. Apropiadas (semta)
Michel López, Marcos, Daniel Gutiérrez O. 1995 Diagnóstico de la microcuenca Achocalla,
y Marcos Irahola tercera sección de la Provincia Murillo. La
1999 Informe preliminar de prospección arqueo- Paz.
lógica “Parque Arqueológico de Achoca- Stache, Reinhardt
lla”. Ms., 9 pp., La Paz. 1996 Recomendaciones para el control de la ero-
Paredes, Rigoberto sión e inundaciones, Cuenca Achocalla.
1955 La Paz y la Provincia del Cercado. La Honorable Alcaldía Municipal de La
Paz. Paz, Cooperación Técnica Alemana
Paz, José Luis, Raúl García, Néstor Jiménez (gtz), La Paz.
et al. Strecker, Matthias
2008 La presencia Tiwanaku en el sitio de 1991 Comentario al artículo de María de los
ach-10 (Valle de Achocalla, Bolivia). Angeles Heredia Z. y Claudia Rivera:
En Arqueología de las tierras altas, va- Los petroglifos de Achocalla, departa-
lles interandinos y tierras bajas de Bolivia. mento de La Paz, Bolivia. Boletín siarb
Memorias del I Congreso de Arqueología 5: 76-79.
de Bolivia, editado por Claudia Rivera, Strecker, Matthias et al.
pp. 169-186. Iiaa, pieb, asdi-sarec. 1999 Proyecto de creación de un parque
La Paz. arqueológico en Achocalla, Prov. Mu-
Portugal Ortiz, Max rillo, Depto. de La Paz. H. Alcaldía
1987 Informe de la prospección efectuada a la lo- Municipal de Achocalla, Sociedad de
calidad de Achocalla. Instituto Nacional Investigación del Arte Rupestre de
de Arqueología (inar), Informe Inter- Bolivia (siarb), Dirección Nacional
no, La Paz. de Arqueología y Antropología, Servi-
1989 Informe de reconocimiento arqueológico. cio Múltiple de Tecnologías Apropia-
Informe Interno, inar, La Paz. das (semta).

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