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Experimentación pre Galileana

La curiosidad de Galileo Galilei, nacido en Pisa en 1564, le convirtió en uno de los más
aclamados científicos de la historia. Posiblemente, su mayor popularidad vino de la mano
de su confirmación de la teoría heliocéntrica. Copérnico ya había explicado unos años
antes que la Tierra no era el centro del Universo y que nuestro planeta gira alrededor del
Sol.
Galileo confirmó estas teorías, justo en el momento en que habían sido denunciadas como
heréticas. El pisano tuvo que hacer frente a un juicio de la Inquisición, donde tuvo que
desdecirse de ellas y asegurar que la Tierra no se movía. "Eppur si muove", "pero se
mueve", dicen que comentó en voz baja justo al abjurar de su gran teoría.
Los continuos desencuentros con al jerarquía eclesiástica le llevaron a acabar sus años
desterrado en la localidad de Arceti, donde murió en el año 1642, condenado por la iglesia
a no poder volver a estudiar su adorado firmamento.
Su experimento: ¿Qué cae antes, una bola de plomo o una de madera?
En el siglo XVII esta pregunta sólo encontraba una respuesta: la bola de plomo. La lógica
parece aplastante, ya que un material pesado debería caer antes que el más ligero. Sin
embargo, no es así.
Para realizar esa comprobación, la leyenda cuenta que Galileo se subió a la torre de Pisay
lanzó ambas bolas a la vez. Los historiadores aseguran en cambio que, por aquella época,
el científico se encontraba en la localidad de Padua, a cientos de kilómetros. En cualquier
caso, se tiene la certeza de que Galileo realizó con éxito el experimento y deslumbró a sus
vecinos.
Esta prueba de Galileo tuvo un gran valor por sí mismo, pero también un valor
trascendental porque impuso una de las condiciones que a partir de ese momento
marcarían el futuro de la ciencia: las afirmaciones tienen que demostrarse a través de
experimentos. Gracias al pisano, sabemos que toda teoría, pues, tiene que confirmarse a
través de los hechos. Podríamos decir, así, que Galileo es el padre de toda la
experimentación. Esta prueba, en todo caso, merece entrar en los diez experimentos más
importantes de la historia. Pero estos son los otros experimentos de Galileo:
La ley del péndulo
No importa si un péndulo hace un recorrido más o menos corto: su movimiento tarda lo
mismo. El descubrimiento de esta ley permitió, en una primera fase, que los médicos
tomaran el pulso de los pacientes con exactitud y, posteriormente, el desarrollo de relojes
más precisos.
El uso del telescopio
Galileo no inventó el telescopio basado en las lentes, pero fue el primero que le aportó
verdaderas aplicaciones prácticas. Hasta entonces, se utilizaba para mirar en horizontal,
e incluso con fines de puro chisme. El pisano levantó este aparato y observó con él el cielo,
lo que le permitió descubrir entre otras cosas los cráteres de la Luna, las fases de Venus,
los anillos de Saturno y las lunas de Júpiter.
La velocidad de la luz
El pisano subió a dos personas a unas colinas distantes entre sí: mientras uno llevaba un
farol que tenía que encender a una hora determinada, el otro tenía que comprobar en otro
reloj lo que tardaba en llegar el haz de luz. Lógicamente, fue imposible hacer la medición
con esos medios tan rudimentarios, ya que la luz tiene una velocidad cercana a los 300,000
kilómetros por segundo.
Galileo y su método científico:

Galileo Galilei fue y será uno de los más grandes científicos de la historia de la
humanidad en la época moderna; ya que tuvo muchos aportes a muchos campos
de la ciencia en especial al campo de la física, ya que “heredo” un método de
trabajo muy eficiente que es utilizado hasta la fecha para llegar a conclusiones y
formular hipótesis.
Este método es llamado resolutivo-compositivo.
El método consiste en cuatro sencillos pasos:
1) Observación:
Para poder comenzar una investigación obviamente se tiene que comenzar
por echar un vistazo a lo que se pretende estudiar, ya que solamente así se
puede llegar a tener muchos datos minuciosamente delimitados y con
referencia al problema a resolver.
Generalmente el problema que se plantea hace referencia a una teoría
explicativa frente a la cual los datos observados no pueden ser explicados
por ella, de ahí es donde parte el verdadero trabajo de investigación.

2) Elaboración de una hipótesis explicativa:


A partir de este momento el siguiente paso es: La explicación de este nuevo
modo de concebir el fenómeno requiere una explicación nueva, lo cual se
hace como hipótesis o teoría provisional (en la cual podemos especular
acerca de esta teoría provisional) a la espera de una confirmación
experimental.

3) Deducción:
Sobre esta hipótesis o teoría se hace necesario extraer las consecuencias
que se derivan del hecho de tenerla por verdadera. Fundamentalmente
dichas consecuencias deductivas deben ser de tipo matemático pues, como
dice Galileo, la naturaleza está escrita en lenguaje matemático

4) Experimento o verificación
Se montan las condiciones en las que se puedan medir las consecuencias
deducidas, procurando unas condiciones ideales para que las interferencias
con otros factores sean mínimos (rozamientos, vientos etc.), y comprobar si
efectivamente en todos los casos, siempre se reproducen dichas
consecuencias.
Descartes y su método científico
Descartes definía a la razón como el poder dado a todos los hombres para
"juzgar bien y distinguir lo verdadero y lo falso". En caso de error, no podía
culparse a la razón misma, sino a su mala interpretación.
Por lo que era necesario desarrollar un método matemático y de investigación
que, al plantear correctamente los principios racionales, garantizase la
objetividad y la certeza de la verdad, en vista de que eso es lo que busca todo
ser humano pensante.
Pero el método debía estar guiado por un principio moral: la verdad científica.
Esa verdad se basa en tres evidencias: ante todo, la de la propia existencia,
formulada según el primer principio de todo, "dudo, luego soy"; en segundo
término, en la verdad respecto a la percepción del mundo exterior, y, por
último, en el hecho que era imprescindible una comprensión clara y coherente
de la estructura matemática del mundo.

Toda esta cadena de evidencias tenía como base previa la idea de la


existencia de Dios. Para Descartes la idea de un Dios omnipresente y perfecto
no podía nacer del hombre, sino que esta idea había sido colocada por Dios
en la mente del hombre, y es esto lo que garantiza la posibilidad de llegar a la
verdad verdadera.

Aunque Descartes habla de Dios, lo cierto es que para él la idea no era que
Dios manejaba la naturaleza de forma misteriosa, sino que todo se podía
explicar, pues en ella había un orden matemática, es decir que poseía una
visión mecánica de la naturaleza y por eso la naturaleza puede ser medible y
cuantificable; por eso la duda metódica debe ser aplicada al estudio de la
naturaleza y así se descubrirían las leyes que rigen la naturaleza, alejándose
así del Arquitecto Divino.

El Cartesianismo tuvo un éxito enorme entre el público cultivado y cautivó a


algunos religiosos, pero los jesuitas se opusieron fuertemente y acabó siendo
condenado por la Iglesia en 1663.
Desarrollo de la física a partir del siglo XIX

A partir de la modernización de algunas partes del mundo, la ciencia recibió ese gran impulso
que necesitaba para seguir en su búsqueda del porqué de las cosas que nos rodean, quizá la
más beneficiada fue el campo de la física ya que; de ahí se vinieron muchos hallazgos y
nuevas teorías.

La investigación física de la primera mitad del siglo XIX estuvo dominada por el estudio de
los fenómenos de la electricidad y el magnetismo. Coulomb, Luigi Galvani, Faraday, Ohm y
muchos otros físicos famosos estudiaron los fenómenos dispares y contra intuitivos que se
asocian a este campo.

En 1855 Maxwell unificó las leyes conocidas sobre el comportamiento de la electricidad y el


magnetismo en una sola teoría con un marco matemático común mostrando la naturaleza
unida del electromagnetismo. Los trabajos de Maxwell en el electromagnetismo se consideran
frecuentemente equiparables a los descubrimientos de Newton sobre la gravitación universal y
se resumen con las conocidas, ecuaciones de Maxwell, un conjunto de
cuatro ecuaciones capaz de predecir y explicar todos los fenómenos electromagnéticos
clásicos. Una de las predicciones de esta teoría era que la luz es una onda electromagnética.
Este descubrimiento de Maxwell proporcionaría la posibilidad del desarrollo de la radio unas
décadas más tarde por Heinrich Hertzen 1888.

En 1895 Roentgen descubrió los rayos X, ondas electromagnéticas de frecuencias muy altas.
Casi simultáneamente, Henri Becquerel descubría la radioactividad en 1896. Este campo se
desarrolló rápidamente con los trabajos posteriores de Pierre Curie, Marie Curie y muchos
otros, dando comienzo a la física nuclear y al comienzo de la estructura microscópica de la
materia.

En 1897 Thomson descubrió el electrón, la partícula elemental que transporta la corriente en


los circuitos eléctricos proponiendo en 1904 un primer modelo simplificado del átomo.

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