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DEDICATORIA
Dedicamos el presente trabajo
apoyando económicamente y
estudio.
AGRADECIMIENTO
Principalmente agradecemos a
monografía.
PRESENTACION
por los alumnos de la Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez de la Facultad de Ciencia
Jurídicas y Políticas de la C.A.P.: Derecho del VIII semestre sección “A”, considerando que
menores en conflicto con la ley penal es uno de los temas que más debate ha tenido sobre la
reducción o no de la edad mínima para ser sancionado con la ley penal de ahí que surge el
INTRODUCCION
El tema de la responsabilidad penal del adolecente era un tema que estuvo presente en la época
atigua.Hall García, en su libro La Responsabilidad Penal del Menor, establece una corta
cronología histórica sobre el tratamiento penal al menor, que explicamos a continuación:en la
época griega, romana. Tambien en el derecho romano donde están las Siete Partidas ( siglo
XIII): existe un clara influencia del derecho romano. Novísima Recopilación (1805): siguió la
misma línea de pensamiento, y se establecieron penas atenuadas para los menores de 12, 17 y
20 años, según el delito y el castigo que lo acarreaba. Posteriormente, en la época de Carlos III
nacen las instituciones que velaban la protección de los niños. A finales del Siglo XIX: se
establecieron las primeras jurisdicciones especializadas para los menores, empezando por la
creación de legislaciones tutelares de los menores, asistencia al menor delincuente. Tomandose
también los temas como inseguridad urbana y juventud y los aspectos biológicos, psicológicos y
sociológicos.
En los últimos años, hemos sido testigos de hechos delictivos que han captado la atención de
gran parte de la prensa y a la sociedad en general. Esto no necesariamente por la gravedad de
los mismos, sino por quienes fueron perpetrados. Es así que hoy, con más visibilidad, actos de
secuestro, homicidio, robo, entre otros, implican activamente a niños y adolescentes que ante
nuestra legislación son inimputables de responsabilidad penal. Con ello, surge para muchos, el
interés por hacer una revisión o replanteamiento sobre la edad más acorde para imputar
penalmente a un menor infractor y darles el trato merecido. Paralelamente, organizaciones y
personalidades defensoras de los Derechos de los Niños y Adolescentes han mostrado su
oposición a este tipo de propuestas. El debate ha empezado. Es en este sentido que el presente
grupo, consciente de la necesidad de contar con espacios de discusión sobre temas altamente
debatibles de necesarias consecuencias legislativas, se complace en presentar la polémica de
Responsabilidad penal de los menores de edad a nivel general: en el ámbito internacional y
nacional.
Desde entonces y como parte del proceso de Reforma del Poder Judicial, la Gerencia de
Centros Juveniles asumió el reto de dar un viraje radical al tratamiento de los adolescentes,
coherente con las normas internacionales y nacionales vigentes sobre administración de justicia
a menores de edad, tendientes a la promoción y mantenimiento de la paz con justicia social, para
lo cual se desarrollaron una serie de estrategias de intervención con miras a elevar la calidad del
servicio y brindar una posibilidad de cambio en base a un trabajo técnico planificado.
La Gerencia de Centros Juveniles tiene como principal objetivo institucional y compromiso social,
rehabilitar al adolescente infractor favoreciendo de esta manera, una reinserción social efectiva,
es decir, en mejores condiciones.
Con la reinserción social, pues, se trata de ir mucho más allá de los problemas específicos De
las drogas. Detrás de las manifestaciones relacionadas con las drogas, existen otros aspectos
Personales y sociales que habrá que considerar a la hora de hacer realidad la llamada
«reinserción Social». Desde este planteamiento, se comprende que la tarea de la «reinserción»
no puede Quedar únicamente en manos de los profesionales o voluntarios dedicados a tareas y
programas Concretos de reinserción, sino que existe una responsabilidad que incumbe a toda la
sociedad a Través de sus instituciones y servicios
Índice
PRESENTACION........................................................................................................................... 3
INTRODUCCION ........................................................................................................................... 4
ANTECEDENTES HISTORICOS................................................................................................. 11
MENORES ................................................................................................................................... 19
1. CONCEPTO:.................................................................................................................... 19
5. FAMILIAS MULTIPROBLEMATICAS............................................................................... 25
6.1. Diferencias entre el sistema de justicia penal Juvenil y la justicia penal para Adultos
35
1. ESTRATEGIAS ................................................................................................................ 67
2. METODOLOGIA .............................................................................................................. 68
3.2. LA FE ....................................................................................................................... 69
MENORES EN
CONFLICTO CON LA
LEY PENAL
ANTECEDENTES HISTORICOS
Hall García, en su libro La Responsabilidad Penal del Menor, establece una corta cronología
histórica sobre el tratamiento penal al menor, que explicamos a continuación:
Adicionalmente, dentro de las partidas existía una suerte de razón para entender que el
menor ya tenía un nivel de comprensión de sus actos que desde los 10 años y medio en
adelante podían ser castigados, ya que cada sujeto puede presentar una diversa
capacidad de entendimiento y comprensión, por lo que habrá que estar al caso concreto
para la determinación de la responsabilidad criminal.
4.2. Segundo: en este segmento se encontraban los menores de entre las edades de 14
a 17 años, pero los mismos podían ser penados dependiendo de lo que el examen
de discernimiento establezca.
4.3. Tercero: hasta los 18, 20 o 21 años los cuales eran responsables penalmente pero
con una pena menos rigurosa.
5. Finales del Siglo XIX: se establecieron las primeras jurisdicciones especializadas
para los menores, empezando por la creación de legislaciones tutelares de los menores,
asistencia al menor delincuente o de conducta peligrosa que estaba en manos de
instituciones filantrópicas y religiosas
A partir de ello, analizaremos el ambiente familiar como una de las causas de delincuencia en los
menores. El primer ambiente en el que el niño se desenvuelve es el de la familia, la cual debe
cumplir con su función educadora porque es el ambiente clave para la formación del menor, aún
en la edad madura. No obstante, existen hechos que van a tener consecuencias directas en el
menor, quien será el que más sufra dentro del núcleo familiar. Entre estos; un hogar incompleto,
pobreza y falta de educación son aspectos que van a incidir en la vida del menor y que pueden
2 JIMENEZ, Nydia. Causas de criminalidad en los menores,pp.49-123.Pontificia universidad Católica del Perú.
52% pobreza.
24% drogadicción.
12% falta de actividad.
12% familia desestructurada.
16% sicopatías.
1,2% por mala influencia.
antes, para ser insertado en una sociedad con el resto de adultos, en donde se convierte un
sujeto imputable completamente frente a los ojos del derecho. Cabe hacer la pregunta, ¿existe
un cambio transcendental físico, biológico y sicológico desde los 17 años a los 18? ¿Qué cambio
puede haber desde que terminan los años de escolaridad hasta que se entra a la universidad?
Existen tres sistemas regulatorios que se usan para determinar la inimputabilidad o no del sujeto.
En primer lugar está el sistema biológico, siendo éste “el método que sólo se fija en el estado
anormal del sujeto actuante, y con él se conforma para declarar la inimputabilidad.” 3 Es decir,
este sistema sugiere una manifestación de un problema biológico existente, siendo éste la causa
que altera la capacidad del sujeto. En segundo lugar, es el sistema psicológico, que no se fija en
la causa del estado de anormalidad sino sus efectos en el ámbito psicológico de la persona.4
A su vez, las legislaciones han determinado las causas de inimputabilidad, dentro de las cuales
nos corresponde analizar la inmadurez. Esta causa hace referencia al sistema biológico
anteriormente explicado, ya que es un factor biológico el que se toma en cuenta para determinar
la capacidad. De igual manera, se utilizan dos criterios para determinar la madurez o no de un
sujeto:
(…) discernimiento, según el cual hay que examinar en cada caso particular si el individuo posee
dicha capacidad y el objetivo, en el que, por debajo de una edad fija, se presume iuris et de iure
la inmadurez del sujeto.
Bajo este segundo criterio, es el que se basan las legislaciones para atribuirle al menor de edad
esta calidad de inimputable, ya que carece de la madurez que viene acompañada con la mayoría
de edad.
2. Aspectos Psicológicos.-
El ámbito psicológico también es importante y necesario observar para poder llegar a determinar
las razones que se tomaron en cuenta para establecer los 18 años como la mayoría de edad, por
lo que las definiciones psicológicas dicen lo siguiente:
(…) que la madurez mental se alcanza al lograr la capacidad para el pensamiento abstracto; la
madurez emocional se logra cuando se alcanzan metas como descubrir la propia identidad,
independizarse de los padres, desarrollar un sistema de valores y establecer relaciones maduras
de amistad y amor. En este sentido, algunas personas jamás abandonan la adolescencia, sea
cual sea su edad cronológica.5Por lo mismo, siguiendo esta línea de pensamiento, una persona
puede ser completamente inmadura desde el punto de vista psicológico y aún así puede ser
responsable penalmente bajo los preceptos de una ley penal que le imponga una sanción debido
a la edad que tiene.
Todo esto significa que el adolescente tiene la capacidad de enfocar las soluciones a los
problemas desde más de un punto de vista razonando, buscando relaciones y realizando más de
una hipótesis, todos elementos de un pensamiento abstracto, necesario para probar la capacidad
del menor de comprender los hechos, acciones y sus posibles sanciones. comprender que toda
acción tiene una reacción y por lo tanto una consecuencia, no todos los delitos precisan del
mismo grado de inteligencia para ser comprendidos, generalmente un menor comprenderá que
no debe quitar la vida a nadie, en cambio lo más probable es que no alcance a entender el
significado de la figura estafa.
Bajo el sistema americano, los jóvenes a partir de los 16 años de edad, son puestos a las
órdenes de un juez competente para determinar su capacidad de discernimiento en cuando al
doble aspecto de la imputabilidad: conocimiento y voluntad. Según eso, emite un fallo en donde
se lo juzgará como menor por su falta de alguno de estos dos elementos, o por el contrario,
podrá ser juzgado como adulto puesto que el juez ha visto ambos elementos presentes en el
menor y analizó el resto de factores alrededor del crimen específico que lo hacen un sujeto que
obraba con conocimiento y voluntad de sus acciones, por lo que debe ser juzgado como
cualquier otro adulto.
3. Aspectos Sociológicos.-
Uno de los fenómenos que afectan de manera directa a la formación de la Personalidad y todo lo
que envuelve al adolescente es el ámbito social en el que éste se desenvuelve. De tal manera,
que en concatenación con los otros dos elementos, biológico y psicológico, el menor se
5
E. M. Martínez Rodríguez. Laura Pérez Plaza. Desarrollo Biológico y Psicológico de los Adolescentes.
Disponible en: http://www.cepvi.com/articulos/adolescencia.shtml. Acceso en: 8 de Marzo de
2011
En palabras de Morant Vidal, estipula que la etapa de la adolescencia es una que se considera
complicada en términos del desarrollo humanos puesto que provoca un gran número de
conductas conflictivas.
Podemos concluir que los delitos contra la propiedad son de mayor ocurrencia, pero utilizando la
violencia, lo cual podemos inferir que los adolescente si demuestran señales de conocimiento y
voluntad al cometer los delitos, por lo mismo su imputabilidad se presenta tan clara como la de
un adulto.
MENORES
El art.1 De la Convencion sobre los derechos del niño de 1989, señala que:
‘’Para efectos de la presente convención se entiende por niño todo ser humano menor
de 18 años de edad, salvo que en virtud de la ley que le sea aplicable haya alcanzado
antes la mayoría de edad’’.
- El art. 315 del C.C. afirma que la mayoría de edad empieza a partir de los 18
años.
En la Ley del Menor, tras la reforma 88/2006, el art. 1 afirma que la ley se aplica para
exigir la responsabilidad de las personas mayores de 14 años y menores de 18 años.
Por otra parte, hay que aludir no solo al límite positivo o superior por debajo del cual el
menor quedad exento de responsabilidad criminal, sino también a otro negativo e inferior
fijado en 14 años y que determina para estos sujetos, (menores de 14 años) no solo la
responsabilidad penal respecto al derecho penal de adultos sino también la imposibilidad
de que se le exija responsabilidad con arreglo a la legislación de menores.
3. MENOR INFRACTOR:
los destinatarios de sus norma, cuando las personas caen en el supuesto de infraccion a
la ley penal´´.7
Definición actual.- Difícil es todavía afirmar lo que debe de entenderse por ´´menor
infractor´´. Jurídicamente, el menor carece de capacidad de ejercicio; misma que
adquirirá a los 18 años, convirtiéndose asimismo en imputable, y por tanto, en agente de
la comisión de ilícitos. Es por ello que hasta antes de adquirir la mayoría de edad la
doctrina moderna coincide en señalar que el menor no puede considerarse como sujeto
activo de un delito; así aunque su conducta se adecue a alguno de los tipos señalados en
la legislación sustantiva, no está justificada la intervención del aparato punitivo estatal
en su contra. Se afirma entonces, que el menor de edad, por su condición, queda fuera
del derecho penal. Su conducta ( cuyo carácter ilícito no es afectado por su minoría de
edad), motiva la movilización de instrumentos jurídicos muy distintos de los aplicados
a los delincuentes adultos, los cuales, forman parte del llamado derecho de menores.
7 Rios Espinosa, Carlos. Grupos vulm¿nerables y derecho penal:el caso de los menores infractores, Año IV,n° 47,
1998.p.27
8 Lopez Betancourt, Eduardo. Manual de Derecho Positivo. Trillas, 4°ta edición ,1998 .Mexico, pag.160.
i. Homicidio
ii. Lesiones
iii. Secuestro
iv. Tráfico de menores
v. Retención y sustracción de menores o incapaces
vi. Violación
vii. Corrupción de personas menores de edad, o que no tengan la capacidad
para comprender el significado de los hechos o de resistir la conducta
viii. Robo
ix. Asociación delictuosa
En ciertas ocasiones el adolescente llega a límites de su accionar que rozan con el delito
con la normativa legal, empieza el deambular, detenciones por merodeo, detenciones a
disposición de padres, entradas circunstanciales a precintos, es aquí que se inagura
´´oficialmente´´ la entrada al grupo del menor transgresor o en conflicto con la ley
penal.
9 http://www.monografias.com/trabajos71/menores-conflicto-ley-penal/menores-conflicto-ley-
penal.shtml#ixzz2imGSsddE
Manipulación.
Autoestima alicaída.
Inestabilidad emocional.
Vulnerabilidad
Falta de límites.
Desvalores
Dr. Alfonso Quiroz Cuarón (CEA-QC) y Comunidad para Mujeres (CM). Cada
comunidad se especializa en un tipo de adolescentes y en una o más de las tres etapas
del tratamiento, las cuales son:
5. FAMILIAS MULTIPROBLEMATICAS
El término Familia Multiproblemática es construido alrededor de los años 50 por
profesionales e investigadores de los países anglosajones, provenientes del trabajo
social. Al principio, hace más bien referencia a familias de una baja extracción
socioeconómica y no a las relaciones interpersonales y sociales de los miembros.11
Personas inmaduras.
Progenitores abandonicos.
Progenitores expulsivos..
Falta de límites.
Numerosas.
Crianza de los hijos sin la presencia de uno de los progenitores, por lo cual los
hermanos suelen tener distintos apellidos.
Las familias multiproblemáticas han sido y son clientes habituales de los Servicios
Sociales. Es evidente que el grupo familiar ha recibido, desde los inicios de la disciplina
de trabajo social primordial atención; de hecho, la práctica cotidiana de los/as
trabajadores/as sociales se relaciona con aspectos de la ayuda y asesoramiento a
diversas problemáticas de la familia.
Esto no significa que todas las familias que acuden a pedir ayuda en el contexto
asistencial sean "multiproblemáticas" en el sentido amplio que damos al término, en
ocasiones, simplemente presentan una situación de desventaja social. Por otra parte,
familias multiproblemáticas que no tienen dificultades de tipo económico, pueden no
llegar a pedir ayuda nunca, por supuesto no en el contexto asistencial, a lo sumo, en el
contexto de consulta cuando el síntoma de su malestar se hace insoportable.
Así, no se puede utilizar los mismos criterios para evaluar a una familia con un nivel
económico, social y de nuestra misma cultura y etnia que para evaluar, por ejemplo,
estilos de educación, normas y valores, pautas de crianza en una familia pobre y además
inmigrante.
Esto produce una situación paradójica que intentaremos analizar con las consecuencias
que ello tiene tanto para profesionales como para las familias.
Insuficiencia grave, sobre todo por parte de los padres de las actividades
funcionales y expresivas necesarias para asegurar un correcto desarrollo de la
vida familiar.
13 Familias multiproblematicas y servicios sociales/ Maria Jose Escartin Caparros, Profesora E.U.Trabajo social
alicante.
14 CANCRINI, L. y Cols.(1995): Viva Palermo Viva. Ed. Nova Italia Científica, Roma.
Por su parte Powell y Monahan (1969) hablan de familia aislada para referirse a
aquellas familias que carecen de apoyos en las fases de ciclo vital siendo características
de este tipo las familias inmigrantes cuyas redes sociales están espacialmente dispersas.
Otra clasificación útil para identificar las familias con las que trabajamos es la de
Cancrini y cols. (1997)que presenta la siguiente tipología:
La situación creciente de jóvenes en conflicto con la ley es un fenómeno que nos debe
ocupar a todos como sociedad. La familia, la escuela y la comunidad constituyen el
primer entorno de protección y prevención. Sin embargo, la participación articulada de
los entes del Estado (justicia, salud, educación, cultura, entre otros) también se hace
apremiante.
La gran mayoría presenta una historia de vida marcada por la violencia intrafamiliar, el
abuso, la explotación y el uso abusivo de sustancias psicoactivas. En este sentido, el
medio familiar se transforma de entorno protector a entorno de riesgo.
15 Van Well, F.: 1992: "A century of families under supervision in The Netherlands",
British Journal of Social Work.
AMBITO INTERNACIONAL
En el contexto internacional ha sido una preocupación permanente el trato que se les da
a los adolescentes que infringen la Ley Penal. Al ser personas menores de edad, en
proceso de formación y desarrollo, no pueden recibir el mismo tratamiento que los
adultos que comete un delito. La Convención sobre los Derechos del Niño, en su art.
40 se refiere a los derechos de los jóvenes en conflicto con la Ley Penal. En el se
subraya que es necesario que los adolescentes que esten acusados o se declaren
culpables de haber infringido la ley penal reciban un tratamiento desde la acusación
hasta la sentencia, que implique haber pasado por el proceso
de investigación, detención, presentación de los cargos, período de prisión preventiva
(en caso de ser necesario) , juicio y aplicación de la sanción correspondiente,
promoviendo además la educación, atención integral e inserción del adolescente a las
familias.
MARCO NORMATIVO
Legislación Internacional
Entre las normas internacionales que se encargan de regular la situación penal de los
menores de edad contamos con los siguientes instrumentos:
16 http://www.unicef.org/republicadominicana/protection_3776.htm
• Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de los Menores privados de libertad
(14/12/1990)
6.1. Diferencias entre el sistema de justicia penal Juvenil y la justicia penal para
Adultos
Aún cuando los menores de edad se encuentran sometidos a una jurisdicción
especializada debemos tener el valor de admitir que se trata de una responsabilidad
penal, aunque atenuada respecto de los adultos, pero de la misma naturaleza18. En tal
sentido, coincidimos con Ornosa Fernández cuando sostiene que la exigencia de un
proceso diferenciado respecto a los adultos “no es obstáculo para que el proceso de
infracción a la ley penal deba considerarse de carácter penal, por su propia naturaleza y
aplicación de los principios, derechos y garantías previstos en el ordenamiento
jurídico”19.
Es más, resulta aconsejable y hasta beneficioso que el menor conozca sin subterfugios
que estamos ante una justicia penal que, con todas sus especialidades, le va exigir – en
caso de acreditarse su participación en los hechos imputados – responder ante la
sociedad por la infracción a la ley penal a través de una medida socioeducativa.
Además, si reconocemos la naturaleza penal de este proceso le estamos imponiendo al
sistema los límites y controles propios del ordenamiento jurídico en un Estado de
Derecho, en caso contrario, al no tener en claro esa naturaleza, la exigencia de derechos
y garantías puede soslayarse, conforme se ha hecho en el pasado con la legislación
tutelar.
Asimismo, la justicia penal juvenil establece una serie de garantías específicas como:
“a) Ningún niño será sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes. No se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de
PERU
No fue sino hasta el año de 1899 cuando, con la creación del primer Tribunal Juvenil en
Chicago, Illinois, se empezó a comentar la necesidad de sustraer al menor de la justicia
penal. Con este objetivo, se inició la labor de creación de una jurisdicción especializada,
totalmente diferente a la concepción del Derecho Penal de adultos y con una marcada
tendencia tutelar y proteccionista. Los menores de edad estaban "fuera" del derecho
penal, según opinión generalizada de doctrina tutelar.
El artículo 40 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece cuáles son los
lineamientos que se deben respetar cuando un adolescente es infractor de la ley penal.
Por ello, que el adolescente merece ser tratado respetando su dignidad y valor,
fomentando el respeto por los derechos humanos reconocido y libertades fundamentales
de terceros. Además, se tomará en cuenta la edad del niño y se buscará promover su
reintegración para que asuma una función constructiva en la sociedad. El referido
artículo también se encarga de señalar la función de los Estados Partes para garantizar la
situación aquellos adolescentes infractores de la ley penal.
Por ello, resulta necesaria la aplicación del “Derecho Penal Mínimo”, que establece una
serie de reglas y mecanismos especiales, cuando nos encontramos frente a menores de
edad, que infringen la ley penal. Entre estas reglas, cabe resaltar que la privación de
libertad debe ser aplicada solamente como última ratio, es decir, como un último
recurso en casos excepcionales. Asimismo, se alude a un tratamiento especializado, en
el que los menores sean tratados de manera apropiada y se guarde proporción entre las
circunstancias y la infracción. Ello implica, además, que en dicho tratamiento se tomará
en cuenta la personalidad, aptitudes, inteligencia y valores del menor; sobre todo, las
circunstancias que lo llevaron a cometer la infracción. Por otra parte, el menor deberá
recibir apoyo socio familiar, a través del cual se le brinde asistencia en capacitación
profesional y se utilicen todos los medios posibles para que el menor tenga una
comunicación adecuada con el mundo exterior.21
21 3Cfr. BARLETTA, María. Curso Derechos de la Niñez y Adolescencia. Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, 2011.
22 PABÓN PARRA, Pedro Alfonso. Ob. cit., p.10-11.
23 El artículo 217 del Código de los Niños y Adolescentes establece: “El Juez podrá aplicar las medidas
socioeducativas siguientes:
se les exige responsabilidad penal a través de las medidas específicas previstas para
responder frente a un hecho delictivo.
En este proceso penal especial se respeta las garantías procesales básicas que también
resultan indispensables en un proceso criminal seguido contra adultos y, además, las que
corresponden por su condición especial de menor de edad como por ejemplo, privacidad
y confidencialidad, la presencia de los padres o responsables durantes todas las fases del
proceso, la ineludible aplicación del interés superior del niño, entre otros.
a) los adolescentes cuya edad se encuentre comprendida entre 14 hasta los 16 años de
edad se les aplicará una medida socioeducativa de internación no mayor a cuatro años y
24 www.derechoycambiosocial.comf
Menores en Conflicto con La Ley Penal. Página 40
UNIVERSIDAD ANDINA´´ Néstor Cáceres Velásquez´´
25 El artículo 242 del Código de los Niños y Adolescentes establece “Al niño que comete infracción a la ley penal le
corresponde las medidas de protección. El juez especializado podrá aplicar cualquiera de las siguientes medidas:
a) El cuidado en el propio hogar, para lo cual se orientará a los padres o responsables para el cumplimiento de sus
obligaciones, contando con apoyo y seguimiento temporal por Instituciones de Defensa;
b) Participación en un programa oficial o comunitario de Defensa con atención educativa, de salud y social;
manera literal que: “El niño, niña y adolescente menor de 14 años de edad no son responsables penalmente…”.
a ese respecto, internacionalmente se entiende como aceptable una edad no inferior a los
12 años.
Responsabilidad penal Desde los 14 hasta antes Artículo 184 del Código
específica de cumplir los 18 años de de los Niños y
edad. Adolescentes (se imponen
medidas socioeducativas).
Entre los 15 y los 18 años, la sustracción de vehículos y los robos con violencia
e intimidación.
MARCO NORMATIVO.
LEGISLACION NACIONAL:
o Convención sobre los derechos del niño, resolución 44/25, asamblea general de
las naciones unidas Nueva york ,20 de noviembre de 1987.
«Art. II del Título Preliminar.- El niño y adolescente son sujetos de derechos, libertades
y de protección específica. Deben cumplir las obligaciones consagradas en esta norma»
De igual manera, en el Artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños, Niñas
y Adolescentes, se encuentra regulado el principio del Interés Superior del Niño:
«Artículo IX del Título Preliminar.- En toda medida concerniente al niño y al
adolescente que adopte el Estado a través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y
Judicial, del Ministerio Público, los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y sus
demás instituciones, así como la sociedad se considerará el Principio del Interés
Superior del Niño y del Adolescente y el respeto a sus derechos»
Al respecto, esta doctrina también juega un rol fundamental en el ámbito del derecho
penal. Ello implica que el Estado, la familia y la sociedad comparten una
responsabilidad basada en la actuar de los niños, niñas y adolescentes; es decir, ellos
tendrán que velar por un comportamiento, para que vaya de acuerdo a los
En el plano nacional, el Código de los Niños y Adolescentes4 señala que los menores de
edad no delinquen sino que más bien cometen infracciones (de ahí precisamente el
término menor infractor). De esta manera, la sanción que recibe el menor infractor no
será una pena sino una medida socio-educativa.
Por otro lado, en el plano internacional tenemos la Convención sobre los Derechos del
Niño5 suscrita por el Perú el 26 de enero de 1990 (aprobado por Resolución Legislativa
N° 25278 el 03 de agosto de 1990). En dicha Convención se señala que se considera
como niño o niña a las personas que tengan menos de 18 años. Es por ello, que si un
menor de 18 años comete una infracción a la ley penal deberá ser derivado a la Justicia
Penal Juvenil y no ser juzgado como un adulto.
Hoy en dia el tratamiento que deben recibir los menores infractores de la ley penal se le
enfoca desde la llamada “doctrina de la protección integral”la que reconoce al menor de
edad como sujeto de derechos, conforme se expresa en la convención sobre los derechos
del niño de 1989.
La convención establece los derechos del niño como una categoría especifica dentro de
los derechos humanos. Dicho instrumento internacional es el marco que debe orientar el
desarrollo de las legislaciones nacionales sobre la materia28
Unidas en la Convención sobre los Derechos del Niño, por dejarlo a criterio de cada
Estado su señalamiento31. En consecuencia deberá entenderse que bajo de la edad legal
de responsabilidad penal especial no es jurídicamente viable atribuir una respuesta penal
a los hechos ilícitos cometidos por los niños/as o adolescentes y sobre esta edad si es
recomendable hacerlo, debiendo tener como premisa la vigencia de un sistema penal
garantista en los Estados que decidan en su política criminal otorgar a los adolescentes
una responsabilidad penal. Sobre el particular, Delia Mateo de Ferroni sostiene32:
“La Convención deja librado establecer esa edad mínima, al derecho de cada Estado, y
así debe ser, ya que el llamado interés superior del menor, de reconocimiento universal
con la Convención, deberá ser respetado y protegido sin desmedro pero en consonancia
a la propia realidad social de cada Estado”
31 “40.3. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para promover el establecimiento de leyes,
procedimientos, autoridades e instituciones específicos para los niños de quienes se alegue que han infringido las
leyes penales o a quienes se acuse o declare culpables de haber infringido esas leyes, y en particular: a) El
establecimiento de una edad mínima antes de la cual se presumirá que los niños no tienen capacidad para infringir
las leyes penales”.
32 MATEO DE FERRONI, Delia (2000). Régimen Penal de Menores. Santa Fe de Bogota: Editorial Juris., p.108
Sobre el particular, a lo largo del tratamiento legal histórico de la temática han sido
diversos los criterios que han sido valorados para otorgar o negar imputabilidad penal a
los niños/as y adolescentes, tales como: el criterio de desarrollo psicosocial, que brinda
especial énfasis al discernimiento; el criterio etario (cronológico); que enfatiza en la
edad para atribuir responsabilidad penal; el criterio de inserción social, que valora la
omisión del entorno sociofamiliar y del Estado para insertar adecuadamente al niño/a
adolescente en la sociedad y prevenir de esta manera conductas contrarias al orden
social.
Sobre el particular, el artículo 191 del Código de los Niños y Adolescentes recalca el
criterio etario y agrega adicionalmente el análisis de las condiciones personales y
sociales que “rodearon los hechos” en la comisión del hecho ilícito, debiendo ser
entendido como atenuante, lo contrario sería dar vigencia al derecho penal de autor. A
continuación es necesario diferenciar sus características diferenciadas en relación al
33 BERISTAIN, Antonio (2008). Transformación del Derecho Penal y la Criminología hacia la Victimología. Lima: ARA Editores E.I.R.L p.57.
34 En relación al límite superior fijado en los 18 años de edad, este es fijado de manera concordante a la atribución
de ciudadanía según la Constitución Política del Estado Peruano (art XXX) que alude al ejercicio pleno de los
derechos civiles y políticos. Se extingue la patria potestad en el ámbito civil, los padres dejan de ser representantes
legales de sus hijos, para que estos cobren plena autonomía para desenvolverse en el mundo jurídico, asumiendo
por sí solos el ejercicio pleno de sus derechos y contando y expresando su voluntad y asumir deberes que surjan la
realización de actos jurídicos reconocidos en la ley. 8En relación al límite superior fijado en los 18 años de edad,
este es fijado de manera concordante a la atribución de ciudadanía según la Constitución Política del Estado
Peruano (art XXX) que alude al ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos. Se extingue la patria potestad en
el ámbito civil, los padres dejan de ser representantes legales de sus hijos, para que estos cobren plena autonomía
para desenvolverse en el mundo jurídico, asumiendo por sí solos el ejercicio pleno de sus derechos y contando y
expresando su voluntad y asumir deberes que surjan la realización de actos jurídicos reconocidos en la ley.
El proceso penal seguido a los/as adolescentes refuerza las garantías propias del derecho
penal y reconoce derechos adicionales limitando en mayor medida el “iuspunendi”
estatal. Esta afirmación se explica con lo señalado por Juan Bustos Ramirez 37 :
“(…)desde un punto de vista práctico esto significa que el menor nunca puede quedar en
peores condiciones frente al poder coactivo del Estado que un mayor en relación a
situaciones delictivas análogas. Al menor hay que aplicarle mayores garantías que las
concedidas por el derecho penal de mayores (...).En suma, esto quiere decir, desde un
punto de vista práctico que el menor tiene que quedar siempre en mejores condiciones,
35 Artículo VII del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes.
36 Capítulo I, Título I del Libro IV del Código de los Niños y Adolescentes.
37BUSTOS RAMIREZ, Juan (2004). Obras Completas. Tomo II Control social y otros estudios. Lima: Ara Editores.
EIRL. p. 590.
frente al poder coactivo del Estado, que un mayor en relación a situaciones delictivas
análogas” Sobre el particular, brindamos un análisis preliminar a las siguientes
garantías. a. Derecho del resguardo de su identidad
El artículo 40.2 b vii) de la CDN señala: “Que se respetará plenamente su vida privada
en todas las
Para concluir, resaltamos que toda política criminal estatal debe tener como principal
estrategia la implementación de políticas sociales que garanticen el resguardo efectivo
de la condición de sujeto de derechos en los niños/as y adolescentes y toda reacción
penal estatal debe afianzar un derecho penal mínimo a través de un sistema garantista
reforzado en base a la primacía de los principios de igualdad y justicia, es decir brindar
un tratamiento legal diferenciado (en su favor) a los adolescentes mayores de catorce
años de edad y asimismo reconocer la corresponsabilidad que le compete al Estado
cuando el control social informal ha estado debilitado no favoreciendo en consecuencia
a un sistema preventivo.
No podemos evitar preocuparnos por los actos delictivos -si cabe tal término- que
cometen los menores de edad en diferentes ciudades de nuestro país. Sin embargo, nos
preocupa aún más las opiniones de políticos y ciudadanos, que en general, buscan
atribuir responsabilidad penal a menores de 18 años.
El tema, por cierto, es bastante complicado, puesto que al ser la edad una de las causales
de inimputabilidad penal (inciso segundo del art. 20º del Código Penal), se vuelve
sumamente atractivo la utilización de estos jóvenes para la comisión de actos ilícitos por
parte de miembros de bandas organizadas39. No obstante, el tema abarca un estudio más
allá del Derecho Penal, siendo éste insuficiente para solucionar el problema.
38 Así, sobre el tema particular, en el 2011 tenemos los Proyectos de Ley Nº 1107/2011, 113/2011, 1124/2011. Mientras que para el año 2012
encontramos a los Proyectos de Ley Nº 1590/2012, 1860/2012, 1886/2012.
39En nuestro país, casos como los del joven Oscar Barrientos Quiroz demuestra el impacto de los Mara Salvatrucha en Lima y la potencialidad
en captación de adolescentes en la Provincia Constitucional del Callao.
Por otro lado, en el plano internacional tenemos la Convención sobre los Derechos del
Niño41 suscrita por el Perú el 26 de enero de 1990 (aprobado por Resolución Legislativa
N° 25278 el 03 de agosto de 1990). En dicha Convención se señala que se considera
como niño o niña a las personas que tengan menos de 18 años. Es por ello, que si un
menor de 18 años comete una infracción a la ley penal deberá ser derivado a la Justicia
Penal Juvenil y no ser juzgado como un adulto.
Es decir, los menores infractores se aproximan más a lo tipificado como delitos contra
el patrimonio, siendo que otros delitos como homicidios llegan al 1.14%. En ese
sentido, si bien el caso de “Gringasho” -que ha motivado las diferentes propuestas
legislativas del correcto una mera modificación de la inimputabilidad penal porque se
estaría tomando un caso excepcional para realizarse una modificación legislativa
nacional.
Asimismo, el señalado Anuario Estadístico45 precisa que de los 5,531 casos de niños y
adolescentes en circunstancias difíciles registrados, un total de 1,031 (18.64%)
corresponden a aquellos fugados de su hogar, le sigue un total de 812 (14.68%) que
fueron los que estuvieron en peligro de abandono, así como una cifra de 575 (10.39%)
Con todo lo anterior, ante el paradigmático caso del joven infractor “Gringasho” queda
preguntarnos ¿Dónde estuvo el Estado que incumplió en brindarle las condiciones
necesarias para garantizarle un desarrollo integral? ¿Cuántos Gringashos más tendrán
que aparecer en los medios de comunicación para que las autoridades correspondientes
empiecen a trabajar por los niños y adolescentes en nuestro país en temas de
prevención? III. Sobre las motivaciones de las reformas legislativas Como
mencionamos desde un comienzo, el tema al ser bastante complejo debe procurar
propuestas legislativas meditadas y sobre todo tener en cuenta sus consecuencias tanto
en el ámbito nacional como internacional.
Muchos de los Proyectos de Ley están basados en alarmantes cifras de ciudades como
Lima y Trujillo, sin embargo, es preciso reiterar la consecuencia legislativa a nivel
nacional, toda vez que la germinación de tales propuestas surgen de casos emblemáticos
(como el del joven sicario) con la búsqueda de escarmiento social olvidando temas tan
importantes como la multiculturalidad de nuestra nación. El correcto análisis no es
centrar el enfoque en ciertas ciudades de nuestro país sino realizar un examen a nivel
nacional (que en efecto, incluya las comunidades andinas y nativas) que busque revertir
esta grave situación.
Hay que tomar en cuenta, en este punto, que no es razonable que se atribuya la
responsabilidad penal a un menor si es que no se le reconoce la capacidad para ejercer
sus derechos. Ello es vital pues, siguiendo lo estipulado por la Convención sobre los
Derechos del Niño, cada país puede elegir la edad en la cual se adquiere mayoría de
edad y con ello la edad para hacerlo imputable penalmente pero, además, una edad a
partir de la cual se le reconocen todos sus derechos. Adicionalmente, debe recordarse
que en nuestro país los menores de edad si bien no son juzgados en el sistema penal
ordinario, sí son sometidos a un sistema penal juvenil en el cual se les aplica la medida
socio-educativa, ya antes mencionada 46 . Consideramos que estas astutas propuestas
legislativas se convierten, en definitiva, en una inobservancia a la legislación nacional e
internacional que protege al adolescente porque al exceptuar la edad para atribuir
responsabilidad penal (aunque sea sobre ciertos delitos) se pierde la finalidad
integradora y resocializadora de la Justicia Penal Juvenil. No puede justificarse que para
un caso u otro el niño deje de serlo y se equipare a un mayor de edad. No es una
cuestión objetiva que ante la comisión de tales actos ilícitos, el infractor esté plenamente
consciente de las implicancias de sus actos.
46 Defensoría del Pueblo. Sistema Penal Juvenil. Informe Defensorial Nº 157-2012/DP. Lima. 2012. Pág. 29.
cifras sobre reincidencia de los adolecentes infractores demostraría -de ser el caso- las
falencias de las medidas socio-educativas, y por ende, ahí también debiese enfocarse la
posible solución.
Cada cierto tiempo, una corriente de pensamiento y de opinión alza la voz para llamar la
atención en cuanto al constante incremento de la delincuencia Juvenil es decir de las cada vez
mayores y más frecuentes violaciones a la ley penal por menores de 18 años de edad, y a
consecuencia de ello reclaman que se debe disminuir la edad de imputabilidad penal, para que
aquellos jóvenes sean sometidos a un proceso y a sanciones iguales a las que recibiría un adulto
por la comisión de un delito
Como se sabe la ley penal trata a dichos agentes menores de 18 años de edad como
inimputables en términos jurídicos co-penales, pues estima que, en tanto, no tienen la capacidad
para comprender la ilicitud de su comportamiento o de actuar conforme a dicho conocimiento
Hoy en día el tema ha vuelto a saltar a la palestra, con ocasión del considerado sicario más
joven del Perú: Alexander Manuel Pérez Gutiérrez, alias “Gringasho”, quien ha sido encontrado
autor de varios asesinatos entre otros delitos de extrema gravedad.
Esto significa que solo pueden ser procesados y sancionados penalmente las personas que
tengan años al momento de cometer el ilícito. A los menores de 18 años que cometen
infracciones a la ley penal se les aplica el Código de los Niños y Adolescentes, el cual prevé un
proceso para menores infractores de la ley penal y donde no se prevén penas, sino medidas de
protección (a los menores de 14 años) y medidas socioeducativas (a los menores de 14 y 17
años de edad).
Nuestro ordenamiento jurídico estima (sin admitir prueba en contrario) que todos los menores
de 18 años carecen de la facultad de conocer el carácter delictuoso de sus actos o de
determinarse conforme a esa comprensión. En ningún delito, por más grave que sea, es posible
considerar imputable a un menor de 18 años de edad.
Por otro lado, según el Código de los Niños y Adolescentes (CNA), ley N° 27337, del 7 de
agosto de 2000, la medida socioeducativa más grave que puede recibir un adolescente es la de
intención (en un centro de rehabilitación o “centro de observación y diagnóstico del Poder
Judicial”) por el máximo de 6 años, lo que sucede en casos de infracciones graves.
Por otro lado, el artículo 241 del CNA regula el beneficio semilibertad, a través del cual el
adolescente infractor puede egresar del centro de reclusión anticipadamente. En tal sentido
dicha norma señala, “El adolescente que haya cumplido con las dos terceras partes de la medida
de internación podrá solicitar la semilibertad para concurrir al trabajo o al centro educativo fuera
del centro juvenil, como un paso previo a su externamiento. Esta medida se aplicara por un
término máximo de 12 meses”.
Otro tema muy discutible es que la acción judicial en estos casos prescribe a los dos años de
cometido el acto infractor (artículo 222 CNA).
3. Menores Infractores
Menores infractores, son aquellas personas, menores de 18 años que realizan conductas
tipificadas como delitos por las leyes penales vigentes, no siendo aplicable al caso del menor, la
noción de la “pena”, como consecuencia del acto ilícito, por no poderse acreditar su conducta
antijurídica como delito surge la necesidad de someterles a un régimen especial de atención, el
cual debe buscar protegerlos, tutelarlos.
El problema de los menores infractores no es vigente, viene de mucho tiempo atrás, las ideas
como el mundo han ido evolucionando; sin embargo, sigue siendo un tema sin resolver. Es
indudable que la minoría edad es la más vulnerable ante la desintegración, el medio social
hostil, la mala educación, influencia nociva de los medios de información, la pobreza, la
ignorancia, no cabe duda , los menores infractores son víctimas de los adultos son el
resultado de la sociedad que hemos creado.
En este contexto, es indispensable que los gobiernos pongan mayor atención y dedique
superiores recursos económicos, ya que estos menores, serán los futuros delincuentes o los
futuros hombres de bien; vale la pena hacer una gran inversión, en ellos, ya que con esto
prevemos la delincuencia futura.
Doctrina que ha sido seguida por el actual Código de los Niños y Adolescentes promulgado el 07
de agosto del 2000 – Ley 27337. En este código se agregó lo referente al pandillaje pernicioso.
El Decreto Legislativo Nº 990 modificó el artículo IV del título premilitar y los artículos 184, 193,
194, 195, 196 y 235 e incorpora los artículos 194-A y 206-A. El código desarrolla el sistema de
justicia penal juvenil para los menores infractores de la ley penal, dividiendo a éstos en niños y
adolescentes pasibles de medidas de protección y medidas socio-educativas respectivamente.
Así tenemos que, en términos generales se considera menor de edad a quien por su desarrollo
físico y psíquico no tiene la capacidad de autodeterminación del hombre adulto, para actuar
conforme con el sentido, teniendo la facultad, reconocida normativamente, de comprender la
antijuricidad de su conducta. En el ámbito jurídico-penal la capacidad de autodeterminación
recibe el nombre de imputabilidad de ahí que quien no satisfaga el límite de edad que señala la
ley, se le considerara un inimputable.
La mayoría de las legislaciones penales contienen una norma referida a la inimputabilidad de los
niños y adolescentes. Nuestro Código Penal no es la excepción, así en el inciso 2 del artículo 20
se señala que, se encuentra exento de responsabilidad penal el menor de dieciocho años. Es
decir establece que el menor de edad es inimputable.
Siendo esto así parecería que, el Código Penal no condice con el Código de los Niños y
Adolescentes, surgiendo una contradicción en el sistema jurídico de control social, toda vez que
por un lado se plantea la inimputabilidad del menor de edad y por otro se reconocen sistemas de
responsabilidad al adolescente infractor en cuya intervención se usan las normas procesales y
penales en forma supletoria.
La duda que surge es, si es posible que un inimputable sea responsable penalmente, si se
supone que no tiene la capacidad suficiente de autodeterminación y tampoco ha sido motivado
adecuadamente debido a su edad y los medios del Estado y la sociedad.
Entonces cabe preguntarnos si son los adolescente capaces de motivarse hacia el respecto de
las normas penales y por lo tanto responsables al infringirlas? En la actualidad, el Derecho Penal
doctrinario ha abandonado el concepto de culpabilidad, situado en el sujeto capaz de discernir
para ubicarlo en la “motivación por la norma del autor de un hecho antijurídico” cimentando la
idea de una motivación suficiente.
Pues en un país como el nuestro donde la educación y el acceso a los medios de comunicación
solo es de algunos privilegiados, no se puede decir que todos los adolescente puedan motivarse
adecuadamente tanto en el conocimiento de la norma penal y el respeto a la misma. Es decir un
El adolescente es inimputable, pero debido a que con su conducta habría incurrido en un tipo
penal debe merecer una respuesta por el ente estatal, pues éste es quién tiene el deber brindar
lo necesario e indispensable para que el menor se desarrolle, por lo que dentro de un proceso
donde las garantías deben ser incluso mayores que las de un adulto debe determinarse su
responsabilidad en el hecho y ser merecedor de una pena (como ya lo hemos dicho) pero de
diferente dimensión y naturaleza que la de un adulto, como son las medidas de protección o
socioeducativas que ha previsto el Código de los Niños y Adolescentes, y atendiendo a las
circunstancias en que se incurrió en ilícito, lo cual servirá para la determinación de la pena a
establecerse; a efectos de eliminar la desviación de su educación y conducta, y rectificado pueda
ser un sujeto de bien para la sociedad, pero esto no quiere decir que se aplique el autoritarismo
de la doctrina de la situación irregular sino las garantías y respeto de sus derechos conforme lo
proclama la doctrina de la protección integral.
Si el delito es una conducta (acción) típica, antijurídica y culpable. Sus niveles de análisis son: el
tipo, la antijuricidad y la culpabilidad. La concurrencia de los dos primeros constituye el injusto
penal. La culpabilidad reúne a un conjunto de aspectos de la responsabilidad del agente:
capacidad de culpabilidad (imputabilidad), conocimiento de prohibición y exigibilidad. Es decir la
imputabilidad, es un presupuesto de la culpabilidad. Justamente porque falta el elemento
imputabilidad es que no se establece las sanciones penales de adultos.
Por eso es que, en el sistema de justicia penal juvenil, no se está aplicando el derecho penal de
autor, sino el derecho penal de acto, pues el fundamento de la incriminación, determinación de
su culpabilidad y reprochabilidad no se está realizando en base a su situación de menor, sino en
base a su responsabilidad en el hecho; sin embargo se considera que el Código de los Niños y
Adolescentes si toma este derecho penal de autor para la fijación de la sanción, por considerar
su especial situación de persona en proceso de desarrollo, a su condiciones personales y
sociales, las cuales debe aplicarse solo para disminuir la sanción, nunca para agravarla, para
desjudicializar y extraer al menor del juzgamiento pero nunca para incluirlo, y para una medida
alternativa al interrnamiento . El Estado, debido a las deficiencias en las prestaciones a favor de
los menores, así como tiene la potestad de atribuirles responsabilidad frente a un ilícito, también
tiene la obligación de aumentar las garantías en el juzgamiento, ya que, “la colisión de la
desigualdad material con la igualdad formal proclamada por la ley, exige la materialización de la
igualdad proclamada legalmente en situaciones concretas (V gr. Proceso judicial). Así, la
igualdad deja de ser igualdad en la ley para ser igualdad ante la ley, igualdad entendida como el
derecho de los desiguales a que los poderes públicos los traten desigualmente a fin de lograr la
igualdad material” .
Conforme a Juan Bustos Ramírez y Ana Paola Hall , podemos señalar que el reconocimiento
que los niños y adolescentes no tienen posibilidades de participar plenamente en el sistema
social y en consecuencia su capacidad de respuesta frente a las exigencias sociales y
normativas, no sean iguales a la de un adulto, no significa valorarlos menos que los demás
integrantes de la sociedad; por el contrario, al reconocer la existencia de los obstáculos que
impiden sus participación plena dentro de la sociedad, por la insatisfacción de sus necesidades,
también se reconoce que en tanto no se satisfagan la sociedad no puede exigir la misma
responsabilidad y el mismo tratamiento.
Por ello es que se concluye que los menores son inimputables, pues no merecen las penas de
los adultos por su especial situación, pero si son responsables de acuerdo a su capacidad de
entender y comprender los alcances de su conducta de acuerdo a su proceso de formación y
medio de desarrollo. Cuyo juzgamiento se realiza en un sistema paralelo al penal para adultos,
donde se exige mayor recelo en las garantías del proceso, que al final no son más que el
cumplimiento de los derechos del menor.
Esta posición que se asume en este trabajo guarda relación con la desarrollada por Juan Bustos
Ramírez e Ignacio Berdugo Gómez de la Torre, pero es disímil de Fermin Chunga Lamonja y
Christian Hernandez Alarcón, quien considera que el adolescente infractor (refiriendo a mayores
de 14 años) son penalmente imputables y penalmente responsables, por considerar que si son
responsables son imputables .
Asimismo se puede concluir que, en realidad no habría contradicción alguna entre el Código
Penal y el Código de los Niños y Adolescentes, pues se toma la teoría de responsabilidad sin
imputabilidad, a efectos la rehabilitación de un sujeto de derechos en proceso de desarrollo y por
Asi, si el niño o adolescente cometen un acto típico, antijurídico y culpable (delito) se le imputará
la figura que corresponda al tipo penal respectivo de acuerdo y respetando el principio de
legalidad. Si es culpable no se le aplicará una pena sino una medida de protección si es menor
de 14 años o una medida socioeducativa si es mayor de 14 años y menor de 18 años. Al
primero, no se le someterá a un proceso con características penales sino a una investigación
tutelar. Al segundo si se le someterá a un proceso penal, pero especial, al que s ele denomina en
nuestra legislación como investigación. Por lo que se puede decir que existe un derecho penal
especial de menores, cuyo fin es de la prevención antes y después de la comisión del ilícito,
protección que debe el Estado a la sociedad y para lograr eso, debe lograr la resocialización, a
través de tratamientos específicos que enderecen la conducta desviada del menor y permitan su
desarrollo integral, psicosomático .
Convención sobre los Derechos del Niño (aprobada en 20/11/1989) y raíz de la cual surgió la
doctrina de la Protección Integral, doctrina que resulta aceptada y aplaudida para proteger al
menor, pues si se le garantiza el reconocimiento de sus derechos se le garantiza el respeto
como persona y a su dignidad como tal, no siendo considero más un objeto al que haya que
aplicar medidas de represión sin reconocimiento de sus derechos y donde el Juez asume el
papel de un padre inquisidor.
Los temas centrales abarcaron la “Visión de conjunto de los sistemas de intervención: aspectos
legales, políticos, administrativos, intersectorialidad y desafíos impostergables para su mejora”,
así como el “Análisis de los sistemas y sus componentes, aspectos técnicos y organizacionales,
oferta de tratamiento, capacitación de recursos humanos, sistemas de información, monitoreo y
evaluación de la eficacia en las intervenciones con adolescentes
infractores”.
Finalmente, el evento culminó con la presentación de una danza a cargo de los adolescentes del
Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima.
1. ESTRATEGIAS
Las estrategias de intervención comprenden:
47 tratamiento de Jóvenes en conflicto con la Ley en Arequipa - Perú". Tomo I y II. Arequipa, Perú.
48 Costa, Gino y Romero, Carlos (2009
h) Ambiente acogedor
k) Seguimiento
m) Uso de reforzadores
La política común en los Centros Juveniles de Lima y el interior del país está basada en los
principios del SRSAI, que son:
En esos principios se basan las estrategias de intervención que son las siguientes:
Intervención personalizada.
Trabajo en equipo.
Ambiente acogedor.
2. METODOLOGIA
La metodología a emplear es de tipo
Formativo
Preventivo
Psicosocial en ambas formalidades (cerrado y abierto)
2.2 Medio abierto: lleva a cabo programas no secuenciales y desarrolla con cada programa una
estrategia propia sin embargo ambas modalidades buscan el autogobierno como expresión de su
reeducación o resocialización
3.1. LA RAZÓN
Aplicada como pilar en el tratamiento del adolescente infractor y obtener, mediante ella, una
legítima decisión por el cambio de actitud a través del conocimiento. Educar en la razón ayuda al
adolescente a actuar por convicción. Cada indicación importante debe ir acompañada de una
serie de razones que muestren su valor y utilidad. Sólo lo razonado es en verdad asumido y se
convierte en conducta auténtica, sólo aquello que ingresa a través del razonamiento, puede
perdurar y ser motor de una conducta libre y responsable.
3.2. LA FE
3.3. EL RESPETO
Inculcar el respeto hacia sí mismo y hacia los demás es propiciar una cultura de paz. Educar en
el respeto implica aceptar y comprender al adolescente en su condición de persona, con
dignidad y potencialidades susceptibles de ser desarrolladas.
3.4. EL AFECTO
Educar con afecto significa establecer una relación espontánea, sincera, madura, cálida y
personalizada entre el adolescente y el educador, aperturando espacios para la libre expresión
de sentimientos y comunicación, generando un clima de confianza y apoyo emocional.50
La evaluación consiste en la comparación de los impactos reales del proyecto con los planes
estratégicos acordados. Está enfocada hacia lo que se había establecido hacer, lo que se ha
conseguido y como se consiguió. Puede ser formativa: tiene lugar durante la vida de un proyecto
u organización con la intención de mejorar la estrategia o el modo de funcionar del proyecto y la
organización. También puede ser conclusiva: obteniendo aprendizaje a partir de un proyecto
completado o una organización que ya no está en funcionamiento. Una vez alguien describió
esto como El Sistema de Seguimiento y Evaluación de Resultados de la Intervención y
50 tratamiento de Jóvenes en conflicto con la Ley en Arequipa - Perú". Tomo I y II. Arequipa,
Perú.
Reinserción Social del Adolescente en Conflicto con la Ley, tiene por objetivo mejorar la calidad y
el impacto de las acciones comprendidas en el Sistema de Reinserción Social del Adolescente
Infractor tendientes al logro de una reinserción social efectiva, mediante la medición de los logros
alcanzados por la intervención la diferencia entre un reconocimiento médico y una autopsia
(CIVICUS, 2005).
Es importante reconocer que el seguimiento y evaluación no son varitas mágicas que pueden
hacer y aparecer los problemas, curarlos o cambiar de manera milagrosa sin aportar ningún tipo
de trabajo duro por parte de la organización o proyecto. Por si solas no son una solución, pero si
son unas herramientas de gran valor. El seguimiento y evaluación puede:
Evaluación interactiva: implica una interacción muy activa entre un evaluador o equipo de
evaluación exterior y la organización o proyecto en proceso de evaluación. A veces, también se
incluye a alguien que pertenezca a la organización o proyecto dentro del equipo de evaluación.
recopilación tiene lugar cuando se evalúan las necesidades y se establecen indicadores. Estos
indicadores aportan el marco para el sistema de seguimiento y evaluación. No existe un solo
método de planificación para seguimiento y evaluación. El Análisis del marco lógico (AML) puede
ayudar a la planificación de un sistema de seguimiento y evaluación.51
Los indicadores son señales concretas que se pueden medir y el reflejo de que se ha hecho o
logrado por algo. Por ejemplo, en ciertos estudios, un aumento en el número de antenas de
televisión en una comunidad se ha utilizado como indicador para reflejar la mejora del estándar
de la vida de esa comunidad. Un indicador de la capacitación de una comunidad podría ser el
aumento de la frecuencia de participación, entonces se podría utilizar como indicador "mayor
tiempo de implicación disponibles para mujeres en proyectos de desarrollo". Algunos indicadores
comunes para la salud general de una comunidad son el índice de mortalidad maternal/infantil, el
índice de natalidad, el estado nutricional y el peso de los recién nacidos. También se podría
considerar indicadores menos directos como el grado de inmunización, de agua potable (que se
puede beber) disponible, entre otros (CIVICUS, 2005).
5. INDICADORES ESPECIFICOS
Los indicadores son señales concretas que se pueden medir y reflejan lo logrado en términos de
quienes, cuantos, con qué frecuencia o porcentaje y cuánto. Para ello se debe identificar
claramente la situación del problema a abordar y realizar una visión sobre lo que es necesario o
gustaría que se logre o cambie (impacto) con la aplicación de la intervención
Numero de reincidencias
6. TRATAMIENTO DE MENORES
Aspecto Jurídico: El nuevo Código del Niño y el Adolescente (Ley 27337), establece,
que el internamiento preventivo de los adolescentes infractores de la Ley Penal, así
como la medida socio-educativa de internación se cumplen en los Centros Juveniles del
Poder Judicial. El ingreso, así como su permanencia en ellos, a través de una sentencia
se producen por Resolución Judicial. El mismo principio rige para las medidas en
libertad.
Aspecto Logístico: Es muy importante tener en cuenta que para desarrollar un trabajo
técnico adecuado y oportuno en los Centros Juveniles, se requiere de un manejo
administrativo directo y sin trabas burocráticas. Por ello, es necesario devolver a la
Gerencia de Centros Juveniles su calidad de Unidad Ejecutora, así como el respaldo de
un financiamiento que permita desarrollar proyectos en infraestructura,
acondicionamiento de locales e implementación de programas de tratamiento especial
tales como el Residentado Juvenil, Huellas en la Arena, Atención Intensiva para
adolescentes resistentes al cambio, entre otros.
Por ello, el trabajo de imagen en los Centros Juveniles es importante en cuanto está
orientado estrictamente a promocionar el cambio del adolescente en sus aspectos más
positivos y sensibilizar a la comunidad para contar con su participación activa en la gran
tarea que representa la Reinserción Social del Adolescente Infractor.
54 tratamiento de Jóvenes en conflicto con la Ley en Arequipa - Perú". Tomo I y II. Arequipa,
Perú.
En 1945, se inauguró el local donde funciona hasta ahora, en el distrito de San Miguel y pasó a
llamarse “Instituto Reeducacional de Menores”.
Bajo la dirección del Ministerio de Justicia y Culto, pasó a llamarse “Centro Piloto” en 1963 y en
1969 pasó a depender del Ministerio de Salud. A partir de 1977 pasó a ser una dependencia del
Instituto de Promoción al Menor y la Familia (INAPROMEF) y en 1981 pasó a depender del
Instituto Nacional de Bienestar Familiar (INABIF) que dependía del Ministerio de Justicia y que
en 1991 pasó a ser parte del Ministerio de la Presidencia.
Actualmente, el Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación Lima está a cargo del Poder
Judicial, institución a la cual fue transferido, El 25 de octubre de 1996, por el Ministerio de la
Mujer y el Desarrollo Humano (PROMUDEH).
Un mes más tarde se crea la Gerencia de Centros Juveniles, órgano de línea de la Gerencia
General de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial, que administra
los 10 centros juveniles de todo el país.55
Desde el mes de enero de 1997, en que los centros juveniles pasaron a formar parte del Poder
Judicial, se empezó a dar un nuevo rumbo en lo que respecta a atención a adolescentes con
conductas de riesgo.
de Actividades Semanales (PAS) en el que se incluyen talleres formativos, sin dejar de lado la
aplicación de una educación, en valores, a fin de que puedan mostrar un verdadero cambio y
reinsertarse con éxito en su medio social, al culminar su etapa de internamiento.
En el centro juvenil "Santa Margarita" se viene aplicando el Sistema de Reinserción Social del
adolescente infractor, a través de los programas que en él se desarrollan. Contamos en la
actualidad con 45 adolescentes que se distribuyen en los siguientes programas:
Programa I: Las internas que logran reconocer las normas del centro, son promovidas a
este programa, cuya labor es la de constante acercamiento y persuasión. Lo integran 12
adolescentes.
Programa II: Aquí son promovidas las adolescentes que han optado por el cambio, que
cumplen sin dificultad las normas del centro y se adaptan a la rutina diario PAS
(programa de actividades semanales). En este programa se da mayor énfasis a la
formación de valores. Lo conforman en la actualidad 12 adolescentes.
Programa III: Las jóvenes que encontrándose en el Programa II, expresan a través de
sus actitudes mayor madurez y compromiso con el cambio y se proyectan positivamente
hacia su futuro son promovidas al Programa III. En este programa tenemos 6
adolescentes, las mismas que vienen formándose laboralmente, para ello han sido
capacitadas en gestión empresarial, se continúa reforzando esta capacitación en forma
teórica y práctica.
b) Taller de Manualidades
c) Taller de Música
e) Taller de Cosmetología
f) Taller de Computación
Creación
El Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación marca vallé fue fundado en el año 1961 como
un hogar infantil, inicialmente dirigido por Beneficencia Pública de la ciudad del Cusco, y más
tarde por el Instituto Nacional de la Niñez y Bienestar Familiar
El Centro Juvenil Marcavalle fue inaugurado el 17 de enero de 1997, bajo la dirección del Poder
Judicial como un efecto de la nueva creación del Sistema de Reinserción Social de Adolescentes
Infractores. Este sistema es el principal fundamento del adolescente dentro de la educación una
doctrina de la bondad, la razón y la espiritualidad, lo que resulta en el cultivo de la vida social,
moral y valores espirituales. Este sistema de educación, junto con el gradual y jerárquica de
programas, alienta auténtico reinserción del adolescente en la sociedad a través de desarrollo
evolutivo.
Organización
Dirección.- Que supervisa y dirige las actividades que ocurren en el Centro Juvenil Marcavalle.
Dicho cargo fue asumido por el ex Capitán de la Policía Nacional Rinaldo Guillermo Carmona
Zamora, el mismo que fue también el Director del Centro Juvenil Alfonso Ugarte de Arequipa,
reubicado al Centro Juvenil Marcavalle del Cusco como Director en 2003.
En el año del 2008 se nombra como director al Licenciado en psicología Gian Franco Vacchelli
Sicheri, con especialidad en Gestión de Recursos Humanos, Prevención y Tratamiento del
consumo de Drogas, Mediación y Conciliación, psicología transpersonal, con amplia experiencia
en cargos directivos y de responsabilidad, asociada a la gestión de programas sociales de
prevención, protección y promoción del niño, adolescente y familias en riesgo social y extrema
pobreza a nivel local y nacional, así como en docencia y capacitación, psicología clínica, jurídica,
social y laboral, dándole un enfoque más especializado a la actividad institucional del El Centro
Juvenil Marcavalle.
Área de psicología.- a cargo del Residente Psicólogo Juan Carlos Caballero Castillo el mismo
que llegó al Centro Juvenil Marcavalle como psicólogo hace casi cuatro años desde el Centro
Juvenil Alfonso Ugarte de Arequipa, Perú, donde trabajó casi 3 años más.
Además de asesoramiento a los adolescentes, también organiza proyectos para mejorar los
programas de trabajo en el Centro Juvenil Marcavalle con las organizaciones no
gubernamentales, empresas y voluntarios de todo el mundo.
Desarrolla nuevas estrategias para ayudar a los adolescentes ya que son liberados del Centro
Juvenil Marcavalle
Área de Asistente social.- A cargo de Lilia Ernestina Tamayo Castro que comenzó a trabajar en
MJC hace siete años, donde ayuda a los jóvenes reflexionar sobre su pasado.
Ella asesora y orienta a los jóvenes, el estudio de su entorno social y familiar y la situación
económica, teniendo en viajes para visitar a las familias en sus hogares.
Ella trabaja individualmente con cada adolescente y su familia a decidir la mejor manera de
apoyarlos. Antes de llegar a MJC, fue un trabajador social para el Instituto Nacional de Bienestar
Familiar (INABIF).Servicio de Enfermera a cargo de la licenciada.- Judith Minaya Isolina Flores
Ha trabajado en MJC desde su apertura en 1997.Su trabajo consiste en el diagnóstico,
tratamiento, promoción, prevención y rehabilitación de la salud de los adolescentes. Antes ella
trabajó como enfermera en la ciudad de Lima y del Hospital Naval Militar y más tarde con el
Ministerio de Salud del Hospital Regional del Cusco durante veinte años.
Área de Seguridad y Control.- A cargo del personal encargado de la Gerencia General del
Poder Judicial Cuenta con otros servicios tales como lavandería, comedor.
Funciones y objetivos
Tiene como finalidad central lograr la reinserción a la sociedad de los adolescentes en conflicto
con la Ley Penal, y para ello cuenta con la adecuada infraestructura y metodología de trabajo,
sustentada en el Sistema de Reinserción Social, formulado en base a un modelo eminentemente
preventivo, el cual es uno de los más novedosos y avanzados de Latinoamérica, que permitirá
brindar una atención integral a los jóvenes que incurran en conductas antisociales.
En este Centro Juvenil, se busca que el menor descubra su potencialidad y desarrolle sus
aptitudes, mediante una educación que lo capacite para el trabajo, rica en valores sociales,
morales y espirituales necesarios para la formación de la persona humana.
De acuerdo a los estudios realizados por Gian Franco Vacchelli el Centro Juvenil de Diagnóstico
y Rehabilitación Marcavalle tiene como principal objetivo lograr la readaptación y posterior
integración social del adolescente en las mejores condiciones posibles, mediante la aplicación de
una metodología educativa especializada constituida por programas educativos progresivos e
integrales, en concordancia con los Convenios Internacionales y el Código de los Niños y
Adolescentes; siendo de suma importancia la interiorización de valores pro sociales y la
capacitación para la vida[9]Tiene como principal objetivo institucional y compromiso social,
rehabilitar al adolescente infractor, favoreciendo de esta manera, una reinserción social efectiva,
es decir, en mejores condiciones.
Infraestructura
Cuenta con un amplio local en la Urbanización Magisterio cito en la avenida la cultura N° 2400.
Orientación espiritual
Educación escolarizada
Educación laboral
Población
Tiene su población varía entre 12 y 17 años. Ellos llegan ahí por diferentes infracciones, siendo
las más frecuentes: violación sexual, hurto agravado, robo agravado, tráfico de drogas, homicidio
y lesiones graves.
El promedio de tiempo que permanecen en este centro es de dos años, al cabo de los cuales los
adolescentes son reinsertados en sus medios familiares. Sé ha comprobado que el 4% de
adolescentes reinciden y el caso más común por el que vuelven al Centro de Rehabilitación es
por robo59
Los distintos ordenamientos han ido adoptando diferentes modalidades en el tratamiento penal
de los menores infractores, se han acordado tres modelos distintos:
58 BUAIZ VALERA, Yury. “Política Social, Política Criminal y la Convención sobre los Derechos del Niño”. En:
Introducción a la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente. Caracas, 2001
59 DELGADO, M. El Sistema de Reinserción del Adolescente Infractor en el Perú..
Inédito, 2002. 59http://www.monografias.com/trabajos5/infjuyed/infjuyed2.shtml
Dentro del proceso judicial deben establecerse las garantías del debido proceso, y el principio de
proporcionalidad, como limitante de la respuesta punitiva del Estado.
Durante el transcurso de los diferentes ciclos evolutivos se deben estimular los procesos de
responsabilización; ya que es falaz concebir que la responsabilidad en general y la penal en
particular se asume de un día para otro. Es incongruente pensar que un adolescente de 17 años
sea totalmente irresponsable y que otro de 18 lo sea absolutamente. Es clave estimular y
propiciar los procesos de responsabilización, y un camino posible en un sistema de
responsabilidad juvenil está dado con la aplicación de medidas judiciales de carácter educativo.
Es por ello que los procesos de formación del adolescente deben estar imbuidos por la idea de
libertad, ya que se encuentra en el camino hacia la asunción plena de sus libertades y
responsabilidades. Por lo que la acción educativa debe tender a la "formación de esa capacidad
de actuación libre del individuo, por lo que todos aquellos instrumentos que se apliquen en estas
etapas no deben ser incompatibles con la idea de libertad"
Debemos tener claro que estamos en una instancia distinta al Derecho Penal de adultos, donde
la prioridad absoluta es ejecutar medidas de contenido socioeducativo, que brinde a estos chicos
oportunidades de relacionarse con el entorno social, procurando disminuir a su mínima expresión
las manifestaciones de violencia tanto las del adolescente como las del Estado.
Debemos ser claros y reconocer que toda intervención educativa social dirigida a adolescentes
en conflicto con la ley penal, se encuentra enmarcada dentro del sistema de control social formal.
Advertir esto debe llevarnos a extremar la creatividad individual y de los equipos de trabajo, a fin
de generar una práctica y un acercamiento a las y los adolescente donde lo central sea la
formación del sujeto responsable.
2. Modelo Tutelar
Se caracteriza, como apunta Cruz Blanca, por diseñar para el menor infractos un sistema de
medidas de orientación fundamentalmente correctoras impuestas por el tribunal de menores a
través de un procedimiento des provisto de garantías judiciales.
El modelo se pone en marcha a finales del Siglo XIX con la creación de las primeras instituciones
especializadas de menores. Parte de la premisa de que el menor de edad es a la vez un sujeto
irresponsable y digno de protección.
En el ámbito del modelo tutelar hay que situar la creación del tribunal de menores de chicago en
1889. Surge, como apunta Barbero Santos, en un momento de crecimiento industrial que genera
cierto abandono para los menores y constituye, según Baviera, el progreso más grande de la
historia judical despues de la carta magna.
Su implantación se produce con cierta facilidad en los estado de Norte América y Europa, así
aparecen los primeros tribunales para niños, en Portugal 1911, Bélgica 1912, coincidiendo, como
apunta Cruz Blanca, con los años en que comienza a afirmarse el capitalismo y el nacimiento de
las sociedades industriales, desencadenante final de situaciones de abandono, desamparo y
delincuencia del menor que, además era afrontada por el sistema penal vigente para los adultos,
lo que generaba una gran preocupación que de alguna manera converge con un positivismo
filosófico y correccionalismo que influye claramente en el modelo tutelar.
Con esta perspectiva, Dorado Montero, califica a los menores delincuentes, junto a los pródigos
y a los locos, como sujetos peligrosos frente a los que la sociedad ha de defenderse.
Sobre el esquema del modelo tutelar, el menor que infringe la ley penal no es un delincuente,
sino un sujeto que por su inmadurez es inimputable, obedeciendo su comportamiento
frecuentemente a determinadas carencias de su personalidad, que hay que corregir con una
labor reformadora de integración social. La intervención judicial en vez de atender al
enjuiciamiento del hecho, lo hace a la prestación de atención, asistencia y protección que
necesita a través de medidas de naturaleza educativa y tutelar, y no de carácter represiva.
El sexto Congreso de las Naciones Unidas sobre prevención del Delito y tratamiento del
delincuente, formulo un elenco de principios para proteger los derechos fundamentales de los
menores. Se propugno un sistema mixto que combina aspectos de los sistemas del bienestar o
otros del sistema penal. Se va cambiando el concepto menor, que pasa a considerarse como un
sujeto capaz de enfrentarse con el sistema normativo y asumir la responsabilidad de sus
acciones. En consecuencia, entra en crisis el paradigma de la irresponsabilidad de los menores,
mayores de cierta edad ante la comisión de in ilícito penal, y se pasa a entender que
considerarlos responsables forma parte del proceso educativo.
Los menores deben ser responsables y la discusión se traslada a cómo deben serlo, lo que
depende del sistema que se utilice, finalidades, medidas técnicas, etc.
JURISPRUDENCIA
Jurisprudencia de México61
Sobre: El menor infractor, la pandilla y la imputabilidad.
Novena Época
Tesis: VI.2o.P.38 P
Página: 1422
cual donde existe la misma razón debe aplicarse igual disposición, cabe concluir que la
prescripción debe operar en la forma que el legislador ha señalado en el Código de Defensa
Social para el hecho delictuoso, cuya competencia deriva en la intervención del consejo tutelar.
Novena Época
Tesis: VII.2o.A.T.17 K
Página: 517
nombrarle uno especial, aun cuando sea provisionalmente, pues tratándose de un inimputable,
debe estar representado en el juicio. Conforme con lo anterior, tratándose de menores de edad
que no hayan cumplido catorce años, o de mayores de tal edad, que no hayan designado
representante, si el Juez Federal elude su obligación de hacer el nombramiento del
representante especial, o en el caso de los mayores de catorce años que hayan designado tal
representante, no provee en relación con tal designación hecha por el menor, tal irregularidad
constituye una violación a las normas reguladoras del procedimiento en el juicio de amparo, lo
que provoca indefensión al menor quejoso.
Véase: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II, septiembre de
1995, página 516, tesis VI.2o.6 K, de rubro: "AMPARO. PROMOVIDO Y TRAMITADO POR
MENOR DE CATORCE AÑOS, QUE DESIGNA REPRESENTANTE. VIOLACIÓN AL
PROCEDIMIENTO, CUANDO SE OMITE ACORDAR AL RESPECTO.".
Novena Época
Página: 302
reunión habitual, ocasional o transitoria, de tres o más personas que sin estar organizadas con
fines delictuosos cometen en común algún ilícito. Concepto jurídico respecto del cual sólo se
desprende como requisito, en cuanto a quienes la integran, la pluralidad de personas, entendidas
éstas como participantes, sin que señale excepción alguna, de que no se aplicará si uno de
éstos resulta ser menor de edad; por tanto, la pandilla se configura aun cuando uno de los que la
conformen sea menor de edad; siendo irrelevante que el hecho típico de la conducta del menor
al infringir las leyes penales, lo hagan acreedor a un tratamiento especial en los consejos para
los menores infractores, ya que tal extremo sólo atañe al menor, pero ello no impide que la
calificativa pueda ser aplicada a los mayores de edad participantes. Determinar lo contrario,
bastaría para que dos o más sujetos activos que, sin estar organizados con fines delictivos,
inviten a un menor a perpetrar un ilícito, ello para garantizar que no se les aplicará lo establecido
en el primer párrafo del mencionado artículo 164 bis del Código Penal; lo que jurídicamente no
puede admitirse, pues acreditada la pluralidad de participantes exigida por el precepto legal en
cita, hace que se configure la agravante.
Contradicción de tesis 34/97. Entre las sustentadas por el Primero, Segundo y Tercer Tribunales
Colegiados, todos en Materia Penal del Primer Circuito. 25 de marzo de 1998. Cinco votos.
Ponente: Juventino V. Castro y Castro. Secretaria: Rosalba Rodríguez Mireles.
Tesis de jurisprudencia 25/98. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
veintidós de abril de mil novecientos noventa y ocho, por unanimidad de cinco votos de los
Ministros presidente Humberto Román Palacios, Juventino V. Castro y Castro, José de Jesús
Gudiño Pelayo, Juan N. Silva Meza y Olga Sánchez Cordero de García Villegas.
Octava Época
Tesis: II.2o.P.A.262 P
Página: 370
Séptima Época
Página: 40
AUTO DE FORMAL PRISIÓN. CESAN SUS EFECTOS. SI EL JUEZ DEL PROCESO DECLINA
SU COMPETENCIA EN FAVOR DE LOS CONSEJOS TUTELARES PARA MENORES
INFRACTORES DEL DISTRITO FEDERAL. El auto de formal prisión tiene, entre otras
finalidades, que el procesado quede sujeto a la jurisdicción de la autoridad judicial para la
prosecución del proceso, en los términos de la ley procesal penal, pero estos efectos
desaparecen si declina el Juez del proceso su competencia en favor del Consejo Tutelar para
Menores Infractores del Distrito Federal, el que no se rige por las formalidades de la ley procesal
penal, sino conforme a las normas de la ley que crea los Consejos Tutelares para Menores
Infractores del Distrito Federal, cuando los menores de dieciocho años infrinjan las leyes penales
o los reglamentos de policía y buen gobierno, con la finalidad de promover su readaptación
social.
CONCLUSIONES
1. En relación al adolescente en conflicto con la ley penal si bien es necesario brindarles
una nueva oportunidad, debido a que los menores se encuentra en una etapa de
formación, en la que su personalidad atraviesa una serie de cambios tanto internos
como externos; existen casos críticos en los que se requiere de una intervención más
severa y proporcional por parte del Estado. Por ello, sugerimos que si bien no se debe
brindar el mismo tratamiento que a aquellos sujetos mayores de dieciocho (18) años, se
deben otorgar mayores garantías, mayor intervención por parte del Estado y como última
alternativa se debe aplicar la privación de libertad - como excepción a la regla - en
aquellos delitos que atenten contra la vida y la libertad sexual. Es decir, se busca una
protección garantista de los derechos de los adolescentes que vulneren la ley penal,
tomando en cuenta la doctrina de la Protección
2. Los adolescentes cuya edad oscila entre los 14 hasta antes de cumplir 18 años,
ostentan capacidad de imputabilidad específica, condicionada y diferenciada. Esto
implica que los menores comprendidos en esta franja de edad son destinatarios del
sistema penal juvenil, en consecuencia, aún cuando no pueden ser procesados,
juzgados o sancionados como adultos, sí existe la posibilidad de someterlos a un
proceso específico por infracción a la ley penal, donde de comprobarse su
responsabilidad, se procederá a aplicar alguna de las medidas socioeducativas
reguladas en el Código de los Niños y Adolescentes, que comprende desde una simple
amonestación hasta la privación de la libertad a través del internamiento en un centro
juvenil.
3. Existen graves casos de asesinato o sicariato practicado en las grandes ciudades como
en aquí (Perú) por adolescentes o jóvenes menores de 18 años. También existen casos
de muertes por venganza practicados por adolescentes o jóvenes en culturas diferentes
creo que las causas de ambos grupos de casos no se encuentran en la deficiencia de
una norma o ley sino que pienso que las causas son más estructurales más complejas;
que puede ser en la desigualdad y la falta de comunicación en el ámbito social, cultural
y económica.
4. De aprobarse la propuesta que busca rebajar la edad de responsabilidad penal a menos
de 18 años, para aplicar el sistema penal común a los adolescentes, se contravendría la
Convención sobre los Derechos del Niño y del adolescente. Recuérdese que la
Convención sobre los Derechos del Niño establece que los niños que cometan
infracciones a la ley penal tienen el derecho a ser protegidos a través de una legislación
especial que garantice sus derechos y haga valer su responsabilidad separados de los
adultos, teniendo en cuenta su grado de desarrollo consideremos también que los
adolescentes al ser juzgados y sancionados como adultos, lejos de conseguir un
tratamiento de rehabilitación o reinserción adecuado conforme a su estado de desarrollo,
se verán expuestos a circunstancias que son altamente perjudiciales para su desarrollo y
los hace vulnerables ante terceros que, por su calidad de adultos, pueden abusar de su
superioridad. Además los delincuentes más experimentados potenciarán el perfil criminal
de los adolescentes, quienes asimilarán las conductas indebidas y vicios propios de
adultos dedicados a delinquir de modo que al quedar en libertad, habrán profundizado
sus tendencias antisociales y criminales, representando un peligro mayor para la
sociedad, pues el encierro a edades muy tempranas solo posterga el problema para
luego restituirlo potenciado, por ende creo que debería tomarse con mas énfasis y
seriedad este tema , quizás incorporando medidas alternativas a la de internación como:
a. Libertad vigilada
b. Hogares guarda- acogimiento y prestación de servicios en beneficio de la
comunidad. Asi como capacitaciones y campañas para los jóvenes con
contenido de´´ Prevencion antes que la represion´´.
5. La inimputabilidad es la incapacidad de ser culpable aplicada a ciertos sujetos
tificadamente excepcionales sin necesidad que el acto efectuado pierda su carácter
antijuridico.
6. Para que alguien responda penalmente es necesario que haya realizado una acción
TIPICA, ANTIJURIDICA y CULPABLE. Nn bastando el factor objetivo (comprensión
física del autor) se necesita ineludiblemente del factor subjetivo (nexo psíquico).
7. La punibilidad del inimputable, no excluye, la punibilidad de terceros en el mismo ilícito.
Pór otro lado la legítima defensa ante el ataque de un inimputable es válida.
8. De un derecho de menores caracterizado por el modelo de la culpabilidad del autor y
peligrosidad, después de la convención por los derechos del niño, se ha pasado a un
derecho penal juvenil de culpabilidad por el hecho con una intervención judicial mínima.
9. En el proceso judicial contra adolescentes, la sanción tiene un fin predominantemente
pedagógico y de rehabilitación; más no únicamente de coerción y/o castigo.
10. La delincuencia juvenil no surge en el vacío es el resultado de diversos factores de
riesgo y respuesta social; por ello queda en claro que con la Ley Nº 27337 y demás
leyes dictadas en Latinoamérica, para sancionar a conductas delincuenciales cometidas
ANEXOS
1. Carta a un adolescente
Discúlpame por dirigirme a ti de una manera en que no te será fácil responder. Te pido disculpas
porque espero que me escuches, sin que tengas las mismas ventajas de ser escuchado. Como,
de partida, ésta ya es una relación desigual; la voluntad que me anima es que tú puedas crecer y
desarrollarte al máximo de tus posibilidades, lo que a su vez genera responsabilidades, antes de
que cumplas los 18, y de las que a veces no eres plenamente consciente.
Eres responsable porque sabes bastante bien lo que haces; pero no pienso que tú y yo seamos
igualmente responsables. Mis cargas son distintas de las tuyas, y de mayor número e intensidad.
Después de todo, por algo tengo más derechos que tú, pues hay un montón de cosas que ni la
ley, ni eso que se llaman las buenas costumbres, te permiten hacer.
Te escribo porque he quedado preocupado después de todo lo que se ha dicho sobre los
adolescentes últimamente. Lo sé, es injusto. ¡Tanta gente se ha esforzado en hacerlos ver como
una horda que azota a la ciudad! La realidad es que la única horda que hay causando daño es la
de los mayores de edad, que además te maltratan, te humillan y te utilizan de formas tan
violentas que no quisiera nombrar ni que intentes imaginar.
Sé que tu realidad está marcada por la falta de oportunidades, que no has completado la escuela
porque tienes que trabajar para llevar algo a casa donde te esperan tu madre y tus hermanos,
porque a tu padre probablemente no lo has visto desde hace tiempo. El problema está en que
algunos ambientes de trabajo son riesgosos, te expones mucho y podrías encontrarte con gente
que puede hacerte daño sin que te des cuenta. Aprende a alejarte de ciertos lugares y personas.
Te pido que no tomes como cierto todo lo que se ha dicho en la Asamblea Legislativa cuando se
discutía el aumento de las penas contra los menores de edad. Hay gente que cree que al
aumentar las penas bajan los delitos, como si fuera una relación mecánica. Esto no funciona así.
Es la certeza de que el delito será seguido por el castigo, lo que puede actuar como disuasivo.
También han dicho que las leyes vigentes consagran la impunidad de los menores de edad. Esto
quiere decir que si cometes un delito no serás castigado. Pues no es cierto. Las leyes vigentes te
tratarán con dureza si cometes algún acto criminal.
Desde el momento en que cumples los 14 años, las leyes autorizan a los jueces a enviarte a
prisión si matas, o te involucras en el tráfico de drogas, si robas, si violas, si hieres a alguien de
modo que su incapacidad sea permanente, o si dicha persona muere producto de la lesión que le
has causado. Te podrían sentenciar hasta por siete años en una prisión, que los adultos
llamamos "centro" para que no nos lastime la idea de encerrarte.
No te llames a engaño, no es un hotel, es una prisión. Tienes que cumplir allí un régimen forzoso
día a día. No podrás ver a tu novia (que se irá con otro), ni salir con tus amigos; no podrás hacer
las cosas que tanto disfrutas, y cuando la gente a la que tú quieres y que te quiere te necesite,
no podrás estar allí para ayudarlos.
Cuando tus familiares te visiten en el centro, estarán haciendo el máximo esfuerzo para que el
dolor de verte allí no se les note. Pagarás una pena con dolor. ¿Te parece muy duro? La verdad
es que lo es, pues en la mayoría de los casos no hay grandes diferencias entre las penas que
reciben adultos y adolescentes.
Ya sé que te estarás preguntando cómo puedo estar de acuerdo con que te encierren en una
prisión hasta por siete años después de haberte dicho que quiero que crezcas y te desarrolles al
máximo de tus posibilidades. He dicho que te van a encerrar y que no tendrás la libertad de
hacer lo que quieras. No he dicho que te van a maltratar. Al contrario, tu día estará organizado,
desde muy temprano, para que puedas seguir estudiando, aprendas un oficio, dediques algún
tiempo a la lectura, te acerques a Dios, y hasta practiques algún deporte.
¿Sabes por qué me opongo al aumento de las penas? Porque con penas largas terminarías en
una cárcel con adultos que abusarán de ti y te enseñarán a ser cruel y despiadado, y se
reducirían mucho las posibilidades de recuperarte. La idea del régimen actual no es hacerte un
daño irreparable, sino darte una segunda oportunidad, porque entre los muchos derechos que
tienes, está el derecho a que corrijas tu conducta.
Si algún día te encuentras en la trágica situación de perder tu libertad como resultado de haber
cometido un delito, piensa que lo justo es que haya una consecuencia negativa para ti por el
daño que has causado. Sé que siete años cuando se es adolescente son una eternidad, pero
haz buen uso de la oportunidad que te aún tienes un mundo por delante. Son muchos lo que han
reencontrado el buen camino; tú puedes lograrlo también.
Quizás piensas que, como no has cometido ningún delito, estoy malgastando mi tiempo. Pues
bien, las leyes se hicieron para todos, para los buenos y para los que no lo son tanto. No todas
las personas que van a un tribunal han cometido un delito, pero todas deben saber qué ocurre
allí y es hora de que tú también lo sepas.
¿Qué por qué no le cuento todo esto a los políticos? Algunos escuchan, otros no mucho. Otro
día te hablaré sobre las razones que motivan a algunos a engañarse y engañar, pero que eso no
te inquiete por ahora.
El 6 de julio pasado, en un discurso transmitido por cadena nacional a todo el país, la Presidenta
se refirió a "los niveles de atrocidad y violencia" que había cobrado la delincuencia en Panamá
como algo "nunca antes visto" en este país. Se refirió entonces a una serie de hechos delictivos
que habían ocurrido "en las últimas semanas" y "en las últimas horas".
Este es el fundamento de los cuatro proyectos de leyes con que su gobierno se plantea
"combatir efectivamente la delincuencia". Luego de enunciar someramente qué cambios serían
introducidos mediante estas leyes, la máxima dignataria explicó: "Mientras tanto, y en forma
inmediata, estamos poniendo en marcha el plan "Mano Dura", para que la policía entre con
fuerza en aquellos lugares donde hay mayores índices delincuenciales y presencia criminal".
No es injusto decir entonces, en virtud de lo dicho (y lo hecho), que la "mano dura" de Moscoso
se refiere a la fuerza con que las acciones policiales irrumpirán en los barrios pobres. Su
propósito es "liberar" a la "población honesta" de los "pandilleros y delincuentes".
El año pasado quien habló de "mano dura" fue Martín Torrijos. El planteamiento surgió en el
discurso que pronunció el 14 de octubre en el diálogo sobre la seguridad en Panamá. Debemos
recordar que en ese momento, la campaña electoral estaba virtualmente en marcha y que es
lógico que el líder de la oposición hubiese cuestionado las acciones del gobierno en materia de
seguridad.
Tras mencionar la utilización ineficiente de los recursos del Estado por parte del actual gobierno
(ahora se gastan $70 millones más que en la época de Noriega), Torrijos eleva el tono y anuncia:
"¡En mi gobierno habrá mano dura contra el crimen!". Es la única vez que menciona la frase y lo
hace al denunciar el abandono de los deberes públicos por parte de los actuales gobernantes y
la falta de cumplimiento de los compromisos adoptados en forma de políticas de Estado o leyes.
La "mano dura" propuesta por Torrijos consiste en una respuesta del Estado que se caracteriza
por lo integral, pues la desarrolla en seis ejes que comienzan con el apoyo a las familias, el
esfuerzo de las escuelas en retener y recuperar a los chicos y chicas, pasa por el fortalecimiento
de las instituciones del sistema de justicia y el sistema penitenciario, y concluye con la
participación de distintos actores sociales (organizaciones de derechos humanos, los medios, las
iglesias) en programas preventivos. Al concluir, Torrijos reconoce que se trata de un reto para
todos y se compromete a liderar estas acciones.
Ese discurso, de lectura recomendable y disponible en la página web de Martín Torrijos, llama la
atención porque es lo más parecido que puede haber a un planteamiento de Estado. No hay el
sensacionalismo casi obligado que adoptan los pronunciamientos de los candidatos en campaña.
No hay fundamentos anecdóticos, ni manipulación de los miedos que usualmente tienen las
personas cuando se les toca el tema de la seguridad.
Cualquier analista habría dicho que Torrijos arriesgó aburrir al auditorio a fuerza de ser
responsable con lo que un futuro mandatario puede legítimamente prometer. Dicho en menos
palabras: Torrijos no se apoyó en el miedo para buscar el beneficio de sus votos.
Al día siguiente de aquel pronunciamiento algún medio sí recogió en el titular la frase "mano dura
contra el crimen" pegada al nombre de Torrijos, pero lo que más interés despertó no fue este
planteamiento, sino su polémica confesión de que "la Ley debería permitir que el Presidente
pueda optar por un civil o un miembro de la carrera policial para ser designados en las jefaturas
de dichas instituciones".
Cuando, la semana pasada, al regresar de un viaje por el extranjero, Torrijos hizo declaraciones
públicas, mostró una cautelosa distancia respecto el plan "Mano Dura" de Moscoso y reiteró
sucintamente sus planteamientos del año pasado. Este escrito no estaría justificado si no hubiera
un problema que resolver: que mucha gente que dice que apoya a Torrijos se ha entusiasmado
con la mano dura arnulfista, olvidándose que el planteamiento de su líder es muy distinto al de la
mandataria actual.
En los próximos días veremos cómo resuelve la Asamblea Legislativa esta prueba de liderazgo,
que es al mismo tiempo una prueba de lealtad
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