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y las Disciplinas Espirituales
Disciplinas
Espirituales
«Las disciplinas espirituales, “ejercicios que nos llevan a
la piedad”, son actividades emprendidas para
hacernos capaces de recibir más de su vida y poder
sin herirnos a nosotros mismos o a otros.»
Dallas Willard
Disciplinas espirituales
Disciplinas de abstinencia Disciplinas de compromiso
•La soledad •El estudio
•El silencio •La adoración
•El ayuno •La celebración
•La frugalidad •El servicio
•La castidad •La oración
•El secreto •El compañerismo
•El sacrificio •La confesión
•La sumisión
Tomado de "El Espíritu de las Disciplinas: Entendiendo cómo Dios cambia vidas",
por Dallas Willard
Disciplinas Espirituales
• Cuando hablamos del ejercicio de
las disciplinas espirituales para
alcanzar la madurez, nos referimos
particularmente a la práctica de la
oración y el ayuno.
• Estas son las principales disciplinas
espirituales que estamos llamados
a cultivar en nuestras vidas.
¿Qué es Orar?
• Comúnmente se enseña que "la
oración es hablar con Dios", pero,
¿es eso realmente?
• En los evangelios existen cerca de
sesenta referencias al tema de la
oración en la vida de Jesús (las
veces que Jesús oró, o que enseñó
algo al respecto).
¿Qué es Orar?
• En casi la totalidad de estas referencias la
palabra utilizada es “proseujomai”, que es
realmente un término compuesto.
– “pros” es una preposición, es decir una palabra
que se antepone a otra, y que denota
enfáticamente un sentido de dirección: “a”,
“hacia”, “orientado o dirigido a”.
– “eujomai” que es la voz media de un verbo
primitivo que significa “desear”.
• De manera entonces que el concepto básico
de la oración tiene que ver más bien con el
deseo del corazón que con la pura expresión
de los labios.
El ejemplo de Cristo
• Cuando observamos la vida de oración del Señor
Jesucristo, encontramos que lo que acabamos de
señalar es realmente una gran verdad.
• Jesús hacía mucho más que “hablar con Dios”.
Tanto así que sus mismos discípulos le dijeron un
día: «Señor, enséñanos a orar…» (Lc.11:1).
• ¿Cómo se explica esto, teniendo en
cuenta que estamos hablando de
gente que había sido criada en un
contexto de profunda enseñanza y
práctica religiosa?
• La respuesta es sencilla, podemos
saber mucho respecto de la oración,
pero al mismo tiempo haber
experimentado poco o nada de la
bendición que una vida de oración
implica.
La Vida de Oración
del Señor Jesús
• ¿Cuándo oraba?
• ¿Por qué oraba?
• ¿Cómo lo hacía?
Los tiempos de oración del Señor
3. El Señor hizo del ayuno parte de su vida de oración.
– «Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu [Lucas
dice "lleno del Espíritu"] y allí ayunó por 40 días y
40 noches» (Mt. 4:1‐2).
– Así comenzó su ministerio terrenal. Lleno del
Espíritu Santo, y fortalecido en su espíritu por el
ayuno y la oración.
¿Qué es Ayunar?
«En el ayuno, nos abstenemos de manera significativa
de la comida y en la medida de lo posible de la bebida.
Esta disciplina nos enseña muy rápido y mucho acerca
de nosotros. De seguro nos humillará, y revelará en qué
medida nuestra paz depende de los placeres de la
comida. También traerá a nuestra mente cómo
estamos usando el placer de la comida para aliviar
nuestros problemas corporales a causa de actitudes
irresponsables, falta de autoestima, trabajos carentes
de significado, una existencia sin propósito, falta de
descanso o de ejercicio. Si no es nada más, nos
demostrará cuan poderoso e inteligente es nuestro
cuerpo para lograr su propósito de controlarnos.»
Dallas Willard, "El Espíritu de las Disciplinas: Entendiendo cómo Dios
cambia vidas", citado por Jeff Reed en "Hábitos del Corazón",
Leadership Series – Basic, material inédito traducido por ETBIL
Latinoamérica
¿Qué implica esto para mí?
• Nos dice que su anhelo por Dios era tal que lo
impulsaba a buscarle continuamente: ya sea de
madrugada, ya fuera que estuviese agotado por el
trabajo o deseoso por descansar. Nada lograba
reprimir en Él el deseo de estar con el Padre
Celestial.
• ¿Cómo es en tu caso?
• ¿Cómo comenzó tu vida en el Señor?
• ¿Cómo habrán de terminar tus días?
¿Qué implica esto para ti?
• El ministerio del Señor comenzó con una sencilla y
silenciosa oración que abrió los cielos y le llenó de
la fortaleza y la gracia del Espíritu. Y su vida terrenal
terminó con una agónico pero victoriosa clamor, en
el que trémulamente encomendaba al Padre su
espíritu.
• ¿Qué lugar ocupa la oración en nuestra agenda?
• ¿Qué tan frecuentemente sueles ayunar y por qué
razones lo haces?
«Dios mío, Dios mío eres Tú;
de madrugada te buscaré;
mi alma tiene sed de Ti,
mi carne te anhela»
Sal. 63:1
RVR
ACM San Borja – marzo 2011