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MICROPROCESADORES

INFORMATICA

ALEJANDRA SALAZAR BLANCAS

6040

Los Microprocesadores
En general, el término “microprocesador”, remite al dispositivo principal
dentro de las computadoras digitales, es decir, al elemento encargado de
realizar los cálculos que permiten desde escribir una carta hasta editar una
fotografía; desde administrar una nómina hasta platicar en tiempo real con
alguna persona al otro lado del mundo; desde disfrutar una película hasta
controlar complejos

procesos industriales; en fin, el concepto de “microprocesador” evoca un


dispositivo de enorme poder de cálculo, relativamente costoso, que consume
mucha potencia y que, por tanto, sólo está al alcance de pocas personas.

Sin embargo, la realidad es muy distinta. En un hogar típico, existen una


enorme cantidad de microprocesadores, realizando diversas tareas que
buscan facilitar la vida diaria de los usuarios. Se encuentran en el televisor,
en el equipo de sonido, en el reproductor de DVD, en los teléfonos celulares,
¡incluso en un control remoto o en un reloj de cuarzo existen
microprocesadores! Y es que esta tecnología se ha abaratado a tal grado
que muchas aplicaciones que antes requerían el uso de varios dispositivos
individuales, ahora se pueden realizar con más facilidad y de manera más
económica con la aplicación de un microprocesador, o de su variante, un
microcontrolador.
Los microprocesadores están por todas partes.

Esto significa que los microprocesadores y microcontroladores se han


convertido en parte de la vida diaria, y esto a su vez implica que cualquier
persona interesada en el área de la electrónica o del control debe saber
cómo funcionan y cómo se aplican estos dispositivos. Precisamente, el
objetivo de este libro es proporcionar los principios básicos de los
microprocesadores y microcontroladores, combinando la teoría y la práctica.

ELEMENTOS BÁSICOS DE UN MICROPROCESADOR

Resulta evidente la enorme importancia que tienen los dispositivos digitales


de cálculo en la sociedad moderna; así, no es una exageración mencionar
que el mundo sería muy distinto si estos

componentes no hubieran sido desarrollados. De hecho, la historia

de los microprocesadores es una larga sucesión de acontecimientos


afortunados, iniciados por dos grandes empresas a principios de la década
de los setenta del siglo pasado: Intel y Busicom, la primera fabricante de
circuitos integrados, y la segunda de calculadoras electrónicas. Entre ambas
empresas, desarrollaron el primer microprocesador de la historia: el Intel
4004, un dispositivo de cuatro bits que servía como “cerebro” de toda una
línea de calculadoras de escritorio. Seguramente, quienes diseñaron tan
modesto dispositivo, el cual apenas contaba en su interior con poco más de
dos mil transistores, nunca imaginaron que en unas cuantas décadas se
tendrían microprocesadores corriendo a miles de millones de ciclos por
segundo, y que en su interior contendrían cientos de millones de transistores
trabajando al unísono.
Lo que hace tan especiales a los microprocesadores es precisamente su
capacidad de manejar en diversas formas una serie de datos binarios,
realizando una gran cantidad de operaciones lógicas basadas en un
programa preestablecido, y buscando con ello obtener un resultado final
satisfactorio para el usuario.

Si observamos el exterior de un microprocesador típico, no tiene diferencia


con otros circuitos integrados comunes; lo que lo hace especial es su
estructura interna, que está diseñada para proporcionar al dispositivo una
flexibilidad que no tienen otro tipo de componentes, la cual permite aplicar
exactamente el mismo microprocesador en una computadora pequeña, en
una consola de videojuegos, en el control de un automóvil, en el panel de un
proceso industrial, etc.

ALIMENTACIÓN

Como cualquier circuito electrónico, un microprocesador necesita de una


fuente de alimentación que le proporcione la energía eléctrica necesaria para
su correcto funcionamiento. Esta fuente entrega al dispositivo el voltaje y la
corriente adecuados para que pueda realizar sus tareas. La fuente de
alimentación puede ser ya sea un bloque que tome la electricidad de la línea
de corriente alterna (CA) hogareña, y la transforme en el voltaje adecuado
para el circuito, o una simple pila eléctrica (o varias). De manera tradicional,
los microprocesadores se han alimentado con un voltaje de 5 voltios de
corriente directa (5Vdc), así que lo normal es contar con una fuente capaz de
entregar esta tensión; sin embargo, existen múltiples aplicaciones en las que
el microprocesador se encuentra en dispositivos portátiles, lo que implica que
debe ser capaz de alimentarse con baterías, esto significa que hay muchos
microprocesadores capaces de trabajar a 3V o incluso a 1.5V, lo cual a su
vez trae algunas ventajas; por ejemplo:
Un circuito puede trabajar más rápidamente mientras mayor sea su voltaje
de alimentación, pero también consume más potencia eléctrica; y al
contrario, al reducir el voltaje, un circuito necesita de mucho menos corriente
para funcionar, lo que resulta especialmente útil cuando la fuente de
alimentación son una o dos pilas. Los microcontroladores modernos de bajo
consumo pueden incluso entrar en un “modo de espera” en el cual gastan
apenas unos cuantos microamperes de corriente para mantenerse siempre
listos para recibir instrucciones, “despertando” cuando éstas se indican,
cumpliéndolas sin el menor problema, y regresando al modo de espera
automáticamente cuando han concluido su labor. Al diseñar un circuito que
requiera el uso de un microprocesador o microcontrolador, se debe tener en
cuenta la fuente de alimentación asociada; sin ella el circuito no trabajará.

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