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La TCC es una modalidad de tratamiento psicológico estructurado para el tratamiento de

una variedad de trastornos psiquiátricos. Se basa en un modelo de procesamiento de la


información en el que los síntomas emocionales son impulsados por evaluaciones
negativamente sesgadas del mundo, el futuro o el yo (incluidas las sensaciones corporales).
En la década de 1970, Aaron Beck concibió un modelo cognitivo de depresión en el que las
creencias personales de un individuo predisponen a un estado de ánimo bajo en ciertas
situaciones.
Aunque no siempre es aparente, tales creencias disfuncionales pueden ser activadas por
eventos adversos y, una vez activadas, producen patrones de pensamiento que cambian el
comportamiento. Los cambios en el comportamiento, como la inactividad y la evitación
social, mantienen un estado de ánimo bajo y refuerzan los pensamientos y creencias
negativos. Por lo tanto, la relación entre pensamientos (cogniciones), emociones, sensaciones
físicas y comportamientos está en el centro de la terapia cognitiva conductual.
Un enfoque clave del tratamiento son los pensamientos automáticos negativos del paciente.
Estos son pensamientos que producen emociones negativas y que están fuera de la conciencia
inmediata. Se pueden usar varias técnicas de tratamiento para hacer que estos pensamientos
cobren conciencia y remplazarlos con percepciones de eventos o sensaciones físicas más
equilibradas y adaptativas. Las técnicas incluyen la discusión de eventos negativos
específicos, el uso de diarios de pensamiento y experimentos conductuales en los que el
paciente prueba nuevas formas de actuar en situaciones particulares.

Desde su concepción, la TCC ha crecido hasta abarcar un rango de enfoques de tratamiento


relacionados que tienen diferentes énfasis y modos de aplicación. Por ejemplo, la activación
conductual es un método adecuado para el tratamiento de la depresión más severa que ataca
la espiral descendente del estado de ánimo bajo y la motilidad reducida mediante el aumento
de las actividades que proporcionan refuerzo positivo. Hayes, Masuda y De Mey (2003) han
indicado la existencia de tres olas, o generaciones, en el desarrollo de la Terapia Cognitivo
Conductual. La primera generación está compuesta por técnicas cuyo fundamento se
encuentra en los principios del condicionamiento clásico y operante. Por otra parte, La
segunda generación de terapias tiene por objetivo modificar las creencias irracionales,
esquemas cognitivos patológicos, o errores en el procesamiento de la información. Por
último, la tercera generación de terapias comparte aspectos con las terapias de primera
generación, como el reconocimiento de la importancia de los procesos de condicionamiento
en el origen, y el mantenimiento y solución de los problemas; con las terapias de segunda
generación tienen en común la importancia que se le da al lenguaje y la cognición, de este
modo, el objetivo de este grupo de terapias es modificar las funciones de los eventos
psicológicos cuando estos causan problemas, sin alterar la frecuencia o el contenido de dichos
eventos.

La TAC supone que un factor primario, la inflexibilidad psicológica, es característico de la


psicopatología (Hayes et al., 1999). El modelo TAC define la inflexibilidad psicológica como
una incapacidad para conectarse con los valores de uno en el momento presente debido a la
evitación experiencial y la fusión cognitiva. Los seis procesos que están asociados con la
inflexibilidad psicológica son evitación experiencial, fusión cognitiva, dominio del pasado o
futuro conceptualizado, apego al yo conceptualizado, pérdida de contacto con valores
personales e inacción, impulsividad o evasión persistente.
La evitación experiencial es el intento de controlar pensamientos desagradables, emociones,
recuerdos y otras experiencias internas. La fusión cognitiva ocurre cuando nos
conceptualizamos a nosotros mismos por los pensamientos, emociones y otras experiencias
internas que experimentamos. Se puede pensar que el apego al yo conceptualizado está
fusionado con las cogniciones de que una persona está deprimida, preocupada o tiene
problemas importantes. Los valores dan sentido a la vida y pueden incluir la familia, la
carrera, las relaciones sociales y salud, entre otros. Las personas que exhiben inflexibilidad
psicológica ejercen energía y recursos en la evitación experiencial, mientras que descuidan y
pierden el contacto con sus valores de vida centrales. La investigación ha sugerido que los
procesos centrales relacionados con la psicopatología en el modelo ACT persisten en la
adultez avanzada. La evitación experiencial de experiencias internas angustiantes parece
estar asociada con una mayor angustia en la edad adulta mayor. (Petkus & Wetherell, 2013)

Si bien es importante no considerar que todas las personas mayores poseen idénticas
necesidades, hay algunos aspectos del trabajo con personas mayores que merecen una
consideración especial. Una ventaja clave de CBT es que el tratamiento se puede adaptar a
la situación específica y las necesidades del paciente individual. (Wilikinson 2013) Los
pacientes de más edad pueden encontrar una serie de barreras para acceder a la psicoterapia,
como la falta de transporte, la movilidad reducida y la disponibilidad limitada de terapeutas
adecuadamente capacitados.

Hayes, S. C., Strosahl, K., & Wilson, K. (1999). Acceptance and Commitment Therapy: An
experiential approach to behavior change. New York: Guilford Press.
Hayes, S.C., Masuda, A., y De Mey, H. (2003). Acceptance and Commitment Therapy: een
derde-generatie gedragstherapie. Gedragstherapie, 2, 69-96.
Petkus, A, & Wetherell, J. (2013). Acceptance and Commitment Therapy With Older Adults:
Rationale and Considerations. Cognitive and Behavioral Practice, 20, 47-56.

Wilkinson, P. (2013). Cognitive behavioural therapy with older people. Maturitas, 76, 5–9.

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