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Estrategias de lectura

Isabel Sole

Introducción

EL propósito del libro es ayudar a los docentes y profesionales de la educación


a promover en los alumnos la utilización de estrategias que le permitan
interpretar y comprender autónomamente los textos escritos.

Es una gran complejidad escribir para docentes por todas las complicaciones y
riquezas que caracterizan la vida del aula; en este caso muchos profesores que
se acercan a un texto escrito puedan encontrarlo fuera de la realidad o con poca
importancia.
Premisas

Algunas de las premisas que aquí se exponen se refieren a la lectura y la


comprensión lectora, otras al papel que su aprendizaje desempeña; otras a la
tarea del lector, etc.
1. Poder leer, es decir, comprender e interpretar textos escritos de diversos
tipos con diferentes intenciones y objetivos
2. En la lectura, el lector es un sujeto activo que procesa el texto y le aporta
sus conocimientos, experiencias y esquemas previos.
3. El aprendizaje de la lectura y de estrategias adecuadas para comprender
los textos requiere una intervención explícitamente dirigida a dicha
adquisición.
4. El aprendizaje de la lectura se encomienda en las sociedades
occidentales a la instrucción formal e institucionalizada que proporciona
la escuela.
Por una parte, existe un hiato considerable entre lo que se enseña en la
escuela acerca de la lectura y las necesidades que deben ser satisfechas
mediante ella, incluso en la propia escuela: leer para aprender.
5. La enseñanza de la lectura no es la cuestión de un curso o de un profesor,
sino que es una cuestión de escuela, de proyecto curricular y de todas las
materias en que interviene
6. Enseñar y aprender a leer son tareas complejas, son también
enormemente gratificantes, tanto por la funcionalidad del contenido como
por el protagonismo e implicación que exige de los responsables,
maestros y alumnos, para que la adquisición de ese aprendizaje se
produzca.
Estructura del libro

La primera, en la que se expone el planteamiento general y lo que supone el


aprendizaje inicial de la lectura.
La segunda parte del libro se dedica a la enseñanza de estrategias de
compresión lectora.

Como puede comprobarse, no se ofrece un método para enseñar a leer, o para


enseñar a comprender, aunque pretende constituir un recurso importante para la
enseñanza. Los contenidos se centran en las estrategias de interpretación y
utilización de textos.

1
El reto de la lectura
¿Qué es leer?

Leer es un proceso de interacción entre el lector y el texto, proceso mediante el


cual el primero intenta satisfacer los objetivos que guían su lectura.

Implica, en primer lugar, la presencia de un lector activo que procesa y examina


el texto.

Implica, que siempre debe existir un objetivo que guie la lectura, o dicho de otra
forma, que siempre leemos para algo. Para alcanzar una finalidad.

El abanico de objetivos y finalidades por las que un lector se sitúa ante un texto
es amplio y variado: evadirse; buscar una información concreta; seguir una
pauta; informarse de un determinado hecho; refutar un conocimiento previo;
aplicar la información de la lectura de un texto para realizar un trabajo, etc.

Una nueva implicación que se desprende de la anterior es que la interpretación


que los lectores realizamos de los textos que leemos depende en gran medida
del objetivo que preside nuestra lectura.

Pero la variedad no afecta sólo a los lectores, a sus objetivos, conocimientos y


experiencias previas. También los textos que leemos son diferentes y ofrecen
distintas posibilidades y limitaciones a la transmisión de información escrita.
Leer implica comprender el texto escrito.

La perspectiva interactiva asume que leer es el proceso mediante el cual se


comprende el lenguaje escrito. En esta comprensión interviene tanto el texto, su
forma y su contenido, lector, sus expectativas y sus conocimientos previos.
El proceso de lectura. Una perspectiva interactiva

El modelo interactivo supone una síntesis y una integración de otros enfoques


que a lo largo de la historia han sido elaborados para explicar el proceso de
lectura
El modelo descendente sostiene todo lo contrario: el lector no procede letra a
letra, sino que hace uso de su conocimiento previo y de sus recursos cognitivos
para establecer anticipaciones sobre el contenido del texto, y se fija en éste para
verificarlas.

El proceso de lectura es, también secuencial y jerárquico, pero parte de las


hipótesis y anticipaciones previas, el texto es procesado para su verificación.

El proceso interactivo, no se centra exclusivamente en el texto ni en el lector, si


bien atribuye gran importancia al uso de éste hace de sus conocimientos previos
para la comprensión de la lectura.

El texto genera también expectativas a nivel semántico, de su significado global


(léxico, sintáctico, grafo-fónico)

La perspectiva en que se sitúa este libro asume que para leer es necesario
dominar las habilidades de descodificación y aprender las distintas estrategias
que conducen a la comprensión. Se asume, además, que elector es un
procesador activo del texto y verificación de hipótesis conduciendo a la
construcción de la comprensión del texto y control de esta comprensión.
Predecir, verificar, construir una interpretación

El proceso de lectura y de las predicciones que los lectores expertos vamos


realizando a medida que leemos de su verificación y de otras estrategias que
aplicamos durante su cursi y que conducen a su interpretación.

Un buen ejemplo de que predecimos lo encontramos cuando leemos una novela


policiaca o en textos narrativos. Hacemos predicciones sobre cualquier tipo de
texto y sobre cualquiera de sus componentes. Para realizarlas nos basamos en
la información que nos proporciona el texto, en la que podemos considerar
contextual y en nuestro conocimiento sobre la lectura, los textos y el mundo en
general.
Asumir el control de la propia lectura, regularla, implica tener un objetivo para
ella, así como poder generar hipótesis acerca del contenido que se lee. Mediante
las predicciones, aventuramos lo que puede ocurrir en el texto; gracias a su
verificación, a través de los diversos índices existentes en el texto; gracias a su
verificación, a través de los diversos índices existentes en el texto, podemos
construir una interpretación, lo comprendemos.

Dicho de otro modo, cuando hipotetizamos y vamos leyendo, vamos


comprendiendo, y, si no comprendemos, nos damos cuenta de ello y podemos
emprender las acciones necesarias para resolver la situación.

En el establecimiento de predicciones desempeña un papel importante los


conocimientos previos del lector y sus objetivos de lectura.

El proceso de lectura debe asegurar que el lector comprende el texto, y que


puede ir construyendo una idea acerca de su contenido, extrayendo una idea
acerca de su contenido, extrayendo de él aquello que en función de sus objetivos
le interesa.
La lectura en la escuela
Conseguir que los alumnos aprendan a leer correctamente es uno de los
múltiples retos que la escuela debe afrontar. Es lógico que sea así, puesto que
la adquisición de la lectura es imprescindible para moverse con autonomía en
las sociedades letradas, y provoca una situación de desventaja profunda en las
personas que no lograron ese aprendizaje.

El problema de la enseñanza de la lectura en la escuela no se sitúa a nivel de


método que lo asegura, sino en la conceptualización misma de lo que esta es,
de cómo la valoran los equipos de profesores, del papel que ocupa en el proyecto
curricular del centro (PPC) de los medios que se arbitran para favorecerla, y por
supuesto, de las propuestas metodológicas que se adoptan para enseñarla.
La lectura un objeto de conocimiento

Leer y escribir aparecen como objetivos principales de la educación primaria. Se


espera que los alumnos puedan leer textos adecuados a su edad de forma
autónoma y utilizar los recursos a su alcance para soslayar las dificultades con
que pueden tropezar en esa tare; se espera que tengan preferencias en la
lectura, y que puedan expresar opiniones propias sobre lo leído. Un objetivo
importante en ese tramo de la escolaridad es que los niños aprendan
progresivamente a utilizar la lectura con fines de información y aprendizaje.
La lectura, un medio para la realización de aprendizajes

Podemos considerar que a partir del segundo ciclo de educación primaria la


lectura es, en la escuela, uno de los medios más importantes para la consecución
de nuevos aprendizajes. Ellos no quieren decir que haya dejado de considerarse
necesario insistir en su enseñanza.

La lectura puede seguir dos caminos dentro de la escuela: uno pretende que los
niños y los jóvenes se familiaricen con la literatura y adquieran el habito de la
lectura; mediante el otro, los alumnos deben servirse de ella para acceder a
nuevos conocimientos de aprendizaje en las diversas áreas que conforman el
curriculum escolar.
2
Leer, comprender y aprender
Lectura y comprensión

Se puede comprender porque realiza un importante esfuerzo cognitivo durante


la lectura y conste que eso no ocurre solo con este texto, sino con cualquier otro
que caiga en sus manos. Este esfuerzo es el que permite hablar de la
intervención de un lector activo, que procesa y atribuye el significado a lo que
está escrito en una página.

La última frase requiere un pronunciamiento respecto del proceso mediante el


cual atribuimos significado a lo que leemos (o a lo que oímos o a lo que vemos).
Esa atribución la realizamos a partir de nuestros conocimientos previos, a partir
de los que ya sabemos, de lo que ya formaba parte de nuestro bagaje
experiencial.
El tema de los objetivos que el lector se propone lograr con la lectura es crucial,
porque determina tanto las estrategias responsables de la comprensión como el
control que de forma inconsciente va ejerciendo sobre ella, a medida que lee.

Mientras leemos y comprendemos todo va bien, y no nos damos cuenta de que


estamos no solo leyendo sino además controlando que vamos comprendiendo.

Como el lector podrá deducir, el control de la comprensión es un requisito


esencial para leer eficazmente, puesto que si no nos alertáramos cuando no
entendemos el mensaje de un texto, simplemente no podríamos hacer nada para
compensar esta falta de comprensión, con lo cual la lectura seria improductiva.

Por último, para que alguien pueda implicarse en la actividad que le va a llevar a
comprender un texto escrito, es imprescindible que se encuentre que esta tiene
sentido.

El término motivación es polisémico, por lo que, sin ningún ánimo de


exhaustividad, señalare como lo entiendo en el ámbito de la lectura. Creo que
una actividad de lectura será motivadora para alguien si el contenido conecta
con los intereses de todos los niños respecto de la lectura, y además hacerlos
coincidir con los del profesor. Por otra parte, no hay que olvidar que el interés
también se crea, se suscita y se educa, y que depende en no pocas ocasiones
del entusiasmo y de la presentación que hace el profesor de una determinada
lectura y de las posibilidades que sea capaz de explotar.

Leer es comprender, y comprender es ante todo un proceso de construcción de


significados acerca del texto que pretendemos comprender.
Comprensión lectora y aprendizaje significativo
“Leer para aprender”
Aprender algo equivale a formarse una representación, un modelo propio, de
aquello que se presenta como objeto de aprendizaje; implica poder atribuirle
significado al contenido en cuestión, en un proceso que conduce a una
construcción personal, subjetivo de algo que existe objetivamente.

3
La enseñanza de la lectura

La alfabetización:

Es importante no concebir la alfabetización como el dominio de los


procedimientos de lectura y escritura. Aunque para mucha gente represente
esto, la alfabetización va más allá.

La alfabetización es un proceso a través del cual las personas aprenden a leer y


escribir. El dominio de la lectura y la escritura supone el incremento del dominio
del lenguaje oral, de la conciencia metalingüística y repercute directamente en
los procesos cognitivos implicados en las tareas que afrontamos.

Para entender lo que realmente supone la alfabetización, podemos tomar la


definición de Garton y Pratt (1991): …. Una persona alfabetizada tiene la
capacidad de hablar, leer y escribir con otra persona y el logro de la
alfabetización implica aprender a hablar, leer y escribir de forma competente.

Paulo Freire, gran trabajador para lo que él llamaba la emancipación de las


personas a través de la formación. Destaca su labor con poblaciones analfabetas
y oprimidas. Su larga trayectoria nos deja una grandiosa producción literaria que
nos ayuda a concebir el aprendizaje de la lecto-escritura, pero también de la
educación en general.
Código, conciencia metalingüística y lectura:

Para poder leer, necesitamos conocer el código en el que está escrito el


mensaje. Este código se puede empezar a mostrar a los niños aun cuando éstos
no están capacitados para leer ya que se acostumbrarán a verlo y a interesarse
por él.

Para leer debemos saber descodificar; y aprender a descodificar


significativamente supone aprender las correspondencias que existen entre los
sonidos y los signos, o los conjuntos de signos gráficos que los representan. Este
proceso es difícil.
Una cosa clara referente al aprendizaje de la lectura y la escritura es tener una
buena competencia en el uso comunicativo del lenguaje.

Cuando un niño es capaz de pensar que las palabras escritas son


independientes al objeto que representan, es cuando podemos afirmar que su
conciencia metalingüística se está afianzando. A partir de aquí empezamos a ver
mejoras en la sintaxis, por ejemplo, y empezamos a ver también como se
convierte en un usuario competente del lenguaje.
Enseñanza inicial de la lectura y aprendizaje del código:
Una previa importante a tener en cuenta, y a trabajar con los niños, es que éstos
tengan el convencimiento de que lo escrito transmite un mensaje. Con esta
premisa fomentaremos la motivación para querer entender lo que un mensaje
dice, y esta motivación debe hacerse desde un contexto significativo para el niño.

Freire también señala la importancia de partir de aquello que sea significativo y


motivador para los aprendices, sea lo que sea.

Es importante también tener en cuenta que hay diferentes maneras de enseñar


a leer y escribir. Hay posturas que defienden que hay que aprender el sonido de
cada grafismo para aprender el código (hacerlo de manera individual con cada
letra). Otras, en cambio, parten de la idea de que hay que enseñar a partir de
una frase, tomando su significado como una globalidad (muchos niños,
identifican palabras y pueden “leerlas”, ya que han aprendido de memoria la
combinación de sus letras y la entienden como un todo –un buen ejemplo de ello
sería que pueden identificar donde está escrito su nombre cuando todavía no
saben leer).
4
La enseñanza de estrategias de comprensión lectora
¿Qué es una estrategia? El lugar de las estrategias en la enseñanza de la lectura

Procedimiento y estrategia. El primero alude a una cadena de acciones


necesarias para conseguir una meta. La estrategia, por su parte, es
independiente de un ámbito particular y no prescribe todo el curso de la acción.
Implican no sólo la existencia, sino también la conciencia de un objetivo; también
el autocontrol, es decir, “la supervisión y evaluación del propio comportamiento
en función de los objetivos que lo guían y la posibilidad de imprimirle
modificaciones cuando sea necesario”. Las estrategias estarían en una línea
continua en cuyo polo opuesto tendríamos procedimientos específicos, de
realización automática y no necesitados de planificación ni control. La estrategia
tiene, pues, un carácter metacognitivo, implica conocer el propio conocimiento,
capacidad de pensar y planificar la acción; en definitiva, controlar y regular la
acción inteligente. En su calidad de procedimientos elevados que implican lo
cognitivo y lo metacognitivo, no pueden abordarse como técnicas rígidas e
infalibles, sino como orientaciones para la acción, para representarse los
problemas y orientar, de forma flexible, las soluciones. Si las planteamos así no
sólo enseñaremos a leer, sino que contribuiremos al desarrollo intelectual global
de los estudiantes.
¿Por qué hay que enseñar estrategias?

El papel de las estrategias en la lectura. La comprensión lectora no sólo depende


de la significatividad lógica (coherencia, cohesión, sintaxis, etc.) y psicológica
(“distancia óptima” entre los conocimientos del lector y el contenido del texto).
También son imprescindibles “las estrategias que el lector utiliza para intensificar
la comprensión y el recuerdo de lo que lee, así como para detectar y compensar
los posibles errores o fallos de comprensión”. La mentalidad estratégica implica
una actitud alerta en la evaluación de la consecución del objetivo, lo cual nos
lleva a variar nuestra actuación cuando nos parece necesario. Enseñar
estrategias es enseñar a aprender a aprender.
¿Qué estrategias vamos a enseñar? ¿Cómo podemos enseñarlas?

No se trata de establecer un “listado de estrategias”. Lo que es un medio no


puede convertirse en un fin de la enseñanza. Saber responder a ¿Qué tengo que
leer? ¿Por qué/para qué tengo que leerlo? Activar los conocimientos previos
pertinentes en relación al contenido del texto. ¿Qué sé yo, qué me es útil a la
hora de afrontar esta lectura? ¿Qué otras cosas pueden ayudarme: ¿acerca del
autor, del género, tipo de texto? Búsqueda de la información esencial del texto
en relación al propio objetivo de lectura. Discriminación de la información poco
relevante en relación al objetivo que preside la lectura. Evaluación de la
consistencia del contenido en relación a conocimientos previos y el mismo
“sentido común”: ¿Tiene sentido el texto? ¿Son coherentes las ideas que se
expresan? ¿Se entiende? ¿Se ajusta o no a lo que yo pienso? ¿Parece
argumentar sus ideas?l

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