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Psicología del Desarrollo Humano Mgs.

Mónica Albán García

64

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO HUMANO


NIVEL BÁSICO – II CICLO
AREA DE DESARROLLO HUMANO

Autor: Mgs. Mónica Albán García


malban59@hotmail.com

Versión 01
Fecha: febrero 15 de 2013

Carrera de Trabajo Social y Desarrollo Humano – II Ciclo


Psicología del Desarrollo Humano Mgs. Mónica Albán García

CARRERA DE TRABAJO SOCIAL Y DESARROLLO HUMANO

MISIÓN:

Formar profesionales en Trabajo Social y Desarrollo Humano, con un pensamiento crítico e


identificados con el compromiso ético político de potenciar dinámicas de inclusión social y de
emancipación de desigualdades de personas y grupos históricamente discriminados, a través
del desarrollo de una actitud investigativa y de sólidos conocimientos en la gestión de servicios 64
sociales, la formulación de política pública y la gestión de derechos en territorio.

VISIÓN:
La Carrera se posicionará competitivamente en los escenarios y dinámicas sociales de la
ciudad, la región y el país, logrando ser opción académica de calidad para la formación de
profesionales de pre y post grado, en los ámbitos de la investigación, capacitación y gestión del
desarrollo humano, mediante estrategias y métodos de intervención con enfoque de género,
generacional, interculturalidad y territorialidad, bajo principios de participación ciudadana y
derechos humanos.

Objetivos

General
El estudiante al finalizar el ciclo será capaz de:

Reconocer los diversos factores que influyen en la construcción de la personalidad del ser
humano y en su conducta individual y de grupo, a fin de comprender a los sujetos desde sus
formas particulares de ser, sentir, pensar y hacer.

Específicos
 Identificar los aspectos que estructuran la personalidad
 Reconocer los aportes de las distintas corrientes teóricas que abordan el tema.
 Reconocer las variables y procesos que se relacionan con el desarrollo de conductas
saludables y de trastornos.

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN A LA ASIGNATURA 5

UNIDAD I LA PERSONALIDAD; ELEMENTOS QUE LA CONSTITUYEN 6


64
Introducción a la Unidad 6

Tema 1: Estructura de la Personalidad 7


1.1.- Carácter y Temperamento 7
1.2.- Aspectos que contribuyen en la formación de la personalidad 8
1.3.- Factores endógenos y exógenos de la personalidad 9
Actividad 1 11
Resumen 11
Mapa conceptual 12

Tema 2: El Desarrollo del Yo 12


2.1.- Autoestima, Autoconcepto, Autoimagen y otros “autos” 12
Actividad 2 14
Resumen 15
Mapa conceptual 15

Tema 3: El desarrollo emocional 16


3.1.- El papel de la familia en el desarrollo de las emociones 16
3.2.- Factores que promueven el desarrollo emocional 19
Actividad 3 20
Resumen 20
Mapa conceptual 20
Bibliografía de la unidad 21

UNIDAD II CORRIENTES TEÓRICAS DE LA PERSONALIDAD 22

Introducción a la Unidad 22
Tema 4: La Corriente Psicoanalítica 22
4.1.- Sigmund Freud 22
4.2.- Erik Erikson 31
4.3.- Carl Jung 38
4.4.- Alfred Alder 45
4.5.- Erich Fromm 49
Resumen 54
Mapa conceptual 55

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Tema 5: La Corriente Conductista 56


5.1.- Frederic Skinner 56
5.2.- Albert Bandura 58
Resumen 62
Mapa conceptual 62

Tema 6: La Corriente Humanista 63


6.1.- Abraham Maslow 63
6.2.- Carl Rogers 66
6.3.- Jacob Levi Moreno 70
Resumen 76
Mapa conceptual 77 64
Bibliografía de la unidad 78

UNIDAD 3 CRISIS, TRASTORNOS MENTALES Y TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

Introducción a la Unidad 78
Tema 7: Las Crisis 78
7.1.- Las Crisis Familiares 79
7.2.- Tipos de Crisis 79
Actividad 4 82
Resumen 82
Mapa conceptual 83

Tema 8.- Trastornos mentales 84


8.1.- Psicosis 84
8.1.1.- La Esquizofrenia 84
8.2.- Neurosis 85
8.2.1.- Tipos de Neurosis 86
8.3.- Trastornos Afectivos 89
8.3.1.- Depresión Mayor 89
8.3.2.- Trastorno Bipolar 90
Resumen
Mapa conceptual

Tema 9: Trastornos de la Personalidad 92


9.1.- Trastorno Paranoide 92
9.2.- Trastorno Esquizoide 93
9.3.- Trastorno Esquizotípico 93
9.4.- Trastorno Antisocial 93
9.5.- Trastorno Histriónico 93
9.6.- Trastorno Límite 94
9.7.- Trastorno Narcisista 94
9.8.- Trastorno de Evitación 94
9.9.- Trastorno de Dependencia 94
9.10.- Trastorno Obsesivo-compulsivo 95
Resumen 95
Mapa conceptual 95
Bibliografía de la unidad 96

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UNIDAD IV: FACTORES PSICOSOCIALES DE RIESGO Y PROTECCIÓN 96

Introducción 96
Tema 10: Factores de Riesgo y Protección que inciden en la Salud Mental 97
10.1.- Factores Protectores que influyen favorablemente en la salud mental 97
10.2.- Factores de Riesgo en el desarrollo de problemas de salud mental 99
10.3.- Otros Factores de Riesgo 100
Actividad 5 109
Resumen 109
64
Tema 11: El Rol del Trabajo Social en la salud mental 110
11.1.- El Trabajo Social en la Asistencia Psiquiátrica 110
11.2.- El Rol de la Familia en la Salud Mental 116
Actividad 6 121
Resumen 121
Bibliografía de la unidad 122

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO HUMANO

INTRODUCCIÓN
Estimados estudiantes, ustedes han elegido una carrera que les brinda la posibilidad de
establecer relaciones profundas con el ser humano en todas sus dimensiones. La asignatura de
Psicología del Desarrollo Humano tiene una importancia significativa para el Trabajo Social,
puesto que para la profesión es imprescindible el estudio y la comprensión de la persona
humana, tanto en su estructura interna como en sus relaciones y dinámicas que influyen en su
manera de ser, sentir, actuar y pensar. Para ello es necesario un abordaje complejo, que
comprenda las múltiples dimensiones del ser humano y los diferentes contextos en los que se
desenvuelve.

Les espera un agradable recorrido a través de una formación integral, holística que les permitirá
conocer, observar y analizar al ser humano en todos sus aspectos; familiar, emocional, físico,
espiritual, académico, laboral y social, es decir, todo lo que abarca su ser, estar, tener, querer,
conocer, expresar y sentir.

La Asignatura se ha organizado en cuatro unidades; la primera denominada “La Personalidad,


elementos que la constituyen” con cuatro temas; la segunda unidad: “Corrientes Teóricas de la
Personalidad”, con tres temas. La tercera unidad, denominada “Crisis, Trastornos Mentales y
Trastornos de la Personalidad”, también con tres temas. Y la unidad cuatro: “Factores
Psicosociales de Riesgo y Protección”, con dos temas

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En la primera unidad de estudio, “La Personalidad, elementos que la constituyen”, se darán a


conocer definiciones y características de la estructura de la personalidad, así como los
elementos y dimensiones que ésta abarca.

En la segunda unidad, “Corrientes Teóricas de la Personalidad”, harán un recorrido por las


principales teorías que han dado su aporte al estudio de la personalidad, desde la corriente
Psicoanalítica, pasando por la Conductista y terminando con la corriente Humanista. Esto les
permitirá establecer diferencias entre los distintos paradigmas que explican la personalidad.

La unidad tres, nos acerca al conocimiento de los diferentes trastornos mentales que afectan a
ser humano, comprendiendo y estableciendo diferencias entre lo que es Neurosis, Psicosis,
los distintos tipos de éstas, los trastornos afectivos y los trastornos de la personalidad. 64

Finalmente, la unidad cuatro establece los factores que promueven la salud mental y los que la
ponen en riesgo; además nos remite al importante rol que desempeñan, tanto el Trabajador
Social como la familia, en lo que se refiere a la Salud Mental.

UNIDAD I LA PERSONALIDAD, ELEMENTOS QUE LA CONSTITUYEN.


INTRODUCCIÓN

Los contenidos de esta unidad les permitirán ir comprendiendo los elementos constitutivos de la
identidad, las dimensiones propias del ser humano y las conductas que estos elementos y
dimensiones reflejan en la realidad en la que vive.
Pero ¿qué es esto a lo que llamamos personalidad?

Definición.- Etimológicamente, el término personalidad proviene del griego prosopón y


significa "máscara". W. Alport la define como una organización dinámica en el interior del
individuo, que determinan su conducta y su pensamiento característicos, así como su
adaptación al ambiente. A partir de esta definición podemos inferir lo siguiente:

 Que la personalidad es de naturaleza cambiante.

 Que es algo interno.

 Que no es exclusivamente mental, ni exclusivamente neurológica, sino que su


organización exige el funcionamiento de mente y cuerpo como unidad.

 Que los sistemas psicológicos son tendencias determinantes que dirigen y motivan la
acción.

 Que la conducta y el pensamiento son característicos de cada individuo, y que en ellos


se refleja su adaptación al ambiente, a la vez que son formas de acción sobre él.

La personalidad se desarrolla y cambia a través de la vida, pues es el resultado de la


interacción de la herencia genética y el ambiente del ser humano, por el aprendizaje social y las
experiencias personales. Es la manera habitual en que se comportan las personas, donde
manifiestan sus conductas y experiencias. Es individual y social; individual porque cada persona

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es única e irrepetible y social porque somos conscientes de nuestros actos; vemos como nos
condiciona el entorno y lo construimos.

El individuo no nace con una personalidad determinada, sino con cierta dotación que
condicionará, en parte, su desarrollo posterior. La personalidad se conquista, se hace, se
construye. Las condiciones heredadas se complementan y transforman a través de la
experiencia, el aprendizaje, la educación, el trabajo, la fuerza de voluntad, la convivencia y el
cultivo de la persona.

TEMA 1.- ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD


64
Introducción

En la estructura de toda personalidad se encuentran elementos de origen hereditario y


elementos de origen ambiental.

La herencia proporciona una constitución física y una dotación genética, mediante las cuales se
va a captar el mundo y a responder ante él. El ambiente proporciona elementos de
interpretación, pautas para dar significado a los estímulos, y determinar formas de respuesta.
La influencia simultánea de lo hereditario y lo ambiental a través del tiempo y del espacio, van
dando origen y determinando la personalidad.
Vamos a ver cuáles son estos elementos que estructuran la personalidad:

1.1.- Carácter y Temperamento

La personalidad tiene dos componentes, uno de base genética, denominado temperamento, y


otro llamado carácter, que depende de determinantes sociales y del ambiente del individuo.

Temperamento: Tono o disposición afectiva; es la naturaleza emocional del individuo. Se nace


con él. Tiene que ver con la forma de reaccionar frente a las emociones y cambios de humor.

El término aparece en la teoría Hipocrática. Galeno afirmaba que el predominio de uno de los
humores traía manifestaciones de rasgos psicológicos, desde características emocionales hasta
intelectuales. Para Allport "el temperamento hace referencia al material más primigenio del ser
humano relacionado con aspectos hereditarios de naturaleza emocional, el estado de ánimo
que prevalece en la persona y las fluctuaciones del mismo”. El temperamento entonces
depende del sustrato biológico, y lo utilizamos para hacer referencia a las características
relativamente estables de la conducta que están presentes desde la infancia y tienen una clara
fundamentación biológica, y posiblemente genética.

Carácter: Forma concreta y estable que adquieren en un individuo los rasgos afectivos-
dinámicos heredados. Surge de la convergencia de factores congénitos y adquiridos por
educación y experiencias.

Etimológicamente el término carácter proviene del griego y significa "marca" o "sello" que
distingue inconfundiblemente a una persona. En el mundo griego el concepto carácter suponía
lo que uno debe ser, es decir que cada uno es responsable de su comportamiento, así el
carácter tiene un contenido ético e indica lo distintivo de una persona. Ya en el siglo XIX el
carácter era la suma de los valores permanentes de una persona, mantenía su contenido ético
y quedaba impreso en las elecciones de "lo que se debe hacer", inmerso en un contexto familiar

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y social y determinado por él. Millon nos dice que el carácter alude a aquellas cualidades
personales que representan la adhesión de la persona a los valores y costumbres de la
sociedad.
La importancia del carácter radica en que demuestra los valores que vive la persona, la forma
de tomar y llevar a cabo las decisiones y de conducirse con sus semejantes.

El término carácter en psicología ha adquirido un significado especial añadido a la aceptación


primitiva de marca o sello, como el modo específico de comportamiento del individuo
determinado por sus cualidades morales, lo que incluye un criterio valorativo. Sin embargo,
toda valoración implica un criterio sociocultural, pues lo que para una cultura puede ser valioso
puede no serlo para otra.
64
Otro aspecto de la personalidad son las Actitudes, que son la predisposición que tiene el
individuo a reaccionar frente a determinados objetos o personas; tienen tres elementos:

 Cognitivo: Se refiere a las creencias consistentes del individuo.


 Afectivo: los sentimientos de placer o displacer.
 Conductual: acciones o conductas en sí

1.2.- Aspectos que contribuyen en la formación de la personalidad

1.2.1.- Desarrollo y Maduración

Numerosos autores han examinado el complejo proceso de crecimiento, desarrollo, maduración


y declinación de la personalidad a lo largo del ciclo vital del individuo normal, y óomo influyen
los factores biológicos, psicológicos y socioculturales en los llamados años formativos.

Tres autores importantes proponen:

Freud, se fundó en el estudio del desarrollo psicosexual durante la infancia y la niñez.

Piaget, prestó particularmente atención al desarrollo cognitivo del niño y, como tal, su
contribución puede no considerarse vinculada al estudio global de la personalidad.

Erikson, enfatizó la importancia de las influencias sociales en el desarrollo individual y describió


ocho estados del desarrollo del individuo, con sus respectivos conflictos y tareas.

1.2.2.- Factores Prenatales

Se sabe que el ambiente prenatal (incluye hábitos dietéticos, salud y enfermedad, status
emocional, actitudes, exposición a drogas y radiación), influye favorablemente o no; algunos
estudios sugieren que traumas psicológicos en el feto, o alteraciones del proceso de parto,
pueden tener ulteriores repercusiones en el desarrollo de la personalidad.

1.2.3.- Cultura y Personalidad

Teniendo en cuenta que la cultura se define como un conjunto de normas, valores y pautas de
comportamiento que se traducen en el modo de vida de un grupo, este concepto es un valioso
instrumento para analizar la socialización de la personalidad. En el proceso de culturación, el

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individuo aprende las formas de comportamiento admitidas por su grupo y tiende a adoptar un
tipo de personalidad. La personalidad básica está determinada por las instituciones
primarias (familia, instituciones educacionales) y a su vez determina las instituciones
secundarias (religiones, mitos, ideologías, valores). En resumen, la formación de la
personalidad es inseparable de las condiciones culturales específicas en que se desarrolla.

1.2.4.- Importancia de Factores Clínicos

Su carácter clave en la estructura psicológica del individuo hace que cualquier desorden
emocional o mental afecte y se vea afectado por el funcionamiento de la personalidad.
Finalmente, es evidente que existen un conjunto de desórdenes o trastornos que pueden alterar 64
severamente la homeostasis (equilibrio) del individuo y que requieren un manejo terapéutico.
Las consecuencias de los desórdenes psicopatológicos de la personalidad, entre muchas
son: la disminución o pérdida de la flexibilidad para actuar coherentemente en el plano
interpersonal, la limitada capacidad de enfrentamiento al estrés, la propensión a la ansiedad y a
la descompensación emocional, las dificultades ocupacionales e interpersonales.

1.2.5.- Cambios de la Personalidad

La personalidad no es una entidad estática sino que está sometida o transformaciones. A veces
se describen transformaciones dramáticas de la conducta, atribuidas a sucesos importantes,
pero por lo general, los cambios son graduales y requieren un período más o menos largo de
incubación, y dentro de ciertos límites, determinados por los factores biológicos, el aprendizaje
y otras circunstancias socioculturales. Por ello a pesar, de los cambios, la persona se
experimenta a sí misma como idéntica a lo largo del tiempo. El cambio de la personalidad es un
hecho derivado de las transformaciones fisiológicas y de la experiencia.

Los niños poseen un desarrollo orgánico importante y una maduración psíquica considerable.
La pubertad tiene transformaciones fisiológicas, hormonales y afectivas profundas. La vejez
tiene la experiencia del declive físico, de la enfermedad y de la muerte.

1.3.- Factores endógenos y exógenos de la personalidad

En las páginas anteriores ya hemos hecho referencia a los factores endógenos (internos) de la
personalidad: la herencia, los factores prenatales y los factores clínicos. También hemos
hablado sobre la influencia de la cultura en la personalidad, la cual constituye un factor
exógeno, es decir, externo.

Así podemos hablar de factores internos (endógenos) y externos (exógenos) que presionan a
los elementos dinamizadores de la vida humana a saber:

Factores Endógenos
 La herencia
 Factores prenatales;
 Factores clínicos
Factores Exógenos
 La familia
 La escuela

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 El grupo étnico
 El barrio
 La sociedad global

Los factores externos son los que actúan dinámicamente desde el exterior, integrando el marco
social dentro del cual se desenvuelve su vida; todos los autores coinciden en la decisiva
influencia que tiene el entorno con el ser humano.

1.3.1. La familia

Tiene como responsabilidad entregar al menor su calidez afectiva, la cual se requiere para su
normal desarrollo, así como suministrarle los medios indispensables para encaminarse hacia su 64
plena realización. Los padres son quienes transmiten la vida y con ella contraen la gran
responsabilidad de nutrir y educar a su prole. (Ejemplo de menores indigentes- a falta de
padres, crean entre ellos mismos sus lazos afectivos principales y derivado de su propia
inexperiencia, toman caminos inadecuados).

1.3.2. La escuela

Es en ese lugar donde el menor se reúne por primera vez con otros niños quienes a su vez se
encuentran en un nuevo círculo social fuera de lo ya conocido, es decir de la familia. Al llegar a
este nuevo círculo debe integrarse a un nuevo o nuevos grupos sociales, compartir espacios o
tareas con desconocidos quizá de edades mayores a la suya y viceversa.

El entorno escolar promueve la aparición del grupo porque los jóvenes se asocian para el juego
con grados de participación distintos según el tiempo, y en ella se entrelazan mediante
mecanismos de identificación. (por ejemplo en los equipos deportivos). El aspecto escolar debe
contar con fuertes y cercanos vínculos con el familiar, ya que durante varios años de vida del
menor, será su constante realidad.

1.3.3. El grupo étnico

Ejerce influencia antisocial cuando opera a partir de que alguno de los miembros del grupo
hace de su propia peculiaridad étnica el motivo para ser desechado de otros grupos,
motivándolo al rencor y pudiendo llegar a la conducta delictiva. (por ejemplo en las prisiones y
en las pandillas)

1.3.4. El barrio, la colonia, etc

Constituye el entorno inmediato del hombre, y en él el menor entabla relación con sus vecinos
de edades similares, hijos de las familias de las proximidades, con una duración dependiente
del tiempo de residencia en el lugar.

1.3.5. La Sociedad en general

Las influencias indirectas de la sociedad se reciben a través de la familia, que acusa los
impactos de las contrariedades y las transmite a la prole. La dificultad para procurar el sustento,
debida a la carencia de trabajo o a salarios mal pagados por debajo del mínimo indispensable
para la subsistencia son factores que influyen en el desarrollo y ambiente familiar, generando
una tensión domestica de conflicto y destrucción. Así podemos explicar muchas fugas de niños
y adolescentes.

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Otros canales de influencia son los medios de comunicación, los cuales si bien es cierto han
tenido un avance vertiginoso en las últimas décadas, también han abierto la puerta a nuevas
formas de consumo y a desinformación, tal y como lo vemos en la admiración que despierta en
los menores las mercancías expuestas en internet, las grandes portadas y escaparates, así
como los héroes fantásticos a quienes todos los menores quieres imitar para obtener sino los
poderes especiales, sí esa vida cómoda y resuelta que da el poder de cualquier especie, en
nuestro caso específicamente el económico.

ACTIVIDAD 1: Fundamentos básicos de la Personalidad


Esta actividad tiene por objeto que determines lo que has aprendido sobre la Estructura de 64
la Personalidad. Será enviada como cuestionario a la plataforma.

ACTIVIDAD 1.- Conteste verdadero o falso a los siguientes enunciados:

El término temperamento tiene origen en el griego y significa sello o


Verdadero
marca; es el estilo de vida o el sello personal que se pone de
manifiesto en el comportamiento del individuo. Falso

La personalidad está compuesta por diferentes aspectos, como lo son, Verdadero


el carácter, el temperamento, las actitudes, entre otros.
Falso

El ambiente prenatal (incluye hábitos dietéticos, salud y enfermedad,


Verdadero
status emocional, actitudes, exposición a drogas y radiación), influye
en el desarrollo de la personalidad. Falso

La estructura psicológica del individuo y cualquier desorden emocional


Verdadero
o mental no afecta, ni se ve afectado por el funcionamiento de la
personalidad. Falso

La personalidad engloba las características de singularidad,


individualidad, emociones, sentimientos y sensibilidad que otorgan Verdadero
identidad e imagen especiales a los integrantes de los diversos grupos
sociales. Falso

Los factores biológicos, es decir, nuestra estructura psíquica y la


Verdadero
herencia son el factor más determinante en la formación de la
personalidad. Falso

La personalidad es una estructura rígida, fija y poco cambiante que Verdadero


persiste a través del tiempo y de las situaciones.
Falso

A pesar de los cambios, la persona se experimenta a sí mismo como Verdadero


idéntica a lo largo del tiempo.
Falso

RESUMEN

Hemos concluido en esta primera unidad que la personalidad es algo interno y


de naturaleza cambiante; que no es exclusivamente mental, ni neurológica sino
que su organización exige el funcionamiento de mente y cuerpo como unidad.

Que en la génesis de toda personalidad se encuentran elementos de origen hereditario y


elementos de origen ambiental, que se complementan entre sí.

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Que tiene elementos constitutivos que son el temperamento y el carácter, siendo el


temperamento el sustrato biológico, lo que tiene que ver con las características relativamente
estables de la conducta que están presentes desde la infancia y tienen una clara
fundamentación biológica, y posiblemente genética. Y el carácter alude a aquellas cualidades
personales que representan la adhesión de la persona a los valores y costumbres de la
sociedad.

Que en su constitución participan factores endógenos (internos) que están dados por la
herencia, factores prenatales y factores clínicos. Y además factores exógenos (externos que
constituyen el ambiente en el que el individuo se desenvuelve: la familia, la escuela, el grupo
étnico, el barrio, la sociedad en general. 64

MAPA CONCEPTUAL

TEMA 2: EL DESARROLLO DEL YO

Introducción

Antes de entrar en lo que es su desarrollo, empecemos por definir qué es el YO:


El concepto de yo (y su etimo latino ego) es difícil de definir de buenas a primeras dadas sus
diferentes acepciones. A lo largo de la historia su definición se ha relacionado con otros
términos como psique, ser, alma, conciencia. La aproximación académica hace precisiones
según la disciplina desde la que se enuncie.

En psicología, yo se define como la unidad dinámica que constituye el individuo consciente de


su propia identidad y de su relación con el medio; es, pues, el punto de referencia de todos los
fenómenos físicos, psíquicos y sexuales.

En el desarrollo del yo intervienen algunos elementos psicosociales que coadyuvan a que este
desarrollo sea beneficioso, o por el contrario, perjudicial.

2.1.- Autoestima, Autoconcepto, Autoimagen y otros “autos”

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Son elementos psicosociales que influyen en la salud de las personas, que aunque parecen
definir lo mismo, se encuentran más bien interrelacionados. Están constituidos por elementos
cognitivos, emocionales, conductuales y perceptivos. En cada uno, predomina un elemento,
aunque en mayor o menor medida, están todos presentes

2.1.1.- La autoestima

Está dominada por lo afectivo, son los sentimientos y emociones que experimento hacia mí
mismo y generalmente no atiende a razones ni a la lógica. Es la valoración y aceptación de la
propia manera de ser que se desarrolla desde la infancia, a partir de las experiencias del niño y
de su interacción con los demás. 64

2.1.2.- El autoconcepto

Está dominado por elementos cognitivos, como lo que pienso de mí mismo. Cómo me veo en
todas mis dimensiones (biológicas, psicológicas, sociales, culturales y espirituales).

2.1.3.- La autoimagen

Está dominada por la percepción y sobre todo relacionada con la imagen corporal. Cómo
percibo mi cuerpo, lo que tiene gran importancia en esta cultura psicoestética que vivimos,
sometida a una dictadura de la belleza.

Estos elementos se refieren a la representación mental que la persona hace de sí misma, su


propia imagen, sus conocimientos o creencias, y es el resultado de las relaciones que
establezca con los demás. Su proceso de construcción comienza a partir del registro de todas
las experiencias vividas desde nuestro nacimiento; e incluso ya antes de él, percibimos
sensaciones del exterior, a través de nuestra madre.

Es un proceso de aprendizaje inconsciente, donde otros más o menos cercanos (familia,


escuela, cultura) nos darán la información para responder a la pregunta "quién soy". Afirmar
“yo soy", sin reflexión, me limita a afirmar "quién me dijeron que soy", a lo largo de mi vida.

2.1.4.- La autoeficacia

Es la creencia que tiene cada persona acerca de sus capacidades para alcanzar niveles de
rendimiento en situaciones específicas. La autoeficacia está íntimamente relacionada con la
autoestima, además facilita la autonomía y la toma de decisiones. Pensar. “yo soy capaz de …”
me ayuda a la formulación de metas para mi proyecto de vida.

2.1.5.- Autonomía

Deriva de los vocablos latinos autos (por uno mismo) y nomos (ley) o sea darse alguien sus
propias leyes, sin injerencias extrañas. Esto es, ausencia de dependencia, de lazos y presiones
para ejercitar las ideas, pensamientos o acciones.

La autonomía es la capacidad de los seres humanos de poder tomar decisiones sin


la ayuda del otro.

2.1.6.- El autoconocimiento

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Engloba todo el resto de autos mencionados anteriormente. Es el proceso reflexivo (y su


resultado) por el cual la persona adquiere noción de su yo y de sus propias cualidades y
características. Es entender nuestros sentimientos, conocer nuestras competencias, nuestros
valores y creencias, qué aptitudes y actitudes tenemos.

También incluye detectar cuáles son las conductas que nos dificultan ser felices, es decir,
cuáles son nuestras conductas erróneas. Esto implica gran madurez personal porque
obviamente algunos aspectos de nosotros mismos no nos van a agradar.

El autoconocimiento debe ser un proceso reflexivo para resaltar nuestras cualidades y corregir
los aspectos negativos. También debe ser retrospectivo porque en el pasado de nuestras 64
acciones se encuentra la respuesta a lo que hacemos en el presente.

ACTIVIDAD 2 Aplicación práctica del Autoconocimiento

A través de esta actividad vas a emplear en forma práctica lo aprendido sobre la


Autoestima y la Autoeficacia, aplicándote este pequeño test que será enviado a la
plataforma, como tarea.

Ejercicio 1: ¿Cómo está mi autoestima? .- Escribe una V (verdadero) o una F (falso) en cada
uno de los siguientes ítems, de acuerdo con la forma en la que tú piensas, sientes y actúas
acerca de ti mismo. Trata de ser lo más sincero/a posible.

 Frecuentemente me pregunto ¿por qué no soy feliz?


 Cuando no logro mis metas me siento fracasado/a
 Sospecho cuando otros se portan bien conmigo
 Me parece difícil ver lo bueno de los demás
 Me importa mucho lo que los demás piensan de mí
 Me cuesta reconocer mis errores
 Usualmente no creo las alabanzas de otros hacia mí
 Me es difícil pedir disculpas
 Continuamente pienso: ¿para qué esforzarme si no podré?
 Tiendo a culpar a mis padres por mis resultados en la vida
 Hacer cumplidos a otros por lo que hacen o tienen de bueno, me hace sentir mal
 Me parece muy importante causar buena impresión

Autoevaluación: Suma las respuestas Verdaderas y falsas que obtuviste. Si el 50% o más de
las respuestas fueron Verdaderas, denota que no tienes confianza en tí mismo, y no sabes
apreciar el valor e importancia de tus propios sentimientos y capacidades. Si respondiste Falso
a la mayoría de ítems, pareces tener una buena autoestima, te respetas y estás dispuesto/a a
hacer cambios y a enfrentar los retos de la vida.

Ejercicio 2: ¿Cómo está mi autoeficacia? .- Escriba dos experiencias vividas en los últimos
meses, en las cuales se manifestó su nivel de autoeficacia. Pueden ser positivas o negativas, o
una positiva y una negativa.

Experiencia 1:-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

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Experiencia 2:-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Conteste las dos preguntas para cada experiencia:

 ¿Qué estaba pensando sobre sus propias capacidades y habilidades en el momento de


la experiencia?.

 ¿Cómo influyeron esas creencias para la resolución adecuada o inadecuada de la


autoeficacia
Autoevaluación.- A partir de estas reflexiones, ¿Cuáles creencias mantendría y cuáles
cambiaría? 64

RESUMEN

La Autoestima, el autoconcepto, la autoimagen y los otros “autos”, son


elementos psicosociales que influyen en la salud de las personas. Se
encuentran íntimamente relacionados y están constituidos por elementos
cognitivos, emocionales, conductuales y perceptivos.

Lo que llamamos autoconocimiento, engloba todo el resto de autos mencionados. Es un


proceso reflexivo que nos ayuda a conocer nuestras competencias, nuestros valores y
creencias, nuestras fortalezas y limitaciones, para poder aprovechar y resaltar lo positivo,
desarrollar las habilidades que nos faltan y cambiar los aspectos negativos.

MAPA CONCEPTUAL

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AUTOESTIMA
AUTOIMAGEN

AUTOCONOCI
MIENTO 64

AUTOEFICACIA
AUTONOMÍA

TEMA 3: El desarrollo emocional

Introducción

Para introducirnos en este tema, es preciso primero saber qué son las emociones. Veamos
algunas definiciones:

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan los modos de adaptación de
la persona, a ciertos estímulos.
Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas de
respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria.
Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas
biológicos, incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad del sistema
endocrino, a fin de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo.
Conductualmente, sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, y
nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y nos alejan de otros.

Las emociones forman parte de la vida corriente. "Emoción" designa sentimientos que cada uno
puede reconocer. Se caracterizan por sensaciones más o menos precisas, de placer o
displacer. Las positivas, anticipan acontecimientos agradables; las negativas se asocian con las
experiencias del dolor, el peligro, la culpa, el rencor, los miedos. Las emociones agradables o
desagradables tienen una característica en común y es que no son simplemente cerebrales,
sino que van acompañadas por modificaciones fisiológicas y somáticas. Para hablar de
emociones y compartirlas con aquellos que nos rodean, se las pueden designar con términos
como alegría, felicidad, miedos, ansiedad, rabia, tristeza, depresión, odio, rencor, envidia.

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3.1.- El papel de la familia en el desarrollo de las emociones

Se puede afirmar que la familia es el contexto de desarrollo por excelencia durante los primeros
años de vida de los seres humanos. El más deseable de crianza y educación de niños y niñas y
de adolescentes, ya que es el que mejor puede promover su desarrollo personal, social e
intelectual y además, el que puede protegerlos mejor de diversas situaciones de riesgo.

En nuestra sociedad, los niños reciben la influencia de contextos diferentes a la familia,


influencia que aumenta a medida que crecen, y las interacciones sociales en las que participan
se incrementan en cantidad y complejidad. Así, son muchos los agentes y las instituciones que 64
juegan un papel en el desarrollo de niños y niñas: la familia, los iguales, la escuela, los medios
de comunicación de masas, etc. Para Parke y Buriel (1998), la influencia de estos agentes
durante la mayor parte del desarrollo infantil y adolescente es simultánea e interdependiente.
Sin embargo, a pesar de este reconocimiento, como afirma Maccoby (1992), la familia sigue
siendo el contexto más importante en el que se dirimen las influencias socializadoras. Esto es
debido a que las influencias familiares son las primeras y las más persistentes, y además, a que
las relaciones familiares se caracterizan por una especial intensidad afectiva y capacidad
configuradora sobre las relaciones posteriores fuera de la familia. Así, aunque sus funciones
cambian en las diferentes etapas de la vida, para la mayoría de las personas, la familia de
origen sigue teniendo gran importancia y repercusión a lo largo de su trayectoria vital.
3.1.1.- Dimensiones del sistema familiar relevantes para el desarrollo emocional

Desde la perspectiva sistémica, la familia se considera hoy un sistema complejo, en interacción


continua con otros sistemas, un sistema en constante evolución y con diversas e importantes
funciones en relación al desarrollo de los hijos. Evidentemente, para llegar a entender su papel
en el desarrollo de los hijos es necesario identificar las dimensiones del contexto familiar con
influencia en el desarrollo de los niños y niñas.

3.1.2.- Las relaciones afectivas y los estilos de socialización familiar

En el seno de la familia se establecen desde muy temprano relaciones interpersonales muy


profundas y estables. Para los hijos, el lazo emocional más importante, al menos en la primera
infancia, es el vínculo de apego que el niño establece con una o varias personas del sistema
familiar, principalmente con los padres.

El apego tiene una función adaptativa tanto para el niño como para los padres y el sistema
familiar en conjunto, así como para la supervivencia de la especie. Además, este vínculo
permite desarrollar un sentimiento básico de confianza y seguridad en su relación tal que el niño
se siente tranquilo para aventurarse a explorar el entorno, así como para afrontar las
separaciones breves de sus padres, constituyendo además un prototipo o un modelo interno de
relaciones que guiará las relaciones sociales y afectivas posteriores (López y Ortiz, 1999; Ortiz,
Fuentes y López, 1999).

Aunque la mayoría de los padres desarrollan desde muy pronto un apego profundo con sus
hijos y la mayoría de los hijos desarrollan durante su primer año de vida un fuerte apego hacia
sus padres, el encuentro entre los sentimientos y las formas de relación paternas -intensos y
claros, ambivalentes o incluso rechazadores- y las características de los niños y niñas puede
dar lugar a diferentes tipos de apego.

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Ya hace algunos años, Mary Ainsworth estableció tres diferentes tipos de apego infantil:
seguro, ansioso-ambivalente y evitativo. Investigaciones más recientes (Main y Solomon, 1990)
han descrito otro patrón, el ansioso-desorganizado. Sin embargo, hay que destacar que los
niños suelen establecer apegos múltiples (por ejemplo, con sus abuelos o con sus hermanos),
de gran importancia para la elaboración de sentimientos, procesos de aprendizaje e
identificación y garantía en casos de pérdida de uno de los progenitores (López, 1990).

En los niños con apego seguro se muestra un tipo de interacción recíproca y mutuamente
reforzante. Lo más destacado es que los padres o cuidadores son capaces de interpretar y de
responder adecuadamente a las señales del niño. Los padres de niños con apego ansioso-
ambivalente son afectuosos y se interesan por sus hijos, pero tienen dificultades para 64
interpretar y responder adecuadamente a las señales del niño, actuando de modo incoherente.
El estilo interactivo de los padres de niños evitativos se caracteriza por la irresponsabilidad, la
impaciencia y el rechazo. Por su parte, el apego ansioso-desorganizado se ha encontrado en
niños víctimas de negligencia y maltrato físico o con figuras de apego seriamente deprimidas.

Pero, además de velar por el bienestar físico y emocional de niños y niñas, la tarea de ser
padre o madre conlleva la intervención educativa para modelar, desde edades muy tempranas,
el tipo de conductas y actitudes que se consideran adecuadas para que el desarrollo personal y
social de los hijos se adapte a las normas y valores del entorno social y cultural próximo, lo que
se ha llamado estrategias de socialización.
Esta misión comienza una vez se han establecido los vínculos de apego entre los padres y los
hijos y tiene como uno de sus pilares fundamentales tales relaciones, pero también implica la
adopción por parte de los padres, de comportamientos que suponen normas y restricciones a la
conducta infantil, lo que provoca tensiones que no se dan en las relaciones de apego (Palacios
y Moreno, 1994; Rodrigo y Palacios, 1998; Sorribes y García, 1996).

Los primeros modelos explicativos de la socialización familiar de cierto alcance en psicología


evolutiva tuvieron entre uno de sus objetivos básicos la clasificación de los estilos de crianza y
educación empleados por los padres. Entre todos ellos destaca el formulado por Maccoby y
Martin (1983) quienes realizaron una exhaustiva revisión de las tipologías de estilos de
socialización, cuyo resultado más destacado es que todas ellas basaban su clasificación en la
combinación de dos dimensiones básicas: el afecto y la comunicación existente entre padres e
hijos y el control y las exigencias que se manifiesta en tales relaciones. Las posibles
combinaciones de estas dos dimensiones daban lugar a cuatro estilos educativos: democrático,
autoritario, permisivo o indiferente-negligente.

En el estilo democrático, el mostrar afecto al niño y ser sensible a sus necesidades se


combinan con una cierta firmeza en el mantenimiento de las normas y principios que se
establecen razonadamente con el niño. Los niños gozan de un buen margen de libertad y las
normas existentes, claras y consistentes, se justifican ante ellos, es decir, se utiliza la disciplina
inductiva, por lo que las normas pueden cambiar si hay razones para ello.

Los adultos utilizan mucho el razonamiento y la reflexión sobre las consecuencias que para el
mismo niño o para los demás pueden tener determinados comportamientos. Ante los problemas
de conducta o errores, además de explicar sus consecuencias, se aportan alternativas de
respuesta. Como forma preferente de castigo se usa la retirada de alabanzas o de privilegios.

Los hijos de padres democráticos son los que presentan las características que nuestra cultura
actual (parece que en las culturas asiática y afroamericana los hijos de padres autoritarios son

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los mejor adaptados) considera más deseables, ya que se distinguen por su competencia
social, su madurez, su elevada autoestima y capacidad de autocontrol, su mayor independencia
y su habilidad para posponer la satisfacción inmediata de sus necesidades o apetencias. Los
estudios tanto con niños como con adolescentes determinan que este estilo parental es el más
beneficioso para el desarrollo infantil y el más eficaz desde el punto de vista de la socialización.
Esto parece ser debido a que es más fácil internalizar normas justificadas y razonadas que
aquéllas que son presentadas de modo arbitrario. Esto hace a los niños progresivamente más
responsables, aumentando también el autoconocimiento, la autoestima, la madurez y la
independencia y autonomía de juicios.

En el estilo autoritario, predomina la existencia de abundantes normas y la exigencia de una


disciplina bastante estricta. Las normas no suelen justificarse ni tomar en consideración los 64
puntos de vista o necesidades de los niños, lo que dice bastante del escaso interés por las
necesidades infantiles y por establecer canales comunicativos con ellos, así como de las pobres
expectativas paternas sobre las capacidades madurativas de sus hijos. Así pues, impera la
perspectiva del adulto. La obediencia se obtiene frecuentemente a través de la afirmación de
poder, mediante imposiciones y amenazas, conductas de coerción física y verbal y privaciones.
Las muestras de afecto a los hijos son escasas. Se puede decir que estos padres, al contrario
que los democráticos, se centran más en el control de las conductas indeseables de sus hijos
que en la promoción de las deseables.

Los hijos de padres autoritarios, por su parte, muestran puntuaciones de autoestima más bajas
que las del grupo anterior debido a la escasa retroalimentación positiva de las conductas
positivas; tienden a la introversión, toman escasamente la iniciativa, disponen de escasa
autonomía personal, dependiendo mucho de control externo hasta el punto de tener
manifestaciones impulsivas o agresivas cuando ese control no está presente, con lo que su
conducta parece más controlada desde fuera que desde los principios interiorizados.

Los padres de estilo permisivo se caracterizan por el afecto y el dejar hacer. Existen altos
niveles de comunicación y afecto, creándose una dinámica familiar donde el niño se siente
querido y goza de muy amplias libertades de acción y expresión. Sin embargo, las escasas
normas y demandas madurativas planteadas al niño, así como la pobre supervisión del
cumplimiento de las existentes, basadas en la creencia de que los niños no deben ser
reprimidos en sus impulsos, hacen que los niños encuentren muy pocas exigencias a las que
hacer frente, por lo que no suelen asumir compromisos familiares, escolares ni sociales. Así,
son los padres los que en todo momento tienden a adaptarse al niño o niña, centrando sus
esfuerzos en identificar sus necesidades y preferencias, y en ayudarles a satisfacerlas.

Los hijos de padres permisivos serían alegres, espontáneos, vitales y creativos, dando
muestras sin embargo de inmadurez y dependencia con sus padres; agresividad y dificultades
del control de sus impulsos, para posponer las gratificaciones o persistir en las tareas, así como
falta de competencia social, mostrándose sensibles a la presión por parte de sus compañeros.
Su autoestima y autoconfianza son menores que las de los hijos de padres democráticos.

Por último, los padres encuadrados en el estilo indiferente-negligente son los que
muestran una menor implicación con sus hijos. La expresión de afecto es mínima, así como
también lo es la sensibilidad a las necesidades e intereses del niño, incluso en aspectos
básicos, por lo que esta situación puede llegar al abandono infantil, una de las formas de
maltrato. En la dimensión exigencias y control, lo más frecuente es la ausencia de controles y
normas, pero a veces también pueden mostrar normas o controles excesivos no justificados e
incoherentes y supervisión colérica.

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Finalmente, los hijos de padres negligentes son los que presentan un perfil más problemático,
con valores pobres en identidad, motivación y autoestima, con dificultades en el autocontrol y
en las relaciones con los iguales, manifestando una mayor propensión a los conflictos
personales y sociales debido al escaso respeto a las normas y necesidades de los demás.

En cuanto a los determinantes de los estilos educativos paternos, las investigaciones revelan la
importancia del nivel de estudios y profesional de los padres, de las metas educativas de los
padres y de su propia historia evolutiva, así como de las características de los hijos y de la
configuración familiar, entre otros muchos factores (Ceballos y Rodrigo, 1998; Grusec, 2002;
Palacios, 1999; Palacios y Moreno, 1994).
64
3.2.- Factores que promueven el desarrollo emocional

“El ambiente psicosocial que rodea a las niñas y los niños incide de forma significativa en su
desarrollo integral. Si crecen rodeados de afecto, atención, cuidados, respeto y reconocimiento;
se sentirán amados, aceptados y valorados, su comportamiento tenderá a ser más positivo y
cooperativo, creerán más en sí mismos, se fomentará su autoestima, tolerarán mejor las
frustraciones, afrontarán mejor las dificultades y problemas, desarrollarán mejor su autonomía y
su identidad como personas”.

ACTIVIDAD 3.- El Desarrollo Humano Integral

A continuación los invito a realizar dos lecturas que ilustran la importancia de


realizar investigaciones y programas que promuevan el desarrollo integral de los
niños y la familia en general. Ambos temas son de gran relevancia en el ejercicio
profesional de los Trabajadores Sociales. Las lecturas serán enviadas como
tarea a la plataforma.

Desarrollo humano y aprendizaje: Prácticas de crianza de las madres jefas de hogar.


Universidad de Costa Rica.
http://revista.inie.ucr.ac.cr/uploads/tx_magazine/madres.pdf

Entornos que promueven el desarrollo- convivencia y en paz y armonía con las personas.
Colombia.
http://www.deceroasiempre.gov.co/QuienesSomos/Documents/2.De-Entornos-que-Promueven-
el-Desarrollo-Convivencia-en-Paz-y-Armonia-con-las-Personas-resumen.pdf

Consigna.- Lea detenidamente y elabore un resumen de dos carillas, arial 12, espacio 1½
sobre los datos más importantes de las dos lecturas. Proponga además, ideas de acciones que
se pueden emprender en su comunidad para promover el desarrollo integral de las familias que
las conforman.

RESUMEN

La familia es el principal contexto de desarrollo durante los primeros años de


vida de la mayoría de los niños y niñas. Son muchas y muy importantes sus
funciones en relación a los hijos. La familia, y en concreto, los padres y madres;

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proporcionan a los hijos e hijas alimento, cuidados, protección, afecto, apoyo y cauces para
conocer progresivamente el mundo físico y social en el que viven, todos ellos elementos
fundamentales para su desarrollo. Pero además, los padres también promueven el desarrollo
infantil a través de la organización de los aspectos estructurales y materiales del hogar, de la
planificación de las actividades de sus hijos y de las interacciones que mantienen con ellos.

Así, en el ámbito de las ideas que padres y madres pueden tener sobre cómo se desarrollan
sus hijos e hijas, y de las prácticas de crianza y educación relacionadas con tales cogniciones,
es necesario que se desarrollen programas formativos para las familias, para que éstas
adquieran herramientas que les permitan:

-Tomar conciencia de la importancia de los factores ambientales en el desarrollo y por ello de 64


los estímulos que proporcionen a sus hijos y de las interacciones que mantengan con ellos.
- Tratar a niños y niñas de igual forma, sin discriminaciones sobre sus capacidades.
-Practicar la afectividad en la familia, de modo que los niños se sientan apoyados y confortados
dentro de su familia, lo que les genera un sentimiento de confianza y valía personal.
-Dialogar y negociar con los niños y las niñas, a través de razonamientos acordes a su nivel
evolutivo, para que vayan interiorizando normas y valores de un modo más adecuado que
cuando éstos son simplemente impuestos, sin que ellos los entiendan.

MAPA CONCEPTUAL

EMOCION
ES

DESARROLLO EMOCIONAL

LA FAMILIA COMO FACTOR FUNDAMENTAL DEL


DESARROLLO EMOCIONAL

BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD

Comisión Intersectorial para la Atención Integral de Primera Infancia. Colombia. Entornos que
promueven el desarrollo- convivencia y en paz y armonía con las personas. Recuperado de:

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http://www.deceroasiempre.gov.co/QuienesSomos/Documents/2.De-Entornos-que-Promueven-
el-Desarrollo-Convivencia-en-Paz-y-Armonia-con-las-Personas-resumen.pdf

Gerrig, Richard & Zimbardo, (2005). Psicología y vida. México: Pearson Educación.

Gimeno, A. & Cobos, B. (2000). Comprendiendo cómo somos. Dimensiones de la personalidad.


Colección Crecimiento personal. Bilbao-España: Editorial Desclée de Brouwer.

Instituto de Investigación en Educación. Facultad de Educación, Universidad de Costa Rica


Desarrollo humano y aprendizaje: Prácticas de crianza de las madres jefas de hogar.
Recuperado de http://revista.inie.ucr.ac.cr/uploads/tx_magazine/madres.pdf
64
López, Etxebarria, Fuentes & Ortiz (2003). Desarrollo Afectivo y Social. Madrid: Ed. Pirámide.

Morris, C. y Maisto, A. (2001). Psicología. México: Editorial Pearson Educación.

Muñoz, A. Universidad de Huelva. La familia como contexto de desarrollo infantil. Dimensiones


de análisis relevantes para la intervención educativa y social. Recuperado de:
http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/505/b1518923.pdf?sequence=1

Simanowitz, V. y Pearce, P. (2006). Desarrollo de la Personalidad. B. Aires: Ed.Mc Graw Hill.

UNIDAD II CORRIENTES TEÓRICAS QUE APORTAN AL ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD


Y EL DESARROLLO HUMANO

INTRODUCCIÓN

Ya hemos analizado lo que es la personalidad y los elementos que la conforman, así como los
factores que promueven un desarrollo positivo de la misma. En esta nueva unidad revisaremos
una serie de teorías sobre la personalidad, desde el Psicoanálisis de Sigmund Freud hasta el
Psicodrama de Jaboc Levi Moreno. Incluiremos biografías, términos básicos y conceptos,
métodos de evaluación y terapias, discusiones y anécdotas, así como referencias para material
de lectura adicional. Pero antes, definamos lo que es Teoría:

Una teoría es un modelo de realidad que nos ayuda a comprender, explicar, predecir y controlar
la realidad. En el contexto del estudio de la personalidad, estos modelos son usualmente
verbales. De vez en cuando, alguien aparece con un modelo gráfico, con ilustraciones
simbólicas, o con un modelo matemático, o incluso con un modelo informático. Pero las
palabras constituyen el modelo básico.

Otra definición sostiene que la teoría es una guía para llegar a la práctica. Una teoría es como
un mapa: no es exactamente igual al terreno que describe y desde luego no ofrece todos los
detalles del mismo, pero nos provee de una guía hacia la práctica (y nos brinda algo para
corregir los fallos cuando los cometemos).

Existen tres orientaciones teóricas en el estudio de la personalidad que se mantienen sobre las
otras: La Psicoanalítica, la Conductista y la Humanista.

TEMA 4.- LA CORRIENTE PSICOANALÍTICA

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Es llamada “Primera Corriente” asociándose fundamentalmente con Sigmund Freud, sin


embargo, utilizaremos el vocablo para designar a aquellos que han estado muy influenciados
por la obra de Freud, así como a aquellos que comparten su actitud, a pesar de que puedan
estar en desacuerdo con el resto de sus postulados. Estos autores tienden a creer que las
respuestas se esconden en algún lugar bajo la superficie, esto es, en el inconsciente.

4.1.- Sigmund Freud 1856 -1939

Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en 64


una pequeña localidad de Moravia llamada
Freiberg. Su padre fue un comerciante de lana
con una mente muy aguda y un buen sentido
del humor. Su madre era una mujer activa,
vivaz, segunda esposa del padre de Sigmund y
20 años menor que su marido. Sigmund tuvo
dos medio-hermanos y otros seis hermanos.
Cuando tenía 4 o 5 años, su familia se trasladó
a Viena, donde viviría casi toda su vida.

Freud, un niño brillante, siempre a la cabeza de su clase, ingresó en la escuela de medicina;


una de las pocas opciones para un joven judío en Viena en esos días. Allí, se embarcó en la
investigación bajo la dirección de un profesor de fisiología llamado Ernst Brücke. Freud pasó
muchos años intentando “reducir” la personalidad a la neurología, causa que más tarde
abandonaría.

Consiguió una beca de estudios, primero con el gran psiquiatra Charcot en París y
posteriormente con el que más tarde sería su rival: Bernheim. Ambos científicos estaban
investigando el uso de la hipnosis en los pacientes histéricos.
Después de pasar un breve período de tiempo como residente de neurología y como director de
una guardería infantil en Berlín, Freud se volvió a Viena y se casó con su prometida de años,
Martha Bernays. Allí abrió su consulta de neuropsiquiatría.

Las lecturas y obras de Freud le proporcionaron tanto fama como ostracismo dentro de la
comunidad médica. Se rodeó de un buen número de seguidores que más tarde se convertirían
en el núcleo del movimiento psicoanalítico. Desafortunadamente, Freud tenía una gran
propensión a rechazar a aquellos que no estaban de acuerdo con sus teorías; algunos se
separaron de él de manera amistosa, otros no, estableciendo entonces escuelas de
pensamiento competidoras.

Freud emigró a Inglaterra justo antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando Viena ya no era
un sitio seguro para un judío y más aún de la talla del famoso Freud. Poco más tarde murió de
un cáncer maxilobucal del que había sufrido desde hacía 20 años.

4.1.1.- Teoría

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Freud no inventó exactamente el concepto de mente consciente y mente inconsciente, pero lo


hizo popular. La mente consciente es todo aquello de lo que nos damos cuenta en un
momento particular: las percepciones presentes, memorias, pensamientos, fantasías y
sentimientos. Freud llamó preconsciente, algo que hoy llamaríamos “memoria disponible”: a
aquellos recuerdos que no están disponibles en el momento, pero que somos capaces de traer
a la conciencia.

La parte más grande estaba formada por el inconsciente e incluía todas aquellas cosas que no
son accesibles a nuestra consciencia, incluyendo muchas que se habían originado allí, tales
como nuestros impulsos o instintos, así como otras que no podíamos tolerar en nuestra mente
consciente, tales como las emociones asociadas a los traumas. Según Freud, el inconsciente
es la fuente de nuestras motivaciones, ya sean simples deseos de comida o sexo, 64
compulsiones neuróticas o los motivos de un artista o científico. Además, tenemos una
tendencia a negar o resistir estas motivaciones de su percepción consciente, de manera que
solo son observables de forma disfrazada. Ya volveremos más adelante con esto.

4.1.1.1.- El Ello, el Yo y el Superyo

La realidad psicológica freudiana empieza con el mundo lleno de objetos. Entre ellos, hay
uno especial: el cuerpo. El cuerpo es especial en tanto actúa para sobrevivir y reproducirse y
está guiado a estos fines por sus necesidades (hambre, sed, evitación del dolor y sexo).

Una parte muy importante del cuerpo es el sistema nervioso, y una de sus características más
prevalentes es la sensibilidad que posee ante las necesidades corporales.

En el nacimiento, este sistema es poco más o menos como el de cualquier animal, una “cosa”, o
más bien, el Ello. El sistema nervioso como Ello, traduce las necesidades del cuerpo a fuerzas
motivacionales llamadas pulsiones. Freud también los llamó deseos. Esta traslación de
necesidad a deseo es lo que se ha dado a conocer como proceso primario.

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El Ello tiene el trabajo particular de preservar el principio de placer, el cual puede entenderse
como una demanda de atender de forma inmediata las necesidades. Imagínese por ejemplo a
un bebé hambriento en plena rabieta. No “sabe” lo que quiere, en un sentido adulto, pero “sabe”
que lo quiere…¡ahora mismo!. El bebé, según la concepción freudiana, es puro, o casi puro
Ello. Y el Ello no es más que la representación psíquica de lo biológico.

Pero, aunque el Ello y la necesidad de comida puedan satisfacerse a través de la imagen de un


filete jugoso, al cuerpo no le ocurre lo mismo. A partir de aquí, la necesidad solo se hace más
grande y los deseos se mantienen aún más. Usted se habrá percatado de que cuando no ha
satisfecho una necesidad, como la de comer por ejemplo, ésta empieza a demandar cada vez
más su atención, hasta que llega un momento en que no se puede pensar en otra cosa. Este 64
sería el deseo irrumpiendo en la consciencia.

Menos mal que existe una pequeña porción de la mente a la que nos referimos antes, el
consciente, que está agarrado a la realidad a través de los sentidos. Alrededor de esta
consciencia, algo de lo que era “cosa” se va convirtiendo en Yo en el primer año de vida del
niño. El Yo se apoya en la realidad a través de su consciencia, buscando objetos para satisfacer
los deseos que el Ello ha creado para representar las necesidades orgánicas. Esta actividad de
búsqueda de soluciones es llamada proceso secundario.

El Yo, a diferencia del Ello, funciona de acuerdo con el principio de realidad, el cual estipula
que se “satisfaga una necesidad tan pronto haya un objeto disponible”. Representa la realidad y
hasta cierto punto, la razón.

No obstante, aunque el Yo se las ingenia para mantener contento al Ello (y finalmente al


cuerpo), se encuentra con obstáculos en el mundo externo. En ocasiones se encuentra con
objetos que ayudan a conseguir las metas. Pero el Yo capta y guarda celosamente todas estas
ayudas y obstáculos, especialmente aquellas gratificaciones y castigos que obtiene de los dos
objetos más importantes del mundo de un niño: mamá y papá. Este registro de cosas a evitar y
estrategias para conseguir es lo que se convertirá en Superyo. Esta instancia no se completa
hasta los siete años de edad y en algunas personas nunca se estructurará.

Hay dos aspectos del Superyo: uno es la consciencia, constituida por la internalización de los
castigos y advertencias. El otro es llamado el Ideal del Yo, el cual deriva de las recompensas y
modelos positivos presentados al niño. La consciencia y el Ideal del Yo comunican sus
requerimientos al Yo con sentimientos como el orgullo, la vergüenza y la culpa.

Es como si en la niñez hubiésemos adquirido un nuevo conjunto de necesidades y de deseos


acompañantes, esta vez de naturaleza más social que biológica. Pero, por desgracia, estos
nuevos deseos pueden establecer un conflicto con los deseos del Ello. El Superyo
representaría a la sociedad, y la sociedad pocas veces satisface sus necesidades.

4.1.1.2.- Pulsiones de Vida y Pulsión de Muerte

Freud consideró que todo el comportamiento humano estaba motivado por las pulsiones, las
cuales no son más que las representaciones neurológicas de las necesidades físicas. Al
principio se refirió a ellas como pulsiones de vida. Estas pulsiones perpetúan (a) la vida del
sujeto, motivándole a buscar comida y agua y (b) la vida de la especie, motivándole a buscar

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sexo. La energía motivacional de estas pulsiones de vida, que impulsa nuestro psiquismo, la
llamó libido, a partir del latín significante de “yo deseo”.

La experiencia clínica de Freud le llevó a considerar el sexo como una necesidad mucho más
importante que otras en la dinámica de la psiquis. Somos, después de todo, criaturas sociales y
el sexo es la mayor de las necesidades sociales. Pero, aunque debemos recordar que cuando
Freud hablaba de sexo, hablaba de mucho más que solo el coito, la libido se ha considerado
como la pulsión sexual.

Más tarde en su vida, Freud empezó a creer que las pulsiones de vida no explicaban toda la
historia. Freud empezó a considerar que “debajo” o “a un lado” de las pulsiones de vida había
una pulsión de muerte. Empezó a defender la idea de que cada persona tiene una necesidad 64
inconsciente de morir.

Parece una idea extraña en principio, y desde luego fue rechazada por muchos de sus
estudiantes, pero creemos que tiene cierta base en la experiencia: la vida puede ser un proceso
bastante doloroso y agotador. Para la gran mayoría de las personas existe más dolor que
placer, algo, por cierto, que nos cuesta trabajo admitir. La muerte promete la liberación del
conflicto. Freud se refirió a esto como el principio de Nirvana, tomado del budismo y
usualmente traducida como “Cielo”.

La evidencia cotidiana de la pulsión de muerte y su principio de nirvana está en nuestro deseo


de paz, de escapar a la estimulación, en nuestra atracción por el alcohol y los narcóticos, en
nuestra propensión a actividades de aislamiento, como cuando nos perdemos en un libro o una
película y en nuestra apetencia por el descanso y el sueño. En ocasiones esta pulsión se
representa de forma más directa como el suicidio y los deseos de suicidio. Y en otros
momentos, tal y como Freud decía, en la agresión, crueldad, asesinato y destructividad.

4.1.1.3.- Los Mecanismos de Defensa

El Yo lidia con las exigencias de la realidad, del Ello y del Superyo, lo mejor que puede. Pero
cuando la ansiedad llega ser abrumadora, el Yo debe defenderse a sí mismo. Esto lo hace
bloqueando inconscientemente los impulsos o distorsionándoles, para que sean más
aceptables y menos amenazantes. Estas técnicas constituyen los mecanismos de defensa.

La Negación se refiere al bloqueo de los eventos externos a la consciencia. Si una situación es


demasiado intensa para poder manejarla, simplemente nos negamos a experimentarla. Como
podrían suponer, esta defensa es primitiva y peligrosa (nadie puede desatender la realidad
durante mucho tiempo).

Es usual ver este mecanismo de defensa en los niños cuando son confrontados a situaciones
para las que no están preparados. También he visto personas desmayándose en una autopsia
(personas que niegan la realidad de la muerte de un ser querido) y estudiantes que se olvidan
de buscar las notas de sus exámenes. Todo esto es negación.

La Represión es la imposibilidad de recordar una situación, persona o evento estresante.


Muchos ejemplos abundan en la literatura: Una chica joven, acosada de una culpa importante
por sus fuertes deseos sexuales, tiende a olvidar el nombre de su novio, aun cuando le está
presentando a sus amistades. O alguien que casi se ahoga de pequeño, pero es incapaz de
recordar el evento aunque los demás intenten recordárselo…pero presenta un miedo terrible al

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mar. Ascetismo es la renuncia de las necesidades y la vemos en el trastorno llamado


anorexia. Los pre-adolescentes, cuando se sienten amenazados por sus emergentes deseos
sexuales, pueden protegerse a sí mismos inconscientemente a través de negar no sólo sus
deseos sexuales, sino también todos sus deseos. Así, se embarcan en una vida como si fueran
monjes, con una tendencia ascética donde renuncian a cualquier interés sobre lo que los demás
renuncian.

El Aislamiento consiste en separar la emoción (o el afecto) de un recuerdo doloroso o de un


impulso amenazante. La persona puede reconocer, de forma muy sutil, que ha sido abusada de
pequeña, o puede demostrar una curiosidad intelectual sobre su orientación sexual recién
descubierta. Algo que debe considerarse como importante, sencillamente se trata como si no lo
fuera. 64

En situaciones de emergencia, hay algunas personas que se sienten completamente calmados


hasta que pasa la situación difícil, y es entonces cuando se vienen abajo. Algo te dice que te
mantengas entero mientras dure la emergencia. Es bastante común que nos encontremos con
personas totalmente inmersas en obligaciones sociales alrededor de la muerte de un ser
querido. Los médicos y las enfermeras deben aprender a separar sus reacciones naturales de
su ejercicio profesional cuando están en presencia de pacientes heridos. Muchos adolescentes
se dirigen a ver en masa las películas de terror, e incluso se obsesionan con la cuestión, quizás
para lograr combatir el miedo real.

El Desplazamiento es la “redirección” de un impulso hacia otro blanco que lo sustituya. Por


ejemplo, alguien que odia a su madre puede reprimir ese odio, pero lo desvía hacia, digamos,
las mujeres en general. Alguien que no haya tenido la oportunidad de amar a un ser humano
puede desviar su amor hacia un gato o un perro. Una persona que se siente incómodo con sus
deseos sexuales hacia alguien, puede derivar este deseo a un fetiche. Un hombre frustrado por
sus superiores puede llegar a casa y empezar a pegar al perro o a sus hijos.

La Proyección o desplazamiento hacia fuera, es la tendencia a ver en los demás aquellos


deseos inaceptables para nosotros. En otras palabras; los deseos permanecen en nosotros,
pero no son nuestros. Por ejemplo: Un marido fiel y bueno empieza a sentir atracción por una
vecina guapa y atractiva. En vez de aceptar estos sentimientos, se vuelve cada vez más celoso
con su mujer, a la que cree infiel. O una mujer que empieza a sentir deseos sexuales leves
hacia sus amigas. En lugar de aceptar tales sentimientos, se empieza preocupar cada vez más
por el alto índice de lesbianismo en su barrio.

La Formación reactiva, o “creencia en lo opuesto”, es el cambio de un impulso inaceptable por


su contrario. Así, un niño enfadado con su madre, puede volverse un niño muy preocupado por
ella y demostrarle mucho cariño. O alguien que no acepta un impulso homosexual, puede
repudiar a los homosexuales.

La Introyección, muchas veces llamada identificación, comprende la adquisición o atribución


de características de otra persona como si fueran de uno, puesto que hacerlo, resuelve algunas
dificultades emocionales. Por ejemplo, si se le deja solo a un niño con mucha frecuencia, él
intenta convertirse en “papá” de manera de disminuir sus temores. En ocasiones lo vemos
jugando a con sus muñecos diciéndoles que no deben tener miedo. También podemos observar
cómo los chicos mayores y adolescentes adoran a sus ídolos musicales, pretendiendo ser como
ellos para lograr establecer una identidad.

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Psicología del Desarrollo Humano Mgs. Mónica Albán García

La Regresión constituye una vuelta atrás en el tiempo psicológico cuando uno se enfrenta a un
estrés. Cuando estamos en problemas o estamos atemorizados, nuestros comportamientos se
tornan más infantiles o primitivos. Un niño, por ejemplo, puede empezar a chuparse el dedo
nuevamente o a orinarse cuando nace un hermanito. Un adolescente puede empezar a reírse
descontroladamente en una situación de encuentro social con el sexo opuesto. Un grupo de
personas civilizadas se pueden volver violentas en un momento de amenaza.

La Racionalización es la distorsión cognitiva de los “hechos” para hacerlos menos


amenazantes. Utilizamos esta defensa muy frecuentemente cuando de manera consciente
explicamos nuestros actos con demasiadas excusas.

Todas las defensas son, de hecho, mentiras, pero aun así, Freud consideró que eran 64
necesarias. No podemos esperar que una persona, especialmente un niño, pueda con todo el
dolor y las penas que la vida le depara. Aunque algunos de sus seguidores sugirieron que todas
las defensas podían utilizarse con fines positivos, Freud dijo que solo había una, la sublimación.

La Sublimación es la transformación de un impulso inaceptable, ya sea sexo, rabia, miedo o


cualquier otro, en una forma socialmente aceptable, incluso productiva. Por esta razón, alguien
con impulsos hostiles puede desarrollar actividades como cazar, ser carnicero, jugador de rugby
o fútbol o convertirse en mercenario. Una persona que sufre de gran ansiedad en un mundo
confuso puede volverse un organizado, o una persona de negocios o un científico. Alguien con
impulsos sexuales poderosos puede llegar a ser fotógrafo, artista, novelista. Para Freud, de
hecho, toda actividad creativa positiva era una sublimación, sobre todo de la pulsión sexual.

4.1.1.4.- Los Estadios

Freud observó que en distintas etapas de nuestra vida, diferentes partes de la piel que nos
daban mayor placer. Más tarde, los teóricos llamarían a estas áreas zonas erógenas. Vio que
los infantes obtenían un gran monto de placer a través de chupar, especialmente del pecho. De
hecho, los bebés presentan una gran tendencia a llevarse a la boca todo lo que tienen a su
alrededor. Un poco más tarde en la vida, el niño concentra su atención al placer anal de retener
y expulsar. Alrededor de los tres o cuatro años, el niño descubre el placer de tocarse sus
genitales. Y solo más tarde, en nuestra madurez sexual, experimentamos un gran placer en
nuestras relaciones sexuales. Basándose en estas observaciones, Freud postuló su teoría de
los estadios psicosexuales.

La etapa oral se establece desde el nacimiento hasta alrededor de los 18 meses. El foco del
placer es la boca. Las actividades favoritas del infante son chupar y morder.

La etapa anal se encuentra entre los 18 meses hasta los tres o cuatro años de edad. El foco
del placer es el ano. El goce surge de retener y expulsar.

La etapa fálica va desde los tres o cuatro años hasta los cinco, seis o siete. El foco del placer
se centra en los genitales. La masturbación a estas edades es bastante común.

La etapa de latencia dura desde los seis a siete años de edad hasta la pubertad, más o menos
a los 12 años. Durante este período, Freud supuso que la pulsión sexual se suprimía al servicio
del aprendizaje.

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La etapa genital empieza en la pubertad y representa el resurgimiento de la pulsión sexual en


la adolescencia, dirigida más específicamente hacia las relaciones sexuales.

4.1.1.5.- La crisis Edípica

Cada estadio comprende una serie de tareas difíciles propias de donde surgirán multitud de
problemas. Para la fase oral es el destete; para la anal, el control de esfínteres; para la fálica,
es la crisis edípica, llamada así por la historia griega del rey Edipo, quien inadvertidamente mató
a su padre y se casó con su madre.

Veamos cómo funciona la llamada crisis edípica: El primer objeto de amor de todo niño es la 64
madre. Quiere su atención, su afecto, su cuidado; la quiere y la desea de una manera
ampliamente sexual. No obstante, el niño tiene un rival ante estos deseos, personificado en su
padre. Éste es mayor, más fuerte, más listo y se va a la cama con ella, mientras que el chico es
desplazado a dormir solo en su habitación. El padre es el enemigo.

Ya en el momento en que el niño se da cuenta de esta relación arquetípica, ya se ha percatado


de las diferencias entre niños y niñas, además del pelo largo y los estilos de vestirse. Desde su
punto de vista, la diferencia estriba en que tiene un pene, cosa que no tiene la chica. En este
período de la vida, éste cree que es mejor tener algo que carecer de ello, por lo que se siente
satisfecho y orgulloso de poseerlo.

Pero, aparece la pregunta: ¿y dónde está el pene de la niña?. Quizás lo ha perdido de alguna
forma. Quizás se lo cortaron. ¡Quizás lo mismo me puede pasar a mí! Este es el inicio de la
ansiedad de castración, un nombre utilizado para definir el temor a perder el propio pene.
Volviendo a la historia anterior, el niño, al reconocer la superioridad de su padre y temiendo a su
pene, empieza a poner en práctica algunas de sus defensas yoicas. Desplaza sus impulsos
sexuales por su madre hacia las chicas y posteriormente a las mujeres. Y se identifica con el
agresor, su papá, e intenta parecerse cada vez más a él; esto es, un hombre. Después de unos
años de latencia, entra en la adolescencia y al mundo de la heterosexualidad madura.

La niña también empieza su vida con amor hacia su madre, por lo que se nos presenta el
problema de tener que redirigir sus afectos hacia su padre antes de que tenga lugar el proceso
edípico. Freud responde a esto con la envidia al pene. La niña ha notado también que ante la
diferencia de ambos sexos, ella no puede hacer nada. A ella le gustaría tener un pene también,
así como todo el poder asociado a éste. Mucho más tarde podrá tener un sustituto, como un
bebé. Ella sabe, se necesita de un papá y una mamá para tener un bebé, de manera que gira
su atención y cariño hacia papá.

Pero, papá, por supuesto ya está cogido por alguien. La chica entonces le desplaza por los
chicos y hombres, identificándose con mamá, la mujer que posee al hombre que ella
verdaderamente desea. Debemos observar que hay algo aquí que falta. La niña no sufre por el
poder motivacional de la ansiedad de castración, ya que ella no puede perder lo que nunca ha
tenido. Freud pensó que la falta de este tremendo miedo es lo que provocaba que las mujeres
fuesen menos firmes en su heterosexualidad que los hombres y un poco menos inclinadas
hacia los aspectos morales en general.

4.1.1.6.- Las fijaciones

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Freud creía que las experiencias traumáticas tenían un efecto especialmente fuerte en las
personas, pero aquellos traumas asociados con los estadios de desarrollo por los que todos
pasamos, tendrían mayor consistencia.

Si una persona presenta algún tipo de dificultad en cualquiera de las tareas asociadas con
estas etapas (el destete, el control de esfínteres o la búsqueda de la identidad sexual) tenderá a
retener ciertos hábitos infantiles. A esto se le llama fijación. La fijación provoca que cada
problema de una etapa específica se prolongue considerablemente.

Si, teniendo 18 meses de edad, se encuentra constantemente frustrado en su necesidad de


chupar, ya sea porque mamá está incómoda o incluso es muy ruda con usted, o sencillamente
quiere destetarle demasiado rápido, usted puede desarrollar un carácter oral-pasivo. Una 64
personalidad de este tipo tiende a depender mucho de los demás. Usualmente buscan
“gratificaciones orales” tales como comer, beber y fumar.

Cuando tenemos entre 5 y 8 meses de edad, empezamos la dentición. Una acción que nos
satisface mucho en este período es morder todo lo que esté a nuestro alcance, como por
ejemplo, el pezón de mamá. Si esta acción se corta demasiado rápido, podremos desarrollar
entonces una personalidad oral-agresiva. Esta personas retienen de por vida un deseo de
morder cosas. Tienden a ser verbalmente agresivos, sarcásticos, irónicos y demás.

En el estadio anal estamos fascinados con nuestras “funciones corporales”. Al principio,


podemos hacerlo de cualquier forma y en cualquier lugar. Posteriormente, sin razón aparente
empezamos a comprender que podemos tener control sobre ello, haciéndolo en ciertos lugares
y a ciertas horas. ¡Y los padres parecen valorar mucho el producto final de estos esfuerzos!.
Algunos padres se someten a merced del niño en el entrenamiento del control de esfínteres. Le
piden de rodillas que lo hagan en el váter, se alegran considerablemente cuando lo hacen bién
y se rompe su corazón cuando no lo hacen correctamente. El niño, mientras, es el rey de la
casa, y él lo sabe. Este niño, con esos padres, desarrollará una personalidad anal-expulsiva
(también anal-agresiva). Estas personas tienden a ser sensibleros, desorganizados y
generosos. También pueden ser crueles, destructivos y muy dados al vandalismo y los grafiti.

Otros padres son estrictos. Pueden estar compitiendo con los vecinos a ver cuál de los niños
controla primero los esfínteres. Pueden llegar a usar la humillación o el castigo. Este niño puede
perfectamente sufrir de estreñimiento, tratando de controlarse constantemente y desarrollará de
mayor una personalidad anal-retentiva. Será especialmente pulcro, perfeccionista y dictatorial.
En otras palabras el anal-retentivo está atado por todas partes.

Existen también dos personalidades fálicas, aunque a ninguna de ellas se le ha dado nombre.
Si el niño, por ejemplo, es rechazado en demasía por su madre y además amenazado por su
padre excesivamente varonil, tendrá posiblemente una sensación muy pobre de autovalía en
cuanto a su sexualidad. En este caso, intentaría lidiar con esto o bien declinando cualquier
actividad heterosexual, convirtiéndose en un ratón de biblioteca o llegando a ser el macho de
todas las mujeres. En el caso de una niña rechazada por su padre y amenazada por una
madre excesivamente femenina, también producirá una autoestima muy baja en el área de la
sexualidad.

En otra situación, si un niño es más bien es sobreprotegido por su madre y tiene un padre
pasivo con el que no se identifica, podría desarrollar una opinión de sí mismo bastante grande
(lo cual le remitirá mucho sufrimiento al enfrentarse al mundo real y darse cuenta de que los
demás no le quieren como su madre lo hizo) y parecer afeminado. De la misma manera, si una

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niña es la princesita de papá y su mamá ha sido relegada a una posición casi de sirvienta, la
chica será muy superficial y egocéntrica, o por el contrario muy masculina.

4.1.2.- Terapia

La terapia de Freud ha sido la más influyente de todas, a la vez que la parte más influyente
también de su teoría. A continuación veremos algunos de sus puntos más importantes:

4.1.2.1.- Atmósfera relajada. El cliente debe sentirse libre de expresar lo que quiera. Añada a
este situación un diván cómodo, luces tenues, paredes insonorizadas, y el ámbito está servido.
64
4.1.2.2.- Asociación libre. El cliente puede hablar de cualquier cosa. La teoría dice que con
una buena relajación, los conflictos inconscientes inevitablemente surgirán al exterior. Si nos
detenemos un poco aquí, no hay que ir tan lejos para observar una similitud entre esta terapia y
el soñar. Sin embargo, en la terapia, existe un terapeuta que está entrenado para reconocer
ciertos aspectos o pistas de problemas y sus soluciones que el cliente pasa por alto.

4.1.2.3.- Resistencia. Una de estas pistas es la resistencia. Cuando el cliente intenta cambiar
de tema, o su mente se le queda en blanco, se duerme, llega tarde o falta a una sesión, el
terapeuta dice “¡Ajá!”. Estas resistencias sugieren que el cliente, a través de sus asociaciones
libres, está cercano a contenidos inconscientes que vive como amenazantes.

4.1.2.4.- Análisis de los sueños. Mientras dormimos, presentamos menos resistencia a


nuestro inconsciente y nos permitiremos algunas licencias, de manera simbólica, que florecerán
en nuestra consciencia. Estos deseos del Ello proveen al cliente y al terapeuta de mayores
pistas.

4.1.2.5.- Fallos o desvíos en el discurso verbal. Freud creía que éstos sugerían pistas para
llegar a conflictos inconscientes. De hecho, creía que cualquier cosa que dijera el paciente
siempre significaba algo; equivocarse de número al llamar por teléfono, desviarse de ruta, decir
mal una palabra, suponían serios objetos de estudio para Freud

4.1.2.6.- Transferencia, catarsis e introspección.- La transferencia ocurre cuando un cliente


proyecta sentimientos sobre el terapeuta que más bien tienen que ver con otras personas
importantes.

La catarsis es la explosión súbita y dramática que ocurre cuando el trauma resurge.

La introspección o insight es el estado de alerta ante la fuente de la emoción o de su fuente


traumática. Se alcanza la mayor parte de la terapia cuando el insight y la catarsis se han
experimentado. Freud dijo una vez que el objetivo de la terapia era simplemente “hacer
consciente lo inconsciente”.

4.2.- Erik Erikson


1902-1994

Erik Erikson nación en Frankfurt, Alemania el 15 de junio de 1902. Su


padre biológico fue un danés desconocido que abandonó a su madre justo
cuando nació Erik. Su madre, Karla Abrahamsen, fue una jóven judía que

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le crió sola durante los tres primeros años de la vida de Erik. En este
momento, se casó con el Dr. Theodor Homberger, el pediatra de él y se
mudaron a Karlsruhe en el sur de Alemania.

Al finalizar la secundaria, decidió ser artista. Cuando no asistía a sus clases, vagaba por
Europa. Vivió así mucho tiempo antes de pensar seriamente qué hacer con su vida.
A los 25 años, aplica para maestro en una escuela experimental. Mientras estuvo allí, conoció a
una profesora de danza teatral, con quien se casó y tuvo tres hijos.

Cuando los nazis toman el poder, abandona Viena y se dirige primero a Copenague y luego a
Boston, donde aceptó un trabajo en la Escuela de Medicina de Harvard y practicó psicoanálisis
de niños en su consulta privada. Luego enseñó en Yale y después en la Universidad de 64
California en Berkeley.

En 1950 escribe “Childhood and Society”, libro que contenía artículos de sus estudios de las
tribus americanas, análisis de Máximo Gorky y Adolfo Hitler, así como una discusión de la
“personalidad americana y las bases argumentales de su versión sobre la teoría freudiana. Su
obra “La Verdad de Ghandi”, obtuvo el premio Pulitzer y el Premio Nacional del Libro.

En 1950 abandona Berkeley y pasa 10 años trabajando y enseñando en una clínica de


Massachussets y posteriormente regresa a Harvard por 10 años más. Se jubiló en 1970, pero
no dejó de escribir e investigar durante el resto de su vida. Muere en 1994.

4.2.1.- Teoría

Erikson acepta las ideas de Freud como básicamente correctas, incluyendo aquellas debatibles
como el complejo de Edipo, no obstante, está bastante más orientado hacia la sociedad y la
cultura. Prácticamente, desplaza en sus teorías a los instintos y al inconsciente.

Las ocho fases del desarrollo de Erikson

Crisis Relaciones
Virtudes psico- Maladaptaciones y
Estadio (edad) psico- significati- Modalidades psicosociales
sociales Malignidades
social vas
1 (0-1) Confianza vs. Distorsión sensorial y
Madre Coger y dar en respuesta Esperanza, fe
infante desconfianza Desvanecimiento
Autonomía
2 (2-3) Voluntad, Impulsividad y
vs. vergüenza y Padres Mantener y dejar ir
bebé determinación Compulsión
duda
3 (3-6) Iniciativa vs. Propósito, Crueldad y
Familia Ir más allá jugar
preescolar culpa coraje Inhibición
4 (7-12) Laboriosidad Vecindario y Completar Virtuosidad unilateral e
Competencia
escolar vs. inferioridad escuela Hacer cosas juntos Inercia
Identidad yoica
Grupos, Ser uno mismo. Fidelidad, Fanatismo y
5 (12-18 o más) vs. confusión de
Modelos de roles Compartir ser uno mismo lealtad Repudio
adolescencia roles
6 (los 20’s) Intimidad vs. Colegas, Perderse y hallarse a uno mismo Amor Promiscuidad y

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adulto joven aislamiento amigos en otro Exclusividad


Hogar,
7 (20’s tardíos a 50’s) Generabilidad Lograr ser
Compañeros de Cuidado Sobrextensión y Rechazo
adulto medio vs. autoabsorción Cuidar de
trabajo
8 (50 en adelante) Integridad vs. Los humanos o los Ser, a través de haber sido. Presunción y
Sabiduría
adulto mayor desesperación “míos” Enfrentar el no ser Desesperanza

Estadio I

El primer estadio, el de infancia o etapa sensorio-oral comprende el primer año o primero y


medio de vida. La tarea consiste en desarrollar la confianza sin eliminar completamente la
64
capacidad para desconfiar.

Si papá y mamá proveen al recién nacido de un grado de familiaridad, consistencia y


continuidad, el niño desarrollará un sentimiento de que el mundo, especialmente el mundo
social, es un lugar seguro para estar; que las personas son de fiar y amorosas. Si los padres
son desconfiados e inadecuados en su proceder; si rechazan o hacen daño al infante; si otros
intereses provocan que ambos padres se alejen y no satisfagan sus necesidades, el niño
desarrollará desconfianza. Será una persona aprensiva y suspicaz con respecto a los demás.
Esto no quiere decir que los padres tengan que ser los mejores del mundo. De hecho, aquellos
que son sobreprotectores; que están ahí tan pronto el niño llora, le llevarán a desarrollar una
tendencia maladaptativa que Erikson llama desajuste sensorial, siendo excesivamente
confiado, incluso crédulo. Aunque peor es la tendencia que se inclina hacia el otro lado: el de la
desconfianza. Estos niños desarrollarán la tendencia maligna de desvanecimiento o caída.
Si se logra un equilibrio, el niño desarrollará la virtud de esperanza, una fuerte creencia en la
que se considera que siempre habrá una solución al final del camino, a pesar de que las cosas
vayan mal. Uno de los signos que nos indican si el niño va bien en este primer estadio es si
puede ser capaz de esperar por la respuesta de satisfacción ante una necesidad. Esta es la
misma habilidad que utilizaremos después ante situaciones de desilusión como en el amor, en
la profesión y muchos otros dominios de la vida.

Estadio II

El segundo estadio es alrededor de los 18 meses hasta los 3-4 años de edad. La tarea
primordial es la de alcanzar un cierto grado de autonomía, aun conservando un toque de
vergüenza y duda.

Si papá y mamá (y otros cuidadores) permiten que el niño explore y manipule su medio,
desarrollará un sentido de autonomía o independencia. Los padres no deben desalentarle ni
empujarle demasiado. Se requiere un equilibrio. Si no lo dejan explorar y ser independiente, es
bastante fácil que el niño desarrolle un sentido de vergüenza y duda, asumiendo que no puede
hacer las cosas por sí mismo.

Igualmente, si le damos libertad sin restricciones con ausencia de límites, o le ayudamos a


hacer lo que él podría hacer solo, también le estamos diciendo que no es lo suficientemente
bueno. Si no podemos ser pacientes para esperar a que el niño se ate los cordones de sus
zapatos, nunca aprenderá a atárselos, asumiendo que es demasiado difícil para aprenderlo. No
obstante, un poco de vergüenza y duda no solo es inevitable, sino que incluso es bueno. Sin
ello, se desarrollará lo que Erikson llama impulsividad, que más tarde se manifestará como
lanzarse a situaciones sin considerar los límites y los atropellos que esto puede causar.

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Peor aún es demasiada vergüenza y duda, lo que llevará al niño a desarrollar lo que Erikson
llama compulsividad. La persona compulsiva siente que está sobreenvuelto en las tareas que
hace y por tanto todo debe hacerse correctamente. El seguir las reglas de una forma precisa,
evita que se equivoque, y debe evitar cualquier error a cualquier precio.

Si logramos un equilibrio apropiado entre la autonomía y la vergüenza y la culpa, el niño


desarrollará la virtud de una voluntad poderosa o determinación. Si preservamos ese “puedo
hacerlo” (con una apropiada modestia, para equilibrar) seremos mucho mejores como adultos.

Estadio III
64
Este es el estadio genital-locomotor o la edad del juego. Desde los 3-4 hasta los 5-6 años, la
tarea fundamental es la de aprender la iniciativa sin una culpa exagerada.

La iniciativa sugiere una respuesta positiva ante los retos del mundo, asumiendo
responsabilidades, aprendiendo nuevas habilidades y sintiéndose útil. Los padres pueden
animar a sus hijos a que lleven a cabo sus ideas por sí mismos. Alentar su fantasía, curiosidad
e imaginación. Esta es la época del juego, no de la educación formal. Ahora el niño puede
imaginarse, como nunca antes, una situación futura, una que no es la realidad actual. La
iniciativa es el intento de hacer real lo irreal.

Pero si el niño puede imaginar un futuro, si puede jugar, también será responsable…y culpable.
Si mi hijo de dos años tira mi reloj al inodoro, puedo asumir que no hubo mala intención, solo
era una cosa dando vueltas y vueltas hasta desaparecer. ¡Qué divertido!. ¡Pero si mi hija de
cinco años lo hace…bueno, ya no sería lo mismo porque a esa edad ya tiene la capacidad para
establecer juicios morales.

Demasiado iniciativa y muy poca culpa significa una tendencia maladaptativa que Erikson llama
crueldad. La persona cruel tiene sus planes, ya sea en materia de escuela, romance o política.
El único problema es que no toma en cuenta a quién tiene que pisar para lograr su objetivo. Los
sentimientos de culpa son para los débiles. La forma extrema de la crueldad es la sociopatía.

La otra malignidad en esta etapa es la de la culpa exagerada, a la cual Erikson llama


inhibición. La persona inhibida no probará cosa alguna, ya que “si no hay aventura, nada se
pierde” y no hará nada de lo que pueda sentirse culpable. Desde el punto de vista sexual,
edípico, la persona culposa puede ser impotente o frígida.

Un buen equilibrio llevará al sujeto a la virtud psicosocial del propósito. El sentido del propósito
es la capacidad para la acción a pesar de conocer claramente nuestras limitaciones y los fallos
anteriores.

Estadio IV

Esta etapa corresponde a la de latencia, o aquella comprendida entre los 6 y 12 años de edad
del niño escolar. La tarea principal es desarrollar una capacidad de laboriosidad. Los niños
deben “domesticar su imaginación” y dedicarse a la educación y a aprender las habilidades
necesarias para cumplir las exigencias de la sociedad. Los niños deben aprender que no
solamente existe placer en concebir un plan, sino también en llevarlo a cabo. Deben aprender lo
que es el sentimiento del éxito, ya sea en el patio o el aula; ya sea académica o socialmente.

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Una buena forma de percibir las diferencias entre un niño en el tercer estadio y otro del cuarto
es sentarse a ver cómo juegan. Los niños de cuatro años pueden querer jugar, pero solo tienen
conocimientos vagos de las reglas e incluso las cambian varias veces a todo lo largo del juego
escogido. No soportan que se termine el juego, como no sea tirándoles las piezas a su
oponente. Un niño de siete años, sin embargo, está dedicado a las reglas, las consideran algo
mucho más sagrado e incluso puede enfadarse si no se permite que el juego llegue a una
conclusión estipulada.

Si el niño no logra mucho éxito, debido a maestros muy rígidos, desarrollará entonces un
sentimiento de inferioridad o incompetencia. Otras fuentes de inferioridad, según Erikson, son el
racismo, sexismo y cualquier otra forma de discriminación. Si un niño cree que el éxito se logra
en virtud de quién es en vez de cuán fuerte puede trabajar, entonces ¿para qué intentarlo?. 64

Una actitud demasiado laboriosa puede llevar a la tendencia maladaptativa de virtuosidad


dirigida. Esto lo vemos en niños a los que no se les permite “ser niños”; aquellos cuyos padres
o profesores empujan en un área de competencia, sin permitir el desarrollo de otros intereses.
Estos son los niños sin vida infantil: niños actores, atletas, músicos, niños prodigio en definitiva.
Sin embargo, la malignidad más común es la llamada inercia. Esto incluye a todos aquellos de
nosotros que poseemos un “complejo de inferioridad”. Si a la primera no logramos el éxito, ¡no
volvamos a intentarlo!. Por ejemplo, a muchos de nosotros no nos ha ido bien en matemáticas,
entonces nos morimos antes de asistir a otra clase de matemáticas. Otros fueron humillados en
el gimnasio, entonces nunca harán ningún deporte. Otros nunca desarrollaron habilidades
sociales, entonces nunca saldrán a la vida pública. Se vuelven seres inertes.

Lo ideal sería un equilibrio entre la laboriosidad y la inferioridad; esto es, ser principalmente
laboriosos con un cierto toque de inferioridad que nos mantenga sensiblemente humildes.
Entonces tendremos la virtud llamada competencia.

Estadio V

Es la etapa de la adolescencia, empezando en la pubertad y finalizando alrededor de los 18-20


años. (Actualmente, debido a una serie de factores psicosociales, esta etapa se prolonga más
allá de los 20, incluso hasta los 25 años) La tarea primordial es lograr la identidad del Yo y
evitar la confusión de roles. Esta fue la etapa que más interesó a Erikson y los patrones
observados en los chicos de esta edad constituyeron las bases a partir de la cuales el autor
desarrollaría todas las otras etapas.

La identidad yoica significa saber quiénes somos y cómo encajamos en la sociedad. Exige que
tomemos todo lo que hemos aprendido acerca de la vida y de nosotros mismos y lo moldeemos
en una autoimagen unificada, una que nuestra comunidad acepte. Esto se facilita cuando el
adolescente cuenta con buenos modelos de roles adultos y líneas abiertas de comunicación.

Además, la sociedad debe proveer también unos ritos de paso definidos, es decir, ciertas
tareas y rituales que ayuden a distinguir al adulto del niño. En las culturas tradicionales y
primitivas, se insta al adolescente a abandonar el poblado por un de tiempo determinado con el
objeto de sobrevivir por sí mismo, cazar algún animal simbólico o buscar una visión inspiradora.
De una forma o de otra, la diferencia entre ese periodo de irresponsabilidad de la infancia y ese
otro de responsabilidad propia del adulto se establece de forma clara.

Sin estos límites, nos embarcamos en una confusión de roles, lo que significa que no sabremos
cuál es nuestro lugar en la sociedad y en el mundo. Erikson dice que cuando un adolescente

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pasa por una confusión de roles, está sufriendo una crisis de identidad. De hecho, una pregunta
muy común de los adolescentes en nuestra sociedad es “¿Quién soy?”.

Cuando tenemos demasiado “identidad yoica”, no queda espacio suficiente para la tolerancia.
Erikson llama a esta tendencia maladaptativa fanatismo. Un fanático cree que su forma es la
única que existe. Por descontado está que los adolescentes son conocidos por su idealismo y
por su tendencia a ver las cosas en blanco o negro. Éstos envuelven a otros alrededor de ellos,
promocionando sus estilos de vida y creencias sin importarles el derecho de los demás a estar
en desacuerdo.

La falta de identidad es bastante más problemática, y Erikson se refiere a esta tendencia como
repudio. Estas personas repudian su membresía en el mundo adulto e incluso repudian su 64
necesidad de una identidad. Algunos adolescentes se permiten a sí mismos la “fusión” con un
grupo, especialmente aquel que le pueda dar ciertos rasgos de identidad: sectas religiosas,
organizaciones militaristas, pandillas. Pueden embarcarse en actividades destructivas como la
ingesta de drogas, alcohol o incluso adentrarse seriamente en sus propias fantasías psicóticas.
Después de todo, ser “malo” o ser “nadie” es mejor que no saber quién soy.

Si logramos negociar con éxito esta etapa, tendremos la virtud que Erikson llama fidelidad. La
fidelidad implica lealtad, o la habilidad para vivir de acuerdo con los estándares de la sociedad a
pesar de sus imperfecciones, faltas e inconsistencias. Esta fidelidad se establece cuando
hemos hallado un lugar para nosotros dentro de la sociedad, un lugar que nos permitirá
contribuir a su estabilidad y desarrollo.

Estadio VI

Si hemos podido llegar esta fase, nos encontramos entonces en la etapa de la adultez joven, la
cual dura entre 18 años hasta los 30 aproximadamente. La tarea principal es lograr un cierto
grado de intimidad, actitud opuesta a mantenerse en aislamiento.

La intimidad supone la posibilidad de estar cerca de otros, como amantes, amigos; como un
partícipe de la sociedad. Ya que posees un sentimiento de saber quién eres, no tienes miedo a
“perderte” a ti mismo, como presentan muchos adolescentes. El “miedo al compromiso” que
algunas personas parecen presentar es un buen ejemplo de inmadurez en este estadio.
Muchas personas enlentecen o postergan el proceso progresivo de sus relaciones
interpersonales. “Me casaré (o tendré una familia, o me embarcaré en algún tema social) tan
pronto acabe la universidad; tan pronto tenga un trabajo; cuando tenga una casa …

El joven adulto ya no tiene que probarse a sí mismo. Una relación de pareja adolescente sí
busca un establecimiento de identidad a través de la relación. “¿Quién soy?. Soy su novio”. La
relación de adultos jóvenes debe ser una cuestión de dos egos independientes que quieren
crear algo más extenso que ellos mismos.

La tendencia maladaptativa que Erikson llama promiscuidad, se refiere a volverse demasiado


abierto, sin ninguna profundidad o respeto por tu intimidad. Esta tendencia se puede dar tanto
con un amante, como con amigos, compañeros y vecinos.

La exclusión es la tendencia opuesta. La persona se aísla de sus seres queridos o parejas,


amigos y vecinos, desarrollando como compensación un sentimiento constante de cierta rabia o
irritabilidad que le sirve de compañía.

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Si atravesamos con éxito esta etapa, alcanzaremos esa virtud o fuerza psicosocial que Erikson
llama amor. Incluye no solamente el amor que compartimos en un buen matrimonio, sino
también el amor entre amigos y el amor de mi vecino, compañero de trabajo y compatriota.

Estadio VII

Este estadio corresponde al de la adultez media. Es muy difícil establecer el rango de edades,
pero incluiría aquel periodo dedicado a la crianza de los niños. Para la mayoría de las personas
de nuestra sociedad, estaríamos hablando de un período comprendido entre los 20 y pico y los
50 y tantos. La tarea fundamental aquí es lograr un equilibrio apropiado entre la productividad
y el estancamiento.
64
La productividad es el amor hacia el futuro. Tiene que ver con la preocupación sobre la
siguiente generación y todas las demás futuras. Por tanto, es bastante menos “egoísta” que la
intimidad de los estadios previos: la intimidad o el amor entre amantes o amigos, es un amor
entre iguales y necesariamente es recíproco. Con la productividad, no estamos esperando, al
menos no implícitamente, una reciprocidad en el acto. Pocos padres esperan un “pago” de sus
hijos.

Aunque la mayoría de las personas ponen en práctica la productividad teniendo y criando los
hijos, existen otras maneras también. Erikson considera que la enseñanza, la escritura, la
inventiva, las ciencias y las artes, el activismo social complementan la tarea de productividad.

Aquí puede presentarse la tendencia maladaptativa que Erikson llama sobrextensión. Algunas
personas tratan de ser tan productivas que llega un momento en que no se pueden permitir
nada de tiempo para sí mismos, para relajarse y descansar. Al final, estas personas tampoco
logran contribuir algo a la sociedad. Estoy seguro de que todos ustedes conocerán a alguien
inmerso en un sinnúmero de actividades o causas, clases, trabajos y al final, no tienen ni
siquiera tiempo para hacer ninguna de estas actividades.

Más obvia todavía resulta la tendencia maligna de rechazo, lo que supone muy poca
productividad y bastante estancamiento, lo que produce una mínima participación o contribución
a la sociedad. La persona estancada deja de ser un miembro productivo de la sociedad.

Esta es la etapa de la “crisis de la mediana edad”. En ocasiones los hombres y mujeres se


preguntan esa interrogante tan terrible y vasta de “¿Qué estoy haciendo aquí?” Debido al
pánico a envejecer y a no haber logrado las metas ideales que tuvieron cuando jóvenes, tratan
de “recapturar” su juventud. El ejemplo más evidente se percibe en los hombres. Dejan a sus
sufrientes esposas, abandonan sus tediosos trabajos, se compran ropa de última moda y
empiezan a acudir bares de solteros. Evidentemente, rara vez encuentran lo que andan
buscando porque sencillamente están buscando algo equivocado. (Un buen ejemplo lo
constituye el papel interpretado por Kevin Spacey en la famosa en la película “American
Beauty”) Pero si atravesamos esta etapa con éxito. Desarrollaremos una capacidad importante
para cuidar que nos servirá a lo largo del resto de nuestra vida.

Estadio VIII

Esta última etapa, la delicada adultez tardía o madurez, o la llamada de forma más directa y
menos suave edad de la vejez, empieza alrededor de la jubilación, después que los hijos se han
ido; digamos más o menos alrededor de los 60 años.

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La tarea primordial aquí es lograr una integridad yoica con un mínimo de desesperanza. Esta
etapa parece ser la más difícil de todas. Primero ocurre un distanciamiento social, desde un
sentimiento de inutilidad; todo esto evidentemente en el marco de nuestra sociedad. Algunos se
jubilan de trabajos que han tenido durante muchos años; otros perciben que su tarea como
padres ya ha finalizado y la mayoría creen que sus aportes ya no son necesarios.

Además existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no responde como
antes. Las mujeres pasan por la menopausia, algunas de forma dramática. Los hombres creen
que ya “no dan la talla”. Surgen enfermedades de la vejez como artritis, diabetes, problemas
cardíacos, problemas relacionados con el pecho y ovarios y cánceres de próstata. Empiezan los
miedos a cuestiones que uno no había temido nunca, como por ejemplo a un proceso gripal o
simplemente a caerse. 64

Junto a las enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la muerte. Los amigos
mueren; los familiares también. La esposa muere. Es inevitable que también a uno le toque su
turno. Al enfrentarnos a toda esta situación, parece que todos debemos sentirnos
desesperanzados.

Como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a preocupar con el


pasado. Después de todo, allí las cosas eran mejores. Algunos se preocupan por sus fallos;
esas malas decisiones que se tomaron y se quejan de que no tienen ni el tiempo ni la energía
para revertirlas. Vemos entonces que algunos ancianos se deprimen, se vuelven resentidos,
paranoides, hipocondríacos o desarrollan patrones comportamentales de senilidad con o sin
explicación biológica.

La integridad yoica significa llegar a los términos de tu vida, siendo capaz de mirar atrás y
aceptar el curso de los eventos pasados, las decisiones tomadas; tu vida tal y como la viviste.
Todos hemos cometido errores, alguno de ellos bastante graves; si bien no seríamos lo que
somos si no los hubiéramos cometidos.

La tendencia maladaptativa del estadio 8 es la presunción. Ocurre cuando la persona


“presume” de una integridad yoica sin afrontar las dificultades de la senectud. La otra tendencia
maligna es la llamada desdén. Erikson la define como un desacato a la vida, tanto propia como
la de los demás.

La persona que afronta la muerte sin miedo tiene la virtud que Erikson llama sabiduría.
Considera que este es un regalo para los hijos, dado que “los niños sanos no temerán a la vida
si sus mayores tienen la suficiente integridad para no temer a la muerte”.

4.3.- Carl Jung


1875-1961

Nació el 26 de julio de 1875 en Kessewil, una pequeña localidad de Suiza. Su


padre, Paul Jung, fue un clérigo rural y su madre fue Emilie Preiswerk Jung. El
niño Carl creció rodeado de una familia muy educada y extensa que incluía a
unos cuantos clérigos y algunos excéntricos también.

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El padre inició a Carl en el latín a la edad de 6 años. Además de leer la mayoría de las lenguas
modernas del occidente europeo, Jung también leía varias otras lenguas antiguas como el
sánscrito (el lenguaje original de los libros sagrados hindúes).

Carl era un chico solitario en su adolescencia, no le importaba mucho el colegio y no soportaba


la competición. Acudió a un colegio interno en Basel, Suiza, donde se encontró frontalmente
con los celos de sus compañeros. Empezó a utilizar la enfermedad como excusa, desarrollando
una tendencia avergonzante a desmayarse cuando estaba sometido a una gran presión.

Aunque su primera elección de carrera fue la arqueología, se decidió por la medicina en la


Universidad de Basel, y luego estudió psiquiatría. Ya graduado, se estableció en el Hospital
Mental de Burghoeltzli en Zurich. 64

En 1903, se casa con Emma Rauschenbach. En aquel tiempo, también dedicó parte de su
tiempo a dar clases en la Universidad de Zurich y mantenía una consulta privada. Fue aquí
donde inventó la asociación de palabras.

Siendo un gran admirador de Freud, por fin le conoció en Viena en 1907. Dice la historia que
después de conocerle, Freud canceló todas sus citas del día, para continuar una conversación
que duraría 13 horas continuas. ¡Tal fue el impacto de este encuentro entre estas dos mentes
privilegiadas!. Eventualmente, Freud consideró a Jung como el príncipe de la corona del
psicoanálisis y su mano derecha.

Pero Jung nunca se apoyó totalmente en la teoría freudiana. Su relación empezó a enfriarse en
1909, durante un viaje a América. En este viaje, ambos se entretenían analizándose los sueños
de cada uno (aparentemente de manera más desenfadada que seria), cuando en un momento
determinado Freud demostró una excesiva resistencia a los esfuerzos de análisis de Jung.
Finalmente, Freud le dijo que debían parar, ya que él se sentía con temor a perder su autoridad.
Evidentemente, Jung se sintió insultado.

La Primera Guerra Mundial fue un periodo especialmente doloroso de auto-exámen para Jung.
Sin embargo, era solo el principio de una de las teorías de la personalidad más interesantes
que el mundo haya visto. Después de la guerra, Jung viajó mucho, a África América y la India.
Se jubiló en 1946, retrayéndose de la vida pública a partir de este momento hasta la muerte de
su esposa en 1955. Jung murió el 6 de junio de 1961 en Zurich.

4.3.1.- Teoría

La teoría de Jung divide la psique en tres partes. La primera es el Yo, el cual se identifica con la
mente consciente. Relacionado cercanamente se encuentra el inconsciente personal, que
incluye cualquier cosa que no esté presente en la consciencia, pero que no está exenta de
estarlo. El inconsciente personal incluye las memorias que podemos atraer rápidamente a
nuestra consciencia y aquellos recuerdos que han sido reprimidos por cualquier razón. La
diferencia estriba en que no contiene a los instintos, como Freud planteaba.

4.3.1.1.- El inconsciente colectivo.- Después de describir el inconsciente personal, Jung


añade una parte al psiquismo que hará que su teoría destaque de las demás: el inconsciente
colectivo. Se podría decir que es nuestra “herencia psíquica”; el reservorio de nuestra
experiencia como especie; un tipo de conocimiento con el que todos nacemos y compartimos.

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Aun así, nunca somos plenamente conscientes de ello. A partir de él, se establece una
influencia sobre todas nuestras experiencias y comportamientos, especialmente los
emocionales.

Existen ciertas experiencias que demuestran los efectos del inconsciente colectivo más
claramente que otras. La experiencia de amor a primera vista, el deja vu (el sentimiento de
haber estado anteriormente en la misma situación) y el reconocimiento inmediato de ciertos
símbolos y significados. Otros ejemplos que ilustran con más amplitud la influencia del
inconsciente colectivo son las experiencias creativas compartidas por los artistas y músicos del
mundo en todos los tiempos, o las experiencias espirituales de la mística de todas las
religiones, o los paralelos de las mitologías, cuentos de hadas y la literatura.
64
Un ejemplo interesante que actualmente se discute es la experiencia cercana a la muerte.
Parece ser que muchas personas de diferentes partes del mundo y con diferentes antecedentes
culturales viven situaciones muy similares cuando han sido “rescatados” de la muerte clínica.
Hablan de que sienten que abandonan su cuerpo, viendo sus cuerpos y los eventos que le
rodean claramente; de que sienten como una “fuerza” les atrae hacia un túnel largo que
desemboca en una luz brillante; de ver a familiares fallecidos o figuras religiosas esperándoles y
una cierta frustración por tener que abandonar esta feliz escena y volver a sus cuerpos. Quizás
todos estamos “programados” para vivir la experiencia de la muerte de esta manera.

4.3.1.2.- Arquetipos

Los contenidos del inconsciente colectivo son los llamados arquetipos. El arquetipo sería una
tendencia innata (no aprendida) a experimentar las cosas de una determinada manera. El
arquetipo carece de forma en sí mismo, pero actúa como un “principio organizador” sobre las
cosas que vemos o hacemos. El arquetipo es como un agujero negro en el espacio. Solo
sabemos que está ahí por cómo atrae materia y luz hacia sí mismo.

El arquetipo materno.- Todos nuestros ancestros tuvieron madres. Nunca hubiéramos


sobrevivido sin la conexión con ella. Está claro que venimos a este mundo, listos para desear
una madre, la buscamos, la reconocemos y lidiamos con ella. Así, el arquetipo de madre es
una habilidad propia constituida evolutivamente y dirigida a reconocer una cierta relación, la de
la “maternalidad”. Todos nosotros proyectamos el arquetipo a la generalidad del mundo y a
personas particulares, usualmente nuestras propias madres. Incluso cuando un arquetipo no
encuentra una persona real disponible, tendemos a personificarlo; esto es, lo convertimos en un
personaje mitológico “de cuentos de hadas”.

Este arquetipo está simbolizado por la madre primordial o “madre tierra” de la mitología; por Eva
y María en las tradiciones occidentales y por símbolos menos personalizados como la iglesia, la
nación, un bosque o el océano. De acuerdo con Jung, alguien a quien su madre no ha
satisfecho las demandas del arquetipo, se convertiría perfectamente en una persona que lo
busca a través de la iglesia o identificándose con la “tierra madre”, o en la meditación sobre la
figura de María o en una vida dedicada a la mar.

La sombra.- En la teoría junguiana también hay espacio para el sexo y los instintos. Éstos
forman parte de un arquetipo llamado la sombra. Deriva de un pasado pre-humano y animal,
cuando nuestras preocupaciones se limitaban a sobrevivir y a la reproducción, y no éramos
conscientes de nosotros como sujetos. Esto supone que la sombra es amoral; ni buena ni

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mala, como en los animales. Un animal es capaz de cuidar calurosamente de su prole, al


tiempo que puede ser un asesino implacable para obtener comida. Pero él no escoge ninguno
de ellos. Simplemente hace lo que hace. Es “inocente”. Pero desde nuestra perspectiva
humana, el mundo animal nos parece brutal, inhumano; por lo que la sombra se vuelve algo
relacionado con un “basurero” de aquellas partes de nosotros que no queremos admitir.

La persona.- Representa nuestra imagen pública. La palabra, obviamente, está relacionada


con el término persona y personalidad y proviene del latín que significa máscara. Por tanto, la
persona es la máscara que nos ponemos antes de salir al mundo externo. Aunque se inicia
siendo un arquetipo, con el tiempo vamos asumiéndola, llegando a ser la parte de nosotros más
distante del inconsciente colectivo.
64
En su mejor presentación, constituye la “buena impresión” que todos queremos brindar al
satisfacer los roles que la sociedad nos exige. Pero, en su peor cara, puede confundirse incluso
por nosotros mismos, de nuestra propia naturaleza. Algunas veces llegamos a creer que
realmente somos lo que pretendemos ser.

Anima y animus.- En todas las culturas, las expectativas que recaen sobre los hombres y las
mujeres difieren. Estas están basadas casi en su totalidad sobre nuestros diferentes papeles en
la reproducción y en otros detalles que son casi exclusivamente tradicionales. En nuestra
sociedad actual, todavía retenemos muchos remanentes de estas expectativas tradicionales.
Todavía esperamos que las mujeres sean más calurosas y menos agresivas; que los hombres
sean fuertes y que ignoren los aspectos emocionales de la vida. Pero Jung creía que estas
expectativas significaban que solo hemos desarrollado la mitad de nuestro potencial.

El ánima es el aspecto femenino presente en el inconsciente colectivo de los hombres y el


animus es el aspecto masculino presente en el inconsciente colectivo de la mujer. Unidos se les
conoce como syzygy. El ánima puede estar representada (personificada) como una joven chica,
muy espontánea e intuitiva, o como una bruja, o como la madre tierra. Usualmente se asocia
con una emocionalidad profunda y con la fuerza de la vida misma. El animus puede
personificarse como un viejo sabio, un guerrero, o usualmente como un grupo de hombres, y
tiende a ser lógico, racionalista e incluso argumentativo.

El ánima y el animus son los arquetipos a través de los cuales nos comunicamos con el
inconsciente colectivo en general y es importante llegar a contactar con él. Es también el
arquetipo responsable de nuestra vida amorosa: como sugiere un mito griego, estamos siempre
buscando nuestra otra mitad; esa otra mitad que los dioses nos quitaron, en los miembros del
sexo opuesto. Cuando nos enamoramos a primera vista, nos hemos topado con algo que ha
llenado nuestro arquetipo ánima o animus particularmente bien.

Otros arquetipos.- Jung decía que no existía un número fijo de arquetipos que pudiésemos
listar o memorizar. Se superponen y se combinan entre ellos según la necesidad. Además de la
madre, existen otros arquetipos familiares. Obviamente, existe un padre que con frecuencia
está simbolizado por una guía o una figura de autoridad. Existe también el arquetipo de familia
que representa la idea de la hermandad de sangre, así como unos lazos muy profundos.

También tenemos el de niño, representado en la mitología y en el arte por infantes, así como
por otras pequeñas criaturas. La celebración del niño Jesús en las Navidades es una
manifestación del arquetipo niño y representa el futuro, la evolución, el renacimiento y la
salvación. El arquetipo niño también con frecuencia se mezcla con otros, formando el niño-dios
o el niño-héroe.

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El héroe representa al Yo (tendemos a identificarnos con los héroes de las historias) y casi
siempre está envuelto en batallas contra la sombra, en forma de dragones y otros monstruos.
No obstante, el héroe es un ignorante de las formas del inconsciente colectivo. Luke Skywalker,
de La Guerra de las Galaxias, sería el ejemplo perfecto.

Al héroe usualmente se le encarga la tarea de rescatar a la doncella, la cual representa la


pureza, inocencia y la candidez. En la primera parte de la historia de la Guerra de las Galaxias,
la princesa Leia es la doncella. Pero, a medida que la historia avanza, ella se vuelve ánima,
descubriendo el poder de la fuerza (el inconsciente colectivo) y se vuelve un compañero igual
que Luke, quien resulta ser su hermano.
64
El héroe es guiado por un viejo hombre sabio, que le revela la naturaleza del inconsciente
colectivo. En la Guerra de las Galaxias, este viejo es Obi Wan Kenobi, y luego Yoda. Obsérvese
que ambos enseñan a Luke todo sobre la fuerza, y cuando Luke madura, mueren, volviéndose
parte de él.

Quizás se estén preguntando por el arquetipo de “padre oscuro” de Darth Vader. Es la sombra y
el maestro del lado oscuro de la fuerza. También resulta ser el padre de Leia y Luke. Cuando
muere, se convierte en uno de los viejos hombres sabios.

Hay también un arquetipo animal. Un buen ejemplo sería el del caballo fiel del héroe. Las
serpientes también son frecuentes arquetipos animales y creemos que son particularmente
listas. Después de todo, los animales están más cercanos a sus naturalezas que nosotros.
Quizás, los pequeños robots y la siempre disponible nave espacial (el Halcón) sean símbolos de
animales.

Y luego está el ilusionista, usualmente representado por un payaso o un mago. El papel de


éste es el de hacer las cosas más difíciles al héroe y crearle problemas. En la mitología
escandinava, muchas de las aventuras de los dioses se originaban en algún truco demostrado a
sus majestades por el medio-dios Loki.

El arquetipo más importante es el de self que es la unidad última de la personalidad y está


simbolizado por el círculo, la cruz y las figuras mandalas que Jung halló en las pinturas. Un
mandala es un dibujo que se usa en meditación y se utiliza para desplazar el foco de atención
hacia el centro de la imagen. La personificación que mejor representa el self es Cristo y Buda;
dos personas que representan según muchos, el logro de la perfección. Pero Jung creía que la
perfección de la personalidad solamente se alcanza con la muerte.

4.3.1.3.- Los principios de Jung

El principio de los opuestos. Cada deseo inmediatamente sugiere su opuesto. Por ejemplo, si
tengo un pensamiento positivo, no puedo dejar de tener el opuesto en algún lugar de mi mente.
De hecho, es un concepto bastante básico: para saber lo que es bueno debo conocer lo malo,
de la misma forma que no podemos saber lo que es negro sin conocer lo blanco; o lo que es
alto sin lo bajo.

De acuerdo con Jung, es la oposición la que crea el poder (o libido) del psiquismo. Es como los
dos polos de una batería. Es el contraste el que aporta la energía, por lo que un contraste
poderoso dará lugar a una energía fuerte y un contraste débil provocará una energía pobre.

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El principio de equivalencia, donde la energía resultante de la oposición se distribuye


equitativamente en ambos lados. Por ejemplo, un niño encuentra un pajarito herido y quiere
curarlo, sin embargo también le surge el deseo de aplastarlo (opuesto) Todo dependerá de la
actitud que uno posea con respecto a ese deseo no satisfecho. Si mantenemos ese deseo de
forma consciente; es decir, que somos capaces de reconocerlo, entonces crecemos como
personas.

Si por el contrario, pretendemos negar que este pensamiento estuvo ahí, la energía se dirigirá
hacia el desarrollo de un complejo. El complejo es un patrón de pensamientos y sentimientos
suprimidos que se agrupan alrededor de un tema en concreto proveniente de un arquetipo. Si
negamos haber tenido un pensamiento relacionado con aplastar el pájaro, podríamos poner esa
idea en una de las formas ofrecidas por la sombra (nuestro “lado oscuro”). 64

Aquí es donde empiezan los problemas. Si pretendemos que en toda nuestra vida somos
absolutamente buenos; que ni siquiera tenemos la capacidad de mentir y engañar; de robar y
matar, entonces cada vez que seamos buenos, nuestra otra parte se consolidará en un
complejo alrededor de la sombra. Ese complejo empezará a tomar vida propia y te atormentará
da alguna manera. Puedes verte sufriendo de pesadillas donde ¡aplastas a pequeños pájaros!.

Si el complejo dura mucho tiempo, puede llegar a “poseerte” y puedes terminar con una
personalidad múltiple. En la película “The Three Faces of Eve” (Las Tres Caras de Eva), Joanne
Woodward daba vida a una mujer dulce y retraída que eventualmente iba descubriendo que
salía a la calle los sábados en la noche, asumiendo una identidad contraria. No fumaba, y sin
embargo encontraba paquetes de cigarrillos en su bolso; no bebía, más se levantaba con
resaca y no flirteaba con hombres, aunque encontraba ropas en su habitación de lo más sexys.
Es importante decir aquí, que a pesar de que el trastorno de personalidad múltiple es raro,
cuando aparece, no tiende a presentarse de una manera tan extrema, tipo blanco y negro.

El principio de entropía, establece la tendencia de los opuestos a atraerse entre sí, con el fin
de disminuir la cantidad de energía vital a lo largo de la vida. Jung extrajo la idea de la física,
donde la entropía se refiere a la tendencia de todos los sistemas físicos de que toda la energía
se distribuya eventualmente. Si tenemos un calentador en la esquina de una habitación, con el
tiempo el salón completo se calentará.

Cuando somos jóvenes, los opuestos tienden a ser muy extremos, malgastando una gran
cantidad de energía. A medida que crecemos, la mayoría de nosotros empieza a sentirse
cómodos con sus facetas. Somos un poco menos idealistas e ingenuos y reconocemos que
somos una combinación de bueno y malo. Nos vemos menos amenazados por nuestros
opuestos sexuales. Incluso, en la vejez, mujeres y hombres tienden a parecerse más. Este
proceso de sobreponernos por encima de nuestros opuestos; el ver ambos lados de lo que
somos, es llamado trascendencia.

4.3.1.4.- El self

El self es un arquetipo que representa la trascendencia de todos los opuestos, de manera que
cada aspecto de nuestra personalidad se expresa de forma equitativa. Por tanto, no somos ni
masculinos ni femeninos; somos ambos; lo mismo para el Yo y la sombra, para el bien y el mal,
para lo consciente y lo inconsciente, y también lo individual y lo colectivo (la creación en su
totalidad). Cuando somos jóvenes, nos inclinamos más hacia el Yo, así como en las
trivialidades de la persona. Cuando envejecemos (asumiendo que lo hemos hecho
apropiadamente), nos dirigimos hacia consideraciones más profundas sobre el self y nos

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acercamos más a la gente, hacia la vida y hacia el mismo universo. La persona que se ha
realizado (que ha desarrollado su sí mismo- su self) es menos egocéntrica.

4.3.1.5.- Sincronicidad

Supone la ocurrencia de dos eventos que no están asociados ni por la causalidad ni por
propósitos, significados o valores, sin embargo tienen una relación estrecha. Muchas veces, las
personas soñamos con la muerte de un ser querido y a la mañana siguiente nos encontramos
con la muerte real de esa persona. Algunas veces, cogemos el teléfono para llamar a un amigo
y nos encontramos con él en la línea al levantar el auricular. La mayoría de los psicólogos
llamarían a estas situaciones coincidencias o intentan demostrarnos lo frecuentes que son.
Jung creía que estas situaciones eran indicativas de cómo nos interconectamos los seres 64
humanos con la naturaleza en general a través del inconsciente colectivo.

Esta idea inusual de sincronicidad la hallamos fácilmente explicada en la perspectiva hindú de


la realidad. Desde este punto de vista, nuestros Yo individuales son como islas en el mar.
Estamos acostumbrados a vernos como entes individuales y separados. Lo que no vemos es
que estamos interconectados por medio del suelo marino que subyace a las aguas.

4.3.1.6.- Introversión y extroversión

Jung desarrolló una tipología de la personalidad que se ha vuelto tan popular que mucha gente
cree que él no hizo nada más. Esta empieza con la diferencia entre introversión y
extroversión. Las personas introvertidas prefieren su mundo interno de pensamientos,
sentimientos, fantasías, sueños y demás, mientras que las extrovertidas prefieren el mundo
externo de las cosas, las actividades y las personas.

Estos términos se han confundido con vocablos como timidez y sociabilidad, debido en parte a
que los introvertidos suelen ser tímidos y los extrovertidos tienden a ser más sociables. Pero
Jung se refería más a cuán inclinados estamos (nuestro Yo) hacia la persona y la realidad
externa o hacia el inconsciente colectivo y sus arquetipos. En este sentido, el sujeto introvertido
es un poco más maduro que el extrovertido, aunque bien es cierto que nuestra cultura valora
más al extrovertido.

4.3.1.7.- Las funciones

Aun cuando seamos introvertidos o extrovertidos, está claro que necesitamos lidiar con el
mundo, tanto interno como externo. Y cada uno de nosotros posee su propia manera de
hacerlo. Jung sugiere 4 funciones para hacerlo:

La primera es la de las sensaciones, que como indica la propia palabra supone la acción de
obtener información a través de los sentidos. Una persona sensible es aquella que dirige su
atención a observar y escuchar, y por tanto, a conocer el mundo. Esta función compete más a
las percepciones que al juicio de la información. Jung determinó a esta función como una de las
irracionales.

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La segunda es la del pensamiento. Pensar supone evaluar la información o las ideas de forma
racional y lógica. Jung llamó a esta función como racional, o la toma de decisiones en base a
juicios, en vez de tomar sólo la información.

La tercera es la intuición. Este es un modelo de percepción que funciona fuera de los procesos
conscientes típicos. Es irracional o perceptiva como la sensación, pero surge de una compleja
integración de grandes cantidades de información, más que de una simple visión o escucha.

La cuarta es el sentimiento. Es el acto de sentir, como el de pensar. Es una cuestión de


evaluación de la información. Está dirigida a la consideración de la respuesta emocional en
general. Jung le llamó racional; evidentemente no de la manera en que estamos acostumbrados
a usar el término. 64

Todos poseemos estas funciones y las usamos en diferentes proporciones. Cada uno de
nosotros tiene una función superior que preferimos y que está más desarrollada.; otra
secundaria, de la cual somos conscientes de su existencia y la usamos solo para apoyar a la
primera. También tenemos una terciaria, la cual está muy poco desarrollada y no es muy
consciente para nosotros y finalmente una inferior, la cual está muy pobremente desarrollada y
es tan inconsciente que podríamos negar su existencia en nosotros. La mayoría de nosotros
sólo desarrolla una o dos de las funciones, pero nuestra meta debería ser desarrollar las cuatro.

4.4.- Alfred Adler


1870-1937

Alfred Adler nació en los suburbios de Viena el 7 de febrero de 1870. Era el


segundo varón de tres niños, fruto de un matrimonio de un comerciante
judío de granos y su mujer. De niño, Alfred padeció de raquitismo, lo que le
mantuvo impedido de andar hasta los cuatro años. A los cinco, casi muere
de una neumonía. Fue a esta edad cuando decidió que de mayor sería
médico. Alfred fue un niño común como estudiante y prefería jugar en el
patio a embarcarse en los estudios. Era muy popular, activo y extravertido.
Todos le conocían por intentar superar a su hermano mayor Sigmund.

Se recibió de médico de la Universidad de Viena en 1895. Allì se unió a un grupo de estudiantes


socialistas y conoció a la que sería su esposa, Raissa Epstein, una intelectual y activista social
rusa. Se casaron en 1897 y tuvieron cuatro hijos, dos de los cuales se hicieron psiquiatras.

Empezó su especialidad médica como oftalmólogo, pero posteriormente se inclinó hacia la


psiquiatría y en 1907 fue invitado a unirse al grupo de discusión de Freud. Después de escribir
varios artículos sobre la inferioridad orgánica, los cuales eran bastante compatibles con el punto
de vista freudiano, escribió un artículo sobre el instinto agresivo, que no fue aprobado por
Freud. Luego redactó otro sobre los sentimientos de inferioridad de los niños, en el que sugería
que las nociones sexuales de Freud debían tomarse de forma más metafórica que literal.

Durante la Primera Guerra Mundial, sirvió como médico en la Armada Austríaca, primero en el
frente ruso y luego en un hospital infantil. Así, tuvo la oportunidad directa de ver los estragos

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que la guerra producía, por lo que su visión se dirigió cada vez más hacia el concepto de interés
social. Creía que si la humanidad pretendía sobrevivir, tendría que cambiar sus hábitos.
Después de la guerra, se embarcó en varios proyectos que incluyeron la formación de clínicas
asociadas a escuelas estatales y al entrenamiento de maestros. En 1926, viajó a los Estados
Unidos para enseñar y eventualmente aceptó un cargo de visitante en el Colegio de Medicina
de Long Island. En 1934, Adler y su familia abandonan Viena para siempre. El 28 de mayo de
1937, mientras daba clases en la Universidad de Aberdeen, murió de un ataque al corazón.

4.4.1.- Teoría

Alfred Adler postula una única “pulsión” o fuerza motivacional detrás de todos nuestros 64
comportamientos y experiencias: el afán de perfeccionismo, que constituye ese deseo de
desarrollar al máximo nuestros potenciales con el fin de llegar cada vez más a nuestro ideal.

Una de las frases más tempranas de Adler fue la protesta masculina. Él observaba algo
bastante obvio: los chicos estaban situados en una posición más ventajosa que las chicas. Los
chicos deseaban, a veces de forma desesperada, que fuesen considerados como fuertes,
agresivos o en control (masculinos) y no débiles, pasivos o dependientes (femeninos). Todavía
hoy podemos escuchar a algunas personas mayores comentando esto cuando se refieren a los
chicos y chicas pequeños. Si un niño demanda o grita buscando hacer lo que quiere (¡protesta
masculina!), entonces es un niño que reacciona de forma natural (o normal). Si la niña pequeña
es callada y tímida, está fomentando su feminidad. Si esto ocurre con un chico, es motivo de
preocupación, ya que el niño parece afeminado o puede terminar en mariquita. Y si nos
encontramos con niñas asertivas que buscan hacer lo que creen, son “marimachos”.

Pero Adler no creía que la asertividad masculina y su éxito en el mundo fuesen debido a una
superioridad innata. Creía más bien que los niños son educados para lograr una asertividad en
la vida y las niñas son alejadas de este planteamiento. No obstante, tanto los niños como las
niñas vienen al mundo con la misma capacidad de protesta.

4.4.1.1.- Estilo de vida

Adler decía que debíamos entender a las personas como conjuntos unificados en vez de
considerarlas como un montón de piezas, y que debíamos hacerlo en el contexto de su
ambiente. Esta postura es el holismo y Adler tuvo mucho que ver con esto. Primero, para
reflejar la idea de que debemos ver a los demás como un todo en vez de en partes, el autor
decidió designar este acercamiento psicológico como psicología individual. La palabra
“individual” significa de forma literal “lo no dividido”.

Segundo, en vez de hablar de la personalidad de un sujeto en el sentido de rasgos internos,


estructuras, dinámicas, conflictos y demás, prefería hablar en términos de estilo vital (hoy estilo
de vida). El estilo de vida significa cómo vives tu vida; cómo manejas tus problemas y las
relaciones interpersonales. Pasamos a citar en sus propias palabras cómo explicaba esto: “El
estilo de vida de un árbol es la individualidad de un árbol expresándose y moldeándose en un
ambiente. Reconocemos un estilo cuando lo vemos contrapuesto a un fondo diferente del que
esperábamos, por lo que somos conscientes entonces de que cada árbol tiene un patrón de
vida y no es solo una mera reacción mecánica al ambiente”.

4.4.1.2.- Teleología

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“La vida no es meramente una reacción mecánica” es una segunda postura en la que Adler
difiere considerablemente de Freud. Para este último, lo que te ocurrió en el pasado determina
lo que eres en el presente. Adler considera la motivación como una cuestión de inclinación y
movimiento hacia el futuro, en vez de ser impulsado, mecánicamente, por el pasado. Somos
impulsados hacia nuestras metas, nuestros propósitos, nuestros ideales. A esto se le llama
teleología. La teleología reconoce que la vida es dura e incierta, pero siempre queda un lugar
para el cambio.

4.4.1.3.- Interés social

El segundo concepto en importancia sólo para el afán de perfección es la idea de interés


social o sentimiento social (llamado originariamente “sentimiento comunitario”. Manteniendo su 64
idea holística, es fácil ver que casi nadie puede lograr el afán de perfección sin considerar su
ambiente social.

Adler creía que la preocupación social estaba basada en una disposición innata, pero debe ser
alimentada para que sobreviva. Podemos observar que cuando un bebé llora en la sala de
neonatología, todos los demás empiezan a llorar también. O cómo nosotros, al entrar en una
habitación donde todos se están riendo, empezamos a reírnos también.

Al tiempo que observamos cuán generosos y simpáticos pueden ser los niños con otros,
tenemos ejemplos que ilustran cuán egoístas y crueles pueden ser. Aunque instintivamente
podemos considerar que lo que hace daño a los demás puede hacérnoslo también, y viceversa,
al mismo tiempo somos capaces de saber que, ante la necesidad de hacer daño a aquel o
hacérmelo a mí, escojo hacérselo a él siempre. Por tanto, la tendencia a empatizar debe de
estar apoyada por los padres y la cultura en general.

En definitiva, lo que Adler quería decir con interés, preocupación o sentimiento social no estaba
referido a comportamientos sociales particulares, sino a un sentido mucho más amplio de
cuidado por el otro, por la familia, por la comunidad, por la sociedad, por la humanidad, incluso
por la misma vida. La preocupación social es una cuestión de ser útil a los demás.

Por otro lado, para Adler la verdadera definición de enfermedad mental radica en la falta de
cuidado social. Todas las fallas (incluyendo la neurosis, psicosis, criminalidad, alcoholismo,
problemas infantiles, suicidio, perversiones y prostitución) se dan por una falta de interés social.

4.4.1.4.- Inferioridad

Si nos estamos manejando bien, si nos sentimos competentes, nos podemos permitir pensar en
los demás. Pero si la vida nos está quitando lo mejor de nosotros, entonces nuestra atención se
vuelve cada vez más focalizada hacia nosotros mismos.

Obviamente, cualquiera sufre de inferioridad de una forma u otra. Adler empieza su trabajo
teórico hablando de la inferioridad de órgano, lo cual no es más que el hecho de que cada
uno de nosotros tiene partes débiles y fuertes con respecto a la anatomía o la fisiología.
Algunos de nosotros nacemos con soplos cardíacos, o pulmones o riñones débiles, o
problemas hepáticos. Algunos tienen tartamudeo, otros diabetes o asma. Están también
aquellos con ojos débiles, o con dificultades de audición.

Adler señaló que muchas personas responden a estas inferioridades orgánicas con una
compensación. De alguna manera se sobreponen a sus deficiencias: el órgano inferior puede

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fortalecerse e incluso volverse más fuerte que los otros; u otros órganos pueden
superdesarrollarse para asumir la función del inferior; o la persona puede compensar
psicológicamente el problema orgánico desarrollando ciertas destrezas o incluso ciertos tipos de
personalidad. Existen, como todos ustedes saben, muchos ejemplos de personas que logran
llegar a ser grandes figuras cuando incluso no soñaban que podían hacerlo. Tomemos como
ejemplo muy conocido el caso del cientìfico Stephen Hopkins.

Pero Adler pronto se percató de que hay muchas más personas con inferioridades
psicológicas. A algunos nos han dicho que somos tontos, o feos o débiles. Algunos llegamos a
creer que sencillamente no somos buenos. En el colegio nos dicen que no somos tan buenos
como el otro alumno. En estos ejemplos, no hay inferioridad orgánica, pero nos inclinamos a
creer que somos menos que los demás. Algunos compensan siendo mejores en cosas 64
diferentes; pero otros no lo lograrán crecerán con una muy baja autoestima.

Aparte de la compensación y el complejo de inferioridad, otras personas responden a la


inferioridad de otra manera: con un complejo de superioridad. Este complejo busca esconder
tu inferioridad a través de pretender ser superior. Por ejemplo, aquellos que llaman la atención a
través del dramatismo; o quienes se sienten más poderosos al realizar crímenes; aquellos otros
que ridiculizan a los demás en virtud de su género, raza, orígenes étnicos, orientaciones
sexuales, peso, estatura, etc.

4.4.1.5.- Orden de nacimiento

Adler debe ser tomado en cuenta como el primer teórico que incluyó no sólo la influencia de la
madre, el padre en la vida del niño, sino también de los hermanos y hermanas de éste. Sus
consideraciones sobre los efectos de los hermanos y el orden en que nacieron es
probablemente aquello por lo que más se conoce a Adler.

El hijo único es más factible que otros a ser consentido, con todas las repercusiones nefastas
que hemos discutido. Después de todo, los padres de un hijo único le prestan una atención
especial (en ocasiones un cuidado lleno de ansiedad). Si los padres son violentos o
abusadores, el hijo único tendrá que enfrentarse solo al abuso.

El primer hijo empieza la vida como hijo único, con toda la atención recayendo sobre él.
Lástima que justo cuando las cosas se están haciendo cómodas, llega el segundo hijo y
“destrona” al primero. Al principio, el primero podría luchar por recobrar su posición; podría, por
ejemplo, empezar a actuar como un bebé, aunque sólo encontrará la reticencia y la advertencia
de ¡que crezca ya!. Algunos se vuelven desobedientes y rebeldes; otros hoscos y retraídos.
Adler creía que los primeros hijos estaban más dispuestos a desarrollar problemas que los
siguientes. Mirando la parte positiva, la mayoría de los hijos primeros son más precoces y
tienden a ser relativamente más solitarios (individuales) que otros niños de la familia.

El segundo hijo está inmerso en una situación muy distinta: tiene a un primer hermano que
“sienta los pasos”, por lo que tiende a ser muy competitivo y está constantemente intentando
sobrepasar al mayor, cosa que con frecuencia logran, pero muchos sienten como si la carrera
por el poder nunca se realiza del todo y se pasan la vida soñando en una competición que no
lleva a ninguna parte. Otros chicos del “medio” tienden a ser similares al segundo, aunque cada
uno de ellos se fija en diferentes “competidores”.

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El último hijo es más dado a ser mimado en las familias con más de uno. Después de todo, ¡es
el único que no será destronado! Por lo tanto, estos son los segundos hijos con mayores
posibilidades de problemas después del primero. Por otro lado, el menor también puede sentir
una importante inferioridad, con todos los otros mayores que él y por tanto “superiores”. Aunque
el pequeño puede excederles también.

Como con todo el sistema de Adler, el orden del nacimiento debe entenderse en el contexto de
las circunstancias especiales personales de cada sujeto.

4.4.2.- Terapia
64
Existen diferencias considerables entre la terapia de Freud y la de Adler. En primer lugar, Adler
prefería tener al cliente sentado frente a él, cara a cara. Más adelante se preocuparía mucho
por no parecer autoritario frente al paciente. De hecho, advirtió a los terapeutas a no dejar que
el paciente le situase en un papel de figura autoritaria, dado que le permite al paciente jugar un
papel que es muy probable que ya haya jugado muchas veces anteriormente: el paciente puede
situarte como un salvador que puede ser atacado cuando inevitablemente le revelamos nuestra
humanidad. En la medida en que nos empequeñecen, sienten como si estuviesen creciendo,
alzando igualmente sus estilos de vida neuróticos.

Esta sería, en esencia, la explicación que Adler dio a la resistencia. Cuando el paciente olvida
las citas, llega tarde, demanda tratos especiales o se vuelve generalmente terco y poco
cooperador no es, como pensó Freud, una cuestión de represión, sino más bien una resistencia
como signo de falta de valor del paciente a enfrentar su estilo de vida neurótico.

El paciente debe llegar a entender la naturaleza de su estilo de vida y sus raíces en sus
ficciones de autocentramiento. Esta comprensión (o “insight”) no puede forzarse: Si le decimos
simplemente a un paciente “Mire, éste es su problema”, sencillamente el mismo se volverá atrás
buscando nuevas vías para mantener sus fantasías. Por tanto, debemos llevar al paciente a un
cierto estado afectivo que a él le guste escuchar y que quiera comprender. Solamente a partir
de aquí es que puede influenciarse a vivir lo que ha comprendido (Ansbacher y Ansbacher,
1956, p. 335). Es el paciente, no el terapeuta, el que será finalmente responsable de curarse.

4.5.- Erich Fromm 1900 - 1980

Nació en Frankfurt, Alemania en 1900. Su padre era un hombre de


negocios y, según Erich, más bien colérico y con bastantes cambios de
humor. Su madre estaba deprimida con frecuencia. En otras palabras,
como otros autores, su infancia no fue muy feliz que digamos.

Como Jung, Erich provenía de una familia judía muy religiosa. El mismo
se denominó más tarde un “místico ateo”.

En su autobiografía, Beyond the Chains of Illusion (Más Allá de las Cadenas de la Ilusión)
Fromm habla de dos eventos acontecidos en su adolescencia temprana que le condujeron
hacia este camino. El primero tiene que ver con una amiga de la familia:

Tendría ella más o menos como unos 25 años; era hermosa, atractiva y además pintora; la
primera pintora que conocía. “Recuerdo haber escuchado que Había estado comprometida

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pero luego de un tiempo había roto su compromiso; recuerdo que casi siempre estaba en
compañía de su padre viudo. A él le recuerdo como un hombre insípido, viejo y nada atractivo;
algo así (quizás porque mi juicio estaba basado de alguna manera por los celos). Entonces un
día oí la tremenda noticia: su padre había muerto e inmediatamente después ella se había
suicidado, dejando un testamento que estipulaba que su deseo era ser enterrada al lado de su
padre”.
Como pueden imaginar, esta noticia sorprendió al joven Erich, en ese momento con 12 años, y
le lanzó a esa pregunta que muchos de nosotros nos haríamos: “¿por qué?”. Más tarde,
encontraría algunas respuestas (parcialmente, como admitió) en Freud.

El segundo evento fue incluso más fuerte: la Primera Guerra Mundial. A los 14 años, pudo darse
cuenta de hasta dónde podía llegar el nacionalismo. El odio, la “histeria de guerra”, le asustó, 64
como debía pasar. Por tanto, se encontró nuevamente queriendo comprender algo irracional (la
irracionalidad de las masas) y halló algunas respuestas, esta vez en los escritos de Karl Marx.

Fromm, recibió su doctorado en Heidelberg en 1922 y empezó su carrera como psicoterapeuta.


Se mudó a los EEUU en 1934 estableciéndose en Nueva York, donde conocería muchos de los
otros grandes pensadores refugiados unidos allí, incluyendo a Karen Horney, con quien tuvo un
romance.

Cerca del final de su carrera, se mudó a México para enseñar. Ya había hecho un considerable
trabajo de investigación sobre las relaciones entre la clase económica y los tipos de
personalidad de allí. Murió en Suiza en 1980.
4.5.1.- Teoría

Tal y como se sugiere en su biografía, la teoría de Fromm es más bien una combinación de
Freud y Marx. Freud postuló que nuestro carácter estaba determinado por la biología, mientras
Marx consideraba a las personas como determinados por su sociedad y más especialmente por
sus sistemas económicos.

4.5.1.1.- La Libertad

Fromm añadió a estos dos sistemas deterministas la idea de libertad. Él animaba a las
personas a trascender los determinismos que Freud y Marx les atribuían. De hecho, Fromm
hace de la libertad la característica central de la naturaleza humana.

Como dice el autor, existen ejemplos donde el determinismo opera en exclusividad; por ejemplo,
los animales no están ocupados en su libertad, ni necesitan consulta profesional para decidir
qué van a hacer de su vida. Y de la misma manera que los animales, pocas personas de la
Edad Media necesitaban consultas profesionales: tenían un destino: si tu padre era un labrador,
tú serías labrador. Si tu padre era rey, tú también lo serías. Y si eras una mujer, bueno, solo
existía un papel para la mujer.

Históricamente hablando esta simple pero dura vida empieza a perfilarse durante el
Renacimiento, donde las personas empiezan a considerar a la humanidad como el centro del
universo, en vez de Dios. Después vino la Reforma, que introdujo la idea de cada uno de
nosotros éramos responsables individualmente de la salvación de nuestra alma. Y luego
sobrevinieron las revoluciones democráticas tales como la Revolución Americana y la Francesa.
En este momento parece que estamos supuestos a gobernarnos a nosotros mismos.
Posteriormente vino la Revolución Industrial y en vez de trillar los cereales o de hacer cosas con
nuestras manos, teníamos que vender nuestro trabajo a cambio de dinero. De repente, nos

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convertimos en empleados y consumidores. Luego vinieron las revoluciones socialistas tales


como la rusa y la china, que introdujeron la idea de la economía participativa. Además de ser
responsable de tu manutención, tenías que preocuparte de tus empleados.

Así, tras casi 500 años, la idea del individuo, con pensamientos, sentimientos, consciencia
moral, libertad y responsabilidad individuales, se estableció. Pero junto a la individualidad vino
el aislamiento, la alienación y la incertidumbre. La libertad es difícil de lograr y cuando la
tenemos nos inclinamos a huir de ella.

4.5.1.1.1.- Vías a través de las cuales escapamos de la libertad:

Autoritarismo. Buscamos evitar la libertad al fusionarnos con otros, volviéndonos parte de un 64


sistema autoritario como la sociedad de la Edad Media, volviéndonos pasivos y complacientes,
o volviéndonos autoritarios.

Fromm se refiere a la versión más extrema de autoritarismo como masoquismo y sadismo y


nos señala que ambos se sienten obligados a asumir el rol individualmente, de manera que
aunque el sádico con todo su aparente poder esté sobre el masoquista, no es libre de escoger
sus acciones. Pero existen posturas menos extremas de autoritarismo en cualquier lugar. En
muchas clases, por ejemplo, hay un contrato implícito entre estudiantes y profesores: los
estudiantes demandan estructura y el profesor se sujeta en sus notas. Parece inocuo e incluso
natural, pero de esta manera los estudiantes evitan asumir cualquier responsabilidad en su
aprendizaje y el profesor puede evadirse de abordar las cuestiones verdaderamente de interés
en su campo.

Destructividad. Hay quienes responden al dolor volviéndolo contra el mundo: si destruyo al


mundo, ¿cómo puede hacerme daño?. Es este escape de la libertad lo que da cuenta del lado
oscuro de la vida (brutalidad, vandalismo, humillación, crimen, terrorismo…). Fromm añade que
si el deseo de destrucción de una persona se ve bloqueado, entonces puede redirigirlo hacia
adentro de sí mismo. La forma más obvia de autodestructividad es por supuesto, el suicidio.
Pero también podemos incluir aquí muchas enfermedades como la adicción a sustancias,
alcoholismo o incluso la tendencia al placer de entretenimientos pasivos. Él le da una vuelta de
tuerca a la pulsión de muerte de Freud: la autodestructividad es una destructividad frustrada, no
al revés.

Conformidad autómata. Los autoritarios se escapan de su propia persecución a través de una


jerarquía autoritaria. Pero nuestra sociedad enfatiza la igualdad. Entonces puedo fijarme en la
TV que me dirá rápida y efectivamente qué hacer. Si me veo como…, si hablo como…, si
pienso como…, si siento como…cualquier otro de mi sociedad, entonces pasaré inadvertido;
desapareceré en medio de la gente y no tendré la necesidad de plantearme mi libertad o asumir
cualquier responsabilidad. Es la contraparte del autoritarismo.

La persona que utiliza la conformidad autómata es como un camaleón social: asume el color de
su ambiente. Ya que se ve como el resto de los demás, desde luego no estará solo, pero
tampoco es él mismo. De hecho, dado que la “verdadera naturaleza” de la humanidad es la
libertad, cualquiera de estos escapes de la misma nos aliena de nosotros mismos. Como lo dice
Fromm: El hombre debe luchar no solo contra los peligros de morir, pasar hambre y lesionarse,
sino también de otro peligro específicamente humano: el de volverse loco. En otras palabras,
debe protegerse a sí mismo no solo del peligro de perder su vida, sino de perder su mente.”

4.5.1.2.- Tipos de Familias

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La forma en que escapamos de la libertad tiene bastante que ver con la familia en la que
crecemos. Fromm describe dos tipos de familias no productivas.

4.5.1.2.1.- Familias simbióticas. La simbiosis es la relación estrecha entre dos organismos que
no pueden vivir el uno sin el otro. En una familia simbiótica, algunos miembros de la familia son
“absorbidos” por otros, de manera que no pueden desarrollar completamente sus
personalidades. El ejemplo más obvio es el caso donde los padres “absorben” al hijo, de forma
que la personalidad del chico es simplemente un reflejo de los deseos de los padres. En
muchas sociedades tradicionales, es el caso con muchos niños, especialmente niñas.

El otro ejemplo cuando el niño “absorbe” a sus padres. En este caso, el niño domina o manipula 64
al padre, que existe esencialmente para servir al niño. Esto es bastante común, especialmente
en las sociedades tradicionales y particularmente en la relación entre el hijo y su madre.

En realidad, prácticamente todo el mundo de una sociedad tradicional aprende como ser tanto
dominante como sumiso, ya que casi todo el mundo tiene a alguien por encima o debajo de él
en la jerarquía social.

4.5.1.2.2.- Familias apartadas. De hecho, su principal característica es su gélida indiferencia e


incluso su odio helado. La versión “fría” es la más antigua de las dos, propia del norte de
Europa y partes de Asia. Los padres son muy exigentes con sus hijos, de los cuales se espera
que persigan los más altos estándares de vida. Los padres pueden utilizar la culpa y la retirada
de afecto como castigo. De cualquiera forma, los niños de estas culturas se tornan hacia el
logro en cualquiera que sea la noción de éxito que éstas posean.

El segundo tipo de familias apartadas es la familia moderna, y se puede hallar en la mayoría de


los lugares más avanzados del mundo, de manera especial en EEUU. La nueva idea es a criar
a tus hijos como tus iguales. Un padre debe ser el mejor amigo de su hijo; la madre debe ser la
mejor compañera de su hija. Pero, en el proceso de controlar sus emociones, los padres se
vuelven bastante indiferentes. Ya no son, de hecho, verdaderos padres, solo cohabitan con sus
hijos. Los hijos, ahora crecen sin una auténtica guía adulta.

¿Qué hace a una familia buena, sana y productiva?. Fromm sugiere que ésta sería una familia
donde los padres asumen la responsabilidad de enseñar a sus hijos a razonar en una atmósfera
de amor. El crecer en este tipo de familias permite a los niños aprender a identificar y valorar su
libertad y a tomar responsabilidades por sí mismos y finalmente por la sociedad como un todo.

4.5.1.3.- El inconsciente social

Pero nuestras familias la mayoría de las veces sólo son un reflejo de nuestra sociedad y cultura.
Muchas veces creemos que la manera en que hacemos las cosas es la única forma; la forma
natural. Lo hemos asumido tan bien que se ha vuelto inconsciente (el inconsciente social, para
ser más precisos). Por esta razón, en muchas ocasiones creemos que estamos actuando en
base a nuestro propio juicio, pero sencillamente estamos siguiendo órdenes a las que estamos
tan acostumbrados que no las vemos como tales.

Fromm cree que nuestro inconsciente social se entiende mejor cuando examinamos nuestros
sistemas económicos. De hecho, define, e incluso nombra, cinco tipos de personalidad, las
cuales llama orientaciones en términos económicos. Si lo desea, puede aplicarse el test de
personalidad que Fromm usa para describir sus orientaciones. Haga clic aquí para verlo.

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4.5.1.3.1.- La orientación receptiva. Estas son personas que esperan conseguir lo que
necesitan; si no lo consiguen de forma inmediata, esperan. Creen que todas las cosas buenas y
provisiones provienen del exterior de sí mismos. Este tipo es más común en las poblaciones
campesinas, y también en culturas que tienen abundantes recursos naturales, de manera que
no es necesario trabajar demasiado fuerte para alcanzar el sustento propio También es fácil
encontrarlo en la escala más inferior de cualquier sociedad: esclavos, siervos, familias de
empleados, trabajadores inmigrantes…todos ellos están a merced de otros.

Esta orientación está asociada a familias simbióticas, especialmente donde los niños son
“absorbidos” por sus padres con la forma masoquista (pasiva) de autoritarismo. Son los oral-
pasivos de Freud y los acomodados de Adler. Pueden caracterizarse como sumisos en su forma 64
extrema y como resignados y optimistas en su forma más moderada.

4.5.1.3.2.- La orientación explotadora. Estas personas esperan conseguir lo que desean a


través de la explotación de otros. De hecho, las cosas tienen un valor mayor cuanto sean
tomadas de otros: la dicha es preferiblemente robada, las ideas plagiadas, y el amor se
consigue basándose en coerción. Este tipo es más común en la historia de las aristocracias y
en las clases altas de los imperios coloniales. Una de sus más notables características es la
habilidad de mantenerse muy cómodos ¡dando órdenes!

La orientación explotadora está asociada a la familia simbiótica con el estilo masoquista del
autoritarismo. Es el oral agresivo de Freud, el dominante de Adler. En los extremos, son sujetos
agresivos, seductores y engreídos. Cuando tienen cualidades más sanas, son asertivos,
orgullosos y cautivadores.

4.5.1.3.3.- La orientación acaparadora. Las personas que acumulan tienden a mantener


consigo esas cosas; reprimen. Consideran al mundo como posesiones y como potenciales
posesiones. Incluso los amados son personas para poseer, mantener o comprar. Fromm,
perfilando a Marx, relaciona este tipo de orientación con la burguesía, la clase media
comerciante, así como los terratenientes ricos y los artistas. Se asocia al anal retentivo de
Freud; y hasta cierto punto, al evitativo de Adler. En su forma pura, significa que eres terco,
tacaño y poco imaginativo. En forma menos extrema, serías resolutivo, económico y práctico.

4.5.1.3.4.- La orientación de venta. Esta orientación espera vender. El éxito es una cuestión
de cuán bien puedo venderme; de darme a conocer. Mi familia, mi trabajo, mi escuela, mis
ropas; todo es un anuncio, y debe estar “perfecto”. Incluso el amor es pensado como una
transacción. Solo en esta orientación se piensa en el contrato matrimonial (tú me darás esto y
yo te daré aquello y). En un extremo, la persona “que se vende” es oportunista, infantil, sin
tacto. En casos más moderados, se perciben como resueltos, juveniles y sociales. Nótese que
nuestros valores actuales se nos expresan a través de la propaganda: moda, salud, juventud
eterna, aventura, temeridad, sexualidad, innovación…¡Lo superficial lo es todo!.

4.5.1.3.5.- La orientación productiva. Esta es la persona que sin evitar su naturaleza social y
biológica, no se aparta nunca de la libertad y la responsabilidad. Proviene de una familia que
ama sin sobresaturar al sujeto; que prefiere las razones a las reglas y la libertad sobre la
conformidad.

Fromm dice que las primeras cuatro orientaciones (a las cuales otros llaman neurótica) viven el
modelo de tenencia. Se centran en el consumo, en obtener, en poseer…Se definen por lo que
tienen, volviéndose sujetos manejados por sus posesiones. Del otro lado, la orientación

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productiva vive en el modo vivencial. Lo que eres está definido por tus acciones en el mundo.
Vives sin máscara, viviendo la vida, relacionándote con los demás, siendo tú mismo.
Dice que la mayoría de las personas, ya acostumbradas al modo de tenencia, usan el verbo
tener para describir sus problemas: “Doctor, tengo un problema: tengo insomnio. Aunque tengo
una bonita casa, niños estupendos y un matrimonio feliz, tengo muchas preocupaciones.” Este
sujeto busca al terapeuta para que le quite las cosas malas y que le deje las buenas. Lo que
deberías decir es más como “estoy confuso. Estoy felizmente casado, pero no puedo dormir…”.
Al decir que tienes un problema, estás evitando el hecho de que tú eres el problema; una vez
más, evitando la responsabilidad de tu vida.

4.5.1.4.- Maldad
64
Fromm siempre estuvo interesado en tratar de comprender a las personas verdaderamente
malévolas; no solamente a aquellas que sencillamente eran estúpidas, estaban mal guiadas o
enfermas, sino a aquellas con total conciencia de maldad en sus actos, fuesen llevados a cabo
como fuere: Hitler, Stalin, Charles Manson, desde los menos hasta los más brutales.

Todas las orientaciones mencionadas, productivas y no productivas; sea en el modo de


tenencia o de ser, tienen una cosa en común: todas constituyen un esfuerzo para vivir. Fromm
creía que incluso el neurótico más miserable por lo menos está intentando adaptarse a la vida.
Estos son, usando su palabra, biófilos, amantes de la vida. Pero existe otro tipo de personas
que él llama necrófilos (amantes de la muerte). Tienen una atracción pasional de todo lo que
es muerte, destrucción, podredumbre; es la pasión de destruir por destruir.

Son los chicos a los que les encantaba jugar a la guerra, explotar cosas con sus juegos de
química y de vez en cuando torturaban a algún pequeño animal. Les encantaban las armas y
todos los artilugios mecánicos. A mayor sofisticación tecnológica, mayor era su felicidad.

En una entrevista durante la guerra que hubo en Nicaragua, uno de los mercenarios, llamó la
atención del reportero. Era experto en municiones (volaba puentes, edificios y por supuesto,
soldados enemigos). Cuando le preguntó cómo se había involucrado en este tipo de trabajo,
sonrió y dijo que cuando era niño, le gustaba amarrar petardos a pequeños pájaros que
capturaba; encendía la mecha, les dejaba ir y veía como explotaban en el aire. Este hombre era
un necrofílico. (Un ejemplo adicional y gráfico más cercano podemos verlo en el personaje de
Sid en la película Toy Story).

Fromm hace algunas sugerencias sobre cómo surge este tipo de sujetos. Dice que debe existir
algún tipo de influencia genética que les previene de sentir o responder a los afectos. Que
deben haber tenido una vida tan llena de frustraciones que viven inmersos en la rabia. Y
finalmente, sugiere que deben haber crecido con una madre también necrófila, de manera que
el niño no ha tenido a nadie de quien recibir amor. Es muy posible que la combinación de estos
tres factores provoque esta conducta. Aun así, subsiste la idea de que estos sujetos son
plenamente conscientes de su maldad y la mantienen.

RESUMEN

La corriente psicoanalítica

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Es la precursora y por eso es también llamada primera corriente. Su más famoso exponente es
Sigmund Freud, y es por esto que a aquellos que fueron directa o indirectamente influenciados
por él se los llamó freudianos. Otros exponentes de esta corriente fueron Erik Erikson, Carl
Jung, Erik Erikson, Alfred Alder y Erich Fromm.

Esta corriente ha hecho aportaciones inmensas al estudio de la personalidad y muchos de sus


conceptos han sido claves para la comprensión de las conductas del ser humano. Sin embargo
ha sufrido diversas evoluciones con el paso del tiempo y con cada nueva teoría, nuevas y
valiosas aportaciones se hacen.

Las aportaciones más importantes de esta corriente se las debemos a Sigmund Freud,
quien fue un pionero en este campo y aunque sus teorías han producido controversias, es 64
evidente que tiene muchísimos elementos básicos en la comprensión de la personalidad. Su
aportación más importante, fue el desarrollar los conceptos de consciente, preconsciente y
subconsciente, que fueron la base de muchas teorías que surgieron después. También es
significativa su aportación referente a la dinámica de la conducta, pues planteó la existencia de
la “libido” que es la energía vital del ser humano, que se mueve por 3 estructuras de la
personalidad, que son el ello, el yo y el superyó.

Otras aportaciones Freudianas de relevancia son la Crisis Edípica, las Etapas Psicosexuales, la
Fijaciones y los Mecanismos de Defensa del Yo.

Carl Jung retoma los conceptos de consciente e inconsciente propuestos por Freud y al
segundo lo completa con su teoría del inconsciente colectivo y los contenidos de éste,
llamados arquetipos, que actúan como un “principio organizador” sobre las cosas que vemos
o hacemos. También retorna la libido, refiriéndose a ella como energía psíquica. Otro aporte de
Jung es el principio teleológico: Él pensaba que era limitante suponer que el hombre se guía
únicamente por sus metas inmediatas. Según este principio, el hombre se guía también por sus
metas a futuro ya que sin ellas no puede llegar a la autorrealización.

Más adelante, una nueva generación llegó con ideas revolucionarias. Uno de ellos fue Erik
Erikson con su teoría evolutiva, cuya principal aportación, fue la de las etapas de desarrollo, en
la que proponía que a lo largo de su vida el hombre se enfrenta a ocho crisis o conflictos que
debe superar por medio de ocho virtudes básicas.

Alfred Adler aporta con su teoría de los complejos de inferioridad y superioridad. El complejo
de inferioridad es la percepción de desarraigo del individuo a causa de una infancia mala, llena
de burlas, sufrimientos, rechazos, etc. La persona se siente menos que los demás, y esto lo
lleva a a sobrecompensarlo. La necesidad de sobrecompensación puede resultar o bien en
exitosos logros o bien en comportamiento disfuncionales como un estado avanzado de
desánimo y la evasión de las dificultades. Respecto del complejo de superioridad, Adler
considera que con éste se busca esconder la inferioridad percibida, con la pretensión de ser
superior a los demás y se manifiesta con posturas prepotentes o arrogantes.

Finalmente, está el aporte de Erich Fromm, que plantea que la conducta es modelada por la
sociedad, lo que resulta muy lógico si tomamos en cuenta que el hombre es un ser social por
naturaleza. Entre los mayores aportes de Fromm está su estudio sobre la libertad y la
importancia de trascender que tiene todo ser humano.

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MAPA CONCEPTUAL

CORRIENTE PSICOANALÍTICA
Basada en el Inconsciente

64
Sigmund
Sigmund Freud
Freud Erik
Erik Erikson
Erikson Carl Alfred
Alfred Adler Eric
Eric Fromm
Carl Jung
Jung Adler Fromm
El
El Inconsciente
Inconsciente Las
Las 88 Fases
Fases del
del El Complejos
Complejos de El
El principio
principio dede la
El Inconsciente
Inconsciente de la
Yo,
Yo, Super
Super Yo, Ello Desarrollo
Desarrollo de
de la
la Colectivo Inferioridad
Inferioridad yy de
de Libertad
Libertad yy la
la
Colectivo
La
La Crisis
Crisis Edípica
Edípica Persona
Persona Los Superioridad importancia
importancia de
Los Arquetipos
Arquetipos Superioridad de
Las
Las Etapas
Etapas El El
El Orden
Orden de trascender
El Principio
Principio de trascender
Psicosexuales
Psicosexuales Teleológico Nacimiento
Nacimiento
Teleológico
Las
Las Fijaciones
Fijaciones
Los
Los Mecanismos
Mecanismos
de
de Defensa
Defensa

TEMA 5.- LA CORRIENTE CONDUCTISTA

Es llamada “Segunda Corriente”. En esta perspectiva, las respuestas parecen recaer sobre una
observación cuidadosa del comportamiento y del ambiente, así como sus relaciones. Los
conductistas prefieren métodos cuantitativos y experimentales. El enfoque conductista estará
representado en nuestra revisión por Frederic Skinner y Albert Bandura.

5.1.- B. F. Skinner
1904 - 1990

Burrhus Frederic Skinner nació el 20 de marzo de


1904 en la pequeña ciudad de Susquehanna en
Pensilvania. Su padre era abogado y su madre una
inteligente y fuerte ama de casa. Su crianza fue al
viejo estilo y de trabajo duro.

Era un chico activo y extravertido que le encantaba


jugar fuera de casa, construir cosas y le gustaba la
escuela. Sin embargo, su vida no estuvo exenta de
tragedias. Su hermano murió a los 16 años de un
aneurisma cerebral.

Recibió su grado en Inglés del Colegio Hamilton en Nueva York. No encajó muy bien allí.
Escribió para el periódico de la universidad, incluyendo artículos críticos sobre la misma, la
facultad e incluso contra la fraternidad. De paso era ateo (en una universidad que exigía asistir
diariamente a la capilla). Al final, se resignó a escribir artículos sobre problemas laborales.
Después de algunos viajes, decidió volver a la universidad; esta vez a Harvard. Consiguió su
licenciatura en psicología en 1930 y su doctorado en 1931.

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Psicología del Desarrollo Humano Mgs. Mónica Albán García

En 1936 se mudó a Mineápolis para enseñar en la Universidad de Minesota. Allí conoció y más
tarde se casó con Ivonne Blue. Tuvieron dos hijas, de las cuales la segunda se volvió famosa
como la primera infante que se crio en uno de los inventos de Skinner: la cuna de aire. Aunque
no era más que una combinación de cuna y corral rodeada de cristales y aire acondicionado,
parecía más como mantener a un bebé en un acuario.

En 1945 fue jefe del departamento de psicología en la Universidad de Indiana. En 1948 fue
invitado a volver a Harvard, donde se quedó por el resto de su vida. Era un hombre muy activo,
investigando constantemente y guiando a cientos de candidatos doctorales, así como
escribiendo muchos libros. El 18 de agosto de 1990, Skinner muere de leucemia, después de
convertirse probablemente en el psicólogo más famoso desde Sigmund Freud.
64

5.1.1.- Teoría

El sistema de Skinner está basado en el condicionamiento operante. El organismo está en


proceso de “operar” sobre el ambiente. Durante esta “operatividad”, el organismo se encuentra
con un determinado tipo de estímulo, llamado estímulo reforzador. Este estímulo tiene el
efecto de incrementar el operante (esto es, el comportamiento que ocurre inmediatamente
después del reforzador). Esto es el condicionamiento operante: Imagínese a una rata en una
caja especial (llamada, de hecho, “la caja de Skinner”) que tiene un pedal en una pared que
cuando se presiona, libera una bolita de comida. La rata corre alrededor de la caja, haciendo lo
que las ratas hacen, cuando “sin querer” pisa el pedal y ¡presto!, la bolita de comida cae en la
caja. Un comportamiento seguido de un estímulo reforzador provoca una probabilidad
incrementada de ese comportamiento en el futuro.

¿Qué ocurre si no le volvemos a dar más bolitas a la rata? Aparentemente no es tonta y


después de varios intentos infructuosos, se abstendrá de pisar el pedal. A esto se le llama
extinción del condicionamiento operante.

Un comportamiento que ya no esté seguido de un estímulo reforzador da la probabilidad de que


ese comportamiento no vuelva a ocurrir en el futuro.

Ahora, si volvemos a poner en marcha la máquina para que al presionar la barra, la rata
consiga el alimento, el comportamiento de pisar el pedal surgirá de nuevo.

Estímulo adverso es lo opuesto al estímulo reforzador; algo que notamos como displacentero
o doloroso. Un comportamiento seguido de un estímulo adverso resulta en una probabilidad
decreciente de la ocurrencia de ese comportamiento en el futuro.

Esta definición describe además del estímulo adverso, una forma de condicionamiento conocida
como castigo. Si le pegamos a la rata por hacer x, hará menos veces x. Si le doy un cachete a
José por tirar sus juguetes, los tirará cada vez menos (quizás).

Por otro lado, si removemos un estímulo adverso establecido antes de que la rata o José hagan
un determinado comportamiento, estamos haciendo un refuerzo negativo. Si cortamos la
electricidad mientras la rata se mantiene en pie sobre sus patas traseras, durará más tiempo de
pie. Si dejas de ser pesado para que José saque la basura, es más probable que saque la
basura. Un comportamiento seguido del cese del estímulo adverso resulta en una probabilidad
incrementada de que ese comportamiento ocurra en el futuro.

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Skinner no “aprueba” el uso del estímulo adverso; no por una cuestión ética, sino porque ¡no
funciona bien!. ¿Recuerdan cuando dije que José quizás dejaría de tirar los juguetes y que
quizás llegaría a tirar la basura? Es porque aquello que ha mantenido los malos
comportamientos no ha sido removido. Este refuerzo escondido ha sido solamente “cubierto”
por un estímulo adverso conflictivo. Por tanto, seguramente, José se comportarà bien; pero aún
le provocarà tirar los juguetes. Lo único que tiene que hacer es esperar a que estés fuera de la
habitación o echarle la culpa a su hermano, o de alguna manera escapar a las consecuencias, y
de vuelta a su comportamiento anterior. De hecho, será ¡aún más resistente a extinguir dicho
comportamiento!.

5.1.1.2.- La modificación de la conducta (mod-b).- Es una técnica terapéutica basada en el


trabajo de Skinner, muy directa: extinguir un comportamiento indeseable (a partir de remover el 64
refuerzo) y sustituirlo por un comportamiento deseable. Ha sido utilizada en toda clase de
problemas psicológicos (adicciones, neurosis, timidez, autismo e incluso esquizofrenia) y es
particularmente útil en niños. Hay ejemplos de psicóticos crónicos que no se han comunicado
con otros durante años y han sido condicionados a comportarse de manera bastante normal,
como comer con tenedor y cuchillo, vestirse por sí mismos, responsabilizarse de su propia
higiene personal y demás.

Hay una variante de mod-b llamada economía simbólica, usada con frecuencia en hospitales
psiquiátricos, hogares juveniles y prisiones. Se explican ciertas reglas que hay que respetar, y si
lo hacen, los sujetos son premiados con fichas que son cambiables por tardes libres fuera de la
institución, películas o cigarrillos. Si el comportamiento empobrece, se retiran estas fichas. Esta
técnica ha demostrado ser especialmente útil para mantener el orden en estas difíciles
instituciones.

Un inconveniente de la economía simbólica es el siguiente: cuando un “interno” de alguna de


estas instituciones abandona el centro, vuelven a un entorno que refuerza el comportamiento
que inicialmente le llevó a entrar en el mismo. La familia del psicótico suele ser bastante
disfuncional. El delincuente juvenil vuelve directamente a la “boca del lobo”. Nadie les da fichas
por comportarse bien. En otras palabras, ¡el ambiente no encaja muy bien!.

5.2.- Albert Bandura


1925 - presente

Nació el 4 de diciembre de 1925 en la pequeña localidad de Mundare en


Alberta, Canadá. Fue educado en una pequeña escuela elemental y un colegio,
con recursos mínimos, aunque con un porcentaje de éxitos importante.

Se licenció en Psicología en la Universidad de Columbia Británica en 1949.


Luego se trasladó a Iowa, donde conoció a Virginia Varns, instructora de
enfermería. Se casaron y tuvieron dos hijas. Después de su graduación, se
postuló para el post-doctorado en el Wichita Guidance Center en Wichita,
Kansas.
En 1953, empezó a enseñar en la Universidad de Stanford. Mientras estuvo
allí, colaboró con Richard Walters en el que fue su primer libro titulado Agresión Adolescente
en 1959.

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Presidente de la APA en 1973, Premio a las Contribuciones Científicas Distinguidas en 1980.


Continúa activo en la Universidad de Stanford.

5.2.1.- Teoría

El conductismo, con su énfasis sobre los métodos experimentales, se focaliza sobre variables
que pueden observarse, medirse y manipular y rechaza todo aquello que sea subjetivo, interno
y no disponible (lo mental). En el método experimental, el procedimiento estándar es manipular
una variable y luego medir sus efectos sobre otra. Todo esto conlleva a una teoría de la
personalidad que dice que el entorno de uno causa nuestro comportamiento.
64
Bandura consideró que esto era un poquito simple para el fenómeno que observaba (agresión
en adolescentes) y por tanto decidió añadir un poco más a la fórmula: sugirió que el ambiente
causa el comportamiento; cierto, pero que el comportamiento causa el ambiente también.
Definió este concepto con el nombre de determinismo recíproco: el mundo y el
comportamiento de una persona se causan mutuamente.

Más tarde empezó a considerar a la personalidad como una interacción entre tres “cosas”: el
ambiente, el comportamiento y los procesos psicológicos de la persona. Estos procesos
consisten en nuestra habilidad para abrigar imágenes en nuestra mente y en el lenguaje. En el
momento en que introduce la imaginación en particular, deja de ser un conductista estricto y
empieza a acercarse a los cognocivistas. De hecho, usualmente es considerado el padre del
movimiento cognitivo.
5.2.1.1.- Aprendizaje por la observación o modelado

De los cientos de estudios de Bandura, un grupo se alza por encima de los demás, los
estudios del muñeco bobo. Lo hizo a partir de una película de uno de sus estudiantes, donde
una joven estudiante solo pegaba a un muñeco bobo. La joven pegaba al muñeco, gritando
¡“estúpidooooo”!. Le pegaba, se sentaba encima de él, le daba con un martillo y demás
acciones gritando varias frases agresivas. Bandura les enseñó la película a un grupo de niños
de guardería que, como podrán suponer ustedes, saltaron de alegría al verla. Posteriormente se
les dejó jugar con un muñeco bobo nuevo y algunos pequeños martillos.

Y ustedes podrán predecir lo que los observadores anotaron: un gran coro de niños golpeando
a descaro al muñeco bobo. Le pegaban gritando ¡”estúpidooooo!”, se sentaron sobre él, le
pegaron con martillos y demás. En otras palabras, imitaron de manera bastante precisa a la
joven de la película.

Esto podría parecer un experimento con poco de aportación en principio, pero consideremos un
momento: estos niños cambiaron su comportamiento ¡sin que hubiese inicialmente un refuerzo
dirigido a explotar dicho comportamiento! Y aunque esto no parezca extraordinario para
cualquier padre, maestro o un observador casual de niños, no encajaba muy bien con las
teorías de aprendizaje conductuales estándares. Bandura llamó al fenómeno aprendizaje por la
observación o modelado, y su teoría usualmente se conoce como la teoría social del
aprendizaje.

Bandura estableció ciertos pasos en el proceso de modelado:

1. Atención. Si vas a aprender algo, necesitas estar prestando atención. De la misma manera,
todo aquello que suponga un freno a la atención, resultará en un detrimento del aprendizaje,

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incluyendo el aprendizaje por observación. Influyen sobre la atención ciertas propiedades del
modelo. Si el modelo es colorido y dramático, atractivo o prestigioso prestamos más atención. Y
si el modelo se parece más a nosotros, prestaremos más atención. Este tipo de variables
encaminó a Bandura hacia el examen de la televisión y sus efectos sobre los niños.

2. Retención. Segundo, debemos ser capaces de retener (recordar) aquello a lo que le hemos
prestado atención. Aquí es donde la imaginación y el lenguaje entran en juego: guardamos lo
que hemos visto hacer al modelo en forma de imágenes mentales o descripciones verbales.
Una vez “archivadas”, podemos hacer resurgir la imagen o descripción para poder
reproducirlas.

3. Reproducción. En este punto, lo primero de lo que debemos ser capaces es de reproducir 64


el comportamiento. Puedo pasarme todo un día viendo a un patinador olímpico haciendo su
trabajo y no poder ser capaz de reproducir sus saltos, ya que ¡no sé nada patinar!. Por lo tanto,
nuestra habilidad para imitar mejora con la práctica de los comportamientos envueltos en la
tarea. Y otra cosa más: nuestras habilidades mejoran ¡aún con el solo hecho de imaginarnos
haciendo el comportamiento! Muchos atletas, por ejemplo, se imaginan el acto que van a hacer
antes de llevarlo a cabo.

4. Motivación. Aún con todo esto, todavía no haremos nada a menos que estemos motivados
a imitar; es decir, a menos que tengamos buenas razones para hacerlo. Bandura menciona un
número de motivos:

a) Refuerzo pasado, como el conductismo tradicional o clásico.


b) Refuerzos prometidos, (incentivos) que podamos imaginar.
c) Refuerzo vicario, la posibilidad de percibir y recuperar el modelo como reforzador.

Nótese que los que Bandura considera motivos han sido tradicionalmente considerados como
aquellas cosas que “causan” el aprendizaje. Por supuesto que las motivaciones negativas
también existen, dándonos motivos para no imitar:

a) Castigo pasado
b) Castigo prometido (amenazas)
c) Castigo vicario.

Como la mayoría de los conductistas clásicos, Bandura dice que el castigo en sus diferentes
formas no funciona tan bien como el refuerzo y, de hecho, tiene la tendencia a volverse contra
nosotros.

5.2.1.2.- Autorregulación

La autorregulación (controlar nuestro propio comportamiento) es la otra piedra angular de la


personalidad humana. En este caso, Bandura sugiere tres pasos:

1. Auto-observación. Nos vemos a nosotros mismos, nuestro comportamiento y cogemos


pistas de ello.

2. Juicio. Comparamos lo que vemos con un estándar. Por ejemplo, podemos comparar
nuestros actos con otros tradicionalmente establecidos, tales como “reglas de etiqueta”. O
podemos crear algunos nuevos, como “leeré un libro a la semana”. O podemos competir con
otros, o con nosotros mismos.

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3. Auto-respuesta. Si hemos salido bien en la comparación con nuestro estándar, nos damos
respuestas de recompensa a nosotros mismos. Si no salimos bien parados, nos daremos auto-
respuestas de castigo. Estas auto-respuestas pueden ir desde (decirnos algo malo o trabajar
hasta tarde), hasta el otro más encubierto (sentimientos de orgullo o vergüenza).

Un concepto muy importante que podría entenderse bien con la autorregulación es la


autoestima. Si a través de los años, vemos que hemos actuado más o menos de acuerdo con
nuestros estándares y hemos tenido una vida llena de recompensas y alabanzas personales,
tendremos una autoestima alta. Si nos hemos visto siempre como incapaces de alcanzar
nuestros estándares, tendremos una pobre autoestima.
64
Notemos que los conductistas generalmente consideran el refuerzo como efectivo y al castigo
como algo lleno de problemas. Lo mismo ocurre con el auto-castigo. Bandura ve tres resultados
posibles del excesivo auto-castigo:

Compensación. Por ejemplo, un complejo de superioridad y delirios de grandeza.


Inactividad. Apatía, aburrimiento, depresión.
Escape. Drogas y alcohol, fantasías televisivas o incluso el más radical, el suicidio.

Las recomendaciones de Bandura para las personas que sufren de auto estimas pobres surgen
directamente de los tres pasos de la autorregulación:

Concernientes a la auto-observación. ¡Conócete a ti mismo!. Asegúrate de que tienes una


imagen precisa de tu comportamiento.
Concernientes a los estándares. Asegúrate de que tus estándares no están situados
demasiado alto. No nos embarquemos en una ruta hacia el fracaso. Sin embargo, los
estándares demasiado bajos carecen de sentido.

Concernientes a la auto-respuesta. Utiliza recompensas personales, no auto-castigos.


Celebra tus victorias, no lidies con tus fallos.

5.3.- Terapia

5.3.1.- Terapia de autocontrol.- Ha sido bastante exitosa con problemas relativamente simples
de hábitos como fumar, comer en exceso y hábitos de estudio.

1. Tablas (registros) de conducta. Comprende la autoobservación; cosas tan simples como


contar cuántos cigarrillos fumamos en un día hasta diarios de conducta más complejos. Al
tomar nota de los detalles, vamos a tener una visión más concreta de aquellas situaciones
asociadas a nuestro hábito: ¿fumo más después de las comidas, con el café, con ciertos
amigos, en ciertos lugares…?

2. Planning ambiental. Los registros y diarios nos facilitarán dar el siguiente paso: alterar
nuestro ambiente. Por ejemplo, evitar aquellas situaciones que nos conducen al mal
comportamiento: retirar los ceniceros, separarnos de nuestra pareja fumadora… Buscar el
tiempo y lugar para adquirir comportamientos alternativos mejores: ¿dónde y cuándo nos
damos cuenta que estudiamos mejor? Y así sucesivamente.

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3. Auto-contratos. Nos comprometemos a compensarnos cuando cumplimos nuestro plan y a


castigarnos si no. Estos contratos deben escribirse delante de testigos (nuestro terapeuta, por
ejemplo) y los detalles deben estar muy bien especificados: “Iré de cena el sábado en la noche
si fumo menos cigarrillos esta semana que la anterior. Si no lo hago, me quedaré en casa
trabajando”.

5.3.2.- Terapia de Modelado


Sugiere que si uno escoge a alguien con algún trastorno psicológico y le ponemos a observar a
otro que está intentando lidiar con problemas similares de manera más productiva, el primero
aprenderá por imitación del segundo.

La investigación original de Bandura sobre el particular envuelve el trabajo con herpefóbicos 64


(personas con miedos neuróticos a las serpientes) El cliente es conducido a observar a través
de un cristal, un sitio donde no hay nada más que una silla, una mesa, una caja encima de la
mesa con un candado y una serpiente claramente visible en su interior. Luego, la persona ve
cómo se acerca otra (un actor) que se dirige lenta y temerosamente hacia la caja. Al principio
actúa de forma muy aterradora; se sacude varias veces, se dice a sí mismo que se relaje y da
un paso a la vez hacia la serpiente. Puede detenerse en el camino, retraerse y volver a
empezar. Al final, llega al punto de abrir la caja, coge a la serpiente, se sienta en la silla y la
agarra por el cuello; todo esto al tiempo que se relaja y se da instrucciones de calma.

Después que el cliente ha visto todo esto (sin duda, con la boca abierta durante toda la
observación), se le invita a que él mismo lo intente. Imagínense, él sabe que la otra persona es
un actor (¡no hay decepción aquí; solo modelado!) Y aun así, muchas personas, fóbicos
crónicos, se embarcan en la rutina completa desde el primer intento, incluso cuando han visto la
escena solo una vez. Esta desde luego, es una terapia poderosa.

RESUMEN

La corriente conductista

Llamada “2° Corriente”. Sus planteamientos se basan en una observación


cuidadosa del comportamiento y del ambiente, así como sus relaciones. Los conductistas
ponen su énfasis sobre los métodos experimentales y rechazan todo aquello que sea subjetivo,
interno y no disponible (lo mental). Todo esto conlleva a una teoría de la personalidad que dice
que el entorno de uno causa nuestro comportamiento. En este apartado se revisaron los
aportes de Frederic Skinner y Albert Bandura.

La teoría de Skinner se basa en el condicionamiento operante, que plantea que el


organismo está en proceso de “operar” sobre el ambiente, y durante esta “operatividad”, se
encuentra con un estímulo, llamado reforzador, que tiene el efecto de incrementar el operante
(esto es, el comportamiento que ocurre inmediatamente después del reforzador). Para
comprobar su teoría creó una caja especial (llamada, de hecho, “la caja de Skinner”) donde
experimentaba con ratas. Otro planteamiento suyo es el Estímulo adverso, que es lo opuesto
al estímulo reforzador: como es displacentero o doloroso, su efecto hace decrecer los
comportamientos en el futuro.

Bandura plantea que el ambiente causa el comportamiento, pero que el comportamiento causa
el ambiente también. Definió este concepto con el nombre de determinismo recíproco: el
mundo y el comportamiento de una persona se causan mutuamente. Uno de sus estudios más

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famosos es el del muñeco bobo, donde comprueba su teoría del modelado a través de una
película exhibida a niños de guardería, donde una joven le pega a un muñeco bobo y los niños
al verla imitaron de manera bastante precisa a la joven de la película.

Aparte de las motivaciones positivas que “causan” el aprendizaje, Bandura considera otro tipo
de motivaciones que podemos llamar negativas, que nos dan motivos para no imitar: el castigo
pasado, el castigo prometido (amenazas) y el castigo vicario. Por último está la
autorregulación (controlar nuestro propio comportamiento) es la otra piedra angular de su
teoría, para la que Bandura sugiere tres pasos: Auto-observación, Juicio y Auto-respuesta.

MAPA CONCEPTUAL 64

CORRIENTE CONDUCTISTA
Basada en el Comportamiento

Frederic
Frederic Skinner
Skinner Albert
Albert Bandura
Bandura
Condicionamiento
Condicionamiento Operante
Operante Determinismo
Determinismo Recíproco
Recíproco
Estímulo
Estímulo Reforzador
Reforzador Teoría
Teoría del
del Modelado
Modelado
Estímulo
Estímulo Adverso
Adverso Autorregulación
Autorregulación

TEMA 6.- La Corriente Humanista

Es identificada como la “Tercera Corriente”. El enfoque humanista es el más reciente de las


tres. Se piensa que es una respuesta a las teorías psicoanalítica y conductista y su base
racional es que las respuestas se deben buscar en la consciencia o experiencia. La mayoría de
los humanistas prefieren los métodos fenomenológicos.

Revisaremos a tres autores de la corriente humanista: Abraham Maslow, Carl Rogers y Jacob
Levi Moreno.

6.1.- Abraham Maslow


1908 1970

Nació en Brooklyn, Nueva York el 1 de abril de 1908. Fue el primero de


siete hermanos y sus padres eran emigrantes judíos de Rusia. Estos,
con la esperanza de lograr lo mejor para sus hijos en el nuevo mundo,
le exigieron bastante para alcanzar el éxito académico. De manera
poco sorprendente, Abraham fue un niño bastante solitario,
refugiándose en los libros.

Para satisfacer a sus padres, estudió leyes. Se casó con Berta


Goodman, su prima mayor, con quien tuvo dos hijas. Se trasladaron a
vivir a Wisconsin y fue allí donde empezó a interesarse por la
psicología y su trabajo empezó a mejorar considerablemente. Un año

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después de su graduación, volvió a Nueva York donde empezó a interesarse en la investigación


de la sexualidad humana.

En N.Y. empezó a dar clases en el Brooklyn College. Durante este periodo, entró en contacto
con muchos de los inmigrantes europeos que llegaban a USA; personas como Adler, Froom,
Horney, así como varios psicólogos de la Gestalt y freudianos.

En 1951 fue Jefe del área de Psicología en Brandeis, permaneciendo allí durante 10 años. Fue
aquí donde empezó su cruzada a favor de la psicología humanística; algo que llegó a ser
bastante más importante que su propia teoría. Pasó sus últimos años semi-retirado en
California hasta que el 8 de junio de 1970 murió de un infarto del miocardio después de años de
enfermedad. 64

6.1.1.- Teoría

6.1.1.1.- La Pirámide de Necesidades

Una de las muchas cosas interesantes que Maslow descubrió mientras trabajaba con monos al
principio en su carrera fue que ciertas necesidades prevalecen sobre otras. Por ejemplo, si
estás hambriento o sediento, tenderás a calmar la sed antes que comer. Ya que puedes pasarte
sin comer unos días, pero solo un par de días sin agua. La sed es una necesidad “más fuerte”
que el hambre. De la misma forma, si te encuentras muy sediento, pero alguien te coloca un
artefacto que no te permite respirar, ¿cuál es más importante? La necesidad de respirar, por
supuesto.

PIRAMIDE DE MASLOW

Maslow recogió esta idea y creó su ahora famosa pirámide, con 5 grandes bloques: las
necesidades fisiológicas, necesidades de seguridad y reaseguramiento, la necesidad de amor y
pertenencia, necesidad de estima y la necesidad de actualizar el sí mismo (self); en este orden.

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Las necesidades fisiológicas. Estas incluyen oxígeno, agua, proteínas, sal, azúcar, calcio y
otros minerales y vitaminas. Otras necesidades incluidas aquí son aquellas dirigidas a
mantenernos activos, a dormir, a descansar, a eliminar desperdicios (CO2, sudor, orina y heces),
a evitar el dolor y a tener sexo.

Las necesidades de seguridad y reaseguramiento. Cuando las necesidades fisiológicas se


mantienen compensadas, entran en juego estas necesidades. Empezarás a preocuparte en
hallar cuestiones que provean seguridad, protección y estabilidad. Incluso podrías desarrollar
una necesidad de estructura, de ciertos límites, de orden. Estas necesidades en USA, se
concretarían en hallar una casa, estabilidad laboral, un buen plan de jubilación, un buen seguro
de vida y demás.
64
Las necesidades de amor y de pertenencia. Cuando las necesidades fisiológicas y de
seguridad se completan, empiezan a entrar en escena éstas: Necesidades de amistad, de
pareja, de niños y relaciones afectivas en general. Del lado negativo, nos volvemos
exageradamente susceptibles a la soledad y a las ansiedades sociales.

Las necesidades de estima. A continuación empezamos a preocuparnos por algo de


autoestima. Maslow describió dos versiones de necesidades de estima, una baja y otra alta. La
baja es la del respeto de los demás, la necesidad de estatus, fama, gloria, reconocimiento,
atención, reputación, apreciación, dignidad e incluso dominio. La alta comprende las
necesidades de respeto por uno mismo, incluyendo sentimientos tales como confianza,
competencia, logros, maestría, independencia y libertad.

La versión negativa de estas necesidades es una baja autoestima y complejos de inferioridad.


Maslow creía que Adler había descubierto algo importante al proponer que esto estaba en la
raíz de muchos problemas psicológicos.

Maslow llama a todos estos cuatro niveles anteriores necesidades de déficit o Necesidades-
D. Si no tenemos demasiado de algo (tenemos un déficit), sentimos la necesidad. Pero si
logramos todo lo que necesitamos, ¡no sentimos nada! En otras palabras, deja de haber
motivación: “No aprecias nada a menos que lo pierdas”.

El autor también habla de estos niveles en términos de homeostasis; principio a través del cual
opera nuestro termostato de forma equilibrada: cuando hace mucho frío, enciende la
calefacción; cuando hace mucho calor, la apaga. Lo que Maslow hace es simplemente extender
el principio de la homeostasis a las necesidades, tales como la seguridad, pertenencia y estima.
Maslow las considera necesarias para el mantener la salud. Afirma que todas estas
necesidades están construidas genéticamente en todos nosotros, como los instintos. De hecho,
les llama necesidades instintoides.

En términos de desarrollo general, nos movemos a través de estos niveles como si fueran
estadios. De recién nacidos, nuestro foco está en lo fisiológico. Poco tiempo después,
buscamos atención y afecto. Un poco más tarde, buscamos la autoestima. Bajo condiciones de
estrés podemos “regresar” a un nivel de necesidad menor. Cuando nuestra gran empresa ha
quebrado, podríamos buscar un poco de atención. Cuando nuestra familia nos abandona,
parece que lo único que necesitamos es amor.

Maslow sugiere que si tienes problemas significativos a lo largo de tu desarrollo (por ejemplo,
periodos más o menos largos de inseguridad o rabia en la infancia, o la pérdida de un miembro
familiar por muerte o divorcio, o rechazo significativo y abuso) entonces podrías “fijar” este

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grupo de necesidades para el resto de tu vida. Es la comprensión de Maslow sobre la neurosis.


Quizás de pequeño pasaste por calamidades y ahora tienes todo lo que necesitas; pero te
obsesionas por ahorrar constantemente. O tus padres se divorciaron cuando eras muy
pequeño; ahora tienes una esposa maravillosa, pero la celas constantemente o crees que te va
abandonar a la primera oportunidad porque no eres lo suficientemente “bueno” para ella.
6.1.1.2- Auto-actualización

Una vez logradas, estas necesidades continúan haciéndonos sentir su presencia. De hecho,
¡tienden a ser aún más insaciables a medida que las alimentamos! Comprenden aquellos
continuos deseos de llenar potenciales, a “ser todo lo que pueda ser”. Es una cuestión de ser el
más completo; de estar “auto-actualizado”.
64
Pero, si quieres llegar a una verdadera auto-actualización, debes tener llenas tus necesidades
primarias, por lo menos hasta un cierto punto. Cuando las necesidades básicas no están
satisfechas, no puedes dedicarte a llenar tus potenciales. La pregunta surge entonces: ¿qué es
lo que Maslow quiere decir exactamente con auto-actualización? Para responder, tendremos
que analizar a aquellas personas que Maslow considera auto-actualizadas.

Maslow escogió a un grupo de personas que le parecía que cumplían con los criterios de ser
auto-actualizadas. Incluyó personajes como Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma
Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt, William James, Benedict Spinoza, y otros. A partir
de ahí, desarrolló una lista de cualidades similares a todo el grupo y opuesta a la gran masa.

Estas personas eran centradas en la realidad, lo que significa que pueden diferenciar lo que
es falso, de lo que es real. También eran personas centradas en el problema, es decir, que
enfrentan los problemas en pos de sus soluciones. Y además tenían una percepción diferente
de los significados y los fines. Creían que los fines no necesariamente justifican los medios; y
que los medios (el viaje, el proceso) eran con frecuencia más importante que los fines.

Los auto-actualizadores poseían también una manera peculiar de relacionarse con los demás.
Tenían una necesidad de privacidad, y se sentían cómodos estando solos. Eran relativamente
independientes de la cultura y el entorno, apoyándose más en sus propias experiencias y
juicios. Así mismo, eran resistentes a la enculturación, es decir, a la presión social.

Además poseían interés social, compasión y humanidad –lo que Maslow llamaban valores
democráticos- Disfrutaban de las relaciones personales íntimas con pocos amigos
cercanos y familiares, más que de un montón de relaciones superficiales. Tenían un sentido del
humor no hostil, prefiriendo las bromas a costa de sí mismos o de la condición humana, pero
nunca dirigida a otros. Poseían además aceptación de sí mismo y de los demás, lo cual
implica aceptar a las personas como eran y no querer cambiarlas. La misma actitud la tenían
consigo mismos; preferían ser ellos mismos antes que ser pretenciosos o artificiales.

Eran creativos, inventivos y originales y además, tenían una tendencia a vivir con mayor
intensidad las experiencias que el resto de las personas. Experiencias pico como las llama el
autor, que tienden a dejar una huella sobre las personas que las viven. También son llamadas
experiencias místicas y constituyen parte importante de muchas religiones y tradiciones
filosóficas.

No obstante, Maslow no cree que los auto-actualizados fueran perfectos. Con bastante
frecuencia sentían ansiedad y culpa; aunque ansiedad y culpa realistas, no neuróticas o fuera

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de contexto. Algunos de ellos eran “idos” (ausentes mentalmente). Y por último, algunos otros
sufrían de momentos de pérdida de humor, frialdad y rudeza.

6.2.- Carl Rogers


1902 - 1987

Nació el 8 de enero de 1902 en Oak Park, un suburbio de Chicago,


siendo el cuarto de seis hijos. Su padre fue un exitoso ingeniero civil y su
madre ama de casa y devota cristiana. 64

Su educación comenzó en segundo grado, ya que sabía leer incluso


antes de entrar en parvulario. Creció bajo una estricta educación y
muchos deberes, sería más bien solitario, independiente y auto-
disciplinado.

Estudió agricultura y más tarde, se prepararía para ser religioso. Durante esta época, fue uno
de los 10 elegidos para visitar Beijing para el “World Student Christian Federation Conference”
por 6 meses. Esta experiencia amplió tanto su pensamiento que empezó a dudar sobre ciertas
cuestiones de su religión.

Después de graduarse, se casó con Helen Elliot (en contra de los deseos de sus padres), se
mudó a Nueva York y empezó a acudir a una famosa institución religiosa liberal. Aquí, tomó un
seminario que lo hizo desistir de dedicarse a la religión. Se cambió al programa de psicología
clínica de la Universidad de Columbia y recibió su PhD en 1931.

En 1940 dió cátedra en Ohio y dos años más tarde, escribiría su primer libro “Counseling and
Psychotherapy”. En 1945 fue invitado a establecer un centro de asistencia en la Universidad de
Chicago, donde publicó su trabajo: La Terapia Centrada en el Cliente (1951).

En 1957 volvió a la Universidad de Wisconsin. Desafortunadamente, serios conflictos internos


en el Departamento de Psicología, hicieron que Rogers se desilusionara con la educación
superior. En 1964, aceptó una plaza de investigador en La Jolla, California. Allí atendió terapias,
dio conferencias y escribió hasta su muerte en 1987.

6.2.1.- Teoría

Su teoría parte de sus años de experiencia clínica. A diferencia de Freud, Rogers considera a
las personas como básicamente buenas o saludables, o por lo menos no malas ni enfermas. Es
decir, considera la salud mental como la progresión normal de la vida, y entiende la enfermedad
mental, la criminalidad y otros problemas humanos, como distorsiones de lo natural.

Su teoría está construida a partir de una sola “fuerza de vida” que llama la tendencia
actualizante, que es una motivación innata presente en toda forma de vida dirigida a
desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite posible. Rogers entendía que todas las
criaturas vivientes (incluyendo animales y plantas) persiguen hacer lo mejor de su existencia, y
si fallan en su propósito, no será por falta de deseo.

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6.2.1.1.- Visión Positiva

Rogers agrupa bajo el nombre de visión positiva a cuestiones como el amor, afecto, atención,
crianza y demás. Está claro que los bebés necesitan amor y atención. De hecho, fallarían en
prosperar; en ser todo lo que podrían ser.

Otra cuestión, quizás exclusivamente humana, es la recompensa positiva de uno mismo, lo


que incluye la autoestima, la autovalía y una imagen de sí mismo positiva.

Nuestra sociedad también nos reconduce con sus condiciones de valía. A medida que
crecemos, nuestros padres, maestros y demás, solo nos dan lo que necesitamos cuando lo
“merecemos”. Podemos jugar sólo después de clase; comer dulce sólo cuando hayamos 64
terminado las verduras y, nos querrán sólo si nos portamos bien.

6.2.1.2.- Recompensa positiva condicionada

Dado que todos necesitamos esta recompensa, los condicionantes son muy poderosos y
terminamos siendo muy determinados por una sociedad que no necesariamente toma en
cuenta nuestros intereses reales. Este condicionamiento nos conduce a una autovalía
positiva condicionada. Empezamos a querernos si cumplimos con los estándares que otros
nos aplican. Y dado que estos estándares no toman en consideración las necesidades
individuales, es muy frecuente que no cumplamos esas exigencias y por tanto, no logremos un
buen nivel de autoestima.
6.2.1.3.- Incongruencia

La parte nuestra que encontramos en la tendencia actualizadora, seguida de nuestra valoración


de las necesidades y recepciones de recompensas positivas para uno mismo, es lo que Rogers
llamaría el verdadero yo (self). Es éste el verdadero “tú” que, si todo va bien, vas a alcanzar.

Por otro lado, dado que nuestra sociedad no está sincronizada con la tendencia actualizante y
que estamos forzados a vivir bajo condiciones de valía que no nos pertenecen, y finalmente,
que solo recibimos recompensas positivas condicionadas, entonces tenemos que desarrollar un
ideal de sí mismo (ideal del yo). En este caso, Rogers se refiere a ideal como algo no real;
como algo que está siempre fuera de nuestro alcance; aquello que nunca alcanzaremos.

El espacio comprendido entre el verdadero self y el self ideal; del “yo soy” y el “yo debería ser”
se llama incongruencia. A mayor distancia, mayor será la incongruencia. De hecho, la
incongruencia es lo que esencialmente Rogers define como neurosis: estar desincronizado con
tu propio self

6.2.1.4.- Defensas

Cuando estés en una situación donde existe una incongruencia entre tu Ideal del yo y tu Yo, te
encontrarás en una situación amenazante. Por ejemplo, si te han enseñado a que te sientas
incómodo cuando no saques “A” en todos tus exámenes, entonces situaciones especiales como
los exámenes, traerán a la luz esa incongruencia; los exámenes serán muy amenazantes.

Ante una situación amenazante, sientes ansiedad. La ansiedad es una señal que indica que
existe un peligro potencial que debes evitar. Una forma de evitar la situación es, por supuesto,
huir psicológicamente, usando las defensas.
Rogers define solo dos defensas: negación y distorsión perceptiva.

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La negación es muy parecida a la de Freud: bloqueas por completo la situación amenazante.


Por ejemplo, no presentarse a un examen para no enfrentarse a las notas finales. (por lo
menos por algún tiempo). La negación de Rogers incluye también lo que Freud llamó represión:
si mantenemos fuera de nuestra consciencia un recuerdo o impulso (nos negamos a recibirlo),
podremos evitar la situación amenazante (al menos por el momento).

La distorsión perceptiva es una manera de reinterpretar la situación de manera que sea


menos amenazante. Es muy parecida a la racionalización de Freud. Un estudiante amenazado
por las calificaciones y los exámenes puede, por ejemplo, culpar al profesor de que enseña muy
mal. El hecho de que existan malos profesores, hace que la distorsión sea más efectiva y es
difícil convencer a este estudiante de que los problemas son suyos, no del profesor. 64

Sobre la psicosis, Rogers dice que ésta surge cuando las defensas se sobresaturan y el
sentido del self se “esparce” en distintas piezas desconectadas entre sí. La conducta tiene poca
consistencia y estabilidad, con comportamientos extraños, palabras que parecen no tener
sentido y emociones inapropiadas. El individuo puede perder su habilidad para diferenciar el
self del no-self y volverse desorientado y pasivo.

6.2.1.5.- La persona Funcional al completo

Como Maslow, Rogers solo se interesa por describir a la persona sana. Su término es
funcionamiento completo y comprende las siguientes cualidades:
Apertura a la experiencia.- Comprende la capacidad de aceptar la realidad, incluyendo los
propios sentimientos. Si no puedes abrirte a tus propios sentimientos, no podrás abrirte a la
actualización. La parte difícil es distinguir los sentimientos reales de aquellos derivados de la
ansiedad subsecuente a cuestiones de valía personal.

Vivencia existencial. Esto correspondería a vivir en el aquí y ahora. No vivimos en el pasado ni


en el futuro; el primero se ha ido y el último ni siquiera existe. Sin embargo, esto no significa
que no debamos aprender de nuestro pasado, ni que no debamos planificar o ni siquiera soñar
con el futuro. Simplemente, debemos reconocerlos por lo que son: memorias y sueños, que
estamos experimentando ahora, en el presente.

Confianza organísmica. Debemos confiar en nosotros, hacer aquello que creemos que está
bien; aquello que surge de forma natural. Este es uno de los puntos espinosos de la teoría
rogeriana. “Sí, claro, entonces, si eres un sádico, haz daño a los demás; si eres un masoquista,
hazte daño; si estás deprimido, suicídate... De hecho, muchos de los excesos de los sesenta y
setenta fueron debidos a esta actitud. Pero a lo que Rogers se refiere es a la confianza en el
propio yo; en el sí mismo real y la única manera que tienes para conocer lo que es
verdaderamente tu self es ¡abriéndote a la experiencia y viviendo de forma existencialista! En
otras palabras, la confianza organísmica implica estar contacto con la tendencia actualizante.

Libertad experiencial. Esto no quiere decir, que somos libres para hacer lo que nos dé la gana.
Lo que significa es que nos sentimos libres cuando se nos brindan las oportunidades. Rogers
dice que la persona que funciona al 100% reconoce ese sentimiento de libertad y asume la
responsabilidad de sus oportunidades.

Creatividad.- Una persona completamente funcional, se sentirá obligada por naturaleza a


contribuir a la actualización de otros. Esto se puede hacer a través de la creatividad en el arte o

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la ciencia, a través de la preocupación social, el amor paternal, o simplemente haciendo lo


mejor posible el trabajo propio.

6.2.2.- Terapia

Su terapia se denomina centrada en el paciente (o en el cliente). Rogers seguía creyendo que


el paciente era el que debía decir lo que estaba mal, hallar formas de mejorar y de determinar la
conclusión de la terapia (aunque su terapia era “centrada en el paciente”, reconocía el impacto
del terapeuta sobre el paciente). Este nombre, desafortunadamente, supuso una cachetada en
la cara para otros terapeutas: ¿es que no eran la mayoría de las terapias “centradas en el
paciente”? 64

Actualmente, la mayoría de las personas le llaman terapia rogeriana. Una de las frases que
Rogers utiliza para definir su terapia es “de apoyo, no reconstructiva” y se apoya en la analogía
de la bicicleta para explicarlo: cuando ayudas a un niño a aprender a montar en bici,
simplemente no puedes decirle cómo, debe tratarlo por sí mismo. Y tampoco puedes estarle
sujetando para siempre. Llega un punto donde sencillamente le dejas de sostener. Si se cae, se
cae, pero si le agarras siempre, nunca aprenderá. Es lo mismo en la terapia. Si la
independencia (autonomía, libertad con responsabilidad) es lo que quieres que un paciente
logre, no lo logrará si se mantiene dependiente de ti como terapeuta. Un abordaje autoritario en
la terapia parece resultar fabuloso en la primera parte de la terapia, pero al final solo crea una
persona dependiente.

Existe solo una técnica por la que los rogerianos son conocidos: el reflejo. El reflejo es la
imagen de la comunicación emocional: si el paciente dice “¡me siento como un desastre!”, el
terapeuta puede reflejar esto de vuelta diciéndole algo como “Ya. La vida le trata mal, ¿no?” Al
hacer esto, el terapeuta le está comunicando al paciente que de hecho está escuchando y se
está preocupando lo suficiente como para comprenderle. También el terapeuta está permitiendo
que el paciente se dé cuenta de lo que él mismo está comunicando.

6.3.- Jacob Levy Moreno


1889 - 1974

Nació el 18 de mayo de 1889 en Rumanía; emigrando muy pequeño a Viena donde vivió desde
su infancia y realizó sus estudios universitarios. Ahí, además de estudiar medicina, filosofía,
teatro e iniciarse en el Hasidismo, se dedicó a desarrollar sus ideas existenciales además de
tener una muy activa vida dentro de los círculos intelectuales de la época.

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Es a partir de estos antecedentes que comenzó a desarrollar un sistema de pensamiento que a


todas luces era avanzado para su época, ya que ejercía una fuerte oposición hacía el
positivismo.

6.3.1.- El principio del encuentro

Menciona Moreno (1975, 1995) que el principio fundamental a todas las formas de psicoterapia
y curación emocional es el encuentro genuino entre personas; y
que el encuentro solo es posible a partir de la relación y la reciprocidad. Solo cuando cada uno
de los implicados experiencia la más simple y profunda existencia del otro, podrá experimentar
la suya propia.
64
Según Moreno, la patología y los problemas interpersonales, se producen a partir de la
dificultad de que las personas tengan un encuentro libre y espontáneo, ya que probablemente
los roles que desempeña cada uno serán rígidos y estereotipados, sin ningún contenido vital y
sí más bien representando un guion cultural.

El yo-tu que posibilita el encuentro, se establece desde una comunicación existencial y no


objetal, ya que si esto fuera así, sería una relación yo-ello, que estaría fundamentada en la
cosificación del otro y del control.

6.3.2.- La telé

La telé es un concepto fundamental del pensamiento socionómico. Moreno observó desde muy
joven, la presencia de una fuerza que permite que las personas se vinculen o rechacen. La telé
se conforma como una unidad básica de sentimiento que se trasmite de un individuo a otro, y
se establece como una expresión de la tendencia natural del ser humano para establecer
vínculos emocionales con el otro, siendo la calidad de la emoción que transita entre las
personas, la que proporciona la característica de atracción o rechazo (Boria, 2001).

La definición propuesta por Moreno, supone que la telé es el fundamento de todas las
relaciones sanas y que es de naturaleza bi-direccional, lo que significa que el flujo emocional
viaja simultáneamente entre las personas implicadas en la relación. Cuando Moreno se refiere a
una relación sana, quiere decir que en ella hay congruencia en la telé que se trasmite entre los
interlocutores, ya sea de aceptación (positivo), rechazo (negativo) o indiferencia (neutro). En el
sentido valorativo, la telé positiva, siempre va cargada de sentimientos, que implican un agrado
por la otra persona; la negativa contiene sentimientos de desagrado, mientras que la neutra no
lleva intensidad ni carga afectiva. Estos sentimientos siempre se presentan en distintos niveles
de intensidad, e implican una mayor atracción o rechazo por el otro.

La congruencia en la telé consiste en que cuando una persona A siente atracción por otra B,
también B siente atracción por A. En este caso, tanto A como B tienen un buen sentido de las
relaciones sociales y son capaces de intuir las características del otro y de establecer vínculos
emocionales adecuados y satisfactorios.

6.3.3.- La teoría de roles

“El rol puede ser definido como la forma que el individuo asume en un momento y situación
específicos en los cuales están involucrados otras personas u objetos. La forma es creada por
las experiencias pasadas y por los modelos culturales de la sociedad en la que vive la persona,

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y es sostenida por las capacidades productivas de la persona misma. Cada rol contiene una
fusión de elementos privados y colectivos”

El término rol, Moreno lo retoma del teatro y se refiere a la parte que un actor interpreta en una
representación teatral; así, la persona siempre representará un rol en un contexto determinado.
Todo rol se da en una bipolaridad, lo que implica que siempre hay un “otro” implicado, que
responde de manera recíproca por medio de la representación de un “contra-rol”, que es
mediatizado por una tarea específica que posibilita la interacción.

En el contexto de un grupo determinado, cada miembro desempeña un papel (rol) específico


que es necesario para la supervivencia del grupo. Lo que implica que dentro de cada grupo se
teje una compleja red de roles que se relacionan e interactúan de forma dinámica entre sí. La 64
forma en cómo se estructura la red interacciones dentro del grupo no es casual, se encuentra
mediada por la telé, lo que significa de cada miembro del grupo se relaciona con los otros de
forma específica, representando determinados roles con base en ciertos principios y
motivaciones de atracción y rechazo, sean conscientes o no.

6.3.4.- El Factor E/C

El Factor E/C (Espontaneidad Creatividad) es un tema angular y fundamental del pensamiento


moreniano. A pesar de que creatividad y espontaneidad están fuertemente interrelacionadas,
-por razones de exposición-, comenzaremos explorando la espontaneidad, para posteriormente
vincularla con la creatividad.

La espontaneidad es un fenómeno que trasciende a la teoría y la filosofía, y se presenta en la


vida misma. Moreno menciona que “la espontaneidad actúa en el presente, aquí y ahora, y
estimula al individuo hacia respuestas adecuadas en situaciones nuevas y a respuestas nuevas
en situaciones conocidas” (Moreno 1974). Esto es, que la espontaneidad actúa en el presente,
en un momento, y puede hacerse uso de “toda” o no, pero no es posible acumularla.

Cuando la persona se encuentra en un estado de espontaneidad, se siente vitalizada y llena de


energía; una energía que para que sea integradora, debe ser dirigida hacia la creatividad, la
transformación de la realidad personal y social, rompiendo esquemas cristalizados y limitantes.
Cuando en determinada situación la persona no responde en un estado de espontaneidad, el
acto es mecánico, reflejo y estereotipado. Los actos espontáneos en oposición a los
estereotipados, son los que permiten la evolución y crecimiento del ser humano.

Una respuesta espontánea siempre es ecológica y armónica, tanto para el sujeto como para el
contexto social donde éste se encuentra, lo que significa que cuando las personas actúan
espontáneamente, los resultados de estos actos conllevan implícitamente una transformación
benéfica para todos los implicados.

Moreno durante toda su vida luchó contra la tendencia generada en el mundo desde finales del
siglo XIX, y que alcanzó su máxima expresión en el siglo XX, cuando se orienta y presiona a los
individuos para alejarse de toda respuesta espontánea o creativa, dando preferencia a
respuestas y comportamientos rígidos y estereotipados, lo que conlleva a que la persona se
alinee con lo que los sistemas culturales, políticos o sociales marcan en el momento, por temor
a la exclusión.

Lo anterior tiene importantes implicaciones para la salud física, emocional y social, porque
cuando las personas viven como autómatas estereotipados, tienden a acumular importantes

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cantidades de ansiedad y estrés, ya que como Moreno menciona, el ser humano es


naturalmente espontáneo y creativo. Esto no quiere decir que la espontaneidad es opuesta a
los hábitos, ya que muchos de éstos son adaptativos; lo que hay que subrayar, es la necesidad
de que la persona se mantenga atenta a la necesidad de modificar y replantear sus
comportamientos habituales, para que éstos respondan a la situación.

Moreno dice que la creatividad “constituye la más alta inteligencia que el hombre conozca. El
subraya la errónea tendencia a dar el máximo valor a la obra terminada, por sobre el proceso
de preparación psíquico para la producción de ésta; ese instante en que la persona hace acopio
de sus recursos para emitir una respuesta adecuada.

Boria (2001) dice sobre la creatividad que ésta “se refiere exclusivamente al acto mismo, 64
mientras que la espontaneidad se refiere a la preparación para éste; lo que significa que la
persona es espontánea mientras busca comportamientos nuevos y adecuados, y es creativa
cuando los encuentra”. Esto muestra la inseparable relación e interdependencia de la
espontaneidad y la creatividad, y permite comprender cómo es que Moreno a lo largo de su
trabajo y reflexión teórica, modificó su postura de factor e (espontaneidad) a factor E/C
(espontaneidad-creatividad).

6.3.5.- Inconsciente individual, co-inconsciente e inconsciente colectivo

Freud denomina al inconsciente como un representante de la pulsión que se sitúa entre lo


somático y lo psíquico, y que por lo general, se encuentra reprimido por lo que no tiene acceso
a la consciencia más que por sus formaciones.

El enfoque de Moreno, en cambio, se basa en los vínculos, compromisos y afectos que se


generan entre los implicados en la relación, por lo que el concepto de Inconsciente planteado
por Freud, es limitado ya que se enfoca en la psique individual y no en la dinámica psíquica
producto de las relaciones interpersonales.

Moreno (1995) se vio en la necesidad de acuñar el concepto de “co-insconsciente”


pretendiendo explicar una entidad psíquica e interaccional en la que existen contenidos
comunes a dos o más personas.

Este concepto no pretende anular las construcciones psicoanalíticas explicativas de la


psicología profunda, sino que al igual que en caso del concepto de Telé, surge de la necesidad
de ampliarlo para poder explicar fenómenos producto del trabajo interpersonal en distintas
situaciones de parejas, familias y grupos.

El inconsciente colectivo, término acuñado por Carl Jung, se refiere a contenidos psíquicos que
se suponen comunes a toda la humanidad, y que no tienen su origen en la psique individual.
Menciona que su fundamento son las experiencias de los antepasados y que se transmite a las
generaciones posteriores a partir de las narraciones culturales (cuentos, mitos y leyendas) y por
los rituales; por lo que sus contenidos se refieren a figuras simbólicas conocidas como
arquetipos.

Sostiene Moreno la hipótesis de que cuando las personas mantienen relaciones interpersonales
profundas y con interacciones constantes y permanentes, es inevitable que vayan generando
contenidos psíquicos comunes, por lo que las dificultades de adaptación o neuróticas pueden
proceder de la relación interpersonal y encuentran explicación al explorar esta zona co-
inconsciente.

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El co-inconsciente de Moreno se refiere a todos aquellos contenidos psíquicos, afectivos,


simbólicos, de identidad, etc. que van construyendo y compartiendo las personas a partir de sus
interacciones, de ahí que el simbolismo y significado de éstos tenga que ver con la naturaleza
de la relación, la dirección e intensidad de la telé, la dinámica de roles y el encuentro
interpersonal. –A diferencia del inconsciente colectivo de Jung, cuyos contenidos colectivos
provienen directamente de la cultura-.

6.3.6.- Concepto socionómico de grupo

Un grupo es un determinado número de personas que interactúan entre sí en un contexto


definido, mediante el desempeño de distintos roles, que se mantienen unidos a partir de la telé 64
y comparten contenidos co-inconscientes y psico-afectivos. Para que se exista un grupo, deben
encontrarse en interacción al menos tres personas, ya que es a partir de la triada que se puede
desarrollar una dinámica grupal, con una telé estructura, patrones sociométricos de interacción
y una dinámica de roles.

El grupo no existe en el vacío, siempre se encuentra inmerso en un contexto que le impone


ciertas condiciones y le demanda ciertas acciones para poder sobrevivir. De ahí que a partir de
las condiciones del contexto donde se encuentra el grupo es que éste se organiza en las
actividades (Homans, 1968) que sus miembros deben desempeñar para responder a las
demandas de su contexto y sobrevivir en su medio. Estas interacciones generan en los
miembros del grupo sensaciones físicas y emocionales de agrado o desagrado, lo que
podemos calificar como sentimientos.
Hasta ahora, hay tres elementos que determinan la manera como se organiza el grupo, las
actividades, las interacciones y los sentimientos. A partir de estos elementos, la organización del
grupo se desarrolla en dos niveles o sistemas; el sistema interno y el externo. En el sistema
externo, el grupo se organiza para sobrevivir, y los elementos primordiales son las tareas y la
asignación y asunción de roles. Mientras que en el sistema interno, el foco principal son los
sentimientos y la vida psico-afectiva del grupo. Podemos decir que el sistema externo es el
núcleo de actividad del grupo mientras que el interno es donde se concentra su vida emocional.

6.3.6.1.- El grupo y su ambiente

Uno de los elementos fundamentales para el trabajo con grupos lo constituye el ambiente
donde se encuentra inmerso el grupo, ya que es de éste de donde recibe toda la información y
condiciones que son necesarias para su sobrevivencia. Para iniciar el análisis sociodinámico de
un grupo, habría que considerar el ambiente desde las siguientes dimensiones:

a) Ambiente situacional: Resulta fundamental comprender la historia del grupo,


especialmente sobre las circunstancias de su formación y aquellos acontecimientos relevantes
que influyen en ésta, como: separación de miembros, conflictos, fallecimientos, incorporación de
nuevos miembros, etc.

El reconocimiento del ambiente situacional permite comprender el estado en que se encuentran


los vínculos de relación entre los miembros, así como las características y sanidad de los
canales de comunicación y redes psicoafectivas; así mismo, permite la visualización de las
estrategias y procedimientos en los que el grupo ha enfrentado las distintas contingencias de su
historia.

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b) Ambiente físico: Se refiere a ¿dónde se encuentra el grupo?, ¿cuáles son las condiciones
de donde se encuentra? Ubicar y describir el ambiente físico del grupo, comprender las
condiciones de vida de éste y especialmente, la forma como se organiza para sobrevivir.

c) Condición psicosocial: Aquí se debe responder a lo siguiente:¿qué se espera del grupo?


¿Para qué se reúne?, Esto permite clarificar las expectativas que se tienen sobre el grupo, y
aquello que surge del sistema macrosocial en el que se encuentra inmerso; así encontraremos
condiciones distintas en dos grupos familiares, que aunque tengan el mismo número de
miembros y nivel educativo, habría que tener muy claras las características del contrato
matrimonial de los padres, los medios laborales, nivel sociocultural y económico, entre otros.

6.3.6.2.- Los elementos de la conducta grupal 64

En el pensamiento socionómico, los grupos cobran vida cuando sus miembros entran en acción
e inter-acción; de ahí que nos sea posible observar la vida de aquéllos como si se desarrollara
en escenas, considerando el contexto social como un escenario. La descripción de los
acontecimientos grupales tiene que ser densa y detallada, ya que debe quedar muy claro el
escenario tanto en sus características físicas como las del clima afectivo.

Para comenzar con el estudio sociodinámico, resulta fundamental que se tenga en cuenta que
tanto el grupo como su contexto son cambiantes, pero es ahí donde se encuentra la riqueza, ya
que a partir de un seguimiento paciente y detallado es como nos será posible captar el espíritu
grupal. Es necesario que se comience desde lo más básico, para lo cual el sociónomo, deberá
desprenderse de todo afán interpretativo colocándose en una postura descriptiva paciente y
puntual, con la consecuente recompensa de que le sea revelado el sentido profundo vital y
existencial del grupo. Para acceder al sentido profundo de la sociodinamia, es posible mirar la
dinámica de los grupos a partir de un triángulo autogenerado, interdependiente e inseparable: la
actividad, la interacción y los sentimientos.

La actividad se refiere a lo que hacen las personas en el medio físico, con o sin la utilización de
utensilios, solos o acompañados, dentro o fuera de los límites del grupo. Permite responder a
las preguntas ¿qué se hace?, ¿quién lo hace? ¿Cómo se hace?

Normalmente y dentro del contexto de los grupos sociales, las actividades aunque se hagan en
solitario, implican a las actividades de otros, ya sea de forma simultánea o subsecuente. Es
decir que normalmente las actividades de una persona son producto o generan las actividades
de otros, lo que provoca que las personas generen interacciones ya sea para realizar
actividades o como producto de ellas.

Para acceder a las interacciones, nos planteamos las siguientes preguntas: ¿quién se comunica
con quién?, ¿en qué orden?, ¿qué tanto?, ¿cuánto dura su comunicación? ¿Qué acciones
acompañan o dejan esta comunicación?

Y finalmente, tenemos los sentimientos que son los elementos más subjetivos de la conducta
social y surgen como resultado de las actividades y las interacciones. Éstos son definidos cómo
todas aquellas sensaciones internas que tiene el sujeto, resultantes de las actividades e
interacciones realizadas dentro del contexto grupal.

6.3.6.3.- La psicoterapia de grupo

Moreno define a la psicoterapia de grupo cómo “…un método para tratar conscientemente y en

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el marco de una ciencia empírica las relaciones interpersonales y los problemas psíquicos de
los individuos en un grupo.”

Uno de los puntos que vale la pena resaltar de la perspectiva de Moreno es que la terapia es
para el grupo, ya que la mirada se da de forma integradora y total del grupo como unidad,
considerando siempre que se encuentra formado por personas individuales, pero que cuando
forman parte de un grupo particular, se integran a un microcosmos particular con estructura y
dinámica propia, en la que poseerán un estatus sociométrico específico y desempeñarán roles y
contra-roles particulares.

6.3.7.- El psicodrama
64
El psicodrama parte de los conceptos griegos psique (alma) y drama (movimiento), y pretende
poner la mente de las personas en movimiento. Es un método de trabajo grupal e individual, en
el que por medio de técnicas de acción se logra la exploración de la situación vital y existencial
de la persona.

El método psicodramático se encuentra conformado por seis elementos: Grupo, Protagonista,


Escenario, Yo auxiliar, Audiencia, Director.

1. Grupo: En todos los tipos de grupos se da la interacción e intercambio de contenidos


psicoafectivos que dan como resultado el desarrollo de una dinámica de comportamiento grupal
dependiente del tipo de contenidos y afectos intercambiados.

2. Protagonista: Paciente elegido por el grupo para trabajar en la sesión por medio de la
representación de una escena o momento específico. Lo anterior implica que el grupo se pone
al servicio de éste para que se pueda realizar la exploración de la situación de la persona
implicando todas las áreas de la existencia.

3. Escenario: Espacio delimitado donde se realiza el trabajo psicodramático. Este se configura


como un espacio multidimensional y seguro para el trabajo psicodramático.La delimitación del
espacio de la acción o el escenario del psicodrama, permite la conjunción del mundo de la
realidad con el de la fantasía.

4. Yo auxiliar: Co-terapeuta o miembro del grupo que presta su yo para el trabajo terapéutico
del protagonista. Este resulta ser un apoyo para el director o terapeuta en jefe, y su trabajo
consiste en la representación de roles específicos que requiera el protagonista para la
realización de la escena.

5. Audiencia: Conformada por los miembros del grupo que no participan en la escena. Funge
como principio de realidad y como un espejo moral al protagonista. En algunas situaciones la
audiencia puede ser el paciente del trabajo psicodramático, al ser necesaria la intervención en
esferas del imaginario y síndromes colectivos.

6. Director: Terapeuta que coordina y facilita el desarrollo de la escena, funge como principio
de realidad y acompañamiento en la exploración profunda del protagonista.

6.3.8.- El sociodrama

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El sociodrama utiliza los mismos elementos que el psicodrama, pero se enfoca en la terapéutica
específica de roles y temas sociales y no así en los trastornos emocionales y psicopatológicos.
Sociodramáticamente es posible acceder a elementos de la dinámica social y temas específicos
como el imaginario sobre el contrato matrimonial y el matrimonio, los roles de esposos, padre y
madre, padre e hijo, hermanos, etc.

A modo de conclusión podemos mencionar que el pensamiento de Moreno es sumamente


complejo, ya que a pesar de las fuertes críticas que tuvo durante la primera mitad del siglo
pasado, la fragmentación y abaratamiento de sus conceptos, cuando este se retoma se manera
completa e integrada; resulta ser sumamente potente para explicar de una manera completa los
fenómenos que ocurren en el grupo pequeño, la familia, la institución e incluso la comunidad.
64

RESUMEN

La corriente Humanista

Esta “Tercera Corriente” es la más reciente de las tres y se basa en que las
respuestas se deben buscar en la consciencia o la experiencia. Se revisaron
los postulados de Abraham Maslow, Carl Rogers y Jacob Levi Moreno.

Una de las torías más interesantes de Maslow es la que se basa en las necesidades y de allí
surgió su ahora famosa pirámide, con 5 grandes bloques: las necesidades fisiológicas,
necesidades de seguridad y reaseguramiento, la necesidad de amor y pertenencia, necesidad
de estima y la necesidad de actualizar el sí mismo (self); en este orden.

Otro concepto fundamental de este autor es La Auto-actualización: para llegar a una


verdadera auto-actualización, hay que tener llenas las necesidades primarias, por lo menos
hasta un cierto punto.Pero ¿qué es lo que Maslow quiere decir exactamente con auto-
actualización? El escogió a un grupo de personas que le parecía que cumplían con los criterios
de ser auto-actualizadas: Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma Gandhi, Albert
Einstein, Eleanor Roosevelt, entre otros. A partir de ahí, desarrolló una lista de cualidades
similares a todo el grupo y opuesta a la gran masa.

Rogers, a diferencia de Freud considera a las personas como básicamente buenas. Es decir,
considera la salud mental como la progresión normal de la vida, y entiende la enfermedad
mental, la criminalidad y otros problemas humanos, como distorsiones de lo natural.

Su teoría está construida a partir de una sola “fuerza de vida” que llama la tendencia
actualizante, que es una motivación innata presente en toda forma de vida dirigida a
desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite posible. Rogers agrupa bajo el nombre de
visión positiva a cuestiones como el amor, afecto, atención, crianza y demás, que repercuten
en la autoestima, la autovalía y una imagen de sí mismo positiva.

Jacob Levi Moreno es otro exponente del humanismo cuyo concepto fundamental es la telé
que cataloga como una fuerza que permite que las personas se vinculen o se rechacen. Otro
tema angular del pensamiento moreniano es el Factor E-C (expontaneidad-creatividad). Sin
embargo, el principal aporte de Moreno es la terapia de grupo y el psicodrama, que toma
muchos elementos del teatro.

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MAPA CONCEPTUAL

LA CORRIENTE HUMANISTA
Basada en la consciencia y la
experiencia
64

Abraham
Abraham Maslow
Maslow Carl
Carl Rogers
Rogers Jacob
Jacob Levi
Levi Moreno
Moreno
Telé
Telé
Pirámide
Pirámide de
de Necesidades
Necesidades Bondad
Bondad innata
innata Factor
Factor E-C
E-C
Auto-actualización
Auto-actualización Tendencia
Tendencia Actualizante
Actualizante Terapia
Terapia de
de Grupo
Grupo
Visión
Visión Positiva
Positiva Psicodrama
Psicodrama

BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD

 Allport, Gordon (1996). Psicología de la Personalidad. México: Editorial Herder.


 Bleger, José. (2000). Psicología de la conducta. Buenos Aires: Editorial Paidos.
 Boeree, George. Teorías de la Personalidad. Piscología Online, 1997-2011. Recuperado
de: http://www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/personalidad.htm
 Freud, Sigmund. Obras Completas. Amorrortu Editores.
Recuperado de: www.amorrortueditores.com/catalogo.php?p_id_categoria=15
 Simanowitz, V. & Pearce, P (2006). Desarrollo de la Personalidad. Buenos Aires:
Editorial Mc Graw Hill.

UNIDAD III CRISIS, TRASTORNOS MENTALES Y TRASTORNOS DE LA


PERSONALIDAD

INTRODUCCIÓN

Carrera de Trabajo Social y Desarrollo Humano – II Ciclo


Psicología del Desarrollo Humano Mgs. Mónica Albán García

Hemos revisado en las unidades anteriores, todo lo referente al desarrollo de la personalidad y


las diferentes teorías que lo explican En esta unidad vamos a entrar de lleno en lo que se
refiere a los diferentes factores que afectan a la personalidad. Por una parte están las crisis por
las que atraviesan las personas a lo largo de sus vidas, ya sea por acontecimientos relativos a
las etapas del ciclo vital o por eventos inesperados que afectan el equilibrio individual y familiar
y que implican ajustes y cambios. Y por otra parte, veremos los distintos trastornos mentales y
de la personalidad que afectan a los individuos, sus síntomas y causas, de manera que sea
posible identificarlos cuando se presenten y puedan ser derivados al profesional
correspondiente -psicólogo o psiquiatra.

64
Tema 7.- Las crisis

Muchas personas escuchan la palabra crisis y suelen asociarla con una calamidad, el caos, el
desastre, un problema, desgracias, desempleo o la ruina. Es una palabra que, sin duda,
produce muchos dolores de cabeza para quien no tiene la información y la visión adecuadas
ante una situación aparentemente difícil. Es natural que una persona que no esté preparada
para ese cambio pueda ver todo a su alrededor como una adversidad. La crisis es una situación
que nos avisa que ha llegado el momento de hacer un cambio urgente en algo, es la hora de
tomar una decisión, pero depende mucho de la actitud de la persona ante una circunstancia en
particular. Es por esto que se define como crisis “a un momento de ruptura en el funcionamiento
de un sistema, un cambio cualitativo que puede ser en sentido positivo o negativo”.

La palabra crisis viene del griego Krisis y este del verbo Krinein, que significa “separar” o
“decidir”, también los chinos tienen su propia definición al respecto y para ellos la palabra crisis
tiene dos significados: peligro y oportunidad. Por esta razón, podemos decir que la crisis es un
momento de cambio o ruptura para tomar una decisión sobre cuál camino escoger, el camino
del peligro o el camino de la oportunidad, al fin y al cabo es una decisión personal.

Por otra parte nos adentraremos en lo que es la enfermedad mental y sus diferentes tipos de
trastornos, diferenciando los que son de origen neurótico de los de origen psicótico. Y
describiremos sus principales características y síntomas, según el DSM (Manual estadístico y
diagnóstico de los trastornos mentales, de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense)

7.1.- Las crisis familiares

La familia no puede mantener indefinidamente el mismo equilibrio siempre, bajo pena de


convertirse en patógena para sus miembros. Es natural que la familia atraviese periódicamente
crisis o fases de desestabilización que la lleven a modificar su equilibrio, adaptándose a las
nuevas necesidades de sus miembros o a las exigencias del entorno.

Los investigadores del funcionamiento familiar han intentado averiguar por qué algunas familias
logran afrontar las transiciones naturales y los eventos catastróficos, y aun, crecer a través de
ellos, en tanto que otras familias con problemas similares, se bloquean o se rinden ante las
dificultades.

Las familias, como todos los sistemas sociales, intentan mantener un funcionamiento
balanceado usando sus capacidades para enfrentar sus demandas o exigencias. Esto implica
una fase de ajuste y otra de adaptación a la crisis.

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La fase de ajuste denota un periodo relativamente estable, durante el cual sólo se presentan
cambios menores, como un intento de la familia por afrontar las demandas con las capacidad
existentes, dentro de patrones de interacción predecibles y estables. La crisis surge cuando la
naturaleza o el número de demandas exceden las capacidades de la familia.

Durante la fase de adaptación, la familia intenta restaurar el equilibrio, adquiriendo nuevos


recursos, desarrollando nuevas conductas de afrontamiento, reduciendo las demandas y
cambiando su visión de la situación.

7.1.1.- Tipos de Crisis

Existen tres tipos de crisis: Normativas, Paranormativas y Estructurales. 64

7.1.1.1- Crisis normativas

También llamadas vitales o de desarrollo. Son universales y por lo tanto previsibles, normales y
superables, puesto que las familias funcionales poseen las fuerzas y los recursos para
adaptarse a los cambios y reorganizar sus roles y reglas de relación.

Las crisis normativas o de desarrollo, son desencadenadas por eventos propios del ciclo
evolutivo: nacimiento del primer hijo, ingreso a la escuela, adolescencia de los hijos, egreso de
los hijos del hogar, etc. Algunos de estos cambios evolutivos son sutiles y graduales; otros son
abruptos y dramáticos. Algunos son determinados por las diversas etapas biológicas; otros por
condicionamientos de la sociedad. Las más vulnerables son, el nacimiento de los hijos, su
adolescencia y su egreso.

Las crisis evolutivas que marcan la transición de una etapa a otra, son oportunidades de
crecimiento para cada uno de los miembros de la familia, al posibilitar la adquisición de nuevas
responsabilidades, roles, relaciones, compromisos, lo que va dando forma a la identidad de
cada uno y del grupo. El sano funcionamiento de la familia requiere que estas crisis sean
reconocidas y validadas por ella misma como problemas potenciales, a fin de poder ser
resueltas favorablemente.

Las crisis normativas se desarrollan en 4 etapas, cada una con sus estresores típicos.

1. Etapa constitutiva.- Es la de la formación de la pareja y los principales problemas que


surgen en esta etapa son:

 Tensiones de tipo económico


 Desacuerdos relativos a la convivencias
 Relaciones con la familia del cònyuge
 Conflictos de lealtades entre el cónyuge y la propia familia (familia de origen)
 No superación de experiencias negativas anteriores (maltrato, abuso sexual)
 Tareas domésticas
 Tensiones asociadas a la planificación de los hijos
 Tensiones asociadas al acople de la vida sexual
 Distanciamiento afectivo por temor a perder identidad individual

2. Etapa Procreativa.- Son las familias con hijos pequeños

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 Ambigüedad entre maternidad y realización profesional en la mujer


 desacuerdos en los estilos de resolución de problemas
 desacuerdos en los estilos de control de la conducta de los hijos
 problemas en la administración del dinero
 Problemas emocionales y de comportamiento de los hijos
 Distanciamiento afectivo

3. Etapa de dispersión.- Corresponde a la etapa de la familia con hijos adolescentes

 Cuestionamiento de las normas entre padres e hijos


 Diferencias de expectativas y en creencias con respecto a la vida 64
 Conflictos intergeneracionales
 Dificultades en la comunicación
 Conductas de rebeldía en los hijos
 Resistencia de los hijos adolescentes para responsabilizarse de tareas domésticas
 Resistencia de los adolescentes a participar en las actividades familiares
 Disminución del nivel de cohesión familiar
 Aumento de conflictos conyugales por discrepancias sobre el manejo de los hijos.
 Dificultades emocionales y de comportamiento de los adolescentes.
 Adicciones
 Embarazos precoces
 Incremento de gastos por educación y vestuario

4. Etapa Familiar Final.- Corresponde a la etapa del egreso de los hijos del hogar

 Los padres se encuentran solos


 Hijos afianzan su propia identidad
 Cambio de roles y reglas familiares
 Conformación de nuevos núcleos familiares
 Retiro laboral de los padres
 Preocupación por la seguridad económica
 Conflictos conyugales no resueltos
 Conflictos con la pareja por atención a los padres ancianos
 Enfermedad y muerte de los padres (abuelos)
 Cambios en el uso del tiempo libre
 Cambios en la vida sexual de la pareja
 Viudez
 Enfermedad y disminución de la vitalidad

7.1.1.2.- Crisis paranormativas

Llamadas también de desajuste, son experiencias adversas producidas por eventos


inesperados: el diagnóstico de una enfermedad grave, la muerte de uno de los miembros, un
divorcio, una quiebra económica, etc. Son eventos que surgen de fuerzas extrañas a la familia
y que generalmente resultan impredecibles para ésta. Se asocian con grandes periodos de
disfunción, durante los cuales la familia presenta dificultades en la comunicación y para la

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identificación de los recursos necesarios para resolverlas, como sucede por ejemplo con un
divorcio, el alcoholismo de un miembro de la pareja o la conducta delictiva de un hijo.

Las desgracias inesperadas tienen tanta posibilidad de ocurrir en familias sanas como en
aquellas que sufren todo tipo de disfunción. El peligro de las crisis paranormativas o
inesperadas reside en la búsqueda de culpables; el esfuerzo por encontrar algo que alguien
podría haber hecho para evitar la crisis.

La familia funcional no difiere de la disfuncional por la ausencia de problemas, lo que las hace
diferentes es el manejo que hacen de sus conflictos

Las situaciones imprevisibles que precipitan una crisis paranormativa: 64

 Muerte de algún miembro del sistema familiar


 Calamidades económicas (quiebras, despidos)
 Migraciones
 Invalidez física y/o mental
 Catástrofes naturales
 Separaciones, divorcios, abandonos.

7.1.1.3.- Crisis estructurales

Son aquellas crisis concurrentes en las que se exacerban de manera regular determinadas
fuerzas DENTRO de la familia. Aunque la tensión venga de un factor externo, la crisis es en
esencia una exacerbación de una pauta interna. Incluso puede no haber una tensión externa
perceptible, para que estas familias, de vez en cuando, como respuesta a fuerzas misteriosas,
repitan una vieja crisis familiar.

Los sistemas familiares más vulnerables a este tipo de crisis son:

 Familias violentas
 Familias con miembros con tendencias suicidas
 Familias con miembros adictos
 Familias con miembros con una enfermedad psicosomática
 Familias que están permanentemente al margen de la ley

A nivel terapéutico, estas familias se ubican como multiproblemàticas. Son familias que no
tienen o poseen redes débiles y por ello requieren asistencia de varias entidades, instituciones
y/o profesionales.

Actividad 4: Crisis Familiares.


Para que el alumno pueda identificar los tipos de crisis presentados en el tema
7, a continuación les presentaremos el caso de una familia que acude a una
institución de servicio social.

Consigna: A partir de la lectura del caso, los alumnos deberán identificar las
crisis por las que está pasando la familia y clasificarlas por sus tipos: Normativas

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o del desarrollo, Paranormativas o inesperadas, o Estructurales. El caso será enviado como


tarea a la plataforma.

RESUMEN

La crisis es una situación que nos avisa que ha llegado el momento de hacer
un cambio urgente en algo, es la hora de tomar una decisión. Las crisis
afectan a las personas a lo largo de sus vidas, ya sea por acontecimientos
relativos a las etapas del ciclo vital o por eventos inesperados que afectan el
equilibrio individual y familiar y que implican ajustes y cambios. 64

Tipos de crisis

Crisis normativas.- También llamadas vitales o de desarrollo. Se presentan a lo largo del ciclo
vital (nacimiento del primer hijo, ingreso a la escuela, adolescencia de los hijos, egreso de los
hijos del hogar, etc.). Son universales, por lo tanto previsibles, normales y superables, puesto
que las familias funcionales poseen las fuerzas y los recursos para adaptarse a los cambios y
reorganizar sus roles y reglas de relación. El sano funcionamiento de la familia requiere que
estas crisis sean reconocidas y validadas por ella misma como problemas potenciales, a fin de
poder ser resueltas favorablemente.

Crisis paranormativas.- Llamadas también de desajuste; son experiencias adversas


producidas por eventos inesperados: el diagnóstico de una enfermedad grave, la muerte de uno
de los miembros, un divorcio, una quiebra económica, etc. Son eventos que surgen de fuerzas
extrañas a la familia y que generalmente resultan impredecibles para ésta. Separaciones,
divorcios, abandonos.
Crisis estructurales.- Son aquellas crisis concurrentes en las que se exacerban de manera
regular determinadas fuerzas DENTRO de la familia, aunque la tensión venga de un factor
externo. Las familias más vulnerables a este tipo de crisis son las violentas, las que están al
margen de la ley, las que tienen un miembro adicto o un miembro con tendencias suicidas.

MAPA CONCEPTUAL

CRISIS

CRISIS CRISIS CRISIS


NORMATIVAS PARANORMATIVAS ESTRUCTURALES

Nacimiento de los hijos Muerte o enfermedad Familias que presentan:


Ingreso a la escuela Divorcio o separación Violencia
Adolescencia Pérdida de trabajo Delincuencia
Carrera de Trabajo Social
Egreso de los hijos y Desarrollo Quiebra
Humano económica
– II Ciclo Adicciones
Jubilación - Viudez Catástrofe Tendencias suicidas
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Tema 8.- Trastornos mentales

Los trastornos mentales están claramente especificados y categorizados en el Manual 64


diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés Diagnostic and Statistical Manual
of Mental Disorders, DSM IV) de la Asociación Americana de Psiquiatría. Este manual contiene
una clasificación y una descripción clara de los trastornos mentales, con el fin de que los
clínicos y los investigadores de las ciencias de la salud puedan diagnosticar, estudiar,
intercambiar información y tratar estos trastornos. La edición vigente es la cuarta, DSM-IV y ya
se ha publicado un calendario de investigación para la publicación del DSM-V, que está prevista
para mayo de 2013.
El DSM se elaboró a partir de datos empíricos y con una metodología descriptiva, por lo cual es
una concepción errónea, pensar que la clasificación de los trastornos mentales clasifica a las
personas; lo que realmente hace es clasificar los trastornos de las personas que los padecen.
Es importante aclarar que siempre debe ser utilizado por personas con experiencia clínica, ya
que se usa como una guía que debe ser acompañada de juicio clínico, además de los
conocimientos profesionales y criterios éticos necesarios.
Existen tres grupos de trastornos mentales claramente diferenciados: Psicosis, Neurosis y
Trastornos afectivos.

8.1.- Psicosis

La psicosis es un término genérico utilizado en psiquiatría y psicología para referirse a un


estado mental descrito como una escisión (separación, ruptura) o pérdida de contacto con
la realidad. Las personas con psicosis pueden presentar alucinaciones o delirios y pueden
exhibir cambios en su personalidad y pensamiento desorganizado. Estos síntomas pueden ser
acompañados por un comportamiento inusual o extraño, así como por dificultad para interactuar
socialmente e incapacidad para llevar a cabo actividades de la vida diaria.

Por lo general el sujeto carece de introspección acerca de la naturaleza extraña o extravagante


que puede adoptar su conducta o sus pensamientos, los que terminan por provocar una grave
disfunción social.

8.1.1.- Causas de las psicosis


Las causas para desarrollar este trastorno pueden ser de diferente naturaleza. Destacamos los
siguientes factores:

a) Factores genéticos. Algunas personas poseen una predisposición genética. No


obstante, esto no significa que tengan que desarrollar este trastorno, para ello es preciso

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que haya un factor desencadenante junto con un ambiente social que lo favorezca,
como puede ser un divorcio, una experiencia traumática, un fracaso, la frustración al no
lograr un determinado objetivo, etc.

b) Factores psicológicos. Según la personalidad de cada individuo existe una mayor o


menor posibilidad de sufrir este trastorno.

c) Factores sociales. El ambiente social, las circunstancias y el entorno que rodean a la


persona también pueden influir.

d) Factores desencadenantes. Cualquier experiencia o circunstancia difícil de aceptar o


asumir puede favorecer su aparición. 64

El DSM IV reconoce como psicosis a la esquizofrenia y sus diversos tipos y a los siguientes
trastornos que implican pérdida de realidad como el trastorno esquizoafectivo, el trastorno
delirante y otros trastornos psicóticos como los inducidos por enfermedades médicas o por el
abuso de sustancias.

8.1.2.- La Esquizofrenia

Es una enfermedad o grupo de enfermedades que se caracteriza por la aparición brusca o, en


ocasiones, insidiosa, de una alteración predominante del pensamiento, el lenguaje, el afecto, la
sensopercepción y las habilidades sociales, y que se expresa conformando el síndrome
psicótico. Este síndrome se identifica por la presencia de delirios, alucinaciones,
comportamiento extravagante e insomnio, afectividad inapropiada (aplanamiento afectivo)
retraimiento social y deterioro de las actividades habituales del individuo.

El término esquizofrenia viene del griego schizein que significa dividir, escindir, hendir, romper
y de phrēn: entendimiento, razón, mente. Suele iniciarse en la adolescencia o en la juventud,
con brotes o recaídas, que dejan como secuela un deterioro cognitivo, afectivo y social. El
esquizofrénico por lo general muestra delirios, alucinaciones, lenguaje y pensamientos
desorganizados, trastornos afectivos y conducta inapropiada.

El tratamiento farmacológico esencial son los medicamentos antipsicóticos. La psicoterapia y


la rehabilitación profesional y social también son importantes. En casos más graves, donde hay
riesgo para el mismo paciente y para otros a su alrededor, puede ser indicada la hospitalización
involuntaria, aunque la estadía hospitalaria es hoy menos frecuente y más corta que en tiempos
pasados. Existen varios tipos de esquizofrenia, entre los más conocidos están las siguientes:
8.1.2.1.- Esquizofrenia paranoide
 Preocupación por una o más ideas delirantes de grandeza o persecución.
 Alucinaciones auditivas frecuentes.
 No hay lenguaje desorganizado, ni comportamiento catatónico o desorganizado, ni
afectividad aplanada o inapropiada.
 También pueden presentar ansiedad, ira, tendencia a discutir y violencia.

8.1.2.2.- Esquizofrenia desorganizada

 Lenguaje y comportamiento desorganizado.


 Afectividad aplanada o inapropiada.
 Puede presentar ideas delirantes que giran alrededor de un tema incoherente.
 Suele ser de inicio temprano.

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8.1.2.3.- Esquizofrenia catatónica

 Marcada alteración psicomotora que puede incluir inmovilidad motora o actividad motora
excesiva.
 Negativismo extremo, o mutismo.
 Peculiaridades del movimiento voluntario con posturas extrañas, movimientos
estereotipados, muecas.
 Copia lo que dice o hace otra persona.

8.2.- NEUROSIS 64

Aun cuando las neurosis se encuentran entre los trastornos más comunes de la práctica
médica, probablemente ninguna otra entidad clínica es, con tanta frecuencia, tan mal
comprendida. En vez de utilizarlo exclusivamente para un grupo específico de trastornos
mentales, la palabra se ha vuelto de uso popular para describir trastornos emocionales de la
más diversa naturaleza. Con mucha frecuencia se titula de "neuróticos" a individuos con un
comportamiento excéntrico o un poco inestable.

Las neurosis son episodios de desequilibrio psicológico que se presentan en personas que han
alcanzado una función mental relativamente adecuada. Son trastornos mentales sin una base
orgánica demostrable, en los cuales el paciente puede tener un considerable poder de auto
observación y una sensación adecuada de la realidad; en ellos lo más común es que no se
confundan las experiencias patológicas subjetivas y sus fantasías, con la realidad externa. La
conducta puede ser afectada seriamente, aunque es común que se mantenga dentro de límites
sociales aceptables; pues la personalidad no está desorganizada.

La conducta neurótica es repetitiva, insatisfactoria y conduce a una mala adaptación.


Funcionalmente, las neurosis son reacciones inadecuadas a las causas de estrés. En
consecuencia, muy a menudo los síntomas incluyen angustia y una exageración o
hiperactividad de los mecanismos que el paciente emplea comúnmente para resolver su
angustia y el estrés.

Las neurosis pueden ser de tipo recurrente y se manifiestan de la misma forma a través de toda
la vida del paciente. Pueden variar de gravedad, desde episodios leves hasta una enfermedad
grave e incapacitante, que incluso requiera hospitalización. Neurosis antiguamente quiso decir
lleno de nervios. A continuación veremos los principales tipos de neurosis.

8.2.1.- Neurosis Fóbica

Se caracteriza por la sistematización y desplazamiento de la angustia sobre un objeto o una


situación, que se transforman en terroríficos. Los temas fóbicos más frecuentes son
la agorafobia (fobia o temor a los espacios descubiertos), la claustrofobia (fobia a los espacios
cerrados). El vértigo fóbico (miedo a las alturas,, otros como el miedo a la oscuridad; miedo de
hablar en público, miedo a los animales, etc.

Todos estos aspectos y temas tienen como finalidad desplazar la angustia valiéndose para ello
del pretexto del objeto fóbico. El individuo organiza así distintas conductas fóbicas: de
evitación, evitando el objeto que le atemoriza; y de tranquilización: procurando no estar solo o
acompañarse de objetos que le proporcionan seguridad.

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El individuo fóbico está en una continua alerta para descubrir los peligros que presupone en el
ambiente que le rodea, y organiza actitudes de huida, que pueden ser pasivas: inhibición,
timidez con el otro sexo, indecisión o directamente rechazo total del contacto con los demás;
y activas o de comportamiento desafiante, en las que el sujeto procura mantenerse
continuamente ocupado.

8.2.1.1.- Algunos tipos de fobias:

 Agorafobia: miedo a los lugares abiertos.


 Algofobia: Miedo al dolor.
 Claustrofobia: miedo a los espacios cerrados 64
 Entomofobia: miedo a los insectos.
 Espectrofobia: miedo a los fantasmas
 Gamofobia: horror del matrimonio.
 Hemofobia: miedo a la sangre.
 Hidrofobia: miedo al agua.
 Ornitofobia:miedo a las aves.

8.2.2.- El trastorno de pánico.- Según el NIMH, el trastorno de pánico es un trastorno de


ansiedad que se caracteriza por episodios inesperados y repetidos de intenso miedo
acompañados por síntomas físicos como dolor en el pecho, palpitaciones aceleradas del
corazón, falta de aire, mareos, angustia o molestia abdominal. En el trastorno de pánico, los
episodios sucesivos de terror aparecen acompañados de cambios significativos en
el comportamiento del individuo y de una preocupación continua por que se produzcan nuevos
ataques de pánico.

Durante el ataque de pánico se producen síntomas físicos intensos, como taquicardia, dificultad
para respirar, hiperventilación pulmonar, temblores o mareos. Los ataques de pánico pueden
ocurrir en cualquier momento o lugar sin previo aviso. A menudo el individuo siente durante la
crisis que está en peligro de muerte inminente y tiene una necesidad imperativa de escapar de
un lugar o de una situación temida.

8.2.3.- Neurosis obsesiva o trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de


ansiedad, caracterizado por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen
inquietud, aprensión, temor o preocupación, y conductas repetitivas,
denominadas compulsiones dirigidas a reducir la ansiedad asociada. (No se debe confundir
con el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad)

EL TOC está caracterizado por:

Obsesiones: son pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que invaden


la conciencia y son vividos como exagerados o sin sentido, a veces como repugnantes. El
enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos, casi siempre sin conseguirlo. Es
entonces cuando se ponen en marcha las conductas compulsivas encaminadas a reducir
la ansiedad motivada por la obsesión.

Compulsiones: son conductas repetitivas, generalmente "caprichosas", que se realizan según


determinadas reglas y cuya principal función es reducir la ansiedad provocada por la obsesión.
El acto se realiza con una sensación de compulsión subjetiva junto con un deseo de resistirse a
la compulsión, por lo menos inicialmente. Por lo general, el individuo reconoce la falta de

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sentido de la conducta y no obtiene placer en realizar esta actividad, aunque disminuya la


ansiedad provocada por su obsesión. El enfermo enseguida nota que una sola compulsión o
"ritual" no basta para reducir su ansiedad, con lo que se ve obligado a repetir o aumentar el
ritual reforzando la dinámica del trastorno (círculo vicioso).

Tipos de TOC.- Dentro del TOC se pueden diferenciar los tipos más comunes:

Lavadores y limpiadores: son personas obsesionadas con la contaminación (contaminarse a


sí mismo o contagiar a los demás), con la propagación de enfermedades por la suciedad,
microorganismos o sustancias tóxicas. Con frecuencia, usan guantes o desinfectantes, lavan y
limpian sus manos, ropa y casa, un sinnúmero de veces al día, a pesar de que nunca logra
sentirse limpio o libre de contaminantes. 64

Verificadores: son personas que inspeccionan de manera excesiva las cerraduras de las
puertas, los listados de contrataciones y los aparatos electrodomésticos (gas, vitrocrerámicas,
calentador, enchufes). Revisan cajones, puertas y aparatos eléctricos para asegurarse de que
están cerrados, con seguro o apagados; nunca pueden estar seguros de si lo han hecho y se
preguntan repetidas veces: ¿cerré la puerta?, ¿apagué la luz?, ¿cerré la llave de gas?, etc.

Ordenadores: Personas que exigen que las cosas que les rodean estén dispuestas de acuerdo
con determinadas pautas rígidas, incluyendo distribuciones simétricas.

Acumuladores: coleccionan objetos, inclusive insignificantes o sin valor, de los que no pueden
desprenderse.

Numerales: buscan sentido a los números que les rodean; sumándolos, restándolos,
cambiándolos hasta que les da un número significativo para ellos.

Perfeccionistas: autoexigentes y autocríticos, se preocupan por detalles irrelevantes; tienen la


necesidad imperiosa de hacer las tareas perfectas: sacar las mejores notas en los estudios, ser
la mejor persona, el mejor conversador, el mejor amante, tener éxito en la vida, etc.

Supersticiosos: (Estas personas sienten el fuerte impulso de realizar tareas repetitivas


(rituales) sin sentido aparente, porque creen que si no lo hacen algo malo les puede suceder.
Creen en supersticiones (magia negra, mal de ojo, hombres lobo, vampiros, fantasmas, etc.).

Preguntadores compulsivos: tienen la necesidad preguntar continuamente a sí mismos o a


los demás sobre cualquier cosa por trivial o absurda que sea.

Dubitativos e indecisos (intolerancia a la incertidumbre): Suelen tener dificultades con la


toma de decisiones, preocuparse por los errores y dudar de sus acciones. Necesitan la certeza
para reducir la amenaza y por tanto manejar su ansiedad.

Varias teorías sugieren una base biológica para el trastorno, y actualmente una serie de
estudios exploran esta posibilidad. La Tomografía de Emisión Transaxial de Positrón (TETP) y
otras técnicas de imágenes han sugerido que pueden existir algunas anormalidades en el lóbulo
frontal que influyen en los síntomas del TOC.

Neurosis depresiva

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En este tipo de neurosis se presenta una reacción excesiva de depresión cuando ocurre un
conflicto, sobre todo alguna perdida emocional. Las reacciones se caracterizan por una pérdida
de autoestima, impulsos inhibitorios o de agresividad y distanciamiento hacia algunas personas.

Histeria o neurosis histérica

La histeria es un tipo de neurosis que se caracteriza por la hiperexpresividad somática de las


ideas, las imágenes y los afectos inconscientes. Freud la denominó histeria de conversión,
precisamente por la conversación somática de los conflictos inconscientes. Las manifestaciones
histéricas (espasmos, imposibilidad de tragar, dolores, edemas, urticarias, etc.) aparecen en el
cuerpo del sujeto y su carácter evidencia tres aspectos: la sugestibilidad, la mitomanía, ya que
el histérico miente, fabula, fantasea, y las alteraciones sexuales, como el “donjuanismo” y el 64
“mesalinismo”, que suelen ocultar impotencia, frigidez o perversiones.

Se distinguen dos tipos de histeria:

1) De tipo conversivo.- Es una conversión porque el paciente convierte el conflicto psicológico


en un trastorno físico. Tenemos aquí, la neurosis hipocondriaca.

Neurosis hipocondríaca.- Se caracteriza por la preocupación y el miedo a padecer, o la


convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de alguna
sensación corporal u otro signo que aparezca en el cuerpo. Puede ocurrir, por ejemplo,
con lunares, pequeñas heridas, toses, incluso latidos del corazón, movimientos involuntarios, o
sensaciones físicas no muy claras. Aunque el médico le asegure que no tiene nada, el
hipocondríaco solamente se queda tranquilo un rato, pero su preocupación vuelve de nuevo.

2) De tipo disociativo, en la cual aparecen trastornos de la conciencia. Los Trastornos


disociativos son un grupo de enfermedades que se caracterizan por una alteración de las
funciones integradoras de la conciencia, la identidad, la memoria y la percepción del entorno.
Esta alteración puede ser repentina o gradual, transitoria o crónica. Incluye:

La amnesia disociativa,- Es la la incapacidad de recordar información personal importante.


Suele aparecer tras haber sufrido acontecimientos traumáticos o situaciones muy estresantes,
desapareciendo espontáneamente si se aparta al individuo de la situación que originó el
trastorno. La duración de los episodios de amnesia puede ser desde minutos hasta años.

La fuga disociativa.- Se identifica por la desaparición del sujeto de su domicilio o trabajo


durante horas o días, a continuación de la cual se produce una amnesia masiva del período de
fuga. La mayoría de las veces existen factores estresantes psicosociales, temporalmente
relacionados con la conducta de fuga.

El trastorno de identidad disociativo (o personalidad múltiple).- Caracterizado porque el


sujeto habla o se comporta como si tuviera dos o más personalidades, hasta el punto de que
alguna de ellas, en algún momento, dirige su conducta. Cada personalidad se vive como una
historia personal con una imagen, una identidad e incluso un nombre distintos. Generalmente
hay una identidad primaria que responde al nombre del individuo y se manifiesta pasiva,
dependiente, culpable y depresiva. Las identidades alternantes, habitualmente contrastan con la
identidad primaria. El tiempo que se requiere para pasar de una identidad a otra es
normalmente de unos segundos, pero a veces esta transición se realiza gradualmente. El
número de identidades que se han podido registrar oscila entre dos y más de cien. A menudo, el
estrés psicosocial produce la transición de una identidad a otra.

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8.3. TRASTORNOS AFECTIVOS

Los trastornos afectivos, son un grupo de padecimientos que se caracterizan por anormalidades
en la regulación del afecto o ánimo. Generalmente se acompañan con alteraciones del
funcionamiento cognitivo, del sueño, del apetito, y del equilibrio interno (homeostasis). Aunque
el origen de estos padecimientos se desconoce en la mayoría de los casos, recientes
investigaciones sostienen la idea de que tienen una base neurobiológica.

Actualmente se reconocen diferentes tipos de Trastornos Afectivos; los más importantes son:
64
 Trastorno depresivo mayor (depresión mayor)
 Trastorno bipolar

8.3.1.- Depresión mayor

Sus síntomas predominantes son: tristeza la mayor parte del día, disminución del interés o de la
capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades (anhedonia), trastornos del sueño
(insomnio, hipersomnia) y del apetito (disminución, aumento), alteraciones psicomotoras
(agitación, enlentecimiento), pérdida de energía, sentimientos de culpa, disminución de la
capacidad de concentración, pensamientos de muerte e ideas suicidas. Estos síntomas
provocan deterioro social, laboral o de otras áreas de la actividad del individuo. En casos graves
están descritas manifestaciones de tipo psicótico (delirios, alucinaciones).

Para su tratamiento se propone el uso de antidepresivos, sin embargo éstos sólo han
demostrado ser especialmente eficaces en depresión mayor/grave.

8.3.2.- Trastorno afectivo bipolar

Es una enfermedad que ocasiona cambios abruptos en el estado de ánimo. También se conoce
como trastorno maníaco-depresivo o solo como trastorno bipolar.

El trastorno afectivo bipolar afecta tanto el estado de ánimo como la conducta. La persona que
lo padece, pasa por estados emocionales extremos, que van desde la energía excesiva y la
euforia (manía) hasta la depresión y los pensamientos suicidas. Sus estados de ánimo
cambian bruscamente de un extremo a otro. Este trastorno afecta a uno de cada 100 adultos en
algún momento en la vida. Aparece con mayor frecuencia en personas entre 15 y 25 años y
afecta tanto a hombres como a mujeres.

Los patrones de cambios del estado de ánimo pueden ser cíclicos, comenzando a menudo con
una manía que termina en una depresión profunda. En ocasiones pueden predominar los
episodios maníacos o los depresivos. Algunos de estos trastornos se denominan 'de ciclado
rápido' porque el estado de ánimo puede cambiar varias veces en un período muy breve de
tiempo. Otras veces se presenta el llamado "estado mixto", en el que los pensamientos
depresivos pueden aparecer en un episodio de manía o viceversa.

Causas.- En la actualidad, se desconocen las razones exactas por las se puede desarrollar un
trastorno bipolar. Este pudiera desencadenarse debido a cambios en el sistema nervioso o en
las sustancias químicas del cerebro; sin embargo, hay algunos factores que aumentan las
probabilidades de padecer de un trastorno afectivo bipolar:

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 Tener un familiar cercano con trastorno afectivo bipolar puede aumentar el riesgo.
 Acontecimientos estresantes como la ruptura de una relación o una enfermedad física
pueden desencadenar un trastorno afectivo bipolar.
 Un desequilibrio químico en el cerebro

Lo básico para el tratamiento del trastorno bipolar es la toma de conciencia del problema por
parte del afectado y sus allegados, de manera que puedan hacer frente a las crisis sin temores
infundados y con herramientas válidas. La terapia farmacológica personalizada, es otra de las
claves. Los antipsicóticos y los estabilizadores del ánimo son los fármacos más utilizados.

La manía es un episodio característico del trastorno bipolar que se alterna con fases 64
depresivas. Se caracteriza por la exaltación del estado de ánimo, que puede expresarse como
euforia, aunque en otros muchos casos predomina la iracundia, e incluso la agresividad, sobre
la alegría festiva. Otros síntomas son la exaltación psicomotriz, la extrema prodigalidad (el
sujeto afectado puede implicarse en gastos excesivos o mostrarse excesivamente generoso),
pensamiento extraordinariamente acelerado (verborrea, fuga de ideas), la atención muy
dispersa, la disminución de la necesidad de dormir y el aumento del impulso sexual. Los
episodios maníacos pueden durar períodos largos. Esto puede dar lugar a agotamiento físico,
gastos excesivos y relaciones poco sensatas o inadecuadas.

RESUMEN

Trastornos mentales

Para su estudio, están divididos en Psicosis, Neurosis, Trastornos


Afectivos y Trastornos de la Personalidad.

Psicosis

Es un estado mental que tiene que ver con la pérdida de contacto con la realidad, lo que
termina provocando una grave disfunción social. La enfermedad psicótica más importante y
conocida es la esquizofrenia.

La esquizofrenia, se caracteriza por la presencia de delirios, alucinaciones, comportamiento


extravagante e insomnio, afectividad inapropiada (aplanamiento afectivo) retraimiento social y
deterioro de las actividades habituales del individuo. Existen algunos tipos de esquizofrenia:
paranoide, desorganizada y catatónica.

Neurosis

Las neurosis se encuentran entre los trastornos más comunes de la práctica médica. Son
episodios de desequilibrio psicológico en los que la conducta puede ser afectada seriamente,
aunque es común que se mantenga dentro de límites sociales aceptables; pues la personalidad
no está desorganizada. La conducta neurótica es repetitiva, insatisfactoria y conduce a una
mala adaptación, Puede ser de tipo recurrente y se manifiestan de la misma forma a través de
toda la vida del paciente. Existen muchos tipos de neurosis:

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Neurosis fóbica, que se caracteriza por el desplazamiento de la angustia sobre un objeto o


situación, que se transforman en terroríficos. Los temas fóbicos más frecuentes son
la agorafobia (fobia o temor a los espacios descubiertos), la claustrofobia (fobia a los espacios
cerrados). El vértigo fóbico (miedo a las alturas,, otros como el miedo a la oscuridad; miedo de
hablar en público, miedo a los animales, etc.

El trastorno de pánico, se caracteriza por episodios inesperados y repetidos de intenso miedo


acompañados por síntomas físicos como dolor en el pecho, palpitaciones aceleradas del
corazón, falta de aire, mareos, angustia o molestia abdominal.

Neurosis obsesiva o trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad,


caracterizado por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen inquietud, 64
temor o preocupación, y conductas repetitivas, denominadas compulsiones dirigidas a reducir la
ansiedad asociada.

Neurosis depresiva, que se presenta cuando ocurre un conflicto, sobre todo alguna pérdida
emocional. Las reacciones se caracterizan por una pérdida de autoestima, impulsos inhibitorios
o de agresividad y distanciamiento hacia algunas personas.

Neurosis histérica, que se caracteriza por la hiperexpresividad somática de las ideas, las
imágenes y los afectos inconscientes. Puede ser de conversión, cuando el conflicto psicológico
se convierte en somático, o de disociación, cuando aparecen trastornos de la conciencia.
Los trastornos Afectivos

Se caracterizan por anormalidades en la regulación del afecto o ánimo. Generalmente se


acompañan con alteraciones del funcionamiento cognitivo, del sueño, del apetito, y del equilibrio
interno (homeostasis). Entre los trastornos afectivos más importantes están:

La depresión mayor, cuyos síntomas predominantes son: tristeza, disminución del interés o
la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, trastornos del sueño y del
apetito, alteraciones psicomotoras, pérdida de energía, sentimientos de culpa, disminución de la
capacidad de concentración, pensamientos de muerte e ideas suicidas.

El trastorno afectivo bipolar, enfermedad que ocasiona cambios abruptos en el estado de


ánimo. También se conoce como trastorno maníaco-depresivo o solo como trastorno bipolar. La
persona que lo padece, pasa por estados emocionales extremos, que van desde la energía
excesiva y la euforia (manía) hasta la depresión y los pensamientos suicidas.

MAPA CONCEPTUAL
TRASTORNOS MENTALES

PSICOSIS NEUROSIS TRASTORNOS


AFECTIVOS

Esquizofrenia Fobica
Paranoide Obsesivo-compulsiva Depresion mayor
Desorganizada Depresiva Trastorno bipolar
Catatónica Histérica
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o
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Tema 9.- Trastornos de la personalidad

Es un conjunto de trastornos caracterizados por un patrón de conducta generalizado e inflexible


que no permite una correcta adaptación del sujeto a las demandas ambientales, provocando
malestar en la persona o en su entorno. Están presentes en un catorce por ciento de la
población general. Están asociados a enfermedades mentales que dificultan en gran medida el
tratamiento e incrementan la posibilidad de recaída. 64

Genéricamente se agrupan en tres categorías: los extraños (paranoide, esquizotípico y


esquizoide), los dramáticos e impulsivos (antisocial, histriónico, límite y narcisista) y los
ansiosos (evitación, dependencia u obsesivo- compulsivo).

9.1.-Trastorno paranoide de la personalidad

Se caracteriza por una actitud permanente de suspicacia y desconfianza hacia el prójimo. El


sujeto cuestiona constantemente los motivos y la lealtad de los amigos, compañeros e incluso
de su familia; cree ser explotado, manipulado o engañado por los demás. Frecuentemente sufre
de celos patológicos, que le hacen ser un individuo aislado y solitario. Las personas con esta
patología rara vez buscan tratamiento.

9.2.- Trastorno esquizoide de la personalidad

Se caracteriza por distanciamiento en las relaciones sociales y la restricción de la expresión


emocional en el plano interpersonal. Este tipo de personas parecen indiferentes a las relaciones
interpersonales. Suelen ser solitarios y casi siempre escogen actividades que no requieran
relación con otras personas. Con una afectividad muy restringida, son fríos y distantes, poco
expresivos en sus gestos, expresiones faciales. Los sujetos con este trastorno tienen pocas
amistades y no suelen casarse.

9.3.- Trastorno esquizotípico de la personalidad

Se distingue por una capacidad reducida para relacionarse con los demás, así como
distorsiones del pensamiento y excentricidades del comportamiento. Los sujetos con este
trastorno suelen tener creencias raras y supersticiosas (telepatía, clarividencia), lenguaje raro y
estereotipado, suspicacia excesiva, expresión afectiva inapropiada y restringida,
comportamiento excéntrico, falta de amigos íntimos por su incomodidad en las relaciones
personales e intensa ansiedad social.

9.4.- Trastorno antisocial de la personalidad

Se distingue por un patrón general de conducta de desprecio y violación de los derechos de los
demás, con fracaso para adaptarse a las normas sociales e inclusive a las leyes. Es la
personalidad más habitual en el mundo de la delincuencia. Las personas con este trastorno
engañan y manipulan con tal de obtener un provecho o placer personal. Son incapaces de
planificar el futuro, probablemente por su gran impulsividad, y por su búsqueda constante de

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nuevas sensaciones. Se irritan con facilidad y pueden llegar a la agresión, despreocupándose


imprudentemente por su seguridad y la de los demás.

En general, son irresponsables en el trabajo y con sus responsabilidades económicas y, en


casos extremos, no acostumbran a mostrar remordimientos sino, por el contrario, indiferencia o
justificaciones inadecuadas. Existen gradaciones dentro de este trastorno, que oscilan entre los
que presentan sólo dificultades interpersonales o laborales, hasta los que caen en la
delincuencia. Se denomina también personalidad psicopática o psicópata.

9.5.- Trastorno histriónico de la personalidad

El histriónico es un personaje extremadamente emotivo, con búsqueda de atención constante. 64


Se siente incómodo si no es el centro de la atención, lo que consigue de diversas formas, que
van desde actitudes de vivacidad hasta el dramatismo, pasando por la seducción o la
provocación, en toda la variedad de sus relaciones sociales, laborales o personales, más allá de
lo que sería adecuado en su contexto social. Usa un lenguaje excesivamente subjetivo,
expresando opiniones contundentes de forma teatral pero sin base convincente (por ejemplo, se
refiere constantemente a las personas como "encantadoras" o "maravillosas" sin concretar de
forma más específica o argumentarlo).

Teatrales y exagerados, los histriónicos son conocidos por sus demostraciones emotivas
públicas, que van desde el abrazo ardoroso hasta el sollozo descontrolado o la cólera. Sus
relaciones acostumbran a ser superficiales y muy variables, considerando sus interacciones en
general mucho más íntimas de lo que son en realidad (expresar amistad apenas sin conocer al
otro) Son sujetos altamente sugestionables, fácilmente influenciados en sus opiniones y
sentimientos según las personas o las modas. Tiene tendencia a la extroversión y a aburrirse
fácilmente con las actividades rutinarias, por lo que buscan la estimulación y la excitación.

9.6.- Trastorno límite de la personalidad o borderline

También llamado limítrofe o fronterizo, es el que se caracteriza por la inestabilidad en las


relaciones personales, la autoimagen y la afectividad, y una notable impulsividad. Estas
personas realizan frenéticos esfuerzos para evitar un abandono real o imaginado. En casos
extremos expresan comportamientos de autoagresividad y amenazas suicidas; su inestabilidad
efectiva les provoca episodios de ansiedad que suelen durar poco tiempo. Invadidos por
sentimientos crónicos de vacío, controlan la ira muy difícilmente.

9.7.- Trastorno narcisista de la personalidad

El de los sujetos que se caracterizan por tener un desmesurado sentido de autoimportancia,


con fantasías de éxito ilimitado, poder o belleza, y exigencias de admiración excesiva.
Pretenciosos hasta lo irrazonable, llegan a ser interpersonalmente explotadores, con tendencia
a la envidia patológica y a los comportamientos arrogantes y soberbios. Curiosamente su
autoestima es frágil, y de ahí la necesidad constante de atención y admiración, que llega a
convertirse en una expectativa irracional de recibir un trato de favor especial, mostrándose
furiosos si esto no sucede. Carecen de empatía, por lo que son reacios a identificarse con los
sentimientos y necesidades de los demás.

9.8.- Trastorno por evitación de la personalidad

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Es el que afecta a los sujetos inhibidos socialmente por sus sentimientos de inferioridad. Evitan
trabajos o actividades que impliquen relacionarse con la gente si no están seguros de que van a
agradar, se preocupan de antemano por la posibilidad de ser ridiculizados o avergonzados;
pueden sentirse extremadamente ofendidos si alguien se muestra crítico o incluso levemente en
contra. Se vuelven prácticamente "invisibles" por temor a que la atención vaya a provocar la
humillación o el rechazo. Se ven a sí mismos socialmente ineptos, poco interesantes o
inferiores a los demás, por lo que evitan asumir nuevas relaciones o actividades sociales. La
prevalencia es del uno por ciento entre la población general, siendo igual de frecuente tanto en
varones como en mujeres.

9.9.- Trastorno por dependencia de la personalidad


64
El que se distingue por una necesidad general excesiva de que se ocupen de uno, lo que
ocasiona un comportamiento de sumisión y de temor a la separación. Las personas con este
trastorno tienen grandes dificultades para tomar decisiones cotidianas (por ejemplo, el color de
la camisa que se tiene que poner) y esperan que otros asuman la responsabilidad en los
principales aspectos de su vida. Su dependencia provoca dificultades para expresar el
desacuerdo con los demás, debido al temor de la pérdida. Su falta de autoconfianza les dificulta
la iniciación de proyectos o la toma de decisiones, sintiéndose desamparados cuando están
solos y buscando urgentemente una nueva relación cuando termina otra importante, a fin de
proseguir con el apoyo que necesitan.

9.10.- Trastorno obsesivo- compulsivo de la personalidad

El de las personas que tienen una preocupación exagerada por el orden, el perfeccionamiento y
el control mental e interpersonal. Detalles, normas, listas, horarios, centran su actividad. Son
tercos, escrupulosos e inflexibles, reacios a delegar tareas, dedicándose de forma obsesiva a la
actividad laboral. Rígidos y obstinados, adoptan un estilo avaro en los gastos debido a la
ansiedad excesiva que les producen las posibles necesidades futuras. Se diferencia de la
neurosis obsesivo- compulsiva por la presencia de obsesiones y compulsiones en esta última, si
bien, pueden estar asociados.

RESUMEN

Los trastornos de la personalidad. Son un conjunto de trastornos


caracterizados por un patrón de conducta generalizado e inflexible que no
permite una correcta adaptación del sujeto a las demandas ambientales,
provocando malestar en la persona o en su entorno. Se agrupan en tres
categorías: los extraños (paranoide, esquizotípico y esquizoide), los
dramáticos e impulsivos (antisocial, histriónico, límite y narcisista) y los
ansiosos (evitación, dependencia u obsesivo- compulsivo).

MAPA CONCEPTUAL

TRASTORNOS DE LA
PERSONALIDAD
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Paranoico
Esquizotípico
Esquzoide 64
Antisocial
Límite
Histriónico
Narcisista
De evitación
De dependencia
Obsesivo-
compulsivo

BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD

 González, M. y Otros (2010). Teorías Psicosociales. Costa Rica: Universidad de Costa


Rica.
 Hernández, Á. (1998) Familia, Ciclo Vital y Psicoterapia Sistémica Breve. Bogotá,
Editorial El Búho.
 Koldobsky, N. (2000). Teorías actuales en los desórdenes de personalidad. Serie de
Trabajos y Estudios de investigación de la personalidad y sus desórdenes. Argentina:
Universidad Jhon F. Kennedy.
 Morris, C. & Maisto, A. (2001). Psicología. Editorial Pearson Educación. México.
 Quintero, A. (1997) Trabajo Social y Procesos Familiares. Buenos Aires, Ed. Lumen.

UNIDAD IV FACTORES PSICOSOCIALES DE RIESGO Y PROTECCIÓN

INTRODUCCIÓN

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Son diversas las circunstancias que influyen en las condiciones de salud mental de la población
y, que a partir de un enfoque multifactorial, se asocian a condiciones de tipo biológico (genético
y ambiental) y psicosocial (económico, cultural y demográfico), que al interactuar afectan de
diferente forma a individuos, familias y grupos sociales.

Factores biológicos Los factores biológicos se dividen en genéticos y ambientales.

a) Genéticos La influencia de los factores genéticos en el desarrollo de la enfermedad mental


está fuera de toda discusión. Se ha demostrado que muchos de los principales trastornos
psiquiátricos están asociados a factores hereditarios, como en el caso de la esquizofrenia, por
ejemplo.
64
b) Biológicos ambientales. Si bien el factor genético es considerado como el más importante
en relación con la enfermedad mental, no explica por sí solo el 100% de las causas de estos
trastornos. Los factores ambientales biológicos han sido identificados con más precisión y la
asociación de éstos con las enfermedades mentales es cada vez más evidente. Un ejemplo de
ello lo podemos observar en la esquizofrenia, donde el trauma obstétrico eleva hasta siete
veces el riesgo de padecerla.

Factores Psicosociales.- Los factores psicosociales son aquellos que están relacionados con
el medio ambiente físico y social; éstos, siempre han estado presentes como condicionantes, en
diversa medida, de la salud mental. Se ha demostrado la relación entre la exposición a factores
psicosociales y la salud en general; esto tiene su origen en la agresión hacia el individuo
provocada por la inseguridad y tensión que se produce en el contexto físico y social. Este
proceso daña la convivencia humana, propicia la aparición y mantenimiento de diversos
fenómenos sociales como pobreza, violencia urbana, violencia familiar, fuerte presión en el
lugar de trabajo, inseguridad de empleo, bajo apoyo social, conductas adictivas, desintegración
familiar, niños en situación de calle, explotación sexual y abuso físico de menores, entre otro

La relación entre los factores sociales y la enfermedad mental se ejemplifica en el trastorno


depresivo, ya que la muerte de los padres, el abuso sexual y el maltrato físico en el niño elevan
el riesgo de presentar este trastorno. También se ha observado que el factor estresante social
asociado con mayor frecuencia al inicio de un episodio depresivo es la pérdida del cónyuge.
Varios estudios han encontrado que la pérdida del esposo durante el embarazo se ha asociado
a un aumento en el riesgo del producto de presentar esquizofrenia en la edad adulta.

Tema 10.- Factores Protectores y de Riesgo que inciden en la salud mental

Los factores protectores son las condiciones, situaciones o características de la persona,


familia o grupo social que funcionan como mecanismos para proteger o para potenciar sus
capacidades y que les permite estar fortalecidos ante las situaciones de riesgo o cuando se
encuentran en una situación de adversidad. Éstos moderan el impacto del estrés y regulan los
síntomas transitorios para lograr el bienestar físico y psicosocial, además de reducir la
posibilidad de que se presente un trastorno.

Los factores de riesgo son todas aquellas condiciones que propician que un trastorno mental
se desarrolle y pueda agravar las circunstancias, el estado de salud físico, emocional o social
de la persona, familia o comunidad expuesta a los factores biológicos y psicosociales. Las
cadenas de riesgo operan a través del tiempo para aumentar la vulnerabilidad, como es el caso
de la pobreza; sin embargo, existen otros que pueden precipitar la aparición de algún trastorno,

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como es el caso de la falta de atención a los hijos por parte de los padres. Muchos de estos
factores son específicos de ciertas etapas de la vida, en particular de la infancia; otros tienen
impacto a lo largo de la vida como la desventaja socioeconómica.

Las mujeres tienen una posición de desventajosa en la sociedad, como resultado en la


disparidad de sus derechos humanos

10.1.- Factores protectores que influyen favorablemente en la salud mental de los


individuos (Especialmente los niños)

10.1.1.- Individuales
64
• Alimentación adecuada
•Cercanía o apego con la familia
• Inteligencia superior a la media
•Logros escolares
• Habilidades en la resolución de problemas
• Autocontrol
• Habilidad social
• Habilidades de relación
• Optimismo
•Creencias morales
• Valores
• Autoestima
10.1.2.- Familiares

•Padres que proveen cuidado y ayuda


• Armonía familiar
•Familia segura y estable
•Familia pequeña
•Más de dos años entre embarazos
•Responsabilidades en la familia (de adultos y niños)
•Relación de apoyo con otro adulto (de un niño o un adulto)
•Normas y moral sólidas en la familia
•Comunicación afectiva
•Expresión emocional

10.1.3.- Escolares

• Sentimiento de pertenencia
• Clima escolar positivo
•Grupo de pares prosocial
•Colaboración y apoyo •Responsabilidades
•Oportunidades de éxito y reconocimiento de logros
• Reglas en la escuela en contra de la violencia

10.1.4.- Sociales

• Relación cercana con una persona significativa (compañero/ mentor)


• Oferta de oportunidades en momentos críticos o en cambios importantes
• Seguridad económica

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• Buena salud
• Acceso al mercado laboral
• Vivienda digna

10.1.5.- Eventos

• Relación cercana con una persona significativa (compañero/ mentor)


• Oferta de oportunidades en momentos críticos o en cambios importantes
• Seguridad económica
• Buena salud

10.1.6.- Grupos vulnerables 64

La vulnerabilidad social es la condición de las familias o personas que debido a su edad,


género, origen étnico o limitaciones físicas presentan mayores riesgos en su salud, en su
integridad física, mental o moral y en su desarrollo como personas plenas, que al hacerse
presentes en determinados grupos los convierte en vulnerables. Se ha considerado la pobreza
y la exclusión social como resultado de las fallas estructurales de la sociedad que marginan a
las personas, sustrayéndoles oportunidades para una vida mejor, para su acceso a la justicia y
el disfrute de sus derechos sociales.

La condición de pobreza está vinculada a contextos familiares precarios y a la falta de


oportunidades para exigir y ejercer derechos

10.2.- Factores de riesgo con influencia potencial en el desarrollo de problemas de salud


mental (Especialmente niños)

10.2.1.- Individuales

• Alteraciones genéticas
• Daño cerebral prenatal
• Nacimiento prematuro
• Daño al nacer
• Bajo peso y complicaciones al nacer
• Discapacidad física e intelectual
• Salud deficiente en la infancia
• Apego inseguro en la infancia
• Inteligencia deficiente
• Temperamento difícil
• Enfermedad crónica
• Habilidades sociales deficientes
• Autoestima baja
• Alienación/ aislamiento
• Impulsividad

10.2.2.- Familiares

• Madre adolescente
• Padre o madre solteros
• Familia numerosa
• Modelos con rol antisocial

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• Falta de armonía y/o violencia familiar


• Familia disfuncional
• Divorcio y/o separación
• Negligencia con el cuidado del niño
• Desempleo prolongado de los padres
• Abuso de sustancias en los padres
• Problemas mentales en los padres
• Disciplina inconsistente y /o rígida
•Experiencias de rechazo

10.2.3.- Escolares
64
• Peleas/riñas
•Rechazo de los padres
•Bajo apego a la escuela
• Manejo inadecuado de la conducta
•Grupo de pares desafiante
•Fracaso escolar
•Cambios de escuela
• Relaciones insatisfactorias
•Deserción escolar
• Falta de expectativas o expectativas falsas

10.2.4.- Sociales

• Desventaja socioeconómica
• Discriminación social y cultural
• Violencia y criminalidad en la zona de vivienda
• Densidad de población y condiciones inadecuadas de la vivienda
•Falta de servicios de apoyo como transporte y lugares de recreo
• Aislamiento social
• Sociedad competitiva

10.2.5.- Eventos

•Abuso físico, sexual y emocional


• Muerte de un familiar
•Enfermedad física o discapacidad
• Desempleo/ Inseguridad de empleo
•Falta de hogar •Encarcelamiento
•Pobreza, inseguridad económica
• Accidentes de trabajo
•Responsabilidad en el cuidado a un enfermo o discapacitado
•Residencia en un lugar de cuidados o asilo
•Guerra o desastres naturales

10.3.- Otros factores de riesgo

La pobreza.- La pobreza como reflejo de mala nutrición, carencia de servicios básicos,


marginalidad, acceso limitado a los servicios educativos y de salud, repercute directamente en

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la salud mental del individuo, impactando directamente en las condiciones de vida de la familia y
de la sociedad. Este es un problema complejo, en el que la dimensión de la carencia, la
privación o la marginalidad son los rasgos que habitualmente se destacan.

Encuestas recientes han demostrado que las familias pobres tienen una mayor prevalencia de
depresión y trastornos de ansiedad; los niños que viven en la pobreza se encuentran más
expuestos a enfermedades médicas, estrés familiar, apoyo social inadecuado y a la depresión
de los padres. La pobreza se asocia con la falta de apoyo y de estimulación, ambientes
caóticos, estrés psicológico y bajo control en la familia. Enfocando la atención a las minorías
vulnerables es importante entonces, mencionar a los grupos considerados de mayor riesgo
social y de salud, por tener las mayores adversidades de la complejidad demográfica.
64
Mujeres trabajadoras.- El cambio de los roles en el hogar y la doble carga para las mujeres,
que además de las labores del hogar, aportan económicamente, ha provocado un incremento
del papel de la mujer en las decisiones familiares, pero también ha generado un desfase entre
las expectativas de comportamiento de hombres y mujeres y las realidades domésticas, que
estalla en diversas situaciones de violencia intrafamiliar, que en la mayoría de los casos recae
directamente sobre las mujeres y los menores de edad. La mayor participación de las mujeres
en el mundo del trabajo incrementa a su vez el número de menores que crecen al margen del
cuidado y la vigilancia de ambos padres, así como de aquellos que ingresan de manera
temprana al mercado informal de trabajo.

Vulnerabilidad social.- Condición de las familias, grupos o personas que debido a su edad,
género, origen étnico, limitaciones físicas, presentan mayores riesgos en su salud, en su
integridad física, mental o moral y en su desarrollo como personas plenas.

Exclusión social.- Efecto final en que se ven afectadas las personas por falta de acceso a los
bienes y servicios, sea por vínculos débiles con el mercado o bien con las prestaciones sociales
En los últimos años se han incrementado los problemas sociales, asociados al desarrollo del ser
humano y a su salud mental

La extensión de la responsabilidad de la mujer, trae como consecuencia la falta de cuidado y


atención hacia los hijos, que afecta el bienestar de la familia y su proceso natural de desarrollo

Población rural.- Las características de la vida rural, como la falta de oportunidades de trabajo,
la falta de infraestructura básica, de servicios de salud, de satisfactores, alimentación deficiente
y mal balanceada, oportunidades limitadas para contraer matrimonio fuera del círculo familiar,
incrementando los factores genéticos de riesgo, aunados al abuso en el consumo de alcohol,
embarazos adolescentes, depresión y limitaciones en el desarrollo de las funciones cerebrales
superiores, son factores que favorecen la prevalencia de padecimientos mentales.

Niñas y niños en situación de calle.- El niño de la calle es todo menor que depende o está en
condiciones de depender de su propia actividad en la calle para sobrevivir; de igual modo
existen menores que trabajan en la calle para contribuir al ingreso familiar, llamados también
niños en la calle. Con su inclusión en el mercado laboral, los niños y jóvenes de hogares más
desfavorecidos se encuentran en condiciones de enorme desventaja, pues trabajar para
contribuir al ingreso familiar les impide asistir a la escuela; esta falta de preparación se convierte
en un obstáculo para superar, en el futuro, sus precarias condiciones de vida. Asimismo, se ha
detectado que un gran número de estos menores es miembro de familias desintegradas y
disfuncionales, lo que las convierte en expulsoras de estos niños y posibilitan que el problema
se mantenga, ya que éstos salen a la calle en busca de mejores condiciones de vida, muchas

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veces sólo para encontrarse con situaciones hostiles, agresivas, opresivas, incomprensivas y en
crisis constante. Estos niños y jóvenes viven continuamente expuestos al uso de drogas, a la
violencia social, al abuso sexual, a la prostitución, a la explotación y a las enfermedades
trasmitidas por vía sexual; entre las secuelas que esta situación deja en los menores se
encuentran el retraimiento emocional, la ansiedad, la depresión y los problemas para
relacionarse, entre otros. En suma, estos niños habitan en condiciones de alto riesgo, que les
impide romper con el círculo intergeneracional de la pobreza y enfrentan adversidades que
pueden ocasionarles trastornos en su salud física y mental.

El niño de la calle se define como todo menor que depende o está en condiciones de depender
de su propia actividad en la calle para sobrevivir Estos niños viven en situaciones de alto riesgo,
que pueden ocasionarles trastornos en la salud física y mental 64

Personas con discapacidad.- Las personas con discapacidad son aquellas que por razones
físicas, psicológicas y sociales requieren de mayor apoyo para interactuar con su medio y
desarrollar sus potencialidades. Adicionalmente, la discapacidad se asocia con otro factor de
vulnerabilidad que es la pobreza, que hace más susceptible de desarrollar diversos trastornos
en su salud física y mental a quien lo padece. Si la población discapacitada no es atendida
adecuadamente, padece desajustes psicosociales, problemas de desintegración familiar,
analfabetismo, desempleo, mendicidad y problemas económicos graves, todos ellos estresores
emocionales importantes.

Menores farmacodependientes.- El consumo de drogas se ha extendido a casi todos los


grupos sociales; se le considera un problema de salud pública, además de que se le relaciona
con acciones delictivas y violentas. La relación de la farmacodependencia con otros fenómenos
sociales no sólo es muy estrecha por las implicaciones legales, laborales, culturales e incluso
políticas sino que, además, representa un factor condicionante importante para el desarrollo de
enfermedades mentales. En el “Estudio de niñas y niños y adolescentes trabajadores en cien
ciudades” realizado por DIF- UNICEF, en 1997, se detectó que el consumo de drogas se da en
mayor proporción entre varones. Según el estudio, siete de cada cien varones las han probado
y sólo tres de cada cien mujeres. Las drogas consumidas con mayor frecuencia son los
inhalables y la marihuana y en menor proporción, la cocaína y las pastillas psicotrópicas. La
relación con la familia de origen es especialmente importante para explicar las variaciones en
los índices del consumo de drogas. Los resultados muestran que el vivir en la calle es el factor
de riesgo más importante para usar drogas, 56% de los menores que viven en esas
circunstancias en comparación con solamente 5% de los que viven en su casa han usado
drogas. Los menores cuyo lugar de residencia son las calles reportaron índices de consumo
entre 8 y 16 veces más altos que aquellos que viven en sus casas. El menor índice de consumo
se observó entre quienes viven en una familia completa (3.4%); cuando falta uno de los padres
la proporción de usuarios se duplica (7.1%) y es tres veces mayor si el menor vive solo con sus
hermanos (9.4%) siendo ampliamente superior cuando el menor vive en una familia
reconstruida que incluye un padrastro o madrastra (15.6%). El índice mayor se da entre
aquellos que viven solos (43%) y desciende un poco cuando el menor ha formado su propia
familia (28%).

Madres Adolescentes.- Son innumerables los factores involucrados en el embarazo en la


adolescencia: falta de información sobre educación sexual y reproductiva, familias
disfuncionales, consumo de drogas, reproducción de patrones culturales, falta de oportunidades
de desarrollo para los jóvenes y la presencia de problemas mentales como el trastorno por
déficit de atención, entre otras. Las mujeres que inician la maternidad en esta etapa de su vida
ven reducidas las posibilidades de permanecer en el sistema educativo o de incorporarse al

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mercado de trabajo. La mayoría de las madres adolescentes tiene que abandonar sus estudios,
sea por cuestiones personales, presiones familiares o por discriminación escolar. Enfrentan
situaciones de conflicto, que les significan cambios fundamentales en su condición y las
exponen a experiencias de vida con soledad, dolor emocional, intolerancia y tensiones
emocionales fuertes que las afectan tanto a ellas como a sus hijos.

Adultos mayores.- Las pérdidas que paulatinamente tiene el adulto mayor, de su empleo, de
sus seres queridos, del grupo de amigos, de la pareja, de sus bienes, de sus capacidades y de
su salud, va generando en ellos un estado de ánimo depresivo y de aislamiento. La familia, a su
vez, se ve desorganizada por esas circunstancias y la mayoría de las veces se siente incapaz
de afrontarla, propiciando con ello diversas manifestaciones de maltrato físico y emocional y en
diversas ocasiones, de abandono, rechazo e indiferencia. 64

Población indígena y afrodescendiente.- La etnia es una determinante demográfica


importante en la salud y para algunos grupos está fuertemente asociada con otros factores de
desventaja. La población indígena y los afrodescendientes son un grupo que se identifica como
el con menores niveles de escolaridad, empleos, economía y vivienda, y también por la falta
de infraestructura en sus comunidades para atender problemas de salud. Lo anterior se
entiende por la marginación social y el aislamiento.

Para la población con diferencias étnicas y lingüísticas, el racismo y la discriminación también


afectan los niveles de salud mental. El rechazo continuo, la hostilidad y los sentimientos de
vergüenza pueden afectar su eficacia y contribuir al estrés psicológico. La atención a la salud
mental de estos grupos requiere un enfoque transcultural, que permita conocer la concepción
del proceso salud–enfermedad en este grupo de población y promover procesos de
autocuidado de la salud a través de esa concepción, respetando sus tradiciones y creencias.

Población migrante.- Muchos países latinoamericanos, se han convertido en expulsores de


población económicamente activa, que en búsqueda de opciones de sobrevivencia sale del país
exponiéndose a los riesgos y tensiones que implica el cambio de residencia, la adaptación a
una cultura diferente, la discriminación étnica, la incertidumbre económica y la preocupación por
el abandono de la familia. Gran parte de esta población al llegar a otro país con una cultura
diferente se enfrenta a situaciones de estrés importantes para lograr su adaptación. En primer
término, se encuentran con la barrera del idioma, la discriminación racial, tanto de la población
del país al que llegan, como de sus propios conciudadanos que ya llevan un tiempo viviendo
ahí, la pérdida de su identidad, sentimientos de autodevaluación y de inadecuación, miedo,
conductas persecutorias que los llevan a estar en constante estado de alerta, desconocimiento
de las leyes, que con frecuencia los colocan en situaciones de arresto y cárcel. Estas tensiones,
en ocasiones, son desahogadas a través del consumo de alcohol o de otro tipo de sustancias a
las que tienen acceso así como por caer en conductas de riesgo sexual. Estas situaciones a las
que se enfrentan ocasionan estados de ansiedad y de depresión importantes, llegando en
algunos casos a presentar episodios psicóticos. La población de origen latinoamericano
representa 11.4% de la población total de EE.UU.

10.4.- Factores de Riesgo y Protección y su Incidencia en los Adolescentes

Cuando la familia se convierte en factor de riesgo…

La adolescencia implica para la familia el enfrentamiento de una nueva situación, lo que


conlleva a una modificación de las relaciones hasta ahora vigentes. La solicitud del joven de

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autonomía se confronta con la capacidad de los padres de autorizarla; la “confusión” del nuevo
estado del joven, se coloca a “pulso” con el afecto y el resto de habilidades que le ofrece la
familia, todo ello resaltando el desarrollo de esta “crisis normativa”, o esperada como resultado
de los nuevos roles y expresiones de función a que se ve sometida la familia por la llegada del
joven a la adolescencia.

La crisis normativa que implica para la familia la entrada del joven a la adolescencia alterará la
“funcionalidad” familiar. Sin duda los jóvenes paulatinamente van “separándose” de sus familias,
como parte de la preparación hacia la siguiente etapa como lo es la formación de su propia
familia (ciclos vitales y familiares de Eriksson). Pero esa ruptura es paulatina y en general la
percepción del joven hacia su familia muestra más funcionalidad que disfunción.
64
Aceptando la evidente influencia de la familia en las decisiones de los jóvenes, resulta
particularmente interesante analizar cómo se expresa ese “apoyo” a través de la estructura
familiar.

Entre las diversas formas de clasificar a la familia, una puede ser a través de sus miembros. Se
considera un hogar nuclear aquel constituido por padres e hijos que conviven bajo un mismo
techo. Cuando falta alguno de los padres, se denomina nuclear incompleto. Esta situación
presupone una disminución de la “protección” que la familia se da entre sus miembros, por
sustracción de los recursos de un aportante.

Un hogar nuclear extenso, se establece cuando bajo el mismo techo conviven adicionalmente
otros miembros de la familia de alguno de los padres. Habitualmente un hermano de alguno de
los padres o el padre de alguno de estos. Krauskopf expone que dichos hogares extensos,
actúan más como “protectores” para los jóvenes que de “peligro”. González y Restrepo ofrecen
una probable explicación a través del incremento de la red de apoyo del joven que implica el
hogar extenso. Otra interesante relación está en establecer qué influencia se presenta en los
hogares reconstituidos, donde uno de los roles de padres (padrastro habitualmente) es asumido
por un miembro sin vínculo de sangre con los hijos.

10.4.1.- Las exposiciones al riesgo

Los jóvenes, por vez primera, se enfrentan al futuro a través de lo que decidan. Para ello
cuentan con su pasado (en que se sostienen), parten de lo que sienten y de los cambios que se
les presentan (presente), lo que moldea sus anhelos (lo que “sueñan ser, tener y conseguir) y
en base a ello, proyectan su futuro a través de lo que decidan.

¿Qué situaciones exponen a los jóvenes a riesgos? Conocer estas situaciones permite actuar
en prevención. Aspectos psicológicos tales como disminución de la capacidad de
autodeterminación (no tiene la habilidad porque no se le permite o no se le enseñó a decidir), o
la pérdida de la intimidad o el no pertenecer a un grupo, juegan un importante rol. Así mismo, el
desarrollo en entornos familiares inadecuados, donde el joven presenta inhabilidades para
decidir, por ejemplo, por sobreprotección que implica que otros decidan por él o conductas
autoritarias, donde busca imponerse sin respeto hacia los demás, con su expresión más burda
como es la agresión o incapacidad para tolerar a otros o en contraste, actitudes permisivas por
incapacidad de decir NO, o el desarrollo bajo un entorno de autoridad dividida, donde lo bueno
o lo malo “dependen de”… o el desarrollo en un ambiente limitado por la pobreza y la
inseguridad (vínculo a bandas delincuenciales), desencadenan en los adolescentes importantes
riesgos (peligros) en su vida, con lo cual se les disminuye severamente el potencial de su futuro.

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De esos ambientes limitados surge el término “riesgo estructural” donde pueden presentar las
siguientes situaciones, que sin duda son más manifiestas en los estratos más bajos:

 Jóvenes que viven en ambientes bélicos y donde impera la impunidad. Un ejemplo


pueden las pandillas.

 Ausencia de procesos de organización y participación de la comunidad, lo que impide


respuestas organizadas por y desde el seno de la comunidad ante lo injusto o lo delictivo
y se permite que impere.

 Ausencia de “programas” que vinculen a los jóvenes en tiempo libre, especialmente en


vacaciones. Ante todo esto, las ofertas de drogas o alcohol hacia los jóvenes se 64
incrementan con el consiguiente riesgo.

10.4.2.- Los comportamientos de riesgo

Dina Krauskopf sostiene que vivimos en una sociedad de riesgos donde los peligros decididos y
producidos, sobrepasan la seguridad y menciona a varios autores (a Ulrich Beck en “La
Sociedad de riesgos: Hacia una nueva modernidad”) que sostienen que es importante
diferenciar en los jóvenes los comportamientos de riesgos, explicados como situaciones que
involucran el peligro en lo que el joven hace, con los comportamientos asumiendo riesgos, en
donde existe “conciencia” del peligro en lo que hacen y, sin embargo, lo asume (práctica de
deportes extremos, por ejemplo). ¿Por qué los jóvenes asumen conductas de riesgo?
Krauskopf plantea puede ser un “rito” de demostración de los jóvenes que hace manifiesta su
capacidad de convertirse en adultos. O tambièn el reflejo de una sensación de omnipotencia y
de aceptación de retos, derivada del deseo de ser reconocido por sus pares.

Riesgos y pobreza.- La relación entre riesgos y pobreza es evidente y de ahí la validez del
término “riesgo estructural” (Beck), donde por ejemplo, la no asistencia al colegio,
definitivamente se relaciona con incremento de eventos adversos.

Otro hecho importante es que los riesgos (y la vida) en general no se asumen de manera
aislada. Suele asumirse en algunos casos de forma “sumada” lo que ha dado pie a la
descripción de “circuitos de riesgos” (situación donde se asumen varios riesgos
simultáneamente). Por ejemplo, la ingesta de alcohol, favorece el consumo de otras sustancias
y el estado de ahí derivado favorece la promiscuidad sexual, así como la accidentalidad (riesgo
de morir) o los comportamientos violentos. Además, entre más temprano se expongan a riesgos
los jóvenes, más probable será el daño.

Ejemplos de circuitos de riesgos son los desencadenados por hogares con disfunción severa
(maltrato intrafamiliar o la pertenencia a bandas delincuenciales) donde día a día el joven se
expone a riesgos (los mismos o nuevos). Si bien es complicado asegurar predicciones
(asegurar que le va a ocurrir el evento adverso), si se ha encontrado que el inicio temprano de
relaciones sexuales, la deserción escolar y la toma de bebidas alcohólicas, guardan una
relación muy importante con que les sucedan los eventos adversos (vínculos delincuenciales,
embarazos no deseados y adicciones a drogas lícitas e ilícitas).

10.4.3.- Los factores protectores

Se han clasificado factores internos (o propios de “si mismo”) como la autoestima y externos
(del medio donde se desenvuelve) como tener una familia funcional. Factores protectores

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reconocidos sin duda son la autoestima (que el joven se acepte y se sienta bien como es) o la
confianza y cercanía hacia un adulto (distinto a los padres) del joven. Un poderoso elemento
protector está dado por el buen rendimiento escolar. Aquellos que se perciben buenos
estudiantes asumen menos riesgos (¿será porque construyen conciencia crítica?).

La fascinante resilencia.- Queda entonces evidente (según los autores mencionados) que así
como existen factores de riesgo, conductas de riesgo y conductas asumiendo riesgos, se puede
afirmar que existen sus recíprocos en torno a la protección. Pero además, existe en torno a la
“protección un término muy interesante: se trata de la resilencia, definida como la capacidad de
sobreponerse a la adversidad, alcanzando a ser feliz (transformar eventos adversos y alcanzar
niveles de competencia en la vida). Es decir: que ante “desgracias” ocurridas en la vida del
joven, no solo se sobrepone a ellas (lo cual hace la mayoría) sino que además, “se permite” ser 64
feliz en su futuro (lo cual hacen más bien pocos).

Victor Frankl expuso la inquietud de por qué algunas personas sometidas a la infamia de los
campos de concentración en la segunda guerra mundial, al sobrevivir, rehicieron sus vidas
alcanzando a ser felices a diferencia de una mayoría de sobrevivientes que quedaron con
profundas secuelas psicológicas. De ahí, la búsqueda de “ese por qué” se ha convertido en una
valiosa proyección de cuestionamiento, para poder ofrecerlo al ser humano que sufre. De
hecho, y ante la evidencia de que en algunas personas, los eventos adversos, desarrollan la
capacidad de sobreponerse e incluso de ser felices, ha llevado a considerar la relación entre lo
adverso y lo protector. Lo cierto es que la búsqueda de los factores protectores debe hacerse
con la misma insistencia que los de riesgo.

¿Qué protege a un joven ante una situación determinada? La respuesta no deja duda. Lo que
decida y esa decisión ha de hacerse basada en:

1. Reconocimiento del peligro potencial a que se enfrenta.


2. Identificación de respuestas adecuadas con base a la experiencia.
3. El “modelaje” de adultos significativos que refuercen la respuesta decidida.
4. Sentirse con el respaldo suficiente (propio y de otros) para la respuesta que asuma.
5. Capacidad de desarrollar alternativas de respuesta.

Lo anterior implica tener conocimientos acerca del peligro, conocer probables respuestas, haber
vivido (o visto) consecuencias de las respuestas y saber que lo que decida tendrá el apoyo de
otros, así como poder evaluar la respuesta asumida y cambiarla de ser necesario. Y ¿dónde se
le presenta a un joven la oportunidad de “exponerse” a esos elementos? Sin duda, en la familia
y en el colegio, ambientes que constituyen los principales escenarios donde lleva acabo su vida.
Como un elemento a tener cada vez más en cuenta, está la pertenencia a grupos religiosos,
que promueven comportamientos de protección en diversos tópicos de la vida del ser humano.

Aprender a decir NO.- Jessor sostiene que los jóvenes expuestos a riesgos, cuando adquieren
conciencia de los mismos y declaran su intención de decir NO a la exposición (y proceden en
consecuencia), potencializan su protección y por ende su futuro.

10.4.4.- Relación entre riesgos y protección.- De esta revisión debe quedar en claro que
muchos de los comportamientos de riesgo, conllevan al mismo tiempo la posibilidad de
convertirse en conductas de protección. El que sea uno u otro factor depende de lo que el joven
decida y en ese sentido, entre “más” años tiene el joven, más autonomía adquiere (y le dan)
estando cada vez más presente, la posibilidad de decidir.

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Se alerta como predictores de máximo riesgo a los jóvenes que:

1. Presentan experiencias adversas a temprana edad (sexuales, alcohol, drogas).


2. Deserción escolar.
3. Incorporación laboral.

Como un segundo circulo de factores de riesgo están:

4. Bajo éxito académico.


5. El paso de primaria a secundaria.
6. La conflictivilidad familiar alta y crónica.
7. Vínculos con pares que transgreden la ley. 64
8. La ausencia de un proyecto futuro.

10.4.5.- Riesgos específicos psicosociales

Riesgos en torno a la sexualidad.- ¿Cuáles son los eventos adversos a que se enfrentan los
jóvenes en torno a la sexualidad? Sin duda, y en orden prioritario, la adquisición de una
enfermedad de transmisión sexual, y entre ellas del SIDA, situación que evidentemente expone
a los jóvenes a un peligro mortal. Pero por otro lado, y como un evento adverso de enormes
implicaciones sociales, la aparición del “embarazo no deseado”. Este último conlleva a riesgos
tales como el maltrato, e incremento la pobreza. Si bien se ha logrado un importante control de
natalidad, resulta evidente que la población adolescente mantiene altas tasas de embarazos. La
práctica de uso del condón en la primera relación persiste muy baja, lo que puede servir de
reflejo de la efectividad de los programas de promoción y prevención.

El saber (conocimientos) sin duda es un importante componente de la protección. Por ello, las
clases de orientación sexual en los colegios (incluso desde temprana edad e incluidas en el
currículo escolar) que se han fortalecido a través de otros programas. Pero también se hace
evidente que aún no se entiende cómo “ofrecer” el conocimiento para que “proteja” a los
jóvenes.

La información presente, confirma que coincidente con la implementación de los colegios de los
programas de educación sexual, se han “disparado” las relaciones sexuales (inicio cada vez
más temprano) situación que se ha de analizar confrontando la “inmensa descarga” publicitaria
mundial, promoviendo la actividad sexual. Lo cierto es que con base a la información presente,
los procesos educativos no parecen estar provocando el impacto deseado que es el desarrollo
de actividades sexuales responsables. Todo parece indicar que existe una brecha entre el saber
y el hacer.

Como una realidad, queda expuesto que los jóvenes buscan a través de su sexualidad su
autonomía, pero no siempre en una buena dirección. Cuando en sus hogares son víctimas de
algún tipo de maltrato, la posibilidad del embarazo en los jóvenes se incrementa, de seguro
como alternativa para “salir” de su hogar nuclear a través de la construcción de otro.

Riesgos en torno a las adicciones .- La adolescencia es la edad del riesgo de los “vicios”. El
contacto casi inevitable con sustancias adictivas será la norma de los jóvenes y ahí se presenta
la situación adversa que es el “vicio” o dependencia. El cigarrillo hace su aparición con fuerza a
través de los medios publicitarios masivos y expone a los jóvenes a los riesgos derivados de su
uso y abuso. ¿Cuáles son? Esencialmente biológicos, tales como el incremento de
enfermedades crónicas.

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La temible nicotina… La sustancia adictiva es la nicotina, la cual desencadena una cantidad


de cambios en el organismo, pero por sobre todo, genera la dependencia o necesidad de recibir
la “dosis” porque de lo contrario aparece el denominado síndrome de abstinencia o “crisis” del
organismo por falta de la sustancia. Además, la nicotina tiene la peligrosa propiedad de
incrementar el deseo de consumo de alcohol y otras sustancias así mismo adictivas (¿será que
desencadena circuitos de riesgo aditivos?).

Y del alcohol… ¿qué? La sociedad occidental se ha encargado, a través de su prioridad de


vender, de difundir y extender el problema del uso y abuso, a niveles inimaginables (uso de
mensajes y actividades que promueven el consumo entre los jóvenes). Un reflejo de ello es la
clara tendencia a “beber” de los jóvenes en nuestro medio. Es evidente relación entre “tomar” y 64
disfunción familiar, mal rendimiento, deserción escolar, violencia (tal vez es uno de los
principales factores asociados a la violencia) y un importante “disparo” de la actividad sexual,
eventos todos que permiten identificar los riesgos derivados (consumo de alcohol = circuito de
riesgo). ¿Por qué beben los jóvenes? Entre las muchas situaciones de riesgo vale la pena
mencionar: por predisposición genética, por la influencia social (amigos que beben), por la
influencia familiar (padres que beben), por depresión o ansiedad entre otros y claro… porque
fuman (clara asociación entre lo uno y lo otro). De todo esto queda en claro el amplio panorama
de situaciones que contribuyen a que los jóvenes consuman alcohol.

¿Y el resto de sustancias psicoactivas? Con el resto de sustancias adictivas la problemática


tiene un comportamiento similar, solo que las prevalencias son más bajas, dejando evidente
que la prioridad para los jóvenes está en el uso y abuso de alcohol y cigarrillo. Existe una
relación importante entre consumo de alcohol, cigarrillo y sustancias adictivas con violencia,
accidentes, así como con la deserción escolar y el contacto sexual temprano (situaciones de
riesgo).

Riesgos en torno a la depresión.- La depresión en los jóvenes es una patología que cada vez
se reconoce más. Su riesgo directo es el suicidio. Los cambios biopsicosociales de la
adolescencia, permiten diferencias en la “maduración” que pueden estar relacionadas con el
surgimiento de ideas depresivas. Igualmente, el convivir con personas deprimidas en el seno de
la familia, favorecen la aparición de depresión en los jóvenes.

Ideas depresivas con otros comportamientos de riesgo.- También existe una relación entre
los comportamientos violentos (Marcelo Larragibel) y el consumo de sustancias prohibidas con
la depresión y con las ideas suicidas. Otra situación de riesgo para depresión, son los jóvenes
que presentan comportamiento violento e intimidador ante sus compañeros. Una vez más, la
asociación con el alcohol de las ideas depresivas e incluso suicidas, es importante y frecuente.

Riesgos en torno a la violencia.- El comportamiento violento deja víctimas y victimarios. Los


principales riesgos son en primera instancia los derivados del daño biológico (lesiones), pero el
social e histórico, es el que provoca que el círculo se perpetué: la víctima de ayer…se convierte
en el victimario del mañana. El maltrato familiar físico (padres que golpean a sus hijos) sin duda
constituye un importante factor de riesgo en torno a violencia futura.

Así mismo, en el colegio se observa un número importante de situaciones de violencia, que


pueden servir como medidas para identificar el grado de exposición de los adolescentes. Son
riesgos de violencia en los jóvenes, el consumo de drogas ilícitas, el poseer armas o
pertenecer a bandas delincuenciales y por supuesto que la violencia televisiva juega un
importante papel, que aún no se ha podido medir en toda su extensión. El uso de la violencia

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para resolver diferencias sin duda se desarrolla o se prevé en los colegios, razón por la cual se
deberán incentivar los denominados programas de convivencia o de intervención en niños para
evitar la violencia de los jóvenes (por ejemplo, el programa de prevención de Montreal).

Lo cierto es que todo parece indicar que el niño que viene con comportamientos violentos, será
el joven de comportamientos similares ya que no se observa un crecimiento de la prevalencia
de estos comportamientos en esta etapa.

Riesgos en torno a los trastornos de conducta alimentaria.- Durante la adolescencia se


presenta un abrupto cambio en el peso. Esto, aunado a la importancia del aspecto por parte de
los jóvenes, puede determinar el surgimiento de Trastornos de Conducta Alimentaria. La
anorexia nerviosa y la bulimia son dos de las entidades riesgo que pueden presentar los 64
jóvenes.

Son factores de riesgo además, el sexo femenino, la obsesión perfeccionista de los jóvenes, la
disfunción familiar severa, las dietas repetidas y la autoestima baja. De seguro aún falta mucho
por estudiar en torno a los TCA (Trastornos de Conducta Alimentaria) y prueba de ellos es esa
diversidad de factores de riesgo mencionados. Pero los riesgos más grandes que presentan los
TCA son los relacionados con aspectos nutricionales, tales como desnutrición, alteraciones
electrolíticas o alteraciones metabólicas secundarias a los desplomes consiguientes. Sea cual
sea la génesis de los TCA, todos los autores están de acuerdo que como un factor de riesgo
muy importante está la imagen publicitaria que se ha construido de la mujer y cada vez más del
hombre, que conlleva a que los jóvenes quieran ser lo que no son.

La religión como factor de protección.- La religión, la espiritualidad, el pertenecer y profesar


una religión, es junto con el colegio, la familia y el contacto (confianza) con un adulto distinto a
los padres, uno de los factores protectores más importantes para los jóvenes.

Actividad 5.- Factores psicosociales de riesgo y protección


La siguiente actividad tiene por objeto que el alumno identifique y determine, a
partir de un enfoque multidimensional, los principales factores de riesgo y
protección que se asocian a condiciones psicosociales que afectan a los
individuos.

Consigna: Elija uno de los dos textos relacionados con factores de Riesgo y Protección y
elabore un ensayo de dos carillas en arial 12, espacio 1½ sobre los datos más relevantes del
texto elegido. Este trabajo será enviado como tarea a la plataforma.

RESUMEN

Son muchos y muy diversos los factores que influyen en la salud mental de las
personas, y se asocian a condiciones de tipo biológico (genético y ambiental) y
psicosocial (económico, cultural y demográfico), que al interactuar afectan de
diferente forma a individuos, familias y grupos sociales.

Los factores protectores son las condiciones, situaciones o características de la persona,


familia o grupo social que funcionan como mecanismos para proteger o para potenciar sus

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capacidades, que los protegen ante situaciones de riesgo o adversidad, aminorando el impacto
del estrés y reduciendo la posibilidad de que se presente un trastorno.

Los factores de riesgo son todas aquellas condiciones que propician el desarrollo de un
trastorno mental, agravando el estado de salud físico, emocional o social de la persona, familia
o comunidad.

Entre los factores protectores se encuentran los Individuales: alimentación adecuada, apego
a la familia, logros escolares, habilidad social, valores, autoestima, optimismo. Familiares:
Armonía familiar, familia segura y estable, responsabilidad familiar, normas sólidas,
comunicación afectiva, expresión de afectos. Escolares: clima escolar positivo, grupo de pares
positivos, colaboración y apoyo, responsabilidad, reconocimiento de logros, reglas contra la 64
violencia. Sociales: Relación con personas significativas, seguridad económica, buena salud,
vivienda digna.

Entre los factores de riesgo están los individuales: alteraciones genéticas, daño cerebral,
complicaciones al nacer, discapacidad física e intelectual, apego inseguro en la infancia, baja
autoestima, aislamiento, impulsividad. Familiares: padres adolescentes, familia numerosa,
model, roles antisociales, violencia, abuso de sustancias de los padres, rechazo, falta de reglas.
Escolares: peleas, deserción, fracaso escolar, cambios de escuela, manejo inadecuado de la
conducta, grupo de pares desafiantes, falta de expectativas o expectativas falsas.
Sociales: discriminación, violencia y criminalidad en el área de vivienda, falta de servicios
básicos y lugares de recreo, aislamiento social.

Tema 11.- El rol del Trabajo Social en el Tema de Salud Mental

INTRODUCCION

Si analizamos el desarrollo del Trabajo Social Psiquiátrico, éste ha sido considerado como una
especialización profesional, y su origen lo encontramos en la fase histórica de tecnificación del
Trabajo Social (Fernández, J., 1997). En los EEUU, al principio del siglo XX se incorporan los
trabajadores sociales a los hospitales psiquiátricos con el objetivo de dar una respuesta
socializadora a la cronicidad de los trastornos mentales y a la masificación de los manicomios.
Es a partir de 1904 que los trabajadores sociales se integraron a los hospitales psiquiátricos,
porque se consideró necesario para el tratamiento de los pacientes. De forma gradual,
psiquiatras de diferentes instituciones comenzaron a apreciar el valor de los datos sociales y en
consecuencia el papel del trabajador social se va reconociendo e incorporando como parte de
los Equipos de Salud Mental.

11.1.- El Trabajo Social en la Asistencia Psiquiátrica

Eva María Garcés Trullenque


Hospital Clínico Universitario. Zaragoza, 18 mayo 2010

La evolución del Trabajo Social en Salud Mental, ha estado influenciada por el desarrollo de la
asistencia psiquiátrica. En la década de los 70, el sistema psiquiátrico en España se reducía a

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una organización manicomial. La figura del Asistente Social en este ámbito era muy ambigua
en un principio, pero poco a poco se fue desarrollando, y los trabajadores sociales fueron
aprendiendo a identificar problemas, a definirlos y proponer actuaciones dentro de la
intervención terapéutica. En la década de los 80, se produce un gran cambio en la concepción
del enfermo mental, pasando a ser una persona sujeto de derechos y obligaciones que precisa
de una intervención técnica, psicológica y social. La Ley General de Sanidad de 1986 y el
concepto de salud que la Organización Mundial de la Salud definió como un completo estado de
bienestar físico, mental y social, y no sólo como la ausencia de enfermedad configuran el marco
normativo que propició el desarrollo de la reforma psiquiátrica en España. En este momento los
objetivos del trabajo social en salud mental empiezan a tener como meta el esfuerzo por el
proceso de normalización del paciente a su ámbito social. En la década de los 90, los
problemas de la población con enfermedades mentales desbordan el ámbito sanitario- 64
psiquiátrico y se expresan en dimensiones de índole psicosocial y social, caracterizadas por
discapacidades y déficits para el funcionamiento psicosocial autónomo y por consecuencias
sociales de desventaja (pobreza, empleo, aislamiento social, rechazo) sin olvidar los problemas
de tensión y sobrecarga que supone para sus familias. Todos estos aspectos forman parte de la
actividad profesional de los trabajadores sociales, de forma que no sólo es necesario atender su
problemática psiquiátrica sino también sus diferentes dificultades psicosociales y necesidades
sociales, a través de la rehabilitación e integración social normalizada en la comunidad.

11.1.1.- El trabajador social en salud mental: definiendo la especificidad

El término Salud Mental se ha ido imponiendo como alternativo al de Psiquiatría, para subrayar
el aspecto de prevención (en el que comenzó a insistir la Organización Mundial de la Salud) y el
hecho de que la tarea exige la participación, además de los psiquiatras de otros profesionales
(Guimon, 2008). En la práctica, el trabajador social en salud mental interviene conjuntamente
con otros profesionales (psiquiatras, psicólogos, enfermeros) procurando la integración de las
diferentes disciplinas.

Hasta finales del siglo pasado hablábamos de la asistencia psiquiátrica para referirnos a las
actividades destinadas a prevenir y tratar las enfermedades psiquiátricas. La salud mental es
parte de la salud integral de las personas y se relaciona con las condiciones de vida, con las
posibilidades de desarrollo afectivo, emocional, intelectual y laboral, y con la capacidad de
integración al medio social y cultural. Por tanto, el enfoque de la salud mental es mucho más
amplio que el de la enfermedad mental y su tratamiento clínico.

Desde esta perspectiva, la actividad profesional que desempeña el trabajador social en los
Servicios de Salud Mental es el Trabajo Social Clínico, cuya herramienta principal de
intervención es la relación interpersonal, a través de la cual puede lograr cambios en la
situación social y en las relaciones con personas significativas de los pacientes atendidos.

11.1.2.- El punto de partida: la interdisciplinariedad

El ámbito de la Salud Mental es un campo de intervención interdisciplinar, por tanto es un lugar


donde concurren diferentes profesionales, diferentes modelos teóricos, diversas formas de
mirar una realidad, diferentes instituciones e incluso diferentes ideologías políticas y sociales
acerca de cómo ha de ser la atención. Si algo caracteriza el funcionamiento de la Salud Mental
es su intervención en equipo.

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Los trabajadores sociales en Salud Mental estamos integrados en un equipo interdisciplinario,


entendiendo por tal al conjunto de profesionales encarados con un objetivo común, igualados
en el momento de hacer sus aportaciones, pero diferenciados en el tipo de información y de
intervención que pueden hacer, y capacitados para organizar sus actuaciones de acuerdo con
las características y las prioridades del problema.

En el equipo interdisciplinario los profesionales socializan sus saberes e intercambian parte de


sus prácticas de forma coordinada. De esta manera se puede conseguir una acción terapéutica
global más coherente y se evita la proliferación de intervenciones profesionales más allá de lo
necesario El cambio de la interacción tradicional a la orientación comunitaria requiere hacer
menos rígida la noción del rol de cada miembro del equipo, permitiendo unificar actitudes en la
comprensión del enfermo. Esto significa que aunque cada profesional es responsable de su 64
área de intervención, las decisiones del tratamiento son discutidas por el equipo.

11.1.3.- El campo de intervención del Trabajador Social en Salud Mental

El trabajador social traslada la vertiente ambiental, relacional, cultural, económica, etc. que se
incorpora a lo biológico y a lo psicológico para realizar la valoración global del enfermo y el plan
de tratamiento (Díaz, E., 2002). Es la atención prestada a individuos, familias y grupos que
presentan o están en riesgo de presentar problemas de índole social, en relación con un
problema de salud. El objetivo de esta actuación se dirige a trabajar los propios recursos del
paciente y la familia. Todo ello llevado a cabo mediante un proceso que incluye:

 Análisis de la demanda y detección de situaciones de riesgo y/o de necesidades


individuales y/o familiares
 Valoración socio-familiar
 Diagnóstico social
 Planificación de la intervención social
 Acompañar al individuo en la asimilación del proceso de cambio y favorecer su
socialización
 Entrevistas con el usuario dirigidas a potenciar la autonomía en las actividades
cotidianas.
 Trabajo dirigido a informar y orientar sobre las alternativas formativas y laborales, de
ocio y tiempo libre.
 Seguimiento y evaluación del proceso de intervención.
 Realizar visitas a domicilio para valoración e intervención.
 Apoyar y contener a las familias, tanto a nivel grupal como individual, para que participen
en el proceso de cambio.
 Informar del acceso a los recursos comunitarios e institucionales.
 Conexión y derivación del usuario a recursos adecuados.
 Discusión del caso con el equipo profesional, para estructurar un plan de trabajo en
función de las necesidades detectadas, con el objetivo de conseguir la adecuación
personal al medio social y familiar del enfermo mental, mediante la aceptación e
integración del mismo a través de:

o Los recursos normalizados.


o Los recursos específicos dirigidos a este colectivo (Programa residencial,
ocupacional, de ocio y tiempo libre, laboral)

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o Fomentar la creación de grupos de autoayuda, asociaciones de familiares y


afectados, etc.

Dentro del equipo de salud mental la función que el trabajador social tiene es incorporar el
factor social de los problemas de salud mental, colaborando en la continuidad de cuidados,
aportando los recursos necesarios para la integración e reinserción social del enfermo mental,
incluyendo su intervención en el tratamiento de los problemas psico-sociales. La importancia
que lo social adquiere en la comprensión de la vulnerabilidad y la enfermedad, y el hecho de
que cualquier tipo de intervención adquiere la categoría de acción terapéutica supone un
necesario replanteamiento de las estrategias de salud mental (Pons, I., 2006).

En cuanto al rol que desempeña, en el equipo de atención a la salud mental al trabajador social 64
se le considera como el especialista de lo social y en las organizaciones y servicios sociales
(Pellegero, N., 1992). En concreto, los trabajadores sociales, por su parte, son los que mejores
preparados están para asegurar el adecuado desempeño de las relaciones comunitarias
(Guimon, 2002). Por tanto, debe conocer los servicios del entorno e informar tanto a los
usuarios y a las familias como a los compañeros del equipo, para poder incorporarlos a los
planes de actuación individualizados. De hecho, las actividades de los trabajadores sociales se
centran en la mayoría de los países del mundo en cooperar en los aspectos sociolaborales y
vocacionales de los pacientes y en ayudarles a ellos y a sus familias a transitar por los
intrincados caminos de la provisión de los servicios médicos y psiquiátricos.

El proceso de evaluación de Salud Mental abre la posibilidad del estudio de habilidades,


aptitudes, cualidades, intereses, carencias del enfermo, valorando su función en la familia y en
el medio social así como la capacidad para cubrir necesidades básicas propias y la de aquellas
personas que de él pudieran depender, es decir, el profesional debe identificar y evaluar riesgos
a corto y medio plazo así como las capacidades conservadas que actúan como soportes para
orientar el tratamiento que se determine en el plan de intervención. Por otra parte, cada vez con
más frecuencia, se recurre a nosotros para delegarnos funciones psicoterapéuticas, sobre todo
en los servicios de rehabilitación y de atención comunitaria y estas intervenciones terapéuticas
van a venir determinadas por las características personales y profesionales, y de la formación,
experiencia y competencia del trabajador social (Guimon, J., 2002).

11.1.4.- La población con la que trabaja y su psicopatología

El conflicto o trastorno mental es lo que diferencia a este grupo de población. Son pacientes
que acuden a recibir tratamiento y cuyo problema médico fundamental es el psiquiátrico.

Su intervención se centra en:

• La problemática socio-familiar
• Las consecuencias psicosociales de la enfermedad que perturban el curso de la vida habitual.
• La accesibilidad del trabajador social (para el paciente, familia y equipo).

11.1.5.- El trabajo social con personas con trastorno mental grave

Como trabajadores sociales debemos estar especialmente atentos a las consecuencias sociales
de la enfermedad mental, que van a traducirse en una perturbación o limitación de una función
(disfunción o deficiencia), en la incapacidad funcional (discapacidad para el desempeño de un
rol social), en la dependencia (necesidad permanente de mantenimiento por parte de otra
persona o de un servicio concreto), en la sobrecarga familiar manifiesta o persistente, o bien, en

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la ausencia de familia y en la ausencia de red social. Las personas con Trastorno Mental Grave
(TMG) van a necesitar la utilización de varios servicios de salud mental, de forma prolongada o
reiterada, lo que requiere una planificación y organización de la asistencia psiquiátrica y una
coordinación interdepartamental o interinstitucional

La cronicidad que generalmente acompaña a las enfermedades mentales produce la aparición


de consecuencias psicosociales definidas por la OMS como deficiencias, discapacidades y
minusvalías que dificultan el desempeño de los roles sociales y de actividades de la vida diaria
y por consiguiente, obstaculizan la integración social. Para favorecer esta integración, es
necesario un modelo de intervención que actúe no solo sobre el síntoma sino también sobre las
consecuencias (rehabilitación). Para ello, es preciso valorar las discapacidades de la persona y
sus situaciones de desventaja e intervenir además para cambiar el concepto social que la 64
sociedad tiene acerca del enfermo mental. Como ya hemos comentado, en la enfermedad
mental, a veces la desaparición de la deficiencia no hace desaparecer la discapacidad o la
minusvalía Por ello, la intervención sobre las consecuencias del TMG suele darse en dos fases,
complementarias y generalmente paralelas en su desarrollo:

11.1.6.- Detección e intervención sobre la discapacidad: la rehabilitación

La intervención se centra sobre el individuo principalmente, sobre lo que la persona es capaz de


hacer o podría llegar a hacer. En este sentido, tal y como lo define la O.M.S. (1983), la
rehabilitación tiene como objetivo reestablecer el nivel de funcionamiento mental, físico y
sensorial óptimo, que precede al trastorno.

La rehabilitación psicosocial tiene como meta global ayudar a las personas con discapacidades
psiquiátricas a reintegrarse en la comunidad y a mejorar su funcionamiento psicosocial de modo
que puedan mantenerse en su entorno social y familiar en unas condiciones lo más
normalizadas e independiente que sea posible.

11.1.7.- Detección e intervención sobre la discapacidad: integración social o reinserción.

La integración social se puede considerar como la participación del individuo en las distintas
esferas de la vida social y es el principio de la unidad del cuerpo social. Es un concepto
contrario al de marginación. Por ello, la recuperación del TMG se basa también en conseguir un
sistema de soporte comunitario que favorezca dicha integración social, que sobrepasa el ámbito
de actuación puramente clínico o psiquiátrico. Requiere la participación de profesionales de
otras redes y servicios de la comunidad. Se trata de conseguir un entorno comunitario favorable
a la aceptación de las discapacidades o limitaciones que la enfermedad mental comporta y
propiciar una optimización del uso de recursos disponibles en la comunidad, y en esto los
trabajadores sociales tenemos una función primordial.

Tanto la rehabilitación como la integración social buscarán articular en la vida del paciente una
serie de recursos residenciales, ocupacionales, socioafectivos y comportamentales de
características protésicas, que le permitan el desempeño de un mayor número de roles
socialmente válidos en ambientes lo más normalizados posible. Para alcanzar este objetivo, la
intervención se articula a través de un proyecto individualizado que combine, por un lado, el
entrenamiento y desarrollo de las habilidades y competencias que cada persona requiere para
funcionar efectivamente en la comunidad y, por otro, actuaciones sobre el ambiente que
incluyen desde psicoeducación y asesoramiento a las familias hasta el desarrollo de soportes
sociales destinados a ofrecer los apoyos necesarios para compensar o fortalecer el nivel de
funcionamiento psicosocial del enfermo mental crónico (Rodríguez, A.,1997).

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El trabajador social dentro del equipo rehabilitador realizará intervenciones tanto rehabilitadoras
como de integración social, con el objetivo de:

 Realizar un diagnóstico de la situación psicosocial del paciente: personal (recursos


propios y capacidades conservadas), contexto (redes y apoyos sociales, recursos del
entorno) y malestar psicosocial generado en la interacción del individuo y el contexto
(existencia de alta emoción expresada en el contexto familiar y/o abandono,
marginación, problemas judiciales, económicos, laborales...)
 Disminuir las situaciones de desventaja o discapacidad detectadas y proporcionar los
soportes sociales necesarios para mejorar su adaptación social y favorecer su
integración en la comunidad. 64
 Promover valores relacionados con la adquisición de hábitos sociales sa- ludables,
tolerantes, que reduzcan el impacto y los fenómenos de exclu- sión del colectivo en
situación de riesgo.
 Favorecer la adquisición de hábitos saludables y conductas socialmente competentes,
como prevención de los efectos adversos de la discapacidad.

11.1.8.- Hacia dónde vamos: el futuro del trabajo social en salud mental

Pese a la diversidad de ámbitos en los que trabajamos, la práctica profesional de los


trabajadores sociales en salud mental pone de manifiesto una forma común de entender el
Trabajo Social Psiquiátrico, como así se refleja en las publicaciones en relación a éste ámbito y
en los foros de intercambio profesional y de formación para trabajadores sociales en salud
mental. En este sentido, es imprescindible resaltar cómo todavía existen trabajadores sociales
que se sienten más cómodos en su papel de gestores y de administradores de recursos, y que
por tanto, siguen desempeñando ese rol profesional. Esta situación perjudica seriamente a la
imagen de nuestra profesión y dificulta el reconocimiento de nuestras competencias
profesionales como colectivo. Por lo tanto, las claves para el desarrollo del Trabajo Social en
Salud Mental son la especialización, la formación continuada y la definición de un Perfil
Profesional.

11.1.8.1.- La especialización

La especialización en este campo fue necesaria desde sus comienzos y hoy en día se hace
todavía más imprescindible si tenemos en cuenta la complejidad de situaciones que se
presentan. El análisis específico del sector, de su situación actual, la profundización de las
teorías propias del Trabajo Social y su aplicación práctica, el rigor metodológico, las adquisición
de determinadas habilidades, la formación teórica práctica en Psicopatología, el trabajo en
equipo interdisciplinario, la intervención en crisis, son contenidos fundamentales de los estudios
de especialización. No se puede separar la formación de los profesionales de la calidad de los
servicios que prestan, de forma que cuanto mejor y más amplia sea la preparación de los
profesionales, mayor será la calidad asistencial de los servicios y el grado de desarrollo que
puedan alcanzar (Mollejo, E, 2002). Como nos señala Guimón (2008): «en lo que se refiere a
los asistentes sociales hay que mejorar su formación específica porque de ellos dependerá en
gran parte la evolución de la salud mental. Deberían adquirir más experiencia en el trabajo en
red y poder asumir las funciones de «gestores de casos». En el futuro deberían asumir la

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realización de algunos tipos de Psicoterapias, para lo que tendrían que realizar una formación
parecida a lo de los psicólogos».

11.1.8.2.- Formación continuada

La formación es un proceso basado en la experiencia, y por tanto en el aprendizaje. El


aprendizaje se articula sobre tres elementos fundamentales: La relación trabajador social-
paciente; el trabajo en equipo y la institución. La especialización y la formación implican
educarse en la autocrítica, situarse en la posición permanente de aprender, de estar en
proceso. Se ha analizado como la variabilidad de la práctica profesional en los trabajadores
sociales en el ámbito sanitario puede ser una dificultad y lo importante que sería garantizar que
ante la misma patología se actúe de forma homogénea y se realicen tratamientos o 64
intervenciones estandarizados y basados en la evidencia Sólo una práctica reflexiva y eficaz
permitirá que nuestras intervenciones no sólo se lleven a cabo con la competencia debida, sino
que sean eficaces en el sentido de que conducen a los resultados deseados.

11.1.8.3.- Hacia un perfil profesional

Si analizamos la actividad profesional de los trabajadores sociales en los diferentes servicios de


salud mental, la realidad es que cada uno ha ido haciendo según su iniciativa y el
reconocimiento del equipo, y según su formación, pero no tenemos una cartera de servicios
propia, una definición de la actividad profesional. Deberíamos preguntarnos si nos interesa
tenerla. Se trataría de un documento marco, de referencia para todos los trabajadores sociales
de salud mental. Un documento de partida, como fue y sigue siendo la Guía de Organización
del Servicio de Trabajo Social en Atención Especializada (INSALUD, 2000). Este análisis nos
obligaría a definir conceptualmente lo que hacemos. Poder poner nombre a lo que hacemos.

De esta forma habría unos mínimos, prestaciones o intervenciones básicas que tendríamos que
ofertar desde todos los servicios. Definir esos mínimos facilitaría el conocimiento de nuestro rol
a otros profesionales, así como permitiría a los trabajadores sociales que iniciaran su actividad
en un dispositivo de salud mental un punto de partida respecto a las intervenciones que
tendrían que prestar.

Conclusión

En definitiva, el Trabajo Social en salud mental va a depender de lo que seamos capaces de


emprender para adecuarnos a los nuevos tiempos, de la adecuación de los roles profesionales
a las nuevas necesidades de los usuarios de salud mental, en definitiva de nuestro compromiso
profesional. Pero no podemos olvidar en este proceso que además del empeño del colectivo
profesional, es indispensable el apoyo de los responsables de planificación y gestión, donde los
trabajadores sociales sean valorados y reconocidos en su quehacer profesional. Como ya decía
Kisnerman (1986), en la relación de ayuda existen sobre todo tres sistemas que ejercen una
influencia recíproca: la institución, el profesional y el cliente. Ésta sigue siendo nuestra realidad
profesional.

11.2.- El Rol de la Familia en la Salud Mental

Mónica Albán García.


Conferencia, Ceremonia de Grado Trabajo Social - UCSG. Guayaquil, febrero 8 de 2012

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Antes de pasar directamente al tema, quiero destacar la encomiable labor que realizan
ustedes, las trabajadoras sociales en del Instituto de Neurociencias, especialmente en lo que
tiene que ver con Reinserción Familiar, un proceso que devuelve a las trabajadoras sociales su
rol primigenio que es el de trabajar directamente con las familias, en este caso, orientarlas y
ayudarlas a sobrellevar la difícil tarea de vivir con un miembro enfermo y a la vez posibilitar la
reintegración de éste a la sociedad.

El objetivo de mi intervención es resaltar el rol protagónico que tiene la familia en la pérdida o


en el mantenimiento de la salud mental de sus miembros.

En la familia aprendemos a ser, a ser personas, a ser seres humanos. En la familia se


transmiten valores, emociones, afectos, pensamientos, creencias, actitudes, usos, costumbres, 64
tradiciones y pautas transaccionales que perviven a lo largo de la vida.

Cuando conocemos a alguien y nos preguntamos: “¿Quién es esta persona que tengo frente a
mí?”, estamos preguntando por su identidad, por cómo llegó a ser quién es hoy. El sentido de
identidad de una persona está determinado por su sentido de pertenencia a una familia en
particular.

Pero qué sucede con la construcción de la identidad cuando las condiciones de desarrollo de
una persona tienen en común las limitaciones y las carencias?

 Carencia de figuras adecuadas de cuidado con quienes desarrollar identificaciones


positivas
 Carencia e vínculos profundos y sanos
 Carencia en satisfacción de necesidades básicas
 Carencia de protección y seguridad
 Carencia de experiencias académicas exitosas
 Carencia de aceptación social
 Carencia de buena salud física, entre otros.

Es aquí donde surge el deterioro, la enfermedad.

Todos nacemos capacitados para desarrollar una serie de potencialidades, sin embargo, éstas
jamás se desarrollarán sin un aprendizaje familiar y social. Las personas, biológicamente
estamos cableadas con los otros, tenemos contacto visual, verbal, táctil. No tener un adecuado
contacto afecta la parte biológica interna.

Experimentos con animales han demostrado que lo que necesitamos en primera instancia es el
apego, antes incluso que la comida. Nosotros no nacemos diferentes del resto de los animales.
No nacemos "buenos" por el simple hecho de ser "humanos". Tampoco nacemos "malos".
Nacemos, simplemente, con capacidades que deben ser desarrolladas y éstas se desarrollan
dentro de una familia.

Las familias perpetúan círculos; círculos que transmiten un aprendizaje de generación en


generación. A veces, esta transmisión contribuye para formar a una persona independiente y
autónoma; es decir: feliz. En este caso, tenemos un círculo de amor. Por desgracia, a veces, la
familia transmite, solamente, agresividad, odio, dolor, sufrimiento, tristeza, desgracia, etc. en

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este caso, el círculo es vicioso. Estos círculos viciosos son dañinos porque degeneran y
enferman a sus miembros.

Y la enfermedad no está en la persona que presenta los síntomas, sino en la relación que
tienen todos como familia. La comunicación, las relaciones, los roles asignados y asumidos,
van a pautar los niveles de salud mental tanto de cada miembro como de la familia como grupo
o sistema.

En suma, la familia va a poder ser causante de la enfermedad mental de alguno de sus


miembros y éste será el emergente de la enfermedad familiar. Será el que de alguna forma
“se hace cargo” de la enfermedad o de los aspectos no sanos de la familia como grupo.
Esto quiere decir que todos están comprometidos de una manera u otra en la situación 64
disfuncional.

Generalmente en terapia solemos agradecer al paciente sintomático porque gracias a él, la


familia tiene la oportunidad de hablar de su problema, y por supuesto, la posibilidad de
resolverlo.

La familia representa un ámbito privilegiado para la prevención de salud mental, porque es en


ella donde se aprenden las primeras pautas de socialización y se interiorizan y trasmiten
aprendizajes que se van a reflejar en conductas, ya sean saludables o patológicas.

La familia es la base de la vida, emocional y social; en ella aprendemos a sentir a pensar y en


consecuencia, a actuar. Al interior de la familia es donde se aprende a querer, a odiar, a
perdonar. A jugar, a trabajar, a reír, a llorar solo y con los demás.

"Es entonces en la familia donde se sientan las bases de la salud mental del individuo y
de la comunidad donde vive."

Las familias son consideradas como sistema, aunque existen diferentes concepciones que
permiten comprender su dinámica y su intervención. En la actualidad existen numerosas
tipologías de familias, con estructuras y roles distintos. Por lo tanto es importante comprender
su dinámica para poder intervenir con ellas. Madres o padres solos con hijos, divorciados o
casados en segundas nupcias con hijos de otro matrimonio, familias conformadas por nietos y
abuelos debido a la migración de los padres, tres generaciones viviendo juntas.

No existe una familia completamente normal. Toda familia por su misma existencia experimenta
periódicamente alguna disfunción Las presiones externas, las pérdidas que pueden acontecer
a lo largo de su evolución y muchos otros acontecimientos impiden una vida familiar
absolutamente armoniosa.

Las familias con un miembro enfermo

Un entorno familiar adecuado es primordial en la recuperación de una enfermedad mental


crónica o eventual. La proximidad de la familia permite realizar el seguimiento del paciente y
aportar datos claves para su tratamiento. En este sentido la familia puede contrarrestar la
tendencia de los pacientes a abandonar el tratamiento farmacológico y psicoterapéutico y más
bien puede trabajar en conjunto con los profesionales que lo atienden. Siendo esencial su
intervención para el éxito de cualquier tratamiento.

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Lógicamente, para cumplir correctamente la función, la familia necesita recibir apoyo por parte
de los profesionales y servicios de salud mental, pues de otro modo, enfrentará graves crisis
que pueden llevar a su disolución.

Es aquí donde entran los trabajadores sociales, con una labor informativa y referencial para la
familia, orientada a situarla ante su realidad, a disipar los miedos y a ofrecerle pautas de
actuación efectiva. Entonces la familia tendrá la posibilidad de desarrollar un papel activo y de
colaboración con la persona afectada, el cual servirá para levantar la estigmatización del
paciente mental:

En algunas familias (y en general en la sociedad toda) existe la idea de que la enfermedad


mental está íntimamente relacionada con la violencia. Pero esta idea no tiene base científica. 64
No se puede decir que las personas con enfermedades mentales sean más agresivas ni tengan
más probabilidades de cometer actos violentos o delictivos que personas sin enfermedad
mental. Las personas afectadas por una enfermedad mental (correctamente tratadas) rara vez
son peligrosas para la sociedad.. En realidad, es más probable que las personas con
enfermedad mental sean víctimas de abusos y malos tratos, y vean vulnerados sus derechos.
De ahí la importancia del rol de la familia para prevenir el abuso.

Siempre es necesario implementar intervenciones que fomenten el diálogo interfamiliar. Tratar


separadamente al paciente y a su familia, no ayuda, sino que contribuye a la estigmatización
del paciente, a agravar las culpas y a desestabilizar a la familia. Sólo la interrelación posibilitará
resolver las experiencias que enfrentan estas familias en forma conjunta con el paciente. En
definitiva, recomponer los lazos familiares es tan importante como la medicación. No existen
salidas con sujetos aislados.

La exclusión acarrea a la persona, el riesgo de quedar privada de intercambio material y


simbólico con el resto de la sociedad. El sujeto excluido es significado socialmente como aquel
que no es útil a la sociedad, se lo exime de su participación en ella. De ahí la importancia de su
reinserción a la familia y por ende a la sociedad.

El trabajo de ustedes es crucial porque incorpora lo ambiental, relacional, cultural, económico,


etc. a lo biológico y a lo psicológico para realizar una valoración global del enfermo y un
adecuado plan de tratamiento.

Por otra parte, su contacto directo con la familia les permite solidarizarse con ellos, reconocerle
a la familia el estrés que experimenta al enfrentarse con la enfermedad, y connotar
positivamente su apoyo en el proceso terapéutico.

ES IMPORTANTE SABER QUE: La reacción de las familias frente a un trastorno mental se


diferencia de una enfermedad física en diversos aspectos, como son:

 Absoluta negación de la enfermedad: "Esto no puede ocurrir en nuestra familia".


 Negación de la gravedad de la enfermedad: " Ella simplemente está pasando por una fase
 Culpa: "¿Qué es lo que hicimos mal?". "Deberías haberte quedado en casa con los hijos".
"Quizá lo castigamos demasiado".
 Sensación de aislamiento: "Nadie sabe lo que estoy pasando".
 Resentimiento: "Esto no es justo. ¿Por qué a nosotros?".
 Vergüenza: "Y si nos fuéramos a vivir a otro lado".
 Incapacidad para pensar o hablar de otra cosa que no sea la enfermedad.

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 Abandono de las funciones sociales habituales.

Es importante saber que en los primeros estadios de la enfermedad, la familia suele ser muy
receptiva a la información sobre qué está sucediendo, por qué ocurre y qué puede hacerse
para remediar la situación. La normalización de la experiencia, enfatizando que no es un caso
extraño sino que dicho trastorno es muy conocido por los profesionales, suele ser tranquilizador.

También tranquiliza a los familiares claros mensajes no culpabilizadores por el trastorno y la


esperanza de recuperación.

La importancia del ambiente familiar 64

En investigaciones referidas al medio familiar, se han detectado los que pueden ser estresantes
o tóxicos, y provocar su agravamiento clínico.

a) Ambientes confusos: donde la comunicación es poco clara, directa o explícita; y el


paciente no percibe con claridad qué se le quiere decir o qué se espera de él.
b) Ambientes críticos e intrusivos: Los comentarios críticos y hostiles hacia el paciente, o al
contrario, una excesiva preocupación o sobreimplicación emocional e intromisión en su vida.
c) Ambientes excesivamente demandantes: Cuando las expectativas de los familiares, o de
los terapeutas son excesivamente exigentes respecto al paciente, requiriéndole alcanzar metas
que exceden sus capacidades
d) Ambientes amenazantes o desmoralizantes: de la familia o del vecindario, que hacen que
el paciente se sienta inseguro o perciba algún peligro para su integridad física o su valoración
social.

Finalmente, es fundamental que los familiares encuentren también la manera de obtener apoyo
y de reducir el estrés que supone convivir con el paciente.

Los sentimientos de fatiga crónica, la falta de interés por vivir, la falta de autoestima y la pérdida
de empatía con el familiar enfermo, son muy comunes en las personas que se enfrentan solas
al cuidado de un paciente con un trastorno mental. Tampoco es infrecuente la aparición de otros
problemas, como insomnio, cefaleas, abuso del alcohol o drogas, depresión y otras
manifestaciones psicofisiológicas del estrés.

Para evitar estas consecuencias, los familiares pueden aprender a manejar la situación; para lo
cual suele ser de utilidad observar los siguientes principios:

1. Cuidar día a día la propia salud, solicitando ayuda médica, si es preciso, y alimentándose
correctamente, haciendo ejercicio y durmiendo lo suficiente.
2. Aprender alguna técnica de relajación.
3. Programar cada día un periodo de descanso y dedicación a uno mismo
4. Tomarse un respiro de vez en cuando, quizá unos días de vacaciones.
5. Evitar la crítica autodestructiva o sentirse culpable.
6. Tener alguna actividad que requiera concentrarse durante unas horas en cualquier otra cosa.
7. No descuidar las relaciones sociales o con el resto de la familia.
8. Compartir las penas y los problemas con personas que le suministren apoyo
9. Alentar el trabajo en equipo, dentro de la familia. Que se de un esfuerzo coordinado y
compartido entre varios cuidadores.

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10. Asumir que la vida sigue para el resto de la familia. Esta actitud incluso beneficia al
paciente.
12. No abandonar las creencias religiosas.
13. Mantener el sentido del humor.
14. No perder nunca la esperanza.

La contribución de los familiares a la recuperación clínica de un paciente con una psicosis será
más eficaz cuando afrontan el problema con los siguientes principios:

• Obteniendo información precisa sobre la naturaleza del trastorno: La psicoeducación


contribuye a que los familiares despejen dudas, a que superen la confusión y el sentimiento de
estar abrumados, y a conocer cuáles son las opciones terapéuticas más eficaces. 64

• Favoreciendo el diálogo y el intercambio de sentimientos y opiniones en el seno de la


familia: De hecho, cuando se manejan las situaciones de crisis correctamente, resultan
fortalecidos los vínculos entre todos los miembros de la familia.

• Manteniendo las relaciones sociales: El contacto con los amigos, las actividades regulares
de ocio o la puesta en práctica de las tareas domésticas o de aficiones, son recursos esenciales
para disminuir la ansiedad y amortiguar el impacto negativo que la enfermedad pudiera tener
sobre la salud física.

• Entrando en contacto con otras personas que han vivido situaciones similares: Los
grupos de ayuda mutua son un marco de referencia para aprender a manejar los problemas
cotidianos y para superar el sentimiento de soledad que tienen muchos familiares.

• Mostrando una actitud positiva: Es importante tener paciencia y creer que el familiar se va a
recuperar, aunque ello lleve tiempo.

Estas estrategias pueden facilitar que, pese a todo, se produzcan cambios positivos en la
familia, al cambiar su apreciación de lo que es verdaderamente importante y al modificar valores
y prioridades. El objetivo primordial es favorecer la esperanza y aceptar que la vida continúa y
que, pese a las dificultades, todavía hay espacio para expresar las mismas emociones de amor,
alegría, risa, llanto, tristeza o ira, que manifestaban tiempo atrás.

ACTIVIDAD 6.- Es importante que los estudiantes tengan presente el rol


protagónico de la familia en la pérdida o en el mantenimiento de la salud mental
de sus miembros; y así mismo, reconozcan el papel fundamental que desempeña
el Trabajador Social en el ámbito de la salud mental.
Consigna: Lea detenidamente y realice un ensayo de dos carillas en Arial 12, donde analice y
comente sobre los aspectos más relevantes de los roles de la familia y del trabajador social en
la Salud Mental. Este trabajo será enviado como foro a la plataforma.

RESUMEN

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Psicología del Desarrollo Humano Mgs. Mónica Albán García

El rol del trabajador social en la salud mental ha ido evolucionando conforme ha


evolucionado la concepción del enfermo mental. Este desarrollo tienen mucho que ver con el
desborde del ámbito sanitario-psiquiatrico frente a los problemas de la población con
enfermedades mentales que derivan de condiciones de desventaja social tales como la
pobreza, el desempleo, el aislamiento social, el rechazo y la consiguiente sobrecarga que
representan para sus familias.

Desde esta perspectiva, la actividad profesional que desempeña el trabajador social en los
Servicios de Salud Mental es la relación interpersonal, a través de la cual puede lograr cambios
en la situación social y en las relaciones con personas significativas de los pacientes atendidos.

La labor del trabajador social es incorporar lo ambiental, relacional, cultural, económica, etc. a lo 64
biológico y a lo psicológico para realizar la valoración global del enfermo y el plan de
tratamiento, cuyo objetivo es trabajar con los propios recursos del paciente y la familia.

Los trabajadores sociales son quienes están mejor preparados están para asegurar el
adecuado desempeño de las relaciones comunitarias, por lo tanto conocen los servicios del
entorno para informar tanto a los usuarios y a las familias como a los otros profesionales con los
que trabajan en equipo, para poder incorporarlos a los planes de actuación individualizados.

El trabajador social agenciará la rehabilitación y la integración social, buscando articular en la


vida del paciente una serie de recursos residenciales, ocupacionales, socioafectivos y
comportamentales, que le permitan el desempeño de una vida lo más normal posible.

Al trabajador social le corresponde además ser el nexo entre la familia y la institución de salud
que atiende al miembro enfermo.

Si consideramos que la familia es la base de la vida, emocional y social, entonces es allí donde
se sientan las bases de la salud mental del individuo, por lo tanto, un entorno familiar adecuado
es primordial en la recuperación de una enfermedad mental.

La proximidad de la familia permite realizar el seguimiento del paciente, aportar datos claves
para su tratamiento y eliminando la estigmatización del paciente mental.

Es aquí donde actúan los trabajadores sociales, con una labor informativa y referencial para la
familia, orientada a situarla ante su realidad, a disipar sus miedos y a ofrecerle pautas de
actuación efectiva, para que esta pueda desarrollar un papel activo y de colaboración con la
persona afectada.

BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD

 Albán, M (2012) El Rol de la Familia en la Salud Mental. Conferencia Universidad


Católica de Santiago de Guayaquil.

Carrera de Trabajo Social y Desarrollo Humano – II Ciclo


Psicología del Desarrollo Humano Mgs. Mónica Albán García

 Garcés, E. (2010). El Trabajo Social en salud mental - Revistas Científicas


Complutenses. Trullenque Hospital Clínico Universitario Zaragoza. Recuperado de :
http://www.revistas.ucm.es/index.php/CUTS/article/download/.../7489
 López, Etxebarria, Fuentes y Ortiz (2003). “Desarrollo Afectivo y Social”. Madrid:
Ediciones Pirámide.
 Organización Mundial de la Salud (2004). Prevención de los desórdenes mentales.
Ginebra: OMS.
 Riesgos Familia y Adolescencia http://www.juanncorpas.edu.co/uploads/media/
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 Salud Mental Visión General http://sersame.salud.gob.mx/pdf/pasm_cap2.pdf
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