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El dolor se define como una experiencia emocional y sensorial desagradable asociada con
un daño tisular real o potencial. La experiencia del dolor siempre es subjetiva. Por lo
tanto, la verbalización de una sensación nociceptiva es el criterio de referencia para
evaluar el dolor. Dado que los neonatos no pueden verbalizar su dolor, el reconocimiento
y el tratamiento del dolor de los recién nacidos continúan siendo sub óptimos en las
unidades de cuidados intensivos neonatales.
Según estudios documentados, revelan que los neonatos nacidos con menos de 32
semanas de gestación están expuestos a entre 10 y 15 procedimientos dolorosos cada día
durante las primeras semanas de vida, y casi el 80% de ellos no recibe tratamiento para
el alivio del dolor. Se sabe que el dolor en los neonatos causa efectos adversos a corto y
largo plazo. Durante los episodios dolorosos, se han observado un sin número de
respuestas fisiológicas, bioquímicas y conductuales. Cuando se los expone a un dolor
prolongado, los neonatos ingresan en un estado de pasividad con pocos movimientos
corporales, o ninguno; presentan el rostro sin expresión, una disminución de la frecuencia
cardiaca y variabilidad respiratoria, y un menor consumo de oxígeno, todos signos
indicativos de una marcada conservación de la energía.
Hay una serie de medidas generales de vital importancia en el tratamiento del dolor en
neonatos, como es evitar procedimientos dolorosos innecesarios, el cuidado del ambiente
que le rodea, distintos tipos de soluciones orales dulces, la estimulación multisensorial,
así como amamantar el pecho de su madre durante la intervención dolorosa. Sin embargo,
hay ocasiones en las que estos recursos son insuficientes y hemos de recurrir a las medidas
farmacológicas. Los fármacos más utilizados son los anestésicos locales, opioides y
analgésicos antiinflamatorios no esteroideos. Hay situaciones estresantes y no dolorosas
para el neonato, en las que el tratamiento adecuado es la sedación.
Realmente, cuantificar la intensidad del dolor en lactantes es una tarea difícil. Existen
estudios metabólicos, hormonales y bioquímicos que demuestran los cambios que se
producen ante una experiencia física dolorosa. Es necesario abordar los efectos a largo
plazo de la sacarosa en estudios clínicos controlados aleatorizados. También se requiere
estudiar la seguridad y eficacia de la sacarosa en los neonatos extremadamente
prematuros. Los estudios futuros pueden enfocarse en otras medidas para aliviar el dolor,
como la lactancia, el método madre canguro o la succión no nutritiva. Se ha evidenciado
cierta efectividad de la administración de sacarosa durante la venopunción en la reducción
de la frecuencia cardiaca. La efectividad de la sacarosa en las pruebas para detectar la
retinopatía del prematuro fueron datos menos claros según algunos estudios revelados.
Otros estudios indican que observó una disminución en la saturación de oxígeno. Para
otros procedimientos dolorosos, como el cateterismo vesical, la aplicación de inyecciones
subcutáneas, la inserción de sondas nasogástricas y la circuncisión, los datos eran muy
limitados y quizas no alcanzaron la eficacia administrando sacarosa sola. Partiendo de
ahí, podemos inferir la necesidad de analgesia en situaciones que se entiendan serán
molestas y/o dolorosas. Al momento, existen dos vertientes, la farmacológica y la no
farmacológica. Desde un punto de vista humano y profesional, la tendencia de primera
opción es enfocarse en la segunda, que es la que nos ocupa ya que no conlleva la
administración de medicación en esta población neonatal y la escogemos de por sí como
primera intención para el alivio del dolor ya que la analgesia no farmacológica se
consigue de diversas maneras, ya sea mediante la liberación de endorfinas endógenas,
activación de sistemas de neuropéptidos que estimulan los receptores opioides, o
simplemente distrayendo al niño del dolor.
Existen diversas escalas de medida del dolor para la valoración de este en neonatos a
término y pretérmino. Estas se basan en la observación y recogida de las alteraciones
fisiológicas, cambios del comportamiento, o una combinación de ambos. En su mayoría
suelen ser evaluadas la expresión facila, conducta y la variación en los signos vitales. El
llanto, por ende, también es un factor indicador de prioridad, puesto que cualquier neonato
utiliza este medio de comunicación para expresar alguna necesidad. En la evaluación de
la tabla CRIES, (evaluación por llanto), se valoran 5 parámetros fisiológicos y de
comportamiento. Cada parámetro tiene un valor de 0,1,2 para un máximo de 10 puntos.
Esta escala determina que si la puntuación es igual o mayor de 5, debe ser administrada
analgesia farmacológica al neonato para el alivio del dolor.
Definicion de conceptos
1. Neonato - Es un bebé que tiene 28 días o menos desde su nacimiento, bien sea
por parto o por cesárea. La definición de este período es importante porque
representa una etapa muy corta de la vida; sin embargo, en ella suceden cambios
muy lentos que pueden derivar en consecuencias importantes para el resto de la
vida del recién nacido. El término se ajusta a nacidos pretérmino, a término o
postérmino.
2. Dolor - Es una experiencia sensorial y emocional (subjetiva), desagradable, que
pueden experimentar todos aquellos seres vivos que disponen de un sistema
nervioso central. Es una experiencia asociada a una lesión tisular o expresada
como si ésta existiera. Actualmente se entiende el dolor como el producto de un
conjunto de mecanismos neurofisiológicos que modulan la información del daño
físico a diferentes niveles y en diferentes partes.
11. Hidrólisis - Es una reacción química entre una molécula de agua y otra molécula,
en la cual la molécula de agua se divide y sus átomos pasan a formar union de otra
especie química. Esta reacción es importante por el gran número de contextos en
los que el agua actúa como disolvente.