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Guillermo Pelgrón
Andrés Bello
Alejandro Humboldt
Aimé Bompland.
La formación educativa de Bolívar fue bastante informal, considerando que no fue un alumno
regular que cursara estudios desde la educación elemental hasta la universidad.
Al igual que otros muchos ricos y bien educados criollos, él recibió instrucción de tutores privados
en su propia casa. Solamente durante cuatro periodos en su niñez asistió a una escuela pública y
vivió en la casa de su preceptor Simón Rodríguez.
De acuerdo con su propio testimonio, su educación fue lo mejor que una persona de su rango
podía adquirir en su patria para este entonces.
En una conocida carta enviada al General Santander, Bolívar ofreció uno de los más claros
testimonios sobre su temprana formación. En esa carta, Bolívar trataba de desautorizar a un
instructor suyo llamado Molíiens, cuyo testimonio calificó de injusto y falso.
El Libertador afirmó en la carta que no era verdad que su educación fuese descuidada, pues su
madre y toda su familia hicieron lo posible para que tuviese la formación apropiada y para ello
contrataron los mejores maestros del país.
En esta misma carta, el agrega que Simón Rodríguez, le enseñó a leer y a escribir, que Andrés Bello
le instruyó en el arte de la composición y en geografía, y el padre Andújar un intelectual admirado
por Humboldt le enseñó matemática en una academia diseñada especialmente.
Después dice Bolívar, fue enviado a Europa a estudiar idiomas extranjeros y a asistir a la Academia
de San Fernando, en Madrid, para mejorar su aprendizaje de matemática.
Allí en Madrid también tomó lecciones de esgrima, danza y equitación. Finalmente en un
significativo pasaje, el reconoció su deuda intelectual con la ilustración Francesa "Es verdad que yo
no he aprendido la filosofía de Aristóteles ni los códigos del crimen y del error, pero el señor
Mallines no ha ido tan profundo como yo en el estudio de Locke, Cadillac, Buifon, Helvetius,
Montesquieu, Mably y los clásicos de la antigüedad, sean los filósofos, historiadores, oradores o
los poetas; así como los clásicos modernos de España, Francia, Italia y algunos de Inglaterra.
Simón Rodríguez
El primer encuentro con el niño Simón Bolívar se produjo cuando Feliciano Palacios, abuelo del
Libertador, lo contrata para que se encargue de la educación del nieto. En su escuela, Simón
Rodríguez tenía 114 alumnos, de los cuales 40 estudiaban gratis. Su manera de enseñar era
diferente a la tradicional: le gustaba salir con sus estudiantes por el campo, para estar más cerca
de la naturaleza. De este gran maestro aprendió Bolívar a amar la libertad. Así se lo expresó el
Libertador en 1824: "Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para
lo hermoso".
Andrés Bello
Su labor de profesor se inició en Caracas. Comenzó dando clases particulares, siendo uno de sus
alumnos Simón Bolívar, a quien le enseñó Literatura y Geografía. Andrés Bello, apenas dos años
mayor que el Libertador, le enseñó primeras letras, aunque no logró adelantos en ortografía.
Siendo profesor defendió la enseñanza del latín y publicó su "Gramática Latina". Fue ferviente
partidario de la enseñanza primaria. En una oportunidad dijo: "Creo urgente el fomento de la
enseñanza literaria y científica. La instrucción primaria no se defiende sino donde han florecido de
antemano las ciencias y las letras". Cuestión que transmitió a Bolívar, quien en los años
posteriores fue divulgando la importancia de la educación para los pueblos.