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Psicoterapia

Vincular

Cátedra de Psicología Clínica

Facultad de Psicología – UNC


Año 2014.

Alumnas:
Borsani Roxana – Mat: 36 435 459

Ludueña Melisa – Mat: 36428910

Nantón Laura – Mat:35525552

Noriega Noelia – Mat:

Obelar Briones Belén – Mat:

Rodriguez Valeria Tamara – Mat: 36776264

Soto Ana Laura – Mat: 35003154


PSICOTERAPIA VINCULAR

 Antecedentes y precursores de la clínica vincular.

En Argentina la teoría del psicoanálisis vincular se inició a partir del modelo


de configuraciones vinculares de Pichon-Rivière y Bleger en la etapa kleiniana y,
después de realizar un giro teórico de tipo estructural- lingüístico, se siguió el
enfoque post-estructuralista de Kaës( Campuzano M s/d). En 1984, la AAPPG (
Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo), convocó a la
Doctora Janine Puget y al Doctor Isidoro Berenstein, ambos psicoanalistas de
reconocida trayectoria, para fundar y dirigir, respectivamente, los Departamentos
de Pareja y de Familia de dicha institución (Soler , 2006).

Pichón Rivière tomó como fuente principal la teoría de las relaciones de


objeto, desde este punto de vista, reformuló los conceptos kleinianos de instinto de
vida y muerte, dándoles una dimensión intersubjetiva: en lugar de instintos,
enunció dos tipos de vínculos: un bueno, como producto de las experiencias
gratificantes, creador de un vínculo de amor entre dos o más sujetos; y uno malo,
producto de las experiencias frustrantes, generador de un vínculo de odio,
alejamiento, deseo de destrucción y muerte del otro. (“Producciones..”, 2013) Las
teorias en las que se basó Pichon fueron: 1) Teoría de las relaciones objetales
(Freud – M. Klein). 2) Fenomenología (Dialéctica Hegeliana). 3) Escuela de Berlín
– Gestalt (Wertheimer – Kofka – Kohler – primera década del siglo 20) 4)
Psicología topológica y dinámica de grupos (1944) de Kurt Lewin. (1890-1947) (
Spinatelli, 2007 ).

Además considera al “Sujeto como emergente de un sistema vincular, a


partir del interjuego entre necesidad y satisfacción” ( Spinatelli, 2007, pág. 8)

Se puede hacer referencia a otros de sus principales representantes, ellos


son Berenstein y J. Puget los cuales llegaron al psicoanálisis vincular desde
distintos espacios. En el caso de Berenstein desde su trabajo con pacientes
psicóticos. Puget desde el trabajo con grupos y desde las dificultades que
observó en la modificación de los conflictos de pareja desde el análisis individual.
Este ultimo personaje en los años ´70 propone el concepto de zócalo
inconscientey acuerdos inconscientes en la pareja matrimonial y por otro lado
Berenstein , introduce el concepto de estructura familiar inconsciente, que le
permitió abordar el psicoanálisis de familia (Soler, 2006).
 Algunos conceptos básicos en la Perspectiva Vincular

Vínculo: proviene del latinvinculum, que significa atar. Este término fue propuesto
por Pichón Riviere y luego tomado por el psicoanálisis de las Configuraciones
Vinculares desarrollado por I. Berenstein y Janine Puget( Soler, 2006).

Pichón Rivière estudia al vínculo entre un sujeto y el otro, en una relación


bidireccional, de tal manera que lo que se estudia es cómo un sujeto se relaciona
con un objeto −que en este caso es otro sujeto− y viceversa: cómo este
objeto−sujeto afecta al sujeto que establece un vínculo con él.

Por otro lado para Berenstein y Puget el vínculo se origina en el intento de


solucionar una falta, una condición de desamparo originario. El vínculo es
registrado como un sentimiento de pertenencia, el cual se sostiene en
estipulaciones inconscientes, como lo son acuerdos y pactos que contienen una
cualidad afectiva, y que son parte de las características del intercambio entre los
sujetos ( Soler, 2006).

Sujeto del vínculo: da cuenta de la condición de sujetados al vínculo, y al mismo


tiempo constituidos por el vínculo. Cada sujeto es construido con el otro, por y en el
vínculo del que son parte, y que a su vez constituyen.

Alianzas inconscientes: “Forman arte del entramado familiar-social” (Gaspari, R


y Waisbrot, D, s/d, pág. 12) Estas se pueden relacionar con una expresión de
tensión asociada al pedido de renuncia pulsional en la relación con el otro,
también puede considerarse que el vínculo se sostendrá en éstas y que ellas sean
garantes de estabilidad. (Gaspari, R y Waisbrot, D, s/d)

Estructura familiar inconsciente: Es un aporte de Berenstein, el cual sostiene


que las familias tienen un carácter simbólico y que su significado recae en la
estructura inconsciente. Las relaciones son las manifestaciones observables tales
como modos de hablar, aplicación de los nombres propios, distribución de la
vivienda, etc( Soler, 2006).

Trasferencia: se puede caracterizar como un “vínculo” que en este caso son dos
sujetos de deseo. Tambien se propone el lugar del concepto de representación el
cual supone una remisión a un hecho pretérito (Gomel, S y Matus, S, s/d).

Sujeto-otro del vínculo: configuraciones vinculares que son efecto de la relación


mutua entre sujeto y el otro ( Krakov, s/d) El otro del vinculo es diferente al
concepto del objeto. “Es una construcción representacional que incluye lo
representable del otro para cada sujeto, al mismo tiempo que conserva como marca
de ajenidad lo real del otro como un irrepresentable” (Krakov, s/d, pág. 12).
Vínculo de filiación: liga los lugares de los hijos con los padres, ocupados
respectivamente por el yo de la madre y por el del padre, luego ocupados por lo de
los hijos.

Vínculo de alianza: liga los lugares del esposo y la esposa ocupados por el yo de
cada uno.

Vínculo de consanguinidad: liga los lugares de hermanos, ocupados por los yoes
de ellos.

Vínculo avuncular: liga el lugar del dador de la madre y el lugar de la madre (y


esposa).

Es importante esta distinción de los vínculos ya que nos permite reconocer que los
yoes pueden ser desplazados respecto a los lugares. Por ejemplo el hijo puede
pasar del lugar del hijo al lugar de padre y el padre ocupar el lugar de hijo, la
hermana ocupar el legar de madre entre otros.(Cesio S, 2003).

 Objetivos terapéuticos

La cura en psicoanálisis vincular consiste en normativización de las funciones e


instauración de la función paterna simbólica. De esta forma se inscriben en la la
estructura familiar las diferencias sexuales y generacionales, lo que promueve a la
vez una reorganización que lleva a cada miembro a asumir la función que le
corresponde según el sistema de denominaciones.

Para el logro de este objetivo,, el terapeuta promueve la construcción de una


historia nueva a través del diálogo y la actividad reflexiva, en la que se resignifican
sentidos que fueron perdidos o se enuncian ideas que nunca antes habían surgido.

Con el tratamiento se busca que la familia como grupalidad, así como cada uno
de los miembros, redacten sus propias historias y puedan diferenciarse las
posiciones que se ocupan frente a la estructura de determinación compartida y al
deseo de los otros significativos.

El fin del tratamiento no está determinado por conseguir relaciones que puedan
ser calificadas como “buenas” o “malas” sino que se busca una percepción crítica de
la realidad o equilibrio narcisÍstico para que la familia no permanezaca estancada en
la ilusión.

 Rol del terapeuta y encuadre


La función del terapeuta es facilitar la emergencia de la repetición, de la cual
surge un relato peculiar, irrepetible en otros ámbitos, por lo que su escucha es
abierta , tiende a facilitar un relato continuo, pero sabe percibir sus cortes. Este tipo
de escucha utilizada en psicoanálisis vincular estimula lo sorpresivo y dá lugar a lo
intuitivo y creativo. Se dirige a las relaciones que se dan en la estructura, a los
vínculos, al “entre” de los sujetos y no busca orientarlo hacia un punto determinado,
sino que es libre.

Se trata de una situación multipersonal, una situación frente a frente en el cual el


entrecruzamiento de miradas va ofreciendo obstáculos nuevos a la atencIón flotante.

El terapeuta debe adecuarse a la regla de abstinencia , esto significa que no


debe sugerir soluciones de forma apresurada, no debe promover modificaciones con
urgencia, ni tampoco prescribir. Intentarà lograr una actitud y un pensamiento crítico,
por parte de los integrantes de la familia, acerca del proceso que se encuentran
viviendo para llegar a la búsqueda de nuevos sentidos.

Es el analista quien define el contexto, fija y sostiene el encuadre, formula la


consigna de trabajo y pone en juego una especial actitud de escucha.

E n la consigna, de manera implícita o explícita, aclara algunas cuestiones ,


como ser, qiue tomara de “paciente” al grupo familiar en su totalidad y no a algunos
de sus miembros en particular.. Se intentarà propiciar un relato conjunto, en el que
todos participen.

También se informa a la familia que deben concurrir como mínimo tres sujetos,
porque de lo contrario, sin la presencia de dos vínculos, no es posible que se
produzcan significaciones familiares.

El papel del analista es activo, intentará propiciar un ambiente de reflexión.

En cuanto a su modo de intervención, la interpretación refiere a hacer


consciente lo inconsciente e intentar otorgarle significación a lo transferido, a lo
actualizado. La interpretación no puede ser realizada en cualquier momento, sino
que el sujeto no debe estar demasiado alejado de lo que esté por decirselé. La
interpretación debe ser abierta, exenta de certezas, promotora de intercambio
verbal. Además se utilizan silencios, preguntas, puesta de límites y otros modos de
intervención que pueden ayudarle para diferenciarse de la estructura familiar.

Tal vez sea necesario que el terapeuta ocupe un puesto que se encuentre
vacante en ese momento detrminado o en cualquier otro durante el tratamiento.
 Estrategias terapéuticas y técnicas

La técnica para abordar la terapia familiar, de pareja, de relación entre


madre e hijo se hayan dentro de un encuadre estable (Bleger J. 1971), pero
también es necesario tener en cuenta el despliegue de la relación transferencial y
contratransferencial que se origina en cada una de las terapias nombradas con
antelación que se lleva a cabo mediante la verbalización y también la cadena
asociativa grupal mediante la invitación de asociación libre. A su vez se puede
incluir además las formas de juego, expresividad creativa como lo son la utilización
de máscaras por ejemplo.

En el espacio terapéutico que se brinda, se trata de un espacio transicional


(Winnicott D. 1971) que opera como un facilitador de ciertos procesos como lo son
la verbalización, simbolización, subjetivación y discriminación de sus miembros
para dar lugar así al surgimiento de fantasías, que se elaboren duelos y traumas
que son transmitidos transgeneracionalmente.

El desafío de la terapia vincular es desentrañar lo oculto que ha quedado


carente de significación por no haber accedido al espacio mental pero que tiene
perdurabilidad en la memoria colectiva parental y familiar y que se hará presente
en el contexto adecuado.

El modo en que aflore lo oculto es mediante la palabra, el juego que puedan


crear los miembros presentes a partir de sus propios sueños, fantasías y
asociaciones.

Se busca en ciertos casos trabajar con elementos gráficos, dibujos,


dramatizaciones, entre otros para que a nivel preconciente pueda dar lugar a una
estimulación de recuerdos, sentimientos, experiencias para que así se produzca el
despliegue de la cadena asociativa vincular, llevándose a cabo un trabajo de
ligadura emocional y comprensiva.

La función desempeñada por el psicoanalista es tanto continente como


interpretativa de acuerdo al momento que lo requiera.

 Concepto de salud-enfermedad

Desde la terapia vincular se concibe a la salud y a la enfermedad no como


conceptos dogmáticos, sino como ligados al sufrimiento.

Freud señalaba en un tiempo anticipatorio que los vínculos con otros seres
humanos son una de las principales formas de sufrimiento. Se impone esta
pregunta, ¿es que hay algún sufrimiento que nos interese, que se inscriba en el
campo del psicoanálisis, que no comprometa la vincularidad, sea esta grupal,
familiar o institucional?

En este sentido son cuatro las fuentes de sufrimiento a las que Freud hace
referencia:

-La naturaleza.

-El cuerpo propio.

-Los vínculos con otros seres humanos.

-La insuficiencia inherente a las normas que regulan los vínculos recíprocos
entre los hombres, en la familia, el Estado y la sociedad.

“Toda producción de vínculo, implica siempre una tensión entre el plano


pulsional y las normas que las regulan: las norman marcaran los límites del amor y
el odio, y harán de tope, justamente, al desborde pulsional” (Gaspari y Waisbrot,
2011). En este sentido por un lado existen normas que refrenan la pulsión de los
sujetos y por otro lado, estas normas no logran acaparar toda la pulsión y eso las
hace transgredibles (lo que genera culpa) y las hace susceptibles a lo inesperado
(lo que genera angustia).

“Quienes consultan lo hacen porque algo les fracasa en su posicionamiento


subjetivo o porque algo de su deseo está perdido en una maraña intersubjetiva
que no saben cómo se ha construido y que participación tienen en eso que les
pasa. Como sujetos del malestar en la cultura, sufren porque no logran encontrar
los modos en los cuales desplegar y realizar en algún nivel su sexualidad, sus
relaciones de amor, sus intereses libidinales, sus ideales” (Gaspari y Waisbrot,
2011).

Solo re-constituyendo el contexto en el cual cobra sentido la problemática


que traen a consulta, podemos otorgarle significado apropiado como mensaje
inconsciente. Este contexto incluye tanto las características mentales del paciente,
como las características de la estructura familiar, generacional, grupal,
institucional, etc., incluidas como una relación dentro de un sistema.

La terapia vincular trata de desanudar lo alienado en las alianzas y re-anudar


desde otro lugar. Se trata de construir el lugar subjetivo dentro de las tramas
vinculares que se superponen, es hacer pasar al consultorio la singular conflictiva
de una trama vincular.

Idea de hombre subyacente: No hay ser humano fuera del lazo social, el
vínculo es condición de humanización ya que cada sujeto es construido
históricamente (en el contexto social y a nivel transgeneracional) en cada contacto
con el otro.

Con respecto a la producción de vinculo se jerarquiza la vincularidad por


sobre la visión del sujeto solipsista dotado de un aparato psíquico clausurado en el
Edipo. Con respecto a esto el sujeto no se conforma en un momento específico
(Edipo), sino en la posibilidad o imposibilidad de re-transcripciones simbolizantes
en la psiquis incipiente, enlazada a la capacidad de armado de una trama
simbólica, imaginaria, pulsional en la red vincular en la cual adviene el infans. Las
rescrituras psíquicas de un sujeto están articuladas con las modalidades familiares
de renuncia del goce y con la fantasmática vincular. El sujeto se inserta en esta
trama en un doble movimiento, en tanto que al mismo tiempo que ingresa la
modifica.

 Fenómeno transferencial y contratransferencial

Con respecto a la transferencia y contratransferencia se hallaron dos


postulados referentes a ello:

-Por un lado según Silvia Gomel y Susana Matus concuerdan con la idea de un
analista implicado, abstinente pero no neutral, en presencia y co-constructor en su
accionar terapéutico pero a ello agregan que los nuevos vínculos que se dan en la
sociedad actual excede la transferencia-contratransferencia, va mas allá de la re
significación. En este sentido se destaca la importancia del analista como sujeto
complejo y jugado en la escena con el paciente, dejando así la idea de verlo solo
como objeto de proyecciones. Sin embargo esta implicación del analista en exceso
puede generar una situación de involucramiento, dando lugar al acting del analista
o a la imposibilidad del trabajo terapéutico.(2005)

-Desde la Asociación Internacional de Psicoanálisis de pareja y Familia se hace


referencia a “la transferencia mítica”: (Czertok, Guzzo y Losso, 1993; Losso, 2000)

Cuando se constituye el campo vincular terapéutico, las familias o las


parejas portan al campo vincular sus propios mitos, los que se confrontan con los
de los terapeutas. De este encuentro surgen los fenómenos inconscientes
emocionales llamados transferencia y contratransferencia y las consiguientes
fantasías del campo vincular.

En este campo, la familia tiende a transferir sobre los terapeutas las imagos
y los modelos vinculares correspondientes a la mitología familiar, intentando
englobarlos dentro del mito familiar, y consecuentemente, del funcionamiento
familiar estructurado por el mismo. Hemos denominado a este proceso
transferencia mítica. Del mismo modo, concebimos la contratransferencia, como el
conjunto de sentimientos y sensaciones experimentados por los analistas en el
marco del entrelazamiento de dos mitos familiares: el de la familia y el de cada
uno de los analistas.

 Tipos de problemas que aborda

 Cuando aparece lo indescifrable, el “no te entiendo”.


 Cuando hay dificultades en la fundación del vinculo y su función
constituyente.
 Cuando hay ataques al contrato narcisista.
 Cuando hay perturbaciones en la transmisión porque es imposible no
transmitir, uno transmite ideologías, religión, política, también secretos,
formas de amar y de odiar, entre otros.
 Los vínculos de sangre y de alianza se representan a través de relaciones
definidas y diferentes entre los miembros de la familia, ellos son:
Vinculo de alianza matrimonial o de pareja: conformada por dos perdonas
que no tiene lazo consanguíneo, que provienen de dos familias diferentes y
que darán lugar a una nueva familia. Incluye la relación entre los yoes
ocupando cada uno el lugar de esposo y de esposa y, luego, el de padre y
el de madre. El hijo es libidinizado, narcisizado. Pero tomando en cuenta
que la narcización no es unidireccional. Esto es la acción correspondiente a
la investidura libidinal que se lleva a cabo por los padres sobre el bebe en
posición de su significado. Así le transmiten la noción de que es y
corresponde a un objeto deseado. Otorga sentimiento de permanencia

 Límites y alcances

Se destaca, respecto a alcances y aportes de la terapia vincular, la ruptura


epistemológica que efectúa en tanto su propuesta es incluir en el campo del
psicoanálisis los padecimientos que se manifiestan en configuraciones vinculares.
Este descentramiento del mundo interno del sujeto hacia el mundo vincular
constituye una ruptura epistemológica y una divergencia en cuanto al psicoanálisis
freudiano que se avocaba al tratamiento de índole individual.

Dicha ruptura tendrá además repercusión en el ejercicio clínico y en la


lectura de la problemática del sujeto. La consulta grupal en consultorios se tornó
habitual en el campo psicoanalítico, adquirió legitimidad lo cual fomentó el
desarrollo de herramientas distintas a las precedentes en psicoanálisis individual.
Reconstruye dispositivos inéditos hasta ese momento en que comienza su
desarrollo abriendo camino hacia la deconstrucción de conceptos y lecturas
nuevas de la realidad sociohistórica.

En cuanto a problemas que aborda, son distintos en complejidad con


respecto a los tratados en terapia individual de tinte psicoanalítico. Se trata de
configuraciones vinculares- no de aspectos referentes sólo a un individuo- lo que
hace a la complejidad mencionada; se debe tener en cuenta el hecho de que los
vínculos están atravesados por influencias desde un sujeto a otro y por
problemáticas que surgen según cada época y lugar geográfico, con lineamientos
políticos, económicos, culturales que cambian la manera de entramar relaciones.
Es así que- por ejemplo- desde la psicoterapia vincular se trata problemáticas
como homoparentalidad, monoparentalidad o ensamble familiar. Este tipo de
tópicos, expresa Gaspari y Waisbrot (2011) no tenían lugar en otros tiempos en el
campo del psicoanálisis. La psicoterapia vincular no puede basar su abordaje
clínico en paradigmas rígidos respecto a ideología puesto que desconocen la
diversidad y pueden provocar exclusión.

Debido a la complejidad de las problemáticas se encontró límites en la


teoría del psicoanálisis, surgió entonces la necesidad de plantear nuevas
conceptualizaciones y prácticas. Por este motivo se trató de profundizar en
aspectos referentes a los vínculos. Expresan Gomel y Matus (2011) que la noción
unidimensional de sujeto como sujeto del inconciente que plantea el psicoanálisis
generaba un reduccionismo que pasaba por alto el poder instituyente de la
vincularidad. Esta divergencia hacia la corriente mencionada es conceptuada por
la psicoterapia vincular desde una perspectiva intersubjetiva que lleva a una mejor
aproximación en la clínica. Esta perspectiva vincular conllevará además
modificaciones en el psicoterapia individual, ya que se deberá conceptuar al sujeto
no como aislado sino como inmerso en una trama de relaciones que lo influencian
y a la cuales éste atraviesa también. De esta forma se observa, brevemente, como
se gesta dispositivos nuevos que interrogan teorizaciones del psicoanálisis y crean
un cuerpo conceptual específico que aún basado en el pensamiento psicoanalítico
va más allá.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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En G. Biauchi, S. Gomel, M. Matus, C. Pachuk, C. Rojas & M. Spivacow
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As:Psicolibro Ediciones.

 Gomel,S.;Matus,S.(2011)Conjeturas psicopatológicas, Clínica psicoanalítica


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vincular,Bs.As,Psicolibro Ediciones.

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americano contemporáneo” (2013) recuperado el 07/08/14 de
http://encuentropsi.blogspot.com.ar/2013/11/las-producciones-
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Escuela de Isidoro Berenstein y Janine Puget en el abordaje de los
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