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Sí procede el acuerdo reparatorio

en delitos de lesiones leves por


violencia familiar cuando la
víctima es mujer
POR CARLOS MIGUEL SALINAS VARGAS
JUNIO 5, 2017

http://legis.pe/procede-acuerdo-reparatorio-lesiones-leves-violencia-
familiar-victima-mujer/

Sumario: 1. Introducción, 2. Marco preliminar, 2.1. Los criterios de la


oportunidad, 2.2. El delito de lesiones leves por violencia familiar, 2.3.
Interpretación de la ley penal, 2.4. Inaplicación de la norma, 2.5. Aplicación
de la ley sustantiva y procesal en el tiempo, 3. Problema específico,
4. Conclusiones y propuesta de solución al problema planteado.

1. Introducción
En diferentes despachos fiscales y judiciales no existe predictibilidad
respecto a la aplicación del acuerdo reparatorio en temas de lesiones
leves por violencia familiar cuando la víctima es una mujer. Esta
situación genera un perjuicio a las partes procesales y al sistema de
justicia en general, ya que la decisión de aplicar o no un criterio de
oportunidad puede depender del criterio uniforme que tiene un
determinado magistrado o, en el peor de los casos, de la valoración
subjetiva que realice respecto al caso particular, lo que provoca un uso
arbitrario de una figura procesal tan importante como el acuerdo
reparatorio.

1
Imaginemos el siguiente caso:
“X” golpea a su esposa causándole lesiones leves por violencia familiar[1].
“X” es detenido en flagrancia y acepta su responsabilidad. A fin de no tener
antecedentes penales ni judiciales y obtener su inmediata libertad solicita
se le aplique un acuerdo reparatorio amparado en el artículo 2, numeral 6,
del Código Procesal Penal, que en lo pertinente dice: “procederá un
acuerdo reparatorio en los delitos previstos y sancionados en el artículo
122 del Código Penal”. Sin embargo, pese a que cumple todas las
condiciones procesales para su aplicación, e incluso quiere cancelar el
monto de reparación civil acordado con la agraviada, se declara
improcedente su pedido y, como es flagrancia, el Fiscal requiere la
incoación de un proceso inmediato, lo que supone mayor tiempo de
privación de la libertad.

Varios despachos fiscales y judiciales inaplican del acuerdo


reparatorio en casos similares al propuesto, indicando que bajo el criterio
de la Ley 30364[2], la violencia contra la mujer afecta gravemente el
interés público y social. Que los criterios de oportunidad previstos en el
artículo 2 del Código Procesal Penal sólo se aplican a delitos de mínima
culpabilidad y no al delito de lesiones leves cuando tiene una
circunstancia de agravación específica, referida a si la víctima es mujer y
ha sido lesionada por su condición de tal en un contexto de violencia
familiar. Que la voluntad del legislador nunca fue aplicar un criterio de
oportunidad a los delitos de lesiones leves por violencia familiar ya que
éste delito estaba previsto en un tipo penal distinto al del artículo 122 del
Código Penal, se encontraba legislado en el artículo 122-B del Código
Penal[3]. Que el delito de lesiones leves tiene una pena grave no menor
de tres (3) ni mayor de seis (6) años.

El tema debe ser analizado, ya que declarar inaplicable un acuerdo


reparatorio pese a que se cumplen los requisitos de ley, podría

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configurar arbitrariedad en las atribuciones legalmente establecidas,
máxime si hablamos de una persona privada de su libertad.

2. Marco preliminar
2.1. Los criterios de la oportunidad
Se les conoce como salidas alternativas al proceso y son mecanismos de
solución al conflicto penal, ponen fin a la controversia sin tener en algunos
casos que ir a juicio oral, y en otros acelerando el juzgamiento. Tienen
como finalidad principal la reparación inmediata del daño causado a la
víctima y que la víctima obtenga justicia cuanto antes. Los acuerdos
reparatorios en nuestro sistema procesal penal están regulados en el
artículo 2 del Código Procesal Penal bajo las figuras del principio de
oportunidad y el acuerdo reparatorio.

Se dice que están dentro de las facultades discrecionales del Ministerio


Público porque su aplicación depende de la decisión del fiscal ya que dada
su función requirente, es éste el que debe determinar cuándo resulta viable
renunciar a la promoción de la acción penal. Sin embargo, no se trata de
rechazar de plano su aplicación aludiendo a una “independencia de
criterio”, pues si el Fiscal o Juez considera que no debe aplicarse un
criterio de oportunidad – pese a que reúne los requisitos- tendrá que
argumentar por qué no lo aplica[4]. Sin embargo, consideramos que la
norma procesal peruana establece supuestos en los que es obligatorio -y
no facultativo- que el Fiscal acepte la aplicación de un criterio de
oportunidad.

2.1.1. El principio de oportunidad


Se halla regulado en el artículo 2 numerales 1 al 5 del Código Procesal
Penal y consideramos que su aplicación resulta facultativa, conforme a su
texto normativo que dice “El Ministerio Público (…) podrá abstenerse de
ejercitar la acción penal (…)”. En tal sentido se podrá aplicar siempre y

3
cuando se cumplan con cualquiera de los supuestos descritos en los
literales a, b y c de dicha norma legal. No se podrá aplicar el principio de
oportunidad, cuando se afecte gravemente el interés público, se trate de
un delito conminado con una sanción superior a cuatro años de pena
privativa de libertad, sea cometido por funcionario público en el ejercicio
de su cargo o se den los supuestos genéricos de improcedencia de los
criterios de oportunidad previstos en el numeral 9 del artículo 2 del Código
Procesal Penal.

Es importante resaltar, que se trata de una figura legal de aplicación


facultativa ya que depende, entre otros, de la interpretación de conceptos
indeterminados, como por ejemplo el interés público, o de la valoración de
situaciones específicas a un caso concreto, como determinar que el
agente haya sido afectado gravemente por las consecuencias de su delito
o que el Fiscal pueda apreciar que concurren los supuestos atenuantes de
los artículos 14, 15, 16, 18, 21, 22, 25 y 46 del Código Penal o que el
agente haya suspendido sus actividades ilícitas de modo voluntario,
definitivo e indubitable.

2.1.2. El acuerdo oportunidad


El acuerdo reparatorio se halla normado en el artículo 2 numeral 6 del
Código Procesal Penal y es completamente diferente del principio de
oportunidad. Marca su diferencia al indicar independientemente de los
casos establecidos en el numeral 1 (principio de oportunidad) procederá
un acuerdo reparatorio, su aplicación es sólo para delitos taxativamente
señalados.

Ante la solicitud de aplicación de una acuerdo reparatorio, se deberá


obligatoriamente promover la aplicación de éste acuerdo y de existir
acuerdo respecto la reparación civil, procederá dicho criterio de
oportunidad, salvo que se den las excepciones taxativamente previstas en

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el propio texto legal como son la pluralidad importante de víctimas,
concurso con otro delito o se den los supuestos genéricos de
improcedencia de los criterios de oportunidad previsto en el numeral 9 del
artículo 2 del Código Procesal Penal.

2.2. El delito de lesiones leves por violencia familiar


El artículo 122 del Código Penal a partir del año 2015 ha sufrido
importantes modificaciones; antes, sólo regulaba dos supuestos, las
lesiones leves físicas que eran sancionadas con una pena no mayor de
dos años y sesenta a ciento cincuenta días multa y la muerte a
consecuencia de dicha lesión. Las lesiones leves por violencia familiar, se
encontraban reguladas en el artículo 122–B del Código Penal y se
sancionaba dicha conducta con una pena no menor de tres ni mayor de
seis años privativa de libertad.

Surge el problema con la dación de la Ley N° 30364, publicada el 23


noviembre 2015, donde se agravaron las penas[5], y el delito de lesiones
leves por violencia familiar que estaba previsto en el artículo 122-B pasó a
formar parte del artículo 122 del Código Penal con una pena no mayor de
tres ni menor de seis años. Actualmente, mediante el decreto legislativo
N° 1323 del 05 de enero del año 2017 las penas de las lesiones físicas por
violencia familiar se han mantenido.

2.3. Interpretación de la ley penal


Es función importante de los operadores de justicia, interpretar la ley que
se va aplicar. La interpretación debe realizarse en el marco de una realidad
concreta, tanto jurídica como social, es decir, con la perspectiva analítica
del derecho en acción, vivo, y la aplicación específica de la norma. Toda
ley por más clara que parezca debe ser interpretada. Existen varias formas
de interpretación: literal, lógica, histórica, sistemática; sin embargo, es
imperativo realizar en todos los casos una interpretación conforme a la

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Constitución y de ser el caso los tratados internacionales. Incluso el
Tribunal Constitucional ha enfatizado que el fundamento y la legitimidad
de uso de sentencias interpretativas radica en el principio de conservación
de la ley y en la exigencia de una interpretación conforme a la Constitución,
ello a fin de no lesionar el principio básico de la primacía constitucional;
además, se deberá tener en cuenta el criterio jurídico y político de evitar
en lo posible la eliminación de disposiciones legales[6].

El artículo 139 numeral 11 de la Constitución nos indica que es un principio


de la labor jurisdiccional la aplicación de la ley más favorable al procesado
en caso de duda o de conflicto entre leyes penales. Es decir se trata del in
dubio pro reo, que se aplica tanto en la duda sobre problemas de hecho,
como en casos de falta de claridad de las leyes penales al juzgar el
caso[7]. En tal sentido, al momento de interpretar el numeral 6 del artículo
2 del Código Procesal Penal –acuerdo reparatorio-, se deberá aplicar el
principio in dubio pro reo y, además, debemos regirnos por el numeral 3
del artículo VII del Código procesal penal que en la parte pertinente indica
que la ley que coacte el ejercicio de los derechos procesales de las
personas será interpretada restrictivamente.

2.4. Inaplicación de la norma


El control difuso se encuentra previsto en el artículo 14 de la ley Orgánica
del Poder Judicial[8] y consiste en la atribución jurisdiccional de inaplicar
–a un caso concreto– una norma legal o infralegal por apreciarla
incompatible con la constitución.

El control difuso tiene carácter incidental, en tanto que se da al interior de


un proceso, y es concreto o relacional, ya que en su ejercicio no se analiza
la norma reputada inconstitucional en abstracto, sino con ocasión de su
aplicación a un caso particular. los efectos del control difuso son inter
partes y no erga omnes, esto es, su alcance está circunscrito a los que

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participan en la controversia[9]. Es por ello, la existencia de criterios
contradictorios por un mismo juzgador respecto a la aplicación o no de una
determinada norma penal, por ejemplo, la inaplicabilidad de la
responsabilidad penal restringida prevista en el segundo párrafo del
artículo 22 del Código penal[10].

2.5. Aplicación de la ley sustantiva y procesal en el tiempo


Nuestro ordenamiento jurídico reconoce como principio general que la ley
no tiene efectos retroactivos, conforme lo proclama el artículo 103°, tercer
párrafo, de la Constitución Política del Perú, sin embargo, esta cláusula
constitucional se encuentra matizada por el principio de favorabilidad, que
establece una importante excepción en el caso de que la nueva ley sea
más favorable al reo. Ello precisamente porque la prohibición de
retroactividad es una prohibición garantista, y establece una preferencia a
las leyes que despenalizan una conducta o que reducen la penalidad. De
igual modo, el alcance de este principio se manifiesta en la aplicación de
la ley más favorable al procesado en caso de duda o conflicto entre leyes
penales, como así lo consagra el artículo 139°, inciso 11), de la
Constitución.

Precisada esta regla general, debe aclararse que, tratándose de normas


de derecho penal material, rige para ellas el principio tempus delicti
comissi, que establece que la ley aplicable es aquella vigente al momento
de cometerse el delito, lo que es acorde con el artículo 2° de la
Constitución, literal “d” del numeral 24, que prescribe que nadie será
procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse
no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca,
como infracción punible, ni sancionado con pena no prevista en la ley. Se
instituye así un razonable tratamiento de la libertad y de la autonomía
personal, fijando límites de aplicación a las normas punitivas.

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En el caso de las normas procesales penales rige el principio tempus regit
actum, cuyo enunciado es que la ley procesal aplicable en el tiempo es la
que se encuentra vigente al momento de resolverse el acto. Esto supone
la aplicación inmediata de la ley procesal, mas no que a través de ella se
regulen actos procesales ya cumplidos con la legislación anterior.

3. Problema específico
Son muy frecuentes los problemas familiares originados por temas
económicos, por alcoholismo, relaciones de pareja, etc. que
desencadenan la detención en flagrancia del agresor por lesiones leves
por violencia familiar. Generalmente el agresor, para obtener su inmediata
libertad, solicita se le aplique un acuerdo reparatorio; sin embargo, existen
despachos que rechazan su pedido alegando, entre otros, que se trata de
un delito grave y que el Estado considera a la violencia contra la mujer
como un acto que lesiona no solo el interés público sino la dignidad de la
mujer. El Fiscal entonces, requiere al Juzgado se incoe proceso inmediato,
alargando la privación de libertad del detenido. Ya en la audiencia de
proceso inmediato (y pese a que en muchos casos el agresor y su víctima
han llegado a algún acuerdo y al parecer han solucionado sus
discrepancias) se solicita al Juzgado la aplicación de un acuerdo
reparatorio, sin embargo, el Juez en varios casos rechaza la aplicación por
similares fundamentos antes esbozados, no teniendo la parte imputada
más remedio que llegar a una terminación anticipada con pena suspendida
o continuar con un proceso judicial obteniendo la generación de
antecedentes penales y judiciales y el perjuicio que un proceso genera.

La inexistencia de un criterio uniforme en la aplicación o no de un acuerdo


reparatorio en delitos de lesiones leves por violencia familiar genera un
grave problema jurídico, por lo que es importante determinar si el Juez o
Fiscal está obligado a aceptar la aplicación de un acuerdo reparatorio en
caso se cumplan con los requisitos expresamente normados por ley, y si

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existe causal válida para inaplicar dicha figura jurídica a casos de lesiones
leves por violencia familiar.

4. Conclusiones y propuesta de solución al problema planteado


No existe consenso respeto a éste tema; definitivamente la violencia
contra la mujer es un hecho repudiable que muchas veces por una
cuestión u otra se mediatiza, tanto en la prensa como en las redes
sociales, aplaudimos que existan sanciones ejemplares con penas
efectivas respecto a lesiones leves por violencia familiar[11]; sin embargo,
en los casos en que la ley lo establezca, los operadores del derecho
debemos aplicar e interpretar las normas desde una perspectiva
constitucional, respetando los derechos fundamentales de todas la
personas.

El artículo 2 del Código Procesal Penal dice literalmente, que procederá el


acuerdo reparatorio en los delitos previstos y sancionados en el artículo
122 del Código Penal y el artículo 122 en el numeral 3 literal c, regula el
delito de lesiones leves por violencia familiar, por tanto, se debe afirmar
que es procedente aplicar un acuerdo reparatorio en casos de lesiones
leves por violencia familiar, salvo se den las excepciones previstas en el
propio artículo 2 del Código Procesal Penal.

No olvidemos, que el principio de oportunidad es una figura de aplicación


facultativa, donde predomina el criterio discrecional del Fiscal (verbo rector
podrá), tal figura jurídica es independiente y diferente al acuerdo
reparatorio que es de aplicación obligatoria en caso la parte imputada lo
proponga y no se den los supuestos de inaplicación expresamente
regulados (verbo rector procederá). Ambas figuras tienen supuestos de
aplicación diferentes; es facultativo el principio de oportunidad ya que se
debe valorar conceptos indeterminados como por ejemplo el interés
público, en cambio, es obligatorio aceptar la aplicación de un acuerdo

9
reparatorio respecto de un grupo limitado y preciso de delitos. La norma
procesal indica que procederá el acuerdo reparatorio respecto al delito
previsto en el artículo 122 del Código Penal y las únicas excepciones
especificas taxativamente previstas son que exista pluralidad importante
de víctimas, concurso con otro delito, que el imputado tenga la calidad de
reincidente o habitual, o que se haya acogido a otro criterio de oportunidad
y no haya cumplido las reglas impuestas.

No compartimos el criterio de inaplicar el acuerdo reparatorio en delito de


lesiones leves por violencia familiar, bajo el supuesto que se trata de un
delito grave y que el Estado considera a la violencia contra la mujer como
un acto que lesiona no solo el interés público sino la dignidad de la mujer.
La norma procesal no exige que se valore la afectación del interés público
para la aplicación de un acuerdo reparatorio, tal valoración debe
efectuarse sólo respecto a la aplicación del principio de oportunidad, figura
procesal que es de diferente naturaleza y regulación.

Sin perjuicio de lo antes indicado, cabe preguntarse ¿Prevenir las


agresiones físicas leves en un contexto de violencia familiar, es de interés
público? Para resolver tal interrogante debemos determinar que se
entiende por interés público y para ello citamos el siguiente texto: “En un
estado constitucional no todo asunto que de facto interesa a la ciudadanía
justifica jurídicamente que los poderes públicos lo aborden para
desencadenar consecuencias de jure. Si aquel fuere el factor determinante
para considerar que un asunto reviste interés público, la dignidad humana
se encontraría en serio peligro”. Se preguntarán entonces ¿cuál es el
interés público? Pues bien, ese interés es el de la cosa o institucionalidad
pública, lo que corresponde al Estado y tiene que ver con él. Ello tiene
además lógica, pues para discernir en asuntos privados está el Poder
Judicial, y en su jurisdicción está prohibido inmiscuirse, como lo determina
el mandato constitucional (artículo 139 numeral 2). No obstante lo

10
expuesto siempre hay quienes confunden las cosas, unos por ignorar la
materia legal y otros quizá por mala fe, pues a sabiendas que no pueden
entrometerse en los temas que no son de interés público, con ánimo
morboso, cuando no de hurgadores de las ‘miserias’ humanas, fisgonean
en temas privados”.[12] Es decir, el interés público tiene estrecha relación
con la institucionalidad pública. Todos los delitos merecen ser sancionados
y afectan a la comunidad, pero no todo delito –lesiones leves a una mujer
en un contexto de violencia familiar– afecta la institucionalidad pública es
decir el interés público.

Algunos operadores del derecho indican que los criterios de oportunidad


previstos en el artículo 2 del Código Procesal Penal sólo se aplican a
delitos de mínima culpabilidad y no al delito de lesiones leves por violencia
familiar que está sancionado con una pena grave no menor de tres ni
mayor de seis años. Tal argumento no es compartido ya que la naturaleza
jurídica y la aplicación del principio de oportunidad y del acuerdo
reparatorio son diferentes, la mínima culpabilidad está referida al principio
de oportunidad, no al acuerdo reparatorio. El acuerdo reparatorio procede
y debe aplicarse en los delitos previstos taxativamente por la ley.

El argumento de bastante culpabilidad y pena grave, consideramos no


tiene sustento jurídico. Previamente debemos determinar cuáles son los
delitos graves que suponen una mayor culpabilidad, para tal fin podemos
indicar que son delitos graves los consignados en la ley 30323 publicada
en fecha 07 de mayo del 2015 “Ley que restringen el ejercicio de la patria
potestad por la comisión de delitos graves”, los delitos considerados en la
ley 30077 “ley contra el crimen organizado” de fecha 20 de agosto del
2013; aquellos previstos en el segundo párrafo del artículo 24 del Código
Procesal Penal, o podemos señalar que son delitos graves, aquellos
delitos que tienen en su extremo mínimo una pena privativa de libertad
mayor de seis años y que deben ser juzgados por un juzgado colegiado,

11
ello en mérito al artículo 28.1 del Código Procesal Penal. Sin embargo, en
ninguna de las leyes antes referidas se encuentra como grave el delito de
lesiones “leves” por violencia familiar, es más, el extremo mínimo del delito
antes indicado tiene una pena no mayor de seis años por lo que
jurídicamente podemos indicar que ese delito no es grave ni de bastante
culpabilidad.

Se dice también que es inaplicable el acuerdo reparatorio en delitos de


lesiones leves por violencia familiar cuando la víctima es mujer ya que la
voluntad del legislador nunca fue aplicar un criterio de oportunidad a los
delitos de lesiones leves por violencia familiar, éste delito –dicen- estaba
previsto en un tipo penal distinto al del artículo 122 del Código Penal,
estaba regulado en el artículo 122-B. Sin embargo, podemos realizar una
interpretación contraria y afirmar que fue voluntad del legislador que se
aplique un criterio de oportunidad a los casos de lesiones leves por
violencia familiar y por ello lo legisló a partir del año 2015 dentro del artículo
122 del Código Penal no modificando el artículo 2.6 del Código Procesal
Penal.

Ambas interpretaciones pueden ser muy subjetivas; pero estamos en un


Estado de Derecho y debemos interpretar y aplicar las normas con pleno
respeto a la Constitución y Tratados Internacionales que nos rige,
apartarnos de ello supone arbitrariedad. Definitivamente, el acuerdo
reparatorio es una figura procesal que beneficia al imputado ya que supone
la abstención de la acción penal, su aplicación entonces debe estar sujeta
al texto legal previsto en el artículo 2 del Código Procesal Penal y de
realizar alguna interpretación estamos obligados a aplicar la interpretación
más favorable al imputado en caso de duda o de conflicto entre leyes
penales. Es decir, se trata del in dubio pro reo, que se aplica tanto en la
duda sobre problemas de hecho, como en casos de falta de claridad de
las leyes penales al juzgar. En tal sentido, el acuerdo reparatorio en un

12
derecho procesal relativo que tienen los imputados y su aplicación
depende únicamente de la verificación del delito – en este caso lesiones
leves en cualquiera de sus formas- y que no se den los supuestos de
excepción como son pluralidad importante de víctimas, concurso con otro
delito, reincidencia, habitualidad, etc.

En el tema tratado no se evidencia ningún conflicto de leyes de igual rango,


el artículo 2 del Código Procesal Penal no tiene vicios de
inconstitucionalidad, por tanto, debe aplicarse un acuerdo reparatorio en
casos de lesiones leves por violencia familiar cuando el propio texto de la
norma lo autorice.

Todo acto violento, en especial contra una mujer es reprochable y no debe


ser permitido; sin embargo, el imputado debe gozar de un debido proceso
y el ordenamiento legal le otorga la posibilidad en caso haya cometido
alguno de los supuestos previstos en el artículo 122 del Código Penal,
acogerse a un acuerdo reparatorio. La utilización de esa figura procesal
resulta adecuada para fines político criminales ya que su aplicación según
el propio texto de la norma no procede, entre otros, para personas
habituales, reincidentes, ni para aquellos que pese haber celebrado un
acuerdo reparatorio no cumplieron con lo acordado.

Definitivamente el tema merece ser resuelto por la instancia superior a fin


de dar predictibilidad a las decisiones fiscales y judiciales y generar
certidumbre jurídica.

[1] Ilícito previsto en el artículo 122 numeral 1 y 3 literal c) del Código Penal.
[2] Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los
integrantes del grupo familiar, de fecha 06 de noviembre del año 2015.
[3] “Formas agravadas. Lesiones leves por violencia familiar (artículo derogado).

13
Artículo 122-B.- El que causa a otro daño en el cuerpo o en la salud por violencia
familiar que requiera más de diez y menos de treinta días de asistencia o
descanso, según prescripción facultativa, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de tres ni mayor de seis años y suspensión de la patria
potestad según el literal e) del artículo 75 del Código de los Niños y
Adolescentes.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever
este resultado, la pena será no menor de seis ni mayor de doce años.”
[4] Rosas Yataco, Jorge. Tratado de derecho procesal penal”. Volumen II. Lima:
Instituto Pacífico, 2013, pp. 1134.
[5] Se incorporó también la figura del daño psíquico.
[6] Sentencia del Tribunal Constitucional 010-2002-AI/TC, de fecha 03 de enero
del año 2003, fundamento 35.
[7] Bernales Ballesteros, Enrique. La constitución de 1993. Análisis
comparado. Tercera Edición. Lima: ICS Editores, 1997, p. 651.
[8] Artículo 14 de la ley Orgánica del Poder Judicial.- De conformidad con el
Artículo 236 de la Constitución, cuando los magistrados al momento de fallar el
fondo de la cuestión de su competencia, en cualquier clase de proceso o
especialidad, encuentren que hay incompatibilidad en su interpretación, de una
disposición constitucional y una con rango de ley, resuelven la causa con arreglo
a la primera.
Las sentencias así expedidas son elevadas en consulta a la Sala Constitucional
y Social de la Corte Suprema, si no fueran impugnadas. Lo son igualmente las
sentencias en segunda instancia en las que se aplique este mismo precepto, aun
cuando contra éstas no quepa recurso de casación.
En todos estos casos los magistrados se limitan a declarar la inaplicación de la
norma legal por incompatibilidad constitucional, para el caso concreto, sin afectar
su vigencia, la que es controlada en la forma y modo que la Constitución
establece.
Cuando se trata de normas de inferior jerarquía, rige el mismo principio, no
requiriéndose la elevación en consulta, sin perjuicio del proceso por acción
popular.

14
[9] Resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la
Corte Suprema de Justicia de la República. Expediente 1197-2011, Junín. Lima,
08 de setiembre del 2011.
[10] Véase las resoluciones de la Sala de Derecho Constitucional y Social
Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República expedientes 1260-
2011-Junín y 2845-2011-Lambayeque, que aprueba y desaprueba
respectivamente la inaplicabilidad del segundo párrafo del artículo 22 para casos
contra la liberta sexual.
[11] Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema en el Recurso de Nulidad N°
1865-2015-Huancavelica.
[12] http://www.elperuano.com.pe/noticia-solo-asuntos-interes-publico-
54783.aspx

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