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ISSN: 0185-0636
nuevaantropologia@hotmail.com
Asociación Nueva Antropología A.C.
México
Hernán M. Palermo**
y Carlos León Salazar***
Abstract: The present article analyzes the consolidation of industrial discipline in workplaces and
its relationship with the construction of an order of gender. We are interested in understanding
and analyzing the ways in which businesses, with support from certain methods of work-related
organization, seek to configure and specify industrial discipline which consolidates a profile of the
worker that results in strengthening the ways of being a man in carrying out one’s work. To this
end, we shall analyze two paradigmatic cases of workers’ collectives considered to be essentially
masculine: workers in oil fields in Argentina and miners in Mexico.
Keywords: Work, industrial discipline, masculinity, gender.
C
omprender la consolidación del Las administraciones empresarias,
poder en el interior de las “fábri- como detentoras del poder, intentan
cas” por parte de las empresas, conducir, poner frenos y controles a la
implica entender —entre otras cosas—, “fuerza de masa” que genera un gran
(gat): http://grupoantropologiadeltrabajo.
*Una versión preliminar de este trabajo fue blogspot.com/. Línea principal de investigación:
presentada en el grupo de trabajo “Hegemonía, Trabajo y Masculinidad. Correo electrónico:
formación de los trabajadores y proceso de tra- hernanpalermo@gmail.com
bajo”, 12o. Congreso Nacional de Estudios del ***Doctor en Estudios Sociales por la Uni-
Trabajo-aset. versidad Autónoma Metropolitana-Iztapala
**Doctor en Ciencias Antropológicas. Inves- pa. Es integrante del Grupo de Antropología
tigador del Centro de Estudios e Investigacio- del Trabajo (gat). Línea principal de investiga-
nes Laborales (ceit-conicet-Argentina). Forma ción: Trabajo, subjetividad y poder. Correo elec-
parte del Grupo de Antropología del Trabajo trónico: losconfines@gmail.com
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para los trabajadores. Dado el ritmo ciliar el sueño. Varios trabajadores nos
intenso se torna necesaria la creación han revelado que en los turnos de 14 ×
de intersticios de tiempos ganados por 14, a partir del décimo día comienzan a
los trabajadores para el descanso y la sentir una especie de torpeza, entume-
recuperación. En general los descan- cimiento o como lo denominan “embo-
sos suelen organizarse en circuitos ro- tamiento”. Este padecimiento no es
tativos en grupos de dos personas otra cosa que el cansancio extremo
durante 40 o 50 minutos. Estos mo- provocado por el escaso tiempo de re-
mentos de descanso son indispensa- cuperación, las condiciones de trabajo,
bles para la recuperación física de los las inclemencias del tiempo, el aisla-
trabajadores, lo que logra generar cier- miento social, etcétera. Andar “embo-
ta reparación de las energías. tado” es el efecto del trabajo sobre el
En este sentido, para los trabajado- cuerpo. Frente a esta situación y al
res que pernoctan o que realizan per- preguntar por qué se soportan estas
manencia en los equipos, el tema del condiciones de trabajo resulta absolu-
descanso resulta una de las problemá- tamente significativa la respuesta: “el
ticas más acuciantes. Como nos han pozo manda”. Cuando hemos indagado
relatado, se aprende a dormir de a ra- en el significado de dicha expresión,
tos, mientras mantienen su atención reponen con rapidez un discurso cons-
constante en el proceso productivo du- truido sobre la manufactura de la mas-
rante los 14 días que dura el turno. Por culinidad: “el pozo manda y este
otro lado, a los que van y vienen se les trabajo es cosa de hombres. Hay que
suma otro problema: los pozos de per- bancársela”. Este ethos apropiado y
foración están ubicados a varios kiló- ejercido por los trabajadores del oro
metros de distancia de la ciudad de negro consolida una “disciplina fabril”
Comodoro Rivadavia. Entre ida y vuel- que niega las condiciones laborales y
ta se calculan cuatro horas de viaje. En las consecuencias dilapidadoras de la
consecuencia, en el mejor de los casos fuerza de trabajo.
el tiempo real de descanso termina En relación con los mineros, el sis-
siendo de ocho horas diarias: una ro- tema de trabajo es también por turno
tunda reducción del tiempo necesario continuo; es decir, la extracción de car-
para la recuperación entre jornadas. bón se realiza las 24 horas del día, los
Este agotamiento producto del poco siete días de la semana y los 365 días
tiempo de recuperación del desgaste del año. Cada día se divide en tres jor-
obrero aparece en las distintas frases nadas de ocho horas cada una, en las
tales como: “dormís cuando podés”, “si que cada cuadrilla o grupo de trabajo
trabajás en turno no dormís”, “vivo con se sucede continuamente. Durante
insomnio”, “duermo de a ratos”, etcéte- cada jornada, en los diferentes depar-
ra. O también se expresa en el alto con- tamentos de trabajo, es posible que la
sumo de diversos fármacos destinados producción tenga “puntos muertos”
a hacer “soportable” el trabajo, y cuan- (por el movimiento de maquinaria,
do están en sus casas, para lograr con- traslado de materiales, ventilación de
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túneles, etcétera) que permiten mo- pone en juego para que los mineros
mentos de descanso a los obreros. Sin acepten permanecer por más tiempo
embargo, también es frecuente que los en la mina si con ello corroboran su in-
mineros, sobre todo aquellos que ope- signia de buen proveedor. En los rela-
ran la maquinaria que escarba el car- tos que circulan comúnmente entre los
bón, prolonguen la jornada diaria para mineros para explicar la tendencia a
incrementar sus ingresos salariales. prolongar el tiempo de trabajo en las
Por ello, es usual que con la suma de profundidades de la tierra, insisten en
tiempo extra la permanencia dentro de la expresión “la mina te enamora”. In-
la mina alcance hasta 16 horas diarias, cluso comparan a la mina con una mu-
sin contar al menos una hora, o hasta jer con la que establecen una relación
dos, para ir y venir del hogar al trabajo. de pareja, cuando señalan “la mina es
La aceptación de estos ritmos de tra- como una mujer: si aguantas con ella
bajo por parte de los mineros tiene como un mes, después ya no te puedes sepa-
justificante la posibilidad de cumplir y rar de ella”. Al preguntar ¿por qué te
reafirmar el rol del “hombre provee- enamora la mina?, los mineros expli-
dor” que cubre las necesidades mate- can: “porque es un buen trabajo”, “te
riales de la familia. Históricamente, se pagan bien”, “hay prestaciones”, “la em-
ha construido como atributo mascu presa te respalda” y otras contestacio-
lino la capacidad para controlar y do- nes que remiten a “las recompensas”
minar las potencialidades productivas obtenidas por el trabajo en los túneles
de la naturaleza.9 Esta construcción se de donde se extrae el carbón mineral.
Resulta interesante contrastar la
9
María González de Chávez, en ese sentido,
expresión “la mina te enamora” de los
refiriéndose a un estudio antropológico en la so- mineros con “el pozo manda” de los pe-
ciedad Munduruku —donde la cacería es el troleros. Las expresiones incluyen va-
principal medio de provisión de alimentos—, se- loraciones y formas de relacionarse
ñala la construcción social de los cuerpos de los
hombres como más aptos para la caza; las muje-
como hombres-trabajadores con lo
res, en tanto, son definidas de modo “natural” por masculino (el pozo) y lo femenino (la
su capacidad para procrear y para la materni- mina) claramente diferenciadas. Las
dad. De este modo, “se supone que las activida- formas en que se concibe la relación de
des masculinas llevan a un desarrollo superior
y trascienden las condiciones naturales de la
los trabajadores, como hombres, con el
existencia para ‘crear’ cultura: trascienden lo lugar de trabajo (el pozo o la mina)
dado biológicamente (la relación madre-hijo) también nos informan sobre las diver-
para dotarse de símbolos y valores, que explican sas modalidades en que la construcción
y controlan la naturaleza” (González de Chávez,
1988: 55). Según el planteamiento de González
de las masculinidades se inmiscuye en
de Chávez, en la legitimación de la posición do- la consolidación de la “disciplina fabril”.
minante, mediante la apropiación de distintos
instrumentos de poder, subyace un deseo in-
consciente masculino de dominar y controlar las por medio de ritos y conocimientos míticos, que
potencialidades de la mujer, expropiándolas de excluyen la participación de las mujeres, negán-
su potencialidad exclusiva de procrear. La rei- doles la potencialidad reproductiva que siempre
vindicación masculina de autoridad se refuerza poseen como privilegio incuestionable.
Trabajo, disciplina y masculinidades: un análisis comparado entre dos industrias extractivas… 63
jo”, indisociable de “un modo de ser de otra manera a lo que te dice el pro-
hombre”. Los siguientes extractos de cedimiento de trabajo, qué hacer para
entrevistas nos otorgan una aproxi que no me pase algo y luego, al final,
mación de esta relación entre mas actuar. Y ahí marcas todo, cómo poder
culinidad, “disciplina fabril” y la hacer este trabajo más rápido y con
transferencia de la responsabilidad em- menos tiempo, más fácil. Eso de la ac-
presarial de control hacia los mismos titud inquisitiva es muy, muy, muy
trabajadores: importante. Para cada trabajo, cada
cosa diferente que vas a hacer. Has
No falta uno que otro que sí tenga mie- de cuenta que eso a nosotros nos lo
do, pero lo identificamos el temor, la inculcaron, de que uno dice, “actitud in
persona que tiene temor lo reubica- quisitiva”, porque dices tú, “este trabajo
mos. Pero, aunque no es lo normal, ya lo hice”, pero, o sea qué puedes hacer
aquí está permitido tener miedo. Lo mejor para que no te accidentes o
que no está permitido es no atender los para que no te pueda pasar una le-
procedimientos de trabajo. Si tú andas sión. O sea, tú te pones a pensar, yo lo
como trabajador con una cuadrilla y hice antes, y lo hice así y así, cómo
ves que algún compañero que, de lo puedes mejorar el trabajo, para po-
acuerdo al procedimiento, ya lo está der a la mejor terminar más rápido y
haciendo mal, tienes el derecho y la mejor, sin que te accidentes (minero
obligación de decir, “¡Ey!, espérate, el ayudante general, entrevista reali
procedimiento marca esto”, o sea, “eso zada en 2012). [Las negritas son
lo estás haciendo mal (gerente de Sa- nuestras]
lud ocupacional, entrevista realizada
en 2012) [Las negritas son nuestras] Los efectos de los métodos de ges-
Los cinco pasos del stop (Seguri- tión del trabajo son notorios en la cons-
dad en el Trabajo por Observación trucción discursiva de los mineros
Preventiva) lo marcan todo […]. Los sobre el “buen trabajador”. En sus au-
principios stop es: decida, decídase a todescripciones, está ausente cual-
trabajar con mayor seguridad, y luego quier figura que se pueda asociar con
me detengo físicamente a observarme alguna noción del “macho minero”; no
a mí mismo, que tenga yo mi equipo suele haber alguna mención del tipo
de seguridad, que esté bien protegido. “hay que ser muy hombre” para traba-
Lo observo, observo mi área de traba- jar en la minería. Tampoco es parte del
jo, lo que me puede estorbar, hacer un universo de los mineros la atribución
orden de limpieza. Luego, checo mi de algún rasgo culturalmente cons-
trabajo, qué es lo que voy a hacer y qué truido de feminidad o de homosexuali-
no. Pienso en lo que voy a hacer y qué me dad para quien expresa miedo para
puede pasar si no hago lo que voy a ha- trabajar en el interior de la mina, ni
cer. Ahí entra la actitud inquisitiva, para quien llega a realizar mal alguna
en el momento [en que te preguntas] tarea. Las características con que los
qué te puede pasar, si haces el trabajo mineros prefieren expresar las concep-
Trabajo, disciplina y masculinidades: un análisis comparado entre dos industrias extractivas… 65
ciones sobre sí mismos son, entre otras, bles trabajadores petroleros, la idea de
la posesión de “ganas de superarse y que el universo del petróleo es “un tra-
de aprender”, tener “la mentalidad de bajo de hombres” y para realizarlo hay
ganar-ganar”, “sacar el trabajo por ti que tener “aguante” aparece como recu-
mismo, sin necesidad de que te estén rrencia en las expresiones de los hom-
empujando”, hacerlo “rápido y con lim- bres petroleros. Contrariamente a lo
pieza”, asumir “un buen comporta- analizado para el caso de los mineros,
miento en el trabajo, en la casa y en la reaparece una idea de virilidad aso
comunidad”, estar dispuesto a “aportar ciada con la fortaleza y las prácticas
su iniciativa”, y otros rasgos que hacen temerarias. Las situaciones que mayor-
énfasis en la responsabilidad y en los mente condensan estas nociones son
comportamientos correctos. los momentos de los accidentes, pues
Con la promoción de estas acti debido al mandato de ser “hombres
tudes entre los trabajadores, la empre- fuertes y temerarios” los golpes, cortes,
sa suscita un modelo de masculinidad raspones —frecuentes— son ocultados:
—no necesariamente “exacerbada”—,
oportuno con las agencias empresarias Golpes, raspones, cortes, pasan todos
que buscan la formación de trabajado- los días. No vas andar parando el
res que se hagan responsables de sí trabajo por cualquier cosita. No esta-
mismos, proactivos y alineados con el mos en una escuela de señoritas. Si
cumplimiento de las metas corporativas. te fijás, en las manos todos tenemos
Las actitudes o prácticas “temerarias” marcas (supervisor, 30 años de expe-
en el trabajo —como el incumplimiento riencia en el petróleo, entrevista rea-
de los procedimientos de trabajo o la lizada en 2013).
renuencia para ocupar el equipamiento El ambiente de perforación es un
de seguridad— son evitadas y descalifi- palo de hombres. No te podés compor-
cadas por los mismos trabajadores, ya tar como una señorita. Siempre le
que no sólo atentan contra la continui- digo eso a mi equipo: ¡Acá no quiero
dad del proceso productivo (por el ries- señoritas! Imagínate si tenemos un
go de generar un accidente), sino que quilombo y hay que poner el pecho
trasgreden los códigos compartidos […] Me pasa con los pibes nuevos que
que orientan las prácticas de los mine- vienen un poco blandos […] y cuando
ros en el lugar de trabajo. Lo que se ven cómo es este ambiente se asustan
hace evidente es cómo la consolidación (jefe de equipo, entrevista realizada
de la transferencia del riesgo empresa- en 2012).
rio configura una manufactura de la
masculinidad. La imagen invertida de una “escuela de
Para el caso de los petroleros encon- señoritas” son los hombres que soportan
tramos la preeminencia de una mascu- los accidentes. Esta demostración de
linidad asociada a la idea “macho que masculinidad tiene su contraparte en la
se la banca”. De hecho, en las entrevis- minimización de los accidentes como
tas que hemos realizado a innumera- “cositas”. Se fortalece así una “discipli-
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mina o sentarse recargado contra las ser una forma habitual de socializa-
paredes le llaman estar “de tiroles” ción para protegerse o para confrontar
(por su cercanía fonética a “tirados”), o alguna figura de autoridad. “El honor”,
“de costales” cuando el soporte para su específicamente, se ha construido en
descanso es algún costal relleno con de diversas culturas como un “pacto entre
sechos de tierra u otro material aban- caballeros” que protege las cualidades
donado en los túneles de la mina. de rectitud, de dignidad y de respeto
La gran extensión y la oscuridad de que se consideran “cosa de hombres”.
los túneles subterráneos y el conoci- Otras maneras situadas de cons-
miento de los mineros para desplazar- truirse como hombres-trabajadores, en
se por ellos les permiten evadir, al el marco de las condiciones históricas y
menos transitoriamente, las órdenes y sociales que demarcan la propensión a
la vigilancia de los supervisores. Estas relacionarse socialmente en los espa-
prácticas de los mineros se resguardan cios de trabajo entre personas del mis-
en una regla implícita, que apela a mo sexo, implican —como apunta
cierto “honor entre hombres” para de- Gramsci (2013: 453-454) en su caracte-
clinar el papel de “delator” o de “chiva- rización sobre el folclor— la incorpora-
to” ante los agentes empresariales. El ción de creencias, costumbres, rituales
siguiente fragmento de entrevista es y otras manifestaciones culturales he-
ilustrador de esta regla implícita en redadas asistemáticamente de expe-
las conductas de los mineros: riencias y situaciones pasadas.
Las sedimentaciones culturales de
Pregunta: ¿Acá sí se pueden dar un las prácticas y las representaciones
descanso? de la masculinidad de los grupos de
Respuesta: Ajá. Acá el dicho del trabajadores pueden identificarse, por
minero huevón es “voy al baño”. Oye, ejemplo, en los usos del habla. En el
que por ahí viene el supervisor y caso de los mineros, su léxico cotidiano
“¿Dónde anda ese pelao?”, “no, pus que hace uso reiterado del “albur”.12 En sus
fue al baño”, ahí le contesta cualquiera
y “¡Ah, chingao!”, ¿Ya qué puede decir 12
El albur es una forma de duelo verbal en-
[el supervisor]? Y ahí el otro pelao no- tre varones, donde el objetivo es, simbólicamente,
el sometimiento sexual del interlocutor. Nunca
más apaga su lámpara y ahí, de tiro-
de manera explícita, sino con metáforas y juegos
les, jaja. No’mbre, sí hay vatos que a de palabras, los participantes del diálogo buscan
cada rato “que voy al baño, que voy al mutuamente que el interlocutor conceda verbal-
baño”, o que se van muy lejos, ja. Pero mente “el cuerpo” a los propios deseos libidinales.
El vencedor del encuentro es el varón que orilla
no pasa nada, no hay de nosotros quién al otro a asumir el rol femenino; ya sea porque el
le ponga el dedo [lo señale o acuse] “victimado” se queda sin respuesta en el diálogo
(minero, operador de maquinaria, en- o porque le introducen la metáfora entre el dis-
trevista realizada en 2012). curso sin que se dé cuenta. La versión más exten-
dida sobre el origen de los albures mexicanos lo
ubica en el periodo colonial entre los mineros del
La lealtad entre compañeros que estado de Hidalgo. En las explotaciones controla-
comparten una misma posición puede das por propietarios y capataces de origen inglés,
Trabajo, disciplina y masculinidades: un análisis comparado entre dos industrias extractivas… 69
intercambios comunicativos con los ge- “traducción” del doble sentido implíci-
rentes o supervisores, frecuentemente to en la conversación:
se valen del albur para humillar vela-
damente a los superiores jerárquicos, En la oficina de Recursos Humanos,
colocándolos verbalmente en el este- dialogan el gerente y el secretario ge-
reotipo del rol femenino en un acto neral del sindicato minero. Negocian el
sexual. Comúnmente, los agentes de la otorgamiento de permisos para ausen-
empresa no se percatan siquiera de tarse en próximos días y la justificación
quedar como “víctimas” de las burlas de faltas para ciertos trabajadores. El
compartidas entre los trabajadores. En representante obrero lleva un legajo de
los casos en que los gerentes o supervi- papeles donde, en cada hoja, exponen el
sores pretenden entender los juegos de caso particular de cada trabajador (mo-
palabras y aceptar el reto verbal, su tivo y número de días solicitados para
incompetencia para dominar las re- justificar la ausencia). Sucesivamente,
glas de los intercambios los deja rápi- el líder sindical entrega una hoja al ge-
damente como los derrotados. rente, dialogan sobre las característi-
Nos interesa en este artículo incluir cas del caso, evalúan y deciden si la
el análisis de esta forma de comuni solicitud es aprobada o no. En un mo-
cación en tanto se relaciona con las mento específico, el secretario general
construcciones situadas de la masculi- entrega una hoja al gerente y dice:
nidad, y como “discurso encubierto” —Con éste sí ayúdeme, ¿no licencia-
(Scott, 2000) que muestra cierta com- do? [El gerente no se ha percatado, pero
prensión de los sujetos de su situación el funcionario sindical, cuando dice
de subordinación dentro de un deter- “éste” instaura un doble sentido: “éste”
minado orden social, pero que también como el caso particular del minero y
incluye las posibilidades de impugna- “éste”, como su propio órgano sexual].
ción de los dominados. En ese sentido, —A ver —responde el gerente—,
reproducimos desde el cuaderno de no- ¿con cuántos? [El gerente contesta aún
tas la descripción de una observación bajo su entendido de que están nego-
de las negociaciones entre los líderes ciando el número de días para justificar
sindicales de los mineros y el gerente la ausencia de un trabajador].
de Recursos Humanos de la empresa. —Pues así —responde el líder sindi
Incluimos también, entre corchetes, la cal y muestra su mano abierta—. [Y si-
gue con el juego de doble sentido: al
extender la mano, sugiere una solicitud
los trabajadores desarrollaron juegos de pala-
para que el gerente le manipule el pene].
bras para acordar complicidades o para expresar
burlas que escapaban de la comprensión lingüís- —¿Con cinco? —contesta el geren-
tica de los extranjeros. Actualmente, el albur se te—. [Todavía interpretando que la
ha extendido por todo el territorio nacional y es mano abierta del líder sindical indica
usado por prácticamente todos los estratos socia-
una solicitud de cinco días].
les y ha sido incorporado, incluso, como recurso
para la “comedia” en los medios masivos de co- —No, con toda la mano —responde
municación. el líder sindical haciendo con el puño
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iba a asomar la cabeza […] Intervino el por parte de la empresa y/o el sindica-
jefe de equipo y los calmó. Ahí hicimos to, dado que ya habían informado del
un pacto entre todos que de esto na- peligro que suscitaba la escalera. El
die decía nada y se hizo una denuncia accidente del “piedrazo” contribuyó a
de accidente como que se había trope- hacer efectivo un reclamo histórico so-
zado en la escalera. Después surgió bre condiciones de salubridad en el
que se tenían que modificar los esca- desempeño del trabajo.
lones de la escalera y todo, se tuvo
que parar el equipo, y se hizo una mo- A modo de reflexiones finales
dificación importantísima [se ríen to-
dos] […] Pero fue un piedrazo (jefe de Para finalizar, podemos afirmar que
turno, entrevista realizada en 2013). algunas prácticas teñidas de repre
sentaciones acerca de la masculinidad
La escena relatada aporta varios llegan a echar a perder o, al menos, a
elementos al análisis: en primer lugar, interrumpir la continuidad de los inte-
las relaciones entre los varones petro- reses empresarios. Sin embargo, esa
leros se encuentran cruzadas por prác- construcción de masculinidad, que
ticas masculinas que connotan cierta pone en juego atributos como la cama-
rudeza y descuido como es tirarle un radería, la complicidad y la lealtad, se
piedrazo a un compañero; por otra par- dirime en situaciones de interacción y
te, se fortalece un código entre los traba- en relaciones de poder “entre hom-
jadores que vigoriza su experiencia bres”, que disputan la posesión de cierto
obrera frente a las empresas: el ocul “don de mando”. Las relaciones “entre
tamiento y la tergiversación del he- hombres” dinamizan el espacio de tra-
cho para evitar la sanción es expresión bajo como ámbito de contiendas entre
de ese código; y por último, cabe decir varones, que buscan dominar, femini-
que esta modificación en la ingeniería de zando (así sea de forma temporal y
la escalera en los equipos conllevó una simbólica) a otros varones. Las “prác
inversión más que considerable para ticas fuera de la norma empresaria”
la empresa, sumado al costo de tener el llegan a subvertir —de formas varia-
equipo parado. Pero lo más interesante das— el orden de la organización capi-
para nuestro análisis, es que al insistir talista del trabajo —y sus pretensiones
con esta escena en aquella entrevista, de control—; no obstante, se concretan
sale a la luz que en esa escalera eran en la afirmación de los espacios del
recurrentes los tropezones y resbalo- trabajo asalariado como privativos de
nes que aún no habían generado algún lo masculino y excluyentes, y despre-
tipo de accidente que pudiera ser de- ciativos, de lo femenino.
nunciado. No obstante, entre los inte- Por otro lado, las tendencias en las
grantes de aquel equipo siempre se formas de organización del trabajo,
conversó del potencial riesgo de subir y que buscan la construcción de nuevos
bajar del equipo. En este sentido, nun- tipos de trabajador, inciden en el mo-
ca habían tenido ninguna respuesta delado de ciertas “nuevas masculinida-
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