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EL DOCUMENTO HISTÓRICO

El conocimiento del pasado requiere de la utilización de Documentos Históricos, los cuales a través
de sus contenidos nos dan pistas para descubrir el hecho real, concreto y tangible, mediante estos
podemos ir desentrañando las vivencias individuales y colectivas del hombre, acumuladas a través
del tiempo. Es por eso que todo documento se convierte en un testimonio de aquellos hechos
constituyentes de nuestra Historia.

Dado que la comprensión de una época pretérita, precisa del uso de los testimonios de quienes la
vivieron, el documento puede convertirse en la puerta de entrada para el estudio de esa vida
ondulante, variada y compleja, a la que el hombre ha dado forma en el pasado.

El Documento es una herramienta pedagógica de mucha utilidad en el aula, dado que servirá para
mostrar una historia viva y más cercana al alumno, en donde éste se convierta en explicador del
pasado. Pero lo más importante es que el muchacho aprenderá la historia en forma directa, desde
los testimonios en los cuales el hombre ha registrado, consciente o inconscientemente los Hechos
Históricos.

Nos parece oportuno agregar que solo a través de un documento podemos introducir la Historia a
la sala de clases y dar un amplio margen de autenticidad a nuestras ideas. A través del Documento
y sin otras mediaciones rescatamos la atmósfera y recreamos la época que estudiamos.

El Documento reproduce – como ningún otro recurso- el tipo, espacio, ideas, valores y principios,
creencias, temores, sueños con una autenticidad irredargüible.

Los documentos siguen siendo la materia prima con que trabaja el historiador, pero los utiliza a
sabiendas de que ellos solo no bastan para dar cuenta de la Historia. Los documentos
tradicionales han sido complementados o sustituidos por una variedad de pruebas visuales, orales
o estadísticas. En consecuencia, los períodos anteriores a la escritura ya no quedan descartados,
porque se entiende que aunque el historiador no tuviera noticia, esas sociedades tenían su
Historia y se acepta que “pasaban cosas” aunque no hayan quedado testimonios escritos. Se han
ampliado las fronteras de la Historia y la variedad de temas contribuye a dar de la Historia la
imagen de una construcción cultural sometida a continuas variaciones en el tiempo y en el
espacio.
Se incluyen temas que antes se consideraban carentes de Historia: por ejemplo, la niñez, la mente,
la locura, la criminalidad, el clima, los gastos, el cuerpo, la mujer, los sentidos, el vestido, la
comida, los sueños, la lectura y aún los olores y perfumes. Los nuevos historiadores coinciden en
afirmar que la expresión de las ideas y las modalidades del comportamiento humano sólo pueden
ser entendidas en un contexto social. Quieren dar a entender que las características de una época
no dependen de un gran pensador (ni de lo que pudo haber escrito), sino un clima de opinión que
marca los límites de su pensamiento. Se han propuesto no solamente describir sino explicar.
Dicho de otra manera, no hay Historia sin teoría. Todo el mundo está de acuerdo en que los datos
empíricos y los métodos cuantitativos proporcionan al historiador la información, pero no todo el
mundo es capaz de dar a entender los contextos históricos. Para alcanzar esta comprensión el
historiador debe tomar en consideración los significados y los valores que constituyen las bases de
cualquier sociedad.

La Historia incluye todo rasgo y vestigio de cualquier cosa hecho o pensada por el hombre desde
su aparición en la tierra. Estamos a favor de una Historia total, de una Historia de hombre común
y corriente. Habría que hacer a un lado los enredos de las dinastías, las guerras.

La utilización del documento histórico en la sala de clases, instará al alumno de sumergirse en el


mundo de la investigación histórica, donde este se “… acostumbrará a desconfiar de lo aparente, a
respetar las opiniones de sus compañeros, a consultar, a trabajar en equipo y a revisar todos los
aspectos de un problema con meticulosidad y exactitud… (Barrios, 1988).

Para utilizar documentos en el aula, necesitamos conceptualizar y definir cuál o cuáles pueden
convertirse en material didáctico para los alumnos. Atendiendo a esta necesidad lo definiremos
como “Todo vestigio o rastro auténtico del pasado que nos recuerde o evoque la acción del
hombre en el tiempo”.

Como podemos apreciar esta es una definición amplia y la acompañaremos de una clasificación
dividida en dos partes:

1. De acuerdo a la información que nos aporta.


2. De acuerdo a su forma y origen

Esto nos ayudará en la elección de un documento para planificar una situación de enseñanza
aprendizaje específico.
CARACTERÍSTICAS DEL DOCUMENTO

A. Nos revela la presencia del hombre, su actuar, su manera de pensar, su modo de ver el
mundo y su vida (restos arqueológicos, maquinarias, viviendas, diarios de vida).
B. Nos da a conocer sentimientos, pasiones, virtudes, defectos, etc. (epistolarios, diarios de
viajes, testamentos, expedientes judiciales).
C. Nos revela la época, la mentalidad, el entorno, describe ciudades, paisajes y conflictos
(periódicos, proclamas, óleos, fotografías, dibujos, etc.)
D. Nos da noticias de las creencias religiosas (doctrinarios, libreta de oraciones, crucifijos,
iglesias, etc.)
E. Nos relata el mundo Colonial: muebles, casas, museos coloniales, etc.
F. Nos revela epopeyas, episodios de la historia: crónicas, cartas de relación, novelas
históricas.
G. Nos presenta un pasaje de la vida diaria de las culturas prehispánicas: maquetas, museo
de Arte precolombino.

CLASIFICACIÓN DE DOCUMENTOS

1. De acuerdo a su presentación:
- Impresos
- Manuscritos
2. De acuerdo a su naturaleza
- Documentos escritos: libros, literatura histórica, literatura especializada, códigos,
crónicas, periódicos, archivos privados o públicos, cartas, diarios de viajes, etc.
- Documentos materiales: monumentos, cuadros, armas, vestimentas, muebles, casas,
instrumentos, etc.
- Documentos audiovisuales. Fotografías, filmes, óleos, discos, grabaciones, grabados,
maquetas, etc.
3. De acuerdo a la calidad
- Documentos originales: manuscritos, impresos, grabados, óleos, iglesias, etc.
- Pseudo documentos: láminas, murales, pinturas hechas de acuerdo a su imaginación.
- Documentos esquemáticos: mapas históricos, cuadros sinópticos, árboles
genealógicos, planos, líneas de tiempo, etc.
- Documentos narrativos: canciones de gesta, crónicas, relatos, payas, dichos,
tradiciones orales.
4. De acuerdo a su origen:
- Documentos oficiales: diario oficial, decretos, leyes, informes ministeriales, etc.
- Documentos privados: epistolarios privados, diarios de vida, correspondencia
diplomática.
- Documentos públicos: periódicos, proclamas, boletines, leyes, diario oficial, etc.
(Carrillo, 1992).

Después de ofrecer la clasificación de documentos que precede, nos preocuparemos ahora de dar
ejemplos prácticos, los cuales estarán divididos en 2 secciones:

- Ejemplos planteados a partir de textos de Literatura Histórica (libros de historia y


textos de apoyo a la exposición Chile antes de Chile).
- Ejemplos construidos desde documentos históricos (constituciones, periódicos,
fotografías, etc.).

El primer ejemplo de cada sección será un modelo exhaustivo de este tipo metodológico, en el
cual especificaremos los diferentes pasos y dominios que debe desarrollar el alumno (cognitivo y
psicomotor) explicando cada etapa de la preparación del material y especificando cada tipo de
pregunta o actividad.

Finalizando este apartado incluiremos algunas consideraciones necesarias respecto de la labor que
debe desempeñar el profesor al utilizar esta modalidad de trabajo.

LOS DOCUMENTOS ORALES

Entraremos ahora en los documentos orales. El concepto es más amplio que el de fuentes orales,
referido fundamentalmente a la información que se obtiene a través de la encuesta a personas
para recabar información u opinión sobre un acontecimiento o proceso que hayan vivido. Se
pueden incluir también grabaciones de cualquier tipo, aunque las personas que hablan ya no estén
vivas. En cualquier caso, son documentos que se limitan a un periodo muy reciente: el vivido por
las generaciones aún presentes y el de aquellas que los medios técnicos audiovisuales han
permitido guardar.

Las fuentes orales están siendo usadas en los últimos 10 años como medio para rescatar
informaciones que de otro modo se habrían perdido, y en la escuela pueden ser
extraordinariamente útiles porque, además, pueden permitir un mayor contacto con generaciones
anteriores. Su uso es muy adecuado para conocer formas de vida del pasado y para comparar las
formas de vida de, por ejemplo, los abuelos cuando eran niños y los niños mismos. Si articulamos
una encuesta en torno a aspectos de la vida cotidiana, la clase puede ser una caja de sorpresas.
No había televisión, se lavaba a mano, se cocinaba con leña o carbón, no existían las telas de fibra,
no había penicilina… La situación no sorprenderá menos si hablamos de los precios del pan o de
los huevos, de los salarios, de las formas en que se viajaba, de dónde se realizaban las compras y
cómo eran las tiendas… y tantas otras cosas.
Los conceptos de cambio y permanencia se pueden trabajar así con enorme facilidad, incluso en
los niveles escolares inferiores de la primaria. Lo que nos interesa en estas entrevistas no es tanto
la valoración que nos hagan de su tiempo, sino las informaciones específicas que nos permitan
comparar con realidades concretas del hoy para detectar los cambios y las permanencias. Otra
cosa será, en los niveles superiores de la primaria y ya en la secundaria, la interpretación concreta
de hechos o procesos históricos que las diversas generaciones nos puedan dar sobre cómo las
vivieron y les afectaron. En este caso, como en cualquier análisis de fuentes, deberemos
someterlas a una crítica mayor, contrastándola con las conclusiones a que haya llegado la
historiografía más actualizada.

LA HISTORIA ORAL: UNA HERRAMIENTA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO


HISTÓRICO EN EL AULA

La masificación de los fenómenos sociales y la necesidad de humanizar la historia, provocó una


expansión en el campo de la investigación histórica y esta, a su vez, estimuló la creación de nuevas
formas de hacer historia, una historia que diera espacio a todos aquellos sujetos cuyas
experiencias no habían sido tomadas en cuenta. Es así como aparece entonces la historia de los
ancianos, de la infancia, de las mujeres, de las mentalidades, de las enfermedades del cuerpo, de
los monumentos, etc.

Estas nuevas formas de hacer historia surgen también como un cuestionamiento a la historia
oficial, impersonal y generalizante, esa historia de efemérides, grandes héroes, que ha olvidado a
aquellos personajes anónimos que fueron el valuarte de las grandes hazañas que han marcado la
historia y cuya experiencia, a menudo se ignora.

En estas breves líneas nos referiremos a la metodología que –a pesar de ser una herramienta
complementaria de la investigación histórica- nos ayudará a cumplir el sueño de humanizar la
ciencia histórica.

Es una forma de hacer historia que contribuye al rescate de las tradiciones orales forjadas a partir
de las vivencias comunes de un pueblo. Estas tradiciones, entendidas como producción de la
Memoria Colectiva, siempre ha existido (Vanisina, Jan, 1977) y han sido transmitidas de
generación en generación, sufriendo mutaciones irreparables producto de la acción inconsciente
de la subjetividad personal.
La historia oral implica investigación de campo, es por esto que el rescate de los procesos
identitarios debe realizarse en el lugar donde nuestros cotidianos personajes han dado vida a
historias de carácter popular, únicas y de una riqueza inagotable. Rescatar estas experiencias
puede ayudarnos a realizar una resignificación de la cultura propia, donde nuestros sujetos
aporten sus capacidades personales y puedan sentirse parte del proceso histórico a que todos
involucran.

Esta forma de hacer historia, experimenta en Chile un fuerte desarrollo, de la mano de la


educación popular, ya que la historia oral, durante los año 70 y 80 comulgaba con los objetivos de
ésta.

Hoy la historia oral puede ser utilizada en el aula como un incremento que ayude a cambiar la
percepción del alumno respecto de la historia, dado que éste al participar en un proyecto de
investigación de esta naturaleza, tendrá un enfoque activo de esta área del conocimiento,
obtenido a partir de un hecho de trascendental relevancia. El alumno en este tipo de proyecto se
convierte en un investigador.

A la luz de los planteamientos de Sitton, Mehaffy y Davis (Sitton, 1989), debemos entender que la
historia oral puede tomar diversas formas, pero hay elementos cruciales que siempre deberán
estar presentes, como por ejemplo: que el alumno se convertirá en un pequeño historiador que
participa en una investigación que explora lo desconocido en lo aparentemente conocido. Otra
característica es que una investigación de historia oral se realiza fuera del ámbito académico, en
un terreno que es familiar para el alumno y más importante aún es que por medio de la historia
oral el niño lleva la historia a casa y cambia su imagen de esta disciplina, adquirida a partir de los
libros y, por último la historia oral al implicar trabajo de campo, significa conocimiento directo del
objeto en estudio e interacción con la comunidad en la cual el alumno está inserto.

Las fuentes de la historia oral son las tradiciones orales, recuperadas a través de entrevistas
hechas a personas que narran sus recuerdos. Producto de sus experiencias personales las
tradiciones orales pueden tomar diversas formas, siendo algunas de mucha importancia el folclor y
las creencias religiosas, como por ejemplo: las ánimas, los velorios de angelito, la fiesta de la
Virgen de Candelaria, etc.

Por ejemplo, algunos temas que pueden ser objeto de investigación en el gran Valparaíso, son los
rituales nortuarios, los ascensores desaparecidos de los cerros porteños, las entretenciones y
formas de diversión en los barrios, estos temas pueden ser investigados por los alumnos en forma
creativa cuestionando porque ha cambiado y evolucionado la comuna y como la tecnología ha
mermado los procesos identitarios haciendo desaparecer algunas costumbres como por ejemplo
los malones. El alumno debe cuestionar a los sujetos para que estos le den luces sobre la
trayectoria histórica de su comunidad.

LAS FUENTES DEL PROCEDIMIENTO

Enseñar Ciencias Sociales no es solamente ayudar a entender conceptos históricos, es necesario


introducir al alumno en el mundo de las fuentes históricas, el documento escrito, orales o de otra
índole, ya que es uno de los procedimientos más habituales para la comprensión de la Historia.

Se trata de comprender las informaciones que le llegan al alumno por vías diversas. Este trabajo
en la Educación Primaria, sobre todo a partir del 5° año, parece el adecuado para comenzar a
introducir conceptos cronológicos y temporales y más específicamente en 7° y 8° año en el que se
recomienda la aproximación a las Sociedades Históricas del Pasado- se hace imprescindible.

Uno de los procedimientos básicos es el trabajo con fuentes en sus tres niveles de Lectura
comprensiva, interpretación y valoración.

Lo primero que hay que aclarar es que el concepto de Fuente Histórica es enormemente amplio,
distinguiendo en una primera aproximación, las Fuentes Primarias, es decir, la que nos deja
consciente o inconscientemente una sociedad y las Fuentes Secundarias, es decir, aquellas que se
han elaborado a porteriori sobre esa sociedad.

CONDICIÓN FUNDAMENTAL PARA EL LOGRO DE MUCHOS OBJETIVOS A CORTO PLAZO SERÁ EL


DOMINIO DE LA INVESTIGACIÓN MONUMENTAL, TESTIMONIAL Y OBJETIVA

INVESTIGACIÓN DOCUMENTAL

Búsqueda de datos en libros, revistas, periódicos, folletos y otros materiales impresos.


Usarla: Se sugiere:

- Cuando se desea que los alumnos tengan - Precisar bien lo que se desea
conocimientos previos a la exposición o investigar
al interrogatorio. - Proporcionar a los alumnos un
- Cuando se va a desarrollar una actividad guión para la investigación.
de discusión en grupo. - Dar las fuentes precisas a los
- Cuando se desea comprobar una alumnos.
información o un punto de vista. - Dar las indicaciones necesarias
- Cuando es necesario ampliar un tema. respecto a cómo elaborar una ficha
- A lo largo de todo el proceso. bibliográfica, de contenido, etc.
- Hacer recapitulaciones periódicas
de lo que se ha investigado.
- Evaluar el proceso de la
investigación y sus resultados.

SECUENCIAS DEL PROCESO

En todos los casos, el proceso a seguir debería tener, con cualquiera de las fuentes, los siguientes
pasos:

LECTURA: La capacidad de extraer información de las fuentes por parte del alumnado, aún de
edad superior suele ser escasa. Corresponde al profesorado enseñarle a extraer la mayor cantidad
de información posible, casi a hacer una descripción detallada y minuciosa de cada uno de los
elementos de los que informa.

ANALISIS Y ESTRUCTURACIÓN DE LA INFORMACIÓN QUE CONTIENE LA FUENTE: Nos permite


establecer los aspectos que podemos trabajar con ella y el grado de profundidad de cada uno de
ellos a nivel de información directa. En caso de tener un problema ya planteado, podemos deducir
si nos da o no información sobre él, para estimarla o desestimarla.

DEDUCCIÓN: La información recibida nos permite establecer afirmaciones o conclusiones sobre la


sociedad que elaboró ese material que hoy usamos como fuente.

Algunas deducciones serán muy evidentes, otras se pueden intuir o deducir directamente de la
propia información directa. (Ejemplo: supongamos que estamos estudiando el Comercio Español
en el siglo XVII. Imaginemos que usamos como fuente un mapa de América con los principales
centros comerciales en 1650. Podemos leer sus nombres y localizar su posición, pero en el mapa
hay divisiones de color que se corresponden con división de reinos, podemos deducir que los
diferentes colores son indicadores de una diferencia.

La fuente nos deja problemas por resolver. Lo que tenemos delante nos deja abiertos problemas
sobre los que podemos plantar hipótesis. Esas hipótesis deberán comprobarse acudiendo a otras
fuentes, por ejemplo Historiografía, para que nos ayuden a explicarnos la realidad que tal fuente
nos presenta. En el caso anterior, la investigación de esa división (es decir, por qué existe) se
puede convertir en un problema sobre el que formulamos hipótesis que habrá que comprobar a
otras fuentes.

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