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Introducción
porción del tubo que precede a la masa que es impulsada, mientras que ocurre
relajación en la porción posterior a la misma. Esto genera un gradiente de
presión que provoca el avance del bolo. Los movimientos peristálticos son más
frecuentes e intensos en la parte proximal del tubo digestivo. Cada onda
peristáltica avanza un corto trecho entre 10 y 30 cm, seguida de otra y así
sucesivamente permitiendo el avance del contenido a todo lo largo del tracto
digestivo (Fig.2).
Procesos digestivos
Aprehensión y masticación
Las formas de aprehensión del alimento varían entre las diferentes especies y
dependen de la anatomía bucal, especialmente de los labios, la lengua y la
dentadura, los cuales están diseñados genéticamente en función del tipo de
alimento que toma cada especie. En el caso de los perros y los gatos, por su
condición de especies carnívoras, el desarrollo de los caninos es relevante. La
aprehensión de los alimentos sólidos en estas especies ocurre mediante la
utilización inicial de los incisivos, el desgarro de las piezas con los caninos y la
fragmentación de los mismos con los molares, accionados por la potente
contracción de los músculos de la masticación, ayudados por movimientos del
cuello.
el líquido con la lengua, órgano que se dispone para este efecto en forma de
cuchara, accionada a una alta frecuencia de proyección y retracción.
Salivación
Deglución
Mediante este proceso los alimentos son llevados desde la boca hasta el
estómago. El centro de la deglución está ubicado en el bulbo raquídeo y sus
fibras aferentes y eferentes discurren por el nervio vago.
Es importante recordar que existen diferencias entre las especies respecto del
tipo de musculatura presente a los largo del esófago. En el caso de los
carnívoros y los rumiantes el esófago posee músculo estriado voluntario en toda
su longitud.
Digestión gástrica
En la porción antral del píloro se producen las contracciones más potentes del
músculo liso estomacal, muy importantes para los procesos de mezcla del
contenido y del vaciamiento gástrico. El estómago se comunica con el esófago a
través del esfínter esofágico anterior (esfínter gastroesofágico), en la región
cardial, y con el duodeno a través del esfínter pilórico el cual actúa a manera de
válvula regulando el vaciamiento gástrico. La intermitencia que se produce en el
vaciamiento del estómago por cuenta de este esfínter le confiere a este
fenómeno el nombre de “bomba pilórica”
Las células parietales (oxínticas) además que segregar HCl, también producen
factor intrínseco, necesario para la absorción de la vitamina B12. Las células
principales segregan pepsinógeno. El moco producido por las células
caliciformes de esta porción del estómago, al unirse con bicarbonato, producido
también en las fosetas gástricas, forma una película protectora frente a la carga
ácida a la que es sometido su epitelio. En general el moco que se produce en
forma abundante en la mucosa gástrica puede presentarse bajo dos formas,
una fluida, disuelta en el jugo gástrico, y una viscosa a manera de gel que
forma la película ya mencionada.
Las funciones del HCl son: destruir bacterias, proporcionar pH adecuado para la
transformación del pepsinógeno en pepsina y para la actuación de la pepsina,
y estimular el flujo biliar y pancreático. Cuando el pH del contenido estomacal
se hace menor a 6 se inicia la transformación del pepsinógeno en pepsina. De
otra parte, el pH óptimo para la acción enzimática de la pepsina sobre los
enlaces peptídicos de las proteínas, es de 1 a 3 (Fig.9).
Fase gástrica: ocurre cuando el alimento hace contacto con la superficie interna
del estómago. La distensión gástrica estimula las terminaciones vagales
(reflejos vagovagales) induciendo la liberación de péptido liberador de gastrina
(PLG). Esta hormona estimula las células G, ubicadas en la porción distal del
estómago, con la consecuente liberación de gastrina, que por vía sanguínea
alcanza las fosetas gástricas, en donde estimula la producción de pepsinógeno
y HCl, y contribuye al aumento de la motilidad estomacal.
Composición de la bilis
Funciones de la bilis
Digestión de proteínas
Digestión de carbohidratos
Digestión de lípidos
Por acción de la nucleasa pancreática, los ácidos nucleicos que ingresan con la
dieta, son degradados a nucleótidos, que a su vez son hidrolizados por
nucleotidasas dejando libres nucleósidos y ácido fosfórico. Dichos nucleósidos
son degradados por nucleosidasas que escinden el azúcar de la base
nitrogenada. Esta última queda entonces disponible para ser absorbida a través
del epitelio intestinal e incorporarse a la economía orgánica (Fig.15).
Absorción de proteínas
Absorción de carbohidratos
Absorción de grasas
Como hemos visto, las sales biliares, en acción conjunta con la lipasa y la
colipasa, se encarga de agrupar las moléculas de monoglicéridos, ácidos grasos
y colesterol en estructuras globulares de fácil absorción, denominadas micelas.
Estas estructuras poseen una estructura mixta lipofílica e hidrofílica, que
permite solubilizar los lípidos en las membranas celulares facilitando su ingreso
por difusión pasiva. Las vitaminas liposolubles A, D, E y K también requieren la
acción de las sales biliares para su absorción.
Absorción de vitaminas
Las toxinas, los parásitos y las bacterias, pueden irritar el colon estimulando la
secreción de agua hacia el lumen del mismo, produciendo distensión,
hipermotilidad y diarrea. Cuando las pérdidas de agua, HCO3- y K+ hacia el
lumen son abundantes, se produce deshidratación, acidosis metabólica e
hipokalemia.
Fig.17. Absorción de sodio. Este electrolito se puede absorber por tres mecanismos: a)
cotransporte de sodio con moléculas orgánicas (aminoácidos, glucosa); b) absorción
conjunta con cloruro y sodio en concurrencia con mecanismos de intercambio
bicarbonato - cloruro y sodio - hidrógeno; c) difusión simple de sodio a través de la
membrana apical. Esta última opción es la menos frecuente debido a que requiere un
gradiente importante de concentración.
Fig.18. Absorción de cloruro. La absorción de este electrolito puede ocurrir por tres
mecanismos: a) absorción conjunta de cloruro y sodio; b) absorción paracelular y en
relación indirecta con la absorción de sodio; c) intercambio con bicarbonato.
Fig. 19. Absorción de bicarbonato. Este ion se absorbe por la acción facilitadora del
intercambio sodio - hidrógeno que ocurre en la membrana apical del enterocito.
Recuérdese que el ion bicarbonato se regenera por la acción de la anhidrasa carbónica.
Fig.20. Absorción de potasio. Este ion se absorbe por la vía paracelular y por difusión
simple, impulsado por el aumento de su concentración en el tracto digestivo inferior,
como resultado de la absorción de agua en el tracto digestivo superior.
Fisiología de la defecación
Bibliografía
Barret KE, Barman SM, Boitano S, Brooks HL. Fisiología Médica Ganong. 23ª ed.
México D.F., México: McGraw - Hill - Interamericana Editores; 2010.