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Entonces, las autoridades locales tienen un doble estándar para referirse a la zona
monumental del distrito. Por un lado, esta representa un obstáculo que debe eliminarse
para alentar a los negocios inmobiliarios a desarrollar todo el espacio urbano de
Barranco por igual. Por otro lado, se utiliza como un recurso legal contra los residentes
informales, que eventualmente tendrían que ser sacrificados en el proceso de
renovación urbana del distrito. Por lo tanto, se puede concluir que las autoridades
locales diseñan políticas urbanas no para proteger a los residentes o al patrimonio
arquitectónico de Barranco, sino para dar paso a nuevos residentes y nuevas
construcciones modernas y homogéneas. Esto pone a las autoridades locales en una
situación ilegítima porque de acuerdo con la misión de la Municipalidad de Barranco,
los funcionarios municipales están obligados a diseñar políticas urbanas que satisfagan
las necesidades y mejoren los estándares de vida de los residentes del distrito. Al final,
la narrativa de progreso y modernización se usa como una premisa falsa que solo
beneficia a las inversiones privadas y atrae a nuevos residentes, independientemente
del sufrimiento y las opiniones de los residentes de largo plazo y de la identidad
arquitectónica de Barranco.
El proceso de renovación urbana también promueve el reemplazo del tejido social del
distrito por un tejido social distinto. Es decir, mientras que las compañías inmobiliarias
se apropian de los valores tradicionales producidos por los residentes tradicionales de
Barranco, venden preferencias estéticas, gustos y una composición étnica que es
radicalmente diferente a la composición social original de Barranco y más similar a la
composición social existente en el “norte global”. Asimismo, al comparar el material
publicitario de los proyectos de edificios residenciales, se observó que las empresas de
bienes raíces tienen una doble vía para presentar la identidad de Barranco. Por un lado,
Barranco es considerado como un lugar único de orgullo y tradición nacional, por otro
lado, se considera un lugar con el potencial de atraer nuevos grupos sociales que están
más en línea con los habitantes de las ciudades del “norte global”. Estos grupos
sociales se denominan "gentrificadores contemporáneos" y generalmente tienen
niveles más altos de educación y trabajos relacionados con los sectores creativos. Estos
“gentrificadores contemporáneos” se reproducen de la misma forma en la mayoría de
ciudades del mundo y presentan una homogeneidad en sus gustos y sus prácticas
estéticas. Esta doble forma de concebir la identidad de Barranco representa una
contradicción en sí misma. Por un lado, las empresas inmobiliarias promueven a
Barranco como un lugar atractivo por su personalidad de pueblo pequeño y tradiciones
únicas que se mantienen separadas del resto de la ciudad. Por otro lado, fomentan el
reemplazo del tejido social y la reproducción de deseos y estilos de vida estandarizados
y homogéneos similares a los de las ciudades del “norte global”.
Imágenes de los brochures del proyecto “Stelar” y del “Mirador de Barranco”
(Fuente: Edifica; JRH)
Las autoridades locales de Barranco en combinación con las empresas privadas han
empleado dos estrategias para justificar tales concesiones. En primer lugar, asocian los
usos originales del espacio público con actividades antisociales para estigmatizar y
eliminar a sus usuarios originales. En segundo lugar, aseguran que las instituciones
estatales no tienen el presupuesto para mejorar la infraestructura y las condiciones de
seguridad del espacio público y argumentan que, con la intervención del capital
privado, esas condiciones mejorarán. Sin embargo, después de la ocupación de
empresas privadas, se ha demostrado que las concesiones no solo han tenido un
impacto social negativo, sino que las empresas privadas no cumplen con sus promesas
de mejoramiento y ni siquiera con sus obligaciones tributarias. Además, antes de su
privatización, los espacios públicos ofrecían una capacidad multifuncional a los
residentes. Mientras que ahora, después de su transformación, el espacio público se
convierte en un espacio de consumo, restringiendo de este modo su capacidad de
permitir sus diferentes usos. En otras palabras, antes los residentes podían apropiarse
de los espacios de acuerdo con sus propias características e identidad singular. Ahora,
después de la privatización, los usos y usuarios se homogeneizan y se desplazan a los
usos y usuarios no deseados. Entonces un espacio que antes promovía relaciones
democráticas, y justas entre los diferentes grupos sociales del distrito ahora promueve
relaciones asimétricas y diferenciadas que se jerarquizan en función de las capacidades
de consumo.
Imágenes de la playa “Las Cascadas” antes y después de la concesión
(Fuente: Decisión Ciudadana)
Para enfrentar la nueva configuración del espacio urbano de Barranco, desde hace unos
años se están organizando movimientos sociales urbanos en Barranco. Un caso que
marcó un hito en las luchas sociales del distrito fue la oposición a la privatización de la
playa "Los Yuyos". Para defender la playa, los movimientos sociales urbanos utilizaron
tres estrategias: (1) apelar a las conexiones políticas de las instituciones con una
jerarquía superior al municipio para controlar las acciones y modificar las decisiones
unilaterales de las autoridades locales de Barranco, (2) demostrar la multifuncionalidad
del espacio público en la playa mediante la organización de diferentes actividades
(torneos de voleibol, vuelos de cometas, construcción de castillos de arena, etc.); usar
los medios de comunicación para captar el interés de otros ciudadanos (fuera de
Barranco) y luego usar esos espacios mediáticos para manifestar que la privatización de
"Los Yuyos" no solo sería una pérdida para los barranquinos sino también para todos
los habitantes de Lima. Un aspecto para tener en cuenta es que la mayoría de los
miembros de los movimientos sociales urbanos en defensa de "Los Yuyos" pertenecen
a los sectores medios y medios altos del distrito. Al respecto, los testimonios de
informantes de bajos ingresos de Barranco revelaron que raramente utilizan sus
espacios públicos debido a que trabajan en economías informales de lunes a domingo
y viven en las áreas más alejadas de dichos espacios. Además, los testimonios de los
residentes en general revelaron que el gran bolsón de votación, así como los
seguidores del actual alcalde de Barranco provienen precisamente de este sector. En
esa medida, para obtener popularidad política, el alcalde de Barranco organiza
actividades de proselitismo tales como campañas filantrópicas y/o la entrega de
dádivas y obsequios a este sector (de bajos recursos). A su vez, este sector considera
que estas actividades son mucho más útiles que la necesidad de espacio público per sé,
produciéndose de este modo una elección permanente de autoridades locales
producto de prácticas clientelares. Finalmente, los resultados de esta investigación
también demostraron que la fragmentación y la polarización entre los miembros de los
movimientos sociales urbanos están causando que no tengan éxito al presentar un
proyecto político a largo plazo que tenga una mirada alternativa para desarrollar el
distrito.
Conclusión
Para concluir, el proceso de renovación urbana en Barranco está produciendo nuevas
formas de residencia y usos del espacio urbano que acentúan el fenómeno de la
gentrificación. Como consecuencia general de este proceso, Barranco se ha convertido
en un distrito más polarizado, dividido socialmente y fragmentado. Además, las
transformaciones urbanas de Barranco vulneran los derechos espaciales de la población
local ande la mirada pasiva de las autoridades locales. Del mismo modo, tras diez años
de boom inmobiliario, el proceso de renovación urbana tampoco cumplió con sus
promesas de aumentar la capacidad de recaudación de la municipalidad o mejorar los
servicios y la infraestructura del distrito. En consecuencia, la idea de que dicho proceso
está trayendo modernización y progreso para el distrito es una premisa falsa. Los
resultados de esta investigación también muestran que los inversionistas privados
contraen deudas tributarias con el municipio ya que no pagan los impuestos
acordados, lo que básicamente los coloca en la misma posición que los inquilinos
informales.
Por otro lado, el marco legal vigente establece que la misión del funcionario público es
proteger los derechos de los residentes de Barranco y fomentar la participación de
civiles en el proceso de toma de decisiones sobre el espacio público. Sin embargo, este
marco legal no es respetado ni por las autoridades locales. Es más, las decisiones que
toman las autoridades locales usualmente favorecen a las empresas privadas sin
considerar las opiniones y las consecuencias que estas decisiones tienen sobre los
residentes del distrito. Desafortunadamente, los movimientos sociales urbanos que
reclaman y defienden los derechos espaciales de los residentes de Barranco aún están
fragmentados, por lo que queda pendiente formar una alternativa política que logre
ganar las elecciones para tener el poder legítimo de planificar una nueva visión de
desarrollo urbano en el distrito. Finalmente, el propósito de este proyecto de
investigación no es proporcionar recomendaciones de políticas públicas porque los
datos muestran que el marco legal vigente ya es bastante basto para defender el
espacio urbano y proteger los derechos espaciales de apropiación y participación. Por
el contrario, este trabajo está destinado a empoderar a los movimientos sociales
urbanos para que tengan instrumentos desde la teoría que permitan fundamentar la
necesidad de hacer valer el derecho a la ciudad. Finalmente, como conclusión general
se podría decir que los barranquinos no se oponen al proceso de renovación urbana de
su distrito, pero si exigen que este proceso se lleve a cabo respetando su identidad, sus
valores, sus tradiciones y su necesidad de espacio público.