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ComPenpio DE La Historia CRISTIANA 337 marginales o trabajadores no especializados, con las oportunidades del pais virgen. Alentaba el espfritu democratico tanto como cada hombre lia soportar en su propio valer en las dsperas y rigurosas areas de vida colonial. Alentaba a esas denominaciones de cristianos que exaltaban la democracia en la vida eclesidstica: los bautistas, meto- distas, y otros cu similares. La ruda, y muchas veces inmoral, vida “fronteriza”, fiaba a las denominaciones de las antiguas co- munidades del este a enviar misioneros a las colonias a alentar a los cristianos a ganar a los perdidos. El avivamiento del tipo que se reunia en campamentos se desarrollé para la predicacién del evangelio a gran- des nimeros. Otro aspecto de la importancia de la colonizacién y del oeste concierne al efecto politico de los nuevos estados. La avalancha de emigracién al oeste que produjo una constante proyeccién de la linea fronteriza trajo como resultado el establecimiento de nuevos estados. Uno de los problemas abrumadores de la nueva nacién tenia que ver con la esclavitud de los negros, introducida en 1619 a la colonia de Virginia, impuesta sobre ellos por Inglaterra pese a sus protestas, ex- tendida por el sur por la importacién y financiamiento del norte, y gradualmente abrazada por el sur por la asoladora eleccién de un sis- tema de una sola cosecha. Un determinismo geografico y climatico li- mité la esclavitud negra casi totalmente al sur, en un sistema feudal y anacr6nico, Sin duda la institucién se hubiera derrumbado por su pro- pio peso, porque econémicamente era errénea tanto como moralmente mala. El asunto se volvié politico puesto que esos estados denomina- dos como “estados esclavos” usualmente formaban una coalicién uni- da. Si los estados més antiguos hubieran quedado como miembros ab- solutos de la unién nacional, la cuestién de los esclavos no se hubiera vuelto politicamente explosiva, pero el asunto de los derechos estata- les y los celos seccionales, combinados con las diferencias en la inter- retacién del significado de la constitucién, se encendieron en un con- Aicto por la extensién de la esclavitud. Muchas de las denominaciones se dividieron por el asunto de la esclavitud. La guerra sobrevino en 1861 y produjo dolor y pérdida a to- das partes de la nacién. El norte gané en 1865 y aseguré politica- mente la unidad de la nacién y anuncié la emancipacién de la esclavi- tud americana de los negros. Las tropas estuvieron estacionadas por 338 CoMPENDIO DE LA Historia CrisTIANa todo el sur hasta 1878, contribuyendo a la amargura engendrada por la guerra. Los cismas causados por este asunto en algunas denomina- ciones no han sanado hasta el presente. Nuevas Denominaciones.— No es posible, por supuesto, esbozar toda la historia del cristianismo americano en un breve compendio de esta clase. La ola de libertad de eleccién en el Area de la religién produ- jo una rica y libre variacién a las denominaciones de América. Varias de las mds importantes se mencionan aqui. Tomas Campbell y su hijo Alejandro eran parte de un extenso mo- vimiento que deseaba restaurar el primitivo cristianismo eliminando todos los credos y organizaciones denominacionales. Indudablemente los dos recibieron fuertes impresiones en este sentido por sus contac- tos con el cristianismo escocés, y especialmente con Greville Ewing, Juan Glas, y Roberto Sandeman. Prdcticamente cada doctrina distinti- va del movimiento estaba modelada por las practicas escocesas. En América los dos Campbell dejaron las filas presbiterianas y en 1812 se unieron al compajierismo bautista. Por 1830 Alejandro Campbell y su grupo dejaron a los bautistas, difiriendo de ellos en varios particu- lares, y tomaron el nombre de “Discipulos de Cristo”. Campbell ense- fiaba que el bautismo completa la salvacién, observaba la Cena cada semana, y miraba con disgusto cualquier distincién entre ministros y feligreses, como se ve en titulos tales como “clero” y “laicos”. Walter Scott de Ohio y Barton W. Stone de Kentucky se unieron con Campbell en su movimiento de “restauracién” v contribuyeron grandemente a su crecimiento. En lugar de eliminar los movimientos denominacio- nales, Campbell empez6 uno nuevo, que lentamente desarrollé las caracteristicas de otras denominaciones. Su feligresia total en 1956 era de 1,897,736 en 1951 iglesias. El movimiento conservador de las Iglesias de Cristo tuvo su origen también en Campbell. En 1956 su feligresia indicaba 1,600,000 en 16,500 iglesias. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Dias fue fundada en 1830 por José Smith, que informé haber visto visiones ce- lestiales y recibido el Libro de Mormon en planchas de oro. La emigra- cién al oeste en 1847 y la fundacién de la ciudad de Salt Lake es un dramatico episodio de la historia americana. La parte del movimien- to que se establecié en Independence, Missouri, tomé el nombre de Iglesia Reorganizada de los Santos de los Ultimos Dias y ahora cuen- Compennio DE La Historia CrisTIANA 339 ta con 137,856 miembros en 808 iglesias. La seccién de Utah, se ha ex- tendido y es muy activa en la propagacién de sus creencias. Por cau- sa de su creencia en la continuacién de los dones icos mediante su presidente v en la naturaleza sagrada del Libro de Mormén, algu- nos han puesto en tela de juicio que el mormonismo deba ser conside- rado como parte del movimiento cristiano. Ahora ellos informan de 1,230,021 comulgantes en 2,624 iglesias. Los alemanes que se establecieron en Pennsylvania y dreas adya- centes fueron influidos por fuertes personalidades para formar nue- vos grupos denominacionales que combinaran las mas antiguas tradi- ciones. Felipe Guillermo Otterbein (1726-1813) y Martin Boehm (1725-1812), el uno ministro reformado y el otro un menonita, se unie- ron para tener reuniones evangelisticas entre los alemanes de Penn- sylvania y estados vecinos durante los dias de la Guerra de Revolu- cién. En 1800 formaron los Hermanos Unidos en Cristo. Este grupo se unié en 1946 con la Iglesia Evangélica (organizada por Jacobo Albright sobre principios metodistas en 1816), y el cuerpo combina- do se llamé Iglesia Evangélica de los hermanos Unidos. ‘Abora informa 737,489 miembros en 4,370 iglesias. En 1831 Guillermo Miller (1782-1849), mediante una cuidadosa consideracién de los nameros simbélicos del libro de Daniel, conclu- y6 que Cristo regresaria dentro de los siguientes pocos afios y reunié un grupo conocido como los adventistas. Pese al fracaso de su profecia principal, la denominacién todavia persevera, y cuenta ahora con 277,162 constituyentes en 2,858 iglesias. Un tipo de especulacién apocaliptica deformada de Carlos Russeli en el siglo XIX resulté en la Asociacién Internacional de Estudiantes de la Biblia. Ahora dice tener 187,120 miembros en 3,484 iglesias. Ma- ria Baker Eddy puso en marcha una especie de gnosticismo moderno v fund6 la Iglesia de Cristo Cientifica (Ciencia Cristiana) en 1879, en Boston, y sus seguidores ahora operan 3,100 ramas de la iglesia madre. Las iglesias nacionales de Oriente, que rompieron la comunién con Roma en 1054 fueron lentas en desarrollarse en los Estados Uni- dos, pero debido a la inmigracién y nacimientos el nimero ha crecido firmemente. Los varios grupos nacionales formaron sus propias igle- sias, tales como la Griega Ortodoxa, la Romana Ortodoxa, y Servia Or- 340 CoMPENDIO DE LA Historia CRISTIANA todoxa, y otras. Ellas tienen tal vez un millén de constituyentes en América en el presente. Hay en Estados Unidos otros grupos cristianos mas pequeiios, aunque importantes, pero no pueden discutirse en una obra como esta. Ademis, el cristianismo americano se ha caracterizado por mu- chos movimientos beneyolentes v semicristianos, tales como la Aso- ciacién Cristiana de Jévenes, organizada primeramente en 1844 en Londres, y la Asociacién Cristiana de Sefioritas, también _or- ganizada en Londres en 1855. El Ejército de Salvacién inglés, fundado por el metodista Guillermo Booth en 1878, se ha extendido ampliamen- te en los Estados Unidos, y ahora cuenta con 249,641 adherentes en 1,323 iglesias. Resurgimiento del Racionalismo.— Los antiguos sistemas europeos de racionalismo, ilustrados por la filosofia de hombres como Cristian Wolff en el siglo XVII, fueron condenados por hombres como Ema- nuel Kant, Schleiermacher, Ritschl, y otros, que mostraron que-el hom- bre no es simplemente una criatura pensante sino también una Per. sona moral, con sentimientos y con voluntad. La ultima mitad del si- glo XIX, sin embargo, trajo un racionalismo de una nueva clase. La ciencia fisica se sumé a la filosofia, la sociologia y la psicologia para elevar dudas respecto a la existencia de Dios 0 para oponerse firme- mente a la idea de una revelacién especial que incluye el sobrenatura- lismo. El] mundo material se volvié muy real. Cada filosofia empez6 a clasificar los valores en términos de si podian obrar con éxito en un mundo cotidiano. Los asuntos religiosos y espirituales fueron conside- rados en términos humanitarios v canalizados hacia la superacién so- cial. En este medio ambiente es posible sefialar varias actitudes en re- lacién al cristianismo tradicional. Estas son: (1) Un partido definitivamente no teista 0 agnéstico. A pesar de los fenomenales adelantos del cristianismo en América des- de la Revolucién, un fuerte nucleo de escepticismo e incredulidad nun- ca fue alcanzado. Niega la existencia de Dios y se mofa de cualquier idea de revelacién. (2) Un partido teista, pero indistintivamente cristiano. Este grupo esta en la sucesién del deismo inglés, que afirma ue hay Dios pero que no tiene revelacién especial. De esta manera, el hinduismo es revelacién tan valida como el cristianismo; cada pro- feta en cualquier religién ha sido inspirado y afiade algo a la revela- CoMPENDIO DE LA Historia CRISTIANA 341 cién total de Dios. (3) El partido cristiano no sobrenaturalista. Este grupo pretende seguir la tradicién cristiana pero niega muchas de las creencias antiguas. La revelacién se hace significativa sblo cuando es razonable. Las Escrituras Cristianas principalmente, son indignas de confianza y deben ser escudrifiadas muy cuidadosamente por la ra- z6n humana para encontrar la verdad y la significacién. Lo que no es razonable en el marco humano de referencia es descartado. Una ex- ién vicaria es imposible porque Cristo era simplemente un buen ombre. La inmediata confrontacién de Dios puede ser sentida por el espiritu humano y constituye la tinica autoridad religiosa valida. Para este grupo el principal valor de la religién reside en ampliar los cana- humanitarios. Tal vez el principal exponente de este partido en América ha sido Harry Emerson Fosdick (1878-1969). (4) Un partido americano neo-ortodoxo. Este grupo, que difiere en algunos aspectos del pensamiento de Karl Barth pero que est de acuerdo con él en el enfoque bésico, hace hincapié en la esencial pecaminosidad del hom- bre. Como Barth, sus seguidores son muy liberales con respecto a mu- chas doctrinas de sobrenaturalismo tradicional pero persisten en la an- tigua ortodoxia al punto del pecado del hombre y la soberania tras- cendente de Dios. Tal vez la figura sobresaliente de esta escuela es Reinhold Niebuhr (1892-1971). (5) El partido de sobrenaturalismo tradicional. Este grupo se esfuerza por hacer pertinente el mensaje tra- dicional cristiano en una era cientifica y materialista, sosteniendo las creencias basicas de la revelacién del Nuevo Testamento y aceptando el sobrenaturalismo “irrazonable” del cristianismo como se ejemplifi- ca en la regeneracién espiritual del individuo por la obra del Espiritu divino. Tal vez debe ser incluido un sexto grupo, comiinmente conocido como fundamentalismo, que en algunos casos va hasta el otro extremo del racionalismo; es decir, elimina completamente el elemento racio- nal de la revelacién cristiana y de la religién en general. La Unién Eclesidstica y el Ecumenismo.— En su mayor parte, el cristianismo americano ha ingresado de corazén en el movimiento ha- cia la unién eclesidstica y el ecumenismo. Las razones son muchas, e incluyen: un deseo basico de unidad; la influencia de los movimien- tos interdenominacionales ingleses, particularmente en misiones; la unidad de “denominaciones familiares”, los que creen en las mismas Compenpio DE LA Historia CRIsTIANA 345 sias; sin embargo, particularmente los esfuerzos de los bautistas (Isaac Backus y Juan Leland), por 1833 Massachusetts eliminé la il- tima unién de iglesia y estado. EI antiguo ismo probablemente afecté al congregaciona- lismo mds que 2 curlguiers otra denominacién en América. El unita- rismo (que negaba la esencial deidad de Cristo) se levé grandes cantidades de sus iglesias. En algunos casos iglesias enteras se volvie- ron unitarias, incluyendo la primera Iglesia Congregacional en Améri- ca, la Iglesia de los Antiguos Peregrinos de Plymouth. Mediante un tecnicismo legal, una minorfa de unitarios podia conseguir la propie- dad de la iglesia, en muchos casos contra una mayoria congregacional. La Universidad de Harvard se hizo universidad unitaria en 1805. En veinte afios el grupo unitario se organizé y se hizo oir. Al presente la Iglesia Unitaria informa de 96,715 constituyentes en 378 iglesias. El congregacionalismo fue grandemente bendecido por el segun- do Gran Despertar a principios del siglo XIX. Se fundaron mu- chas iglesias nuevas; se iniciaron escuelas y seminarios, y se formaron sociedades para misiones domésticas y extranjeras, para publicacién de tratados y para el adelanto de la educacién. El movimiento hacia el oeste desafié a los congregacionalistas Algunos pensaron que toda Nueva Inglaterra se estaba yendo al oeste en la primera mitad del siglo XIX. Sin embargo, el congregacio- nalismo perdié a muchos de sus constituyentes que se mudaron al oeste. En 1801 se hizo un acuerdo de cortes{a con los presbiterianos, que planeaba esfuerzos itivos para fundar nuevas iglesias. La mayoria debia decidir si la iglesia seria presbiteriana o congrega- cional, pero en practica casi todas las iglesias de la Unién se volvie- ron biterianas. Muchos cientos de iglesias congregacionales se perdieron probablemente ante los presbiterianos antes que el plan se abandonara. Como el congregacionalismo se opuso fuertemente a la es- clavitud, ycontabuyé al movimiento abolicionista, particularmente en los primeros dias del movimiento. La Guerra Civil no afecté la co- munién de las iglesias, porque este grupo no tenia iglesias en el sur. El renovado racionalismo de post-guerra afecté profundamente el caudillaje congregacional. Muchos se volvieron teolégicamente libera- les y exaltaban el aspecto social del evangelio. El ecumenismo y la 346 ComPenpio DE LA Historia CRISTIANA unién eclesidstica han sido muy atractivos. El congregacionalismo se unié con las Iglesias Evangélicas Protestantes de Norteamérica en 1925, y con la Iglesia Cristiana en 1931, y ahora Ieva el nombre de Iglesias Cristianas Congregacionales. Su feligresia actual asciende a 1,342,045 miembros en 5,561 iglesias. Calvinismo.— El sistema religioso de Calvino, alterado en algunas maneras por los diversos grupos nacionales de Europa que lo adopta. ron, est4 representado en América por los presbiterianos y las Iglesias Reformadas (y las Evangélicas). En un sentido, los congregacionalis- tas pertenecen a esta familia, pero su fondo independiente y su tipo de gobierno eclesiastico difiere de ellos bastante para discutirlos bajo encabezado separado. Los presbiterianos se desempefiaron noblemente en el lado pa- triético durante la Revolucién Americana. El dajio fisico y el estallido general de la guerra fueron mas que compensados por el elevado pres- tigio después de la fundacién dela nueva nacién. En 1790 habia alre- dedor de dieciocho mil miembros, pero varios factores contribuyeron a un rapido aumento en feligresia. Ellos se beneficiaron considerable- mente con los vastos avivamientos en Pennsylvania, Kentucky, y Tennessee en los primeros afios del siglo XIX. La inmigracién contri- buyé algo. El cumplimiento de la estructura organizacional indudable- mente le dio impulso también al crecimiento. Al mismo fin del periodo anterior vino la organizacién de la Asamblea General, que fue el coro- namiento de las organizaciones locales y territoriales. Desde entonces el crecimiento presbiteriano se aceleré. Otro factor contribuyé sin in- tencién al crecimiento de los Presbiterianos. E] Plan de Unién de 1801, aparentemente justo para ambas partes, afiadié muchas iglesias pres- biterianas en cl oeste, a expensas de los congregacionalistas. Varios cismas han dividido a los presbiterianos americanos. En 1810 un pequeio grupo de Kentucky se retiré por el asunto de los pre- requisitos para la ordenacién ministerial, y organizé la Iglesia Presbi- teriana de Cumberland. El cisma duré cien afios, aunque en la reu- nién de 1906 una minoria se negé a regresar. La doctrina y las formas de organizacién produjeron separacién en 1838 entre los antiguos y nuevos grupos escolares, mientras que la esclavitud también causé un cisma que no ha sido remediado todavia. El presbiterianismo americano se ha caracterizado por su amplia Compennio pe 1a Historia CrisTIANA 347 obra de benevolencia. En la primera mitad del siglo XIX se organiza- ron sociedades misioneras domésticas y foréneas. Se han fun mu- chas escuelas y seminarios. Hasta el presente hay alrededor de diez cuerpos de presbiterianos americanos, el mas grande de los cuales es la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos de América, con 2,645,745 miembros en 8,282 iglesias, y la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos (presbiterianos del sur) con 810,917 miembros en 3,852 iglesias. Los primeros aiios del periodo moderno vieron el fin del cisma dentro de la Iglesia Reformada y la adopcién en 1792 de una consti- tucién. Dos afios después se organiz6 el Sinodo General. Esta denomi- nacién es similar a la de los presbiterianos en organizacién, porque tie- nen una fuente comin en Zwinglio y Calvino. La sesién que ellos la- man “consistorio” los presbiterianos la !laman junta directiva; al sino- do lo Haman “sinodo particular”, y a la Asamblea General la Haman “sinodo general”. En la actualidad tienen 804 iglesias con 205,323 ros. En 1934 la Iglesia Reformada de los Estados Unidos (Alemana Reformada) se unié con el Sinodo Evangélico de Norteamérica como Iglesia Evangélica y Reformada. Al presente el niimero de este cuer- po incluye 774,277 constituyentes en 2,732 iglesias. Luteranismo.— Los luteranos fueron leales a las colonias y partici- activamente en la Revolucién Americana. Aunque hab{a apenas iocho ministros de esta denominacién en América al fin de la Re- volucién, las siguientes décadas trajeron un rapido crecimiento, princi- palmente por inmigracién. Tanto el crecimiento mismo como el tipo crecimiento produjeron problemas de lenguaje, de organizacién y de doctrina. La fuerza del Tateranismo continental estaba en Alema- nia y en las dreas escandinavas. El sistema de organizacién semicon- gregacional hacia dificil conseguir uniformidad. La inmigracién del Continente trasplanté a América muchos de los problemas divisivos que se encont en Europa. En el siglo XIX surgieron controver- sias sobre puntos de vista confesionales y liberales, y también sobre diferencias de lenguaje, de distinciones raciales, y de formas de or- En general, el luteranismo americano ha hecho hincapié en la au- toridad de cada congregacién, aunque se ha cedido alguna autonomia Comrennio ve LA Historua Cristiana 349 zacién en América, principalmente la sagacidad de Juan Carroll, de Maryland, que s¢ convicts en el’primer po americano en 1790 yenel arzobispo en 1808. Por una breve temporada esta iglesia se vio Rr gada por un movimiento llamado “sindiquismo”, que en efec- to era la aplicacién de autoridad congregacional. El lenguaje y los asuntos raciales también trasplantaron la tensién del Viejo Mundo. Durante el siglo XIX el catolicismo fue agobiado por acusacién de an- tiamericanismo. En el presente siglo ha estado comparativamente libre de tales problemas. Dos organizaciones distintivas se han desarrollado en suelo ame- ricano. Elizabeth Ann Seton (1774-1821) inicié el sistema de escuelas juiales ib glade Ron Unidos, que ha sido una institucién sobresa- te para la I, Romana. La segunda organizacién influyente fun- dada por catdlicos americanos fue la sociedad fraternal para hombres catélicos conocida como los Caballeros de Colén, iniciada en 1882. Esta se ha convertido en un propagador agresivo y militante de la fe catélica. La organizacién de la Iglesia Catélica Romana en América esté directamente subordinada a Roma por un delegado apostdlico en Washington, D. C., y también por los oficios de varios cardenales y la forma re de organizacién de parroquias, didcesis, y m4s de una docena de arzobispados. Bautistas.— Los bautistas americanos fueron enérgicos patriotas durante la Revolucién Americana, y muchos de sus ministros sirvie- ron como capellanes en el ejército. Esta denominacién se puso a la ca- beza en los movimientos de Virginia y Nueva Inglaterra que rompie- ron los hierros de la unién entre la iglesia y el estado, y desarrollaron un servicio similar conseguir las garantias constitucionales de li- bertad religiosa en la nueva nacién. La organizacién y la doctrina bautistas fueron peculiarmente adecuadas para la extensa “frontera” americana (en la historia americana la frontera se refiere no a los limites del pais, sino a las re- giones agrestes que estaban en proceso de ser conquistadas a la natu- raleza), y una gran parte de la historia bautista tiene que ver con los intrépidos hombres que fueron colonos ("pioneros”) con sus compa- triotas durante ese tiempo, y que les predicaban en la noche y los fines de semana. E] gran avivamiento a lo largo de la “frontera” en los pri- (CoMPENDIO DE LA Historia CRISTIANA 351 de beneficencia. Su aumento en nimero y organizacién ha estado acompafiado por una creciente sensibilidad a todas las necesidades de sus miembros y del mundo. Los cuerpos mds grandes en la vida bau- tista americana son las dos organizaciones de los Bautistas Negros, la Convencién Bautista Americana (bautistas del norte) y la Conven- cién Bautista del Sur. La Alianza Mundial Bautista fue organizada en 1905. Las cifras suministradas por la Alianza Mundial Bautista en enero de 1973, dan 29,013,168 bautistas en Norte América. Muchos bautistas del norte han estado activos en el movimiento ecumenista. Metodismo.— La estrecha relacién del metodismo con la vida in- glesa, particularmente durante la vida de Juan Wesley (que murié en 1791), y el hecho de que muchos ministros metodistas de las colonias fueran a Inglaterra durante la Revolucién Americana, hizo que la tarea de los metodistas americanos fuera muy diffcil en los prime- Tos afios de este periodo. Varios factores alteraron pronto este cuadro, sin embargo. La organizacién de la Iglesia Metodista E en América en 1784 produjo una nueva nnidad, El gran Saullo de esos primeros afios fue Francisco Asbury (1745-1816), que introdujo el oficio de obispo al metodismo. Por su ejemplo como incansable minis- tro itinerante y sus firmes demandas de que sus predicadores siguie- ran esta norma, Asbury tuvo una gran intervencién en el crecimiento fenomenal del metodismo americano. El sencillo tipo de organizacién y el canto, y la experiencia de salvacién que se tba, estaban he- chos para la extensa “frontera” americana. El vasto avivamiento en el ceste en los primeros afios del siglo XIX trajo al metodismo una gran Ha habido varios cismas. Porque era una iglesia del pueblo, el metodismo fue de las primeras en sentir el impacto de la controversia esclavitud — abolicionismo en la cuarta década del siglo XIX, y el cisma sobrevino en 1844-45. Otras importantes eSciciones en la uni- dad organizacional vinieron por el desacuerdo en el gobierno de la iglesia y la doctrina de la santidad. E] nuevo racionalismo prevalente en la segunda mitad del siglo XIX afecté al metodismo y produjo con- siderable controversia sobre el asunto del modernismo. EI cisma por la esclavitud terminé en 1939 con la reunién de las divisiones del norte y del sur. E] metodismo americano ahora con 9,299,046 constituyentes en 39,854 iglesias, la mayoria de las cua- 352 CoMPENDIO DE LA Historia CRISTIANA les son miembros del nuevo cu unido. Esta denominacién siempre ha sido activa en las misiones, en la educacién y en otras beneficencias, y ha tenido parte sobresaliente en el movimiento ecumenista. El Cristianismo Canadiense y Latinoamericano Canadé.— En los primeros afios de este periodo el cristianismo ca- nadiense era principalmente catélico romano del tipo francés. Ense- guida de la Guerra de los Siete Aiios (1756-63) Canada fue cedido a la Gran Bretafia por Francia, acompafiado de un inusitado estableci- miento religioso. Por el Acta de Quebec de 1774 se garantizaba a la religion catélica romana el libre ejercicio, y el Acta Constitucional de 1791 practicamente daba al catolicismo el control de lo que Ilegé a ser el Bajo Canad4. Como resultado, el catolicismo romano esta en posi- cién dominante en la vida religiosa de Canada. La considerable inmigracién protestante de los Estados Unidos e Inglaterra a Canad, durante y después de la Guerra de Revolucién, dio a la Iglesia de Inglaterra un punto de apoyo en Canada. Después de un periodo de prueba y error con respecto al mantenimiento esta- tal y a la organizacién eclesidstica, la Iglesia de Inglaterra en Canada fue organizada en 1861, aunque no estaba mantenida ni gobernada por el gobierno. En 1893 se formé un sinodo general para gobernar la Iglesia de Inglaterra en Canada. En el siglo XX esta denominacién no ha mantenido numérica- mente el paso con otros grupos, y parte de la raz6n es la menguante in- migracién de Inglaterra. Aunque favorece la unién de una unién ecle- sidstica interdenominacional con el estado en Canadé, la Iglesia de Inglaterra se negé a ingresar a la Iglesia Unida de Canada cuando ese cuerpo fue organizado en 1925 por metodistas, presbiterianos, y congregacionalistas, porque los otros partidos se negaron a continuar el episcopado histérico. Aunque fue uno de los primeros grupos en empezar trabajo en Canada, el congregacionalismo nunca se convirtié realmente en una parte prominente del cristianismo canadiense. Los bautistas y los presbiterianos se beneficiaron con las escisiones de esta denomina- cién. A pesar de la valiente obra de una sociedad misionera doméstica unida organizada por congregacionalistas, bautistas, y presbiterianos en 1827, y a la obra de la Sociedad Misionera Colonial formada en In- Comrenpio DE LA Historia CRISTIANA 353 glaterra en 1836, el congregacionalismo canadiense contaba apenas con 12,586 miembros cuando la Iglesia Unida de Canada los absorbié en 1925. La vida presbiteriana canadiense de antes de 1875 era increfble- mente compleja, pues representaba una amalgama de pensamiento calvinista de varios grupos doctrinales y raciales. Peleas y problemas extranjeros fueron Ilevados alli de todas partes del mundo. La forma- cién de la Iglesia Presbiteriana de Canad4 en 1875, que representa una fusién de varios cuerpos, produjo creciente vitalidad en toda cla- se de beneficencia y educacién. En 1925 esta denominacién informé de mds de 400,000 constituyentes al tiempo que la mayorfa ingresé a la Iglesia Unida de Canada. Sin embargo, alrededor de 180,000 de ellos rehusaron participar en la unién, y continuaron como la Iglesia Presbiteriana de Canad4. También los metodistas tuvieron una casi infinita variedad de or- ganizacién y pensamiento antes de 1884. A pesar de reunir todas las tensiones doctrinales, politicas y de organizacién del metodismo ame- ticano e inglés, y de contribuir con algunos problemas distintivamen- te propios, los metodistas canadienses hicieron sorprendentes progre- sos a pesar de la diversidad. Cuando en 1884 se formé la Iglesia Meto- dista de Canada, su feligresia ascendia a mds de 157,000. Esta deno- minacién tomé la iniciativa de trabajar por la unién eclesidstica, y en 1925 cuando se convirtié en parte de la Iglesia Unida de Canada, su feligresia ascendia a mds de 415,000. No mucho después de la promulgacién del Cuadrilatero Lambeth (1888) se desperté el interés en Canada por la posibilidad de la unién eclesidstica. Los ros esfuerzos no fueron alentadores, porque sélo la Tglesia de Inglaterra deseaba perpetuar el episcopado histérico. Al fin del siglo, sin embargo, los metodistas, congregacionalistas, y presbi- terianos, pusieron los cimientos para Ja unién. Los bautistas declina- ron una invitacién para ser parte del movimiento. La organizacién fi- nal adopté elementos de los tres tipos denominacionales, y en 1925 se completé la unién, sumando 609,729 constituyentes de las tres deno- minaciones fundidas. El crecimiento desde 1925 ha sido lento. La Iglesia Catélica Romana ha hecho los avances mas grandes de los grupos canadienses del periodo moderno. Después de ser alrededor del 40 por ciento de la poblacién en 1911 y mds o menos lo mismo en 354 ComPenpio DE LA Historia Cristiana 1931, la Iglesia Romana supers el indice de poblacién la siguiente dé- da y subié a cerca del 44 por ciento de la poblacién en 1941, y dado el alto indice de nacimiento entre los predominantes miembros france- ses y rurales, el promedio indudablemente se ha elevado ain més en la Ultima década. Ademis de los principales grupos de Canadé, las denominacio- nes pequefias incluyen a los bautistas, luteranos, catélicos griegos, me- nonitas, y otros. Latinoamérica. Al principio del periodo en 1789, el cristianis- mo de Latinoamérica, que incluia principalmente a México, Centro- américa, } América del Sur, era casi foros eden catélico romano, aunque el do tenfa menos control que los poderes de Ew jue reclamaban las diferentes areas. El cundro se ha cambiado radical. mente en el ultimo siglo. Ha sido un siglo de t revolucién y Sanbio E ler politico francés, espafiol, y portugués sido i » ¥ Frenches todos los estados Tatingamericanos se han hecho repiblicas independientes. Junto con la revolucién politica ha venido la agita- cién religiosa. Dado que la Iglesia Catélica Romana estaba tan intima- mente relacionada con los poderes : politicos, sufrié considerablemen- te con algunos movimientos anticlericales y patridticos. En la mitad del siglo XIX, los evangélicos (principal- mente los de los Estados Unidos) empezaron un activo programa mi- sionero, Prcticamente todas las denominaciones americanas han to- mado en esta tarea misionera, que ha hecho grandes logros en una poblacion nominalmente catélica romana. Sin embargo, el catoli- cismo romano todavia hace de la libertad religiosa un ideal, en vez de una realidad. Compendio Final El cristianismo en los Estados Unidos fue separado de la autori- dad secular por la constitucién. Después de 1833 fueron abolidas todas las uniones de i con estados. El avivamiento de los afios del siglo XIX, conocido como el Segundo Gran Avivamiento, for- talecié lemente el movimiento cristiano de la joven nacién. Esta- blecié la dinémica para el amplio desarrollo de la obra de benefi- cencia, R4pidamente surgieron sociedades para misiones, para publi- caciones, y para distribucién de la Biblia. ComPeNnio DE LA Historia CRISTIANA 357 Debe recordarse que la invasion mahometana del siglo VII abrumé a Alejandria, Jerusalén y Antioquia, acabando con ellos como tivales episcopales del obispo de Roma. Constantinopla, por otra par- fe, Soporté los asaltos de los mahometanos y en algunas maneras fue ido como rival de Roma. Este cisma entre Roma en el occidente y Constantinopla en el oriente, surgié por diferencias ceremoniales, so- ciales, raciales, politicas y eclesidsticas, estimuladas por la candente ambicién del astuto patriarca de Constantinopla. El emperador de Constantinopla enfrentaba mientras tanto una nueva crisis. Una guerra civil de terribles proporciones habia estado agotando la fuerza del mundo oriental por veinticinco afios. Los tur- cos Seljuk, un nuevo segmento revolucionario de los mahometanos, es- taban amenazando invadir Europa desde Asia. Su barbaro tratamien- to a los peregrinos occidentales que deseaban visitar las reliquias de Jerusalén, junto con los desarrollos politicos y eclesidsticos del occi- dente, preparé el camino para las Cruzadas, que, junto con la domina- cin de Rusia y el oriente de Europa por Genghis Khan (1162-1227) y sus sucesores, impidié por tres siglos mayor avance al occidente de los turcos. Se hicieron esfuerzos por volver a unir a Roma y Constantino- pla en asuntos religiosos en la esperanza de que el Occidente echaria a los turcos del sitio de Constantinopla. Dos veces se proclamé la unién del catolicismo griego y el romano, una vez en 1274 y otra en 1439, pero en cada caso el Oriente repudié enseguida a sus represen- tantes, prefiriendo, aparentemente, a los crueles turcos en vez de la comunién romana. En 1453 Constantinopla cayé ante los musulmanes. El patriarca (arzobispo ) de Constantinopla se convirtié en rehén del sultan turco y ha continuado siéndolo hasta el presente. El cristianismo oriental, va- gamente confederado en la Iglesia Ortodoxa Griega, consiste de mu- chas iglesias raciales o nacionales independicntes en Europa oriental, Asia y Africa, incluyendo patriarcas en Constantinopla (el primero en- tre iguales), Alejandria, Antioquia, Jerusalén, y Chipre, y la abadia de Sinai, junto con la iglesia rusa. Mientras tanto, los musulmanes avanzaron por los Balcanes en el siglo XV, pero fueron derrotados inmediatamente antes de llegar a la Europa Central. Gradualmente fueron empujados hacia atrés a lo que antiguamente era llamada Asia Menor. Después de sacudirse el yugo 358 ComPenpio bE LA Historia CrisTiANA de los turcos, los diversos estados de los Balcanes por lo general adop- taron iglesias oficiales afiliadas al movimiento Ortodoxo Griego. Los musulmanes han sido dificiles de alcanzar con el evangelio cristiano. Ya para el siglo XIV Raimundo Lulio se convirtié en misione- ro martir entre ellos. Algunos individuos trabajaron entre ellos en los siglos XVI y XVII, pero la obra organizada no comenzé hasta a prin- cipios del siglo XIX. El gran nucleo de cultura mahometana en el Cercano Oriente hace la tarea misionera mds formidable en la actualidad. Irak e Iran (Per- sia), y también Arabia (la cuna del mahometismo), dificilmente han sido tocados por las misiones cristianas por causa de la fuerte resisten- cia musulmana. Se han hecho enérgicos esfuerzos en Turquia, espe- cialmente por misioneros americanos, pese a las muchas restricciones gubernamentales. La Iglesia de Inglaterra ha encabezado el campo egipcio, dirigiendo sus esfuerzos principalmente a reactivar el Cristia- nismo Ortodoxo Griego en las areas donde trabajan. Se han implanta- do algunas escuelas significativas e importantes en el Cercano Oriente. La mayoria de la gente en el norte de Africa, que una vez tuvo un cristianismo préspero, ahora es fandtica musulmana. Lo mismo es cierto hacia el sur de Africa. Desde Alejandra hasta Ciudad del Cabo, la amenazadora sombra del Islam pende sobre el pais. Las abrumado- ras infiltraciones islamitas por el norte y el oriente todavia contintan. El mahometismo tiene ahora diez veces mas adherentes en Africa que todas las misiones protestantes combinadas. El campo ha sido traba. jado activamente tanto por misioneros catélicos romanos como por protestantes, habiendo empezado los primeros en el siglo XV, princi- palmente desde Portugal, y los ultimos desde América e Inglaterra en el siglo XIX, inspir irados por el movimiento de emancipacién de los ne- gros. Africa esté destinada a ser un campo de batalla entre el maho- metismo, el cristianismo y el secularismo, en este su dia de despertar y nueva conciencia. La situacién se ha agravado con los eventos politi- cos que produjeron la existencia de la nacién de Israel. Esto ha unido més al mundo musulman, y el resentimiento hacia los extranjeros, incluso los misioneros, ha estado creciendo. Rusia El extenso territorio del gigante ruso se derrama sobre partes de ComPennio DE La Historia CRISTIANA 361 télicos romanos ascendfan a alrededor de cuatrocientos mil y los pro- testantes a alrededor de cincuenta mil. Birmania fue penetrada por misioneros cristianos de la misién bautista de Guillermo Carey en Serampore, en 1807, pero la primera obra permanente se atribuye a Adoniram Judson, misionero bautista americano, que lleg6é en 1813, Otras denominaciones, principalmente los anglicanos y metodistas, también han abierto misiones aqui. Se es- tima que hay cerca de 175,000 cristianos en Birmania. Los misioneros cristianos también estan trabajando en Tailandia; Indochina, donde los catélicos romanos franceses agotaron por an- ticipado el campo y reclaman un millén y medio de adherentes; en Maley , donde la mitad de la poblacién de mis de seis millones es mu- sulmdn; en Indonesia, donde mas de dos millones de adherentes en una poblacién de ms de 65,000,000 dicen ser cristianos, principalmen- te protestantes, aunque el movimiento musulmén ofrece fuerte oposi- cién; en Borneo; y en las Islas Filipinas, donde los misioneros america- nos decian tener una adhesién de cerca de 330,000 antes de la Segun- da Guerra Mundial. Los misioneros catélicos romanos fueron los primeros en entrar al Japén a mediados del siglo XVI. Por cincuenta afios ellos trabajaron con inusitado éxito, pero la severa persecucién gubernamental los _in- terrumpié. Aunque Et Comodoro Perry abrié el Japén al mundo exte- rior en 1853, la actividad misionera se retras6 hasta 1873, después de lo cual decenas de cuerpos denominacionales empezaron la obra en el Japén. El naciente espiritu nacionalista del Japén después de 1900, cre6 problemas a los misioneros cristianos, como lo hizo la industriali- zacién de la nacién, que proveyé las circunstancias de Toyohiko Kaga- wa, Antes de la Segunda Guerra Mundial habia menos de cuatrocien- tos mil cristianos en Japén, en una poblacién de ochenta y cinco mi- llones. Después de la guerra parecia que muchas oportunidades para los cristianos estaban llamando desde la isla, pero muchas de estas puertas se estén cerrando ahora. Los holandeses empezaron la obra misionera en Formosa en la Primera mitad del siglo XVII, pero con el derrcamiento del gobleme landés la obra se detuvo. Los misioneros catélicos romanos empeza- ron su obra dos siglos después, como lo hicieron los protestantes. El 362 CoMPENDIO DE LA Historia CRISTIANA numero de misioneros ha aumentado desde el cierre de China y la militarizacién de esta isla. EI cristianismo coreano, después de un perfodo de inusitadamen- te rapido crecimiento antes de 1910, sintié el agostador efecto de la dominacién japonesa. Antes de la Segunda Guerra Mundial se infor- mé6 que los comunicantes protestantes ascendian a poco menos de 150,000. Oceania Las diversas islas del sur del Océano Pacifico conocidas como Oceania, también han sido objeto de las misiones cristianas. Los adherentes antes de la Segunda Guerra Mundial ascendian casi a me- dio millén. Algunas Observaciones Finales El movimiento cristiano enfrenta hoy problemas y decisiones de primordial importancia. Algunos de ellos se discutiran brevemente para completar la historia. Sobrenaturalismo entre Racionalismo.— Por mds de mil aiios los filésofos cristianos han luchado con el problema del sobrenaturalismo. ¢Trasciende a los leres racionales del hombre? :Es complementa- rio del proceso del pensamiento légico, o hay un antagonismo basico entre los dos? ¢Es posible sostener tanto el racionalismo como el sobre- naturalismo? La filosofia y la teologia protestantes del Continente en los si- glos XVIII y XIX crecientemente atacaban la creencia en el sobrena- turalismo como innecesaria e insostenible. En el siglo XX se ha hecho un nuevo enfoque. Intenta conservar la idea de un Dios trascendente y reconoce al hombre como creatura dependiente. Sin embargo, el concepto radical de la persona de Cristo y la negacién de la realidad de una revelacién histérica divina que ha caracterizado al ala liberal de este movimiento, produce casi el mismo dilema que enfrenta la continuacién del racionalismo de tipo antiguo, a saber, gconoce este orden del mundo alguna intervencién histérica sobrenatural de Dios? Muchos liberales niegan enfaticamente que el mundo haya conocido o pueda conocer tal intervencién sobrenatural. ¢Cual es la conclusién légica de una negacién del sobrenaturalis- mo? Demanda una desviacién consciente de las Escrituras del Nuevo Compenpio DE LA Historia CRIsTIANA 363 Testamento y del movimiento cristiano hist6rico. Refutar la resu- rrecci6n sobrenatural de Cristo de entre los muertos es refutar una doctrina basica del cristianismo (ver 1 Co. 15:13 sigs.). No puede haber cristianismo sin una resurreccién sobrenatural. Cuando se llega a este punto: la reduccié6n del cristianismo a un relato no so- brenatural de las ensefianzas éticas de un hombre que tenfa desva- rfos acerca de sus propias relaciones con Dios y engafiaba a otros en este punto, lo Gnico que parece justo es negar que tal sistema teol6- gico deba ser llamado cristianismo. Muchos calificaran tales con- clusiones de cAndidas, pero eso no va a arreglar el problema. Indu- dablemente este siglo sera testigo de un osado esfuerzo por separar a Cristo del movimiento cristiano. La direcci6n general de la teolo- gia liberal contemporanea parece ser la confrontaci6n existencial por una deidad misteriosa y despersonalizada, que est4 impedida, ya sea por una soberanfa limitada o por un amor limitado, de ayu- dar a la gente necesitada en el orden temporal de este mundo. Misiones entre Nacionalismo.— El vasto programa misionero de los ultimos dos siglos ha estado entre los movimientos heroicos de la historia humana. Hay una seria duda, sin embargo, acerca de si la peur que se ha estado siguiendo en estos dos siglos podra continuar. desarrollo de un fuerte espiritu nacionalista entre las nuevas nacio- nes del mundo constituye un desaffo al orden establecido de las mi- siones. En algunos casos las misiones ya son consideradas como un es- fuerzo por suplantar la cultura nativa con una extranjera, y hay re- sentimiento por eso. Pese a las vidas sacrificiales de misioneros ante- Tiores, algunos todavia sospechan que el movimiento misionero es un preludio de infiltracién politica y econémica. Ademis, el hecho de que América esti dando amplia ayuda a todas partes del mundo, indirec- tamente ha producido reaccién en contra de las misiones. Ahora se proporcionan los fondos americanos en muchos paises extranjeros para iversos servicios que antes se llevaban a cabo exclusivamente por medio de las misiones. Los gobiernos que anteriormente admitian mi- sioneros en su territorio para obtener las ventajas de esos servicios e instituciones, ahora se estén dando cuenta que ellos pueden propor- cionar sus propios servicios e instituciones sin permitir que los extran- INDICE stl cE pe i Vy I Bar Cochba, 24 Barrowe Enrique, 223 Barth Karl, 316 Bautismo, 120 Bautistas americanos, 17, 256, 298, 349 Bautistas ingleses, 223, 279, 328 Benito de Nursia, 84 Benedicto XV, 313 Bernardo de Claraval, 132 Beza Teodoro, 270 Biandrata Jorge, 212 Blaurock Jorge, 206 Boehm Martin, 339 Begomilas, 168 Bohemia, 153, 173 Bonaparte Napoleén, 304 Bonifacio misionero, 85 Bonifacio VIII, 142 Bradford Guillermo, 223 Brainerd David, 318 Bretafia, 15 Brewster Guillermo, 223 Brotil Hans, 206 Browne Roberto, 222 Burdelin Juan, 210 Bunting Jabez, 328 Bunyan Juan, 225 Bure Idelette, 200 Butler José, 281 Camerén Ricardo, 278 Campano Juan, 211 Carlos I, 273, 275 Carlos V, 175, 188, 217 Carlos VIII, 176 Carroll Juan, 349 Castello Sebastiin, 212 Catalina de Aragén, 216, 217 Citaros, 167, 170 Columba, 85 Columbano, 85 Colonizacién espafiola, 252 Compendio de errores, 307, 308 Cumberland, iglesia presbiteriana de, 346 Concilidbulo, la ley de, 274 Coneilio de Basel, 162, 163 Concilio de Constanza, el, 159, 160 Concilio de Pavia y Siena, 161 Concilio de Pisa, 144, 159 Concilio de Trento, 238, 239 Constante, 64 Constantino, 27, 28, 57, 61, 62, 66 Constantino II, 64 2i5 Etaples, Jaques Lefevre, 151. 198, 201 Eticas del cristiano, 20 Federico, el elector, 185, 187 Felipe, 5 Felipe de Hesse, 190, 197 Fernando e Isabel, 175, 176, 230 Francesa Revolucién, 303 Francia colonizacin, 252 Francisco I, 178 Franciscanos, 132, 133 Franoos, 81, 86, 109 Frelinghuysen Teodoro, 288 Froment Antonio, 198 Guerra de los Treinta Afios, 243 Guerra Francesa ¢ India, 243 sgts. Guerra del Rey Jorge, 286 Guillermo y Maria, 275 Hamilton Patricio, 203 Harms Klaus, 310 Harris Howel, 282 Harris Samuel, coronel, 298 Harris Roberto, 222 Harvey Jaime, 283 Hegel, 302, 310 Heck Barbara, 287 Helwys Tomés, 223, 224 Herbert de Cherbury, 281 Hermanos Unidos de Bohemia, 167 Herodes Antipas, 5 Herodes el Grande, 5 Herodianos, los, 11 Hetzer Ludwig, 210 Hermanos Boheimios, los, 174 Hermanos de la Vida Comin, 156, 167 Hermanos Unidos en Cristo, 339 Hermanos alemanes del Rio, 288 Hoffmann Melchor, 209 Holandés Reformado, grupo, 294 Tconoclasta, controversia, 91 Iglesia, 45 Iglesia Alemana Reformada, 294 Iglesia Catélica Romana en Canada, 353 Iglesia Catélica Romana én Inglaterra, 277, 325 Iglesia Catélica Romana en Europa, 28, 262, 266, 304, 305, 306, 309 Iglesia de Roma, 70 Iglesia del Estado, 332 Iglesia de Jesucristo de los Ultimos Dias (mormones), 338 Iglesia Evangélica Reformada, 347 Iglesia de Inglaterra en América, 253, 290, 291 Iglesia Inglesa en Canada, 352 Iglesia Metodista Unida, 328 Inocente III, 123, 124, 169, 170 — 368 — ACERCA DE LA OBRA Y SU AUTOR {Qué es el cristianismo? Una de las maneras de responder a esta pregunta es a través de una vista panordmica de las personas, las organizaciones y los acontecimientos relacionados con el cristianismo a través de sus dos mil afios de historia. ;Una tarea imposible? No, sinos valemos de este libro que combina amplitud con brevedad, para presentarnos la riqueza hist6rica de nuestra fe en un Compendio de la Historia Cristiana. Los datos de esta historia se presentan a través de seis divisiones principales. Cada una de estas divisiones comienza con un resumen anticipado. El estilo interesante del autor atraerd tanto a estudiantes novatos en la historia eclesidstica como también alos experimentados en esta materia. El autor, profesor R. A. Baker, cursé sus estudios con notables historiadores del cristianismo como W. W. Barnes y Kenneth Scott Latourette, y por més de tres décadas ha sido profesor en el Seminario Bautista del Sudoeste de Fort Worth, Texas.

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