Grupos sociales

Bukaneros

Introducción

En este trabajo se analizarán las propiedades grupales que brinda la psicología social
siendo aplicadas a uno de los grupos de animación más peculiares del fútbol.
Es bien sabido que la existencia de los grupos de animación de múltiples equipos
deportivos tiene un origen político e intereses propios del club, pero hay casos donde los
resultados dados por la formación de ciertas hinchadas nos hacen dudar si fueron creadas
por los líderes en turno o si es que han perdido el control sobre los miembros.
El caso que analizaremos se ubica al sureste de Madrid en España, en un distrito que
antiguamente fue un municipio español habitado principalmente por inmigrantes franceses y
árabes. Vallecas, llamado en la actualidad cariñosamente y con orgullo por sus habitantes
barrio de Vallecas, que en el argot español se comprende la referencia a cualquier parte
dentro del distrito Puente de Vallecas.
Un sitio especial para la política española, el Puente de Vallecas es el único distrito de
Madrid en el que nunca ha ganado el PP. Y que como dice Quique Peinado en su libro “¡A
las armas! (Hooligans ilustrados)”: “La señora Cristina Cifuentes se habrá soñado alguna
noche ilegalizando al Rayo Vallecano y clausurando al estadio de fútbol”.
Entre drogas, violencia e intereses políticos nacieron los Bukaneros, el grupo de animación
principal del Rayo Vallecano.

En sus orígenes y formación de identidad actual.

Grupo: Conjunto de dos o más personas que comparten un objetivo en común, etc.

Para comprender las referencias expuestas es necesario tener en mente el concepto de

grupo; si hay grupos que respaldan la teoría de que muchos de los grupos se forman a
partir de una identificación y similitud entre sus integrantes estos son los que encontramos
en los estadios o recintos deportivos animando a clubes deportivos siendo partícipes en
muchos casos inconscientemente de un acto de significación de los significantes de las
personas.

No son el primer grupo de animación del Rayo ni en sus inicios fueron uno des más
numerosos, pero la identidad y aceptación que generaron con muchas de las peñas rayistas
de la época los posicionó como una conocida, numerosa y ruidosa barra europea.

Los bukaneros aparecieron en 1992, mismo año en el que el Rayo Vallecano se convirtió en
una sociedad anónima deportiva (S.A.D.), y que según cuenta la historia narrada por los
mismos aficionados, un grupo de 7 jóvenes aficionados del equipo se organizaron para
formar un grupo de animación nuevo y que adoptara su nombre haciendo referencia a la
fiesta del barrio “Batalla Naval” que es una celebración que se da en Vallecas el día que se
realizan las fiestas populares de la virgen del Carmen, la santa patrona de Vallecas.

Su sitio en el estadio era junto a un pequeño grupo que se llamaba “Brigadas franjirrojas”,
que fuera el relevo de la barra anterior “Komando Vallecas” y que se decía tenía miembros
de derecha y centro, motivos por los que los que los bukaneros, que para la temporada 94-
95 tenían unos 15 miembros, decidieron cambiar su ubicación en el estadio y ponerse junto
a la “Peña Los Petas”, evitando así los problemas que acabarían por desaparecer a las
brigadas franjirrojas.

Para la temporada 95-96 el Rayo volvía a ser llamado el mategigantes luego de vencer al
Real Madrid 1-2 en el estadio Santiago Bernabéu frente a 500 vallecanos desplazados.

El momento de mayor atracción de aficionados llegó en las temporadas 95-96 y 96-97,

cuando se venció a dos de los equipos más ganadores de España (Real Madrid y Atlético
de Madrid). Se distribuyen artículos como bufandas, playeras y pañuelos con el escudo de
bukaneros.

Los comienzos del grupo se presume es de los pocos que se dieron con la finalidad de
apoyar; conociedo la identidad del barrio y recordando el dicho popular que dice que “todos
los jóvenes son de izquierda“ y la conocida idea de que un adolescente es sinónimo de
rebelde explica muy bien porque bukaneros tuvo gran impacto y aceptación.

Una imagen de rebeldía y ser distinto impulso el ímpetu con el que aquellos jóvenes se
desplazaban a ciudades lejanas con el único objetivo de defender y respaldar sus ideas.
Con orgullo los aficionados rechazaron usar la playera oficial del club para ponerse una que
los representaba mejor.
Los miembros se juntaban entre semana para convivir y planificar los desplazamientos que
harán, las juntas que hacían sus representantes con directivos del Rayo, y demás
situaciones sobre la administración del grupo. Estas actividades hicieron más unido al grupo
llevando el grado de convivencia a un siguiente paso donde los compañeros poco a poco se
hacían amigos.
Entre sus actividades se sospecha que los miembros consumían drogas y en pequeños
sectores del grupo eran parte de los actos de delincuencia del barrio. Sean ciertos o no
estas suposiciones, a los ojos de la psicología social e ignorando el análisis de lo que podía
motivar esas acciones, no es más que un caso en el que se satisfacen las necesidades y
gustos de los miembros.
Entre el aumento de miembros de ese grupo y la creciente producción de sus playeras,
pañuelos, bufandas, gorras y demás productos nuevos se fueron convirtiendo el público
principal a satisfacer por parte de los directivos del club.

Si la barra convocara a un castigo al club podrían provocr grandes problemas financieros y

para la situación financiera del club no se pueden dar esos lujos.