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El futuro de la palabra escrita ante el avance del siglo XXI
Diciembre, 2017
Ante el auge de las nuevas tecnologías de la comunicación e información ha surgido
una inquietud creciente sobre el destino que tendrá la palabra escrita, vistas las
modificaciones a las que esta es sometida desde el punto de vista ortográfico y
gramatical en nuevos medios caracterizados por la escasa, cuando no nula,
intermediación entre quien produce el mensaje escrito y quien lo recibe; esta
intermediación, inexistente en la mayoría de los casos que se tratarán, no solo
comprende la participación humana (por ejemplo, de editores, correctores o
mensajeros) sino que se extiende a aspectos de otro índole como la alteración de la
dinámica tiempo-espacio ya que las tecnologías a las que se hace referencia
permiten una inmediatez en el hecho comunicativo que resulta inédita en la historia
de la humanidad.
Así pues es menester descentralizar el estudio del lenguaje escrito como asunto
aislado especialmente si aludimos al crecimiento tecnológico como un espacio que
se basa en la posibilidad de combinar e interaccionar plataformas que conducen a
una multimodalidad en la que diferentes canales o medios de comunicación son
igualmente accesibles (valdría la pena revisar, por ejemplo, en qué casos se
prefieren cuáles canales; por ejemplo, notas de voz, fotos, videos donde aparece o
no el emisor, chat escrito), de manera que podamos proyectar a la palabra escrita
en un futuro en el que se relaciona consistentemente con otros medios (imagen
estática y dinámica, real y ficcional, sonido, color, valores tipográficos).
Otro asunto que habría que tomar en cuenta tiene que ver con la consideración del
ámbito al cual se circunscribe la palabra escrita. Esto nos pone en la necesidad de
adentrarnos en los aspectos que tocan a los géneros discursivos ya que los géneros
confieren unas normas y cualidades específicas a los textos que no son
generalizables ni transferibles de unos a otros. Por tanto será una prioridad estudiar
las normas de las interacciones escritas o multimodales en géneros y ámbitos
particulares (ejm. Mensaje de texto, correo electrónico, tuit, post de Facebook,
comentario de Youtube, mensaje de Whatsapp, captura de Instagram) que
difícilmente serán extrapolables entre un canal y otro. De modo que al establecerse
las normas de cada espacio/género (probablemente tan cambiantes o maleables
como lo sean las plataformas en las cuales se actúa) se podrá argumentar sobre el
nivel de competencia lingüística/ortográfica del usuario en la actividad mediada por
tecnologías o plataformas específicas.
Un siguiente tema a notar tiene que ver con el alcance ético, político y
práctico-social de las consideraciones que se hacen respecto al uso del lenguaje ya
que a menudo parece que las críticas y advertencias de autores como los
estudiados vinieran de una concepción de la Ortografía como proyecto moral
universal que dota de una dignidad especial a los sujetos que la detentan con
corrección mientras que marginaliza a quienes no se ubican en el espectro de los
bienescribientes. Es como si la expansión tecnológica amenazara el status quo de
aquello que se suponía distinguía a unos de otros (tal como sucedió con el libro tras
la expansión de la imprenta de tipos móviles) Es una revisión que pasa por el
análisis crítico de los hitos históricos con relación a los cambios de soporte de lo
escrito y sus efectos en la valoración social del lenguaje.
Tal parece, como se puede entrever en los trabajos de Peronard (2006), que los
cambios en la tecnología que traen modificaciones a los soportes de lo escrito,
siempre han generado preocupaciones sobre las variaciones del acto de la
escritura, en su forma, proceso y en su contenido. Así, se pensó que la aparición de
la imprenta, que condenaba el trabajo de copistas y calígrafos, traería consigo el
apocalipsis del hecho escrito e incluso del registro del conocimiento. Cabe ahora
considerar cómo las tecnologías de la comunicación e información en sus más
recientes cambios en cuanto a la inmediatez y la capacidad de interacción
usuario(s)-usuario(s) pueden abrir el campo de lo escrito hacia lugares
extraordinariamente innovadores en cuanto, por ejemplo, a integración multimodal,
contenido y/o valores estéticos y también expandir el ámbito de lo gramatical y lo
ortográfico (considerando al menos los órdenes orales, gestuales y corporales) para
acoger e integrar nuevas normas que potencien las relaciones basadas en el
lenguaje al permitir un universo lingüístico de mayor complejidad y riqueza que no
necesariamente excluya la noción de una correcta organización de la lengua.
Referencias
Cadenas, R. (1989). En torno al lenguaje. Universidad Central de Venezuela:
Caracas.