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Beltranena-—¿Qué extraña casa es ésta? Nadie se ve por toda ella... Entraré. (Entra
por la puerta) El lance del ladrón es del todo digno de mí: se ha llevado chasco... De
buena gana me reiría si no tuviese este brazo pasado... (Mirase el brazo
descubriéndose el vestido manchado de sangre y lodo) … ¿Pero es un ladrón como me
parece?, ¿cómo pudo saber mi nombre?, ¿cómo pudo saber que llegaba y que llegaba
hoy precisamente? —Comprendí que iba a matarme, entonces me desplomo
intencionalmente y finjo un estertor diciéndole: "Déjame el último aliento para elevar
mi oración"... Allí me tenéis, esperando que el negro llegue a aligerarme de todo... Pero
él se contentó con robarme mis papeles. En fin... Echado en el camino, resuelvo buscar
un albergue para evitar un nuevo encuentro. Me quedaré aquí esta noche... ¡Maldito
esclavo!... Ya es tiempo de que hable con el dueño de la hacienda... Vamos... (Da
algunos pasos hacia la puerta por donde entró Celis y se detiene asustado). ¡Diablo!...
¡Mala estrella! Parece que he venido a caer en manos de los conspiradores...
(Retrocede). ¿Si irán a salir por esas puertas?... Volvamos por esa puerta y a ganar
monte. (Va a salir cuando oye ruido de pasos y voces que llega). Me cierran la salida...
(se abre la puerta del fondo; Beltranena vuelve la cabeza como para ocultar el rostro:
entonces ve a sus pies la careta que arrojó al irse Júpiter). Una careta... A tiempo...
(Mientras él se inclina un grupo de conjurados que traen en la faz caretas negras y
cubiertos con largas capas negras. Beltranena se pone la careta y se vuelve a ellos
embozándose).
Escena 5.
Los conjurados - ¡Libertad o muerte! (Pasan y entran por la derecha, donde escribe
Celis).
Escena 6.
Beltranena; Conjurados.
Conjurados—¡Libertad o muerte!
Beltranena—¡Libertad o muerte!
Escena 8
Beltranena—¡Soberbio! Ahora tengo franca la salida... (Espía a la derecha). ¿A quién
de éstos le hablara para descubrir algo?... Tente, amigo... Alguna señal deben tener
para conocerse unos a otros y puedo hacer un disparate... (Sale Celis por la derecha)
Escena 9.
Celis— ¡independencia!
Conjurado— ¡Y patria!
Escena 10.
Celis, Beltranena.
Beltranena—Pero es lo malo que, según los informes que tomo por interés propio, él
está informado más de lo que le conviene a la conjuración.
Celis— ¿Qué decís? ¡Cómo! Vos también sois de los que piensan que todo se ha
descubierto.
Celis—¿Un espía? ¿Vos también creéis que hay quién nos espía y nos burla?
Escena 12.
Beltranena— Aquellos tres parecían los jefes... Hay uno que habla, el mismo que...
¡Ola!, se trata de un programa de gobierno... (Rumores). Vuelve la República... ¡Eso,
malvados!... Una constitución... ¡El pueblo soberano!... ¡Locos, están locos!... (Entra
Júpiter y se detiene en la puerta del fondo; Beltranena se vuelve al ruido y ve a
Júpiter).
Escena 13.
Beltranena; Júpiter, descubierto.
Escena 14.
Conjurados—¡Prendedle!
Júpiter—¡Poco a poco, señores! ¡No está bien que por no meditarlo vayáis a
deshaceros del más fiel de vuestros servidores!...
Júpiter— (Imperioso). Silencio. (Suaviza la voz). Mientras los sabios conciertan las
leyes, yo preparo la insurrección. A la hora que gustéis, San Salvador estará en
vuestras manos... Pero no sólo debemos contar con el asalto, sino que hay algo más que
hacer: mirad. (Pone sobre la mesa unos papeles). Leed esta carta dirigida a
Beltranena. Por ella veréis que, según dice él, el coronel Aycinena va a llegar aquí;
viene a mediar a nombre del ayuntamiento de Guatemala; pero en la fronteta vas a
esperarle quinientos hombres por si hubiera necesidad. Como sabéis, hoy debió llegar
Fermín de Beltranena, agente de la Capitanía. Ved allí sus papeles e informaos de sus
planes. (Se deja caer en una silla). (Varios conjurados toman los papeles y leen con
avidez). (Levantándose). Ahora, si lo premitís, voy a retirarme: otros quehaceres me
aguardan.
Escena 16.
Beltranena —¿Quién es este esclavo? Ha allí el enigma... Y ciertamente es un
enemigo temible... (Se descubre). Pero toda su obra va a desvanecerse como un sueño
al despuntar el nuevo día... Vamos. Estos señores me guiarán a San Salvador. (Vase
embozándose).
Escena 5
Júpiter—¡¡Como Fernando!!... ¡Oh estupor!... ¡¿Por qué no?... esas cosas divinas las
forja también el azar
Júpiter— (Que no he oído). ¡Y todo ese poder toda esa grandeza, toda esa gloria, a los
pies de Blanca!
¡Júpiter—Ahh! (Da un rugido de cólera y desemboza un puñal con rapidez) ¿Qué veo?
Es el… ¡Espantosa ilusión: es el muerto! ¡Satanás juega conmigo!
Beltranena: -Más que veo: ¡Es el esclavo! ¡Voto al chápiro! Me reconoce y esta
aterrado. No hay que perder tiempo ¡Jorge! ¡Soldados! (prenden a Júpiter)
Escena 6
Beltranena—Centinelas a las puertas. Los tiempos son malos doctor, desde cierto
lance del camino (que os la refiere al esclavo), he resultado andar en San Salvador bien
acompañado… llevadle. (Llevan a Júpiter)
Beltranena— Parece que estoy entre enemigos, bien se deja ver la fortuna se me
escapa vanos con tiento— Señores, no tenéis idea del huésped que alojabais: os podría
decir palabra por palabra todo lo que paso anoche en una hacienda llamada de los
Torres
Delgado—¡Traición!
Celis: -(Aparte) ¿Cómo lo sabe todo? ¡Ah! Y el miserable quiere a mi hija en pago de
mi vida!—Blanca, dale entender, hija mía, que le desprecias tanto como su padre
Beltranena: -El grande hombre de San Salvador, veo que haréis un prisionero
importante
Beltranena: -No os disputo el ingenio (Celis, bajo). Doctor, vuestra última palabra
Celis: -(En voz alta) ¡Ahhh! Es pues una verdad que la casa Beltranena está fallida.
Beltranena. -(Jorge) y por lo que hace a esta dama, Jorge, conducidla a palacio
Celis. Delgado—Miserable
(Jorge Beltranena sacan sus espadas. Los soldados calan bayoneta sobre delgado y
Celis)
Beltranena: -Ya sabéis la consigna, señor de Celis ¡la libertad o muerte! Escoged (A
Jorge). Estos señores quedan aquí: no les dejare acercar ni una mosca ¡vamos! (Vase
llevando presa a Blanca)
Celis: -¡Es horrible! ¡Padre! ¡Es horrible! ¡Es horrible! (Se desploma)
Blanca: ¡Mi padre! ¡Soltadme! (los soldados la retienen). ¡Mi padre! ¡Ah! (se desploma)
Escena 1.
Escena 2.
Jorge: -Ambos presos tienen centinela de vista: no han una palabra los cuatro días
Jorge:
-(Va a salir y vuelve). Creo que debo deciros que desde la prisión de doña blanca, una
criada llora a la puerta del palacio, pidiendo que se le permita ver a su ama. No le ha
hecho caso por supuesto
Beltranena: -Una criada. ¿No traerá algún encargo de los conjurados? (aparte) ¿pero
qué? ¿No toda la conspiración y sus planes?- ¡Bah!, esto a lo mas Será un rasgo de
felicidad domestica
Escena 3
Beltranena: -¡Que no puede el terror! ¡Oh! ¡Estoy contento! Cierto que es la bella
doña blanca y que no sería difícil amarla ¡Amarla! ¿Qué es el amor? (entra Blanca)
Escena 4
Blanca—De este sueño horrible, pues todo en torno mío va envolviendo en una bruma
de dolor
Jorge: -(Avanza) señor en la sala están varios señores que desean hablaros
Jorge: -Uno de ellos se llama Arce; otro Rodríguez según dicen; tres son Aguilar; uno
de ellos es ciego y no se quienes mas
Beltranena: -No me dan buena espina estos salvadoreños tienen mala fama… serían
capaces de caer sobre mí con un golpe inesperado y yo estoy encariñado con mi piel ---
Jorge, que no le escribo… a su tiempo se quedaran aquí por más tiempo del que
quisieran (vase Jorge)
Escena 5
Beltranena: — (Va a blanca). Blanca… estáis aquí porque necesito que venza mi
corazón (blanca le mide con la mirada y vuelve la espalda) más sabed que mi amor se
impacienta y que… vamos, yo no seré quien os ofenda. Estáis aquí, pero vos sabéis, mi
bella prisionera, que os he tratado como trataría a mi reina –- Blanca, está en esa
mano la libertad de vuestro padre (entra Jorge) —Jorge, ¿ya se han ido esos señores?
Jorge: -Señor no arroja si no los nombres del oficial Gochez, de Alega y del esclavo
Escena 6:
Beltranena: -Blanca, oídme: quiero ser clemente y daros pruebas de amor que
(Blanca retrocede). ¡Ira del demonio!... vamos… Ya veis que no me ofendo. Vuestros
labios pueden, desde luego, abrir o cerrar las puertas de su prisión a vuestro padre.
Beltranena: -Me Rechaza… ved que aún es tiempo: os concedo, pues, un instante.
(Aparte). No es tiempo de darle libertad
Escena 7
Beltranena: ¡Con que resiste todavía! Jorge, que se le ponga en el potro de aro (Va a
blanca). Si todos los conspiradores son tan obstinados, temo que esa máquina no va a
descansar hasta descubrirlo todo. (Blanca se lleva las manos a las sienes). ¿Tu decías
que hay una criada en la puerta?... Hazla entrar y que vea su ama
Dichos, Beltranena
Beltranena: -(Aparte) ¿Qué oí? ¿De quién hablaba?... Más si fuese cierto, pronto voy a
salir de la deuda… ¡Jorge! (entra Jorge)
Escena 11
Dichos, Jorge
Escena 12
Blanca: -¡libre! (al volverse) ¡que veo! (retrocede) ¿O será que me alucina el ruido
espantoso de esta cárcel? (avanza) ¿es el. El?... júpiter ¡yo tiemblo!
Júpiter: -Ella (con voz sorda) dame fuerzas, Dios mío (Da algunos pasos hacia
blanca)
Júpiter: -Yo muero, pero antes… nadie nos oye… pero antes oíd ¡salvad a vuestro
padre! Oídme (Blanca y Engracia se inclinan a júpiter, que les habla en voz
muy baja)
Beltranena: ¡Oh escena de amor! Este es el honor de Celis hace alarde ¡vedles!...
Blanca: -Disimula, valor engracia. La vida de mi padre está en tus manos. Por dios
disimula (engracia va a salir)
Beltranena: -¡Oh! Quieren quedarse solos ¡es preciso ver hasta el final! La confidente
se marcha… ¡Esplendido! ¡Magnifico! ¡Idilio nunca visto)
Escena 13
Blanca; (Para sí) ¡Muerto! ¡Mira Blanca! ¡Ha muerto! (Pausa. Ve al proscenio) Dios
mío. Recibe su sacrificio y perdóname, ninguna criatura merece tanto en la tierra; no
¡Yo no acepto ese amor digno del Dios eterno! ¡Ha muerto por salvar a mi padre! Yo
besare sus manos frías ¡Mira señor, son las manos de un mártir! (se arroja sobre
júpiter y le cubre las manos de besos) sus manos… (Lo contempla). Su frente (lo besa)
Blanca: -¡Vive! ¡Gracias, Dios mío! ¡Vive!. Levántate amigo mío (Le da la mano)
Júpiter: -Oh ¡Cuan feliz soy! ¿Por qué tardas tanto? ¡Oh muerte! ¡Este! ¡Este es el
momento!
Escena 14
Beltranena: .- ¡Os dije que erais libre! ¿No tenéis valor para abandonar esta cárcel?
Bien lo veo
Júpiter: - ¡Pero esta criada!... ¡Ah! La ha hecho prender al salir de aquí. ¡Todo se ha
perdido!
Júpiter: ¡Vamos! ¡Bienvenida sea ahora la muerte! (al llegar júpiter a la puerta
suenan tres campanazos) ¡Ha sonado la campana de San Francisco! ¡Beltranena,
tiembla!
Beltranena: -¿Qué dice? Esta loco… ¿Qué tiemble? Bah, ¿Por qué?
Escena 15
Blanca, Beltranena
Beltranena: -¿Así, la noble hija de Celis, que vacila dos años para aceptar un esposo,
porque aun duerme su corazón el sueño de la inocencia, rechaza la mano de un
Beltranena porque en su corazón ya está ocupada la plaza de un esclavo?
Beltranena: -¡ja! ¡Ja! ¡Ja! Oíd… es el potro… oíd (en este momento se escucha el
rechineo de las cadenas). ¡El rayo en vuestras manos! ¡El rayo está en las manos de
Júpiter! (con insolencia). Pedicelo a vuestro amante
Blanca: -Oíd miserable ¡Ese rayo va a heriros! (se oye fuera una descarga cerrada.
Beltranena cae de rodillas)
Blanca: -A los pies de una mujer. Allí se batean. ¡Fuera miserable! (Descarga tiroteos)
¡Cobarde! ¡Fuera! (Beltranena sale aturdido)
Escena 1.
Beltranena, preso.
Escena 2.
Dicho, Jorge.
Jorge— Mañana seréis juzgado: ¿podéis dudar que os van a condenar a muerte?
Beltranena—Adiós, coronel...
Jorge— (Se detiene). Ya vais a ver como os sirvo… (Da unos pasos y vuelve). Ah, tenia
que ordenaros que ocupéis ese calabozo y a poneros centinela a la puerta… más basta
con aquella. (Señala al fondo, que se pasea a intervalos).
Escena 3.
Beltranena— Así se empieza… (Pausa). Veamos por otro lado… ¿Denuncio a Celis el
enamoramiento de su hija con el esclavo? Pero, ¡oh imprudencia!, ¿Qué iba a hacer?
¿Sera que Celis no conoce este amorío aberrante?... ¡Oh ambicioso astuto! Él lo sabe y
oídle como habla de sus virtudes y su abnegación a la plebe… ¿Qué hacer?, ¿podre
tentarme al lado de Júpiter?… Empiezo a reconocerlo, mi genio me indica que debo
tomar este camino, pero, ¿cómo intentarlo siquiera?... (Rumores) La multitud le
saluda, voy a su encuentro…
Escena 4.
Beltranena— (Aparte). ¿Por dónde empezar? A pesar mío, le temo. (Se adelanta) …
Señor...
Júpiter—(Lo ve) ¡Ah! (Se va sobre él, le abofetea y le arroja al suelo, Beltranena queda
en el suelo con la cabeza baja, viendo de soslayo; Júpiter le vuelve la espalda) ¿Este
hombre vive aun?... Celis me estorba... ¿Por qué?... Al impedir la muerte de este
hombre, Celis me agravia o me burla… Es preciso que yo impere que me encuentro a
cargo. (A Beltranena que levanta la cabeza desde el suelo). Oye, tu vas a morir dentro
de poco…
Júpiter— ¿He oído bien? ¡Oye, vas a repetir lo que has dicho!
Júpiter— Eres servil… El miedo se apodera de ti… (Pausa). Oye, vas a decir lo que
sabes… ¡Ya!... Oh, vive Dios si piensas burlarte… (Lo sacude) … Antes de morir vas a
conocer como desgarran tus potros.
Júpiter: - ¡Oh! Como me impacienta…¡¡ Habla!!
Júpiter: - ¡El amor, dice que me profesa Blanca! ¡Hablas de burlas miserable!
Beltranena: -Nadie.
Júpiter: -¿Ella?
Beltranena: -Lo sabéis mejor que yo, ella se inclinó sobre vos y os cubrió de besos
Beltranena: -Os lo juro. Ella se inclinó sobre vos y os cubrió de besos (Júpiter se deja
caer en una silla y se inclina pensativo).
Júpiter: -Oye sabes que vas a morir dentro de un momento y si no me burlas ¿no es
verdad? No me burles ¿si es cierto? Y si es cierto que ella me ama… tú dices ¡Oh! ¡Se
libre! ¡Se libre! ¡Se libre! ¡Di! ¡Di!
Beltranena: -Sí, es cierto: Lo he visto, ¿lo habéis oído? Ella como os digo, os cubrió de
besos… vuestra Blanca…
Júpiter: -¡Mi Blanca! ¡Mi blanca! Y tu vete… tu, mi enemigo atroz, hombre horrible,
déjame con mi felicidad… quiero estar solo ¿Oyes?, vete
Escena 6.
Júpiter, Beltranena.
Júpiter - ¿Quién se ríe?... ¡Ah tú! ¡Miserable!... (Próximo a lanzarse sobre Beltranena)
Júpiter - ¡Oh! No lo he olvidado... Hoy más que nunca puedo volver atrás... Ella me
tiene horror: su padre me llama vil esclavo... ¡Oh rabia! ¡Oh venganza!
- ¿Qué oigo? Sí: son ellos; el pueblo les persigue... les han preso... Me llaman. (Gritos:
¡Mueran! ¡Viva Júpiter! Jorge entra). ¿Qué pasa?
Escena 7.
Dichos; Jorge.
Júpiter - Su falsía les trae a mis manos. Que traigan a Celis... Me impacienta el
librarme de ese hombre.
Escena 8.
Celis - Se prepara una cosa horrible. ¡Pobre Júpiter! ¡Me hieres y te hieres!