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Escena 4.

Beltranena, asoma por la puerta. Una capa lo cubre.

Beltranena-—¿Qué extraña casa es ésta? Nadie se ve por toda ella... Entraré. (Entra
por la puerta) El lance del ladrón es del todo digno de mí: se ha llevado chasco... De
buena gana me reiría si no tuviese este brazo pasado... (Mirase el brazo
descubriéndose el vestido manchado de sangre y lodo) … ¿Pero es un ladrón como me
parece?, ¿cómo pudo saber mi nombre?, ¿cómo pudo saber que llegaba y que llegaba
hoy precisamente? —Comprendí que iba a matarme, entonces me desplomo
intencionalmente y finjo un estertor diciéndole: "Déjame el último aliento para elevar
mi oración"... Allí me tenéis, esperando que el negro llegue a aligerarme de todo... Pero
él se contentó con robarme mis papeles. En fin... Echado en el camino, resuelvo buscar
un albergue para evitar un nuevo encuentro. Me quedaré aquí esta noche... ¡Maldito
esclavo!... Ya es tiempo de que hable con el dueño de la hacienda... Vamos... (Da
algunos pasos hacia la puerta por donde entró Celis y se detiene asustado). ¡Diablo!...
¡Mala estrella! Parece que he venido a caer en manos de los conspiradores...
(Retrocede). ¿Si irán a salir por esas puertas?... Volvamos por esa puerta y a ganar
monte. (Va a salir cuando oye ruido de pasos y voces que llega). Me cierran la salida...
(se abre la puerta del fondo; Beltranena vuelve la cabeza como para ocultar el rostro:
entonces ve a sus pies la careta que arrojó al irse Júpiter). Una careta... A tiempo...
(Mientras él se inclina un grupo de conjurados que traen en la faz caretas negras y
cubiertos con largas capas negras. Beltranena se pone la careta y se vuelve a ellos
embozándose).

Escena 5.

Beltranena; los conjurados.

Los conjurados - ¡Libertad o muerte! (Pasan y entran por la derecha, donde escribe
Celis).

Escena 6.

Beltranena; Conjurados.

Beltranena—Entendido. Es la consigna: libertad o muerte. (Entran otro grupo de


conjurados)

Conjurados—¡Libertad o muerte!

Beltranena—¡Libertad o muerte!

Escena 8
Beltranena—¡Soberbio! Ahora tengo franca la salida... (Espía a la derecha). ¿A quién
de éstos le hablara para descubrir algo?... Tente, amigo... Alguna señal deben tener
para conocerse unos a otros y puedo hacer un disparate... (Sale Celis por la derecha)

Escena 9.

Celis, Beltranena, Conjurados.

Conjurados— ¡Libertad o muerte!

Celis— ¡Libertad o muerte!

Celis— ¡independencia!

Conjurado— ¡Y patria!

Escena 10.

Celis, Beltranena.

Celis— ¿Sabéis si el agente de la Capitanía habrá llegado?

Beltranena— Sí, ciertamente, ha llegado.

Celis— Sólo necesitamos un breve espacio, amigo: si él hasta entonces no descubre


nada, podéis estar seguro de que no es temible...

Beltranena—Pero es lo malo que, según los informes que tomo por interés propio, él
está informado más de lo que le conviene a la conjuración.

Celis— ¿Qué decís? ¡Cómo! Vos también sois de los que piensan que todo se ha
descubierto.

Beltranena—Es que, a buen seguro, hay aquí un espía.

Celis—¿Un espía? ¿Vos también creéis que hay quién nos espía y nos burla?

Beltranena - Estoy seguro de lo que os digo... ¿Vos no lo creéis?

Escena 12.

Beltranena— Aquellos tres parecían los jefes... Hay uno que habla, el mismo que...
¡Ola!, se trata de un programa de gobierno... (Rumores). Vuelve la República... ¡Eso,
malvados!... Una constitución... ¡El pueblo soberano!... ¡Locos, están locos!... (Entra
Júpiter y se detiene en la puerta del fondo; Beltranena se vuelve al ruido y ve a
Júpiter).

Escena 13.
Beltranena; Júpiter, descubierto.

Júpiter—Oigo la voz de mi diabólico doctor... ¿Qué oigo?... ¡Le interrumpen!... Han


gritado ¡traición!... (Avanza algunos pasos).

Beltranena—Un esclavo es el traidor, dicen... Debe ser mi asesino.(Grita). ¡Aquí,


amigos! Ved al traidor que llega.

Conjurados— (Dentro). ¡La muerte! ¡muerte!...

Júpiter—¿Qué intentan?... (Retrocede a la puerta del fondo. Delgado y Arce aparecen


por el fondo, cerrando el paso).

Escena 14.

Delgado, Arce, Celis, Júpiter, Beltranena, Conjurados.

Arce—¡Un solo paso cuesta la vida!

Delgado—Señores, las armas han desaparecido.

Conjurados—¡Prendedle!

Júpiter—¿Pero qué os pasa?...

Conjurados—¡Las armas! ¡traidor! ¡espía!

Júpiter—¡Poco a poco, señores! ¡No está bien que por no meditarlo vayáis a
deshaceros del más fiel de vuestros servidores!...

Beltranena— ¡La muerte! ¡No vacilemos!...

Júpiter— (Imperioso). Silencio. (Suaviza la voz). Mientras los sabios conciertan las
leyes, yo preparo la insurrección. A la hora que gustéis, San Salvador estará en
vuestras manos... Pero no sólo debemos contar con el asalto, sino que hay algo más que
hacer: mirad. (Pone sobre la mesa unos papeles). Leed esta carta dirigida a
Beltranena. Por ella veréis que, según dice él, el coronel Aycinena va a llegar aquí;
viene a mediar a nombre del ayuntamiento de Guatemala; pero en la fronteta vas a
esperarle quinientos hombres por si hubiera necesidad. Como sabéis, hoy debió llegar
Fermín de Beltranena, agente de la Capitanía. Ved allí sus papeles e informaos de sus
planes. (Se deja caer en una silla). (Varios conjurados toman los papeles y leen con
avidez). (Levantándose). Ahora, si lo premitís, voy a retirarme: otros quehaceres me
aguardan.

Todos—¡Bravo! ¡Viva el pueblo! ¡Viva Júpiter!

Escena 16.
Beltranena —¿Quién es este esclavo? Ha allí el enigma... Y ciertamente es un
enemigo temible... (Se descubre). Pero toda su obra va a desvanecerse como un sueño
al despuntar el nuevo día... Vamos. Estos señores me guiarán a San Salvador. (Vase
embozándose).

Escena 5

(Beltranena aparece por el fondo, con un fuete en la mano)

Beltranena —(Distraído). Esclavo, anúnciame

Júpiter—¡¡Como Fernando!!... ¡Oh estupor!... ¡¿Por qué no?... esas cosas divinas las
forja también el azar

Beltranena — (distraído). Esclavo, anúnciame. En verdad, es una casa opulenta.

Júpiter— (Que no he oído). ¡Y todo ese poder toda esa grandeza, toda esa gloria, a los
pies de Blanca!

Beltranena— (Descarga un chillazo a Júpiter) ¡Vil esclavo! ¿No me oyes?

¡Júpiter—Ahh! (Da un rugido de cólera y desemboza un puñal con rapidez) ¿Qué veo?
Es el… ¡Espantosa ilusión: es el muerto! ¡Satanás juega conmigo!

Beltranena—¿En que estabas pensando, bribón?

Júpiter: -¡Oh terror!

Beltranena: -Más que veo: ¡Es el esclavo! ¡Voto al chápiro! Me reconoce y esta
aterrado. No hay que perder tiempo ¡Jorge! ¡Soldados! (prenden a Júpiter)

Escena 6

Beltranena—Centinelas a las puertas. Los tiempos son malos doctor, desde cierto
lance del camino (que os la refiere al esclavo), he resultado andar en San Salvador bien
acompañado… llevadle. (Llevan a Júpiter)

Blanca—¿Quién es ese hombre?

Beltranena—Mi padre, señor de Celis, os escribió pidiéndoos para mí la mano de


Blanca

Delgado— (A Celis) calma: todo puede salvarse

Beltranena— Parece que estoy entre enemigos, bien se deja ver la fortuna se me
escapa vanos con tiento— Señores, no tenéis idea del huésped que alojabais: os podría
decir palabra por palabra todo lo que paso anoche en una hacienda llamada de los
Torres

Delgado—¡Traición!

Beltranena—Os decía que mi padre, señor de Celis

Celis— (Interrumpiéndole). Señor de beltranena hacéis un papel menos imponente


que cínico

Beltranena— (Aparte). Es la voz del enmascarado: la reconozco, su vida esta en mi


poder y voy a vencerle por el terror—Señor de Celis, recordad que yo no os he arrojado
el guante)

Celis—Yo sí, recogedlo

Beltranena—(A celis en voz baja) el esclavo va hablar

Celis: -(Aparte) ¿Cómo lo sabe todo? ¡Ah! Y el miserable quiere a mi hija en pago de
mi vida!—Blanca, dale entender, hija mía, que le desprecias tanto como su padre

Beltranena:-(aparte) vamos despacio: el triunfo está en mis manos (A delgado que


hace pedazos a menudos la carta que había escrito Arce) ¿Por qué rompéis esa carta?
¿Quién sois? ¡Vuestro nombre!

Delgado: -José Matías delgado

Beltranena: -El grande hombre de San Salvador, veo que haréis un prisionero
importante

Delgado: -Y vos amigo parecéis un excelente verdugo

Beltranena: -No os disputo el ingenio (Celis, bajo). Doctor, vuestra última palabra

Celis: -(En voz alta) ¡Ahhh! Es pues una verdad que la casa Beltranena está fallida.

Beltranena: -Jorge, prended a esos hombres. Registradles. (A Blanca alargando la


mano) besos los pies, señorita

Blanca: -Id. Miserable (Da un paso atrás)

Beltranena. -(Jorge) y por lo que hace a esta dama, Jorge, conducidla a palacio

Blanca— (Indignada) ¡Infame!

Celis. Delgado—Miserable

(Jorge Beltranena sacan sus espadas. Los soldados calan bayoneta sobre delgado y
Celis)
Beltranena: -Ya sabéis la consigna, señor de Celis ¡la libertad o muerte! Escoged (A
Jorge). Estos señores quedan aquí: no les dejare acercar ni una mosca ¡vamos! (Vase
llevando presa a Blanca)

Celis: -¡Es horrible! ¡Padre! ¡Es horrible! ¡Es horrible! (Se desploma)

Blanca: ¡Mi padre! ¡Soltadme! (los soldados la retienen). ¡Mi padre! ¡Ah! (se desploma)

Beltranena—¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! (riéndose sarcásticamente) —Es preciso ir hasta el fin y


no vacilar hasta obtener el triunfo —¡Llevadla! Ya sabéis como fingen un desmayo las
mujeres. (Se rie, Telon)

Escena 1.

Jorge— ¡Señor! (Entra).

Escena 2.

Beltranena: -¿Haz vigilado en casa de Celis?

Jorge: -Ambos presos tienen centinela de vista: no han una palabra los cuatro días

Beltranena: ¿Les haz referido lo que pasa aquí?

Jorge: -Sí, mi coronel

Beltranena: -¿Y qué dicen?

Jorge: -permanecen mudos ¡vaya un par de estatuas!

Beltranena: -Que doblen la vigilancia, Jorge. Celis en resistir, yo en desgarrar, yo sé


quién vence.

Jorge: -No se ha oído que si siquiera respiren

Beltranena: -Vas hacer venir a doña blanca a mi presencia

Jorge: - ¿La hago venir enseguida, señor?

Beltranena: -Sí, anda

Jorge:

-(Va a salir y vuelve). Creo que debo deciros que desde la prisión de doña blanca, una
criada llora a la puerta del palacio, pidiendo que se le permita ver a su ama. No le ha
hecho caso por supuesto
Beltranena: -Una criada. ¿No traerá algún encargo de los conjurados? (aparte) ¿pero
qué? ¿No toda la conspiración y sus planes?- ¡Bah!, esto a lo mas Será un rasgo de
felicidad domestica

Escena 3

Beltranena: -¡Que no puede el terror! ¡Oh! ¡Estoy contento! Cierto que es la bella
doña blanca y que no sería difícil amarla ¡Amarla! ¿Qué es el amor? (entra Blanca)

Escena 4

Beltranena, Jorge, Blanca.

Beltranena—(Aparte). Su presencia me impone, a pesar mío

Blanca—De este sueño horrible, pues todo en torno mío va envolviendo en una bruma
de dolor

Jorge: -(Avanza) señor en la sala están varios señores que desean hablaros

Beltranena: - ¿Quiénes son ellos?

Jorge: -Uno de ellos se llama Arce; otro Rodríguez según dicen; tres son Aguilar; uno
de ellos es ciego y no se quienes mas

Beltranena: -No me dan buena espina estos salvadoreños tienen mala fama… serían
capaces de caer sobre mí con un golpe inesperado y yo estoy encariñado con mi piel ---
Jorge, que no le escribo… a su tiempo se quedaran aquí por más tiempo del que
quisieran (vase Jorge)

Escena 5

Beltranena: — (Va a blanca). Blanca… estáis aquí porque necesito que venza mi
corazón (blanca le mide con la mirada y vuelve la espalda) más sabed que mi amor se
impacienta y que… vamos, yo no seré quien os ofenda. Estáis aquí, pero vos sabéis, mi
bella prisionera, que os he tratado como trataría a mi reina –- Blanca, está en esa
mano la libertad de vuestro padre (entra Jorge) —Jorge, ¿ya se han ido esos señores?

Jorge: -Ya se han ido.

Beltranena: -(Aparte). Es Mujer no baja nunca de su altivez. Más yo no cedo. Vamos


hacer una prueba (Se sienta al lado de una mesa) ¿Cómo sigue el proceso, Jorge?

Jorge: -Señor no arroja si no los nombres del oficial Gochez, de Alega y del esclavo

Beltranena: -¿Y contra Celis y Delgado?


Jorge: -No más que sospechas que el esclavo ha pertenecido… ¡Nada! Sospechas
débiles…

Blanca: -(Aparte). ¿Qué escucho?

Beltranena: -¡No pronunciara!... vamos a verlo…

Jorge: -Para mí el enigma es el esclavo.

Beltranena: -Y para mí… ¿Qué le mueve? ¿Por qué calla?

Blanca: -¿Por qué calla? ¡Ahh!

Escena 6:

Beltranena: -Blanca, oídme: quiero ser clemente y daros pruebas de amor que
(Blanca retrocede). ¡Ira del demonio!... vamos… Ya veis que no me ofendo. Vuestros
labios pueden, desde luego, abrir o cerrar las puertas de su prisión a vuestro padre.

Blanca: -(Con angustia). ¡Ah! ¡Padre! ¡Padre!

Beltranena: -Dadme la mano; yo os conduciré a su lado; vuestro padre quedará libre

Blanca: -¿Qué decís?

Beltranena: -Más desde que os la tome será… mía (Sonriendo)

Blanca: -(A media voz, retrocediendo) ¡Horror!

Beltranena: -Me Rechaza… ved que aún es tiempo: os concedo, pues, un instante.
(Aparte). No es tiempo de darle libertad

Escena 7

Jorge: -el esclavo ha despreciado mis amenazas y de nuevo se niega a declarar.


(Beltranena ve a blanca)

Blanca: -(aparte) ¡oh! Cuan desgraciado es el amor de ese infeliz…

Beltranena: ¡Con que resiste todavía! Jorge, que se le ponga en el potro de aro (Va a
blanca). Si todos los conspiradores son tan obstinados, temo que esa máquina no va a
descansar hasta descubrirlo todo. (Blanca se lleva las manos a las sienes). ¿Tu decías
que hay una criada en la puerta?... Hazla entrar y que vea su ama

Blanca: -¡oh!... ¿Qué hacer? ¡Señor! (Se vuelve a Beltranena)

Beltranena: -(Aparte). Me ha hablado: me toca mi vez; ahora seré yo quien haga


suplicar (distraído) vacila. (Ve a blanca). La fortuna se acerca, no hay nada que
impacientarse: será ella quien me busque. Voy a espiarla. (Vase)
Escena 10

Dichos, Beltranena

Beltranena: -(Aparte) ¿Qué oí? ¿De quién hablaba?... Más si fuese cierto, pronto voy a
salir de la deuda… ¡Jorge! (entra Jorge)

Escena 11

Dichos, Jorge

Beltranena: suspende el tormento y que traigan al esclavo (Vase Jorge; se oyen


rechinar las cadenas. ¿Cuánto me ama? ¿A quién se refería? ¿Y lo dudo aun? ¡JA JA
JA! (Se Blanca recobra el sentido al oírle reír y se pone de pie espantada) …
un día, el Cesar envió a su mujer a una urna de oro: ella al destaparla encontró la
cabeza de su amante (Entra júpiter con la faz bañada en sangre) ¡Así! ¡Bañada de
sangre! (Blanca esta vuelta hacia el público cubriéndose la faz con las manos.
Permanece en el proscenio). ¿Me habrá engañado?... ¿oiría mal?... voy a espiarla
(Va a blanca) ¡Estáis en libertad! (yéndose). ¡Idos! (a los soldados)

Escena 12

Júpiter, Blanca, Engracia

Blanca: -¡libre! (al volverse) ¡que veo! (retrocede) ¿O será que me alucina el ruido
espantoso de esta cárcel? (avanza) ¿es el. El?... júpiter ¡yo tiemblo!

Júpiter: -Ella (con voz sorda) dame fuerzas, Dios mío (Da algunos pasos hacia
blanca)

Beltranena: (Al paño) –Va hacia ella. Y ella a él (Blanca avanza)

Júpiter: ¡Ah! … ¡el cielo!... ¡Valor!

Blanca: ¡Amigo mío!

Júpiter: -Yo muero, pero antes… nadie nos oye… pero antes oíd ¡salvad a vuestro
padre! Oídme (Blanca y Engracia se inclinan a júpiter, que les habla en voz
muy baja)

Beltranena: ¡Oh escena de amor! Este es el honor de Celis hace alarde ¡vedles!...

Blanca: ¡Gracias! Yo estoy libre, se me ha dicho; yo iré

Júpiter: -Os engaña. Deteneos. Valor, mujer (A engracia)

Blanca: -Disimula, valor engracia. La vida de mi padre está en tus manos. Por dios
disimula (engracia va a salir)
Beltranena: -¡Oh! Quieren quedarse solos ¡es preciso ver hasta el final! La confidente
se marcha… ¡Esplendido! ¡Magnifico! ¡Idilio nunca visto)

Escena 13

Júpiter: - ¿Estáis satisfecha… de mí? ¡Perdóname!

Blanca: -¡Oh! Dios os premie, amigo mío

Júpiter: -Muero contento (cae)

Blanca; (Para sí) ¡Muerto! ¡Mira Blanca! ¡Ha muerto! (Pausa. Ve al proscenio) Dios
mío. Recibe su sacrificio y perdóname, ninguna criatura merece tanto en la tierra; no
¡Yo no acepto ese amor digno del Dios eterno! ¡Ha muerto por salvar a mi padre! Yo
besare sus manos frías ¡Mira señor, son las manos de un mártir! (se arroja sobre
júpiter y le cubre las manos de besos) sus manos… (Lo contempla). Su frente (lo besa)

Beltranena -¡Esto marcha! Ve a reanimarle con el aliento divino de su amor.


¡Esplendido! (júpiter vuelve en sí)

Blanca: -¡Vive! ¡Gracias, Dios mío! ¡Vive!. Levántate amigo mío (Le da la mano)

Júpiter: -Oh ¡Cuan feliz soy! ¿Por qué tardas tanto? ¡Oh muerte! ¡Este! ¡Este es el
momento!

Escena 14

Beltranena: .- ¡Os dije que erais libre! ¿No tenéis valor para abandonar esta cárcel?
Bien lo veo

Blanca: -¡Voy a salir, señor!

Beltranena: ¡Oh incauta mujer!... todo lo he visto y oído

Blanca: -¡Ah, estoy perdida!

Júpiter: -todo ha concluido. La fatalidad me vence

Blanca: -Ha dejado salir a Engracia, sin embargo…

Júpiter: - ¡Pero esta criada!... ¡Ah! La ha hecho prender al salir de aquí. ¡Todo se ha
perdido!

Beltranena: -¡Jorge!... que lleven a ese hombre (Se llevan a Júpiter)

Júpiter: ¡Vamos! ¡Bienvenida sea ahora la muerte! (al llegar júpiter a la puerta
suenan tres campanazos) ¡Ha sonado la campana de San Francisco! ¡Beltranena,
tiembla!
Beltranena: -¿Qué dice? Esta loco… ¿Qué tiemble? Bah, ¿Por qué?

Júpiter: -desde este momento estas condenado a muerte

Beltranena: -Llevadle: está loco (llevarse a júpiter)

Blanca: -¡Engracia! ¡Dios la proteja!

Escena 15

Blanca, Beltranena

Beltranena: -¿Así, la noble hija de Celis, que vacila dos años para aceptar un esposo,
porque aun duerme su corazón el sueño de la inocencia, rechaza la mano de un
Beltranena porque en su corazón ya está ocupada la plaza de un esclavo?

Blanca: -¿Qué dice?

Beltranena: -Va a fingir. ¡Bah!

Blanca: -¿Qué queréis decir?

Beltranena: -¿Os empeñáis?... ese esclavo es vuestro amante…

Blanca: -¡Miserable, silencio!

Beltranena: -Es inútil, os digo

Blanca: -¡Cierra mis oídos, Dios eterno!

Beltranena -¡Ea! Contestad

Blanca: -Contestaría si pudiera abrir el infierno

Beltranena: -¡ja! ¡Ja! ¡Ja! Oíd… es el potro… oíd (en este momento se escucha el
rechineo de las cadenas). ¡El rayo en vuestras manos! ¡El rayo está en las manos de
Júpiter! (con insolencia). Pedicelo a vuestro amante

Blanca: -Oíd miserable ¡Ese rayo va a heriros! (se oye fuera una descarga cerrada.
Beltranena cae de rodillas)

Beltranena: -¿Qué es eso? ¡Ah! ¿Qué es? ¡Decid! ¡Por favor!

Blanca: -A los pies de una mujer. Allí se batean. ¡Fuera miserable! (Descarga tiroteos)
¡Cobarde! ¡Fuera! (Beltranena sale aturdido)

Escena 1.
Beltranena, preso.

Beltranena—He aquí, mientras yo estoy preso, Júpiter vuelve en triunfo, en medio de


las exclamaciones del pueblo rebelde. (Gritos fuera: ¡viva el pueblo!, ¡viva Júpiter!)
¿Que oigo? (Rumores). ¡El populacho pide mi cabeza!... Júpiter se une a ellos… Le
aclaman. (Rumores: ¡Muera!) ¿Quién habla?... Celis… ¿Cómo?, ¡Yo escucho mal!... Le
oigo exclamar: nada de crímenes… ¡A su tiempo será juzgado el enemigo del pueblo!...
Oh, ¿Qué intimo odio siento intensificarse en mi corazón contra él?... Aborrezco esos
alardes de piedad… ¡Ah!, ¡hipocresía! … ¡Cuidado!, que, por saborear pausadamente
vuestro rencor, por complaceros jugando con la presa, me darán la oportunidad de
alzar la frente… (Entra Jorge) … ¿Jorge?, ¿estas libre?

Escena 2.

Dicho, Jorge.

Jorge—Si; cuando aquel grupo de insurrectos os iba a matar, yo os guardaba las


espaldas; como lo visteis, Celis y Delgado, exponiéndose, abrieron paso delante de vos,
“atrás”, gritaron— “Deteneos”, exclamo Celis, “es inútil, hemos vencido; él será
juzgado; y entonces resplandecerá la justicia del pueblo”. Se retiraron murmurando, y
yo fui preso y confiado bajo la escolta del coronel Arce… Ahora, como el esclavo desea
partidarios, yo le ofrecí mi servicio, y él me dio a cambio ¡mi libertad!

Beltranena— Entonces resplandecerá la justicia del pueblo… ¡Espera: insensato!,


puede que no tarde el desquite. Óyeme, Jorge. Celis posee predominio en el esclavo…
El esclavo, ¡bah!, ya que desea el poder: nada sería capaz de negar al pueblo… Celis es
hipócrita; Finge piedad, reclama el orden, alaba la clemencia: en pos de llamar sobre si
los prestigios de la revuelta… Ahora, tu; mézclate con el pueblo, le aconsejaras que
pida el saqueo, consecuentemente vera en ti a uno de los suyos… Aycinena va a llegar:
si no cumplimos nuestro cometido, el agente rematara el triunfo… ¿Entiendes? (Jorge
no responde)

Beltranena— Cuando Celis se imponga, tu volverás a la cárcel: no olvidara lo que


cometiste.

Jorge— Mañana seréis juzgado: ¿podéis dudar que os van a condenar a muerte?

Beltranena— Toma. (Se arranca las presillas y las alarga a Jorge).

Jorge— ¿Qué significa?

Beltranena— Guárdalas para después del triunfo.

Jorge— Vengan. Dejemos obrar a la suerte, ¿Qué más me da?...

Beltranena—Adiós, coronel...
Jorge— (Se detiene). Ya vais a ver como os sirvo… (Da unos pasos y vuelve). Ah, tenia
que ordenaros que ocupéis ese calabozo y a poneros centinela a la puerta… más basta
con aquella. (Señala al fondo, que se pasea a intervalos).

Escena 3.

Beltranena— Así se empieza… (Pausa). Veamos por otro lado… ¿Denuncio a Celis el
enamoramiento de su hija con el esclavo? Pero, ¡oh imprudencia!, ¿Qué iba a hacer?
¿Sera que Celis no conoce este amorío aberrante?... ¡Oh ambicioso astuto! Él lo sabe y
oídle como habla de sus virtudes y su abnegación a la plebe… ¿Qué hacer?, ¿podre
tentarme al lado de Júpiter?… Empiezo a reconocerlo, mi genio me indica que debo
tomar este camino, pero, ¿cómo intentarlo siquiera?... (Rumores) La multitud le
saluda, voy a su encuentro…

Escena 4.

Dicho; Júpiter, con insignias de mando. Entra sin ver a Beltranena.

Beltranena— (Aparte). ¿Por dónde empezar? A pesar mío, le temo. (Se adelanta) …
Señor...

Júpiter—(Lo ve) ¡Ah! (Se va sobre él, le abofetea y le arroja al suelo, Beltranena queda
en el suelo con la cabeza baja, viendo de soslayo; Júpiter le vuelve la espalda) ¿Este
hombre vive aun?... Celis me estorba... ¿Por qué?... Al impedir la muerte de este
hombre, Celis me agravia o me burla… Es preciso que yo impere que me encuentro a
cargo. (A Beltranena que levanta la cabeza desde el suelo). Oye, tu vas a morir dentro
de poco…

Beltranena— (Desde el suelo). Si yo hubiese sabido, señor, que venia a interponerme


entre vos y Blanca, cierto que… (Júpiter retrocede). (Aparte). Veamos…

Júpiter— ¿He oído bien? ¡Oye, vas a repetir lo que has dicho!

Beltranena— (Incorporándose) Oh, señor… ¿Puede que uno de los atractivos de


vuestros amores es el guardar las historias de triunfo confidentemente? … Os pido
perdón… (Se levanta)

Júpiter— Mi triunfo, blanco, mi triunfo… ¿Qué queréis decir?

Júpiter— (Con un grito de cólera) ¡Habla!... he dicho que hables…

Beltranena— Debo haceros saber que yo ignoraba… que yo me retiro… General, os


aseguro que podéis poseer tranquilamente el ídolo de vuestro corazón…

Júpiter— Eres servil… El miedo se apodera de ti… (Pausa). Oye, vas a decir lo que
sabes… ¡Ya!... Oh, vive Dios si piensas burlarte… (Lo sacude) … Antes de morir vas a
conocer como desgarran tus potros.
Júpiter: - ¡Oh! Como me impacienta…¡¡ Habla!!

Beltranena: -Comprended que no es culpa mía si lo he visto.

Júpiter: - ¡Acaba, desdichado!

Beltranena: -Esperad. No es culpa mía si vi entonces el amor que ella os profesa

Júpiter: - ¿Ella? ¡Habla! ¡¡Habla!!

Beltranena: -Ella, Blanca

Júpiter: - ¡El amor, dice que me profesa Blanca! ¡Hablas de burlas miserable!

Beltranena; ¿Cómo podría burlarme? …¿cómo?..

Júpiter: -¿Si fuese cierto?... si fuese…cierto… ¿Oyes? ¿Quién podría decírtelo?

Beltranena: -Nadie.

Júpiter: -¿Ella?

Beltranena: -Nadie, señor… Yo lo he visto…

Júpiter: -¿Él lo ha visto? ¿Qué? ¡Dilo!

Beltranena: -Lo sabéis mejor que yo, ella se inclinó sobre vos y os cubrió de besos

Júpiter: (Retrocede deslumbrado y emocionado)-¡Ah! Es imposible que este


hombre que tiemble acobardado, juegue de ese modo con su propia muerte ¡es
imposible! ¡Júralo!

Beltranena: -Os lo juro. Ella se inclinó sobre vos y os cubrió de besos (Júpiter se deja
caer en una silla y se inclina pensativo).

Beltranena: - (Aparte.) Celis nada sabe. Y yo creía. Todo camina bien…

Júpiter: -Oye sabes que vas a morir dentro de un momento y si no me burlas ¿no es
verdad? No me burles ¿si es cierto? Y si es cierto que ella me ama… tú dices ¡Oh! ¡Se
libre! ¡Se libre! ¡Se libre! ¡Di! ¡Di!

Beltranena: -Sí, es cierto: Lo he visto, ¿lo habéis oído? Ella como os digo, os cubrió de
besos… vuestra Blanca…

Júpiter: -¡Mi Blanca! ¡Mi blanca! Y tu vete… tu, mi enemigo atroz, hombre horrible,
déjame con mi felicidad… quiero estar solo ¿Oyes?, vete

Beltranena: (Aparte.)-Este hombre es mío: Valor y habré triunfado. Si quisiese salir


Arce me prende y aceleraría mi muerte en vez de evitarla.

Júpiter: -¿Estas allí? (impaciente)


Beltranena: -Mi prisión es esta: debo permanecer aquí hasta ser juzgado (Júpiter no
le oye) No me oye… ¿Qué veo? Celis llega… (Va a Júpiter) Amigo mío, salid de
vuestro dolor: pedid a Blanca como esposa.

Júpiter: -Celis… voy a su encuentro

Beltranena: -Quiero saber lo que aquí pase…

Escena 6.

Júpiter, Beltranena.

Júpiter - ¿Quién se ríe?... ¡Ah tú! ¡Miserable!... (Próximo a lanzarse sobre Beltranena)

Beltranena - Me río de ver cómo juega la hipocresía con la sinceridad... y cómo se os


engaña... El poder, sin embargo, está en esas manos...

Júpiter - ¡Oh! No lo he olvidado... Hoy más que nunca puedo volver atrás... Ella me
tiene horror: su padre me llama vil esclavo... ¡Oh rabia! ¡Oh venganza!

- ¿Qué oigo? Sí: son ellos; el pueblo les persigue... les han preso... Me llaman. (Gritos:
¡Mueran! ¡Viva Júpiter! Jorge entra). ¿Qué pasa?

Escena 7.

Dichos; Jorge.

Jorge - Se ha dicho que os querían quitar el mando. El pueblo se ha levantado y se ha


echado sobre vuestros enemigos.

Júpiter - Su falsía les trae a mis manos. Que traigan a Celis... Me impacienta el
librarme de ese hombre.

Escena 8.

Dichos; Celis, preso.

Celis - Se prepara una cosa horrible. ¡Pobre Júpiter! ¡Me hieres y te hieres!

Júpiter - Que espere en ese calabozo su sentencia.

Beltranena - Celis va a ocupar mi lugar. Hemos triunfado.

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