Se habla del objeto transferencial este surge desde que el infante
comienza a diferenciar entre el yo y el no yo (entre el yo y el objeto) La cual se define como una zona intermedia y suele ser un objeto material visible “la primera posesión no yo” un campo de experiencia subjetiva que da cuenta de una evolución y este objeto transicional para el niño es perceptible en su amplitud sensorial, por ejemplo por medio del olfato o el tacto, este objeto no se limita a ser exclusivo de infantes y puede presentarse aun en adolescentes y adultos. El objeto transferencial es lo que sostiene psíquicamente a un infante en un momento dado, por ejemplo cuando se realiza la castración simbólica el niño puede enfocar su atención en un objeto transicional. Tanto el niño como el adulto hace uso de los objetos que lo mantienen psíquicamente, tanto real como simbólico. Se hace mención de la capacidad de estar solo y se define como la internalización de un objeto suficientemente bueno que tiene que ver con el vínculo primario que el humano experimenta y en el proceso de separación nos quedamos con algo bueno que nos acompaña. François Daulte hace mención sobre la tendencia del bebe por mantener su cercanía con la mama y da un término que hace referencia a la madre adaptando al bebe en el entorno social lo llama “mamaizar” con estas experiencias se enriquece la realidad del bebe. También menciona el campo de experiencia del infante el cual es primordial en su aprendizaje y memoria psicomotriz. Y para que haya un buen campo lúdico en el infante debe estar instaurada la diferenciación entre realidad y juego, esto hace posible una terapia analítica de una forma más interactiva.