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1. Resumen Ejecutivo
2. ¿Qué es Pensamiento Estratégico?
3. El Modelo Liedtka de los Elementos de Pensamiento Estratégico
4. ¿Es el Pensamiento Estratégico compatible con la Planeación Estratégica?
5. Conclusión
6. Referencias bibliográficas.
El propósito de este artículo es aclarar algunas de los temas importantes en torno al concepto de
pensamiento estratégico. Por ejemplo, ¿qué es pensamiento estratégico? ¿Cómo hacer para reconocerlo?
¿Es diferente a la planeación estratégica? Si es así, ¿es un sustituto de la planeación estratégica?
¿Puede el pensamiento estratégico y la planeación estratégica acomodarse dentro de la misma disciplina
de la gestión estratégica?
La investigación actual sugiere que la planeación estratégica y el pensamiento estratégico son dos caras
de la misma moneda y cada uno de ellas es absolutamente necesaria, pero no lo suficiente para un
marco de referencia de una gestión estratégica efectiva. Por lo tanto, el pensamiento estratégico y la
planeación estratégica deben trabajar de la mano con el fin de lograr el máximo beneficio.
su vez, ha dado lugar a una gran confusión en el ámbito de la gestión estratégica. Por lo tanto,
existe una clara necesidad de definir con precisión “pensamiento estratégico” con el propósito
de aclarar este paradigma y ser aceptado de manera objetiva y apropiada dentro del contexto de
la gestión estratégica (Liedtka, 1998).
Algunos autores, Ian Wilson (1994) por su parte, han sugerido que el pensamiento estratégico
significa solamente pensar en la estrategia. Según él, "La necesidad de un pensamiento estratégico
nunca ha sido tan importante. . . Esto significa un mejor enfoque (en la planeación estratégica)
el cual ha cambiado profundamente el carácter de la planeación estratégica de manera que
ahora es más apropiado para referirse a ella como gestión estratégica o pensamiento
estratégico”. Este intento de tratar de definir el pensamiento estratégico como una especie de
nueva y perfeccionada versión de la planeación estratégica conduce a una confusión
considerable en el intento de aclarar el impacto del pensamiento estratégico en su sentido más
puro.
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Preparado y traducido por Guillermo Villacrés Cárdenas M.Sc.
creatividad cuyo resultado es "una perspectiva integrada de la empresa." El problema, como él
lo ve, es que los enfoques tradicionales de planeación tienden a debilitar, en vez de integrar
apropiadamente lo cual tiende a deteriorar el éxito de la adaptación organizacional.
Estos sentimientos son repetidas por otros dos teóricos principales en el campo, Prahalad y
Hamel (1989), que describen los enfoques tradicionales de la planeación como "el
diligenciamiento de formatos." Se refieren al pensamiento estratégico como "la elaboración de
la arquitectura estratégica", pero hacen hincapié en temas generales de creatividad, exploración
y comprensión de perturbaciones.
PENSAMIENTO
ESTRATÉGICO
APROVECHAMIENTO GESTIÓN DEL
INTELIGENTE DE TIEMPO
OPORTUNIDADES
PROPUESTAS DE HIPÓTESIS
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El primer elemento es perspectiva sistémica. Un pensador estratégico tiene un modelo
mental holístico del sistema de creación de valor de principio a fin, y entiende la
interdependencia dentro de la cadena. Peter Senge (1990)
También destaca la importancia de los modelos mentales y su influencia en nuestros
comportamientos. Según él:
El modelo mental de cómo funciona el mundo debe incorporar una comprensión tanto del
contexto externo como del interno en la organización. Según James Moore (1993), estos
modelos mentales deben conducir a una percepción del negocio en un contexto más amplio
que el de la industria con el fin de facilitar la innovación. Como él mismo dice:
“Sugiero que una empresa sea percibida no como un miembro de una sola industria,
sino como parte de un ecosistema de negocios que atraviesa una variedad de industrias. En
un ecosistema de negocios, las capacidades de las empresas co-evolucionan en torno a
nuevas formas de innovación: trabajan de manera cooperativa y competitiva para
apoyar nuevos productos, satisfacer las necesidades del cliente, y eventualmente
incorporar nuevas rondas de innovaciones.”
Por lo tanto la capacidad de gestión en estos escenarios convergentes requiere que pensemos
estratégicamente acerca de las alianzas que hacemos dentro de estas redes en competencia y
cómo nos posicionamos dentro de este ecosistema.
Además de entender el ecosistema de negocios externo en el que opera una empresa, los
pensadores estratégicos también deben valorar las interrelaciones entre las partes internas
individuales, que al juntarlas, constituyen la totalidad, así como el hecho de que el todo es
mayor que la suma de sus partes.
Senge (1990) utiliza el término pensamiento sistémico para describir el mismo fenómeno y podría
decirse que es la más crítica de las cinco disciplinas de la organización de aprendizaje. Él
sostiene que el pensamiento sistémico es el que hace que todos los demás tipos de aprendizaje
trabajen en armonía y señala que el problema fundamental en las organizaciones empresariales
es la falla de no percibir los problemas como elementos de los fallas del sistema porque "la
mayoría de los problemas de una organización no son errores independientes, sino fallas en el sistema."
La perspectiva sistémica permite a las personas aclarar su papel dentro del sistema más amplio
y el impacto de su comportamiento en otras partes del sistema, así como en el resultado final.
Este enfoque permite aproximarse por lo tanto, no sólo el ajuste entre el nivel corporativo de
la empresa, los niveles funcionales de la estrategia, y también e igualmente importante, al nivel
personal. Según Liedtka (1998):
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“Es imposible optimizar el resultado del sistema en beneficio del cliente final, sin tal
comprensión. El perjuicio potencial causado por gerentes bien intencionados pero de
visión reducida cuando optimizan una parte del sistema a expensas de la totalidad del
mismo que puede ser más trascendental.”
Por lo tanto, desde una perspectiva vertical, los pensadores estratégicos ven las relaciones en el
sistema desde múltiples perspectivas y comprenden la relación entre la empresa, el negocio, y
las estrategias de los niveles funcionales de cara al contexto externo y a las decisiones diarias
personales que hacen. Desde una perspectiva horizontal, también entienden las conexiones a
través de los departamentos y funciones, y entre proveedores y compradores.
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enfoca a partir de un mandato definido de estrategias que se diseñan de arriba hacia abajo,
excluyendo otras estrategias emergentes y voces de disidencia!
Si desea crear un punto de vista sobre el futuro, si desea crear una estrategia
significativa, se debe crear en la empresa una jerarquía de imaginación. Y eso significa
una generosa capacidad de opinión a las personas que han sido hasta ahora marginados
del proceso de formulación estratégica. Se trata de dar una gran oportunidad a la voz a
los jóvenes. . . (y). . . a la periferia geográfica de la organización - ya que, por lo general,
cuanto más lejos se esté de la sede central, las personas tienden a ser más creativas: no
padecen del peso muerto de la burocracia y de la ortodoxia sobre ellos. Esto significa
dar una generosa oportunidad de opinión los recién llegados.
Además, Mintzberg (1999) considera que es muy difícil para un CEO o futuro CEO de
sostener frente a una junta directiva, "Bueno, estamos evolucionando en nuestra estrategia.
Está irrumpiendo”. La junta quiere que la estrategia sea "adecuada y clara" al igual que los
analistas del mercado de valores, que son parte del mismo problema. Pero "adecuado y clara" a
menudo significa:
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interesados en acelerar el límite, la guía, la venta, o aceptarlo como los frutos que dicho
cotejo ofrece.
El quinto elemento del pensamiento estratégico está regulado, impulsado y/o dirigido por
presunciones inteligentes (hipótesis). Al igual que el "método científico" que abarca la generación de
hipótesis y comprobaciones como actividades principales. Según Liedtka (1998), este enfoque
es algo ajeno a la mayoría de los gerentes:
Puesto que el pensamiento estratégico es estimulado por supuestos y/o hipótesis al mismo
tiempo evade la dicotomía “análisis-intuición” que ha dominado gran parte del debate sobre el
valor de la planeación formal. El pensamiento estratégico es al mismo tiempo creativo y crítico,
aun cuando ejercitando ambos tipos de pensamiento simultáneamente es difícil, debido a la
exigencia de suspender el juicio crítico para pensar de manera más creativa.
Liedtka (1998) afirma que, "En conjunto, estos cinco elementos describen a un pensador
estratégico con una amplia visión de campo que visualiza el todo y las relaciones entre sus
partes, a través de los cuatro niveles verticales de la estrategia y los elementos horizontales del
sistema de valores de principio a fin”.
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la pertinencia de dicho propósito o intención estratégico. . . Las empresas que tienen
éxito en la incorporación de dicha competencia de pensar estratégicamente en toda la
organización habrán creado una nueva fuente de ventaja competitiva. Toda su
perspectiva (holística) del sistema permitirá rediseñar sus procesos para lograr una
mayor eficiencia y eficacia. Su intento estratégico los hará más decididos y menos
vulnerables que sus rivales. Su capacidad para gestionar el tiempo va a mejorar la
calidad de la toma de decisiones y una mayor velocidad en la ejecución. La capacidad
para la generación de hipótesis verificables en la práctica agregará un mayor enfoque
creativo y crítico en sus procesos. El aprovechamiento inteligente de las condiciones
del mercado los hará más receptivos a las oportunidades locales.
Los efectos combinados de estos elementos implica la creación de una capacidad de pensar
estratégicamente que cumple con lo que Day (1994) se refiere como las tres pruebas
fundamentales para desplegar una capacidad estratégica importante:
Liedtka (1998) sugiere que estos tres elementos discretos pero interrelacionados entre sí,
cuando se combinan, pueden llevar a la organización a resultados positivos significativos,
siempre que el contexto de la planeación estratégica se convierta en un soporte para fomentar y
permitir la implementación de los logros provenientes de este tipo de pensamiento.
"Todo se reduce a la capacidad de subir y bajar en la escalera de la abstracción, y ser capaz de ver
tanto el panorama general y las implicaciones operativas, que son señales inequívocas líderes y
estrategas sobresalientes."(Heracleos, 1998)”
Los conceptos básicos de la planeación estratégica han sido objeto de ataques severos por
parte de mucha gente de la comunidad empresarial. La planeación estratégica a menudo utiliza
el direccionamiento estratégico ya establecido, y ayuda a los estrategas a decidir la manera
cómo la organización debe ser estructurada y cómo utilizar los recursos asignados para llevar a
cabo dicho direccionamiento. Debido a esto, una de las críticas más comunes a la planeación
estratégica es que es demasiado limitada para extrapolar aspectos o eventos del presente y del
pasado en lugar de centrarse en cómo reinventar el futuro (también conocida como "propósito
estratégico" o "revolución estratégica"(Hamel y Prahalad, 1994). Fahey y Prusak (1998) por
ejemplo, han identificado esta predisposición a centrarse en el pasado y en el presente y no en
el futuro y esto constituye uno de los once pecados mortales de la gestión del conocimiento..
También por estar demasiado sobre-enfocada en el análisis y la extrapolación en lugar de la
creatividad y la invención, la planeación estratégica tiende a crear la ilusión de certeza en un
mundo donde la seguridad lo es todo pero no está garantizada. La planeación estratégica
normalmente se utiliza para denotar un proceso de pensamiento programático, analítico el cual
se lleva a cabo dentro de los parámetros de lo que se quiere lograr, pero no cuestiona
explícitamente esos parámetros, y por lo tanto es análogo al aprendizaje de un solo ciclo sistémico.
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FIGURA 2 – Pensamiento Estratégico y Planeación Estratégica
Pensamiento Estratégico
GERENCIA ESTRATÉGICA
El propósito de la planeación
estratégica es operacionalizar Proceso de Pensamiento:
las estrategias desarrolladas a • Analítico
través del pensamiento • Convergente
estratégico, y apoyar el • Convencional
proceso del pensamiento
estratégico.
Planeación Estratégica
Descubrir y comprometerse con novedosas estrategias que pueden re-escribir las reglas
del entorno competitivo, requiere disminuir y/o suspender al menos parte de la
sabiduría convencional y presunciones acerca de la industria, las recetas de la industria,
e igualmente los marcos de referencia psicológicos que estas recetas representan
mediante la visualización de una serie de futuros posibles, desafiando las presunciones
operativas existentes con base en las cuales las estrategias actuales se construyen.
Esta fuerte dicotomía establecida con frecuencia entre los aspectos analíticos de la formulación
de la estrategia (planeación estratégica) y los aspectos creativos (pensamiento estratégico) en la
literatura deja la impresión de que estos dos enfoques estratégicos de decisiones son
incompatibles entre sí. Sin embargo, para muchos de los principales teóricos y profesionales,
ambos son necesarios en cualquier proceso acertado de elaboración de estrategias. Por
ejemplo, pensar en el futuro es importante, y no cabe duda que los procesos se tienen que
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poner en marcha para permitir a los gerentes atender cuestiones estratégicas en medio de las
crisis del día a día. Por lo tanto, no podemos simplemente desatender el proceso de
formulación estratégica. Después de todo, las estrategias creativas, innovadoras que surgen de
la reflexión estratégica deben llevarse a la práctica a través del pensamiento convergente y del
pensamiento analítico (planeación estratégica). Al mismo tiempo, la planeación es vital, pero
no puede, por sí sola, generar estrategias únicas que desafíen los límites de la industria para
redefinirlas, a menos que se estimule la mente creativa establecida en el proceso, como es el
caso de la utilización de escenarios alternativos para el futuro.
Por lo tanto, el punto esencial aquí es que el pensamiento estratégico y la planeación estratégica
son necesarios y ninguna de los dos es adecuado sin el otro, en un estructura formulación
estratégica efectiva. El verdadero desafío es cómo transformar el proceso de planeación
cotidiana de tal forma que incorpore, y no se menoscabe el pensamiento estratégico.
Leidtka (1998) apoya firmemente esta posición y utiliza un modelo (que se muestra en la Figura
3), basado en la perturbación y en la creación de la alineación para ilustrar su punto de vista.
Según a ella:
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Por lo tanto, de acuerdo con Liedtka, un marco estratégico de decisiones debidamente
reestructuradas se basaría en la posibilidad de institucionalizar un proceso que examine
continuamente la tensión entre la creación de la alineación necesaria que apoye la eficiencia y la
eficacia y la perturbación de la alineación necesarias para promover el cambio y la
adaptabilidad. El pensamiento estratégico, en su mejor momento, interrumpe la alineación
mediante la creación de un vacío en la mente de los gerentes entre la realidad actual y el futuro
deseado. Esto, a su vez, abre la brecha que representa la fuerza impulsora detrás de la
formulación de estrategias encaminadas al cambio. Traducir el propósito estratégico en nuevos
comportamientos institucionales, de todas maneras se hace necesaria la programación
estratégica (es decir, el reajuste de las estructuras, sistemas, procesos y habilidades en torno al
nuevo propósito de manera tal que se empieza a cerrar la brecha que el pensamiento
estratégico abrió. Una vez cerrada, una nueva brecha se abre en un ciclo iterativo y continuo
del pensamiento estratégico y la programación estratégica. Esta visión más amplia del proceso
de formulación estratégica se presenta en la Figura 3.
Pensamiento Estratégico:
Alineación perturbadora
Realidad actual
Futuro deseado
Planeación Estratégica
Alineación creadora
CONCLUSIÓN
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pensamiento estratégico se ha presentado como un orden más alto o superior de la planeación
estratégica; también como una alternativa a la planeación estratégica; y como un enfoque que
es francamente incompatible con la planeación estratégica. Una delimitación inadecuada de las
características precisas de este concepto también ha impedido su aplicación por parte de los
profesionales y/o su posterior desarrollo por parte de los educadores.
Una revisión cuidadosa en el plano del pensamiento sobre este tema, sin embargo, es que el
pensamiento estratégico, definido adecuadamente, no sólo es fundamental para la
supervivencia de la organización en estos tiempos de cambio rápido y acelerado, pero lo que
realmente es más importante, es la posibilidad de acomodarse de manera efectiva dentro de un
régimen de creación de estrategia progresiva para apoyar a la planeación estratégica. Por lo
tanto, lo que se propone en gran medida en este ensayo es un marco dialéctico en el que la
planeación estratégica y el trabajo estratégico en realicen en conjunto, en vez de hacer que la
planeación estratégica impida el surgimiento del pensamiento estratégico. Dos modelos
diferentes han sido presentados para ilustrar la viabilidad de esta propuesta, con el fin de
ayudar tanto a los llamados estrategas prácticos y también a los académicos.
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