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El agua es una de nuestras fuentes clave de supervivencia y sí, resulta que el agua del mar puede
hacerse 100% potable. No, no es una quimera. Un grupo de científicos de la Universidad de
Manchester han logrado investigar sobre los efectos del grafeno, un material que se aisló por
primera vez hace tan solo 13 años, y es capaz de crear este pequeño milagro.
No es ninguna locura pensar que, de aquí a 2025, a tan solo 8 años vista, se haya dado a conocer
por parte de la ONU que el 14% de la población mundial tendrá problemas serios de escasez de
agua. Muchas regiones del mundo están sufriendo ya este problema de algún modo.
Este grupo de investigadores de Manchester han creado un filtro perfecto para que, a través de
unas membranas de óxido de grafeno, se consiga que éstas no solo no se hinchen al entrar en
contacto con el agua, sino que además se pueda controlar a través de ellas y con precisión cómo
tamizar las sales comunes del mar. Así, ese agua salada pasa a ser efectiva y saludable para su uso
como agua potable.
Por todo ello, el uso de este material, el grafeno, podría conducir a un proceso de desalinización
mucho más efectivo y que requeriría una menor cantidad e intensidad de energía en el proceso.
Hasta ahora se habían llevado investigaciones similares y se había conseguido un filtrado tanto de
pequeñas nanopartículas como de moléculas orgánicas y algunas sales. No obstante, nunca se
había utilizado de forma efectiva para tamices pequeños como las sales comunes (incluyendo la
del mar).
Estas membranas del grafeno han sido desarrolladas en el propio Instituto Nacional de Grafeno
pero ¿por qué es tan importante este elemento? Se trata de un material que se está utilizando en
muchas disciplinas como la medicina, la electrónica o la ingeniería espacial.
Hasta 2004 no fue aislado a temperatura ambiente (lo lograron los científicos rusos Novoselov y
Geim, ganadores del Premio Nobel gracias a este hallazgo). Lo curioso es que se había descubierto
en la década de los años 30 en el siglo XX pero su uso se abandonó con el tiempo.
El grafeno se obtiene a partir del grafito, que en realidad es una forma natural de carbono. Entre
sus grandes propiedades y características se pueden mencionar su dureza, que es
aproximadamente 200 veces más potente que la del acero, su flexibilidad, su elasticidad, su
capacidad de conducir la electricidad y el calor o su efecto antibacteriano.
El grafeno, clave para convertir el agua de mar en agua potable
Gracias a todo ello, se está poco a poco trabajando con el grafeno en disciplinas y campos
fundamentales, aparte del tema de la desalinización de aguas, antes comentado.
También ha sido importante su uso en la telefonía móvil, cuyo estudio descubre se podrán crear
terminales más adaptados a la anatomía del ser humano y gracias a los nanocircuitos de grafeno
se mejora la conexión y velocidad inalámbrica.
La sustancia de propiedades casi mágicas y en cuyos hombros reposan las esperanzas de los
fabricantes para el futuro cercano, resulta que podría dañina para el medio ambiente y, por
consiguiente, para el ser humano.
Otro de los peligros del grafeno lo señalan desde la Universidad de California, donde se
estudió cómo las nanopartículas de óxido de grafeno también pueden interactuar con el medio
ambiente.