PSICOLOGÍA CLÍNICA- EL PROCESO DE EVALUACIÓN EN LA TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL
EL PROCESO DE EVALUACIÓN CONDUCTUAL
Patricia Landa Durán
Psicología, FES Iztacala, UNAM
Es muy común confundir el término evaluación
con el de medición, en el contexto de la Terapia
Cognitivo-Conductual, por lo que este escrito tiene la
finalidad de aclarar la distinción entre ambos, relatando
a detalle las características de la evaluación conductual.
La evaluación conductual es un procedimiento
que se lleva a cabo para solucionar un problema clínico,
es decir, un problema de relación entre personas.
Antecedentes de la Evaluación Conductual
A partir del momento en que las teorías del
aprendizaje se retomaron como el contenido teórico de
la psicología clínica, se cuestionó la manera de proceder
tradicional en la solución de los problemas clínicos. Ésta
tiene como base una manera de proceder heredada del
modelo médico-clínico en la concepción del
comportamiento humano. Es decir, se asume que las
personas se comportan de manera anormal porque
tienen una “enfermedad mental”. El concepto de
enfermedad extendido al comportamiento humano trae
consigo también una forma peculiar de proceder en el
trabajo del psicólogo clínico, que comienza por
identificar un conjunto de comportamientos desviados
(a manera de síntomas) a los que les corresponde una
etiqueta (diagnóstico). Etiqueta que lleva implícita no
sólo la meta de la intervención (que generalmente es
eliminativa) sino también el tipo de tratamiento a
prescribir. Por ejemplo, al conjunto de
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comportamientos como pensar que la vida no tiene
sentido, sentirse inadecuado e ineficiente, llorar o
aislarse, evitar comportamientos de relación social,
intentos de suicidio, etc., le corresponde la etiqueta de
depresión, que se encuentra caracterizada como una de
las neurosis o desórdenes afectivos más comunes de
nuestra época. El paso siguiente consiste en identificar
la etiología de dicha enfermedad -Si dicha depresión se
debe a factores externos (depresión exógena) o a
factores de naturaleza biológica (depresión endógena)-.
La meta idónea del tratamiento es, por supuesto, la
eliminación de la depresión, y las estrategias
terapéuticas elegidas consistirán generalmente de la
administración de psicofármacos y psicoterapia.
El modelo médico establece, también una manera
particular de relación entre el terapeuta y el paciente.
Se asume que el terapeuta está dotado de la
información y competencias suficientes y necesarias
para decidir lo que es mejor para su paciente, quien
juega un papel totalmente pasivo en todo el proceso
terapéutico. En este escenario, la evaluación tradicional
se restringe a la evaluación diagnóstica, esto es, a la
aplicación de pruebas psicológicas para lograr identificar
con precisión los síntomas de los desórdenes
psicológicos.
La Terapia Cognitivo Conductual procede de otra
manera, pues concibe al comportamiento humano como
el resultado de una relación construida entre el
individuo y su entorno, independientemente de si dicho
comportamiento es valorado socialmente como normal o
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anormal. Y entiende que dicho comportamiento se
encuentra cognitivamente mediado. Entre los supuestos
de la TCC se encuentran los que guían la relación
terapéutica, concebida como una forma de tratamiento a
corto plazo, que se caracteriza por ser activa, directiva y en
la que el terapeuta y paciente trabajan de manera conjunta.
Su objetivo es lograr que los pacientes descubran sus
pensamientos disfuncionales, contrasten con la realidad su
pensamiento y conducta y construyan formas más adaptativas
y funcionales de respuesta, tanto inter como intrapersonales.
La meta es enseñarle al paciente a desarrollar mejores
estrategias para manejar sus circunstancias cotidianas.
El Proceso de Evaluación.
Se necesitan dos recursos básicos para llevar a cabo el
proceso de evaluación conductual: un modelo de evaluación,
que vaya guiando el quehacer del terapeuta, y un conjunto
de herramientas de evaluación que le ayuden a llevar a cabo
dicho proceso.
Aún cuando cada terapeuta conductual adopta y
ajusta a sus necesidades prácticas una metodología, existe un
consenso en considerar a los siguientes pasos como los típicos
de la evaluación conductual:
a) Identificación del problema
b) Definición del problema
1. Establecimiento de hipótesis
2. Análisis funcional
c) Análisis de las soluciones posibles
1. Establecimiento de metas
d) Diseño, aplicación y evaluación del
programa de intervención
e) Seguimiento de los cambios logrados
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¿Por qué es necesario un Modelo?
La TCC está conformada por diferentes modelos de
intervención o modelos terapéuticos, que van guiando al
terapeuta a lo largo de todo el proceso. Son básicamente de
tres tipos, los modelos que enfatizan los factores cognitivos
en la génesis y mantenimiento de los desórdenes
emocionales, los modelos que enfatizan los factores
medioambientales como promotores de comportamiento
socialmente valorado como problema y los modelos que
mantienen un equilibrio entre los factores cognitivos y los
conductuales.
Ejemplos de modelos de evaluación cognitiva son: el
Modelo ABCD de Albert Ellis y el Modelo de la tríada cognitiva
de Aaron Beck
Ejemplos de modelos que enfatizan los factores del
medio ambientale son los modelos S-R y S-R-S, de
condicionamiento respondiente y condicionamiento operante,
respectivamente, enfatizan las condiciones antecedentes y
consecuentes del comportamiento.
Finalmente, los modelos de M. Mahoney, D.
Michembaum, Modelo Secuencial Integrativo de Ballesteros,
Fernández y Carrobles, y el modelo SORCK, son ejemplos de
modelos de evaluación que asignan una causalidad
equilibrada entre los factores cognitivos y ambientales en el
origen y mantenimiento del comportamiento anormal.
Cada uno de estos modelos le indica al terapeuta cuál
debe ser su foco de interés en el proceso. Al terapeuta
cognitivo le interesará identificar los sentimientos,
pensamientos, creencias y actitudes del cliente en relación
con su comportamiento problema y el comportamiento de los
otros significativos, mientras que el terapeuta conductual se
esmerará en encontrar las consecuencias reforzantes que los
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otros significativos administran al comportamiento
desadaptado del paciente.
Cuando el terapeuta opera bajo un modelo cognitivo
conductual, como el SORCK, identificará qué situaciones
problema está enfrentado el cliente (S), cuáles factores de
naturaleza cognitiva están entrando en juego (O), qué es
concretamente lo que dice, hace, siente y piensa, en esas
situaciones (R) y cuáles son las consecuencias que obtiene
por su actuar, como relaciones de efecto sobre sí mismo y
sobre los demás (K).
entonces también entrevistas para la solución de problemas,
entrevistas de intervención y entrevistas de seguimiento. Así,
lo que es importante tener presente, es que la función del
terapeuta dependerá del objetivo establecido para cada una
de las sesiones con el paciente.
Finalmente, al ser la evaluación conductual un
proceso estructurado y cuidadosamente planeado, requiere
de medidas precisas para asegurar la consecución de todos y
cada uno de los objetivos establecidos conjuntamente entre
el terapeuta conductual y el paciente.

Herramientas de Evaluación
Una parte característica de este proceso consiste en el
uso de técnicas de recolección de datos que permitan
identificar, precisar, y medir aspectos pertinentes de los
comportamientos valorados como problemáticos. Pueden
implicar instrumentos directos, que son los que registran el
comportamiento poco tiempo después de haberse producido,
como el automonitoreo, el autorreporte, la observación
directa, las medidas análogas y las medidas fisiológicas. Y los
instrumentos indirectos, que registran el comportamiento
tiempo después de haberse emitido, como los inventarios, los
cuestionarios y las listas de chequeo.
La entrevista conductual es un instrumento mixto de
evaluación, pues observamos el comportamiento del
individuo mientras responde nuestras preguntas y obtenemos
información de eventos que ya ocurrieron.
La entrevista es una herramienta de evaluación
característica de la psicología clínica y la entrevista
conductual tiene sus propios matices. Concebida como una
forma de interacción entre el terapeuta y el paciente, puede
tener diferentes propósitos. Se habla de entrevista inicial
para referirse a todas y cada una de las sesiones necesarias
para la identificación y definición del problema. Habría

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