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aspectos generales
¿Qué normas y leyes regulan la educación que reciben los niños y
adolescentes en las escuelas? ¿Qué rol desempeña el Ministerio de
Educación de la Nación y qué papel tienen los ministerios de
educación de las provincias? Un repaso sobre las principales
características de nuestro sistema educativo.
Esta ley permite que toda la población pueda acceder a una educación de calidad, que
garantice la igualdad de oportunidades y la equivalencia de los resultados, más allá de
las diferencias de origen.
En este sentido, el Estado debe crear las condiciones necesarias para que esto sea posible.
Tiene que asegurar tanto el sostenimiento de la educación pública y gratuita, como la
unificación nacional del sistema educativo con respecto a la organización y a los contenidos
que se enseñan en las escuelas de todo el país.
Recorrido histórico por las diversas leyes que regularon el sistema educativo argentino
desde mediados del siglo XIX.
Permite que todos los alumnos —con independencia de su condición social, cultural
geográfica o de género— reciban propuestas formativas equivalentes; de este modo,
se puede superar el problema de la desigualdad educativa.
Promueve la articulación entre los distintos niveles y modalidades, facilitando la
movilidad de los estudiantes de una escuela a otra.
Asegura la validez nacional de los títulos y certificados emitidos por las instituciones
del nivel inicial, primario, secundario, superior y universitario.
Para que la unidad del sistema educativo sea posible, el Estado nacional debe fijar la
política educativa en todo el territorio argentino y controlar su cumplimiento.
Un dato importante: la norma nacional es de carácter federal. Para lograr este carácter, el
Ministerio de Educación de la Nación y los ministerios de educación de las provincias
(incluida la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) organizan reuniones y acuerdos en el
marco del Consejo Federal de Educación.
Financiamiento educativo
Para lograr estos objetivos, el Estado también es responsable de asignar los recursos
económicos que posibiliten la gratuidad, la equidad y la igualdad de la enseñanza.
Para ello, en 2005, se sancionó la Ley de Financiamiento Educativo. Esta ley establece que
el presupuesto del Estado nacional, de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires destinado al financiamiento de la educación no debe ser inferior al seis por ciento (6
%) del producto bruto interno (PBI), meta que se viene cumpliendo desde el año 2010.