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Inflamación
La inflamación es una respuesta estereotipada ante agresiones por agentes físicos (temperatura,
radiación), lesión mecánica (heridas), irritantes químicos y un gran número de microorganismos. La zona
inflamada presenta los cuatro signos de rubor, calor, tumor y dolor (tétrada de Celso). Los dos primeros
son causados por hiperemia, el tumor (hinchazón) por edema y el dolor principalmente por irritación de
terminales nociceptivas.
En la respuesta
inflamatoria se distinguen
tres fases: 1) aguda,
caracterizada por vasodila-
tación local y aumento de la
permeabilidad capilar; 2)
subaguda, en la cual hay
infiltración del tejido con
leucocitos, principalmente
polimorfonucleares y
macrófagos, y 3) crónica,
también llamada
proliferativa, en la cual
predominan linfocitos y
fibroblastos. Las fases
aguda y subaguda ocurren
rápidamente (minutos a
horas) mientras que la fase
crónica requiere días o
semanas. Normalmente la
inflamación se resuelve sin
llegar a la fase crónica.
La capacidad de
desarrollar respuestas
inflamatorias es indispens-
able como mecanismo de
defensa intensiva ante la agresión por bacterias y otros patógenos (Fig. 6-1). La inflamación también es una
respuesta al daño celular no infeccioso (por ejemplo, traumático o químico), iniciada por productos
liberados por las células lesionadas o muertas por necrosis como por ejemplo, las proteínas del choque
térmico (HSP).
Además, una vez neutralizada la agresión, la inflamación promueve los procesos de reparación
(cicatrización). No obstante, en medicina a menudo es necesario atenuar la respuesta inflamatoria, porque
1) es exagerada o se prolonga sin ventaja biológica, o 2) se debe a procesos alérgicos o autoinmunes.
FACTORES ANTIINFLAMATORIOS
Del mismo modo en que ciertas moléculas promueven la inflamación, otras limitan naturalmente su
extensión. Entre los factores antiinflamatorios naturales están ciertos componentes del complemento como
C1, C4b y otros. La prostaglandina E2 inhibe la producción de citokinas y la proliferación de linfocitos, y
el factor de crecimiento transformante beta (TGFβ) reduce la actividad de los macrófagos y linfocitos NK y
promueve procesos de cicatrización. Los glucocorticoides endógenos reprimen genes que codifican
moléculas pro-inflamatorias y aumentan la expresión de genes inhibidores de la inflamación. La IL-10
inhibe a los monocitos y macrófagos, reduce la producción de citokinas y la actividad fagocítica. Las
lipoxinas A y B poseen asimismo efectos antiinflamatorios.