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UNIVERSIDAD YACAMBÚ

VICE-RECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

NATURALEZA JURÍDICA DEL EMBARGO EN EL PROCEDIMIENTO POR


INTIMACIÓN EN EL PROCESO CIVIL VENEZOLANO.

Autora: Grey Emilia Leung


Tutora: Marisabel Pirela

Cabudare, Noviembre 2017


UNIVERSIDAD YACAMBÚ
VICE-RECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

NATURALEZA JURÍDICA DEL EMBARGO EN EL PROCEDIMIENTO POR


INTIMACIÓN EN EL PROCESO CIVIL VENEZOLANO

Trabajo de Grado presentado como requisito para optar al grado de


Abogado.

Autora: Grey Emilia Leung


Tutora: Marisabel Pirela

Cabudare, Noviembre 2017


APROBACIÓN DEL TUTOR

En mi carácter de tutora del Trabajo de Grado titulado: “Naturaleza Jurídica


del Embargo en el Procedimiento por Intimación en el Proceso Civil
Venezolano”, presentado por la ciudadana: Grey Leung, titular de la Cédula
de Identidad Nº V-_____________, para optar al título de Abogado,
considero que dicho trabajo reúne los requisitos y méritos suficientes para
ser sometido a la presentación pública y evaluación por parte del Jurado
Examinador que se designe.
En Cabudare, a los (____) días del mes de Noviembre del dos mil
diecisiete (2017).

__________________________
____
Abg.
C.I. V- ______________

DECLARACIÓN DE AUTORÍA
Quién suscribe, Grey Leung, titular de la Cédula de Identidad Nº V-
_____________, hago constar que soy la autora del Trabajo de Grado, cuyo
título es: Naturaleza Jurídica del Embargo en el Procedimiento por Intimación
en el Proceso Civil Venezolano. En tal sentido, manifiesto la originalidad,
conceptualización del trabajo, interpretación de los datos y la elaboración de
las conclusiones, dejando establecido que aquellos aportes intelectuales de
otros autores se han referenciado debidamente en el texto del trabajo.
Destacando que el mismo constituye una elaboración propia realizada
siguiendo los parámetros y normas establecidas por la Universidad Yacambú,
bajo la única dirección y tutoría de la Abg. __________, titular de la cédula
de identidad N° V- ____________.

En Cabudare, a los (____) días del mes de Noviembre del dos mil
diecisiete (2017).

___________________________________
Grey Liung
C.I. Nº V-________________

DEDICATORIA

Grey Leung
AGRADECIMIENTOS

Grey Leung
ÍNDICE GENERAL

Pp

AGRADECIMIENTOS V
DEDICATORIA Vi
RESUMEN Viii
INTRODUCCIÓN 01

CAPÍTULOS
I SITUACIÓN OBJETO DEL ESTUDIO 00
Objetivos de la Investigación 00
General 00
Específicos 00
Justificación e Importancia 00

II SOPORTE CONCEPTUAL 00
Estudios Previos 00
Bases Teóricas
Sustentación Legal 00
Bases Jurisprudenciales 00
Definición de Términos Básicos 00

III ORIENTACIÓN PROCEDIMENTAL 00


Naturaleza de la Investigación 00
Instrumentos para la Recolección de Información 00
Técnica de Análisis de la Información 00

IV EL PRODUCTO 00
Conclusiones 00
Recomendaciones 00

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 00

UNIVERSIDAD YACAMBÚ
VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

Línea de Investigación:

NATURALEZA JURÍDICA DEL EMBARGO EN EL PROCEDIMIENTO POR


INTIMACIÓN EN EL PROCESO CIVIL VENEZOLANO

Autora: Grey Leung


Tutora: Abg. Marisabel Pirela
Mes y Año: Noviembre 2017

RESUMEN

Descriptores:
PARTE I

SITUACIÓN OBJETO DE ESTUDIO

Descripción Detallada de la Situación Objeto de Estudio

En el mundo de la naturaleza física los hechos acontecen según las leyes


de causalidad, las cuales no poseen una significación o sentido, no
responden a un propósito ni están dirigidas a la realización de valores. Si por
el contrario se observa el campo humano, allí se toman en consideración
puntos de vistas estimativos guiados por juicios o instituciones de valor a
través de las cuales se establecen determinadas finalidades o metas para su
conducta.
Dentro de este contexto, el hombre, para alcanzar la perfección a que
está llamado en el orden físico, individual y moral, debe vivir con otros
hombres con los que coexiste y colabora con una mutua ayuda y
complementación, estableciendo parámetros de respeto y, sobre todo, una
división de actividades según las cualidades de cada uno ensambladas en
líneas de colaboración hacia determinados objetivos, es decir, un orden y,
como consecuencia de ello, se hacen necesarias las normas jurídicas o sea
el Derecho. De ahí la frase célebre: donde existe la sociedad, allí hay
Derecho (ubi societas, ibi ius).
Todo lo anterior, conlleva a la existencia de un Estado de Derecho, el cual
se mantiene en la medida que se garanticen los derechos fundamentales de
los ciudadanos. En tal sentido, siendo el Estado el ente rector de las
relaciones en sociedad, no sólo establece los lineamientos y normas a
seguir, sino que en un sentido más amplio tiene la obligación de establecer la
seguridad jurídica, ya que ésta constituye la principal garantía que el sistema
jurídico político en su conjunto se oriente hacia el respeto y la promoción de
la persona humana.
La seguridad jurídica, según el tratadista venezolano Egaña (2005)
depende fundamentalmente de la existencia de organismos eficaces
encargados de su aplicación, por tal razón, el diseño de un ordenamiento
jurídico, que en abstracto supone la posibilidad de otorgar soluciones a los
conflictos de intereses que se puedan suscitar entre los miembros de la
colectividad, aún cuando se considere que sus normas son técnicamente
perfectas, no puede pensarse en ello como en el requisito único para
alcanzar la seguridad jurídica, resulta primordial la existencia de un elemento
de tipo subjetivo, es decir, personas capaces encargadas de su estudio y
aplicabilidad al caso concreto (p. 10). procedimientos especiales, el
procedimiento por intimación, entendido
De acuerdo a lo mencionado por el Código de Procedimiento Civil (1990),
según el Diccionario de la Real Academia Española (2017), define como la
acción y efecto de intimar, requerir o exigir el cumplimiento de algo,
especialmente con autoridad o fuerza para obligar a hacerlo (p. 13).
Ahora bien, en el ámbito técnico legal, la norma adjetiva civil, establece
en su artículo 640 la definición de intimación, la cual ha sido redactada en los
siguientes términos:
Cuando la pretensión del demandante persiga el pago de una
suma líquida y exigible de dinero o la entrega de cantidad cierta
de cosas fungibles o de una cosa mueble determinada, el Juez, a
solicitud del demandante, decretará la intimación del deudor, para
que pague o entregue la cosa dentro de diez días apercibiéndole
de ejecución. El demandante podrá optar entre el procedimiento
ordinario y el presente procedimiento, pero éste no será aplicable
cuando el deudor no esté presente en la República y no haya
dejado apoderado a quien pueda intimarse, o si el apoderado que
hubiere dejado se negare a representarlo.

Ante este respecto, Álvarez (2009) señala que mediante el procedimiento


por intimación se pretende dar fuerza ejecutiva a un titulo mediante la
inversión de la carga del contradictorio, contrariamente al procedimiento
ordinario que parte de la citación del demandado continúa con la
contestación de la demanda, lo que traba la litis y, consecuencialmente
determina la carga probatoria de cada una de las partes en juicio (p. 11).
En efecto, el procedimiento por intimación, tiene contradictorio solo con la
oposición, caso en el cual se sigue el procedimiento del juicio ordinario, ello
bajo la noción justificada de la celeridad de los procesos judiciales que tienen
una base documental, como soporte del petitorio contenido en el libelo de la
demanda, tales como letras de cambio o cualquier otro documento en el que
se exprese manifiestamente la obligación pagar una suma liquida de dinero o
la obligación de entregar una cantidad de cosas fungibles o una cosa cierta
determinada con la participación activa del órgano judicial, el cual conmina al
demandado al cumplimiento de la obligación en un plazo perentorio,
apercibiéndole de ejecución, la cual, se concretará como sentencia definitiva,
en defecto de oposición.
De estas breves conceptualizaciones puede inferirse que el procedimiento
por intimación supone la utilización de una autoridad para la exigencia del
cumplimiento de un pago; dicha autoridad será ejercida a nivel jurisdiccional
en el marco del proceso, una vez que el actor haya postulado su pretensión.
Ahora bien, en dicho procedimiento, conforme lo establece el artículo 646 del
Código de Procedimiento Civil (1990), el juez, a solicitud del demandante
podrá decretar, de manera urgente, embargo provisional de bienes muebles,
prohibición de enajenar y gravar inmuebles o secuestro de bienes
determinados.
Se deduce, que la urgencia en la aplicación de la medida de embargo
supone el deseo del legislador, a través de esta norma, de lograr una tutela
especial a los intereses del actor, sin que ello implique un menoscabo sobre
los derechos del intimado. Para ello es necesario aplicar un procedimiento
especial breve donde no sea necesario esperar la sustanciación de todo un
procedimiento ordinario, el cual puede implicar una inversión importante de
tiempo y arriesgar, en cierta forma, el objeto de la pretensión del actor.
De este modo, una vez cumplido con los requisitos de los artículo 640 y
642 del Código de Procedimiento Civil (ob cit), el juez podrá decretar el
embargo provisional de bienes muebles del demandado, sin embargo a la
lectura de las referidas normas sobre el procedimiento especial por
intimación se observa que no se extrae, en primer término, la naturaleza
específica del tipo de embargo ventilado, ni la ubica en una categorización
específica, lo que trae como consecuencia dificultades al momento de
enfrentar un embargo por intimación.
Y es que al desconocer la naturaleza o el origen de dicho embargo es
imposible determinar las herramientas con las cuales hacerle frente y que
pudieran estar o no disponibles dentro de la norma adjetiva pero que,
ciertamente causa confusión al momento de su aplicación. Precisamente esa
poca claridad puede generar falta de criterios jurisprudenciales cónsonos,
diáfanos y uniformes al respecto, lo cual no ayuda a vislumbrar un camino
correcto a seguir.
Al desconocer la naturaleza jurídica de dicho embargo resulta entonces
fundamental e importante adentrarse al estudio del mismo y aclarar algunas
consideraciones fundamentales, como por ejemplo conocer los alcances del
procedimiento especial por intimación, su mecanismo de acción,
consecuencias, origen y espíritu normativo y más allá lograr determinar, en el
marco de dicho procedimiento, cuáles serían los medios de impugnación
adecuados para hacerle frente.
Consecuencialmente, se hace indispensable además, extender el análisis
razonado no solo con respecto a esos medios de impugnación sino también
con respecto al destino final de ese embargo una vez desarrollado o
adentrado en el procedimiento intimatorio. Es decir, sí una vez dictado el
decreto intimatorio y el intimado realiza la oposición debida en el plazo
establecido en la norma, el decreto de intimación quedaría sin efecto y se
remitiría al procedimiento ordinario, en ese estado y grado de la causa.
De lo anterior plantea efectivamente una vez adentrados dentro del
procedimiento especial por intimación, cuando a solicitud de parte el juez de
la causa decreta el embargo provisional de bienes del intimado y se efectúa
la respectiva notificación, existiendo la posibilidad de oposición al decreto de
intimación pero ya siendo efectivo el embargo, vale entonces cuestionarse en
ese instante sobre cuáles son los medios de defensa o impugnación con los
que cuenta el intimado para hacerle frente a dicho embargo.
Ante tales enunciados surgen las siguientes interrogantes ¿cómo es el
procedimiento de intimacion según la ley y la doctrina venezolana? ¿ Como
es la medida cautelar de embargo en el procedimiento por intimación de
acuerdo a la legislación y la jurisprudencia venezolana? Y ¿Cuál es la
importancia del embargo como medida cautelar en el procedimiento por
intimación en Venezuela

Objetivos del Estudio

General

Analizar el embargo como medida cautelar en el procedimiento por


intimación de acuerdo al ordenamiento jurídico venezolano y la doctrina
venezolana.

.Específicos

1) Describir el procedimiento de intimacion según la ley y la doctrina


venezolana
2) Estudiar la medida cautelar de embargo en el procedimiento por
intimacion de acuerdo a la legislación y la jurisprudencia venezolana
3) Señalar la importancia del embargo como medida cautelar en el
procedimiento por intimación en Venezuela

Justificación e Importancia

El procedimiento por intimación estaba destinado, desde sus inicios, a


solucionar una serie de problemas y controversias planteados a raíz de las
relaciones jurídicas de sujetos de derecho; dichas relaciones vieron un auge
significativo con la llegada de la era de la modernidad y del mundo global,
donde se multiplicaron esas relaciones jurídicas entre las personas de una
forma exponencial.
En ese sentido el procedimiento por intimación poco a poco ha ido
ocupando espacios importantes dentro del ejercicio profesional de la ciencia
del derecho desde distintos puntos de vista, buscando de manera breve y
práctica la forma como obtener el pago de una determinada deuda.
El procedimiento por intimación establecido en el Código de
Procedimiento Civil (1990) contempla un tipo de embargo destinado a
garantizar el cumplimiento del decreto intimatorio, no obstante, se origina un
problema al momento en que el intimado procura hacer frente a dicho
embargo, debido a que la norma adjetiva establece la forma y el modo en
que el intimado puede hacer frente al decreto intimatorio mas no así la forma
como puede hacerle frente a esta medida, originando, de este modo, un
vacío jurídico que requiere ser atendido a través de una investigación
documental que permita determinar su naturaleza jurídica y como vía de
consecuencia herramientas teóricas para hacerle frente en la práctica.
Sobre la base de la premisa precedentemente expuesta, la presente
investigación se justifica por cuanto tiene como norte inferir o dilucidar para
beneficio del foro jurídico nacional la naturaleza jurídica del embargo
establecido en el procedimiento por intimación en el ordenamiento jurídico
positivo, ello, en función que actualmente no existe un criterio jurídico
establecido donde se fije la forma como el intimado puede defenderse del
embargo establecido dentro de dicho procedimiento especial.
Para su solución se requiere precisamente un estudio minucioso de todo
cuanto se haya creado o escrito sobre el embargo en vía intimatoria, esto
requiere el análisis de la doctrina propia y foránea de una institución
ampliamente conocida en muchas latitudes pero sobre la cual aún y, a pesar
de los años, se ciernen ciertas dudas y controversias como la que está
siendo planteada, así como también se requiere el estudio de la
jurisprudencia patria y lo que haya expresado a tal fin con el propósito de
apaciguar las empantanadas aguas que dicho desafío jurídico propone.
Muchos han tratado de endilgar aires de ilegalidad o arbitrariedad al
embargo intimatorio en virtud del desconocimiento de su naturaleza y por
ende de los medios o herramientas existentes para hacerle frente, lo que no
debe llevar a enlodar la reputación de tal institución por el solo hecho de
desconocer su origen, alcance, formación y naturaleza, sin sopesar la
importancia medular que posee en el contexto de las relaciones legales de la
actualidad entre sujetos de derecho.
Se destaca entonces la relevancia social y jurídica que el estudio aquí
elaborado representa, de tal modo en cuanto al ámbito académico, además
de hacer aportes a futuras investigaciones relacionadas con la materia,
ayudará a la resolución de controversias que se plantean en torno al
procedimiento por intimación y a la toma de decisiones de quienes ávidos de
información hagan la consulta debida movidos por la necesidad que genera
determinar los medios con los que cuenta el intimado para hacer frente al
embargo, por esta razón se justifica de manera sólida y contundente el
desarrollo de la presente investigación enmarcada bajo la línea de
investigación política y sociedad.

PARTE II

SOPORTE CONCEPTUAL

Se hace mención desde una perspectiva histórica, de las nociones en


cuanto a la figura del embargo, a los fines de comprender, desde sus raíces,
su naturaleza. En consecuencia, ha de afirmarse que los orígenes de las
medidas cautelares deben ubicarse dentro de juicios de carácter ejecutivo,
en el que existía la necesidad de anteponer en el tiempo los efectos
ejecutorios de la sentencia, ante el peligro que debiera existir para los
intereses del demandante, la mora del juicio y el daño inminente, abriéndose
una brecha entre el carácter ejecutivo aludido y la necesidad de
aseguramiento.
De este modo, siendo el Derecho Romano, base del Derecho actual, ha
de precisarse que en éste no se conocían las medidas cautelares como se
encuentran establecidas en la actualidad, sin embargo se encontraban
ciertas instituciones que cumplían objetivos similares, entre las que destaca
la Pignoris Capio, la cual se trataba de un procedimiento consistente en la
toma de determinados bienes del deudor como garantía a favor del acreedor
con la intención de constreñirlo al pago de su deuda, no obstante ésta
constituía una de las acciones de ley ejecutiva.
Por su parte, en el derecho venezolano, según las apreciaciones de
Gómez (2014):
En función de República, dictó en 1836, el primer Código
Procesal, el cual contenía un título denominado De las
Incidencias. En este Título se comprendían las excepciones
dilatorias, recusación de funcionarios, competencias, secuestro
judicial y arraigo, tercerías, cesión de bienes y de la espera y
quita. Esta disposición del Código Arandino vino a servir de base
a la futura legislación procesal sobre medidas preventivas. (p.
s/n).

Se observa la data del primer código procesal, en el que se empezaron a


esbozar medidas cautelares sin especificación de su naturaleza, pese a que
el autor señala que fueren preventivas. En el caso específico del embargo
como medida cautelar, éste tiene sus raíces de lo aplicado en el imperio
romano en el que el régimen aplicable era la ejecución personal al deudor,
es decir versaba sobre la persona física del deudor, quien quedaba reducido
a esclavo del acreedor quien podía sobre éste venderlo, para recuperar su
acreencia o enviarlo a prisión e incluso pedir su ejecución y posteriormente el
acreedor podía solicitar la posesión total de los bienes de éste.

Estudios Previos

Los estudios previos están referidos a los estudios realizados con


anterioridad que guarden estrecha relación con el tema aquí planteado y que
además aporten información valiosa para el desarrollo de los objetivos
planteados.
De este modo, se cita inicialmente la investigación realizada por Cordero
(2008), titulada “Las Medidas Cautelares en el Derecho Procesal Civil y los
Preceptos Constitucionales consagrados en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela” en la cual utilizó una metodología basada en un
estudio monográfico a nivel descriptivo, su finalidad estuvo dirigida
básicamente a estudiar las medidas cautelares desde la óptica de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y circunscritas al
Código Orgánico Procesal Civil (1990) observando no sólo los principios
constitucionales por los que se debe regir el proceso sino también las
normas procedimentales específicas que se ajustan a éste, pese a que su
data es más antigua.
Sobre esta base, la autora concluyó que las medidas cautelares forman
parte, de manera accesoria o íntegra del debido proceso, por tanto es
obligatoria la motivación en el decreto de una medida cautelar pues de no
hacerlo, sería imposible que dicha medida sea susceptible de control
ordinario o extraordinario lo que lesionaría el derecho a la defensa de la parte
o del tercero que puede verse afectado por dicho decreto.
Tal conclusión resulta relevante a la presente investigación por cuanto
aborda el estudio minucioso de las medidas cautelares muy específicamente
en el punto que señala que la motivación del decreto cautelar es
indispensable para garantizar el derecho a la defensa del la parte afectada
por dicha medida, lo que de manera directa hace entre ver un análisis
exhaustivo de la materia cautelar y de la naturaleza de las distintas medidas
existentes.
Desde una perspectiva más amplia, es preciso citar la investigación
realizada por Contreras (2011), la cual tituló: “El procedimiento por intimación
como medio para obtener economía y celeridad en la creación del título
ejecutivo en el proceso civil venezolano”, cuya finalidad estuvo dirigida a
resaltar que el procedimiento por intimación se analiza tomando en cuenta la
dualidad de criterios en torno a cómo debe formularse la oposición en el
mismo encuadrado además en el marco constitucional y legal de acuerdo a
la garantía del debido proceso; por lo que concluyó que la oposición es el
acto más trascendental en el procedimiento por intimación porque de ella
dependerá el destino final de dicho procedimiento, el cual no es otro que el
actor sin necesidad de someterse a la larga tramitación de un proceso
contencioso pueda obtener con rapidez un título ejecutivo que el juez dicte y
luego proceder a la ejecución forzosa si el intimado no paga o no formula
oposición en el lapso establecido.
Lo que evidentemente, resulta de gran relevancia para el estudio aquí
planteado, por cuanto aborda los aspectos generales del procedimiento por
intimación así como su definición, características, finalidad y objeto, lo cual
es de gran ayuda para el objetivo general de la presente investigación donde
se estudiará todo lo relativo al procedimiento monitorio.
Por otra parte, se cita el estudio realizado por Briceño (2012) el cual tituló:
“Naturaleza Jurídica y Procedencia de las Medidas Cautelares Agrarias”,
para el desarrollo del mismo la investigadora utilizó una metodología analítica
y de desarrollo conceptual con apoyo en una amplia revisión bibliográfica y el
uso de técnicas de análisis de contenido, análisis comparativo, de inducción
y de síntesis, su objetivo estuvo dirigido a analizar el sistema cautelar
especial adoptado por el legislador venezolano en la Reforma de la Ley
Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios promulgada el 04 de
Agosto de 1982, que faculta al juez agrario para dictar medidas asegurativas
o conservativas con el fin de proteger la producción agraria y los recursos
naturales renovables.
Desde esta óptica, la autora analizó el poder cautelar del juez y a su vez a
aplicación de las medidas cautelares en el derecho agrario, indicando que
debe existir un correcto análisis de los hechos, de los requisitos, alcance y
clases de medidas las cuales al obviarlas traen serias complicaciones
procesales, colocando a las partes en un estado de indefensión, por violación
al debido proceso, toda vez que no permite a las partes determinar con
certeza el medio de impugnación o conducta procesal que deben desplegar.
Como vía de consecuencia del estudio realizado, la autora concluye que
la jurisdicción cautelar hoy forma parte en el sistema de tutela judicial de las
garantías individuales contenidas en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999). En ese sentido el juez en la oportunidad
de decretar alguna medida, sea típica o atípica del Código de Procedimiento
Civil (1990), debe garantizar a las partes la correcta observación de un
debido proceso y, por consiguiente, asegurará la no violación del derecho a
la defensa como garantía inherente a la persona humana. Dicha conclusión
es relevante para la presente investigación por cuanto en ella se abordará el
estudio de las medidas cautelares como objetivo para dilucidar la naturaleza
jurídica del embargo establecido en el procedimiento por intimación,
estableciendo las bases de estudio sobre este análisis amplio en cuanto a los
antecedentes, características, condiciones de procedencia, diferencias,
semejanzas, objetivos que persigue, medios recursivos o de impugnación,
criterios doctrinarios, tratamiento jurisprudencial de los tribunales de instancia
y casación sobre el poder cautelar, tomando siempre como punto de partida
el poder cautelar típico y general codificado en el Código de Procedimiento
Civil (1990).
En este orden de ideas, debe traerse a colación la investigación
documental con la utilización de métodos cualitativos, tales como el
inductivo, deductivo y de síntesis, realizada por González (2013)
denominada: “El procedimiento cautelar del embargo y la tercería” el cual
tuvo como objeto el estudio del procedimiento cautelar del embargo
codificado en el Código de Procedimiento Civil (1990), el cual según las
consideraciones de la investigadora tiene como finalidad asegurar al
demandante las resultas del juicio y prevenir contra el peligro que, por mala
fe o por negocios posteriores a la incidencia del litigio, el demandado
enajene, oculte o grave sus bienes quedando de esta manera en estado de
insolvencia cuando vaya a ejecutarse el fallo.
Es así que entre sus conclusiones resalta notablemente que el poder
cautelar general se erige como una institución dirigida a conseguir la manera
para eliminar situaciones de peligros que atenten contra la pretensión del
actor, otorgándole al juez poder cautelar que lo habilita a dictar providencias
en vía preventiva para soslayar el peligro en la forma y medios que considere
oportunos.
Dicha conclusión es relevante a la presente investigación por cuanto
aborda el estudio de los poderes cautelares del juez, los cuales se
circunscriben a la solicitud del actor, en ese sentido cabe destacar que el
embargo establecido en el procedimiento por intimación igualmente opera
previa solicitud de parte, lo que se asemeja al embargo abordado en el
citado estudio

Bases Teóricas

Las bases teóricas constituyen la estructura de un trabajo de


investigación, según Hernández (2000), el marco teórico de la investigación:
“Permitirá seleccionar los aspectos conceptuales que contribuirán a explicar
y ampliar el horizonte del estudio y ofrecer una guía al investigador para que
se centre en su problemática planteada” (p.35). Sobre esta premisa se
cimentarán las bases que fundamentarán el estudio aquí planteado, bajo el
desarrollo de cada uno de los objetivos específicos planteados.

Sistema Cautelar

Explanados los antecedentes como en efecto se ha realizado,


corresponde en este aparte desarrollar todo lo atinente al sistema cautelar, a
tal efecto se expondrán las nociones básicas que permitirán comprender la
procedencia de éstas dentro del proceso.
Inicialmente debe exponerse lo relativo a la seguridad jurídica, la cual
según el tratadista venezolano Egaña (2005) depende fundamentalmente de
la existencia de organismos eficaces encargados de su aplicación, por tal
razón, el diseño de un ordenamiento jurídico que en abstracto supone la
posibilidad de otorgar soluciones a los conflictos de intereses que se puedan
suscitar entre los miembros de la colectividad, aún cuando se considere que
sus normas son técnicamente perfectas, constituyen uno de los requisitos
para alcanzar la seguridad jurídica.
Sobre esta premisa se cimienta el sistema cautelar en los procesos
judiciales, a los fines de otorgar seguridad jurídica a los litigantes, es por ello
que dentro de este contexto de la revisión del Código de Procedimiento Civil
(1990) se observa que dentro de su contenido se encuentra enmarcado en el
Libro Tercero, el cual ha sido denominado Del Procedimiento Cautelar y
Otras Incidencias, no obstante de éste solo destaca las medidas preventivas
en el capítulo I del mismo título, artículos 585 al 590, ambos inclusive,
consecutivamente establece la norma adjetiva civil en los capítulos
siguientes el embargo, el secuestro y la prohibición de enajenar y gravar
bienes inmuebles, los cuales han sido tipificados dentro del título referido a
las medidas cautelares preventivas.
Del mismo modo, en el título II, denominado De los Juicios Ejecutivos,
Capítulo I, de la vía Ejecutiva, artículo 630, se establece la medida de
embargo para cubrir la obligación del demandado; asimismo en el artículo
646 se establecen medidas cautelares dentro del procedimiento de
intimación, pudiendo ser éstas el embargo provisional de bienes muebles,
prohibición de enajenar y gravar inmuebles o secuestro de bienes
determinados.

Requisitos de Admisión

Tomando como premisa el axioma expuesto por el tratadista Ortiz (2002)


que todo lo procedente es admisible más todo lo admisible no es procedente
se precisa verificar los requisitos de admisión de las medidas cautelares para
luego estudiar los requisitos de procedencia, términos que deben tenerse
muy claros debido a la importancia que comportan para el efectivo desarrollo
del proceso civil.
A tal efecto, se explanan: a) Existencia de un juicio pendiente; b) Que no
sean contraria a la moral y buenas costumbres; c) Que no vayan en contra
de la ley y d) Que el objeto de la medida cautelar no sea idéntico al objeto de
la controversia ni al derecho controvertido en el juicio.
Respecto al primer requisito ha de señalarse que la existencia de un juicio
pendiente o pendente litis básicamente es el principal requisito de
justificación de la medida cautelar, considerando que ésta es un instrumento
para salvaguardar y asegurar las resultas del proceso.
Por último, se requiere que el objeto de la medida cautelar no sea idéntico
al objeto de la controversia ni al derecho controvertido en el juicio, ello a los
fines de evitar desnaturalizar o desvirtuar el juicio, toda vez que si se
satisface la pretensión con la medida cautelar, el juicio no tendría sentido, ya
que quedaría perfectamente convalidada su justificación.

Requisitos de Procedencia

Admitida la solicitud de medida cautelar corresponde al juez evaluar la


procedencia de la misma, para lo cual debe dirigirse a lo dispuesto por el
legislador, quien en el Código de Procedimiento Civil (1990) ha establecido
dos vertientes para la aplicabilidad de las medidas cautelares, la primera de
ellas deriva de lo dispuesto en el artículo 585 de la norma adjetiva civil, la
cual señala:
Las medidas preventivas establecidas en este Título las decretará
el Juez, sólo cuando exista riesgo manifiesto de que quede
ilusoria la ejecución del fallo y siempre que se acompañe un
medio de prueba que constituye presunción grave de esta
circunstancia y del derecho que se reclama.

Se evidencian como requisitos, el riesgo manifiesto y la presunción grave


que quede ilusoria la ejecución del fallo, estos requisitos han sido traducidos
en la doctrina como Fumus Boni Iuris y Periculum in Mora, sin embargo
existe también como requisito de procedencia el Periculum in Damni,
tipificado en el artículo 590 de la norma adjetiva civil.
En cuanto al fumus boni iuris, en traducción significa humo a buen
derecho y en palabras de Ortiz (2002) “(…) La posición jurídica tutelable o
verosimilitud en el derecho (…)”. Básicamente consiste en la probable
existencia de un derecho del cual se pide tutela al juez, es decir, como lo
comenta Calamandrei (1973), “Que la existencia del derecho aparezca como
verosímil”, supone, en consecuencia, un juicio de valor que haga presumir
que la medida cautelar va a asegurar el resultado práctico de la ejecución o
la eficacia del fallo.
En otro orden de ideas, se aprecia como requisito de procedencia el
denominado Periculum in Mora, lo que traducido significa peligro en la mora
y supone la probabilidad de peligro que, el dispositivo del fallo pueda resultar
ineficaz, en razón del retardo de los procesos jurisdiccionales o de la
conducta o circunstancias provenientes de las partes. Así que, para la prueba
del mismo, se requiere que el solicitante de la medida cautelar lo demuestre,
por cualquier medio y de manera sumaria.
Tal y como lo afirma el jurista Ortiz (2002) “El peligro del daño supone una
conducta poco correcta y de manera desleal”, sin embargo es de hacerse
notar que el periculum in mora tiene como causa constante y notoria, la
tardanza del juicio de cognición, el arco de tiempo que necesariamente
transcurre desde la deducción de la demanda hasta la sentencia
ejecutoriada, el retardo procesal que aleja la culminación del juicio.
Ahora bien, debe hacerse notar que la tardanza a la que se refiere la
norma en este requisito, no está referida al órgano jurisdiccional ni al
acreedor o solicitante de la medida, sino más bien, tal como lo afirma Ortiz
(2002) dicho requisito debe estar reflejado por la actividad de la otra parte en
dilatar o en hacer imposible su ejecución, es decir, en el peligro que las
actuaciones efectuadas por la otra parte, traigan consigo que la ejecución del
fallo sea infructuosa o de difícil ejecución.
No obstante, ese peligro en la tardanza debe ser demostrado, para la
procedencia de la medida, por lo que se debe verificar o por lo menos
acompañarse con la solicitud de medida cautelar, un medio de prueba que
haga presumir la circunstancia riesgosa que fundamenta la medida, esto es
que el medio probatorio no debe estar relacionado con el derecho reclamado,
sino al riesgo que la ejecución del fallo a dictarse, quede ilusorio.
En virtud de ello, este requisito es exigido exclusivamente a los fines del
decreto de las medidas cautelares innominadas, las cuales serán estudiadas
en lo sucesivo, pues básicamente se trata de evitar que se cause un daño
grave de difícil o imposible reparación para la parte que reclama el derecho.

Clases
Las medidas cautelares se clasifican en Nominadas e Innominadas,
atendiendo a su tipificación expresa en la norma.

Medidas Cautelares Nominadas


Establecidas taxativamente en el artículo 588 del Código de
Procedimiento Civil (1990), el cual es del tenor siguiente:
En conformidad con el artículo 585 de este Código, el Tribunal
puede decretar, en cualquier estado y grado de la causa, las
siguientes medidas:
1º El embargo de bienes muebles;
2º El secuestro de bienes determinados;
3º La prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles.
Podrá también el Juez acordar cualesquiera disposiciones
complementarias para asegurar la efectividad y resultado de la
medida que hubiere decretado (…)”.

Embargo

En este sentido, procediendo a estudiar el embargo de bienes muebles,


se debe referir que éste tiene dos vertientes, por cuanto puede ser preventivo
para proteger resultas del proceso, actúa como garante del mismo y
ejecutivo como consecuencia de una sentencia mediante decreto ejecutada
anticipadamente, siendo su resguardo el fin próximo del proceso.
Siendo la definición un poco más dinámica, se citan las apreciaciones de
Ortiz (2002) quien, al referirse al embargo preventivo expresa:
(…) Se trata de una medida preventiva de carácter cautelar que, a
solicitud de parte y en el curso del proceso, puede decretar el juez
previa comprobación de los requisitos de ley, sobre bienes
muebles propiedad de aquel contra quien se dirija, impidiendo el
uso, goce, disfrute y disposición por el tiempo que dure el proceso
principal, y los cuales quedarán afectos a responder del contenido
del dispositivo sentencial de condena expresado en la definitiva
(…).

Según Osorio (1986), el embargo es la medida cautelar adoptada por la


autoridad judicial para asegurar el resultado de un proceso y que recae sobre
determinados bienes cuya disponibilidad se impide. El embargo, en su
acepción procesal, se llama preventivo cuando tiene por finalidad asegurar
los bienes durante la tramitación del juicio y ejecutivo cuando procede como
cosa juzgada.
Es así que, en el caso del embargo preventivo, sólo estaría dirigido a los
bienes que por su naturaleza sean muebles y la función del embargo sobre
estos es sustraer del patrimonio del demandado, provisional o
temporalmente, mientras dure el juicio, los derechos que, sobre tales bienes,
tiene el propietario.

Secuestro de bienes determinados

Ha de entenderse como el depósito de bienes muebles o inmuebles


materia de un litigio que, en manos de terceros y para fines preventivos y de
conservación, hacen los interesados o decreta el Tribunal. Es voluntario en el
primer caso y constituye un contrato entre los deponentes y el depositario y,
judicial en el segundo caso, en el cual, aunque no es una convención,
impone al secuestratario las mismas obligaciones que el secuestro
convencional al depositario. El secuestro voluntario se rige únicamente por
las disposiciones del Código Civil (1982) el judicial se rige, además de las
disposiciones del Código Civil aludido, también por las del Código de
Procedimiento Civil (1990).
Prohibición de Enajenar y Gravar bienes inmuebles

Esta medida no afecta ni perturba de manera inmediata al afectado,


constituye una limitación al derecho de propiedad y por lo tanto su
interpretación debe ser siempre restrictiva y no puede aplicarse de manera
analógica.
Ésta, a diferencia de las dos medidas anteriores, no promueve la
desposesión del bien inmueble de la esfera patrimonial del demandado sino
más bien genera una limitación por parte del órgano jurisdiccional de realizar
actos de tradición y traspasos y demás gravámenes que sobre el bien
inmueble pudiera hacer el afectado.

Medidas Cautelares Innominadas

Las medidas cautelares innominadas se encuentran establecidas en el


parágrafo primero del Artículo 588 del Código de Procedimiento Civil (1990),
del cual se precisa que la redacción es bastante genérica, por cuanto sería
difícil tratar de enumerar los casos en que se podrían solicitar estas medidas
cautelares, pero es indudable que para acordarlas, el Juez deberá vigilar
estrictamente los presupuestos del fumus bonis iuris y el periculum in mora.
Cabe destacar que las medidas cautelares innominadas se dictan
inaudita alteram parte o sea “sin haber escuchado a la otra parte”, porque lo
que se busca es garantizar la ejecución patrimonial del juicio.
Estas medidas no están expresamente determinadas como las
nominadas, sino que constituyen el producto del poder cautelar general de
los jueces, quienes, a solicitud de parte, pueden decretar y ejecutar medidas
adecuadas y pertinentes para evitar cualquier lesión o daño que una de las
partes amenace infringir al derecho de la otra y con la finalidad de garantizar
tanto la eficacia como la efectividad de la sentencia definitiva de la función
jurisdiccional misma. Estas medidas pueden consistir en garantizar o prohibir
la ejecución de determinados actos, dictar providencias que tengan por
objeto cesar la continuidad de la lesión, entre otras tantas que sean
apropiadas a criterio del juez.
Por su parte, Ortiz (2002) indica que la naturaleza de tales medidas se
fundamenta en la discrecionalidad del juez por ser indeterminadas en el
contenido de la misma, consecuencialmente son autónomas y diversas en su
contenido, procedencia, tramitación, ejecución y fin de las medidas
nominadas, pudiendo solicitar la parte interesada aunada a cualesquiera de
las medidas nominadas sin perjuicio en su finalidad y justificación en el
proceso. Asimismo, pudieran dictarse a discreción del órgano jurisdiccional,
previa comprobación de los requisitos de procedencia exigidos en el Artículo
585 del Código de Procedimiento Civil (1990).

Procedimiento de Intimación

La intimación proviene del latín intimatio, intimatiónis o intimare y, según


el Diccionario de la Real Academia Española (2017) significa: “Requerir.
Exigir el cumplimiento de algo, especialmente con autoridad o fuerza para
obligar a hacerlo”.
Por su parte, Ibarra (2004) señala que la intimación es la declaración o
notificación que se hace a una persona de alguna orden que debe ser
acatada y cumplida”, de lo que se infiere que la intimación corresponde
entonces a una especie de mandato con poder de autoridad para ser
obedecido.
Asimismo, según las apreciaciones de Moros (2003) la intimación ha de
estudiarse desde tres perspectivas, las cuales son: a) En sentido lato:
configurada como la acción de declarar con autoridad; b) En su concepción
jurídica: Definida como la declaración o notificación con autoridad o fuerza
para que se cumpla lo manifestado o conminar a un pago o cumplimiento y,
c) Desde la óptica del legislador venezolano: Consagra el procedimiento por
intimación para tramitar la pretensión de un demandante que persiga el pago
de una suma líquida y exigible de dinero o la entrega de cantidad cierta de
cosas fungibles o de una cosa mueble determinada, previo cumplimiento de
requisitos.
Según lo expuesto por Pérez (1995), el procedimiento monitorio o de
intimación es:
El procedimiento mediante el cual el titular de un derecho
soportado en título instrumental acciona en contra del obligado
para que le pague una suma líquida y exigible de dinero o le
entregue cantidad cierta de cosas fungibles o de una cosa mueble
determinada, con la participación activa del órgano judicial, el cual
conmina al demandado al cumplimiento de la obligación en un
plazo perentorio, apercibiéndole de ejecución, la cual, se
concretará como sentencia definitiva, en defecto de oposición.
(p.26).

Ahora bien, al observar la norma adjetiva civil se precisa que en ésta no


se establece una definición de intimación, lo que obliga a quien aquí
investiga a tomar las definiciones doctrinales y enmarcarlas desde el punto
de vista del procedimiento, el cual es denominado también procedimiento
monitorio, siendo que el mismo permite que intimado el pago al demandado,
a falta de oposición formal de éste, adquiera el decreto de intimación fuerza
ejecutiva con autoridad de cosa juzgada, procediéndose sin más a la
ejecución. Lo que evidencia, un carácter especialísimo en este
procedimiento, el cual es breve y de mandato firme, no obstante para la
materialización del decreto el demandante debe presentar un instrumento
que constituya prueba de la obligación reclamada.
En esta misma línea de investigación, Pérez (1995) es de la opinión que:
“El procedimiento monitorio es una de las expresiones más genuinas y
acabadas de las formas ejecutivas en la estructura general del proceso”
(p.19), se afirma que es un procedimiento especial y ejecutivo distinto del
procedimiento ordinario por la brevedad que aquél supone, tal como lo afirma
González (2002):
Su diferencia con el Juicio Ordinario es que en lugar de los ciento
sesenta y cinco días que normalmente dura, se acorta a dieciséis.
Este período es el de conocimiento, que se puede transformar en
un proceso contencioso no si el actor quiere, porque si el actor
quiere introduce su demanda por el Juicio Ordinario. Sólo ocurre
si el demandado quiere. Se transforma en Ordinario si hay
oposición: pero es posible que el demandado no se oponga
permitiendo que opere la confesión ficta y, en vez de quedar
confeso ficto lo que queda es decidido ficto y se termina el juicio.
(p.34)

De esta forma, queda en evidencia no sólo el carácter especial al que se


ha venido mencionando con gran énfasis sino el carácter consecuencial, es
decir que este procedimiento especial precede de una decisión con carácter
de cosa juzgada, enmarcando una gran diferencia con el Proceso Ordinario,
no solo en brevedad sino en tramitación como en una serie de instituciones
que están dentro del mismo procedimiento, tales como la forma de ejecutar
el Decreto de Intimación.

Naturaleza Jurídica

Tomando como premisa inicial que la naturaleza jurídica es la fuente que


otorga efectos jurídicos a una acción o, en este caso a una institución
procesal, como lo es el procedimiento por intimación reposa, según su
ubicación dentro de la norma jurídica, como de naturaleza ejecutiva, por
encontrarse en el Libro Cuarto, denominado De los Procedimientos
Especiales, Título II, De los Juicios Ejecutivos, sin embargo resulta
interesante ahondar un poco más sobre esta concepción, para lo cual se
citan las apreciaciones efectuadas por Pérez (1995) quien señala que el
procedimiento por intimación:
Lo situamos en el contexto del procedimiento ejecutivo sui generis
o ejecutivo atenuado; dada su fuente, revestida de una intención y
finalidad ejecutiva indiscutible y, siendo que la esencia de la
acción que lo origina y lo impulsa, es estructuralmente sumaria,
perentoria y compulsiva pero amortizada por matices
cognoscitivos.

Es allí donde la doctrina ha entrado en disyuntivas, por cuanto existen


autores que afirman que su naturaleza es cognoscitiva, tal como lo afirma
Corsi (1991): “El procedimiento de intimación es un procedimiento de
cognición reducida, con carácter sumario, dispuesto a favor de quien tenga
derechos creditorios que hacer valer, asistidos por una prueba escrita” (p.85).
En tanto que Solís (2006), considera el procedimiento por intimación un
“procedimiento especial de cognición incompleta (o sumaria) y de condena”
y, en consecuencia su ubicación dentro de la norma jurídica en juicios
ejecutivos deriva no de su naturaleza sino de su finalidad en relación a la
ejecución, la cual es llevada a cabo anticipadamente, esto es antes que el
decreto de intimación quede definitivamente firme, a falta de oposición del
deudor intimado.
En conclusión, ha de afirmarse que el procedimiento por intimación tiene
una naturaleza jurídica dual o desde la perspectiva teórica, se asume una
posición ecléctica, asumiendo ambas visiones, la primera de naturaleza
cognitiva y la segunda, como vía de consecuencia de la anterior de
naturaleza ejecutiva.

Clasificación

Partiendo de las consideraciones históricas del procedimiento monitorio


expuesto por González (2002) quien indica: “Estos juicios monitorios los
inventaron los alemanes en la Ordenanza Procesal Civil de 1877, que
todavía está vigente con muy pocas modificaciones. (…) Trajo un
procedimiento monitorio alemán o puro (…)” (p. 31). En consecuencia,
deviniendo del derecho alemán e italiano, se distinguen dos tipos de
procedimientos monitorios: procedimiento monitorio puro y el procedimiento
monitorio documental, los cuales serán estudiados en lo sucesivo.
Procedimiento Monitorio Puro

Salazar (2002), indica que este tipo de procedimiento es de origen


alemán y austríaco y “Se inicia con una petición escrita u oral, sin ningún tipo
de requisito o documento, contra el acreedor y el juez, mediante el cual se
debe ordenar la intimación al pago o a la oposición” (p. 60).
Básicamente, en este tipo de procedimiento lo que vale como prueba es
la palabra del demandante, es decir que se consideran ciertos los hechos
afirmados por éste, en tanto y en cuanto el deudor no niegue su verdad
mediante oposición a la inyunción.

Procedimiento Monitorio Documental

Es el tipo de procedimiento asumido por el legislador patrio, básicamente


procede en los casos en que la pretensión o el derecho aludido se puede
probar mediante documentos.
En apoyo a este punto, Hill (1999) expresa que el procedimiento monitorio
documental, exige el acompañamiento de la prueba escrita del crédito que se
persigue su cobro a través de la intimación. Se encuentra establecido
taxativamente en el artículo 643 ordinal 2 del Código de Procedimiento Civil
(1990), que establece los requisitos de inadmisión de la demanda: “(…) Si no
se acompaña con el libelo la prueba escrita del derecho que se alega (…)”.

Decreto de Intimación

Según, La Roche (1998), es una propuesta de sentencia condenatoria,


motivada sumariamente y circunscrita a la justificación de pertinencia del
procedimiento antes que juzgar exhaustivamente la litis planteada, es decir
que es una especie de adelanto de efectos de una sentencia que aún no ha
sido dictada, sin embargo para que el mismo tenga efecto debe estar
debidamente motivado, tal como lo establece la norma adjetiva civil, además
deberá expresar, entre otros datos de identificación, el monto de la deuda,
con los intereses reclamados; la cosa o cantidad de cosas que deben ser
entregadas, la suma que a falta de prestación en especie debe pagar el
intimado conforme a lo dispuesto en el Artículo 645 y las costas que debe
pagar; el apercibimiento que, dentro del plazo de diez días, a contar de su
intimación, debe pagar o formular su oposición y que no habiendo oposición,
se procederá a la ejecución forzosa.
En tal sentido, la oposición se configura como una especie de recurso que
la ley concede al demandado (intimado), en el juicio monitorio de impugnar
en la oportunidad fijada, el decreto de intimación, con el indiscutible propósito
de no procederse a la ejecución forzosa, que implica medidas de embargos
ejecutivos sobre bienes inmuebles y los subsiguientes actos de ejecución
hasta sacarse a remate los bienes para ser efectivo el crédito con el producto
de las posturas.
En este punto, la doctrina ha estado dividida, puesto que hay autores que
afirman que la oposición debe estar fundamentada o motivada, en tanto que
otros indican que no necesariamente debe ser así, toda vez basta con sólo
oponerse, para dejar sin efecto el procedimiento por intimación con una
simple manifestación o advertencia contraria a la pretensión del demandante,
ello se justifica en función de lo establecido en los artículos 651 y 652 del
Código Procesal Civil (1990).

Naturaleza Jurídica del Embargo en el Procedimiento por Intimación

Para determinar la finalidad del embargo es preciso distinguir su


naturaleza jurídica, de allí que al establecer que existen dos vertientes de
aplicación, bien como medida preventiva o bien como medida ejecutiva, se
destaca entonces que las medidas preventivas son definidas como aquellas
que comportan una prevención ante el temor que quede ilusoria la ejecución
del fallo mientras que las medidas cautelares son rogadas ante un órgano
jurisdiccional a los fines de procurar la ejecución del fallo, con lo cual se
infiere que toda medida cautelar es preventiva pero no toda medida
preventiva es cautelar.
En cuanto a la tutela anticipada o técnicas anticipatorias, el autor Ortiz
(2002) afirma que únicamente pueden ser acordadas en determinados
supuestos, bajo determinados requisitos y solo cuando sea la única manera
de garantizar la ejecución del fallo, el referido autor agrega que deben ser
reversibles, aunque materialmente no es posible pues en esta medida se
acuerda total o parcialmente lo pedido en la pretensión principal.
Por otra parte, Sánchez (2006) sostiene que el procedimiento monitorio
se aparta de las reglas generales de las medidas cautelares en cuanto al
poder del juez para decretarlas, puesto que en este procedimiento por
intimación el juez deberá decretar las medidas una vez que sean solicitadas
por el demandante, no siendo algo potestativo, dando por sentado que dicha
medida decretada es una medida cautelar que debe enmarcarse dentro de
un requisito de procedencia establecido en el artículo 646 del Código de
Procedimiento Civil (1990).

AMPLIAR OBJETIVOS DE ACUERDO A LOS CAMBIOS DEBE


DESARROLLAR MINIMO 7 PAGINAS POR OBJETIVO ESPECIFICO
MAXIMO 8

CAPÍTULO III
ORIENTACIÓN PROCEDIMENTAL

Naturaleza de la Investigación

La metodología, se hace necesaria en el mundo científico y del


conocimiento, pues con la investigación o método científico, según Jañez
(2008), se caracteriza por ser “El continuo organizar instrumentos
conceptuales en orden a un objetivo” (p. 101).
En virtud de ello, quien investiga debe hacer converger la teoría con las
técnicas de recolección y análisis de datos, de los cuales nace el objetivo
general y los objetivos específicos de la investigación.
A tal efecto, el trabajo de investigación denominado la naturaleza jurídica
del embargo en el procedimiento por intimación en el proceso civil
venezolano, se realizó bajo la perspectiva de un diseño bibliográfico, en este
sentido Palella y Martins (2012), establecen lo siguiente:
El Diseño Bibliográfico utiliza los procedimientos lógicos y
mentales propios de toda investigación: análisis, síntesis,
deducción, inducción, entre otros (…) Es un proceso que se
realiza en forma ordenada y con objetivos precisos, con la
finalidad de fundamentar la construcción de conocimientos.
Se basa en diferentes técnicas de localización y fijación de
datos, análisis de documentos y de contenidos. (p. 87).

Por otra parte, debe destacarse que el tipo de la presente investigación es


documental monográfico, desde una perspectiva analítica, en la cual se
busca ampliar y afianzar algún conocimiento, con la indagación de recursos,
tales como investigaciones antecesoras respecto al tema a abordar, textos,
estudios arbitrados, al respecto, Palella y Martins (2012) indican:
La investigación de tipo documental tiene como propósito
profundizar un tema o problema sobre el cual no es posible
que el estudiante haga aplicaciones prácticas, tales como: 1.
Análisis de las políticas del Estado venezolano en cualquier
área. 2. Análisis de problemas en el área de la especialidad
con el fin de describirlos e identificar factores y vías de
soluciones. 3. Análisis de propuestas, modelos, estrategias o
recursos para establecer factibilidad de aplicación. 4.
Estudios analíticos críticos sobre concepciones y enfoques
de cualquier área. (p. 90)

Por otra parte, acuerdo a lo señalado por Palella y Martins (2012), el nivel
de investigación se refiere “Al grado de profundidad con el que se aborda el
objeto o fenómeno de estudio (…)” (p 92). Sobre este particular, Hurtado
(2012), indica que ha de considerarse “El criterio del objetivo general como
base para definir el nivel de profundidad del conocimiento como un proceso
evolutivo que se pretende alcanzar en la investigación”. (p. 43).
En tal sentido, el autor pretende describir la naturaleza jurídica del
embargo establecido en el procedimiento por intimación en el ordenamiento
jurídico venezolano, para lo cual identificará los elementos y características
del problema de la investigación, para lograr la categorización de cada una
de las preguntas y alcanzar la meta del estudio.

Técnicas e Instrumentos para la Recolección de Datos

Una vez explanados el tipo y nivel de la investigación, dirigidos a analizar


los aspectos procesales que rodean la figura de la intimación, en el momento
específico del decreto de una medida, como lo es el embargo, la cual se
basó en un diseño documental de tipo monográfico, en consecuencia la
técnica utilizada para la recolección de la información fue la propia, por
excelencia para las investigaciones documentales, ésta es el análisis de
contenido de naturaleza cualitativa, realizada posterior a la observación de
los documentos especializados en la materia.
De este modo, el análisis de contenido constituyó el marco para
seleccionar la información suficiente para desarrollar las variables expuestas
en la investigación, ya que según lo expuesto por Krippendorff (1990), se
trata de un conjunto de métodos y técnicas de investigación destinados a
facilitar la descripción e interpretación sistemática de los componentes
semánticos y formales de todo tipo de mensaje y la formulación de
inferencias válidas acerca de los datos reunidos.
En consecuencia, cabe destacar que las técnicas utilizadas para alcanzar
resultados concretos en la investigación están definidas en la observación
documental, el subrayado, el resumen analítico, el análisis crítico, el fichaje y
las citas textuales.

Observación Documental:

Dadas las características metodológicas de esta investigación fue


utilizada la técnica de la observación documental, la cual partió de la lectura
del material bibliográfico seleccionado acorde al tema objeto de estudio. Al
respecto, Sampieri (1999) indica:
La observación está concebida como un proceso del conocimiento
científico, el cual posee dos fases: (a) Lectura del material
seleccionado a fin de descartar el material innecesario y, (b)
Lectura más detallada y rigurosa con el objeto de extraer los datos
relevantes para abordar los objetivos propuestos. (p. 91).

En efecto, en la investigación se realizó una lectura general y rigurosa de


los textos consultados, de los cuales se extrajo la información relevante y
fidedigna considerada de mayor utilidad para el desarrollo de la
investigación.

Subrayado:

Según Tecla y Garza (1989), el subrayado es utilizado para extraer del


material impreso las ideas más importantes contenidas en un documento
y constituye el medio que antecede a la elaboración de un resumen.
De igual forma, Márquez (1997) señala “Consiste en recoger ideas y
organizarlas, tomar textualmente fragmentos del texto original y resumir
ideas, sin olvidar las citas textuales que son una herramienta muy utilizada”.
(p. 61).
Además se utilizaron las notas referenciales para aclarar y desarrollar de
una forma más ajustada una idea en particular o efectuar un señalamiento
sobre la fuente bibliográfica consultada.

Resumen Analítico:

El resumen es una técnica efectiva que le permite al investigador emitir su


juicio sobre determinado tema; tomando en consideración las ideas
concebidas por el autor.
Balestrini (1998) define el resumen como:
La exposición oral o escrita de las ideas de un texto. Para
elaborar un resumen escrito es conveniente realizar una lectura
cuidadosa del texto, buscar en el diccionario el significado de los
términos desconocidos, localizar las ideas principales del texto y
escribir, si hace falta, algunas ideas secundarias breves para
explicar o ejemplificar el resumen. (p. 80)

Sobre esto Sampieri (1999) expresa que: “El análisis de contenido se


efectúa por medio de la codificación, que es el proceso a través del cual las
características relevantes del contenido de un mensaje son transformada a
unidades que permiten su descripción y análisis preciso.” (p. 301).
Es así como, el resumen analítico se planteó para establecer una relación
entre las ideas principales y secundarias expuestas por el autor de la fuente
analizada y así considerar entre otros aspectos, la coherencia de sus
postulados, omisiones y contradicciones en el tratamiento del tema en
estudio, además de ponderar la fortaleza o debilidad de sus planteamientos.
Análisis Crítico:

El análisis crítico, determina si la idea central de un planteamiento está


enmarcada dentro de las ideas principales en él expuesta, a través de una
evaluación sustentada en el rigor y el la solidez lógica del desarrollo de las
ideas.
Según Urbano (2003), el análisis crítico es: “Todo aquél material
bibliográfico previamente revisado y catalogado como relevante, pertinente y
atinente, que contiene la información que va ser examinada con relación a su
calificación de los hechos expuestos” (p.117).

Fichaje:

Las fichas bibliográficas permiten recolectar de una manera sencilla y


breve, notas tomadas de textos que sirven de apoyo para la investigación de
manera tal que sirven de guía para recordar las obras que fueron
consultadas.
En este sentido, Lunar (2003) define la técnica del fichaje como “El
reconocimiento de datos en una fuente documental y su posterior resumen
en base a un tema o aspecto particular” (p. 24).
El instrumento para el desarrollo de esta técnica es la ficha, la cual según
Rojas (2005), es “una pieza de papel o cartulina, de forma rectangular y
donde se anotan datos resumidos o claves acerca de un tema, contenido o
autores” (p. 47).
En este trabajo de investigación se utilizó la técnica del fichaje para
facilitar la organización de la información extraída de los distintos textos para
el desarrollo de la investigación.

Análisis e Interpretación de la Información


En este punto se describen las distintas operaciones a las que han sido
sometidos los datos obtenidos y, su clasificación, a tal efecto se debe
destacar que fueron utilizadas técnicas propias del análisis e interpretación
de textos jurídicos, doctrina especializada, leyes y jurisprudencias, para ello
se utilizó el método de interpretación conocido como la hermenéutica que
sirvió para descubrir los significados de las cosas, interpretar lo mejor posible
las palabras, escritos y textos así como cualquier acto u obra pero
conservando su singularidad. En virtud de ello, el método referido resultó
muy ventajoso para la interpretación de las dimensiones de cada objetivo
planteado, ya que mediante el mismo se puede llegar a determinar la
intención del legislador al establecer ciertas normas y el verdadero propósito.

PARTE IV

EL PRODUCTO

Conclusiones
Sobre la base de la fundamentación teórica y el análisis de los
documentos legales de carácter nacional además de las jurisprudencias
relacionadas con la temática de estudio se determinan las siguientes
conclusiones con la finalidad de sugerir aportes significativos sobre el
embargo como medida cautelar en el procedimiento por intimación de
acuerdo al ordenamiento jurídico venezolano y la doctrina venezolana.

En consecuencia al describir el procedimiento de intimación según la


ley y la doctrina venezolana se concretiza que de acuerdo con la doctrina
tradicionalmente aceptada, el procedimiento por intimación participa de la
naturaleza del “procedimiento monitorio o de inyunción”. Debido a que sus
antecedentes o fuente directa lo tenemos en el Código Italiano, es una forma
de proceso especial de cognición pre ordenadas a la rápida creación de un
titulo ejecutivo; mediante demanda, el juez, inaudita altera parte (sin oír a la
otra parte), puede emitir un decreto con el que impone al deudor que cumpla
su obligación. Esto debe ser notificado al deudor, y entonces, si el deudor
hace oposición, surge de ello un procedimiento ordinario, o el deudor no
hace oposición dentro del término, y entonces el decreto pasa a ser
definitivo-irrevocable, con los efectos ejecutivos de una sentencia de
condena.

Como se puede observar, el procedimiento por intimación tiene por objeto


de manera sumamente expedita crear un verdadero titulo ejecutivo, en
realidad ejecutorio, cuyo inicio ante la autoridad correspondiente
desembocará en un orden de ejecución directa denominada sentencia
monitoria. Por ello la legislación Venezolana ha considerado que el
procedimiento por intimación o monitorio, como “aquel de cognición reducida,
con carácter sumario, dispuesto a favor de quien tenga derechos de créditos
que hacer valer, asistidos por una prueba escrita y permite que intimado el
pago al demandado, a falta de oposición formal de éste, adquiera el decreto
de intimación fuerza ejecutiva con autoridad de cosa juzgada, procediéndose
sin más a la ejecución.

Por otra parte al estudiar la medida cautelar de embargo en el


procedimiento por intimación de acuerdo a la legislación y la jurisprudencia
venezolana se estima el Código de Procedimiento Civil establece la
judicialidad de las medidas cautelares, solo el juez puede acordar es medida,
porque estas medidas necesariamente se traducen en una restricción o
limitación al ejercicio de los derechos fundamentales. Es importante hacer
mención de que solo las medidas de embargo de bienes muebles y la
prohibición de enajenar o gravar bienes inmuebles pueden obtenerse
mediante caución o garantía, es decir que la medida de secuestro no es
factible de obtener mediante caución o garantía, puesto que esta medida
recae sobre la cosa misma objeto del litigio, y además, una suma de dinero
no puede satisfacer la pretensión de las partes.

Finalmente al señalar la importancia del embargo como medida cautelar


en el procedimiento por intimación en Venezuela Podemos concluir que el
hecho de que existan estas instituciones cautelares, permite que exista cierta
paz entre las partes, porque el hecho de que un acreedor sepa que puede ir
a la masa o patrimonio de su acreedor y así asegurar su crédito,
indudablemente que subjetivamente le induce a que acuda a la vía
jurisdiccional y no a las vías de hecho para lograr que se le cumpla la
obligación y con ello no comete delitos, como por ejemplo, la prohibición de
hacerse justicia por sí mismo.

Recomendaciones

Tomando en consideración las conclusiones expuestas se plantean las


siguientes recomendaciones:
1. A los profesionales del Derecho, tanto litigantes como
administradores de justicia deben ser activos en la revisión de la
jurisprudencia existente, a fin de evitar la comisión de errores en lo
referente a la falta de motivación de la medida solicitada como de la
decretada, puesto que dicha jurisprudencia hace señalamientos
específicos sobre la falta de motivación de las medidas y refieren

2. A los litigantes estar en conocimiento de la tutela judicial efectiva


en materia de procedimientos intimación según la ley

3. A la universidad Yacambú proponer encuentros socializadores en


donde el dialogo y el discernimiento en materia de competencia de
poderes de los órganos del estado permitan clarificar las visión que
tiene el estudiantado futuro profesionales sobre la materia

4. A los estudiantes de derecho las diversas universidades indagar


sobre la aplicación del debido proceso en cuanto a las
regulaciones tipificadas en cuanto a los procedimientos en
materia de embargos

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