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ISFDyT N° 134- Prof Historia Geografía

Profesora Romina Paccapelo


Perspectiva Pedagógico Didáctica 2
Unidad….
Ficha de cátedra: Orientaciones para la elaboración de planificaciones didácticas.

Componentes necesarios para elaborar planificaciones didácticas (clases diarias)

Fundamentación: donde se expresan las razones y justificaciones de la clase. Preguntas orientadoras para
elaborar las fundamentación. ¿Por qué enseñar ese contenido? ¿Por qué abordar tal o cual estrategia
didáctica?¿Desde qué modelo didáctico, teorías de aprendizaje, teorías pedagógicas me posiciono al pensar
mis clases? ¿Qué decisiones tomo en esta clase? ¿Pienso en “plan B” si me encuentro con incertidumbre?

Expectativa de logro/objetivos: algunos documentos curriculares utilizan la expresión expectativa de logro


en lugar de objetivos, ya que la palabra objetivos, en Didáctica está ligada por su origen a la corriente
Tecnicista. Lo cierto es que, ya sean objetivos o expectativas de logro, este componente de las planificaciones
se trata del aprendizaje que espero que logren los alumnos. Se redactan de dos maneras. A continuación
algunos ejemplos:
-Conocimiento del marco teórico del campo de la disciplina “tal”
-Análisis de la revolución francesa como hecho político
Otro ejemplo: “Que los alumnos/as conozcan el marco teórico del campo disciplinar tal…”
“Que los alumnos/as comprendan el desarrollo urbanístico de la ciudad … “.
Algunas palabras indicadas para redactar expectativas de logro: análisis, conocimiento, reflexión,
construcción, elaboración, entre otras. (Son palabras vinculadas con aprendizajes)

Propósitos: se refiere a acciones que hacemos los docentes para enseñar. Por ejemplo:
“Promover un clima participativo y de respeto de opiniones”
Por lo general se redactan con verbos en infinitivo: promover, propiciar, fomentar, orientar, guiar, coordinar,
entre otros. (Palabras vinculadas con acciones de enseñanza)
Entre los propósitos y expectativas de logro/objetivos, se conforman las metas, que reflejan la
intencionalidad del acto educativo. Se explicitan los aprendizajes que se espera que los alumnos logren y
acciones que los docentes hacen para promoverlos.

Contenido: para elaborar una propuesta didáctica hay varios niveles de especificación. Por un lado tenemos
el plan de estudio o diseño curricular de la carrera; dentro de éste cada materia. En cada materia se tratan
ciertos contenidos, agrupados por disciplina o dentro de talleres con una temática específica. El contenido se
debe seleccionar, adaptar a cada clase, grupo, actividad. Para cada clase seleccionamos un contenido, el cual
quizá nos lleve más de un encuentro presencial abordar (dependiendo de las condiciones del grupo, carga
horaria semanal).

Construcción metodológica de la clase: detallar la secuencia de trabajo, los momentos de la clase (inicio-
desarrollo cierre). Se incorpora estrategia didácticas y actividades. (Si se hace trabajo en grupo o individual, si
hay actividad inicial para detectar ideas previas, si es un teórico expositivo, o teórico expositivo con apertura
de preguntas para los/as alumnos/as). Una recomendación que les doy es, cada vez que planteemos una
actividad para nuestros/as alumnos/as, “testearla” primero nosotros mismos, con el fin de detectar posibles
dificultades, ya sea que se trate de un foro, una guía de lectura, un collage, elaboración de un texto
académico. Hay que plantear actividades con cierta complejidad cognitiva, que nuestros alumnos sean
capaces de resolver.

Recursos didácticos: materiales que se utilizan, desde la tiza, pizarrón, proyector, afiches, cartulinas, videos,
fotografías, imágenes.
Recursos humanos: docentes, alumnos/as, si hay algún invitado/a en la clase.
Tiempo: este componente está incorporado en la construcción metodológica y en los momentos de la clase
(inicio-desarrollo-cierre). Debemos tener en cuenta, que si el grupo es numeroso, las actividades nos
demandarán más tiempo, que si el grupo es pequeño. Si el grupo es pequeño (por ejemplo 10 alumnos) a
veces las actividades se plantean para todo el curso en general, en lugar de dividirlos en subgrupos. Si
queremos hacer plenario o puesta en común, destinar un rato largo al final de la clase

Espacio: pensar y mencionar como dispondremos el espacio, el mobiliario, los recursos y como trabajarán
los/as alumnos/as (individualmente o en grupo homogéneos o heterogéneos). El espacio nos condiciona como
dar la clase, pero no nos determina. Por ejemplo clases muy numerosas con espacio reducido, se dificulta
hacer trabajos grupales (por el ruido, la circulación en el aula), pero podemos plantear como alternativa un
teórico expositivo con intercambio de ideas, preguntas.

Evaluación: la evaluación no debemos pensarla como sinónimo de “examen, prueba”. Está integrada al
proceso de enseñanza y aprendizaje, con fines formativos. Es un componente inherente a práctica
pedagógica. Aquí este componente, en la planificación diaria, nos sirve para monitorear, diagnosticar el
tratamiento de los temas, detectar posibles dificultades, revisar prácticas, replantear las clases y el abordaje
de contenidos, comprender situaciones que emergen diariamente.

Bibliografía: citar la bibliografía que utilizamos como docentes para elaborar la propuesta de clase, y la que
indicamos a los alumnos. Por lo general, a los/as alumnos/as les indicamos cierta bibliografía adaptada a cada
carrera, materia, contenido y como docentes consultamos otra bibliografía más amplia o que trate esos
contenidos con mayor profundidad. No es que a los/as alumnos/as “les damos algo más fácil y los/as
docentes leemos más difícil”, sino que se trata de dos trabajos intelectuales con distinta profundidad teórica.

Reflexión post-activa: si bien este componente no ha estado presente históricamente en los libros y
manuales de Didáctica, es algo que los docentes hacemos implícitamente. En los últimos años, ha cobrado
más fuerza. La reflexión post-activa, se realiza cuando terminamos la fase interactiva de la clase (el momento
mismo cuando se da la clase). Es el espacio de reflexión que tenemos, a veces compartido con colegas, a
veces en soledad cuando planificamos la clase siguiente. Se recomienda tener un cuaderno personal o
anotador (impreso o virtual) para dejar memoria de lo que va sucediendo en las clases, eso nos permite
escribir nuestra propia historia como docentes, revisar y recorrer las huellas que vamos dejando en nuestro
camino cotidiano.
Algunas preguntas orientadoras para este componente:
- ¿Qué sucedió entre la clase pensada y la clase realizada?
- ¿Se presentaron imprevistos (conflictos personales, si no funcionaba internet, la computadora, el proyector,
si se cortó la luz)? ¿Qué decisiones se adoptaron ante los imprevistos?
-De lo que sucedió esta clase, ¿Qué se podría repetir para la próxima (actividad, distribución del espacio,
etc)?

Bibliografía consultada:
Cátedra de Prácticas de la Enseñanza (2009) Orientaciones para la elaboración de los diseños didácticos.
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP.
DAVINI, M. Cristina (2008) Métodos de enseñanza. Didáctica general para maestros y profesores. Santillana.
Capítulos 8, 10, 11.
EDELSTEIN, Gloria (1998) “Un capítulo pendiente: el método en el debate didáctico contemporáneo”. En
Corrientes didácticas contemporáneas. Alicia W. de Camilloni (comp.), Buenos Aires, Paidós.

EGGEN, Paul; KAUCHAK, Donald (1999) “Enseñar cuerpos organizados de conocimiento: el modelo de
exposición y discusión”. En Estrategias docentes.
Enseñanza de contenidos curriculares y desarrollo de habilidades de pensamiento. Buenos Aires, Fondo de
Cultura económica, 1°edición.

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