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D. Xulio Ferreiro
Alcalde A Coruña
Plaza de María Pita, 1.
15001 A Coruña
D. Fernando Carrera Ramírez
Presidente A.C.R.E
ESCRBCG, R/ General Martitegui s/n 36002 Pontevedra
presidencia@asociacion-acre.org
Escribo como Presidente de la Asociación Profesional de Conservadores-Restauradores de Bienes Culturales de
España, que utiliza la denominación abreviada de ACRE. La finalidad de esta asociación, sin ánimo de lucro, es
mantener altos estándares de calidad en las intervenciones de Conservación Restauración sobre los Bienes
Culturales regulados en España por la Ley 16/1985 y las leyes autonómicas que derivan de esta. Y obviamente,
defender los derechos de los profesionales titulados en Conservación Restauración. Todo esto, en coordinación
con la European Confederation of Conservator-Restorer’s Organizations (ECCO).
Este concurso, que tiene como objetivo una acción de Conservación y Restauración de patrimonio inmueble,
contiene varias desventajas para los profesionales y empresas de conservación de bienes culturales.
Para empezar, la licitación del trabajo implica un presupuesto final por encima de los 80.000 €. Aunque no es
exigible, la acreditación de la solvencia económica y técnica puede hacerse a través del certificado de clasificación
empresarial K-7-1 emitida por el Ministerio de Hacienda, y propia de empresas constructoras. El licitador que no
disponga de esta clasificación ha de demostrar su solvencia económica con un volumen de negocio 1,5 veces
mayor que el importe del concurso (122.886,615 euros) en alguno de los últimos tres años. Además, para la
solvencia técnica ha de contar, como mínimo, con dos certificados de buena ejecución que acrediten obras de
igual o superior importe y de objeto similar en los últimos 10 años.
Estas cantidades y requisitos de clasificación favorecen la competencia de las empresas constructoras y complican
o imposibilitan la presentación de empresas o profesionales de la restauración, ya que ni el volumen de negocio,
ni las intervenciones de restauración suelen tener estos importes. Otra consecuencia habitual cuando se trata de
restauración con altos presupuestos es que se lleve a cabo una subcontratación (permitido hasta un 60% en el
pliego del concurso). Esto se traduce en pérdida de independencia, de calidad, y en un detrimento de la capacidad
de crecimiento de las empresas de restauración.
Al mismo tiempo, el criterio de adjudicación se basa en una puntuación en la que se valora hasta 70 puntos la
oferta más económica, y sólo 30 a la oferta técnica (Parte III, Apartado 5 del Priego de Condicións técnicas, página 30)
Aun así, este baremo no es definitivo, sino que existe una segunda posibilidad de negociado donde las empresas
tienen 48 horas para ajustar su propuesta económica tras conocer el lugar en que han quedado en la primera
ronda. De esta forma, la adjudicación del concurso se decide fundamentalmente por la baja económica, siendo el
peso de las mejoras, las características del equipo técnico, la estabilidad en el empleo, o las medidas sobre el
medio ambiente menos relevantes para la resolución de lo que inicialmente se pretende y que aparece
Desde ACRE pensamos que la precarización de precios se puede traducir fácilmente en un perjuicio para el
patrimonio a intervenir desde esta premisa: baja calidad de materiales, prisas que pueden empeorar la aplicación
de las técnicas adecuadas, mano de obra no debidamente cualificada, etc. La mejor manera de preservar el
patrimonio es primar la solvencia técnica en las licitaciones, y valorar los criterios técnicos y las mejoras a la
propuesta.
Fernando Carrera Ramírez
Presidente ACRE