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[CRISTALINO Y ZÓNULA] WOLFF

12.1 EL CRISTALINO
El cristalino del ojo es un cuerpo transparente, biconvexo, elíptico, semisólido, y avascular de aspecto cristalino,
ubicado entre el iris y el vítreo (Fig. 12.1a).
Lateralmente, la zona ecuatorial del cristalino se proyecta hacia la cámara posterior y está unida por la zónula al
epitelio ciliar.
Eso permite que el ojo enfoque las imágenes sobre la retina de los objetos que se encuentran a distancias desde
cerca al infinito.
A fin de realizar esta función, el cristalino debe ser transparente y elástico, el primero para permitir el paso de la
luz incidente y el segundo para facilitar los cambios repetidos en la forma que acompaña a la acomodación.

El cristalino es el único entre los órganos que contiene células únicamente de un solo tipo, en diversos estadios de
citodiferenciación y retiene en su interior todas las células formadas durante toda su vida.
Las células más antiguas están contenidas dentro del centro o núcleo del cristalino, y durante toda la vida, las
nuevas células se agregan superficialmente a la corteza, en una serie de capas concéntricas.
Una comprensión adecuada de estas relaciones puede obtenerse consultando el desarrollo embrionario del crista-
lino.

Cuando las células se vuelven más viejas y más incrustadas dentro del cristalino van a sufrir varios cambios: pér-
dida de organelos y, en cierta medida, pérdida de su integridad estructural, y se vuelven progresivamente más
inertes metabólicamente.
Como las células no se desprenden, el cristalino muestra células en diferentes estadios de senescencia y es extra-
ordinario por su capacidad para preservar su función especializada de transparencia, a lo largo de la vida humana.

 El diámetro ecuatorial de la lente para adultos es de 9-10 mm.


Por medición directa, su ancho axial sagital es aproximadamente 3.5-4.0 mm al nacer, unos 4 mm a los 40 años y
aumenta lentamente a 4.75-5.0 mm en la vejez extrema.
Varía notablemente con la acomodación.
Por el contrario, su diámetro ecuatorial es de 6,5 mm al nacer, 9-10 mm en la segunda década y cambia poco
después (Fig. 12.1b-d).

 Como todos las lentes, aquella del ojo presenta para su exploración 2 superficies, anterior y posterior, y un
margen o borde donde estas superficies se encuentran una con la otra, conocido como el ecuador (Ecuador
lentis) (Fig. 12.2).

La superficie anterior, menos convexa que la posterior, es el segmento de una esfera cuyo radio tiene en prome-
dio 10 mm (8.0-14.0 mm).
Esta superficie esta en relación hacia el frente con la cámara anterior del ojo a través de la apertura pupilar, y con
la superficie posterior del iris, la parte pupilar que descansa en ella.
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La superficie lateral está relacionada con la cámara posterior del ojo y a través de las zónulas a los procesos cilia-
res.
El centro de la superficie anterior se conoce como el polo anterior y esta aproximadamente a 3 mm de la parte
posterior de la córnea.

La superficie posterior, más curva que la anterior, presenta un radio de unos 6 mm (4.5-7.5 mm).
Generalmente se describe como recostada en una fosa revestida por la membrana hialoidea sobre la parte frontal
del vítreo, pero está separada del vítreo por un espacio tipo en hendidura lleno de humor acuoso.
Este espacio retrolenticular (Espacio de Berger) fue descrito por BERGER (1882) y se confirma por el examen
con lámpara de hendidura (véase Fig. 13.2).

VASCULATURA DEL CUERPO CILIAR

El sistema vascular del cuerpo ciliar viaja principalmente en el estroma, especialmente en la capa interna del es-
troma.
La capa vascular de la pars plana es como la de la coroides, con la que se continúa, pero es más estrecha y carece
de un coriocapilaris.
Sus vasos consisten principalmente en venas que discurren marcha hacia atrás y en paralelo entre sí.
Las arterias para el cuerpo ciliar son ramas de las arterias ciliares posteriores largas y arterias ciliares anteriores
(Fig. 1 0.25) y pasan a través de la sustancia del músculo ciliar.
El círculo arterial mayor del iris principal se encuentra detrás de la raíz del iris, justo delante de la porción circular
del músculo ciliar (Fig. 10.11), en el tejido conectivo laxo que lo separa de la cámara anterior.

Irrigación del Músculo Ciliar


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La parte interna y anterior del músculo ciliar es suministrada por el círculo arterial mayor,
Mientras que la parte exterior y posterior viene por el círculo intramuscular del cuerpo ciliar (Fig. 10.26).
Esto puede reflejar diferencias funcionales entre estas regiones del músculo.
El círculo mayor en sí se forma en el ojo humano predominantemente por las arterias ciliares posteriores largas,
mientras que el círculo intramuscular está formado por las ramas penetrantes de las arterias ciliares anteriores
que se encuentran principalmente en el plano vertical.
Las ramas perforantes de las arterias ciliares anteriores abastecen de 10 a 12 arterias recurrentes coroideas hacia la
coroides anterior, y el círculo mayor también da lugar a algunas arterias coroides recurrentes.
En todos los sectores, existen anastomosis entre ramas de las arterias ciliares anteriores y arterias ciliares posterio-
res largas (Funk y Rohen, 1990).
Las vénulas drenan desde el cuerpo ciliar y luego se vacían en los valles ciliares o se unen a los de la pars plana.

Irrigación de los Procesos Ciliares

La vasculatura de los procesos ciliares se divide en tres territorios.


El primer territorio () se encuentra anteriormente en las crestas de los procesos mayores, una región que aparece
especializarse para la secreción de humor acuoso (Fig. 10.27).
Estas arterias anteriores muestran constricciones focales que pueden tener un papel funcional en la regulación de
la presión de perfusión en los procesos ciliares y pueden influenciar la ultrafiltración (higos 10.28a b, 10.29a, b).
En el conejo y el mono, esta región es más susceptible a la ruptura de la barrera Hemato-acuosa que en otras zo-
nas.
El flujo de sangre ciliar es autorregulado y la anatomía vascular probablemente permite la derivación (cortocircui-
to) de sangre entre procesos mayores adyacentes.
La estimulación simpática o adrenalina provoca una reducción en el flujo sanguíneo de proceso ciliar (Fig. 10.29
c, d).
El segundo territorio vascular () también se encuentra en la parte anterior de los procesos mayores, tanto en su
parte central y superficialmente, mientras que el tercer territorio () suministra los procesos menores.

Los procesos ciliares no contienen músculo y es la región más vascular del ojo entero.
El núcleo vascular es una continuación directa de la pars plana y consta de venas y capilares amplios, principal-
mente de las venas, pero además un sistema capilar se aplica a y a menudo en contacto con la membrana basal del
epitelio pigmentado.
Los capilares son casi venulares en anchura y se asemejan a los de la choriocapillaris.
Tienen de 15-30 μm de diámetro, fenestrado (30-100 nm) (Taniguchi, 1962) y permeables a las proteínas del
plasma y materiales de rastreo transmitidas por la sangre.
Las fenestraciones se encuentran en todas las superficies del revestimiento endotelial.
Uniones especializadas son idénticos a los que se encuentran en el choriocapillaris (Raviola, 1977).

Los capilares que irrigan el músculo son escasos y menos fenestrados.


Tienen un diámetro más pequeño y endotelio más grueso.
Los capilares emergen en vénulas que constan de un endotelio y una membrana basal.
El retorno venoso desde los procesos ciliares es hacia las venas coroideas, y desde el músculo, en parte a través de
las venas y en parte a través de las venas ciliares anteriores.
[CRISTALINO Y ZÓNULA] WOLFF

The ciliary process blood supply

The endothelial cells of the iris vessels lack fenestrae and are joined by tight junctions (Vold, 1969; Hogan, Al-
varado and Weddell, 1971; Vegge, 1971; Saari, 1972).
Thus the major arterial circle of the iris root supplies the ciliary body with fenestrated capillaries of two types and
the iris with unfenestrated endothelium.
A similar situation obtains in the posterior segment of the eye, where ciliary arteries supply the fenestrated capil-
laries of the choriocapillaris and the unfenestrated capillaries at the optic nerve head.

The permeability of the ciliary body capillaries allows plasma proteins to diffuse into the ciliary body stroma.
The continuity of the ciliary body and iris stroma at the iris root allows such macromolecules to diffuse forward
into iris (Fig. 10.30).
As the ciliary stroma adjoins the anterior chamber at the chamber angle this is a possible route of entry for plasma
constituents which are found in normal aqueous, albeit in low concentrations (Raviola, 1977).

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