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En esta clase nos proponemos abordar las particularidades de fascismo italiano o la “vía
italiana al totalitarismo”, de acuerdo con la hipótesis de Gentile. Los movimientos fascistas
surgieron con significados insurreccionales y con cuestionamientos al conservadurismo
de la derecha tradicional. Así como la izquierda, el fascismo se constituyó como un
movimiento de masas y, luego de la primera guerra mundial, la organización política de
masas dejó de ser un patrimonio exclusivo de la izquierda.
El autor que nos convoca en esta clase es Emiio Gentile. Historiador italiano. Docente de
Historia Contemporánea en la Universidad de Roma. Gentile se especializa en el
estudio del fenómeno del fascismo italiano, abordándolo desde una perspectiva cultural y
considerándolo como un fenómeno ideológico del Siglo XX que se opone al liberalismo
imperante hasta ese momento.
Es interesante notar como el autor inserta el estudio del fascismo dentro del desarrollo
cultural e ideológico de Europa y como se aleja de visiones estructuralistas y
economicistas que tienen a pensarlo como un régimen de clase que reacciona contra el
avance del socialismo revolucionario en el continente.
A su vez, otro elemento central en la obra del italiano es la idea del Fascismo italiano
como un proceso en permanente tensión y construcción, como una vía al totalitarismo y
no como fenómeno acabado y monolítico.
Para esta clase decidimos trabajar dos capítulos de La vía italiana al totalitarismo. Partido
y Estado en el régimen fascista. Buenos Aires, Siglo XXI, 2005 y la conclusión de El culto
del littorio. La sacralización de la política en la Italia fascista. Buenos Aires, Siglo XXI,
2007. También trabajamos dos fuentes de Benito Mussolini.
1) ¿Por qué Gentile considera que Partido, Estado y Duce fueron los pilares
fundamentales del sistema político fascista?
2) ¿cuáles son los dos hechos importantes que señala en torno al fascismo italiano?
3) Analice el papel del Mito y la organización como componentes esenciales y
complementarias de la política de masas del fascismo y de su sistema político
4) Explique el papel del Estado
5) Analice el papel del Partido en la tarea de sistematizar la fe y organizar el mito
para hacerlo penetrar en las masas.
6) Indique el objetivo del fascismo y su relación con estas tareas.
7) Señale la relación entre el Estado y el Partido.
8) Defina Fascismo autoritario y fascismo totalitario
9) Explique el papel del Duce en la relación entre mito y organización.
10) ¿por qué el autor afirma que el Fascismo italiano puede considerarse como la vía
fascista al totalitarismo?
"Poco a poco los defectos desaparecen y el fascismo se presenta llamado a dirigir los
destinos del pueblo italiano. Es la fuerza nueva, que señala el advenimiento de los
tiempos nuevos. Llevamos esta soberbia confianza en nuestro espíritu, sentimos que
regula el ritmo de nuestro corazón y no ignoramos que con el fascismo trabaja la juventud
más sana, más bella, más ardiente de Italia (…).
Muy pronto los conceptos de fascismo de Italia se confundirán en un mismo pensamiento.
Porque nuestra fórmula, creación de un régimen político nuevo, es la que sigue: “Todo en
el Estado, todo por e1 Estado, nodo fuera del Estado.” Además, aportando a la vida todo
lo que sería un grave error confinar en la política, crearemos (..) la generación nueva.
Cada uno cumplirá un deber determinado. A veces me sonríe la idea de (…) creación de
clases: una clase de guerreros presta a morir, una clase de jueces competentes y rectos,
una clase de gobernadores enérgicos y autoritarios, una clase de explotadores
inteligentes y atrevidos, una clase de soberbios capitanes de industria. Únicamente por
esta selección metódica sistemática se crean las grandes categorías, las cuales a su vez
crean los grandes imperios."
«El fascismo, como toda concepción política sólida, es acción y pensamiento (…). Es,
pues, una concepción espiritualista, nacida, también ella, de la reacción operada en este
siglo, contra el menguado y materialista positivismo del siglo xix; concepción
antipositivista, pero positiva, no escéptica ni agnóstica, ni pesimista, ni tampoco
pasivamente optimista como son, por regla general, las doctrinas (todas ellas negativas)
que colocan el centro de la vida fuera del hombre, el cual con su libre voluntad puede y
debe crearse su mundo. El fascismo quiere al hombre activo y entregado con todas sus
energías a la acción; le quiere varonilmente consciente de las dificultades con que ha de
tropezar, y dispuesto a enfrentarse con ellas; concibe la vida como una lucha, persuadido
de que al hombre incumbe conquistar una vida que sea verdaderamente digna de él,
creando ante todo en su persona el instrumento (físico, moral, intelectual) necesario para
construirla. Y esto rige no sólo para el individuo, sino también para la nación y para la
humanidad. De aquí el gran valor de la cultura en todas sus formas (arte, religión, ciencia)
y la importancia grandísima de la educación. De aquí también el valor esencial del trabajo,
con el cual el hombre vence a la naturaleza y plasma el mundo humano.»