Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
El Código Penal tipifica el dar muerte a una personahomicidio (artículo 405) y el asistirla Formatted: Highlight
en el suicidiola asistencia en el suicidio (artículo 412). Según estos supuestos, el dar Formatted: Highlight
muerte a una persona para poner fin a cualquier tipo de sufrimiento resulta punible como
homicidio. Asimismo, el brindarle los medios para que sea la misma persona quien atente
contra su vida, implica incurrir en el delito de asistencia al suicidio.
1) En el primero de ellos, el paciente manifiesta su voluntad de no someterse a un Formatted: Indent: Left: 0.5"
La solución de dicho conflicto no resulta sencilla y el ordenamiento jurídico no Formatted: Spanish (Venezuela)
1 Vid. Roxin, C., Tratamiento Jurídico-Penal de la Eutanasia, Revista Electrónica de Ciencia Penal y
Criminológica, N° 1, 1999; Muñoz Conde, F., Derecho Penal. Parte Especial, 16ta. ed., Tirant lo Blanch,
Valencia, 2007, p. 77. Cfr. Jakobs, G., Suicidio, eutanasia y derecho penal, Tirant lo Blanch, 1999; Torio
López, A., Instigación y auxilio al suicidio, homicidio consentido y eutanasia como problemas legislativos,
Estudios penales y criminológicos, Nº. 4, 1979-1980; Torio López, A., Reflexión crítica sobre el problema de
la eutanasia, Estudios penales y criminológicos, Nº. 14, 1989-1990; Muñoz Conde, F., Derecho Penal. Parte
Especial, 16ta. ed., Tirant lo Blanch, Valencia, 2007, p. 77.
consentimiento no puede justificar la suspensión de tratamientos o la aplicación
de medidas, cuando ello atente contra la vida2.
Tal contradicción genera inseguridad jurídica e impide que se erija una solución
libre de cualquier objeción de peso para el problema. En cualquier caso, dado el
régimen establecido por la Sala Constitucional, ningún paciente puede consentir
válidamente sobre la posibilidad de que se le dé muerte, por ser la vida un derecho
eximido de tal poder de disposición. En consecuencia, el médico que suspenda un
tratamiento curativo, aun con consentimiento del paciente, será responsable por
homicidio si, al momento de suspender el tratamiento, era previsible que tal
suspensión daría lugar a la muerte de éste. Y, en caso de aplicar un tratamiento en
contra de la voluntad del paciente, el delito de lesiones estaría justificado por
encontrarse el médico cumpliendo con un deber (artículo 65, numeral 1, del
Código Penal).
2
En el ordenamiento jurídico venezolano el consentimiento, pareciera no ser suficiente para justificar la
suspensión de un tratamiento. Al respecto, vid. Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia N° 1431 del 14 de agosto de 2008. En ella se declara que “es conforme a derecho la decisión del
médico de transfundir hemoderivados en contra de la voluntad del paciente, siempre y cuando dicho
procedimiento médico sea la única opción científicamente comprobada y tecnológicamente asequible en el
país para resguardarle la vida al paciente-objetor Testigo de Jehová o practicante de cualquier otra religión
o culto que parta de los mismos principios”. Además, en la aclaratoria del 10 de febrero de 2009, señaló
expresamente que #la vida, como valor jurídico, no es un derecho disponible”.
su vida. En este caso podría sostenerse la responsabilidad penal del médico por
haber, incurrido en un delito de homicidio en omisión impropia.
Sin embargo, si tal conflicto no se presenta, (porque, por ejemplo, existe una
probabilidad de que mejore la salud del paciente), el médico que no dispense los
cuidados intensivos respondería penalmente homicidio, al haber omitido los
cuidados intensivos del paciente.
En la doctrina penal
al menos se siguen planteando dos dificultades: (i) determinar si los tipos penales
anteriormente señalados protegen la vida de los enfermos terminales y (ii) la forma de
resolver los conflic
Allí, la resolución de un conflicto de intereses podría hacer que la eutanasia que, por regla Formatted: Font: Italic, Spanish (Venezuela)
Ver norma sobre atenuante con respecto al homicidio atendiendo el móvil generoso y
altruista del agente.
Sin embargo, en los últimos años, primero en el 2003 y luego en el 2010, se promovieron
reformas legislativas en esta materia, con el objeto de “despenalizar” la asistencia al
suicidio. En el Anteproyecto de reforma del Código Penal propuesto por el Tribunal
Supremo de Justicia en 2003, por ejemplo, se incluía un artículo consagrando eximentes
de la responsabilidad penal del médico que facilitare el deceso del paciente, siempre que
concurriera la última voluntad expresa del paciente. Igualmente se contemplaba una
atenuante de la pena correspondiente al homicidio intencional, cuando, sin verificarse la
expresión de la voluntad del paciente, el médico hubiere actuado con la intención de
mitigar el sufrimiento del paciente.
Sin embargo, en el año 2005, la Asamblea Nacional sancionó la Ley de Reforma Parcial
del Código Penal omitiendo la inclusión de esa regulación, rechazando así la
consagración de supuestos de eutanasia en nuestro ordenamiento jurídico.
Posteriormente, en el año 2010 nuevamente se planteó una reforma del Código Penal,
insistiendo en regular supuestos de eutanasia y eximir de responsabilidad al médico
cuando, atendiendo a la voluntad del paciente, le diera fin a la vida humana por
procedimientos científicos3.
3 En efecto, conforme al artículo 163 del proyecto de Código Orgánico Penal: “no será punible el médico Formatted: Spanish (Venezuela)
quien, por voluntad expresa de una persona hábil por la ley, sea requerido para poner fin a su vida, por Formatted: Spanish (Venezuela)
procedimientos científicos, siempre y cuando: Conste por escrito de cualquier forma la expresión clara y
libre de su voluntad; se trate de persona mayor de edad o emancipado; la persona solicitante presente una
enfermedad terminal, incurable, en fase terminal constatada y ratificada en condiciones clínicas y la opinión
manifestada por dos médicos ajenos a la relación médico-paciente; cuando la persona solicitante esté
mentalmente incapacitada, o se haya diagnosticado la muerte cerebral por metodología científica
prevaleciente, se tomará como expresión de voluntad la otorgada por documento público ante autoridad
competente en oportunidad anterior al suceso que lo incapacite y en su defecto por los dos familiares más
allegados”.
4 Arteaga Sánchez, Alberto, Comentarios al Anteproyecto de Código Penal, Caracas, p. 124. Citado en Revista de
Formatted: Spanish (Venezuela)
Derecho de la Defensa Pública, No 128, año 2016, p. 137. Con motivo del Proyecto de reforma del Código Formatted: Spanish (Venezuela)
Penal del 2010, en un informe publicado por la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, se insiste en que
se debe “salvaguardar el bien supremo de la vida, lo cual es incompatible con la legalización del aborto y
de la eutanasia” (Véase número 5 del informe en
http://www.acienpol.org.ve/cmacienpol/Resources/Opiniones/ESCRITO%20REFORMA%20PENAL.p Formatted: Spanish (Venezuela)
df.) Formatted: Spanish (Venezuela)
La organización no gubernamental Acceso a la Justicia, con relación al el proyecto del 2003,
publicó una nota en la cual se lee:
No se trata solamente de una tradición cultural, sino de respetar la vida, o como afirma
Ludwig Schmidt de la concepción de la vida y su carácter sagrado7.
Se tiene derecho irrenunciable a que los demás respeten la vida, a que el Estado proteja
la vida, de manera que no hay un derecho a morir voluntariamente, por el contrario, la
vida implica el deber de respeto irrestricto tanto a la vida propia, como la ajena, por lo
La concepción de la vida como un valor absoluto, del cual surge un derecho subjetivo
absoluto, inviolable e irrenunciable a exigir que se nos respete la vida y se le proteja,
impide reconocer un derecho a morir.