Bernardo Vega

Yo soy el Hijo Benemérito de San Cristóbal.

Y o soy el Perínclito... el Perínclito Varón.
Yo soy el Generalísimo.

Un Intercambio�
Yo soy rectitud; libertad, trabajo y moralidad.
Yo soy el roble poderoso que durante más
de treinta años desafió todos los rayos y salió
vencedor de todas las tempestades.
de Experiencias
Yo soy el Comandante en Jefe de las Fuerzas
Armadas.
Yo soy el Jefe Supremo del Ejército.
Yo soy el Jefe.
Yo soy... yo soy...
... Yo soy aquel que ayer no más decía...
...Yo soy el Icuinicui ...
...Yo soy el Macalacachimba...
...Yo soy el Papa'úpa...
Yo soy Rafael Leonidas Trujillo Molina,
y pobre del que se atrevió a recordarse que,
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cuando niño, me decían Chapita.

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11.
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)3ernardo Vega La Soledad

pendencia, lo tienen allí. Más de setenta años ol­
vidado, es cierto, pero parece que ha llegado la
hora de la reivindicación. Ya golpean la madera
de mi sarcófago haciendo un ruido estremecedor.
El chirrido de los clavos no es escalofriante sino
alegre, esperado. Lentamente aparecen zonas
de luz en este ambiente de más de setenta años
de oscuridad y olvido. ¡Veo una mano, dos, un
brazo, una cara, dos, tres! Hay un obispo entre
ellos. También dos hijas mías y varios nietos.
Conversan entre sí. Uno dice que su ab-uelo fue
el médico que me embalsamó. Otro es un técni­
co del Museo del Hombre, que no cesa de hurgar
entre mis huesos. ¡Qué falta de respeto·! ¿Qué es
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j.
lo que busca? ¡Balas, buscan balas pata compro­
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jo de ese altar, a mí también hay que moverme
un poco? ¿Y es por esto que han, abierto mi
tumba? ¿Ha sido sólo por eso? ¿Para moverme
unas pulgadas? ¡Para dejarme aquí de nuevo!
¡Solo! ¿Me van a dejar en esta iglesia, vacía ya
de mis compañeros de luchas patrióticas? ¿Quién
es el que se atreve, el que osa dictaminar que yo
merezco ese castigo? ¿Quién me condena a con­
tinuar en el ostracismo? ¿Qué argumentos racio­
nales utiliza?
Por negro. De seguro me c astigan porque soy
negro. Otra razón no hay.
Negro, negro como la oscuridad que otra ve�
me rodea pues después de ese breve intervalo, de
ese brevísimo interludio, han tapiado de nuevo

bar que soy el héroe del Cabao, que soy el már­

l mi tumba, mi única tumba, la primera y la de
tir de Moca! ¿Qué dice el muchacho ése del · ---tL - ·· mpre.
Museo? ¡Que mis huesos evidencian que sufrí de
sífilis! ¿Por qué plantear eso ahora? Eso no inte- {f
resa a la historia._ Lo_importante-es que-y0-sea--- t
glorificado ante las nuevas generaciones- y que - -�--R::---:fa- a :--e-=--1 =c:--rr__a n_t_e______________ _
mi memoria sea honrada como merec�.. Segura- ¡ Clandestinamente, a hurtadillas y de madru-
mente habrán de reservarme un lugar especial, gáda, como vulgares ladrones, han sacado mi
privilegiado, en ese nuevo Panteón Nacional. ¡A cuerpo de la cripta de la iglesia de mi ciudad na-
ciencia cierta que mis restos serán trasladados tal. Me han colocado en un doble sarcófago ape-
con gran pompa y honra a la ciudad capital! nas pocos meses después que estaba supuesto a
¿Qué dicen? ¿Que con motivo de los cam- !·
· descansar para siempre. ¿A dónde me llevan?
bios en la liturgia post conciliar hay que poner el
_1 1r ·· • . "• Por qué me llevan? ¿Acaso mi sagrada volun-
altar mayor al revés? ¿Que como yo estoy deba- tad no fue dormir para siempre en San crISto-
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