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El entrenamiento en relajación constituye una de las estrategias psicológicas de

intervención más utilizadas en la práctica clínica. En general, hoy día con independencia
del método, el entrenamiento en relajación se emplea prácticamente en todas aquellas
situaciones cuyo tratamiento requiere o aconseja la reducción de la actividad simpática del
sistema neurovegetativo, de la tensión muscular o del estado de alerta general del
organismo.

En las investigaciones realizadas aparece con mucha frecuencia la combinación de las


técnicas de relajación con otras técnicas, se han hecho estudios en los que se recomiendan
su combinación con el tratamiento farmacológico, con el tratamiento de biofeedback, con la
psicoterapia, etcétera. Ha sido aplicada en personas de todas las edades (niños, adultos y de
la tercera edad).

Aunque el entrenamiento autógeno (EA) y la relajación progresiva (RP) son técnicas de


relajación muy utilizadas, se han realizado pocos trabajos de comparación sobre sus
efectos.

Shapiro en 19801 comparó los efectos del EA y la RP en sujetos normales. El


entrenamiento fue dividido en 2 grupos: uno recibió entrenamiento autógeno y otro
relajación progresiva, con el objetivo de comparar la eficacia de ambos por separado.

Cuando fueron comparados los 2 tipos de tratamiento se observó que había decrecido
significativamente la ansiedad, la depresión, y el número e intensidad de los síntomas en los
2 grupos. El EA pareció producir efectos específicos sobre las sensaciones de pesadez,
calor en las extremidades y profundidad de la respiración, sin embargo no hubo diferencias
respecto al índice cardíaco y la conductancia cutánea.

Podemos observar que aunque el estudio fue de comparación entre las 2 técnicas y se
obtuvieron determinados resultados, no se estudió su efectividad según las características
particulares (clínicas y psicológicas) de los individuos.

De forma similar se comparó la relación entre ambos métodos, pero esta vez se hizo énfasis
en la parte de los entrenadores, y ver como éstos podían influir con sus sugerencias de
relajación en las 2 técnicas. Al término del entrenamiento se hallaron diferencias en cuanto
a los efectos subjetivos, no fue así respecto a las sugerencias por parte de los entrenadores.2

En 1991 Lucic3 trató de ver si la contracción muscular antes de la relajación resultaba más
efectiva que la técnica de Jacobson, de no usar relajación por contracción muscular. y
obtuvo que los sujetos que no realizaron contracción muscular fueron los más relajados.

Unos de los usos más frecuentes de las técnicas de relajación son aquellos aplicados en la
hipertensión arterial (HTA); la mayoría de los estudios parecen mostrar que mediante este
entrenamiento se han conseguido reducciones significativas de la presión arterial (PA) al
menos estadísticamente, tanto sistólica como diastólica, en pacientes hipertensos. Además,
se observa que este procedimiento en combinación con otras técnicas, constituye una
alternativa prometedora en el tratamiento de dicho trastorno.
Los procedimientos en el entrenamiento de relajación han sido también aplicados en los
paquetes terapéuticos más variados, pretendiendo intervenir sobre los componentes
fisiológicos, cognitivos y temperamentales.

Este planteamiento lo veremos reflejado en trabajos posteriores, donde se utiliza el


entrenamiento con diversidad de combinaciones.

En pacientes con HTA esencial se aplicó un tratamiento de relajación combinado con


biofeedback, técnicas psicoterapéuticas, gimnasia circulatoria y dieta si era necesaria,
durante un año, y se observó que disminuyeron las cifras sistólicas y diastólicas de la
presión arterial.4

Goebel5 y Jacob6 trataron de determinar los efectos de la terapia de relajación en pacientes


que presentaban su presión arterial elevada a pesar de tener tratamiento médico
hipertensivo. Fueron estudiados tanto por relajación como atendiendo al control de su
educación al estrés, y el tratamiento medicamentoso fue constantemente vigilado; se
seleccionaron los que se encontraban en régimen ambulatorio y los hospitalizados, los
resultados no fueron similares. En los hospitalizados, la presión disminuyó con la terapia de
relajación y la de educación al estrés; en los ambulatorios decreció significativamente la
presión con el tratamiento al estrés, no así con la terapia de relajación. Concluyeron que el
tratamiento de relajación no se comportaba igual en todos los casos, que dependía
específicamente de la situación particular de los pacientes.

Estos resultados indican que la terapia de relajación puede tener efectos selectivos en la
presión arterial.

También se plantea la hipótesis de que el tratamiento con relajación puede ser efectivo en
hipertensos esenciales que no tengan tratamiento medicamentoso. Para esto, Davison7 y
Richter8 realizaron trabajos tomando en cuenta esta condición, por lo que pudieron
confirmar su hipótesis.

Por su parte, Eisenberg9 planteó que para lograr éxito en la técnica de relajación en
hipertensos leves o moderados, lo más importante consistía en la motivación por la técnica
en sí.

También ha sido aplicada la técnica de relajación a hipertensos que practicaban la relajación


en sus casas, donde ellos mismos se monitoreaban y llevaban un control de su presión. Se
tomaron en cuenta toda una serie de parámetros y además, se seleccionaron aquellos que
tenían tratamiento antihipertensivo, al menos 6 meses antes del comienzo del
entrenamiento, y otros que descontinuaron por ellos mismos el tratamiento medicamentoso
antihipertensivo; tomaron esta decisión pues con el tratamiento medicamentoso no reducían
su presión arterial. Los resultados indicaron que el tratamiento que combinaba relajación
sistemática de un grupo de músculos, imaginación, respiración profunda, y el monitoreo de
la presión arterial por los pacientes, resultó significativo en la reducción de la presión
arterial durante el estudio. No aparecieron diferencias entre los que tomaban medicamentos
y los que no lo hacían.10
Sujetos con enfermedad oclusiva arterial crónica fueron tratados con relajación por
biofeedback, con la intención de incrementar su tiempo de marcha para la mejoría del
torrente sanguíneo periférico, y encontraron que el biofeedback puede ser un tratamiento
efectivo en pacientes con esta afección.11

Si bien son muchos los autores que de forma exitosa han aplicado el entrenamiento de
relajación en combinación con algún procedimiento de feedback, se plantea la posibilidad
de que el entrenamiento de relajación puede ser efectivo sin el biofeedback, lo que
facilitaría quizás, gracias al estado de relajación, una mejor circulación arterial.12

La acción específica del entrenamiento de relajación y su mayor o menor efectividad


combinada con el biofeedback, constituyen también cuestiones que deberían ser abordadas
en el futuro.

Fodor13 trató de demostrar la eficacia de 8 estrategias de intervención usadas para el


control de la hipertensión. Estas fueron las siguientes: restricción en la ingestión de alcohol,
restricción de peso, ejercicios físicos, reducción en la ingestión de sal, control del estrés con
relajación, incremento en la ingestión de potasio y calcio, y la combinación de tratamiento
farmacológico y no farmacológico.

Sin embargo, en las conclusiones de este estudio no se precisa como recomendación el uso
del control del estrés y la relajación como parte del tratamiento para la reducción de la
hipertensión, por no tener el autor conclusiones definitivas.

Al realizar un trabajo preliminar con pacientes hipertensos esenciales de la tercera edad


(López R, 1993. Tratamiento con psicoterapia y relajación a pacientes hipertensos
esenciales de la tercera edad. Estudio piloto. Centro de Investigaciones Psicológicas y
Sociales CIPS.), combinamos psicoterapia de grupo con relajación durante 8 semanas y
pudimos observar que hubo disminución de las cifras tensionales, tanto en la presión
arterial sistólica como en la diastólica; estos resultados se mantuvieron al ser reevaluados
los pacientes a los 15 días después de haber terminado el tratamiento, lo que evidencia la
efectividad de la combinación de ambas técnicas de tratamiento para el control de la HTA
en personas de la tercera edad, aspecto que no ha sido lo suficientemente explorado en esta
etapa de la vida.

Como otra variante del EA (Boza J, 1992. Entrenamiento autógeno modificado en pacientes
con HTA esencial. Hospital Carlos J. Finlay, La Habana. Trabajo presentado en Conferencia
Psicológica de la Salud, 1992. Palacio de las Convenciones 5-9 octubre La Habana, Cuba)
Boza aplicó el EA modificado a un grupo de pacientes con HTA. Los resultados fueron
satisfactorios, y la autora propuso valorar el entrenamiento en esta técnica psicoterapéutica
en el personal médico, e incluir al médico de la familia con la finalidad de generalizar la
técnica como parte del tratamiento de HTA.

Además, se ha utilizado la técnica de relajación en pacientes hipertensos de diferentes


grados, con el objetivo de ver la utilidad de la técnica en un programa de seguimiento
(Peña PM, 1992 La técnica de relajación en el tratamiento de pacientes hipertensos.
Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular. Policlínico Comunitario La Rampa. La
Habana, Cuba. Trabajo presentado en la conferencia Psicología de la Salud 1992. Palacio
de las Convenciones 5-9 octubre. Cuba ). Al año de tratamiento, se logró controlar la
totalidad del grupo experiental (100 %) hubo reducción en la ansiedad, en medicamentos y
en las visitas al cuerpo de guardia; no sucedió así con el grupo control, donde solamente
hubo mejoría en el 36,8 % de los pacientes. La autora concluyó que la técnica de relajación
debía incluirse no sólo en la terapéutica del hipertenso, sino incorporarla como método no
farmacológico en los programas de rehabilitación y de seguimiento en el tratamiento de
todo paciente hipertenso.

Como hemos observado existen numerosos trabajos que tratan acerca del tratamiento de la
HTA. Entre estos estudios aparecen los que recomiendan el tratamiento farmacológico y no
farmacológico combinados, los que recomiendan la relajación, la relajación combinada con
el tratamiento de biofeedbacks, relajación y psicoterapia, el que controla cambios en el
estilo de vida de los pacientes como una maniobra de reducción del estrés, etcétera. Todos
estos tratamientos y sus combinaciones han producido mejoría en las cifras tensionales de
los sujetos bajo estas experiencias, por lo que entre estas medidas se destaca el tratamiento
con las técnicas de relajación.

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