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EL RENACIMIENTO es uno de los grandes momentos de la historia universal que marcó el paso de mundo

Medieval al mundo Moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los ámbitos yendo por tanto,
más allá de lo puramente artístico como ha querido verse.

Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Según otros es un nuevo
periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta
que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope es 1492, con el descubrimiento de
América.

El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato
Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histórico
en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acuÒa en su obra Vidas de los más ilustres artistas para
referirse a un movimiento que hace resucitar en el arte y la cultura los valores espirituales de la antiguedad
clásica. El término no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico,
social y cultural hasta mediados del siglo XIX.

Será a partir de este momento cuando ya cobrar� fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el
redescubrimiento del mundo como armon�a y realidad que rodea al hombre liberado de todas las
preocupaciones religiosas.
El Renacimiento es ante todo, un esp�ritu que trnasforma no s�lo las artes, sino tambi�n las ciencias, las
letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara reacci�n al esp�ritu teol�gico de la
Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones
que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medievo, y esto es claramente apreciable en el terreno
art�stico.

HUMANISMO
El humanismo es una corriente filosófica que nace en Italia en el siglo XV durante la época renacentista, este
movimiento se fundamenta en el valor de los seres humanos, dándole mayor importancia al pensamiento
crítico y a lo racional, por encima de toda superstición o dogma. A través de ella se buscó la transmisión de
conocimientos, que hacían del hombre un sujeto realmente humano y natural.

Humanismo

El hombre con el transcurrir del tiempo y gracias a los adelantos técnicos, al progreso del comercio y las
comunicaciones, que para el siglo XV comenzaron a originarse, inició una etapa de transformación de
pensamiento; que le permitían ver más allá de cualquier doctrina religiosa, otorgándole mayor importancia a la
parte humana. Es a partir de allí que comenzaron a surgir movimientos como el protestantismo, el cual
fraccionó a la iglesia cristiana dividiéndola en católicos y protestantes, ocasionando una disminución en su
poder.

Con la modernidad el hombre se interesó más por el desarrollo de la ciencia y de las artes, lo que ocasionó
cambios importantes en diversos campos, como por ejemplo, el renacimiento artístico y el resurgir del arte
griego y romano.

El humanismo se caracterizó por: tener libertad de pensar más allá de cualquier creencia. Fuerte amor a lo
natural. Se interesó por el desarrollo de la inteligencia, que implicaba el ejercicio de la ciencia, análisis e
interpretación. Inclinación hacia el estudio de los idiomas clásicos, como el griego y el latín; considerados
como bases de las lenguas modernas.

Su principal función fue la recuperación histórica de todas las disciplinas, que permitían el aprendizaje de la
antigüedad clásica y la filosofía grecolatina.

En el contexto educativo, el humanismo impulsó grandes cambios: el modelo de enseñanza rígida fue
desplazado por la individualidad de cada persona y el aprendizaje se enfocó en formar a personas dispuestas
a desarrollar un modelo de vida más activa dentro de la comunidad civil; individuos que tuvieran confianza en
sí mismos y que fueran capaces de distinguir entre lo correcto e incorrecto.

En el ámbito literario, el humanismo pudo difundirse con mayor rapidez gracias a la invención de la imprenta,
siendo sus más grandes precursores: Dante Alighieri, Giovanni Boccaccio y Francesco Petrarca.
LA REFORMA RELIGIOSA

Se entiende por Reforma Religiosa a la gran revolución religiosa del siglo XVI en la Iglesia cristiana, que terminó
con la supremacía eclesiástica del Papa en el mundo católico y propició la instauración de las iglesias protestantes.
La Reforma, alteró por completo el modo de vida de la Europa occidental y explica uno de los procesos que dan
inicio a la historia moderna. Aunque el movimiento data de principios del siglo XVI, cuando Martín Lutero desafió la
autoridad papal, las circunstancias que llevaron a esa situación se remontan muy atrás y conjugan complejos
elementos doctrinales, políticos, económicos y culturales.

ANTECEDENTES DE LA REFORMA RELIGIOSA

A partir de la revitalización del Sacro Imperio romano por Otón I en el año 962, los papas y emperadores se vieron
involucrados en una continua contienda por la superioridad de poder. Este conflicto concluyó, a grandes rasgos,
con una victoria para el papado, pero creó profundos antagonismos entre Roma y el Imperio germánico que
aumentaron durante los siglos XIV y XV debido a un mayor desarrollo del sentimiento nacionalista alemán. Por otra
parte la aplicación de impuestos papales y por la arrogancia de los delegados eclesiásticos, impulsó que el
resentimiento en contra de la Iglesia se extendiera a otras zonas de Europa.
El reformista inglés del siglo XIV John Wycliffe atacó con audacia al propio papado, arremetiendo contra la venta de
indulgencias, las peregrinaciones, la excesiva veneración a los santos y los bajos niveles morales e intelectuales de
los sacerdotes.
Para llegar a la gente común, tradujo la Biblia al inglés y comenzó a predicar en inglés, en lugar de hacerlo en latín.
Sus enseñanzas se extendieron a Bohemia, donde encontraron un fuerte partidario en el reformista religioso Jan
Hus. La ejecución de Hus por herejía en 1415 desencadenó de inmediato el estallido de rebeliones religiosas.
Estas luchas fueron precursoras de la guerra civil religiosa en Alemania en la época de Lutero. En Francia, en 1516
un concordato entre el rey y el papa puso a la Iglesia francesa, de forma sustancial, bajo la autoridad real. Los
concordatos firmados con otras monarquías nacionales también prepararon el camino para la aparición de iglesias
nacionales autónomas.
Ya en el siglo XIII, el papado se había hecho vulnerable a los ataques y reproches de los reformistas debido a la
codicia, inmoralidad e ignorancia de muchos de sus miembros en todas las esferas jerárquicas. Las extensas
posesiones de la Iglesia, libres de impuestos estimularon la envidia y el resentimiento por parte del campesinado
pobre. La llamada cautividad de los Papas en Avignon durante el siglo XIV y el consiguiente Gran cisma
provocaron graves daños en la autoridad de la Iglesia y dividieron a sus partidarios en seguidores de uno u otro
Papa. Los miembros de la Iglesia reconocieron la necesidad de una reforma; se debatieron ambiciosos programas
que proponían la reorganización de la totalidad jerárquica en el concilio de Constanza, desde 1414 a 1418, pero
ningún programa consiguió el apoyo de la mayoría y no se instituyeron cambios radicales en esta época.
El humanismo privó a los líderes de la Iglesia del monopolio sobre el aprendizaje que antes habían ostentado. Los
eruditos humanistas evaluaron de forma crítica las traducciones de la Biblia y otros documentos que eran la base
del dogma y de la tradición de la Iglesia. La invención de la imprenta con tipos de metal móviles, incrementó en
gran medida la circulación de los libros y extendió las ideas de renovación espiritual por toda Europa. Los
humanistas, también, aplicaron nuevas normas a la evaluación de las prácticas de la Iglesia y al desarrollo de un
conocimiento más preciso de las Escrituras. Estos estudios eruditos sentaron las bases sobre las que el teólogo
Martín Lutero y el reformista Calvino reivindicaron que la única autoridad religiosa posible era el juicio individual
aplicado al estudio de la Biblia.
La Reforma fue la culminación de un proceso de disgregación de la Iglesia cristiana, asimismo, la Reforma fue
favorecida por la nueva mentalidad del humanismo y el renacimiento, el espíritu crítico que éstos habían introducido
y la necesidad de una nueva forma de religiosidad acomodada a los sentimientos de la cristiandad occidental. El
factor desencadenante fue la predicación de indulgencias eclesiásticas para la construcción de la basílica de San
Pedro en Roma, que motivó la rebeldía de Martín Lutero.

MARTIN LUTERO

Nació en 1483 Fundador del protestantismo. Hijo de un minero, estudió en Magdeburgo En 1505 se inscribió en la
Universidad de Erfurt para estudiar Derecho, a fin de complacer a su padre. En 1505, pese a la oposición paterna,
ingresó en el convento agustino de Erfurt y se ordenó sacerdote. y se doctoró en teología en 1511. Después de un
desfraudante viaje a Roma y una vez establecido en Wittenberg, atacó la venta de indulgencias y muchos otros
puntos de la doctrina católica en 95 tesis, que fijó en las puertas de la iglesia del castillo de Wittenberg en 1517; En
ellas se apelaba al sentimiento alemán contra la explotación de Roma, se discutían al Papa los poderes sobre las
almas del purgatorio, la jerarquía eclesiástica y los abusos de ciertos clérigos. Estos hechos deterioraron las ya
precarias relaciones entre Alemania y la Iglesia romana. Se inició entonces un proceso contra Lutero, y en 1518
tuvo lugar el primer encuentro entre éste y el legado pontificio, que resultó infructuoso. En agosto de 1521 fue
citado ante la dieta imperial de Worms, presidida por Carlos V, pero no rectificó, reclamando para el cristiano el
derecho de juzgar por sí mismo. Se le declaró hereje público y fue excomulgado en 1520 por la bula papal Exsurge
Domine, que quemó en la plaza pública de Wittenberg. Recibió la hospitalidad del elector Federico de Sajonia y se
refugió en el castillo de Wartburg, donde tradujo los Evangelios al alemán; posteriormente tradujo la Biblia (1534),
dando a la lengua literaria alemana su primera gran obra. Junto con Melanchthon inició la Reforma protestante en
Alemania., Lutero confió la estabilización de su Iglesia a los grandes príncipes, quienes ocuparon las tierras
eclesiásticas. Impugnó también el celibato eclesiástico y contrajo matrimonio en 1525 con Catalina von Bora, con
quien tuvo seis hijos. Poco a poco se fue consolidando el luteranismo.
. En Augsburgo, Melanchthon redactó una profesión de fe que, aprobada por Lutero, se convirtió en la doctrina
oficial del protestantismo (1530). Pasó los últimos años de su vida luchando contra los adversarios de su doctrina.
Entre sus escritos destacan el Manifiesto a la nobleza cristiana de Alemania, La cautividad de Babilonia y De la
libertad del cristiano, publicados en 1520, que junto al Catecismo (1529) y la ya citada Confesión de Augsburgo
(1530) componen la base doctrinal de la Iglesia protestante

LUTERANISMO
principal movimiento protestante, encabezado por Martín Lutero en el siglo XVI, se desarrolló a partir de la creación
de iglesias independientes nacionales y territoriales, precipitando así la ruptura de la unidad Del cristianismo
occidental.
Lutero deploraba el término luterano, y en un principio esta comunidad se llamó Iglesia evangélica de la Confesión
de Augsburgo o Iglesia evangélica.
Doctrina
El luteranismo proclama la autoridad definitiva de la Palabra de Dios (según aparece en la Biblia) en materias de fe
y vida cristiana, y señala a Cristo como la clave para la comprensión de la Biblia.La salvación, según la doctrina
luterana, no depende del mérito o de la virtud de los hombres sino que es un regalo inmerecido de la gracia
soberana de Dios. Todos los seres humanos son considerados pecadores y a consecuencia del pecado original
son esclavos del mal e incapaces, por esa razón, de contribuir a su liberación (doctrina del mal radical). Los
luteranos sostienen que la fe, es la única forma apropiada que los individuos tienen para responder a la iniciativa de
salvación por parte de Dios. De esta forma la "salvación sólo por la fe" se convirtió en el característico y polémico
estandarte del luteranismo. Sus adversarios sostenían que esta opinión no hace justicia a la responsabilidad
cristiana de practicar buenas obras, aunque los teólogos luteranos respondieron que la fe debe hallarse viva en el
amor y que las buenas obras emanan de la fe igual que un buen árbol produce buenos frutos, la Biblia se consideró
desde el principio el núcleo fundamental del culto luterano mientras que los sacramentos quedaron reducidos de los
siete tradicionales al bautismo y a la eucaristía porque según la interpretación luterana de las Escrituras sólo estos
dos fueron instituidos por Cristo. El culto se celebraba en la lengua del pueblo (no en latín, como había sido la
tradición católica) y se destacaba la predicación en el oficio divino. El luteranismo no cambió de forma radical la
estructura de la misa de la edad media, pero la utilización de las lenguas nacionales realzó la importancia de los
sermones, que se basaban en la exposición de las Escrituras y asimismo estimuló la participación comunitaria en el
culto, en especial a través del canto de la liturgia y de los himnos. El propio Lutero colaboró a ella escribiendo
himnos que se hicieron populares.
El luteranismo insiste en la práctica tradicional del bautismo infantil como un sacramento porque la gracia de Dios
ilumina al recién nacido.
Para el luteranismo los santos no constituyen una clase superior de cristianos sino que también son pecadores
salvados por la gracia a través de la fe en Jesucristo; todo cristiano es a la vez santo y pecador. La misión de
pastor posee un valor especial en el luteranismo basado en una llamada de Dios y con la aprobación de una
congregación de cristianos. A diferencia de los sacerdotes católicos romanos, la clerecía luterana puede contraer
matrimonio.

EXPANSIÓN DEL LUTERANISMO

La evolución inicial del luteranismo estuvo influida de un modo extraordinario por los acontecimientos políticos. A
pesar del Edicto de Worms (1521), que prohibía la actividad de los luteranos, el movimiento continuó
extendiéndose. En 1530 el erudito alemán y reformista religioso Melanchthon concibió un estatuto conciliatorio de
los dogmas luteranos, conocido como la confesión de Augsburgo, que fue sometida al emperador Carlos V y a la
facción católica. El movimiento reformista se extendió vertiginosamente entre el pueblo. Alemania se había dividido,
de forma inapelable, por motivaciones religiosas y económicas. Aquellos que estaban más interesados en
preservar el orden tradicional, como el emperador, algunos príncipes y el alto clero, apoyaron a la Iglesia católica.
El luteranismo estaba apoyado por los príncipes del norte de Alemania, el bajo clero, los comerciantes y amplios
sectores del campesinado, quienes aprovecharon la situación como una oportunidad para obtener una mayor
independencia tanto de las esferas religiosas como de las económicas. Siguieron intermitentes guerras religiosas
que concluyeron con la Paz de Augsburgo (1555), acuerdo donde se estipulaba que la religión del gobernante de
cada territorio dentro del Sacro Imperio romano tenía que ser la religión de sus súbditos, autorizando de un modo
efectivo así a las iglesias luteranas y reconociendo además a los príncipes territoriales como primados de sus
respectivas iglesias.
El luteranismo, por entonces la religión de cerca de la mitad de la población alemana, consiguió al final el
reconocimiento oficial y así, el antiguo concepto de una comunidad cristiana unida en el terreno religioso en Europa
occidental bajo la suprema autoridad del Papa fue desbancado.
En los países escandinavos, la Reforma tuvo lugar de forma pacífica a la vez que el luteranismo se extendía hacia
el norte desde Alemania. Las monarquías de Dinamarca y Suecia patrocinaron el movimiento reformista y
rompieron por completo con el papado.

EL CALVINISMO

En suiza , el Luteranismo, tomó forma de una Iglesia inspirada en la exposición teológica y bíblica de Juan Calvino,
teólogo protestante francés que huyó de la persecución religiosa en su país y estableció una concepción cristiana
mas rigurosa, con características de Teocracia .

ANTECEDENTES
El temprano movimiento reformista suizo, contemporáneo a la Reforma en Alemania, fue conducido por el pastor
suizo Ulrico Zuinglio, quien se hizo famoso en 1518 por su vigorosa denuncia de la venta de indulgencias. Zuinglio
expresó su oposición a los abusos de la autoridad eclesiástica mediante sermones, conversaciones en la plaza del
mercado y disputas públicas ante el ayuntamiento de la ciudad. Como hicieron Lutero y otros reformistas, Zuinglio
consideraba la Biblia la única fuente de autoridad moral y se esforzó por eliminar todo lo que el sistema católico no
tuviera sustento en lo ordenado por las Escrituras. Bajo su liderazgo, en Zürich, desde 1523 a 1525, se quemaron
reliquias, se abolieron las procesiones, así como la adoración a las imágenes y a los santos, se liberó a los
sacerdotes y monjes de sus votos de celibato y la misa fue reemplazada por un servicio eucarístico más sencillo.
Estos cambios, mediante los que la ciudad se rebeló contra la Iglesia católica, fueron realizados adoptando
medidas legales mediante votaciones del ayuntamiento de Zürich. Los principales defensores de estas
innovaciones, los comerciantes, expresaron así su independencia de la Iglesia romana y del Imperio germánico.
Otras ciudades suizas, como Basilea y Berna, adoptaron reformas análogas, pero el campesinado conservador de
los cantones de los bosques se mantuvo fiel al catolicismo. Al igual que en Alemania, la autoridad del Gobierno
central era demasiado débil para reforzar la conformidad religiosa y prevenir la guerra civil. El catolicismo
prevaleció en las regiones montañosas del país y el protestantismo en las grandes ciudades y valles fértiles.
Esencialmente, esta misma división persiste hoy en Suiza.
En la generación que sucedió a la de Lutero y Zuinglio, la figura dominante de la Reforma fue Calvino, el teólogo
protestante francés que huyó de la persecución religiosa en su país, y en 1536 se estableció en la nueva e
independiente República de Ginebra. Calvino lideró la estricta instauración de las medidas de la Reforma Religiosa
e insistió en promulgar nuevas reformas, la enseñanza del catecismo y la confesión de fe de los niños, el
establecimiento de una severa disciplina moral en la comunidad por parte de pastores y miembros de la Iglesia
junto con la excomunión de pecadores notables. Aunque la Iglesia y el Estado estaban oficialmente separados, lo
cierto es que cooperaban de forma tan estrecha que Ginebra era de hecho una teocracia. Para reforzar la disciplina
de la moral, Calvino instituyó una rígida inspección de conducta familiar y organizó un consistorio, compuesto de
pastores y legos, con grandes poderes sobre la comunidad. El vestido y comportamiento personal de los
ciudadanos estaban prescritos hasta el más mínimo detalle; bailar, jugar a las cartas, a los dados y otras
diversiones quedaron prohibidas; la blasfemia y la obscenidad fueron castigadas con severidad. Bajo este rígido
régimen los inconformistas fueron perseguidos e incluso condenados a muerte, como fue el caso del humanista
español Miguel Servet, natural de Zaragoza. Para animar a la lectura y comprensión de la Biblia, se proporcionó a
todos los ciudadanos una educación elemental. Mucho más que cualquier otro reformista, Calvino organizó
socialmente las diversas interpretaciones del pensamiento protestante en un sistema claro y lógico. La difusión de
sus obras, su influencia como pedagogo y su gran habilidad para estructurar la Iglesia y el Estado en términos
reformistas despertaron la atención internacional e imprimieron a las Iglesias reformistas de Suiza, Francia y
Escocia, una estampa con un profundo sello calvinista, tanto en la teología como en lo tocante a su organización.
Muchos calvinistas franceses, educados en Ginebra por Calvino, regresaron a Francia antes de 1567 para ganar
seguidores al protestantismo. En 1559, los delegados de 66 iglesias protestantes en Francia se reunieron en un
sínodo nacional en París para redactar una confesión de fe y una regla disciplinaria basadas en las puestas en
práctica en Ginebra.
De ese modo se organizó la primera Iglesia nacional protestante de Francia; sus miembros fueron conocidos como
hugonotes. A pesar de todos los esfuerzos para suprimirlos, los hugonotes se convirtieron en una comunidad
gigantesca y la división del país entre facciones protestantes y católicas llevó a una serie de guerras civiles (1652-
1698). Uno de los capítulos más notables de esta lucha fue la masacre de la noche de San Bartolomé, en el que
fueron asesinados un gran número de protestantes. Bajo el protestante Enrique IV, rey de Francia, los hugonotes
triunfaron durante un corto periodo, pero en vista de que más de una novena parte de los franceses seguían siendo
católicos, el rey pensó en la necesidad urgente de convertirse al catolicismo y afianzarse en el trono. Sin embargo,
protegió a sus seguidores hugonotes, publicando en 1598 el Edicto de Nantes, que garantizaba a los protestantes
cierto grado de autonomía. El edicto fue revocado en 1685 y el protestantismo fue de hecho erradicado del país.
El protestantismo fue bien acogido en los Países Bajos por la burguesía que se había desarrollado durante la edad
media. El emperador Carlos V, con mayor poderío militar en este territorio que en los Estados germánicos, intentó
frenar la expansión de las doctrinas protestantes quemando en las plazas públicas los libros de Lutero y
estableciendo la Inquisición en 1522. Sin embargo, estas medidas no tuvieron éxito, y hacia mediados del siglo XVI,
el protestantismo tuvo un firme asidero en las provincias del norte; las provincias del sur (ahora Bélgica)
permanecieron, de forma predominante, fieles al catolicismo. La mayoría de los holandeses se unieron al
calvinismo, que sirvió para afianzar su nacionalismo contra sus dirigentes católicos españoles. Se rebelaron en
1568 y la guerra continuó hasta 1648, cuando España abandonó todas sus exigencias sobre el país tras la Paz de
Westfalia. Las provincias del norte, denominadas Provincias Unidas se convirtieron entonces en un Estado
protestante independiente.
En Escocia como en otros países, la Reforma surgió entre algunos sectores de la población ya hostiles a la Iglesia
católica. El clero católico fue desacreditado de forma general por el pueblo y las doctrinas de John Wycliffe
siguieron prevaleciendo. Los mercaderes y la pequeña nobleza se mantuvieron muy activos para continuar con la
reforma religiosa, que sirvió también como vehículo para conseguir la autodeterminación nacional y la
independencia de Inglaterra y Francia. En consecuencia, el protestantismo se expandió con rapidez a pesar de las
medidas represivas de la monarquía procatólica de Escocia. El primitivo movimiento religioso reformista, se halló de
pronto bajo influencia luterana. La verdadera revolución, conseguida bajo el liderazgo del reformista religioso John
Knox, discípulo ardiente de Calvino, implantó el calvinismo como la religión nacional de Escocia. En 1560, Knox
persuadió al Parlamento escocés para que adoptara una confesión de fe y un libro disciplinario siguiendo el modelo
establecido en Ginebra. Con posterioridad, el Parlamento creó la Iglesia presbiteriana escocesa y proporcionó
fondos para su gobierno, que se sustituyó mediante sesiones de un kirk local (iglesia en escocés) y mediante una
asamblea general que representaba a las iglesias locales de todo el país. María, la reina católica de los escoceses,
intentó desbancar a la nueva iglesia protestante, pero después de una lucha de siete años, ella misma se vio
obligada a abandonar el país. El calvinismo triunfó en Escocia excepto en unos pocos distritos del norte, donde se
impuso con fuerza el catolicismo, en particular entre las familias nobles.

EL ANGLICANISMO

La revuelta inglesa contra Roma se diferenciaba de las insurrecciones de Alemania, Suiza y Francia, pues aquí el
movimiento reformista no fue desarrollado por planteamientos teológicos ni por un teólogo.
Enrique Vlll era un ferviente católico y escribió un libro en el que atacaba las doctrinas de Lutero. El Papa León X le
recompensó con el título de "Defensor de la Fe", que los monarcas ingleses han conservado desde entonces
aunque la realidad lo ha tornado grotesco, al menos desde el punto de vista papal. Pero Enrique se enfrentó a un
terrible problema dinástico. Comprendió que precisaba un hijo que asegurara la sucesión, y Catalina de Aragón
sólo había tenido una hija que sobreviviera a la infancia: María (1516-1558). No era probable que Catalina tuviera
más hijos. Seis años mayor que Enrique, en 1527 contaba 42 años. Además, Enrique se había enamorado de una
joven llamada Ana Bolena (Anne Boleyn, 1507-1536), y deseaba casarse con ella para que le diera un hijo legítimo.
(Tuvieron uno ilegítimo, pero a Enrique no le pareció adecuado.) Necesitaba, pues, divorciarse de Catalina de
Aragón, para lo que buscó el apoyo de su canciller (el equivalente del "primer ministro" actual) Thomas Wolsey
(1475-1530). Era arzobispo de York y cardenal. Wolsey se dio cuenta de que Inglaterra no era lo bastante fuerte
para desempeñar un papel decisivo en las guerras europas, pero que podía mantener "el equilibrio del poder"
poniéndose siempre al lado del más débil, e impidiendo con ello al más fuerte dominar Europa. En un continente
dividido, Inglaterra debía buscar la seguridad. Y ésa fue la política inglesa durante siglos. Pero el divorcio era más
de lo que Wolsey podía resolver.
Se necesitaba la dispensa papal, y el pontífice era Clemente VII, prisionero de Carlos V tras el saqueo de Roma. Y
Carlos V era sobrino de Catalina de Aragón. Como resultado de todo esto, Wolsey cayó en desgracia, y Enrique
buscó otra vía para convencer al Papa. Un prelado y reformista inglés, Thomas Cranmer (1489-1556), se avino a
acordar con el rey que el primer matrimonio de Catalina de Aragón con el hermano mayor de Enrique invalidaba el
segundo. (Aquel hermano había muerto joven, y según Catalina el matrimonio nunca llegó a consumarse.) Así
pues, Enrique Vlll se divorció de Catalina sin permiso del Papa y se casó con Ana Bolena el 25 de enero de 1533.
Ana dio nacimiento el mismo año a otra hija, lo que le produjo a Enrique un enorme disgusto. Se trataba de Isabel
(1533-1603). Habiendo desafiado al Papa en este asunto, Enrique VIII hubo de promulgar una "Ley de
Supremacía", por la que fundaba una Iglesia anglicana a cuya cabeza se colocaba él mismo. Mantuvo casi todas
las doctrinas del catolicismo, pero se trataba de una Iglesia nacional, no universal. Este fue el comienzo del
proceso que convirtió Inglaterra en un país protestante. Lo anterior supuso un rudo golpe para el mayor de los
humanistas ingleses de la época, Tomás Moro

Isabel, hija de Ana Bolena, que reinó como Isabel I . Isabel contaba 25 años de edad cuando ascendió al trono.
Isabel puso fin a los vaivenes políticos de Inglaterra adoptando una especie de programa de compromiso que era
tibiamente protestante, y completaba el establecimiento de la Iglesia anglicana. Lo cual no satisfizo a todo el
mundo. Estaban los "puritanos", que deseaban un protestantismo más radical, purificando la Iglesia anglicana de
cuanto conservaba de los rituales católicos. Y había otros grupos llamados "separatistas", que no deseaban formar
parte del catolicismo ni del anglicanismo, sino que pretendían seguir su propio camino. Tampoco faltaban, claro
está, los católicos, de los que aún quedaban muchos. En conjunto, Isabel llevó a cabo una política moderada y no
emprendió persecución alguna, ignorando la disidencia si ésta se manifestaba de forma tranquila.

CONSECUENCIAS DE LA REFORMA

A pesar de la diversidad de las fuerzas revolucionarias en el siglo XVI, la Reforma tuvo resultados muy importantes
allí donde triunfó. En general, el poder y las riquezas perdidas por algunos nobles y por la jerarquía católica
pasaron a la clase media y a los monarcas. Varias regiones de Europa ganaron independencia política, religiosa y
cultural. Incluso en países como Francia y lo que hoy es Bélgica, donde el catolicismo se mantuvo, se desarrolló un
nuevo individualismo y nacionalismo en materia cultural y política. El énfasis protestante con respecto al juicio
personal en el ámbito religioso aumentó el desarrollo de los gobiernos democráticos basados en la elección
colectiva realizada por votantes individuales. La destrucción del sistema medieval favoreció a la banca y al
comercio al eliminar las tradicionales restricciones religiosas y abrió el camino para el crecimiento del capitalismo
moderno. Durante la Reforma, las lenguas nacionales y la literatura avanzaron en gran medida debido a la extensa
difusión de la literatura religiosa escrita en las lenguas vernáculas en lugar del latín. La educación popular también
fue estimulada gracias a las nuevas escuelas fundadas por Colet en Inglaterra, Calvino en Ginebra y los príncipes
protestantes en Alemania. La religión ya no era tanto una parcela privilegiada del alto clero sino una expresión
directa de las creencias de la gente. Sin embargo, la intolerancia religiosa no disminuyó y los enfrentamientos
religiosos continuaron siendo frecuentes durante cerca de un siglo.

LA CONTRAREFORMA CATÓLICA.

Se llama contrareforma aquel proceso por el cual la Iglesia Católica revitalizó su vida a través de una reforma
interna que le permitió salir de la seria crisis que la afectaba y así enfrentar en buena forma el desafío representado
por el protestantismo, al cual pretendió hacer retroceder.
Los fundamentos de la contrareforma fueron puestos por el Concilio de Trento, celebrado entre 1545 y 1563. Allí se
fijaron las bases dogmáticas que debían permitir dar respuestas a las objeciones de los protestantes.
El Concilio entregó las siguientes conclusiones: la fuente de la revelación divina son las sagradas escrituras y la
tradición de la Iglesia, y no sólo las escrituras como afirmaban los protestantes; sólo la Iglesia tiene la autoridad
para integrar la Biblia, por lo tanto, no cabe una interpretación personal de ella; el hombre es un ser libre y racional
que se salva mediante la fe y también a través de las obras, en consecuencia, no tiene validez el desprecio
luterano por las obras no la teoría calvinista de la predestinación; los siete sacramentos tradicionalmente
proclamados por la Iglesia son válidos, al igual que el culto a los santos.
Además, el Concilio de Trento tomó medidas para elevar el nivel moral e intelectual del clero, para cuyos efectos
resolvió crear seminarios, afín de que ellos se preparaban los futuros ministros de la Iglesia.
En el terreno práctico, el principal instrumentos de la contrareforma fue la Compañía de Jesús, fundada por Ignacio
de Loyola y reconocida por el Papa en 1540. El objetivo de esta orden fue la difusión de la fe entre los creyentes,
los herejes y los fieles. Una de las características distintivas de ella consistió en que junto a los votos tradicionales,
sus miembros debían prestar un juramento de lealtad personal al pontífice, a cuya disposición se colocaban.
La compañía de Jesús fue organizada de modo que fuese apta para la acción. Aspiró a centrar sus esfuerzos en el
culto, la enseñanza y las misiones. Uno de los métodos que solían usar era influir en las autoridades y
en las distintas clases dirigentes de cada país, a través de distintos canales, entre ellos la educación de su
juventud.
Gracias a la acción de la Compañía, el catolicismo pudo recuperar una serie de territorios que parecían perdidos,
como sucedió con el sureste de Alemania, Polonia y Bélgica intenso fue también su trabajo en Francia.
No menos importante fue su labor misionera. Vinieron con los españoles a América y fueron con los portugueses al
Africa y al Asia, consiguiendo considerables éxitos, integrando al catolicismo a poblaciones que antes estaban
fuera de su radio de acción.

SAN IGNACIO DE LOYOLA,

( 1491-Roma, 1556). Fundador de la Compañía de Jesús. De verdadero nombre Iñigo López de Loyola e hijo de
una familia noble, tomó parte en la defensa de Pamplona contra los franceses, donde fue herido. La convalecencia
de sus heridas significó un profundo cambio en la vida de Ignacio, que determinó viajar a Tierra Santa. Al regreso
de su peregrinación, en 1523, estudió en Barcelona y más tarde en Alcalá de Henares y Salamanca, donde fue
procesado como «alumbrado». En 1534 consiguió en París el título de maestro en Artes y fue también en esta
ciudad donde reclutó a sus primeros colaboradores. Dos años después de ser ordenado sacerdote en Roma
(1538), fue aprobada la fundación de la Compañía de Jesús, e Ignacio nombrado su primer propósito general. A
partir de este momento, y fijada su residencia en Roma, Ignacio se dedicó a la difusión de la Compañía y a la
fundación de los Colegios Romano y Germánico, cuyas Constituciones redactó personalmente, además de la
reforma católica. Fue canonizado en 1622. Por lo que se refiere a su obra escrita, además de las Constituciones
hay que mencionar sus Ejercicios Espirituales, fundamento ideológico de la Compañía; su Autobiografía, dictada a
Gonçalves da Cámara, y el Diario Espiritual.

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