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Estudio: El Pecado que mora en mí.

Texto: Romanos 7:7:25

08 julio 2016

 En las clases anteriores estudiamos los siguientes temas:


 Definición de Pecado
 En donde y en quien se origino el Pecado
 Quien fue el transmisor del pecado al mundo
 Que este pecado nace en cada ser humano por naturaleza
 No nos convertimos en pecadores por pecar sino porque somos pecadores pecamos
 Antes de la entrada de la Ley ya había pecado en el mundo

De Adán a Moisés el ser humano estuvo regido por la ley de la conciencia, el hombre en este
periodo no sabía que robar, matar, mentir, pasiones sexuales desordenadas, etc eran actos
malos y lo seguían haciendo porque no había quien se los prohibiera aunque en su conciencia
los acusaba, esta conciencia es una voz interna que nos avisa cuando estamos actuando bien o
actuando mal Romanos 2:12-15.

De Moisés a la cruz del calvario el ser humano estuvo regido por la ley mosaica. Dios le
dio al Pueblo de Israel 3 leyes:

Diez mandamientos - para regir su vida moral

Leyes ceremoniales – para regir su vida de Adoración

Leyes Civiles – para regir su vida de Gobierno

De la Cruz hasta nuestros días estamos regidos por la ley de la libertad en Cristo

Regeneración: ha sido elegida por los teólogos para expresar el concepto de nueva vida,
nuevo nacimiento, resurrección espiritual, la nueva creación y, en general, una referencia
de la nueva vida sobrenatural que los creyentes reciben como hijos de Dios.

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Introducción a Romanos Capítulo 7

Las palabras clave: “LEY” “YO”


La pregunta clave: ¿Cómo puedo vivir una vida santa?
La sorprendente respuesta: “Yo no puedo” (v.15, v.18).

Hay dos grandes lecciones que toda persona necesita aprender. La primera lección se
relaciona con la salvación; la segunda lección se relaciona con el vivir la vida cristiana:

Yo confié en Cristo para salvación y yo soy salvo. Inmediatamente yo amo a Cristo y deseo
agradarle y servirle y hacer Su voluntad y andar en Sus caminos. Al principio las cosas
parecen ir muy bien, pero pronto empiezo a tener problemas con el pecado. No puedo entender
el motivo. A veces parece que estoy perdiendo más veces que ganando. Parece que hay más
fracasos que victorias.

En el estudio de hoy daremos un paseo sobre la vida diaria del cristiano y descubriremos él
porque hemos fracasado, hemos visto a muchos cristianos volver a su antigua naturaleza,
pastores que han cometido adulterio, cristianos que no han podido avanzar siguen pecando y
se han alejado de Dios aun siendo salvos.

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¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino
por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
 Pablo está hablando de la ley de Dios dada a Moisés en el monte Sinaí
 El problema no está en la ley, ya que ella es buena, sino en nosotros que no podemos
cumplirla.
 La ley revela el pecado que está en nosotros.
 La ley es buena y justa. Sin la ley no podríamos conocer nuestros propios pecados
 Debido a nuestra naturaleza pecaminosa no podemos agradar a Dios tratando de cumplir
su santa ley.
 La ley nos revela nuestra culpabilidad para que busquemos la gracia de Dios
 La ley no es pecado porque fue dada por un Dios santo.
 La ley es la expresión perfecta de la voluntad de Dios al ser humano.

Ejm 1. Cuando una persona comete un asesinato el juez cumple la ley y manda a este a la
cárcel pero el que cometió el asesinato se enoja y resiente con el juez y el policía que lo
atrapo cuando la ley lo condeno y lo mando a la cárcel pero esta ley no tiene la culpa ni el
policía ni el juez sino la persona que transgredió esta ley tiene la culpa.

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Ejm 2. El propósito del espejo es mostrar a la persona que su cara está sucia. El problema
no es el espejo, sino la cara de la persona. El espejo no está sucio en absoluto. Pero el
espejo revela la suciedad que hay en la cara. No puedes culpar al espejo por la cara sucia.
“Pero”, significa “por el contrario”. La ley no es pecado, pero revela el pecado
(Romanos 3:20). El espejo no está sucio, pero revela la suciedad. “No conocí el pecado”.
Pablo ignoraba su propio pecado. (Antes de que apareciera el espejo, la persona pensaba que
tenía una cara limpia). Tal como el espejo muestra la suciedad, así la ley muestra (y
convence de) el pecado.

Concluimos que (hablando de la ley): Por medio de la ley ninguna persona puede agradar a
Dios. Nuestro esfuerzo, por muy religioso que sea, jamás nos llevará más cerca de Dios a una
vida obediente. Al contrario, la ley, por causa del pecado, nos llevará más lejos de una
vida que agrada al Señor. Si dependemos de nuestra obediencia a la ley de Dios, estamos
perdidos. No es la culpa de la ley, sino de nuestro propio pecado.

Tampoco conociera la codicia….

Sin la ley no sabríamos que la codicia es pecado.

Pablo da un ejemplo específico de cómo la ley revela el pecado. Su ilustración es el Décimo


Mandamiento. “Codiciar” significa “deseo intenso, tener un fuerte deseo por lo que otros
tienen, avaricia, un gran anhelo por lo que pertenece a otro”. Parafraseando: “Yo habría
sido ignorante de este desagradable pecado de codicia que había en mí, a no ser por el hecho
de que Dios tiene un excelente espejo, hecho especialmente para revelar la avaricia de mi
propio corazón, es decir, el Décimo Mandamiento (Éxodo 20:17): “NO CODICIARÁS (NO TENDRÁS
UN DESEO VEHEMENTE POR COSAS QUE PERTENECEN A OTROS)”. Dios tiene un espejo muy especial
para mostrar esa clase especial de suciedad, la suciedad de la codicia, y este espejo se
llama el Décimo Mandamiento.

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Mas el pecado (el verdadero culpable), tomando ocasión (oportunidad) por el mandamiento (el Décimo
Mandamiento), produjo (causó) en mí toda (toda clase de) codicia (anhelo, un fuerte y ardiente
deseo, pasión); porque sin la ley (antes de que viniera el mandamiento-v.9) elpecado está
muerto (inactivo, sin vida, dormido, mostrando poca actividad).

Pecado tendencia de hacer lo malo, no como pecado individual sino la inclinación a lo malo.

Oportunidad El pecado se aprovecha de la Ley. El pecado mismo es la causa de toda maldad,


ya que él encuentra en la ley de Dios un estímulo para pecar más. Es nuestra naturaleza, la
que nos motiva hacer lo que está prohibido.

En el ser humano siempre existe el deseo de quebrantar la ley, siempre hacemos lo que está
prohibido.

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Ejm 1. A los jóvenes se les dice llega a las 10:00 y llegan a las 12:00, se les dice esa
muchacha no te conviene y se van con ella, que manejen hasta 100 km/hr y van a 120, a los
niños les dices que pueden jugar en un perímetro y se salen de ese, que tienen derecho a 3
dulces y buscan la manera de tomar 4,se nos dice entrar sin alimentos y hacemos lo
contrario, se nos dice prohibido estacionarse y nos estacionamos, se nos dice no tocar y
tocamos, tenemos tendencia a lo desconocido, sobrepasamos limites etc...

Sin la ley el pecado esta muerto

La ley produce en nosotros (más) codicia. Sin la ley el pecado está muerto; existe, pero
todavía duerme. Mas por la ley el pecado despierta, revive y, sobre todo, por la ley el
carácter de nuestra enemistad contra Dios se pone en clara evidencia.

Ejm - Tenemos el trágico relato de Éxodo 32:7-8. El pecado de idolatría siempre estuvo en
sus corazones, pero el mandamiento lo despertó. El pecado de idolatría estaba muerto e
inactivo y dormido antes de que el mandamiento fuese dado. No habían tenido antes el hábito
de hacer becerros de oro. La ley despertó e incitó el pecado. ¿Podemos culpar al Segundo
Mandamiento por el becerro de oro? ¡Dios no lo permita!

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Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo
morí.

“En un tiempo” se refiere al tiempo antes de que Pablo fuese confrontado con la ley de
Dios, al tiempo antes de que viniera la ley.

“Vivía” despreocupado, no darse cuenta de la grave sentencia de muerte que pendía sobre
él. Todo parecía en orden (como la persona con la cara sucia que aún no se había mirado en
el espejo. Todo parecía bien, pero no estaba bien. El problema está, aún cuando yo todavía
no me doy cuenta).

“El pecado revivió” significa “el pecado volvió a la vida, volvió a vivir” (es una
palabra que se usa para la resurrección).

Cuando a los jóvenes se les muestra el mandamiento el pecado que hay en ellos revive y
cuando se les dice que entreguen su vida a Cristo piensan en todas las cosas que dejaran de
hacer, fumar, tomar, drogarse, sexo, y que desperdiciaran su juventud al venir a Cristo pero
es el engaño más grande de Satanás.

El pecado siempre quiere hacernos independientes de Dios, esta fue la tentación a Eva ser
como Dios. Génesis 3:4-5.

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Ser como Dios significa ser Independiente, Dios es el único ser en el universo que puede ser
independiente porque él tiene su causa y razón en sí mismo, nosotros no nos creamos a
nosotros mismos, fuimos creados por Dios y el es nuestra causa por eso nuestra dependencia
debe ser en Dios que nos creo.

Fuimos creados para tener nuestra dependencia en Dios y fuera de él no hay propósito,
significado y sentido en nuestra vida.

“Yo morí” –de improviso me di cuenta que soy un trasgresor de la ley y los trasgresores
de la ley merecen la muerte Rom 5:12. La santa ley de Dios convence y “mata” al pecador.

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Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;

“Era para vida” – Esta expresión es explicada en Mateo 19:16-17 y en Lucas 10:25-28. Todo
lo que una persona necesita hacer para VIVIR y para heredar la vida eterna es guardar la
ley. El problema es que ninguna persona jamás ha hecho ésto y ningún pecador jamás hará
esto. Los que tienen sus caras limpias, no tienen que temer al espejo. El problema es que
ninguno de nosotros tenemos una cara limpia. Todos somos pecadores, de modo que la ley nos
condena a todos.

“A mí me resultó para muerte”—Cuando fui confrontado con la ley, me di cuenta de mi


pecaminosa desobediencia a la ley y tuve que enfrentar el horrible castigo de una ley
quebrantada, que es la muerte.

Resumimos en 3 puntos.

1. El mandamiento produce vida; sin embargo, cuando es violado produce muerte.

2. ¿Por qué le resulto para muerte? Respuesta: porque cuando se sabe lo que es pecado y se
practica, esto produce muerte espiritual en la persona.

3. Esto no significa que el mandamiento es algo malo (ver Romanos 7:12).

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porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.

¿Quién es responsable por engañarte y matarte? ¿Quién es el verdadero culpable? ¿Quién es el


verdadero engañador y el verdadero homicida? EL PECADO.

Hebreos 3:13—EL PECADO, el engañador


Santiago 1:15 – El PECADO, el homicida

El pecado tomó ventaja de la ley, se aprovechó de la ley.


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Ejm. Te invito a jugar el campeonato de Futbol, pero tienes una lesión en la rodilla y me
aprovecho de esto para ganarte. Te invito a un concierto cristiano y cuando llegas hay un
letrero que dice: “prohibido entrar con zapatos negros”, te invito a un bufet y pongo los
mejores platillos que has deseado probar pero ese día el doctor te dio una dieta…

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De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.

El problema no es la ley. La ley es una imagen perfecta del Dios que la dio. (Es un
excelente espejo. Puede mostrarme mi suciedad, pero no me puede limpiar). La ley es santa,
pero no me puede hacer santo. La ley nunca puede santificar. Sólo puede mostrarme cuán impío
soy. La ley es justa, pero nunca podrá justificarme (Romanos 3:20; Gálatas 2:16). Solo me
puede condenar. La ley es buena, pero nunca puede hacerme bueno. Solo puede mostrarme mi
miseria (Romanos 7:24) y el mal que mora en mí (Romanos 7:17-21).

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¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado,
para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que
por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.

Vemos nuevamente que el verdadero culpable es el pecado. La ley no trae la muerte, EL


PECADO LO HACE (Santiago 1:15; Romanos 6:23). No culpes a la ley. El verdadero enemigo es el
pecado.

Pero el pecado usa lo que es bueno (la ley). “Sobremanera pecaminoso” significa
“extremadamente pecaminoso”. La ley aumenta el pecado (la suciedad estaba allí todo el
tiempo, pero yo no pensaba que tenía un problema hasta que me miré al espejo, y entonces
pareció extremadamente sucio).

Note las tres cosas que la ley hace respecto al pecado:

La ley REVELA EL PECADO (como un espejo) Romanos 3:20

La ley DESPIERTA EL PECADO Éxodo 32:7-8

La ley a AUMENTA EL PECADO 1 Co.15:56

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La Lucha con la Carne- Romanos 7:14-25 - 15/Julio/2016

Introducción

En estos pasajes Pablo habla de una persona cristiana, la vida cristiana normal.

La persona descrita en estos pasajes es una persona que quiere hacer el bien (v.15, 18, 19,
21), y el mal que hace, lo hace en contra de su deseo y voluntad (v. 16, 19, 20).

La persona que no es cristiana tiene solo una naturaleza que es la pecaminosa, viven en
pecado y no tienen remordimiento de él, cuando el cristiano nace de nuevo entra la
naturaleza divina de Dios a nuestra vida.

El cristiano tiene las 2 Naturalezas.

Ejemplo: inquilino que llega a vivir a mi casa, hay una lucha entre él y yo, el es ordenado
y yo no, en el sentido espiritual empieza la guerra entre la antigua y nueva naturaleza.

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Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado.

La ley es espiritual. La ley es la expresión perfecta de la voluntad de Dios al ser humano.

Yo soy carnal. No se refiere a que era cristiano carnal – sino que su alma habitaba dentro
de la carne o Cuerpo

Carne (cuerpo): Vida natural del hombre en su contexto terrenal.

Carne: Antigua Naturaleza Adámica caída que está dentro del ser humano y que no ha sido
regenerada, esta carne esta corrompida por el pecado. . Regeneración: Pasar de Muerte a Vida
o nuevo nacimiento.

Carnalidad: Vivir en Pecado, Acciones Pecaminosas Gálatas 5:16-21

Vendido al pecado (esclavo del pecado) Su Carne era esclava del Pecado. Vieja naturaleza
que busca rebelarse e independizarse de Dios.

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Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso
hago.
Conflicto o lucha de las dos naturalezas.

Vieja Naturaleza Adámica Caída y Nueva Naturaleza en Cristo.

Luchar en nuestras propias Fuerzas, tratar de agradar a Dios cumpliendo Leyes y Reglas sin la ayuda
del E.S.

El hijo de Dios tiene "la naturaleza divina" pero también la naturaleza pecadora

Salvación en 3 Pasos: Justificación, Santificación, Glorificación.

Nuestra santificación es paso a paso. Es decir, primero Dios derrama su gracia sobre nosotros, nos
regala la fe, luego nos justifica, por lo que hizo Cristo en la cruz, y luego nos regala a Su
Espíritu Santo para que podamos seguir sus mandatos. El final de esa santificación es la
glorificación (resurrección del cuerpo sin pecado) de nuestros cuerpos, que se da en la segunda
venida de Cristo, (1 Corintios 15:52). Nacer de Nuevo requiere un momento de Fe, pero llegar a ser
como Cristo es un proceso de toda la Vida.

En nuestra Nueva Naturaleza No hacemos lo que queremos (EL BIEN) sino lo que aborrecemos (EL
PECADO).

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Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.

Cuando la naturaleza vieja quebrantó el mandamiento, en este caso se trataba de la codicia,


entonces la naturaleza nueva estuvo de acuerdo con la ley de que la codicia era mala.

Parafraseando: Esta es una ley buena. El mandamiento de Dios contra la codicia es santo y
recto y bueno. Digo ¡AMEN! a ello. No quiero codiciar. Yo se que codiciar es malo. Odio la
codicia, ¡PERO NO PUEDO HACER OTRA COSA QUE CODICIAR! Soy un esclavo de este pecado”.

La ley es buena: Expresa la maldad que hay en nosotros.

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De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.

Ya no soy YO Persona nacida de nuevo

Pecado que mora en mí (24 horas), un gran problema que enfrenta todo creyente. Vieja
Naturaleza o Pecado Innato.

Pablo no está tratando de desligarse de su responsabilidad por sus acciones, sino está
distinguiendo entre las dos naturalezas. Ejm los dos leones, bueno y malo, ejm huésped nuevo
en casa.

Juan 3:9- Un cristiano puede cometer pecado, pero siempre lo aborrecerá.

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Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en
mí, pero no el hacerlo.
El mundo dice que somos buenos por naturaleza, la Biblia dice que somos malos por
naturaleza.

Diagnostico del Hombre: Isaías 64:6

Esto es, en mi carne”

El cuerpo físico no es malo, sino que es el campo de batalla entre la naturaleza pecadora y
el Espíritu de Dios

No mora el bien –En nuestra débil condición humana no habitaba el bien Hemos nacido en
pecado. Salmos 51-5. Todas las cosas que trate de hacer en mi carne o en mi propia fuerza me
traerán frustración.

“Querer” significa “desear, tener la voluntad de”. Yo quiero hacer el bien, yo quiero
tener victoria sobre el pecado, yo quiero guardar la santa ley de Dios y obedecer la Palabra
de Dios,

Pero no el hacerlo. Soy inhábil. Soy impotente. No puedo hacerlo. ¡Soy absolutamente INCAPAZ
de vivir la vida cristiana!, No tengo Poder ¿Has hecho este descubrimiento?

La nueva Naturaleza en Cristo tiene la voluntad de hacer lo que es bueno y justo, pero no
tiene poder. El poder no está en nosotros mismos, sino se encuentra solo en el Espíritu
Santo (Filipenses 2:13).

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Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

Las personas no regeneradas no tienen esta clase de lucha, porque ellos tienen solo una
naturaleza (una naturaleza corrupta, pecaminosa). personas no salvas pecan y lo hacen con
gusto. El creyente peca y odia hacerlo. Con una sola Naturaleza no Hay Lucha

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Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

Ya no lo hago yo- Nueva Naturaleza, Nacido de Nuevo, Salvo.

Pecado que mora en Mi – Pecado Adámico, Naturaleza Adámica, Vieja Naturaleza

Nuestra vieja naturaleza es la que responde al pecado.

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Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

Ley: algo que es continúo y que no se detiene, algo que no está sujeto a cambio, como la ley
de la gravedad que establece que todo objeto más pesado que el aire es atraído al centro de
la tierra.

Ley del Pecado- Muerte - Ley Espíritu - Vida

Esta ley es la “ley del pecado y de la muerte” Yo no quiero codiciar, pero ese pecado de
codicia está en mí (en mi corazón) y como soy esclavo de ese pecado, tengo que codiciar. Yo
no quiero, pero lo hago.

El hombre no es gobernado por su Razón sino por sus pasiones. La fuerza de la carne es más
fuerte que mi Razón y de mi voluntad.

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Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

Solo un hombre salvo se deleita en la ley de Dios, ama la Biblia y los pensamientos de Dios
(como David, Sal.19:7-10; Sal.119:35).

El hombre interior, se deleita en la ley de Dios” el hombre no salvo (no Regenerado) no se


sujeta a la ley de Dios.

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pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo
(esclavo) a la ley del pecado que está en mis miembros.

Note la gran batalla y conflicto y lucha que está teniendo lugar. Gálatas 5:17.

¿En tu vida Quién está ganando esta guerra La ley de tu mente o de tus miembros?

Todo verdadero creyente conoce demasiado bien la lucha con el pecado que mora en el.

La contradicción existe solo en el creyente. La persona no salva no tiene esta lucha entre
las dos naturalezas, porque tiene solamente la naturaleza de Adán (para pelear, son
necesarios dos).

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!!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

“Miserable de mí”

Todo creyente necesita llegar al punto en que reconoce su propia miseria.

El hombre miserable es un cautivo y un esclavo del pecado –queriendo hacer lo que es recto,
pero no teniendo el poder para hacer el bien y termina haciendo lo que detesta.

Solo un cristiano maduro puede pronunciar estas palabras, el cristiano que lleva una vida en
comunión con Dios, trata de hacer lo correcto muchas veces se encuentra que hace lo que no
quiere hacer.

“¿Quién me librará?”

El no dice: ¿QUÉ DEBO HACER? o ¿CÓMO ME LIBERTO A MÍ MISMO? No,

La dependencia de sí MISMO lo ha llevado solo al fracaso y a la derrota. Ha descubierto que


por sí mismo es totalmente incapaz, impotente de hacer el bien.

La ley no le puede ayudar. La ley no puede hacerlo santo. La ley no lo puede santificar

“Este cuerpo de muerte” –

Nuestros cuerpos aún no han sido redimidos

El cuerpo es el cuartel general del pecado morador y los miembros del cuerpo son los
instrumentos del pecado morador.

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Mientras más santos seamos, mientras más crezcamos en Cristo descubriremos la maldad que hay
en nosotros y mas aborreceremos esa maldad.
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Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a
la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado

El Señor Jesucristo es el gran Libertador

Gracias es una palabra de fe. “Yo creo que Jesucristo es mi gran Libertador del pecado.
¡Gracias! Yo creo que ya no soy esclavo del pecado. Mi ayuda no viene de MÍ MISMO, sino de
mi SALVADOR.

Conclusión: llego al punto en que me doy cuenta de que “YO NO PUEDO”. “No puedo hacer el
bien” (v.18). No tengo lo necesario para vivir la Vida Cristiana. No puedo hacerlo. Y esto
es exactamente lo que Dios quería que yo descubriera. Ver Juan 15:5. Tal como necesité a
Dios para la salvación, así necesito a Dios para la santificación (para vivir una vida
separada y santa). Es la VIDA de Dios (Gálatas 2:20); es la GRACIA de Dios (1 Corintios
15:10); es la OBRA de Dios (Filipenses 2:13); es el PODER de Dios (Colosenses 1:29;
Filipenses 3:10) y es la VICTORIA de Dios (2 Crónicas 20:15, 17).

“¡Corre, Juan corre! ¡Ordena la ley!


Pero no me da pies ni manos.
Noticias mayores trae la Gracia de Dios:
¡Me ordena volar y me da alas!”

Demasiados creyentes están tratando de correr sin pies y sin manos

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Introducción a Romanos 8

De acuerdo a este punto de vista, los cristianos no deben abandonar Romanos 7 para entrar en
Romanos 8, sino que los cristianos deben permanecer durante toda su experiencia cristiana en
Romanos 7. Estos versículos describen simplemente el conflicto entre las dos naturalezas en
el hijo de Dios. De modo que ellos dirían que Romanos 7:14-25 describe la experiencia
normal, propuesta por Dios, de la persona salva mientras esté en este cuerpo. “No hay
liberación presente de la naturaleza carnal por el poder del Espíritu Santo” (como A.W.
Pink dice en su folleto titulado, El Cristiano en Romanos 7).

Ante todo, debemos decir que hay mucha verdad en esta opinión. Es cierto que el creyente
tendrá un conflicto entre las dos naturalezas mientras viva en este cuerpo. La naturaleza
pecaminosa nunca será erradicada o desarraigada. Hay ciertas cosas en este pasaje de Romanos
7, que siempre deben ser ciertas en cuanto al creyente. Mientras más maduramos en la fe,
tanto más conscientes deberíamos estar de nuestra propia miseria y pecaminosidad (v.24).
Mientras más crecemos en el Señor, tanto más conoceremos la plaga de nuestro propio corazón
(1 Reyes 8:38) y nuestra propia perversidad. También deberíamos tener conciencia siempre de
nuestra total incapacidad de hacer lo justo en y por nosotros mismos. No tenemos el poder
para realizar lo que es bueno (v.18). Sin Cristo, nada podemos hacer (Juan 15:5), y esto
siempre será así. De modo que estamos de acuerdo con estos hombres Reformados en que siempre
debemos permanecer en Romanos 7, en el sentido de reconocer nuestra pecaminosidad e
incapacidad y nuestra necesidad, momento tras momento, de un Libertador, que es Cristo
Jesús.

Pero por otra parte, tenemos que estar en desacuerdo con estos hombres de la Reforma por las
siguientes razones. Romanos 7 describe a un hombre que, en contra de su voluntad, FALLA EN
HACER LO BUENO Y, EN CAMBIO, HACE LO MALO (Romanos 7:19). Esta puede ser la experiencia
común de los cristianos, pero sería absurdo decir que ésta es la experiencia que Dios tiene
para una persona salva. Esto sería contrario a todas las Escrituras que enseñan que el
creyente es responsable no solo de querer la voluntad de Dios, sino también de hacerla
(Filipenses 2:13; Santiago 1:22, etc.). Ciertamente, la vida cristiana normal que Dios
quiere para nosotros, no es una de fracasos y de derrotas y de total frustración. No es el
deseo de Dios que nosotros fallemos en hacer el bien que queremos hacer, y no es la voluntad
de Dios que hagamos el mal que detestamos hacer. Romanos 7 nos lleva al punto en que
clamamos “YO NO PUEDO”, pero Romanos 8 nos da la respuesta, “DIOS PUEDE”. Yo no puedo
cumplir la ley (Romanos 7:22-24), pero la ley puede ser cumplida EN MÍ por el poder de Dios
(Romanos 8:4). Así, técnicamente, no es que el creyente deja Romanos 7 para ir a Romanos 8,
sino quizás sea mejor decir que Romanos 7 nos lleva a Romanos 8. Romanos 7 nos enseña

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lecciones valiosas acerca de nosotros mismos—acerca de nuestra impotencia y pecaminosidad e
incapacidad de agradar a Dios por nosotros mismos.

La vida cristiana que Dios tiene para sus creyentes, no es una vida de hacer el mal que odio
y fallar en hacer el bien que quiero (Romanos 7:19). El propósito de Dios para la vida
cristiana no es una vida de cautividad y esclavitud al pecado (Romanos 7:23). Cristo vino
para darnos libertad (Juan 8:31-36). No es el deseo de Dios que vivamos en perpetua derrota
y fracaso y frustración, por días sin fin. No, el propósito de Dios para la vida cristiana
se despliega en muchos pasajes, incluyendo los siguientes: Colosenses 1:10-12; 1 Juan 3:18,
22; Efesios 4:1-3; Filipenses 4:1-9; 1 Corintios 15:10; Gálatas 2:20; 5:22-23; etc. ¡Que
vivamos y andemos así!

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