Facultad de Derecho Organización Judicial

Escuela de Derecho-Viña del Mar Unidad I. Introducción al Derecho Procesal

Prof. Sophía Romero Rodríguez

Medios de solución de conflictos

En el contexto de nuestro curso, analizaremos las diversas actividades o funciones

que ejecutan los tribunales de justicia en nuestro país, tanto a nivel dogmático como
normativo.
Por tanto, es necesario señalar que una primera concepción bajo el liberalismo del
siglo XIX, es que los tribunales intervenían ante la existencia de un conflicto de interés
entre particulares.
Recordemos que el liberalismo como idea general, consideraba la existencia de un
Estado mínimo, cuyo rol principal es la dictación de normas legales que configuran el

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marco regulatorio en donde los sujetos de Derecho puedan actuar legítimamente1.
Bajo esta consideración, la intervención estatal en el ámbito jurídico, sólo se justifica
ante la existencia de un conflicto de intereses que sea sometido por quienes estén
inmersos en el mismo, por incapacidad de éstos de resolverlo de otra forma. Dicha
intervención estatal se efectúa utilizando un instrumento específico: el proceso.
Se considera así, que el proceso es un mecanismo hetero-compositivo de solución
de controversias. Sin embargo, antes de la creación de éste y de su regulación legal,
existían otros métodos que permitieron a las sociedades humanas, resolver sus
controversias. Por ello, se plantean estos métodos como alternativas al proceso.
Estas formas pueden clasificarse en tres grupos: auto-tutela, autocomposición y
hetero-tutela o hetero-composición.

1) La auto-tutela o justicia privada

Ésta puede ser entendida como una de las formas más primitivas de solución de
controversias, que se produce a través de la intervención de los propios sujetos en
conflicto, primando la voluntad de una de ellas, normalmente a través de la habilidad
intelectual o la fuerza física. Así, la posición de una de las partes en conflicto cede
completamente a la otra. Como señala De la Oliva, esta forma de tutela se puede graficar
con la expresión coloquial, “tomarse la justicia por mano propia”2.
Suelen indicarse en la doctrina, como formas de auto tutela reconocidas en los
ordenamientos jurídicos modernos, la renuncia de derechos, algunas atenuantes o

1
Sobre las diferencias que se presentan entre los distintos modelos de juez considerando la ideología
política, confróntese FENECH, Miguel (1941) La posición del juez en el nuevo Estado, Madrid, Espasa Calpe, pp.
25; 40; más modernamente, DAMASKA, Mirjan (2000) Las caras de la justicia y el Poder del Estado. Análisis
comparado del proceso legal, Andrea Morales (trad.), Santiago, Editorial Jurídica de Chile, pp. 135-140.
2
DE LA OLIVA, Andrés; DÍEZ-PICAZO, Ignacio; VEGAS, Jaime (2004) Derecho procesal. Introducción, tercera
edición, Madrid, Editorial Universitaria Ramón Areces, p. 23.
1
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eximentes de responsabilidad penal o prescripciones normativas que autorizan

directamente el uso de la fuerza por los particulares para amparar un derecho de orden
patrimonial.
En relación a estas formas, no se debe confundir la auto tutela con la renuncia, ya
que en esta última, es uno de los sujetos de Derecho el que decide voluntariamente
abandonar el derecho material del cual es titular, sin exigir las prestaciones a la que está
obligado un tercero en virtud de tal derecho. En cambio, en la auto tutela uno de los
sujetos de Derecho impone su voluntad a la otra, que se ve compelida a abandonar su
derecho en virtud de la fuerza física.
La renuncia de derechos en nuestro sistema jurídico, está permitida conforme el art.
12 del Código Civil, siempre que no sea contraria a Derecho y sólo mire el interés del
sujeto que renuncia.

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En cambio, la auto-tutela está prohibida por regla general, básicamente por dos
razones: 1) el Estado moderno se reserva el uso de la fuerza a través de la intervención de
los órganos administrativos o de los judiciales3; 2) al privar el Estado del uso de la fuerza a
los particulares, éste pone al servicio de los sujetos de Derecho, diversos mecanismos para
la protección de los derechos e intereses jurídicos.
Sin embargo, constituyendo lo anterior la regla general, se permite en situaciones
extremas o por conveniencia práctica, el uso de la auto-tutela a los particulares. Ejemplos
de ello en materia penal son el artículo 10, Números 4, 5 y 6 del Código Penal (que
establecen la legítima defensa propia, de parientes y de extraños); el numeral 7 del mismo
artículo que establece el estado de necesidad exculpante.
En materia civil, a propósito de la regulación de la ocupación como modo de adquirir
el dominio, los artículos 619, 620, 621 y 623 del CC, permiten al dueño de una colmena y
de otros animales domésticos que han escapado de su esfera de resguardo, para que éste
ingrese a terrenos de terceros, sólo con el objeto de recuperarlos. Si no existiera esta
norma que permite aquello, se producirían eventualmente dos efectos: 1) El primero es
que el propietario del terreno en donde ingresan los animales domésticos referidos en las
normas, podría hacerse propietario de dichos bienes, por ocupación; 2) Si el propietario

3
Para el caso de los órganos administrativos, véase Art. 3, inciso final de la Ley Nº 19.880 sobre bases de
procedimiento administrativo. Los actos administrativos gozan de una presunción de legalidad, de imperio
y exigibilidad frente a sus destinatarios, desde su entrada en vigencia, autorizando su ejecución de oficio
por la autoridad administrativa, salvo que mediare una orden de suspensión dispuesta por la autoridad
administrativa dentro del procedimiento impugnatorio o por el juez, conociendo por la vía jurisdiccional.
Esta situación, en doctrina, se denomina auto-tutela administrativa; para el caso de los órganos judiciales,
véase art. 76, incisos 3º y final de la Constitución. Para hacer ejecutar sus resoluciones, y practicar o hacer
practicar los actos de instrucción que determine la ley, los tribunales ordinarios de justicia y los especiales
que integran el Poder Judicial, podrán impartir órdenes directas a la fuerza pública o ejercer los medios de
acción conducentes de que dispusieren. Los demás tribunales lo harán en la forma que la ley determine.
La autoridad requerida deberá cumplir sin más trámite el mandato judicial y no podrá calificar su
fundamento u oportunidad, ni la justicia o legalidad de la resolución que se trata de ejecutar.
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ingresara, sin permiso del dueño del terreno a recuperar sus animales, con o sin violencia
en las personas o en las cosas, podría ser denunciado por alguna figura de usurpación,
delito previsto en el Código Penal (artículos 457 y siguientes).

2) La auto-composición

La auto-composición se asemeja con la auto-tutela por considerar en la solución del

conflicto la intervención de los sujetos que están inmersos en él. Pero la diferencia radica
en que ambas partes intervienen, ya no sólo una, constituyéndose la solución en una
forma colaborativa en donde las dos renuncian parcialmente a sus posiciones o
pretensiones originales.
Estos métodos auto-compositivos son reconocidos por el Derecho chileno, y los

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encontramos en el contexto extraprocesal (transacción –arts. 2446 a 2464 del Código
Civil), mediación –arts. 43 a 54 de la Ley Nº 19.966; arts. 103 a 114 de la Ley de Tribunales
de Familia; arts. 352 y siguientes del Código del Trabajo), como verdaderos métodos
alternativos –al proceso- en la solución de conflictos, y también dentro del proceso, para
poner término anticipado a un juicio que ya se inició (conciliación –arts. 262 a 268 del
Código de Procedimiento Civil, avenimiento Art. 434, Nº 3 del Código de Procedimiento
Civil).
En el análisis que efectuaremos de los equivalentes jurisdiccionales (Unidad II),
podremos tratar con mayor detalle algunos medios auto-compositivos que son
reconocidos en nuestro ordenamiento jurídico. En estos casos, se denominan por la
doctrina equivalentes jurisdiccionales, porque el ordenamiento jurídico les atribuye a
estos medios auto-compositivos la misma eficacia que posee una sentencia judicial
dictada por un tribunal de justicia.
De este modo, se evita la tramitación de un proceso, con todos los beneficios que se
logran con ello (reducción de los costes del servicio judicial; eliminación de los gastos
asociados a la defensa jurídica en juicio; pacificación social sin la intervención estatal).

3) La hetero-composición

Por último, la hetero-composición toma su nombre (heteros = prefijo de origen

griego, que significa otro, opuesto, distinto) por la intervención de un tercero, ajeno al
conflicto, quien lo decide y lo resuelve.
En principio, tanto la decisión de someter el conflicto a un tercero como obligarse a
acatar lo decidido por aquel estaba entregada a la libre disposición de los sujetos de

3
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Derecho4. Sin embargo, bajo la configuración actual del Estado de Derecho, los sujetos
están compelidos a someter sus conflictos a un órgano judicial si no logran aplicar
mecanismos auto-compositivos o hetero-compositivos distintos de los reconocidos por el
ordenamiento jurídico, debido a la prohibición general de auto-tutela o abolición de la
justicia privada5.
Es posible reconocer como formas hetero-compositivas de solución de conflictos al
arbitraje y al propio proceso judicial.
No es posible hablar de alternativa al proceso judicial, en aquellos casos en que la
ley establece como obligación acudir ante un árbitro para la solución de ciertas
controversias jurídicas (art. 5 inciso final del COT; art. 222 y siguientes del COT).
En los supuestos en que el arbitraje es voluntario, se constituye como mecanismo
alternativo de solución de controversias.

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En algún sentido, la mediación también comparte elementos de hetero-
composición, como explicaremos en su oportunidad al tratarlo como equivalente
jurisdiccional, ya que en éste interviene un tercero, pero que no decide la controversia
jurídica, sino que permite que las posiciones originales de los sujetos en conflicto, cedan
paulatinamente con el objeto que ellos mismos, a través del acuerdo, decidan resolverlo.

4
Confróntese DOUGNAC RODRÍGUEZ, Antonio (2014) “Antecedentes históricos sobre la regulación del arbitraje
en Chile”, en Eduardo Picand (ed.) Estudios de arbitraje. Libro homenaje al profesor Patricio Aylwin Azócar,
segunda edición, Santiago, Legal Publishing, Thomson Reuters, versión Proview; FENECH (1941) p. 43.
5
DE LA OLIVA y otros (2004) p. 24.
4