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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

UNIDAD XOCHIMILCO

Ensayo

El individuo mexicano

Módulo: IX. Experiencia y Aprendizaje

Docente: Lonngi Botello Luis

Grupo: SH51P

Alumno:

 Molina Ortega Kenner Alberto

México, CDMX, a 11/03/17


La juventud en México se ha dividido en dos polos: una mayoritaria, precarizada y
desconectada de todo tipo de información, así como de los sistemas institucionales
como (educación, salud, trabajo y seguridad)

Esta juventud mayoritaria busca sobrevivir con lo más mínimo; y existe otra, que es
minoritaria, que se ve incorporada a la dinámica institucional. Así, es obvia la
naturaleza de la crisis estructural y sus impactos en las dinámicas cotidianas, en
tanto que se está pasando por una descapitalización que ha afectado a un gran
número de jóvenes en tanto que no da las posibilidades de acceder a los medios
suficientes como para mejorar sus condiciones de vida. Este impacto estructural
que se ha experimentado desde inicios de la década de los 80s se traduce en
condiciones de una profunda descapitalización. Y que se refleja de forma
contundente en una dificultad para convertir la posición social de los jóvenes en una
posición de reconocimiento.

De acuerdo con Rossana Reguillo:

¨En el caso mexicano, en el transcurso de los últimos 20 años, y según los


datos disponibles, es posible afirmar que tres son los tipos de capital
menguado o elusivo para una inmensa mayoría de los jóvenes en el país:

a) El capital cognitivo- escolar y de destrezas, valorables en términos de


mercados de redes.

b) El capital social, cuyo valor estriba en su potencial para solventar las


carencias del individuo y cuya argamasa se sustenta en sus flexibilidad y
pertinencia en términos, otra vez de mercado.

c) El capital político, cuya importancia estriba en la posibilidad de


intercambiar posición (objetiva) por reconocimiento (simbólico)¨
(Reguillo,2002,p.397)

El capital objetivo se ve representado fundamentalmente por el capital escolar o


cognitivo; dicho capital no adquiere ninguna relevancia si no es acompañado por
una dosis de capital social y político.
De esta forma a los jóvenes se les trata como sujetos de tutela, pero no como
sujetos con capacidad de acción política, bajo esta lógica se demarca la posición
juvenil hoy en día.

Incluso esta descapitalización política está representada por la tendencia a


depositar en los propios jóvenes toda la responsabilidad de su situación de
exclusión. Por lo que existen jóvenes que asumen como parte de sus carencias, su
edad, aspecto, estilo etc. aceptando su dificultad por insertarse en la lógica
imperante en la sociedad. Todo esto tiene un gran papel dentro de la configuración
de sus identidades y de su autopercepción como sujetos capaces de ejercer sus
derechos. Por lo que no hay un mayor enemigo que la propia idea de muchos
jóvenes hacia sí mismos que su fatalista asunción de inadecuación social política y
laboral. Esta autopercepción tiene como fin promover entre los jóvenes un ideal de
individualismo y apatía hacia los demás.

De esta forma la gran mayoría de los jóvenes se cuentan ante un futuro funesto e
inestable, el cual nos excluye y estigmatiza, y eso por eso mismo que Reguillo ve
como necesario ¨que para muchos jóvenes mexicanos (precarizados), el desafío y
la lucha central consiste en ¨reapropiarse¨ o ¨reinscribir¨ su biografía en contexto de
mayor estabilidad, con (mínimas) certezas de lugar, lealtades, solidaridades,
garantías y, especialmente, reconocimiento. En otras palabras, se trata de restituir
valor al capital político que por vía de los hechos se les niega, por más que los
programas oficiales argumenten retóricamente su interés en la situación de los
jóvenes. ¨ (Reguillo, Rossana,p. 2010,p.403)

Bajo el contexto histórico- social del México contemporáneo, la presencia de los


carteles de drogas ha pasado a modificar las relaciones institucionales y sociales
en muchas regiones, dentro del plan para la lucha por el control de territorios el
reclutamiento de jóvenes faltantes de recursos y oportunidades a pasado a ser una
de la principales actividades de los grupos criminales, y por lo mismo esto está
provocando un escenario de mayor violencia debido a la inexperiencia de los nuevos
sicarios ; quienes en su mayoría rondan entre los 15 y 20 años.
De esta forma los carteles de drogas han aprovechado ese vacío proveniente del
Estado e Instituciones como la familia para así nutrir sus filas. La vida del narco
pasa a ser el ejemplo de vida para muchos de ellos, con lo que aspiran al poder
económico y al reconocimiento de un grupo, pero por lo general el promedio de vida
de estos jóvenes es muy corto, debido a los constantes enfrentamientos entre
carteles enemigos.

Mucho de esto se debe a la dificultad de acceso al mercado formal del trabajo con
la que se encuentran los jóvenes para obtener un ingreso propio. De esta misma
forma según Reguillo:

¨En el caso de América Latina y el Caribe, la tasa de desempleo juvenil


duplica y hasta triplica el desempleo adulto, según el país, y la tasa de
desempleo entre jóvenes de familias de bajos ingresos es mucho mayor que
entre jóvenes de sectores más favorecidos. Todo esto plantea una situación
de alta vulnerabilidad y obstáculos muy serios a la inclusión e inserción
juveniles. El problema más fuerte en este sentido lo enfrentan los jóvenes
que no estudian ni trabajan, porque la escuela ya no los atiende y el mercado
laboral tampoco los integra. Doblemente desafilados ¿dónde están? ¿quién
se hace cargo de estos jóvenes? ¨ (Reguillo, Rossana, 2010,p.407)

Bajo esta dinámica, si se desea alcanzar un éxito por parte de las instituciones con
respecto a los jóvenes, depende de la medida en que las ciudades, los países y los
entrono internacionales les den apoyo e integren. En el caso mexicano:

¨La mirada del Estado mexicano sobre sus jóvenes ha pasado así de la
juventud ¨divino tesoro¨ en la década de los cincuenta, a la juventud ¨divino
problema¨ en los sesenta; a la juventud ¨divina desconocida¨ en los setentas¨;
a la juventud ¨divina delincuente ¨en los ochenta; y finalmente, a la juventud
¨divino desmadre¨ en los noventas¨ (Pérez Islas, 2002,p. 135)

La idea de un sujeto confundido ha pasado a convertirse en el centro de la condición


juvenil, pera esta condición es establecida desde la propia institución; quien lo
cataloga como un sujeto indefinido el cual se debe subordinar; se les debe formar,
recluir y castigar, si es que no siguen las normas establecidas como ¨buenas o
correctas¨ a seguir, por lo que se les ve casi como un objeto más que como un
sujeto.

Toda sociedad, que incluye al joven, está involucrada con lo institucional, tienen
relación en proceso paulatino, y la juventud en particular esta distanciada de la
institucionalidad. Pérez Islas (2002) hace énfasis en la relación entre la juventud y
las instituciones sociales y en el cómo cada uno tiene una mirada hacia la otra:

La mirada juvenil: en la juventud uno experimenta, explora ciertas conductas de los


saberes adultos. Sin embargo, la sociedad ha prejuiciado a sus jóvenes, esta cree
saber las necesidades, pensamientos y suposiciones de los jóvenes, y los mira
como irresponsables, rebeldes, violentos e incontrolables. Esta misma no le ha
certificado de actuación hasta que esta normalizado, en otras palabras, le da valor
hasta que ya es responsable, controlable, etcétera. El joven va de una dependencia
a semidependencia (ser y no ser a la vez); actúa ante la sociedad (ser buen
estudiante, militar en algún partido político, etcétera) muchas veces los gustos que
sigue son familiares. A este pocas veces se le reconoce como otro, pocas veces se
le deja tomar decisiones, y se le forma y prepara para su vida adulta.

La institucionalidad les ofrece rutina como objeto ajeno y acabado, por esto los
jóvenes no se sienten identificados, pues no son escuchados, por ello el joven ya
no se identifica con el adulto y busca esta identificación con otros jóvenes o con
algún ídolo. Aun cuando el joven este institucionalizado, en la actualidad la escuela
ya no garantiza la incorporación a un mercado laboral en condiciones óptimas para
su desarrollo profesional. Solo cuando los jóvenes son vistos como un problema se
piensa en ellos, más con el sentido común que con certeza de lo que piensan en
realidad.

Conclusión
La sociedad se contradice en lo que piensa de la juventud, pues por un lado les da
“confianza” porque la usa como instrumentos de la modernización (mejor vida,
educación más completa, etcétera) y por otro los percibe como un sector marginal
y hasta un peligro para la paz social. Pérez Islas nos menciona que “lo jóvenes son
lo que se dice de ellos, mientras que lo que ellos son no se dice” no escuchan las
verdaderas necesidades de los jóvenes, su palabra la toman como poco importante,
pensando que esto es porque apenas comienzan a vivir y no saben lo que realmente
quieren (como ya se había mencionado anteriormente).

Haciendo referencia a lo anterior se creía que ir a la escuela no era suficiente para


mantener a los jóvenes ocupados, aún tenían tiempo libre, por lo que se crearon
actividades deportivas, recreativas y culturales con el fin de evitar que cayeran en
conductas peligrosas como las adicciones, conductas sexuales e irresponsables,
etc; esto en los años 50.

Si el joven esta institucionalizado se le mira bien, mientras los que no lo están se


les ve como “chico problema”, sin ver que esta problemática viene desde las
instituciones donde estos son rechazados. Si bien la educación ha sido objeto de
múltiples miradas a lo largo de la historia, una institución con la que los jóvenes
estas involucrados.

Se hace patente la resistencia que habíamos abordado en el ensayo anterior. Como


se lo he mencionado en el correo que le envié, había una versión mucho más
completa que esta. Sin embargo, mis infortunios me han hecho apremiarme en el
presente desarrollo debido a las múltiples obligaciones que se ciernen, tanto en esta
carrera como en mi segunda. Espero aun así resulte un trabajo de calidad.

Bibliografía
Pérez Islas José Antonio. (2002). Movimientos juveniles en América Latina. En Integrados,
movilizados, excluidos. Políticas de juventudes en américa latina (151-165). Ariel España
Reguillo, Rossana (2010) La condición juvenil en el México contemporáneo. Biografía,
incertidumbres y lugares, en Reguillo, Rossana (Coord.)Los jóvenes en México, FCE y
CNCA, México,pp.395-429.
Collingnon, Martha y Zeida Rodríguez (2002) Afectividad y sexualidad entre los jóvenes.
Tres escenarios para la experiencia íntima en el siglo XX en Reguillo, Rosana (Coord.) Los
jóvenes en México, FCE Y CNCA, México. pp. 262-315.

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