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ANALISIS EDUCAR MENTES CURIOSAS

MELINA FURMAN

DERLI JOHANNA DELGADO

ARNOL GARCIA PEÑA

LEIDY DORELLY GARZÓN CASTILLO

WILLIAM PEÑA PORTILLA

JANETH PATRICIA RUIZ CASTILLO

NANCY SALAZAR LEAL

LUZ MARYORI URQUIZA ZAPATA

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BUCARAMANGA

MODULO DE PENSAMIENTO CIENTIFICO

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

SAN JOSÉ DE CÚCUTA

2018
ANALISIS EDUCAR MENTES CURIOSAS
MELINA FURMAN

CAPÍTULO III

En este capítulo se nos muestra que hay que conducir y madurar los asomos de

pensamiento científico del niño en sus primeras etapas, lo cual requiere poner

intencionalidad e invertir tiempo en ello. La cuestión estriba en ¿cómo se hará? ¿Cuáles son

las experiencias de aprendizaje que permitirán ideas cada vez más complejas en los chicos?

Este es el asunto a abordar en el capítulo III.

Jugar el juego completo

El investigador de la universidad de Harvard, David Parkins, ha dedicado mucho tiempo a

encontrar cómo la educación puede hacer más significativa la experiencia de vida. Este

autor, en el libro Hacer que el aprendizaje sea completo, Perkins (2009), evoca un recuerdo

de la infancia acerca de cómo aprendió a jugar béisbol y de qué manera la experiencia

misma del juego con su propio padre le posibilitó aprender y disfrutar este deporte al

mismo tiempo.

Aquí la autora Melina Furman reflexiona sobre el sentido de la enseñanza a partir de las

ciencias naturales. En la escuela estas parecen tener una infinita sucesión de contenidos que

jamás pareciera llegar a ser completo. Por otra parte, dice la autora que la enseñanza puede
sufrir de “sobre-itis”, es decir, aprender sobre las cosas, pero sin involucrarse directamente

nunca con ellas en la realidad.

En el contexto de aula, podría ser que el contenido de ciencias naturales en una clase sea

ver las partes del cuerpo humano por separado, pero sin llegar a comprender cómo se

integran entre sí y percibirlo en la vida cotidiana (elementitis). O enseñar el método

científico y definir cada proceso, no obstante nunca vivenciar la experiencia investigativa

junto a otros. Que en una clase de tecnología, por ejemplo, se aborden las características de

los artefactos tecnológicos, de manera descriptiva, pero nunca diseñar un artefacto para

resolver un desafío particular, atravesando procesos de análisis, creación, planificación,

puesta a prueba, rediseño y mejora, siendo una propuesta auténtica y genuina son

significado para los chicos.

Entonces la autora pasa a indicar a continuación que “jugar el juego completo” desde el

inicio implica que el que aprende halle el sentido de lo que hace, aunque no sepa hacerlo

bien. Tal vez dibujando o tocando un instrumento desde lo rudimentario identifique los

valores del arte, por ejemplo, y la conciencia de sentido, lo conduzca a explorar la

complejidad de estos saberes. La participación y el sentir el niño que el proceso de

aprendizaje cuenta con él como protagonista, encienden una pasión irrefrenable por saber y

comprender todos los hechos y fenómenos que más le intrigan y movilizan su interés.

Lo anterior encaja con el constructivismo sociocultural de Lev Vygotsky; también toma

aportes de Brunner, Ausubel entre otros autores. Se privilegia que tanto el contexto como el

lenguaje posibiliten situaciones de interacción que sean auténticas, asumiendo el docente un


papel de organizador y planificador del espacio de trabajo e intervenir solo para sortear

dificultades y sistematizar lo aprendido.

En síntesis, los planteamientos de Furman para un aprendizaje con auténtico sentido

Conducir desde lo simple a lo complejo, sin renunciar nunca al sentido del juego

completo con los estudiantes.

Del proceso de aprendizaje se derivan en el estudiante formas de pensar y actuar

(herramientas) para intervenir sobre el mundo real.

La enseñanza inicial de los niños se debe promover las miradas integrales sobre el

contexto que los rodea, el mundo que están en condiciones de vivenciar y sentir. Por tanto,

el trabajo por proyectos se adaptan mejor.

El currículo debe construirse con base en situaciones contextualizadas y

problemáticas de dónde se desprenden los saberes y aprendizajes, a partir de preguntas

cuyas respuestas no se conocen. Esto hace que los chicos se sientan conectados con el

mundo.

Los docentes deben ser formados en la enseñanza contextualizada para saber

potenciar las competencias científicas de los estudiantes.

UN MODELO PARA LA ACCION

En la necesidad de fomentar las prácticas auténticas de investigación y exploración de

fenómenos, y del diseño y la resolución de problemas, se hace una mirada a las prácticas

educativas de otros países que se fortalecen en éste ámbito.


Por ejemplo, el Marco de la Educación en los Primeros Años del Reino Unido (2014)

propone como objetivo educativo: “Guiar a los niños para entender y construir sentido

sobre el mundo físico y sus comunidades a partir de oportunidades de exploración,

observación e investigación sobre la gente, los lugares, la tecnología y el ambiente”.

Enfatizado en tres dimensiones de la enseñanza en la infancia: Juego y exploración,

Aprendizaje activo, Creación y pensamiento crítico.

Por otro lado, los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios para el primer ciclo de la educación

primaria en la Argentina (2004) sostienen que la escuela debería ofrecer a los niños

situaciones de aprendizaje que fomenten “la actitud de curiosidad y el hábito de hacerse

preguntas y anticipar respuestas”.

Como tercer ejemplo se presenta el currículo de Ciencias de Singapur donde se afirma que

la escuela debe “nutrir a los alumnos como indagadores”. Por lo cual proponen potenciar el

espíritu curioso de los niños donde el docente juega un papel fundamental al ser el líder del

proceso quien debe mantener el entusiasmo por descubrir y aprender en sus estudiantes.

El Chile, la asignatura de Tecnología (2002) enfoca su aprendizaje en la resolución de

problemas en donde uno de sus ejes es “Diseña, Hacer y Probar” como impulso inicial a la

creatividad, la innovación y el emprendimiento.


Todos estos ejemplos ofrecen un maravilloso punto de partida para transformar el quehacer

de las prácticas educativas, principalmente en los primeros años de escolaridad donde la

curiosidad y la búsqueda de aprendizaje están en furor.

Por tal motivo se propone el siguiente esquema para organizar la enseñanza y el desarrollo

de recursos que acompañe la Enseñanza Científica y Tecnológica conformada por tres

componentes:

• La contextualización del aprendizaje

• La participación en prácticas auténticas (de indagación y diseño)

• La necesidad de ofrecer espacios de intercambio y reflexión para hacer al

pensamiento visible.

La autora Melania Furman sugiere la lectura de 2 casos en determinadas aulas de clase,

con el fin de dar a conocer el modelo que propone para ejecutar en nuestra práctica

pedagógica y así lograr en nuestros estudiantes un pensamiento científico.

La primera clase está encaminada a la enseñanza de los hongos, la docente parte de un

hecho real y del contexto familiar a ellos, en este caso relata que encontró una naranja que

había dejado olvidada por varios días. Los estudiantes observan las características y la

docente comienza a preguntar sobre las manchas; de esta manera comienzan la enseñanza a

través de una situación cotidiana que busca la construcción de nuevos aprendizajes.


Posteriormente, la docente conduce a sus estudiantes a la investigación, a través de un

experimento con diferentes objetos, para analizar y dar claridad a las preguntas planteadas.

Se evidencia que la docente dirige y orienta en todo momento a sus estudiantes,

conduciéndolos hacia formas de pensar científicamente.

En el segundo caso, la actividad de la clase está orientada hacia un desafío: sacar un

candado de un frasco, lo que genera en los estudiantes expectativas y preguntas que ayudan

a resolver la situación. De igual forma, se observa que a partir de una situación

contextualizada los estudiantes ponen de manifiesto sus presaberes, y van

transformándolos a través de la práctica, la indagación, el diseño, e intercambio de ideas.

Melina Furman continúa con una reflexión sobre la importante tarea que desarrolla el

docente en el aula y las grandes contribuciones que puede hacer en el proceso pedagógico a

través de la generación de un buen ambiente de aprendizaje, y la inclusión de nuevos

elementos, que propicien el pensamiento creativo, crítico, investigador así como el trabajo

en equipo.

Es mucho más productivo y eficiente que los niños realicen sus actividades en grupo y no

individualmente, ya que el trabajo en equipo permite que aprendan a debatir, comunicar,

desarrollar claramente sus puntos de vista, interactuar, llegar a acuerdos sobre qué hacer y

por qué ante una situación problema, y argumentar acerca de las ventajas o desventajas de

cierta idea o determinado procedimiento. La tarea del docente, además de propiciar estas

situaciones en el aula, es promover los espacios para que las observaciones que hacen los

estudiantes sean sistematizadas, socializadas, puestas en común, llegando a conclusiones


que respondan a los interrogantes o problemas iniciales; también, debe provocar momentos

de reflexión que conduzcan a dar mayor sentido a sus conclusiones.

Para formar el pensamiento científico y tecnológico de los niños se debe tener en cuenta

tres dimensiones:

• Dimensión 1: Aprendizaje contextualizado

Teniendo en cuenta el contexto en el cual se desenvuelve el niño es importante que el

diseño y planeación de la enseñanza-aprendizaje esté enfocada a vivir nuevas experiencias

a través de elementos de la cotidianidad o situaciones reales que despierten su creatividad y

análisis, donde el menor ejercicio se convierte en un aprendizaje significativo por la

profundidad de lo experimentado y la emoción de lo logrado.

• Dimensión 2: Prácticas Autenticas: Indagación y diseño

La indagación en el niño juega un papel fundamental, porque lo lleva a encontrarse con la

fenomenología del mundo físico, con la cual se despierta el sentido crítico a partir de

experiencias que fueron producto de su curiosidad y sus necesidades, para encontrar el

saber, donde la práctica de éste con sus pares ayuda a perfeccionar la realidad del mundo

observable.

En este proceso el docente es una figura clave, pues se convierte en un guía facilitador del

aprendizaje donde acompaña las actividades de enseñanza a sus estudiantes en la cual la

motivación por parte de éste, es pieza fundamental para alcanzar los logros establecidos que
despiertan su autonomía, su capacidad de pensamiento, a comprobar hipótesis y generar

nuevas teorías acompañados de su maestro para clarificar sus ideas.

Por lo anterior es bueno subrayar unos puntos clave dentro de este proceso de aprendizaje

del estudiante como lo es imaginar, crear, jugar, compartir, reflexionar, de manera

interactiva y no secuencial, en el que los niños imaginan lo que quieren hacer basados en

sus ideas, creaciones y el trabajo con otros.

• Dimensión 3: Hacer el aprendizaje visible

Pretende que los estudiantes expresen su pensamiento a través del lenguaje oral, escrito o

de otras maneras; de esta manera el docente puede saber en qué nivel va el aprendizaje,

conocer las dudas o inquietudes y realizar los ajustes necesarios.

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