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La FAO es la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

Es decir, es
una organización supranacional (que está formada por países y funciona bajo el amparo de la
ONU). Su función principal es conducir las actividades internacionales encaminadas a erradicar el
hambre.

Para desarrollar esa función de erradicar el hambre debe actuar como un foro neutral donde
países en desarrollo y desarrollados negocien los distintos acuerdos a llevar a cabo. De esta forma
la FAO ayuda a los países en desarrollo y a los países en transición a modernizar y mejorar sus
actividades agrícolas, forestales y pesqueras, con el fin de asegurar una buena nutrición para
todos.

Para poder realizar su cometido la FAO tiene una sede central en Roma y además tiene oficinas
Regionales, para África, Asia y el Pacífico, América Latina y el Caribe, el Cercano Oriente y Europa.
Oficinas Subregionales, para el África Austral y Oriental y Occidental y Central, las Islas del Pacífico,
el Caribe, África del Norte y Europa Central y Oriental y setenta y ocho representaciones en los
países miembros.

Una de las funciones principales de la FAO es la de someter a los Estados Miembros convenciones
y acuerdos sobre cuestiones relativas a la alimentación y la agricultura. En la práctica es muy
importante porque los Estados Miembros cuando aprueban estas resoluciones se obligan en su
acatamiento.

En concreto podemos definir como cuatro los objetivos principales de la FAO. La primera es la de
ofrecer información tanto a personas individuales como organismos internacionales, nacionales y
países miembros. Los conocimientos son tan diversos como agricultura, pesca, ganadería,
nutrición, economía, etc.

La segunda es compartir conocimientos especializados en materia de políticas. Principalmente


ayudando en la elaboración de políticas nacionales agrícolas.

Es un foro de debate y encuentro de los países. Y todos los conocimientos que nacen en el seno de
la FAO son llevados al mundo rural. La FAO moviliza y administra millones de dólares
proporcionados por los países industrializados, los bancos de desarrollo y otras fuentes, a fin de
garantizar que los proyectos cumplan su propósito.
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación

(FAO)

La FAO es el principal organismo de las Naciones Unidas encargado de dirigir las actividades
internacionales de lucha contra el hambre. El trabajo de la FAO consiste en ayudar a los países en
desarrollo a modernizar y ampliar su agricultura, silvicultura y pesca, y aliviar así la pobreza y el
hambre.

Fue creado el 16 de octubre de 1945 en una conferencia en Quebec. Desde 1981 es observada
anualmente esta fecha como el Día Mundial de la Alimentación.

Esta organización presta asistencia para el desarrollo, asesora a los gobiernos en materia de
política y planificación recopila, analiza y difunde información y funciona como foro internacional
para debatir cuestiones de agricultura y alimentación. Asimismo ayuda a los países a prepararse
para las emergencias alimentarias y proporciona asistencia de Socorro.

La FAO actúa como un foro neutral donde todos los países se reúnen en pie de igualdad para
negociar acuerdos y debatir políticas. La FAO también es una fuente de conocimientos y de
información.

La Organización ayuda a los países en desarrollo y a los países en transición a modernizar y


mejorar sus actividades agrícolas, forestales y pesqueras, con el fin de asegurar una buena
nutrición para todos. Desde su fundación en 1945 la FAO ha prestado especial atención al
desarrollo de las zonas rurales, donde vive el 70 por ciento de la población mundial pobre y que
pasa hambre.

Las actividades de la FAO comprenden de cuatro principales esferas:

Ofrecer información. La

FAO funciona como una red de conocimientos que utiliza la experiencia de su personal –
agrónomos, ingenieros forestales, expertos en pesca, en ganadería y en nutrición, científicos
sociales, economistas, estadísticos y otros profesionales– para recopilar, analizar y difundir
información que coadyuva al desarrollo. El sitio de la FAO en Internet recibe mensualmente un
millón de consultas de documentos técnicos o sobre las actividades que la Organización lleva a
cabo con los agricultores. La FAO además publica cientos de boletines, informes y libros, distribuye
varias revistas, produce numerosos CD-ROM y celebra docenas de foros electrónicos.

Compartir conocimientos especializados en materia de políticas. La FAO pone su larga experiencia


al servicio de los países para la elaboración de políticas agrícolas, así como para ayudar a la
reacción de leyes eficaces y a diseñar estrategias nacionales con el fin de alcanzar las metas del
desarrollo rural y la reducción de la pobreza.

Ofrecer un lugar de encuentro para los países. En cualquier ocasión se reúnen en la Sede de la
FAO, o en sus oficinas en distintos lugares del mundo, docenas de encargados de la formulación de
políticas y expertos de todos los países con el propósito de forjar acuerdos sobre las principales
cuestiones alimentarias y agrícolas. La FAO, en su posición de foro neutral, ofrece las condiciones
para que se reúnan los países ricos y los países pobres para llegar a acuerdos.

Llevar el conocimiento al campo. El alcance de los conocimientos de la FAO se somete a prueba en


miles de proyectos de

campo en todo el mundo. La FAO moviliza y administra millones de dólares proporcionados por los
países industrializados, los bancos de desarrollo y otras fuentes, a fin de garantizar que los
proyectos cumplan su propósito. La FAO proporciona la pericia técnica y, en algunos casos, una
fuente limitada de financiación. En situaciones de crisis trabajamos codo con codo con el
Programa Mundial de Alimentos y otros organismos humanitarios para proteger los medios de
subsistencia rurales y ayudar a la gente a reconstruir su vida.

El Mandato de la FAO

Alcanzar la seguridad alimentaria para todos, y asegurar que las personas tengan acceso regular a
alimentos de buena calidad que les permitan llevar una vida activa y saludable, es la esencia de las
actividades de la FAO.

El mandato de la FAO consiste en mejorar la nutrición, aumentar la productividad agrícola, elevar


el nivel de vida de la población rural y contribuir al crecimiento de la economía mundial.

La FAO proporciona el tipo de ayuda entre bastidores que permite a las personas y a los países
ayudarse a sí mismos. Si una comunidad desea incrementar sus cosechas pero carece de aptitudes
técnicas, la FAO introduce técnicas e instrumentos sencillos y sostenibles. Al transformar un país
su régimen de propiedad agraria de estatal a privada, la FAO proporciona asesoría jurídica para
facilitar el proceso, o moviliza la intervención si una sequía produce una hambruna entre los
grupos vulnerables. En un mundo complejo de necesidades contradictorias, proporciona un lugar
neutral de encuentro y los

conocimientos generales imprescindibles para llegar a un consenso.

Historia de la FAO

En 1943, cuando el final de la segunda guerra mundial era aún muy difícil de predecir, 44
gobiernos se reunieron en Hot Springs, en Virginia (Estados Unidos de América), y se
comprometieron a crear una organización internacional en la esfera de la alimentación y la
agricultura. Su función y sus objetivos se describieron con elocuencia y clarividencia
extraordinarias en The Work of FAO (La labor de la FAO), documento preparado en junio de 1945
en nombre de la Comisión Interina de las Naciones Unidas sobre Alimentación y Agricultura por un
comité presidido por Frank L. McDougall, de Australia. La visión expuesta en este documento sigue
siendo igual de pertinente hoy en día que hace 60 años.

El informe de la Comisión Interina y el proyecto de Constitución fueron los elementos principales


del primer período de sesiones de la Conferencia de la FAO, celebrado en Quebec (Canadá), que
condujo a la fundación de la FAO en calidad de organismo especializado de las Naciones Unidas el
16 de octubre de 1945. Desde su nacimiento, se acordó que la FAO tendría carácter
multidisciplinario y se ocuparía «de ese gran sector que representan las granjas, los bosques y las
pesquerías del mundo, y de las necesidades de los seres humanos de sus productos». En el
informe se subrayaba asimismo que la FAO comenzaba su labor en el contexto de un esfuerzo
internacional mucho más amplio, ya que estaría relacionada con el Consejo Económico y Social de
las Naciones Unidas y tendría «como asociados de trabajo

[...] a órganos que se ocupan de los problemas internacionales relativos al trabajo, el crédito, la
estabilización monetaria, el comercio y el mercadeo, la salud, la educación y otras cuestiones
vitales para el bienestar de las naciones».

En los seis decenios que han transcurrido desde entonces se han producido notables cambios, que
han tenido una profunda influencia en la FAO y las demás organizaciones del sistema de las
Naciones Unidas. En los años inmediatamente posteriores a la segunda guerra mundial, los
esfuerzos internacionales se centraron en gran parte en alimentar a las personas hambrientas y
subnutridas en Europa y Japón, así como en reconstruir la maltrecha infraestructura y las ciudades
de Europa. En este contexto se estableció el Plan Marshall, mediante el cual se proporcionaron
alrededor de 13 000 millones de dólares EE.UU. destinados a inversiones en infraestructura básica
y en empresas a fin de impulsar la recuperación y que sentó un precedente para la prestación de
asistencia internacional en gran escala que fue posteriormente aplicado con buenos resultados en
Asia y, en menor medida, en América Latina, pero que no se ha aplicado aún en África.

A medida que el proceso de descolonización avanzaba en los años sesenta, un número creciente
de naciones que acababan de conquistar la independencia pasaron a ser miembros de las
Naciones Unidas y sus organismos. Con la retirada de las potencias coloniales, el sistema de las
Naciones Unidas empezó a asumir muchas de las responsabilidades relacionadas con la provisión
de la asistencia financiera

y técnica que trataban de obtener los nuevos Estados al hacerse cargo de sus propios asuntos, con
miras a crear las instituciones y la infraestructura sobre la que basar su futuro crecimiento
económico.

El sistema de las Naciones Unidas, incluidas la FAO y otras organizaciones del grupo original de
organismos especializados, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO), crecieron rápidamente en los años sesenta y setenta en respuesta a estas
nuevas demandas. Ese crecimiento fue acompañado por la fundación de nuevas entidades en el
marco del sistema, incluidas, en esferas de interés para la FAO, el Programa Mundial de Alimentos
(PMA) en 1963, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 1965, el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en 1972 y el Fondo
Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) en 1977, y, en estrecha relación con el sistema de las
Naciones Unidas, el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (GCIAI) en 1971. A
partir del decenio de 1960, el Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo aumentaron
paulatinamente sus carteras de inversiones en la agricultura y el desarrollo rural y los donantes
bilaterales comenzaron a establecer ministerios especializados en cooperación para el desarrollo.

Algunos de los cambios más profundos se han producido durante los últimos tres decenios. Estos
cambios han supuesto una redefinición en la

mayoría de los países de la función del Estado, que ha abandonado muchas esferas de actividad
como la comercialización de productos o de insumos agrícolas y la gestión de agroindustrias para
pasar a centrar sus esfuerzos en la provisión de servicios e infraestructura esenciales, así como en
el establecimiento de marcos jurídicos, institucionales y de políticas que abren oportunidades para
el surgimiento de agentes no estatales. Durante este breve período, el sector privado ha adquirido
una creciente importancia en las economías nacionales, y a menudo es el principal proveedor de
tecnologías, insumos, servicios y mercados para los productores, fenómeno que exige que se
definan nuevamente las respectivas funciones de los sectores público y privado con relación al
desarrollo.

Igualmente significativo ha sido el crecimiento de instituciones en el seno de la sociedad civil,


especialmente de organizaciones no gubernamentales (ONG), tanto nacionales como
internacionales. Muchas de ellas se crearon para llenar un hueco entre el Estado y el sector
privado y para responder al deseo de ciudadanos individuales de poder contribuir directamente a
la reducción del sufrimiento humano en situaciones de emergencia. A medida que sus recursos
han aumentado, su función se ha ampliado y han pasado a proporcionar asistencia para el
desarrollo (varias de ellas tienen una presencia mucho mayor que la FAO en los países en
desarrollo) y a actuar como poderosos promotores de un mundo más justo y equitativo.

La FAO ha tenido que hacer frente y adaptar su función a estos cambios que

se han producido en el mundo en general sin dejar de centrarse en los propósitos con los que se
fundó. La Organización, que contaba con 42 Estados Miembros cuando se creó, tiene ahora 190
Miembros. En este plano mundial, la FAO ha reunido a las naciones para acordar una amplia
variedad de tratados, códigos de conducta, convenciones, normas y directrices voluntarias de
importancia crucial a fin de velar por una mejor ordenación de los recursos comunes del mundo,
como los recursos fitogenéticos y los peces marinos, de reducir los peligros derivados del comercio
de plaguicidas peligrosos, de establecer normas uniformes para los alimentos que protegen a los
consumidores al tiempo que facilitan el comercio y de garantizar el derecho de las personas a
disponer de acceso a alimentos suficientes e inocuos.

La FAO ha usado en numerosas ocasiones su poder de convocatoria para reunir a sus Miembros
con objeto de reforzar su resolución común y hacer frente a problemas mundiales críticos. En
especial ha convocado, a nivel de Jefes de Estado y de Gobierno, la Cumbre Mundial sobre la
Alimentación (CMA) de 1996 y la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después de
2002. En la Cumbre de 1996 se fijó por primera vez una meta cuantitativa respecto de la reducción
del hambre, pues en ella se pidió que se redujera a la mitad el número de personas subnutridas en
todo el mundo para el año 2015, y se elaboró un proyecto, plasmado en un Plan de Acción, para
lograr la seguridad alimentaria universal.

No obstante, para muchas personas, especialmente en los países en

desarrollo y en transición, la FAO ha resultado visible principalmente debido a su trabajo práctico


de desarrollo y a su oportuna intervención durante emergencias. La FAO ha desempeñado un
papel fundamental en muchos países con vistas a realizar inventarios de sus recursos hídricos,
pesqueros, forestales y de tierras y a completar censos agropecuarios que han proporcionado la
base para formular políticas y estrategias de desarrollo. El apoyo de la Organización para la
creación de instituciones ha sido fundamental a fin de establecer estructuras gubernamentales
nacionales en relación con los sectores agrícola, forestal y pesquero en muchos países en
desarrollo que son Miembros de la FAO, con frecuencia desde el momento mismo de su
nacimiento como naciones independientes.

Muchos de los programas encaminados a difundir variedades de alto rendimiento de distintos


cultivos y construir los planes de riego que desempeñaron una función tan importante en la
revolución verde, haciéndola posible, fueron planeados y ejecutados con la ayuda de ingenieros y
agrónomos de la FAO. Los medios de subsistencia de los pescadores artesanales en los países en
desarrollo han sido salvaguardados por leyes que regulan los derechos de pesca redactadas por
abogados de la FAO. Un gran número de familias pobres están en condiciones de gestionar frágiles
recursos forestales gracias a programas forestales comunitarios que han permitido mejorar la
sostenibilidad ambiental, salvaguardar las fuentes de agua y reforzar los medios de subsistencia
familiares. Millones de pequeños agricultores

han aprendido a producir cultivos saludables y más rentables sin una dependencia indebida de
plaguicidas peligrosos. Y las comunidades de agricultores azotadas por la sequía, los huracanes o
las inundaciones han conseguido ponerse nuevamente en pie gracias a intervenciones oportunas
de socorro y rehabilitación.

Al conmemorar su aniversario, la FAO puede por lo tanto recordar con satisfacción sus muchos
logros. Uno de los éxitos más notables de la segunda mitad del siglo XX ha sido la contribución
hecha a la expansión de la economía mundial y a la mejora de las condiciones de vida por los
agricultores, los ganaderos y los pescadores del mundo, y por las personas cuyos medios de
subsistencia dependen de los bosques, al satisfacer la demanda de alimentos, fibras, vivienda y
leña de una población cuyo número se ha triplicado. Además, durante este período, el consumo
medio de alimentos per cápita aumentó un 23 por ciento y desde 1960 la proporción de personas
que padecen hambre se ha reducido del 35 por ciento al 13 por ciento (en 2000-2002). El aumento
de la producción ha posibilitado un descenso de los precios de los productos básicos, con la
consiguiente reducción de los costos para los consumidores. La FAO puede afirmar legítimamente
que ha tenido parte, de conformidad con su mandato, en estos grandes logros.

Al mismo tiempo, la Organización y sus Miembros deben admitir que no han logrado satisfacer las
esperanzas de los fundadores de la FAO en dos esferas sumamente importantes:

• en primer lugar, m ás de 800 millones de personas, alrededor de uno de

cada ocho habitantes del planeta, no han sido aún liberados del hambre; y

• en segundo lugar, para hacer frente a la explosión de la demanda, se han causado daños
incalculables, algunos de ellos irreversibles, a los recursos naturales del mundo.

Las cuestiones centrales que debe afrontar la FAO a medida que avanza el siglo XXI, por
consiguiente, son cómo aumentar la eficacia de su labor en unión de sus Miembros con vistas a
erradicar el hambre y la pobreza, y cómo reforzar su contribución con objeto de satisfacer las
necesidades mundiales de alimentos y productos forestales sin poner en peligro la sostenibilidad
del aprovechamiento de los recursos naturales del planeta: las tierras, el agua, la biodiversidad, los
bosques y las zonas de pesca.

Al inicio del milenio estas preocupaciones fueron abordadas por la comunidad internacional en su
totalidad y se incorporaron en un conjunto más amplio de ocho objetivos, los objetivos de
desarrollo del Milenio (ODM), que, considerados globalmente, definen las aspiraciones
fundamentales inmediatas para los países y para el sistema de las Naciones Unidas en los albores
del siglo XXI y fijan metas concretas que habrán de alcanzarse para el año 2015. El 13 de
septiembre de 2005, en la Reunión Plenaria de Alto Nivel del 60° período de sesiones de la
Asamblea General (la Cumbre Mundial de 2005), los Jefes de Estado y de Gobierno presentes
reiteraron firmemente su «determinación de asegurar el cumplimiento oportuno y cabal de los
objetivos y metas convenidos en las grandes conferencias y cumbres de las Naciones Unidas,

incluidos los [...] denominados objetivos de desarrollo del Milenio, que han contribuido a
galvanizar los esfuerzos por erradicar la pobreza». Los países acordaron «adoptar, para 2006, y
aplicar estrategias nacionales amplias de desarrollo para alcanzar los objetivos y metas de
desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los objetivos de desarrollo del Milenio».

Estructura y financiación
La Conferencia, formada por los Estados Miembros, es el órgano rector de la FAO. Se reúne cada
dos años para revisar las actividades realizadas por la Organización y aprobar el Programa de
Labores y el Presupuesto para el siguiente bienio.

La Conferencia elige a un Consejo formado por 49 Estados Miembros, como órgano de gobierno
provisional. Los Miembros están en funciones durante periodos alternados de tres años. La
Conferencia además elige al Director General de la Organización. El actual Director General, el Dr
Jacques Diouf, del Senegal, inició su mandato de seis años en enero de 1994, fue reelegido para
cumplir otro sexenio, iniciado en enero de 2000, y un tercero en enero de 2006.

La FAO consta de ocho departamentos: Agricultura y Protección del Consumidor; Desarrollo


Económico y Social; Pesca y Acuicultura; Forestal; Recursos Humanos, Financieros y Físicos;
Conocimiento y Comunicación; Ordenación de Recursos Naturales y Medio Ambiente;
Cooperación Técnica.

Los miembros de la FAO financian el presupuesto del Programa Ordinario de la Organización,


mediante contribuciones establecidas por la Conferencia de la FAO. El presupuesto asignado al
bienio

2008-2009 asciende a 929,8 millones de USD, ajustado al tipo de cambio euro/USD establecido por
la Conferencia de la FAO. El presupuesto financia el trabajo técnico, la cooperación y las
asociaciones, comprendido el Programa de Cooperación Técnica, las actividades de información y
de políticas en general, la dirección y la administración.

En 2007, se invirtieron 505 millones de USD en 1 615 proyectos del Programa de Campo en curso,
de los cuales 520 fueron operaciones de emergencia, con un valor de 250 millones de USD,
donados a través de las distintas fuentes de financiación y que representan el 49,5 por ciento de la
entrega total. El gasto del Programa de Cooperación Técnica ascendió a 255 millones de USD, de
los cuales la FAO aportó el 10,7 por ciento y el resto se obtuvo de otras fuentes: el 72,0 por ciento
de los fondos fiduciarios, 15,9 por ciento de los FFU y el 1,4 por ciento del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo.

El personal de la FAO consta de más de 3 600 empleados: alrededor de 1 600 profesionales y 2 000
de servicios generales, y actualmente cuenta con cinco oficinas regionales, nueve subregionales,
cinco de enlace y setenta y cuatro oficinas en los países (además de las que están en las oficinas
regionales y subregionales) además de la Sede ubicada en Roma.

POR EL DERECHO QUE TODOS TENEMOS A LA ALIMENTACIÓN

EN EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN SE FUNDAMENTAN MUCHOS DE LOS DERECHOS HUMANOS

El campo de acción de la FAO se refiere al más fundamental de las necesidades y los derechos
humanos, el acceso a alimentos suficientes, así
como a un sector crucial de la economía mundial: la agricultura, la actividad forestal y la pesca.

Incrementar la producción y la productividad agrícola requiere, entre otras cosas, de una


capacitación técnica. Capacitar a la gente es ayudarla a depender de sí misma para salir adelante.
Un enfoque de desarrollo rural sostenible a largo plazo, permite aprovechar racionalmente los
recursos naturales para satisfacer nuestras necesidades ahora, así como asegurar que nuestros
hijos también puedan hacerlo mañana.

Los objetivos de la FAO que también se aplican en México, son elevar los niveles nutricionales, la
calidad de la alimentación y mejorar las condiciones de vida de la población rural. La seguridad
alimentaria es el objetivo fundamental de los Países Miembros, para el cual la FAO orienta sus
acciones.

Como una de sus funciones primordiales, la FAO acopia, analiza, interpreta y difunde información
referente a la producción, alimentación, nutrición y apoya a los países en el diseño de políticas,
normas y estrategias para el sector rural.

Asimismo, la FAO sirve como foro neutral para que los países resuelvan sus diferencias y
problemáticas en torno al tema agrícola. La FAO presta asistencia técnica a los Países Miembros
para fomentar el desarrollo agrícola sostenible.

A través de proyectos, se trabaja en conjunto con el gobierno federal y estatal, con las ONGs y
OSCs y al nivel de los productores directamente, asesorándolos en el manejo más eficiente de sus
tierras, capacitándolos en el uso de tecnologías apropiadas y socialmente aceptables.

Buscamos

la conservación y fortalecimiento de los recursos naturales a través de su manejo adecuado y


eficiente.

El objetivo fundamental consiste en acercar la FAO tanto como sea posible a sus Miembros. La
reorganización requiere una estructura más descentralizada, un sistema de gestión con mayor
delegación de autoridad y un medio que fomente la creatividad y la iniciativa.

La reorganización también refuerza la FAO como centro de excelencia y centro de referencia


mundial con una clara demarcación de responsabilidad en cuanto a las actividades de ámbito
mundial, regional y específico de los países.

Además de su Sede en Roma (Italia), la FAO tiene una amplia red descentralizada de:

La función principal de las oficinas regionales es la determinación, planificación y ejecución


generales de las actividades prioritarias de la FAO en la región. Mantienen un planteamiento
multidisciplinar ante los programas, señalan las áreas prioritarias de acción para la Organización
en la región y, en colaboración con los Departamentos y las Divisiones en la Sede, asesoran sobre
la incorporación de dichas prioridades en el Programa de Trabajo y Presupuesto de la
Organización. Las oficinas regionales también ponen en práctica los programas aprobados en la
región, supervisan el grado de ejecución de los programas y llaman la atención sobre cualquier
problema y deficiencia que se produzca.

Las actividades específicas de las oficinas regionales son:

• mantener un planteamiento multidisciplinar ante los proyectos y los programas realizados en la


región con la asistencia técnica

de la FAO;

• elaborar informes sobre las principales novedades y tendencias de la región a partir de los
objetivos regionales y subregionales para la alimentación y la agricultura;

• organizar la Conferencia Regional de la FAO para la región cada dos años;

• mantener un diálogo político y técnico con los Estados Miembros de la FAO y de estos entre sí,
involucrando a instituciones nacionales e internacionales;

• realizar el seguimiento de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación y de los temas relacionados


con la seguridad alimentaria en la región;

• promover la cooperación técnica entre los países de la región.

ESTRUCUTURA DE LA FAO

Oficina del Director General

(ODG)

Oficina del Inspector General

Oficina Jurídica

Oficina de Coordinación de las

Actividades Normativas, Operacionales y

Descentralizadas
Oficina del Programa, del Presupuesto y de

Evaluación

Departamentos

Forestal Desarrollo

Sostenible

Cooperación

Técnica

Asuntos

Generales e

Información

Pesca Administración

y Finanzas

Agricultura Económico y Social

Oficinas Regionales y Subregionales

Regional para África, Subregional para África Austral y Oriental, Regional para Asia y el Pacífico,
Subregional para

las Islas del Pacífico, Regional para Europa, Subregional para Europa Central y Oriental, Regional
para América

Latina y el Caribe, Subregional para el Caribe, Regional para el Cercano Oriente, Subregional para
África del Norte,

Enlace con las Naciones Unidas – Ginebra, Enlace con la Unión Europea y Bélgica – Bruselas, Enlace
con el Japón.

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