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EL

PECADO

Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa ilesa,


sino herida, hinchazón y podrida llaga: no están curadas, ni
vendadas, ni suavizadas con aceite. 7 Vuestra tierra está
destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra
delante de vosotros comida de extranjeros, y asolada como
asolamiento de extraños. 8 Y queda la hija de Sion como choza en
viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. 9 Si
Jehová de los ejércitos no hubiera hecho que nos quedasen muy
cortos residuos, como Sodoma fuéramos, y semejantes á Gomorra
Doctrina

BIBLICA DEL

Del pecado
La doctrina del pecado es importante para nosotros porque afecta y
sufre el efecto de otras doctrinas. Se han utilizado varios métodos para
estudiar el pecado, pero el análisis de los datos bíblicos es el método
que nos hace entender mejor el pecado y sus consecuencias. Las
causas, el carácter y los resultados del pecado se pueden analizar
mediante el estudio de los términos que para pecado se utilizan en las
Escrituras. El pecado es cualquier mala acción o mal motivo que se
opone a Dios. Dicho de forma simple, el pecado es no dejar que Dios
sea Dios y colocar otra cosa u otra persona en el lugar correcto de
supremacía que corresponde a Dios.
Basado en preguntas frecuentes de los lectores, parece que la doctrina
bíblica del pecado no es bien entendida por muchos hoy. Algunos
creyentes atraviesan la vida aterrorizados de que perderán la salvación
por caer en pecado. Mientras que en el otro lado de la balanza, unos
pocos piensan que comprenden bien el tema, pero muestran su
ignorancia insistiendo que es posible alcanzar un punto de "perfección
sin pecado " en esta vida. Ambos extremos son totalmente errados, tal
como esperamos enseñarles por la Palabra de Dios

Cuando se reflexiona con cuidado acerca de sus desastrosas


consecuencias a todos los niveles de la existencia humana, resulta
extraño que no se empleen más esfuerzos para intentar prevenir el
pecado. Sin embargo, a menudo sucede lo contrario, especialmente en
el ámbito religioso. Hoy en día, no sólo son poco apreciados aquellos
esfuerzos que intentan ayudar al ser humano a abandonar los pecados,
sino que además existe un fabuloso esfuerzo por parte de teólogos y
líderes de distintas denominaciones para legitimar como cristiano todo
un sofisticado sistema doctrinal que, en los hechos, constituye un
esquema de indulgencias.

La presencia de maestros y ministros en el cristianismo que ayudan a


fabricar excusas religiosas, en vez de disuadir a sus oyentes a
abandonar aquello que destruye mente y alma, es un hecho
escandaloso. En la sociedad secular equivaldría a tener médicos
dedicados a minimizar, en forma irresponsable, los peligros del SIDA en
lugar de procurar su prevención.

La crisis es de tal magnitud que se ha hecho necesaria una revisión de


los principios básicos del Evangelio, comenzando con una radiografía
del pecado.

La palabra pecado y los verbos y sustantivos relativos a ella, aparecen


más veces en la Biblia que las palabras misericordia, perdón, bendición,
salvación y aún, amor. Pecado, aparece más de 800 veces, mientras
que amor y bendición, que son de las cinco anteriores, las que están
presentes en mayor número de ocasiones, aparecen menos de 600.

Jesús mismo habló más del pecado que de la salvación (213 textos
contra 203). Como vemos, son las Sagradas Escrituras mismas las que
dan un énfasis preponderante a este tema que actualmente es poco
popular y hasta incómodo. Seguramente que si Dios mismo enfatiza
tanto el tema del pecado, es porque necesitamos profundizar sobre su
naturaleza y sus efectos en el ser humano.
INTRODUCCION

Podemos encontrar, pues, la enseñanza de nuestro Señor respecto a


la naturaleza del pecado. Todo el propósito de la ley, como Pablo nos
recuerda, era mostrar la malicia extraordinaria del pecado. Pero al
interpretarlo mal de esta forma los fariseos lo habían debilitado. Quizá
en ninguna otra parte tenemos una acusación tan terrible del pecado tal
como realmente es que en las palabras de nuestro Señor en este caso.

La doctrina del pecado no goza de buena reputación hoy día. A la gente


no le gusta la idea, y trata de explicarla en forma sicológica, en función
de desarrollo y temperamento.

1. Tan profundo es el problema del pecado No basta decirle al género


humano lo que tiene que hacer. Dios lo había hecho en la ley dada
por medio de Moisés, pero no la observaron. 'No hay justo, ni aun
uno.' Todas las exhortaciones que se han hecho a los hombres para
que vivan mejor han fracasado antes de la venida de Cristo. Los
filósofos griegos habían vivido y enseñado antes de su nacimiento.
Saber y estar informado y todo lo demás no basta. ¿Por qué? Debido
al pecado que hay en el corazón humano. Así pues la única manera
de entender la doctrina de la salvación del Nuevo Testamento es
comenzar con la doctrina de] pecado. Aparte de lo que el pecado
pueda ser, es por lo menos algo que sólo se podía resolver con la
venida del Hijo eterno de Dios desde el cielo a este mundo y con su
muerte en la cruz. Así tenía que ser; no había otra salida. Dios, y lo
digo con toda reverencia, nunca hubiera permitido que su amado Hijo
unigénito sufriera como sufrió de no haber sido absolutamente
esencial: y fue esencial debido al pecado.

De modo que si a uno no le gusta la doctrina del pecado del Nuevo


Testamento, quiere decir que no es cristiano. Porque no se puede
serlo sin creer que hay que nacer de nuevo y sin darse cuenta de que
nada, si no es la muerte de Cristo en la cruz, lo salva a uno y lo
reconcilia con Dios. Es un asunto crucial.

2. La esencia del evangelismo es comenzar con la predicación de la ley;


y como no se ha predicado la ley tenemos tanto evangelismo
superficial. Pasemos revista al ministerio de nuestro Señor mismo, y
no se puede sino, sacar la impresión de que a veces, lejos de incitar
al pueblo a que lo siguiera y a que lo aceptara, les ponía muchos
obstáculos. Venía a decirles de hecho, '¿Os dais cuenta de lo que
hacéis? ¿Habéis pensado en el costo? ¿Os dais cuenta de a dónde
os puede conducir? ¿Sabéis que significa negarse, tomar la cruz y
seguirme?' El verdadero evangelismo comienza así, y es obviamente
un llamamiento al arrepentimiento, arrepentimiento ante Dios y fe en
nuestro Señor Jesucristo.

3. Del mismo modo la doctrina del pecado también es vital para una idea
acertada de la santidad; también en esto se puede ver la importancia
que tiene para estos tiempos. No sólo nuestro evangelismo ha sido
superficial, sino también nuestra idea de la santidad. Demasiado a
menudo ha habido quienes han vivido satisfechos de sí mismos
porque no se han visto culpables de ciertas cosas robo, borrachera,
fornicación, por ejemplo y por ello han creído que todo iba bien. Pero
nunca se han examinado el corazón. La satisfacción en sí mismo, la
complacencia y la presunción son la antítesis misma de la doctrina de
la santidad que presenta el Nuevo Testamento.

4. ¿Por qué no amamos a Dios como deberíamos? Porque nunca nos


damos cuenta de lo que ha hecho por nosotros en Cristo, y esto a su
vez ocurre porque no hemos caído en la cuenta de la naturaleza y
problema del pecado. Sólo cuando vemos qué es realmente el
pecado delante de Dios, y caemos en la cuenta, sin embargo, de que
no escatimó a su propio Hijo, comenzamos a entender y a medir su
amor. Por esto, si quieren amar más a Dios, traten de entender esta
doctrina del pecado, y cuando vean lo que significó para El, y lo que
hizo, verán que su amor es realmente sorprendente, maravilloso.
EJEMPLO DEL HOMBRE QUE ENTREGÓ A SU HIJO POR DEJAR
PASAR UN BARCO Y ALZAR LA MAQUINARIA DEL PUENTE.

Lo primero que subraya nuestro Señor es lo que podríamos llamar la


hondura o poder del pecado. El pecado no es sólo cuestión de acciones
y de obras; es algo dentro del corazón que conduce a la acción. En otras
palabras, lo que aquí se enseña es lo que aparece a lo largo de la Biblia
acerca de este tema, a saber, que no hay que ocuparse tanto de los
pecados como del pecado. Los pecados no son sino síntomas de una
enfermedad llamada pecado y no son los síntomas lo que importan sino
la enfermedad, porque lo que mata es la enfermedad y no los síntomas.

Esta es la verdad que nuestro Señor nos inculca. El hecho de que no


hayamos cometido el homicidio no quiere decir que seamos inocentes.
¿Qué hay en el corazón? ¿Hay enfermedad en él? Lo que enseña es
que lo que importa es ese poder viciado y corrupto que hay en la
naturaleza humana como consecuencia del pecado y de la caída.

Así hay que entender el pecado, como un terrible poder. No es tanto


que yo haga algo, es lo que me hace hacerlo, lo que me impulsa a
hacerlo, lo que importa. En todos nosotros está y debemos reconocerlo
la hondura y el poder del pecado.

Pero permítanme decir una palabra acerca de la astucia del pecado. El


pecado es ese algo terrible que nos engaña hasta hacernos sentir
felices y contentos, con tal de que no hayamos cometido la acción. 'Sí',
digo, 'tuve la tentación pero, gracias a Dios, no caí.' Está muy bien esto
hasta cierto punto, siempre y cuando no me contente con esto. Si
simplemente me siento satisfecho por no haber hecho la acción, estoy
completamente equivocado. Tendría que preguntarme además, pero
¿quise hacerlo?, ¿por qué?' Ahí entra la astucia del pecado.

¿No han caído nunca en un acto sexual fuera del orden de Dios
(adulterio, fornicación)? Muy bien. Contéstenme, entonces, esta
pregunta por favor. ¿Por qué leen todos los detalles de los casos de
divorcio que traen los periódicos? ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué tienen
que leer esos reportajes sin perderse palabra? ¿A qué viene ese
interés? ¿No es interés legal, verdad? Si no lo es, ¿qué es?, ¿interés
social? ¿Qué es finalmente? Hay una sola respuesta: porque les gusta.
No soñarían en hacer una cosa semejante, pero la hacen por poder.
Pecan con el corazón, la mente, la imaginación, y en consecuencia son
reos de adulterio. Esto dice Cristo. ¡Qué sutil es esta cosa tan terrible!
Cuan a menudo pecan los hombres leyendo novelas y biografías.

Leen la crítica de libros y descubren que hay uno que contiene algo
acerca de desviaciones y mala conducta, y lo compran. Pretendemos
tener un interés filosófico general por la vida, y que somos sociólogos
que leemos por interés puro. No, no; es porque nos gusta; nos agrada.
Es pecado que hay en el corazón, en la mente.

Otra ilustración de este estado de pecado se encuentra en la forma en


que siempre tratamos de excusar nuestros fallos en este terreno
echando la culpa a los ojos o las manos. Decimos: 'He nacido así. Miren
esa persona; ella no es así.' No, el problema radica en el corazón. Lo
demás no es sino su expresión. Lo que importa es lo que conduce al
pecado.

El pecado pervierte. Por tanto, dice nuestro Señor, 'si tu mano derecha
te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti. 'Es algo tan pervertidor y
devastador que convierte los instrumentos mismos que Dios me ha
dado, y que son para mi bien, en enemigos míos.
Porque el pecado todo lo enreda, de modo que dones preciosos como
las manos o los ojos se pueden convertir en inconvenientes para mí, y
tengo que, metafóricamente, cortarlas o sacarlos. Tengo que librarme
de ello. El pecado ha pervertido al hombre, convirtiendo lo bueno en
malo. Vuelvan a leer la forma en que Pablo explicó esto. Esto, dice, ha
hecho el pecado en el hombre; ha convertido la ley de Dios, que es
santa, justa y buena, en algo que de hecho conduce al nombre a pecar
(Ro. 7). El hecho mismo de que la ley me dice que no haga tal cosa me
hace pensar en ella. Esto hace que me la imagine y que acabe por
hacerla. Pedro si la ley no me hubiera prohibido hacerla, no me habría
ocurrido eso.

El pecado destruye al hombre; introdujo la muerte en la vida del hombre


y en el mundo.
Siempre conduce a la muerte, y finalmente al infierno, al sufrimiento y
castigo.

Esta es la doctrina de la Biblia, del Nuevo Testamento, acerca del


pecado. “ no robarás.' ¡Desde luego que no! Pero, ¿lo tenemos en el
corazón? ¿Está en la imaginación? ¿Nos gusta? Dios no quiere que
ninguno de nosotros considere esta ley santa de Dios y se sienta
satisfecho.

Demos gracias a Dios por tener el evangelio que me dice que Otro que
es inmaculado, puro y completamente santo ha tomado sobre sí mi
pecado y mi culpa. He sido lavado en su preciosa sangre, y me ha dado
su propia naturaleza. Cuando me di cuenta de que necesitaba un
corazón nuevo, hallé que, gracias a Dios, Él había venido para dármelo,
que me lo ha dado.
LA DOCTRINA BIBLICA DEL PECADO
Reconociendo que hay varios pecados definidos en la Palabra de Dios,
llegamos, a base de las Escrituras, a la conclusión de que el pecado es
cualquier falta de conformidad al carácter de Dios, ya sea en obra,
disposición o estado. En la Palabra de Dios se definen varios pecados,
como se ilustran, por ejemplo, en los Diez Mandamientos que Dios dio
a Israel (Ex. 20:3-17). El pecado es tal porque es diferente de lo que
Dios es, y Dios es eternamente Santo. El pecado siempre es contra Dios
(Sal. 51:4; Lc. 15:18), aun cuando pueda ser dirigido contra seres
humanos. Una persona que peca es, de acuerdo a ello, sin semejanza
a Dios y sujeta al juicio de Dios. La doctrina del pecado se presenta en
cuatro aspectos en la Biblia:

Ex. 20:3 - 17 "No tengas otros dioses aparte de mí. (4) "No te hagas
ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay
abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra. (5) No
te inclines delante de ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu
Dios, Dios celoso que castiga la maldad de los padres que me odian, en
sus hijos, nietos y bisnietos; (6) pero que trato con amor por mil
generaciones a los que me aman y cumplen mis
mandamientos. (7) "No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios,
pues él no dejará sin castigo al que use mal su nombre. (8) "Acuérdate
del sábado, para consagrarlo al Señor. (9) Trabaja seis días y haz en
ellos todo lo que tengas que hacer, (10) pero el séptimo día es de
reposo consagrado al Señor tu Dios. No hagas ningún trabajo en ese
día, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus
animales, ni el extranjero que viva contigo. (11) Porque el Señor hizo
en seis días el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y
descansó el día séptimo. Por eso el Señor bendijo el sábado y lo declaró
día sagrado. (12) "Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una
larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. (13) "No
mates. (14) "No cometas adulterio. (15) "No robes. (16) "No digas
mentiras en perjuicio de tu prójimo. (17) "No codicies la casa de tu
prójimo: no codicies su mujer, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey,
ni su asno, ni nada que le pertenezca

1. El pecado personal (Ro. 3:23) es la forma de pecado que incluye todo


lo que en la vida diaria está en contra o fracasa en conformidad con
el carácter de Dios. Los hombres son conscientes con frecuencia de
sus pecados personales, y los pecados personales pueden tomar una
gran variedad de forma. Hablando en forma general, el pecado
personal se relaciona con algún mandamiento particular de Dios en
la Biblia. Incluye el aspecto de rebelión o desobediencia. Al menos
ocho palabras importantes se usan para el pecado en el Antiguo
Testamento y unas doce en el Nuevo Testamento; la idea básica es
la falta de conformidad al carácter de Dios y el obrar por medio de
actos ya sea de omisión o de comisión. La idea esencial es que el
hombre no alcanza a la norma y fracasa en alcanzar el nivel del propio
carácter de santidad de Dios.

2. La naturaleza pecadora del hombre (Ro. 5:19; Ef. 2:3) es otro


aspecto importante del pecado tal como se revela en la Biblia. El
pecado inicial de Adán le llevó a la caída, y en la caída él se volvió un
ser completamente diferente, depravado y degenerado y sólo capaz
de engendrar seres caídos como él mismo. Por lo tanto, cada hijo de
Adán es nacido con la naturaleza adámica, siempre está predispuesto
a pecar, y aunque su naturaleza fue juzgada por Cristo en la cruz
(Ro. 6:10), una fuerza vital y activa permanece en cada vida del
cristiano. Nunca se dice que será quitada o erradicada en esta vida,
pero para el cristiano hay poder vencedor provisto a través del
Espíritu que mora en él. (Ro. 8:4; Gá. 5:16-17).

Muchos pasajes bíblicos hacen alusión a este importante asunto. De


acuerdo con (Efesios 2:3), todos los hombres «éramos por
naturaleza hijos de ira», y toda la naturaleza del hombre es
depravada. El concepto de la total depravación no es que cada
hombre es lo más malo posible que él pueda ser, sino más bien que
el hombre, a través de su naturaleza, está corrompido por el pecado
(Ro. 1: 18 3: 20). De acuerdo a ello, el hombre, en su voluntad (Ro.
1:28), su conciencia (1 Ti. 4:2) y su intelecto (Ro. 1:28; 2 Co. 4:4),
está corrompido y depravado, y su corazón y entendimiento están
cegados (Ef. 4:18).

Como se ha visto en un estudio previo, la razón por la cual los


hombres tienen una naturaleza pecaminosa es porque les fue
transmitida por sus padres. Ningún niño nacido en el mundo se ha
visto libre de esta naturaleza de pecado excepto en el único caso del
nacimiento de Cristo. No es que los hombres pequen y se conviertan
en pecadores; más bien es que los hombres pecan porque tienen una
naturaleza pecaminosa. El remedio para esto, así como para el
pecado personal es, por supuesto, la redención, la cual es provista en
la salvación en Cristo.

3. También se presenta en la Biblia el pecado como imputado o


computado en nuestra cuenta (Ro. 5:12-18). Como se vio en
conexión con la caída del hombre en el capítulo anterior, hay tres
imputaciones principales presentadas en las Escrituras: a) la
imputación del pecado de Adán a su descendientes, en cuyo hecho
se basa la doctrina del pecado original; b) la imputación del pecado
del hombre a Cristo, en cuyo hecho está basada la doctrina de la
salvación; y c) la imputación de la justicia de Dios en aquellos que
creen en Cristo, en cuyo hecho se basa la doctrina de la justificación.

La imputación puede ser tanto a) actual, o b) judicial. La imputación


actual es poner en la cuenta de alguien algo que originalmente ya
pertenecía al deudor. Aunque Dios pueda hacer esto en su justicia,
por la obra reconciliadora de Cristo Dios no está ahora imputando al
hombre el pecado, el cual es suyo desde un principio (2 Co. 5:19).
La imputación judicial es cargar a la cuenta de alguien algo que no
pertenece al deudor (Flm. 18).

Aunque ha habido desacuerdo en cuanto a si la imputación del


pecado de Adán a cada miembro de la raza es actual o judicial,
Romanos 5:12 declara claramente que la imputación es actual, en
vista de la cabeza representativa; la posteridad de Adán pecó cuando
él pecó.

Los próximos dos versículos (Ro. 5:13-14) se han escrito para probar
que no es una referencia a pecados personales (cf. He. 7:9-10). Sin
embargo, (Romanos 5:17-18) implica que su imputación también es
judicial, puesto que se establece que por el pecado de un hombre
vino juicio sobre todos los hombres. Sólo el pecado inicial de Adán
está en cuestión. Su efecto es la muerte, tanto para Adán, así como
de Adán hacia los miembros de la Humanidad. La cura divina provista
para el pecado imputado es el don de Dios, lo cual es vida eterna a
través de Jesucristo.

4. El estado judicial resultante de pecado para toda la raza humana


también se presenta en la Escritura. Por consideración divina el
mundo entero, incluyendo judíos y gentiles, está ahora «bajo pecado»
(Ro. 3:9; 11:32; Gá. 3:22). Estar bajo pecado es estar contado desde
el punto de vista divino sin ningún mérito que pueda contribuir a la
salvación. Puesto que la salvación es solamente por gracia y la gracia
excluye todos los méritos humanos, Dios ha decretado, con respecto
a la salvación de los hombres, que sea «bajo pecado», o sin ningún
mérito. Este estado bajo pecado sólo es remediado cuando el
individuo, a través de las riquezas de la gracia, es contado para
permanecer en los méritos de Cristo.
Tomado como un todo, la Biblia indica claramente los efectos
devastadores del pecado sobre el hombre y la ausencia total de
esperanza para el hombre en cuanto a solucionar su propio problema
de pecado. El correcto entendimiento de la doctrina de pecado es
esencial para entender el remedio de Dios para el mismo.

El pecado es tal porque es diferente de lo que Dios es, y Dios es


eternamente Santo. El pecado siempre es contra Dios, aun cuando
pueda ser dirigido contra seres humanos.

Sal. 51:4
Contra ti he pecado, y solo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú
condenas. Por eso tu sentencia es justa; irreprochable tu juicio.

Lc. 15:18 Regresaré a casa de mi padre, y le diré: Padre mío, he


pecado contra Dios y contra ti;
Una persona que peca es, de acuerdo a ello, sin semejanza a Dios y
sujeta al juicio de Dios. La doctrina del pecado se presenta en cuatro
aspectos en la Biblia:

1. El pecado personal es la forma de pecado que incluye todo lo que


en la vida diaria está en contra o fracasa en conformidad con el
carácter de Dios.

(Ro. 3:23) todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa


de Dios. Los hombres son conscientes con frecuencia de sus
pecados personales, y los pecados personales pueden tomar una
gran variedad de forma. Hablando en forma general, el pecado
personal se relaciona con algún mandamiento particular de Dios
en la Biblia. Incluye el aspecto de rebelión o desobediencia. Al
menos ocho palabras importantes se usan para el pecado en el
Antiguo Testamento y unas doce en el Nuevo Testamento; la idea
básica es la falta de conformidad al carácter de Dios y el obrar por
medio de actos ya sea de omisión o de comisión. La idea esencial
es que el hombre no alcanza a la norma y fracasa en alcanzar el
nivel del propio carácter de santidad de Dios.

2. La naturaleza pecadora del hombre es otro aspecto importante del


pecado tal como se revela en la Biblia.

Ro. 5:19 Es decir, que por la desobediencia de un solo hombre,


muchos fueron hechos pecadores; pero, de la misma manera, por
la obediencia de un solo hombre, muchos serán hechos justos.

Ef. 2:3 De esa manera vivíamos también todos nosotros en otro


tiempo, siguiendo nuestros malos deseos y cumpliendo los
caprichos de nuestra naturaleza pecadora y de nuestros
pensamientos. A causa de eso, merecíamos con toda razón el
terrible castigo de Dios, igual que los demás.

El pecado inicial de Adán le llevó a la caída, y en la caída él se


volvió un ser completamente diferente, depravado y degenerado
y sólo capaz de engendrar seres caídos como él mismo. Por lo
tanto, cada hijo de Adán es nacido con la naturaleza adámica,
siempre está predispuesto a pecar, y aunque su naturaleza fue
juzgada por Cristo en la cruz, una fuerza vital y activa permanece
en cada vida del cristiano.

Ro. 6:10 Pues Cristo, al morir, murió de una vez para siempre
respecto al pecado; pero al vivir, vive para Dios.
Nunca se dice que será quitada o erradicada en esta vida, pero
para el cristiano hay poder vencedor provisto a través del Espíritu
que mora en él.
Ro. 8:4 Lo hizo para que nosotros podamos cumplir con las justas
exigencias de la ley, pues ya no vivimos según las inclinaciones
de la naturaleza débil sino según el Espíritu.
Ga. 5:16-17 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los
deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el
Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen
entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Muchos pasajes bíblicos hacen alusión a este importante asunto.
De acuerdo con (Ef. 2:3), todos los hombres «éramos por
naturaleza hijos de ira», y toda la naturaleza del hombre es
depravada. El concepto de la total depravación no es que cada
hombre es lo más malo posible que él pueda ser, sino más bien
que el hombre, a través de su naturaleza, está corrompido por el
pecado.

Ro. 1: 18
Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad
e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;

Ro. 3: 20
Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado
delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del
pecado. De acuerdo a ello, el hombre, en su voluntad.

Ro. 1:28
Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los
entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no
convienen; Su conciencia.

1Ti. 4:2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada


la conciencia, Y su intelecto.

Ro. 1:28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios


los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no
convienen;
2Co. 4:4
En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de
la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Está corrompido
y depravado, y su corazón y entendimiento están cegados.

Ef. 4:18
Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de
Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su
corazón; Como se ha visto en un estudio previo, la razón por la
cual los hombres tienen una naturaleza pecaminosa es porque les
fue transmitida por sus padres. Ningún niño nacido en el mundo
se ha visto libre de esta naturaleza de pecado excepto en el único
caso del nacimiento de Cristo. No es que los hombres pequen y
se conviertan en pecadores; más bien es que los hombres pecan
porque tienen una naturaleza pecaminosa. El remedio para esto,
así como para el pecado personal es, por supuesto, la redención,
la cual es provista en la salvación en Cristo.

3. También se presenta en la Biblia el pecado como imputado o


computado en nuestra cuenta.

Ro. 5:12-18 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un


hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los
hombres, por cuanto todos pecaron. (13) Pues antes de la ley,
había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa
de pecado. (14) No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta
Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión
de Adán, el cual es figura del que había de venir. (15) Pero el
don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de
aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los
muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre,
Jesucristo. (16) Y con el don no sucede como en el caso de aquel
uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo
pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas
transgresiones para justificación. (17) Pues si por la transgresión
de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno
solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del
don de la justicia. (18) Así que, como por la transgresión de uno
vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por
la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.

Como se vio en conexión con la caída del hombre en el capítulo anterior,


hay tres imputaciones principales presentadas en las Escrituras:

a) la imputación del pecado de Adán a su descendientes, en cuyo


hecho se basa la doctrina del pecado original;

b) la imputación del pecado del hombre a Cristo, en cuyo hecho está


basada la doctrina de la salvación; y

c) la imputación de la justicia de Dios en aquellos que creen en


Cristo, en cuyo hecho se basa la doctrina de la justificación.

LA IMPUTACIÓN PUEDE SER TANTO


 Actual, o
 Judicial.

LA IMPUTACIÓN ACTUAL:
Es poner en la cuenta de alguien algo que originalmente ya pertenecía
al deudor. Aunque Dios pueda hacer esto en su justicia, por la obra
reconciliadora de Cristo Dios no está ahora imputando al hombre el
pecado, el cual es suyo desde un principio.
2Co. 5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al
mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos
encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

LA IMPUTACIÓN JUDICIAL:
Es cargar a la cuenta de alguien algo que no pertenece al
deudor (Flm. 1:18) Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.

Aunque ha habido desacuerdo en cuanto a si la imputación del pecado


de Adán a cada miembro de la raza es actual o judicial, (Romanos 5:12)
declara claramente que la imputación es actual, en vista de la cabeza
representativa; la posteridad de Adán pecó cuando él pecó.
Ro. 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre,
y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por
cuanto todos pecaron.

Los próximos dos versículos se han escrito para probar que no es una
referencia a pecados personales.

Ro. 5:13-14 (13) Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero
donde no hay ley, no se inculpa de pecado. (14) No obstante, reinó la
muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la
manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de
venir.

He. 7:9-10 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví,
que recibe los diezmos; porque aún estaba en los lomos de su padre
cuando Melquisedec le salió al encuentro.
Sin embargo, Romanos 5:17-18 implica que su imputación también es
judicial, puesto que se establece que por el pecado de un hombre vino
juicio sobre todos los hombres.
Ro. 5:17-18 (17) Pues si por la transgresión de uno solo reinó la
muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que
reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. (18) Así que,
como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los
hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los
hombres la justificación de vida.
Sólo el pecado inicial de Adán está en cuestión. Su efecto es la muerte,
tanto para Adán, así como de Adán hacia los miembros de la
Humanidad. La cura divina provista para el pecado imputado es el don
de Dios, lo cual es vida eterna a través de Jesucristo.

4. El estado judicial resultante de pecado para toda la raza humana


también se presenta en la Escritura. Por consideración divina el
mundo entero, incluyendo judíos y gentiles, está ahora «bajo
pecado».

Ro. 3:9 ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna
manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están
bajo pecado.

Ro. 11:32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener


misericordia de todos.

Ga. 3:22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la
promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.
Estar bajo pecado es estar contado desde el punto de vista divino sin
ningún mérito que pueda contribuir a la salvación. Puesto que la
salvación es solamente por gracia y la gracia excluye todos los méritos
humanos, Dios ha decretado, con respecto a la salvación de los
hombres, que sea «bajo pecado», o sin ningún mérito. Este estado bajo
pecado sólo es remediado cuando el individuo, a través de las riquezas
de la gracia, es contado para permanecer en los méritos de Cristo.
Tomado como un todo, la Biblia indica claramente los efectos
devastadores del pecado sobre el hombre y la ausencia total de
esperanza para el hombre en cuanto a solucionar su propio problema
de pecado. El correcto entendimiento de la doctrina de pecado es
esencial para entender el remedio de Dios para el mismo.
DOCTRINA DEL PECADO
(HAMARTIOLOGIA)

HARMATIOLOGIA:
Es el estudio de la Doctrina del Pecado.
Un análisis del Pecado referente a Su origen, Naturaleza, Universalidad,
Transmisión, Remedio, Castigo, y Eliminación.

Hamartiología se deriva de la palabra griega: hamartia, que significa


“errar al blanco, pecado.” De modo que, Hamartiología es la doctrina
del pecado Vocablo griego que se deriva de:

HARMATÍA = "pecado"
LOGOS = "conocimiento o doctrina"

Hay dos palabras en el nuevo testamento griego que tal vez definen el
pecado con la mayor justeza que son.

AMARTEMA:
Significa errar el blanco. (Ro. 3.23). “por cuanto todos pecaron, y
están destituidos de la gloria de Dios”

PARABASIS:
Significa traspasar una línea prohibida, esto ocurre cuando el hombre
pasa deliberadamente la línea de la ley de Dios. La biblia dice en
(1 Jn. 3.4) “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues
el pecado es infracción de la ley”. (hech 1.25) “para que tome la parte
de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión,
para irse a su propio lugar”. (Sant. 2.11) “Porque el que dijo: No
cometerás adulterio,(A) también ha dicho: No matarás.(B) Ahora bien, si
no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley”
La conciencia del hombre es a menudo un testimonio molesto a sus
propios defectos y pecados:

(Romanos 2.15): "Mostrando la obra de la ley escrita en sus


corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o
defendiéndoles sus razonamientos" Siendo esta la realidad:

(Romanos 3.23): "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la


gloria de Dios".

(Gálatas 3.22): "Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que
la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes"

1. El Origen del Pecado.


 La entrada del pecado en el universo.
 La introducción del pecado en la raza humana.

2. LA REALIDAD DEL PECADO.


 La Escritura declara el Hecho del Pecado.
 La naturaleza proclama el Hecho del Pecado.
 La Ley descubre el Hecho del Pecado.
 La Experiencia comprueba el Hecho del Pecado.
 El Hombre confiesa el Hecho del Pecado.

3. LA NATURALEZA DEL PECADO.


 El punto de vista moderno del pecado.
 El punto de vista Bíblico del Pecado.
 La Declaración Escritural del Pecado.
 Las Definiciones Teológicas del Pecado.
 El Sumario de las Escrituras concernientes al Pecado.
4. LA EXTENSIÓN DEL PECADO.
 Por los cielos.
 Por la Tierra.

5. EL ALCANCE DEL PECADO.


 Como Hecho.
 Como Estado.
 Como Naturaleza.

6. LA PENALIDAD SOBRE EL PECADO.


 La Penalidad Natural.
 La Penalidad Activa.

ERAR EL BLANCO:
Fallar desde el punto de vista de los requerimientos divinos.

1. EL ORIGEN DEL PECADO

LA ENTRADA DEL PECADO EN EL UNIVERSO.


Consultando (Ezequiel 28:11-19), vemos que fue Lucifer quien
introdujo el pecado en el universo: “Se enalteció tu corazón a causa de
tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te
arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
” (v. 17). No había pecado antes que Lucifer pecara y se convirtiera en
Satanás. Su pecado, el primero en el universo, fue cuando el eligió su
voluntad por encima de la voluntad de Dios, deseando ser igual a Dios.
¿Por qué Dios permitió que el pecado entrara en el universo? Esa es
una pregunta que Dios no nos ha respondido aun.
LA INTRODUCCIÓN DEL PECADO EN LA RAZA HUMANA.
Así como hay pecado en la raza humana, debe haber habido un
principio del pecado. Si no hubiese un principio para el pecado, el
hombre hubiese sido creado en pecado, y entonces, Dios sería el
creador del pecado; pero no lo es. El pecado entró en la raza humana
a través del engaño y la desobediencia, motivados por la incredulidad o
la duda. “Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada,
incurrió en trasgresión.” (I Tim. 2:14). ¿Por qué Dios permitió que el
hombre pecara? La única posible respuesta que podemos dar está en
Efesios 2:7: “para mostrar en los siglos venideros las abundantes
riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.”

2. LA REALIDAD DEL PECADO

LA ESCRITURA DECLARA EL HECHO DEL PECADO.


“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, ”
(Rom. 3:23). “Más la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que
la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. ”
(Gal. 3:22).

EL PECADO TUVO SU ORIGEN EN EL MUNDO ANGELICAL


La Biblia nos enseña que en el intento de hallar el origen del pecado
debemos ir más allá de la caída del hombre descrita en (Gen 3), y poner
atención a algo que aconteció en el mundo angelical. Dios creó un
ejército de ángeles, y todos eran buenos al salir de la mano de su
Hacedor, (Gen 1: 31). Pero ocurrió una caída en el mundo angelical en
la que legiones de ángeles se separaron de Dios. El tiempo exacto de
esta caída no se conoce, pero en (Juan 8: 44) Jesús habla del diablo
declarándolo homicida desde el principio (Kat’ arches), y Juan dice en
(1Juan 3: 8) que el diablo peca desde el principio. La opinión
predominante es que este Kat’ arches significa, desde el principio de la
historia del hombre. Muy poco se dice acerca del pecado que ocasionó
la caída de los ángeles. De las advertencias de Pablo a Timoteo para
que ningún neófito sea colocado como obispo, “para que no se hinche
y caiga en la condenación del diablo”, (1Tim. 3: 6), tenemos que concluir
que, con toda probabilidad, el pecado que hizo caer al diablo fue el del
orgullo, el de aspirar a ser igual a Dios en poder y autoridad. Y esta idea
parece encontrar corroboración en Judas 6; en donde se dice que los
ángeles caídos “no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su
propia morada”. No estuvieron satisfechos con su porción, con el
gobierno y el poder que se les confió. Si el deseo de ser iguales a Dios
fue su tentación peculiar, esto podría explicar también por qué tentaron
al hombre sobre ese punto particular.

LA NATURALEZA PROCLAMA EL HECHO DEL PECADO.

“Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con
dolores de parto hasta ahora; ” (Rom. 8:22).

LA LEY DESCUBRE EL HECHO DEL PECADO.


“ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado
delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.”
(Rom. 3:20). El Apóstol Pablo pensó que era libre del pecado hasta que
se miró en el espejo de la Ley de Dios: “Pero yo no conocí el pecado
sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera:
No codiciarás.” (Rom. 7:7b).

LA EXPERIENCIA COMPRUEBA EL HECHO DEL PECADO.


Las experiencias de Moisés, David, Pedro y Juan revelan la realidad del
pecado. Aun nuestra propia experiencia honestamente la declara.

EL HOMBRE CONFIESA EL HECHO DEL PECADO.


Los Santos lo reconocen. Fue Job quien dijo, “Yo soy vil, y me
aborrezco.” Isaías declaró, “Ay de mí, hombre inmundo de labios.”
Daniel, de quien nada pecaminoso se menciona, dijo, “hemos pecado.”
Pedro clamó, “apártate de mí, que soy hombre pecador.” Pablo escribió,
“Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores; de los cuales yo
soy el primero.” Lutero reconoció: “Tengo más miedo de mi corazón
que del Papa y de todos los Cardenales.” Moody dijo, “El hombre con
el cual tengo más problemas es aquel que camina bajo mi sombrero.”

Los pecadores lo reconocen. Las Escrituras abundan de confesiones


de pecadores y de sus pecados: Faraón declaró, “He pecado esta vez
”(Ex. 9:27b). Acán respondió, “he pecado contra Jehová” (Jos 7:20b).
Balaám admitió, “Yo he pecado,” (Num. 22:34b). Y aun Judas, quien
traicionó al Señor, dijo, “yo he pecado” (Mateo 27:4).

3. LA NATURALEZA DEL PECADO

EL PUNTO DE VISTA MODERNO SOBRE EL PECADO.

 La sociedad lo llama indiscreción.

 Los educadores lo llaman ignorancia.

 Los evolucionistas lo llaman trato de bestias.

 Los científicos pseudo cristianos lo enseñan como ausencia de lo


bueno.

 El hombre carnal lo excusa como debilidad amable.

 Los nuevos teólogos lo declaran como mero egoísmo.

EL ENFOQUE BÍBLICO DEL PECADO.


 PECADO ES PERDER LA MARCA:
Errar al blanco. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de
la gloria de Dios, ” (Rom. 3:23). Ver también (Ro. 5:12). Pecado
significa “no acertar con la divina puntería”
 PECADO ES TRASGRESIÓN:
“Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el
pecado es infracción de la ley. ” (1 Juan 3:4). La trasgresión de
la Ley puede ser casual o intencional. Aun así, en ambos casos
es pecado. Había pecado antes de la Ley, pero no era trasgresión.
Ver (Nú 4:15); (Jos. 7:11, 15); (Isaías 24:5); (Daniel 9:11);
(Oséas 6:7; 8:1).

 PECADO ES LA DISTORSIÓN DE LO QUE ES RECTO:


“Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al pueblo:
Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te
ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi
padre.” (2 Sam. 24:17). Ver también (Ro.1:18; 6:13);
(2 Tes. 2:12); (2 Pe. 2:15); (1 Juan 5:17).

 PECADO ES REBELIÓN CONTRA DIOS.


“Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos,
y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. ” (Is. 1:2). Ver
también (2 Tes. 2:4, 8).

 PECADO ES UNA DEUDA.


“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores.” (Mat. 6:12). Ver también
(Lc. 11:4). Las palabras “ordenado” (Lucas 17:10), “debéis”
(Ju. 13:14) y “debemos” (2 Tes. 2:13) provienen todas de una
misma raíz en el griego que denota deuda.

 PECADO ES DESOBEDIENCIA.
Pecado es una falta en responder a Dios. “en los cuales
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora
opera en los hijos de desobediencia, ” (Ef. 2:2). Ver también
(Ef. 5:6); (Jn. 3:36).

 PECADO ES UNA DESVIACIÓN ANTE LOS


REQUERIMIENTOS DE DIOS.
Esto significa una caída; cada ofensa contra Dios es una caída.
Pecado es siempre una caída que hiere. “Porque si perdonáis a
los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros
vuestro Padre celestial;” (Mat. 6:14). Ver también (Ga.6:1);
(Ro. 5:15-20).

 PECADO ES INCREDULIDAD.
“El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el
que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído
en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.”
(1 Juan 5:10).

 PECADO ES IMPIEDAD.
“más al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su
fe le es contada por justicia.” (Rom. 4:5). “Porque Cristo, cuando
aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.” (Rom.
5:6). Ver también (1 Tim. 1:9); (1P. 4:18); (2P. 2:5, 7);
(Judas 4, 15).

 PECADO ES INIQUIDAD.
Esto significa un proceder equivocado ante el orden moral del
universo. “Y manifiestas son las obras de la carne, que son:
adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya
os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios.”
(Gal. 5:19-21). Ver también (Col. 3:5-9); (Mc. 7:19, 20).
LA DECLARACIÓN ESCRITURAL DEL PECADO.
“Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.”
(1Juan 5:17). Ver también (1Juan 3:4); (Pr. 14:21; 21:4; 24:9);
(Ro. 3:23; 6:23); (1 Sam. 15:23); (Jer. 3:25; 14:7); (Sant. 2:9; 4:17);
(Ro. 14:23).

LA DEFINICIÓN TEOLÓGICA DEL PECADO.

1. Pecado es la transgresión de la Ley de Dios, o la falta de


conformarse a la ley de Dios.
2. Pecado es la deficiencia de amar a Dios y a los hombres.
3. Pecado es dar preferencia al ego en vez de a Dios.
4. Pecado es insubordinación.
5. Pecado es falta de conformidad con Dios o su Ley Moral en acto,
disposición, o estado.
6. Pecado es lo que no deberíamos ser.

SUMARIO DE LA ESCRITURA CONCERNIENTE AL PECADO.

1. HACIA DIOS.
 Rebelión. “Porque como pecado de adivinación es la rebelión,
y como ídolos e idolatría la obstinación.” (I Sam. 15:23a).

 Falla en la supremacía de amar a Dios. “Y amarás a Jehová tu


Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas.” (Deut. 6:5).
2. HACIA LA LEY DE DIOS.
 Transgresión voluntaria. “Mas la persona que hiciere algo con
soberbia, así el natural como el extranjero, ultraja a Jehová;
esa persona será cortada de en medio de su pueblo.”
(Num. 15:30).
 Violación de la Ley en ignorancia. “Si una persona pecare por
yerro, ofrecerá una cabra de un año para expiación.”.
(Num. 15:27). Ver también (Hebreos 9:7).

3. HACIA LOS HOMBRES.


 Injusticia. “No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás
el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.” (Lev. 19:13).

 Falla en amar al prójimo como a nosotros mismos. “No te


vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino
amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.” (Lev. 19:18).

4. PERSONAL O HACIA NOSOTROSMISMOS.


El pecado personal o hacia nosotros mismo son pecados
cometidos por individuos de forma voluntaria o por ignorancia. El
salmista David decía: Líbrame o Dios de los pecados que me son
ocultos (Aquellos que cometía sin darse cuenta). Todo pecado
tiene como consecuencia la perdida de la comunión con Dios,
pero Dios tiene remedio para todos nuestros pecados. Si
deseamos el perdón de Dios, solo tenemos que arrepentirnos de
nuestros pecados ante Dios. "Dios no desprecia ni rechaza un
corazón contrito y humillado".
(Sal. 51:17).

 Egoísmo. “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo


el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el
hombre por su alma?” (Mat. 16:26).
 CORRUPCIÓN.
“He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5).

EL PECADO IMPUTADO
El pecado de Adán en el huerto tuvo como consecuencia que toda la
raza humana participara indirectamente de aquel pecado. La Biblia nos
dice: "por tanto como el pecado entro en el mundo por un hombre, y
por el pecado la muerte, así la muerte paso a todos los hombres, por
cuanto todos pecaron" (Ro. 5:12). Cuando Adán peco todos pecamos.
Este pecado ha sido transmitido a toda la humanidad y como
consecuencia somos culpables y llevamos como consecuencia la
muerte.

De la misma manera que en Adán todos pecamos en Cristo todos


recibimos vida. "Al que no conoció pecado (Jesús), por nosotros lo hizo
pecado, para que nosotros fuésemos hecho justicia de Dios en El" (2
Co. 5:21). Si aceptamos el sacrificio de Jesús como remedio perfecto
para nuestros pecados, Su justicia se nos será imputada a nosotros y
seremos hechos justos delante de Dios.

LA EXTENSIÓN DEL PECADO


El único fundamento seguro es el que nos presenta las Escrituras. “Todo
designio de los pensamientos de su corazón” es por naturaleza “malo”
y eso “continuamente” (Gén. 6:5). “Engañoso es el corazón más que
todas las cosas, y perverso” (Jer. 17:9).

El pecado es una enfermedad que invade y se extiende por cada parte


de nuestra fibra moral y cada facultad de nuestra mente. El
entendimiento, los afectos, el poder de razonar y la voluntad están todos
infectados de un modo u otro. Aun la conciencia está tan ciega que no
se puede depender de ella como un guía seguro, y puede llevar a los
hombres al mal haciéndolo parecer bien, a menos que sean iluminados
por el Espíritu Santo. En suma “desde la planta del pie hasta la cabeza
no hay…cosa sana” en nosotros (Isa. 1:6).

 EN LOS CIELOS.
La Escritura revela el hecho de que tanto el pecado como la
salvación comienzan en el cielo y se extienden a la tierra. El
pecado comenzó en el cielo con la caída de Satanás (Ez. 28). La
salvación es completada en el cielo con la obra mediadora de
Cristo (Heb. 9:24).

 EN LA TIERRA.
 El reino vegetal. “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la
voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo:
No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor
comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo.” (Gen. 3:17, 18).
(Isaías 55:13) revela el acontecimiento bendito de que la
maldición será quitada del reino vegetal cuando Cristo venga:
“En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga
crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna
que nunca será raída.”

 El reino animal. Antes de la caída de Adán no había animales


carnívoros. (Isaías 11:6 - 9) nos dice que esto también será
removido al tiempo de la segunda venida de Cristo: “Morará
el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará;
el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un
niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se
echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño
de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado
extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán
mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será
llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el
mar.”

 LA RAZA HUMANA.
 La universalidad del pecado. Todos los hombres son
pecadores: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos
de la gloria de Dios,” (Rom. 3:23).

 La totalidad del pecado. Todo en el ser humano es


pecaminoso, su cuerpo, alma y espíritu. “Todos se
desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. . . . No
hay temor de Dios delante de sus ojos. Pero sabemos que
todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley,
para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el
juicio de Dios; ” (Rom. 3:12, 18, 19.)

EL ALCANCE DEL PECADO.

 Como un hecho.
El hombre comete pecados por su conducta.

 Como un estado.
El hombre carece de justicia.

COMO UNA NATURALEZA.


El hombre fue concebido en pecado, nació en pecado, y es, por lo tanto,
un pecador por naturaleza.
LA PENALIDAD DEL PECADO
 La penalidad natural.
Esto se ilustra mejor con el caso de un niño que come algún
alimento prohibido. Y desobedece y come demasiado, al punto
de llegar a enfermarse. La consecuencia natural de su
desobediencia fue su enfermedad. La penalidad natural del
pecado es enfermedad, desilusión y muerte física.

LA PENALIDAD ACTIVA.
Continuando con el mismo ejemplo, vemos que la penalidad natural fue
que el niño se enfermara. La penalidad positiva (o activa) es la disciplina
que recibe del padre, la cual se describe con las siguientes palabras:

 MUERTE.
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es
vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. ” (Rom. 6:23). Muerte,
en las Escrituras, no significa “aniquilación” o “completa
destrucción.” No hay lugar en la Palabra de Dios donde la palabra
“aniquilación” se pueda sustituir por “muerte.”

 MUERTE ESPIRITUAL.
“Pero la que se entrega a los placeres, viviendo está muerta.” (1
Tim. 5:6).

 . MUERTE ETERNA.
“Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es
la muerte segunda.” (Ap. 20:14). “y a vosotros que sois
atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el
Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama
de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni
obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales
sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del
Señor y de la gloria de su poder, ” (2 Tes. 1:7, 8, 9). Ver también
(Ap. 20:12; 21:8). No había muerte antes de que el pecado
llegara a la vida del hombre. El hombre fue creado para morar
con Dios para siempre. Entonces la muerte “pasó a todos los
hombres” (Rom. 5:12). La palabra “pasó” se traduce “traspasará”
en (Lucas 2:35); “pasar por” en (Mt. 19:24) y en (1 Cor. 10:1).

 PERDICIÓN.
“Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu
nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se
perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se
cumpliese.” (Juan 17:12). La palabra “Perdición” es la misma que
“perezca” (Juan 3:16) y “destruir” (Mat. 10:28).

 CONDENACIÓN.
“El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha
sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito
Hijo de Dios.” (Juan 3:18). La palabra “condenación” es un
término legal, e indica una decisión judicial. Esta misma palabra,
“condenación,” aparece en (Jn 5:29), y como “castigo” en
(Mt 11:22, 24); (2 P 2:4, 9; 3:7); (1 Juan 4:17); (Judas 6).

 CULPA.
“Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están
bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede
bajo el juicio de Dios; ” (Rom. 3:19).

 PERDICIÓN.
“Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de
Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga
de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo
unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los
que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición,
más para vosotros de salvación; y esto de Dios. ” (Fil. 1:27, 28).
Ver también (Jn 17:12); (2 Tes. 2:3); (He. 10:39); (2 P. 3:7);
(Ap. 17:8, 11). Esta misma palabra “perdición” aparece en
(Mt. 7:13): “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la
puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos
son los que entran por ella.” Ver también (Rm 9:22); (Fil. 3:19);
(2 Pe. 3:16).

(En el Nuevo Testamento la palabra “destrucción” significa


“ruina”.) En (Mt. 26:8) se traduce “desperdicio”: “Al ver esto, los
discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio?”
En (Mt. 9:17) aparece como “se pierden”: “Ni echan vino nuevo
en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se
derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en
odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.”

 CASTIGO.
“E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.”
(Mat. 25:46). No hay diferencia entre esta Escritura y (He. 12:6):
“Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que
recibe por hijo.” Pero castigo es para los pecadores inconversos,
disciplina es para los santos.
 ETERNO.
“E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.” (Mat.
25:46). Ver también (Judas 6) (2 Te. 1:9); Apocalipsis 20:10;
14:11.

Algunos dicen que las palabras “por siempre” y “eterno” significan “una
larga vida, una edad”, en otras palabras, dicen que los pecadores
culpables sufrirán el fuego del infierno solamente por un tiempo; y
después de ser purificados, disfrutaran vida eterna con el resto de los
santos de Dios. Pero a esto decimos, “si el infierno y la condenación no
son por siempre y eternos, entonces tampoco hay tal cosa como vida
eterna, ni eterna salvación.”
Es que la misma palabra “eterna,” o “para siempre,” es usada para
referirse a Dios, “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el
Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará
vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
(Heb. 9:14). “pero que ha sido manifestado ahora, y que por las
Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha
dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe,” (Rom.
16:26). Si el castigo en el infierno no fuese eterno, tampoco la salvación
sería eterna, y ¡Dios no sería eterno! ¡Pero lo es! Así que la salvación
es eterna y el castigo es eterno.
TEMAS RELACIONADOS

EL PECADO ES UNO DE LOS TEMAS DE:

Génesis. (6; 5)
Jueces. (21; 25)
Isaías. (1; 4)
Malaquías. (1; 8)
Romanos. (2; 12)
1Juan. (Jn. 3; 6)

EL ORIGEN Y EL ALCANCE DEL PECADO

EL PECADO ORIGINAL

 Adán y Eva desobedecieron el mandato de Dios. (Gé. 3; 1)


 Sus pecados pasaron a todos los humanos. (1Co. 15; 22)

ALCANCE DEL PECADO EN EL PRECENTE


 Penetra hasta el corazón del hombre. (Gé. 6; 5)
 Hay pecado en todos. (Sal. 14; 2 – 3)
 Solo Cristo no tuvo pecado.
(2Co. 5; 21) (1Jn. 3; 5) (1P. 2; 22)

DIOS Y EL PECADO HUMANO


SU REACCIÓN NEGATIVA
 Castiga el pecado (Gé. 3; 15 – 19) (Is. 3; 11 – 26)
 Se entristece sobre el pecado. (Gé. 6; 6)
 Se enoja sobre el pecado. (Sal. 78; 19 – 21) (Jn. 3; 36)
 Odia el pecado. (Sal. 5; 5)(Pr. 6; 16)

SU REACCIÓN POSITIVA
 Perdona el pecado. (Ex. 34; 6 – 7) (1JN. 1; 9)
 Aleja de nosotros el pecado. (Sal. 103; 8 – 12)
 Pone al pecado detrás de su espalda. (Is. 38; 17)
 Deshace nuestros pecados. (Is. 44; 22)
 Ya no recuerda nuestros pecados. (Jer. 31; 34)
 Hecha nuestros pecados en lo profundo del mar. (Mi. 7; 19)
 Mando a su hijo para morir por los pecadores
(Jn. 3; 16) (Ro. 5; 8) (1Jn. 4; 8)

El significado literal de las palabras, hebrea y Griega traducidas


“Pecado”, pecador revela la verdadera naturaleza del pecado en sus
múltiples manifestaciones.

PECADO:
Significa transgresión, o sea el pecado o el hecho de traspasar la ley,
que es el límite divino entre el bien y el mal.
(Sal. 5; 1).

INIQUIDAD:
Un acto inherentemente malo, ya esté o no expresamente prohibido.

ERROR:
Separación de lo que es recto (Sal. 51; 9)
Más abundantes son las referencias al pecado como error, esto es, la
tendencia del hombre a extraviarse, a cometer errores. Los términos
principales del Antiguo Testamento son ‫( הָג ׁש‬shagah) y ָָָׁ‫( גה‬shagag),
sus derivados y las palabras relacionadas con ellos. ‫( גהָגׁש‬shagah) se
utiliza tanto de forma literal como figurativa. En su sentido literal se
utiliza para ovejas que se extravían del rebaño (Ez. 34:6) y borrachos
que tropiezan y se tambalean (Is. 28:7).

Aunque el nombre relacionado ‫( ה ְֶּגשֹּׁש‬mishgeh) se utiliza para un error


accidental en (Gé. 43:12), el verbo por lo general hace referencia a un
error en la conducta moral. El contexto indica que la persona que
comete el error es responsable de su acción. Un ejemplo
particularmente claro lo encontramos en (1 Samuel 26:21). Saúl quería
matar a David, pero David perdona la vida a Saúl. Saúl dice: "He
pecado; vuelve, David, hijo mío, que ya no te haré ningún mal, porque
mi vida ha sido estimada preciosa hoy a tus ojos. He obrado
neciamente, he cometido un gran error."

El verbo ָָָׁ‫( גה‬shagag) y el nombre relacionado con él ‫( ְהָגָג ׁש‬shegagah)


aparece principalmente en los pasajes de rituales. Entre los pasajes no
rituales, (Génesis 6:3) parece hacer referencia a las debilidades
humanas, y su propensión al error. El Señor dice: "No contenderá mi
espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne;
pero vivirá ciento veinte años." En otros dos casos, (Salm. 119:67) y
(Ecl. 10:5), el error parece ser culpable. El segundo pasaje dice: "Hay
un mal que he visto debajo del sol, a manera de error emanado del
príncipe." (Job 12:16) parece que también hace referencia al error
culpable. Los pasajes rituales en muchos casos tienen que ver con el
descubrimiento de que la ley del Señor ha sido involuntariamente
quebrantada por ignorancia o por error de juicio (por ejemplo,
(Lv. 4:2–3, 22–24, 27–28); (Núm. 15:22 – 29). En (Lev. 22:14)
tenemos el caso de alguien que por equivocación come la comida que
solo pueden comer los sacerdotes. Aunque se hizo por error, el hecho
de que se le impusiese una pequeña multa es indicativo de que la parte
ofensora debería haber tenido más cuidado. Este sentido de la
responsabilidad de los errores de uno también se puede llevar a otros
ejemplos.

Más común que ‫( גהָג ׁש‬shagah) o ָָָׁ‫( גה‬shagag) es ‫( גהעג ׁש‬ta'ah) que
aparece aproximadamente cincuenta veces en el Antiguo Testamento.
El significado básico es "errar o desviarse." Como ‫ׁשה‬ ‫ָג ג‬, ‫ גהעג ׁש‬se utiliza
para describir a alguien que está intoxicado (Is. 28:7). También se utiliza
para perplejidad (Is. 21:4). Isaías habla de pecadores que yerran en
espíritu (29:24). El término se refiere más a un error deliberado que a
un error accidental.

En el Nuevo Testamento, el término que denota con más frecuencia


pecado como error es πλανάμαι (planōmai), la forma pasiva de
πλανάω (planaō). Resalta la causa de que uno se extravíe, esto es,
ser engañado. Sin embargo, extraviarse por resultar engañado a
menudo es un error evitable, como indican frases del tipo: "Mirad que
nadie os engañe" y "No os engañéis" (Mr. 13:5–6); (1 Co. 6:9);
(Gá. 6:7); (2 Ts. 2:9 – 12); (1 Jn. 3:7); (2 Jn. 7).

La fuente de este extravío pueden ser espíritus malignos (1 Ti. 4:1);


(1 Jn. 4:6); (Apoc. 12:9; 20:3), otros humanos (Ef. 4:14);
(2 Ti. 3:13) o uno mismo (1 Jn. 1:8). Sin importar cuál sea la fuente, los
que caen en un error saben o deberían saber que se han extraviado.
Jesús comparaba a los pecadores con ovejas descarriadas
(Lc. 15:1 – 7), y también señalaba que el error de los saduceos era que
ni conocían las Escrituras ni el poder de Dios (Mr. 12:24 – 27). El pecado
contra la naturaleza se denomina error en (Rom. 1:27), y en (Tito 3:3),
Pablo describe a los que viven sin Cristo como "insensatos, rebeldes y
extraviados."

En Hebreos la gente en el desierto se caracterizaba por extraviarse en


sus corazones (3:10). El sumo sacerdote trataba gentilmente los
pecados de los ignorantes y los inconstantes, ya que él mismo estaba
sujeto a ese tipo de debilidades; no obstante, había que ofrecer
sacrificios por esos pecados (5:2–3).

De lo anterior parece deducirse que tanto el Antiguo como el Nuevo


Testamento reconocieron varios errores como pecado, aunque eran
claramente errores inocentes, actos cometidos por ignorancia, para los
cuales no se imponía pena (o sólo una pequeña multa). Evidencias de
esto se pueden ver en la designación de ciudades de refugio para los
que habían matado inintencionadamente a alguien (Núm. 35:9–15, 22–
28; Js. 20). Por supuesto, actos como el asesinato involuntario están
más en la línea de los accidentes que de la ignorancia. Sin embargo, en
la mayoría de los casos, lo que la Biblia denomina errores sencillamente
no deberían haber ocurrido: la persona debería haberlo sabido y era
responsable de estar informada. Aunque estos pecados son menos
atroces que los deliberados, el individuo todavía sigue siendo
responsable de ellos y por lo tanto llevan una pena unida a ellos.

INFRACCIÓN:
La instrucción de la voluntad propia en la espera de la autoridad divina
(1Tim. 2; 1).

DESORDEN:
O sea anarquía espiritual. (1Tim. 1; 9)

INCREDULIDAD:
O sea un insulto a la veracidad divina (Jn. 16: 9)

El pecado se originó, es Satanás (Is. 14; 12) entró en el mundo por


medio de Adán (Ro. 5; 12) fue y es universal y solo Cristo está extenso
de el (Ro. 3; 23) acarrea a la pena de muerte física y espiritual
(Gé. 2; 17) (Ez. 18; 4) y no tiene otro remedio si no la muerte
sacrificadora de Cristo la cual se apropia por medio de la fe (Hch. 13;
38), la descripción triple del pecado puede resumirse así:
COMO UN ESTADO:
Es la ausencia de justicia y por su naturaleza es enemistad contra Dios.

COMO UN ACTO:
Es la violación de la voluntad de Dios o la falta de obediencia a ella.

El pecado es la obra cometida en contra de Dios y en la Biblia


encontramos las consecuencias que este trae al hombre. Estos textos
nos muestran como el hombre desde el principio fue destituido y
expulsado de la presencia de Dios a consecuencia del Pecado.

DESTITUCIÓN:
Por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de Dios.
(Rom, 3; 23) (Gé. 3; 24)

ENFERMEDAD:
Después le halló Jesús en el templo y le dijo; mira, has sido sanado,
no peques más, para que no te venga alguna cosa peor, o sea, la
muerte. (Jn. 5; 14)

MUERTE Y CONDENACION:
Porque la paga del pecado es muerte (Ro. 6; 23), es decir condenación
eterna
(Ap. 20; 15); estos pasajes demuestran como el hombre al vivir en
pecado sufre consecuencias y finalmente el pecado le da su paga, que
es la muerte y condenación.

JUICIO:
Pero por tu dureza y corazón, no arrepentido atesoras para ti mismo,
ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el
cual pagará a cada uno con forme a sus obras. (Ro. 2; 5 – 6).

JUAN. 13; 10
Al fondo de este lenguaje figurado se halla la idea acerca de un noble
oriental que regresa de los baños públicos, a causa, sus pies podrían
haber contraído impureza en el camino y necesitaba limpiarse, pero no
su cuerpo.

El creyente ha sido ya purificado en cuanto a la ley de todo pecado “una


sola vez para siempre (He. 10; 1 – 12), pero siempre necesita confesar
los pecados de cada día al padre a fin de poder permanecer en
comunión no interrumpida con El y con su hijo Jesucristo
(1Jn. 1; 1 – 10), la sangre de Cristo es la respuesta definitiva a todo lo
que la ley podía decir respecto a la culpabilidad del creyente; pero este
necesita purificarse constantemente de la contaminación del pecado.
(Ef. 5; 25 – 27) (1Jn. 5; 6).

Típicamente, el orden de acercamiento a la presencia de Dios en el


tabernáculo era, primero el altar del sacrificio, y entonces el lavacro de
la purificación (Ex. 40; 6 – 7) Cristo no puede tener comunión con un
santo que está contaminado, pero si quiere y puede limpiarle.

Génesis 4; 7
Pecado u “ofrenda por el pecado” en hebreo, la misma palabra se usa
para “pecador” y “ofrenda por el pecado”, y se le da así énfasis de
manera notable la completa identificación del “pecado” del creyente
con su “ofrenda por el pecado; comp. (Jn. 3; 14) con (2Co. 5; 21) en
esté pasaje (Gé. 4; 7) ambos significados aparecen juntos “el pecado
está a la puerta” pero allí hay también una ofrenda por el pecado, fue
cuando el pecado abundo que “sobre abundo la gracia” (Ro. 5; 20) el
carácter de la ofrenda de Abel implica la existencia de instrucción previa
acerca de los sacrificios; comp. (Gé. 3; 21) porque él se acercó a Dios
“por fe” (He. 11; 4) y la fe significa tomar la palabra de Dios por cierta.

La ofrenda incruenta de Caín fue por lo tanto un rechazamiento del


método que Dios había señalado; pero Jehová exhortó aun a Caín por
última vez (Gé. 4; 7) a presentar la ofrenda que le era requerida.
Isaías. (14; 12 – 14)
Se refieren evidentemente a Satanás, quien en su carácter de príncipe
del sistema de este mundo (Jn. 7; 7) (Ap. 13; 8) el es real, aunque
invisible gobernante de los poderes mundiales que se han sucedido en
la historia (tiro, babilonia, media y Persia, greca romana., etc) (Ez. 28;
12 – 14).

LUCIFER – ESTRELLA D ELA MAÑANA.


No puede ser otro si no Satanás; cuando lucifer dijo “yo subiré”, el
pecado tuvo su origen (Ap. 20; 10)

LEVITICO (13; 2)
La lepra simboliza el pecado en las siguientes maneras:

1. La lepra está en la sangre


2. La lepra se manifiesta en forma podrida
3. La lepra no puede curarse por medios humanos, cuando el
cumplimiento de este tipo (la lepra) se aplica al pueblo de Dios, la
referencia bíblica es al “pecado” el cual demanda que el creyente
se juzgue a sí mismo (1Co. 11; 31) y al os “pecados” los cuales
requieren confesión y purificación.

SI UNA PERSONA PECA SOLAMENTE UNA VEZ


AL DIA Y VIVE
2O AÑOS  7.300
PECADOS POR LOS
30 AÑOS  10.950
40 AÑOS  14.600 QUE SERA JUZGADO
50 AÑOS  18.250
EN EL DIA DEL JUICIO
70 AÑOS  25.550
BREVE HISTORIA DE LA DOCTRINA

Históricamente, han sido dos aspectos de esta doctrina que han sido
los más discutidos. Son el problema del origen del pecado, y el
problema de la transmisión de la naturaleza pecaminosa a las sucesivas
generaciones desde Adán. En cuanto al primero, se puede resumir al
preguntarnos si la historia de la caída en Génesis capítulo tres es
verídica, o solamente un mito simbólico.

En cuanto al segundo, la duda es si todos llevamos desde la matriz la


culta y contaminación del pecado, o si es algo adquirido después por
vivir a estas preguntas en el desarrollo del estudio de la doctrina. De
acuerdo con el texto bíblico del (Génesis 1-3), tras haber sido creados
Adán y Eva residían en el jardín del Edén en perfecta armonía con Dios;
el único mandato al que debían acogerse era la abstención de comer
del árbol de la ciencia del bien y del mal, cuyo consumo ocasionaría la
muerte (Génesis 2:17). Sin embargo, Eva y por su intermediación Adán
cedieron a la tentación de la serpiente (identificada con Satán o Shaitan,
"el tentador") y descubrieron, comiendo del árbol, su desnudez. La
consecuencia de la violación de su mandato llevó a la muerte "[volverás]
a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo
volverás", Génesis 3:19 y la expulsión del jardín del Edén.

La tradición talmúdica identifica este acto como ‫ׁשחטא ׁשקדמון‬


(en hebreo hajet hakadmon, "la falta primordial") de la
desobediencia al mandato divino. Sin embargo, los efectos de este
pecado se reducen a castigos personales, como la expulsión del
paraíso, dolores de parto en el caso de Eva y de toda su descendencia,
la multiplicación excesiva de la dificultad del trabajo (no el trabajo en sí
mismo que es descrito antes como un don divino y precedía al pecado
mismo), la enfermedad, la vejez y la muerte.
Las corrientes renovadoras dentro del judaísmo interpretan la caída
como el primer acto de libre albedrío del hombre, y lo consideran como
parte del plan divino, puesto que la falta representaría la admisión de la
responsabilidad; en otras palabras, el mito de la caída sería una
elaborada alegoría del pasaje a la adultez y la autonomía
DEFINICON DEL PECADO

La definición del pecado en el Nuevo Testamento se deriva de la palabra


griega hamartia.

1. AMARTEMA: Significa errar el blanco. (Ro. 3.23) “por cuanto


todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”

2. PARABASIS: Significa traspasar una línea prohibida, esto


ocurre cuando el hombre pasa deliberadamente la línea de la ley
de Dios.

La biblia dice en (1Jn. 3.4) “Todo aquel que comete pecado, infringe
también la ley; pues el pecado es infracción de la ley”. (Hechos 1.25)
“para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó
Judas por transgresión, para irse a su propio lugar”. (Santiago 2.11)
“Porque el que dijo: No cometerás adulterio,

 también ha dicho: No matarás.


 Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho
transgresor de la ley”

La definición más breve, y a la vez más inclusiva, es esta: El pecado es


cualquier cosa contraria al carácter de Dios. Esta incluye no sólo
acciones, sino también pensamientos e intenciones. Si Dios es amor,
y yo hago, pienso o considero algo que no lo es, es pecado. Si Dios es
justicia, y yo hago, pienso o considero algo injusto, es pecado. Así se
cubren todas las posibilidades de lo que es el pecado.

Quisiera adaptar su definición un poco, para decir que el pecado es


cualquier falta de conformidad al carácter de Dios, sea en acción,
pensamiento, o palabra. Es decir, abarca todo lo que HACEMOS, lo que
PENSAMOS, y lo que DECIMOS
“El Santo carácter de Dios es el final y único criterio por el cual los
valores morales pueden ser juzgados con precisión..... El pecado es
pecaminoso porque es desemejante a Dios...Dios Mismo es la norma
de santidad, y su carácter es lo que determina la pecaminosidad del
pecado”

El pecado es un traspaso.
Un traspaso es una infracción contra el carácter y los derechos de Dios,
sea prohibida en la ley escrita de Dios o no. Mayormente es un pecado
cometido inconscientemente. En (Levítico 5:14-19), encontramos una
provisión por los pecados de ignorancia.
(Daniel 9:11).

¿Qué es la diferencia entre una transgresión y un traspaso?


TRANGRESIÓN

TRASPASO
Pecado contra la Ley de Dios.
Pecado contra la Persona de Dios
Pecado consciente
Pecado inconsciente (de ignorancia)
El pecado es maldad.

Esta palabra se refiere a todo lo que esté total e inherentemente erróneo


y malo. El carácter de los impíos es contrario a lo que es justo y recto;
por lo tanto, son “hacedores de maldad”. (Lucas 13:27) (1Juan 1:9)
(2Pedro 2:7-8)

 El pecado es vivir sin ley.


 Es rebelión contra Dios. (1Juan 3:4) (1Timoteo 1:8-11).
 El pecado es error.
 Es lo que ignora o se desvía de lo bueno.
(Santiago 1:14 -16, 5:20) (2Pedro 3:17).
"Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros
mismos, y la verdad no está en nosotros" 1 Juan 1:8 (RV).

Adán y Eva fueron creados perfectos en cada aspecto y aparentemente


se les dieron cuerpos glorificados tal como el que ocupa hoy Jesucristo.
Vestidos en luz, ellos fueron colocados en un paraíso en la tierra
llamado Edén y la única prohibición que se les puso se les prohibió
comer del “árbol de la ciencia del bien y del mal." Claro está que Dios
sabía que desobedecerían y por eso El añadió una penalidad:

"Más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque
el día que de él comieres, ciertamente morirás."Génesis 2:17 (RV,
énfasis mío)

El resto, como dicen, es historia. Eva fue engañada por Satanás y comió
de la “fruta prohibida”, cayendo por lo tanto instantáneamente en una
muerte espiritual y comenzando el proceso de morir físicamente. Ella
cometió el primer pecado humano y Adán pronto le siguió (Satanás, no
el hombre, fue el que originó el pecado por su rebelión en contra de
Dios, (Ezequiel.28:15). Interesantemente, la Biblia nos dice que Adán
no fue engañado y pecó voluntariamente (1 Timoteo 2:14). Yo creo que
el amaba a Eva y se unió a ella en desobediencia para evitar la
separación. Pero independientemente de las razones específicas detrás
de su pecado, ellos descubrieron inmediatamente que eran criaturas
caídas mortales desnudas con una perspectiva totalmente diferente de
la vida. Habían descendido de la perfección a la depravación total pues
cada aspecto de su ser estaba manchado por el pecado. Este cambio
monumental es evidenciado por su intento de cubrir su desnudez con
hojas de higuera y escondiéndose de Dios (Génesis 3:7-8). ¡Desde
aquel entonces el hombre pecaminoso ha estado tratando de
esconderse de Dios!
El hecho de la depravación humana es resumido por el Apóstol Pablo
en los siguientes versículos:
"10Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11No hay quien
entienda, No hay quien busque a Dios.12Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera
uno " (Romanos 3:10-12) (RV, énfasis mío)

Y para aquellos quienes quieren saber lo que dice la Palabra de Dios


sobre el tema, he aquí una lista de versículos:
DEPRAVACION DEL HOMBRE

Génesis 6:5-7; Génesis 6:11-13; Génesis 8:21; Deuteronomio 32:10; 2


Crónicas 6:36; Job 4:17-19; Job 9:2-3; Job 9:20; Job 9:29-31; Job 11:12;
Job 14:4; Job 15:14-16; Job 25:4-6; Sal. 5:9; Sal 14:1-3; Sal. 51:5; Sal
53:1-3; Sal 58:1-5; Sal 94:11; Sal 130:3; Sal 143:2; Proverbios 10:20;
Proverbios 20:6; Proverbios 20:9; Proverbios 21:8; Eclesiastés 7:20;
Eclesiastés 7:29; Eclesiastés 8:11; Eclesiastés 9:3; Isaías 1:5-6; Isaías
42:6-7; Isaías 43:8; Isaías 48:8; Isaías 51:1; Isaías 53:6; Isaías 64:6;
Jeremías 2:22; Jeremías 2:29; Jeremías 6:7; Jeremías 13:23; Jeremías
16:12; Jeremías 17:9; Ezequiel 16:6; Ezequiel 36:25-26; Ezequiel 37:1-
3; Oseas 6:7; Oseas 14:9; Miqueas 7:2-4; Mateo 7:17; Mateo 12:34-35;
Mateo 15:19; Marcos 7:21-23; Lucas 1:79; Juan 1:10-11; Juan 3:19;
Juan 8:23; Juan 14:17; Hechos 8:23; Romanos 2:1; Romanos 3:9-19;
Romanos 3:23; Romanos 5:6; Romanos 5:12-14; Romanos 6:6;
Romanos 6:17; Romanos 6:19-20; Romanos 7:5; Romanos 7:11;
Romanos 7:13-15; Romanos 7:18-21; Romanos 7:23; Romanos 7:25;
Romanos 8:5-8; Romanos 8:13; Romanos 11:32; 1 Corintios 2:14; 1
Cor. 3:3; 1 Cor. 5:9-10; 2 Cor. 3:4-5; 2 Cor. 5:14; Gálatas 3:10-11;
Gálatas 3:22; Gálatas 5:17; Gálatas 5:19-21; Efesios 2:1-3; Efes. 2:11-
12; Efes. 4:17-19; Efes. 4:22; Efes. 5:8; Efes. 5:14; Col. 1:13; Col. 1:21;
Col. 2:13; Col. 3:5; Col. 3:7; 2 Tim. 2:26; Tito 3:3; Santiago 3:2; Santiago
4:5; 1 Pedro 1:18; 1 Pedro 2:9; 1 Pedro 2:25; 1 Juan 1:8; 1 Juan 1:10; 1
Juan 2:16; 1 Juan 3:10; 1 Juan 5:19; Apocalipsis 3:17
or lo que encontramos que el hombre, en su estado no regenerado,
¡está de lo más mal que se pueda espiritualmente! El está muerto en
sus delitos y pecados (Ef.2:1), un esclavo de Satanás (Ef.2:2), no puede
entender lo que se discierne espiritualmente ¡la Biblia! (1 Cor.2:14), y
no buscará a Dios (Rom.3:11). Si ha de ser salvo, Dios deberá tomar la
iniciativa tal como El hizo en el Huerto de Edén cuando buscó a Adán y
Eva.

Pasemos a discutir el pecado según es pertinente a la vida cristiana.


¿Quita la regeneración la pecaminosidad del corazón del hombre? O
como yo quisiera que eso fuese verdad, ¡pero no lo es! Nuestra posición
de estar "en Cristo" y justificados ante Dios significa que nuestra deuda
total (pasada, presente y futura) es cancelada y somos declarados
totalmente inocentes ante Su presencia. Pero esto habla de
nuestra posición en Cristo, no de nuestra condición práctica--no de la
dura realidad de la vida diaria. Nuestro estado como un hijo de Dios
está sellado por siempre en los cielos, pero nuestro estado diario varía
en proporción directa al grado de cooperación que exhibimos hacia el
liderazgo del Espíritu Santo.

Una vez somos espiritualmente regenerados, el proceso vitalicio de


santificación empieza. Para ser santificados, o santos, significa ser
apartados para el servicio a Dios y no viene de la noche a la mañana.
Para estar seguro, habrá un gran cambio en la vida de uno después de
haberse convertido y recibido el Espíritu Santo pero la verdadera
santidad y perfección en esta vida es el objetivo inalcanzable por el cual
debemos esforzarnos. Cristo es nuestro estandarte y se nos exhorta a
imitarle, pero seguramente entendemos que realmente alcanzar Su
divina perfección es imposible de este lado del cielo. No somos y de
hecho real no podemos ser sin pecado (aunque Dios nos ve de esa
forma, posicionalmente), por lo que debemos esforzar al máximo cada
fibra de nuestro ser para "proseguir a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús " (Fil.3:14), tal como lo hizo el
Apóstol Pablo. Es la recompensa celestial y no la salvación el "premio"
por el que debemos esforzarnos en nuestro caminar con Dios en esta
tierra.

Pero algunas almas sinceras insisten en que la Biblia enseña la


posibilidad de alcanzar un estado de perfección sin pecado, basado
mayormente en las palabras del Apóstol Juan en 1 Juan capítulo tres:

"Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque


la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es
nacido de Dios." 1 Juan 3:9 (RV).

No obstante, ¡esto no puede significar que un cristiano no peque! Y para


sustentarlos, llamo vuestra atención a lo que dice Juan en el versículo
8 del capítulo 1 (citado anteriormente) de como "si decimos que no
tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos...." Algunos
podrían tratar de reclamar que Juan le escribía a no creyentes, pero eso
no quedará pues la epístola completa de 1 Juan fue escrita a creyentes
"hijitos" tal como declaramos en el versículo 1 del capítulo dos.

El versículo 4 del capítulo 1 dice "estas cosas os


escribimos...."refiriéndose a creyentes, o "hijitos," como se les refiere
Juan afectuosamente mas adelante. Esta posición es verificada por
W.E. Vine en su Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo
Testamento (“Expository Dictionary of New Testament Words”), página
211, bajo el encabezado "Comete, Comisión", #2 Poieo, "Nota: En 1
Juan 3:4, 8, 9, la versión amplificada por error tiene "cometer" (un
significado imposible en el ver. 8); la Reina Valera correctamente tiene
"practica," por ej., de un hábito continuo, equivalente a prasso, de
practicar. El cometido de un hecho no está en vista de ese pasaje."
Una inspección cercana del capítulo tres y el versículo 8 en la Biblia
Amplificada revela lo que dice Juan:

"Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque


la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es
nacido de Dios. " 1 Juan 3:9 (RV)

Este principio es validado por la propia experiencia de Pablo, la cual


encontramos en (Rom. capítulo 7):

"[14] Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal,


vendido al pecado. 15Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago
lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16Y si lo que no quiero,
esto hago, apruebo que la ley es buena. 17De manera que ya no soy yo
quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.

18
Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el
querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.

19
Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso
hago. 20Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que
mora en mí.21Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el
mal está en mí.

22
Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

23
pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi
mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis
miembros. 24¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de
muerte? 25Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo
mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del
pecado. (Romanos 7:14-25) (RV, énfasis mío).
¿No es este lamento por el Apóstol Pablo verdad en tu propia vida?
¡Ciertamente lo es en la mía! Yo soy un creyente nacido de nuevo,
lavado en la sangre del Cordero y el Espíritu Santo me asegura que yo
soy uno de los hijos de Dios ¡pero todavía experimento diariamente la
realidad del pecado! Cuando nací de Nuevo recibí una nueva
naturaleza, una naturaleza espiritual pero mi carne, la naturaleza
pecaminosa y depravada que recibí de Adán, no fue destruida.

Por el contrario, ¡está muy viva y continuamente enseña su fea cara! A


través de la oración y ayuda del Espíritu Santo ya yo puedo (y espero
que así lo haga) pecar mucho menos que antes de recibir a Cristo, pero,
¿perfección? ¡¡¡¡Hazme el favor!!!! Y para aquellos que todavía insisten
que es posible, permítame señalar no solo están los pecados que
cometemos, sino también los pecados de omisión cosas que debimos
haber hecho, pero no las hicimos. El modelo de perfección de Dios y Su
voluntad para nuestras vidas incluye varios aspectos sobre los que
debemos orar por dirección.

¿Y si es remotamente concebible de que es probable que puedas


discernir cada uno y luego llevarlos a cabo al pie de la letra? El fallar en
no percibir y hacer nuestro deber es pecado el pecado de omisión. O,
mis amigos, ¿no pueden ver que somos pecadores, tanto por naturaleza
y en práctica? El Espíritu Santo, hablando a través del profeta Isaías,
"nos clava a la puerta de Madera” en la siguiente declaración:

"Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras


justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como
la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento."Isaías 64:6
(RV, énfasis mío).

Dios desea que Sus hijos reconozcan la pecaminosidad excesiva de


nuestro pecado y al hacerlo, también reconozcamos la estupenda
magnitud de Su gracia por la cual ha sido perdonada. Somos
justificados posicionalmente ante Sus ojos y nuestro estado perfecto en
absolutamente todo aspecto y hasta nos garantiza un hogar eterno en
el cielo. Pero el grado de recompensa recibido tan pronto lleguemos allá
será determinado porque tan buenos seamos peleando contra el
mundo, la carne, y el diablo de este lado de la gloria.
(1 Corintios 3:8-15).

¿Tomar el pecado a la ligera porque ya está perdonado? Impensable


en cualquiera de los casos, pero tenga en cuenta que el pecado solo
en respecto de nuestro destino eterno. No nos podemos escapar de
ninguno de los pecados que cometemos como hijos de Dios porque El
conoce cada detalle y, sin duda alguna, nos castigará adecuadamente.
Cuando éramos jóvenes, todos evadíamos ocasionalmente el castigo
de nuestros padres terrenales porque ellos no estaban al tanto de la
infracción, ¡pero ese nunca es el caso con Dios! Aquellos quienes El
ama pueden contar con ser atrapados y ser disciplinados
apropiadamente (Números 32:23 y Hebreos 12:6).

Así que si eres realmente hijo de Dios, ¡por favor deja de estar
aterrorizado de perder tu salvación y transfiere ese pavor a la posibilidad
de ser castigado por tu Padre celestial! Esforzarse por ser bueno no te
comprará ni una pizca en relación a la salvación, pero te ayudará en
evitar la mano disciplinante de Dios. Hace años, las personas se
referían a los cristianos como “hombres/mujeres temerosos de Dios" y
todos tenemos que entender la base de la expresión. Yo le temía a mi
papá, porque si mamá "me delataba" ¡mi trasero estaba definitivamente
en peligro! Ese tipo de miedo es necesario y saludable tratando de
mantenernos en el “estrecho y angosto" (Mateo 7:14).

Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha


sido muy tibio en su caminar espiritual con Él, usted necesita pedirle
inmediatamente perdón y renovación. Él lo perdonará
instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo.
Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio
personal de la Biblia.

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha


comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere
aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo
ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a el cómo
Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro
como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el
Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.
EL ORIGEN DEL PECADO

En los mismos atributos de la naturaleza de Dios, encontramos la


perfección, el amor, y la justicia. En un Dios perfecto, amoroso, y justo,
no puede haber pecado, ni un creador del pecado. En (Stg.1:13 y 14)
la Palabra de Dios nos dice que “Dios no puede ser tentado por el mal,
ni él tienta a nadie”. Dios quería, y quiere aún, la adoración y
obediencia voluntaria de sus criaturas, y por eso tenía que permitir que
eligiera la criatura el no hacerlo. Pero también el plan de Dios incluía
un Salvador desde antes de la fundación del mundo.
(1ª. Pedro 1:17-21)

 Los pasajes de (Isa. 14:12-14) y (Ez. 28:12-15) nos hablan de la


aparición del pecado en la creación. La encontramos realmente en
la frase “hasta que se halló en ti (Satanás) maldad.” (Ez. 28:15) El
pecado, entonces, brota del interior del “querubín grande” al querer
usurpar el lugar de Dios. En su rebelión le siguieron una cantidad de
ángeles adicionales, que se convirtieron en “huestes espirituales de
maldad”, los demonios (Judas 6; 2ª). (Pedro 2:4). La influencia
maligna se extendió a la raza humana cuando él, como la “serpiente
antigua” apareció en el huerto de Edén para convencer a Adán y Eva
que desobedecieran la voluntad de Dios. (Gé. 3:1-5)

 En el universo, según la biblia, una malvada criatura angelical,


llamada Lucifer, condujo a la rebelión contra el Dios del cielo, en
su intento alocado de destronar (Ap. 12:3 – 4) “También apareció
otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía
siete cabezas y diez cuernos,(A) y en sus cabezas siete diademas; 4 y
su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las
arrojó sobre la tierra.(B) Y el dragón se paró frente a la mujer que
estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como
naciese”.

 Aunque fue un ángel quien introdujo el pecado en el universo, fue


el hombre quien lo invitó al mundo. Así está escrito.
(Gn. 2: 16-17 “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo
árbol del huerto podrás comer; 17 más del árbol de la ciencia del
bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás”. (Ro. 5.12) “Por tanto, como el pecado entró
en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte,(A) así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”.
(1 Co. 15.22). “Porque así como en Adán todos mueren, también en
Cristo todos serán vivificados.”
¿QUÉ ES EL PECADO?

Primeramente es necesario entender claramente qué es el pecado. El


pecado es una trasgresión de la ley divina; es desobedecer la ley moral
de Dios. Ésa es exactamente la definición Bíblica según (1ª Juan 3:4).
No es un virus, ni un germen. Ni es una sustancia, ni un líquido, ni un
sólido, ni un gas. No es un espíritu, ni ningún ser. Es simplemente, una
conducta voluntaria contraria a los estándares de comportamiento
prescritos por Dios. Esto quedará conclusivamente demostrado tanto
por las definiciones etimológicas de la palabra, como por las
definiciones bíblicas y el uso de la palabra griega “Hamartia” en escritos
extra bíblicos.

Cuando utilizo la palabra pecado, me estoy refiriendo a una acción. La


acción de desobedecer la ley moral de Dios. Cuando me refiero a la
naturaleza del pecado, intento decir con esto, las cualidades propias de
la acción de desobedecer a Dios.

¿Cuáles son estas cualidades innatas del pecado? Cuando menos


podemos resaltar cuatro: el engaño, la destrucción del alma, la
corrupción del carácter y la condenación. Así pues, el pecado siempre
tiende a producir estas cuatro cosas en la vida de las personas.
Pasemos a explicar cómo engaña prometiendo placer.

EL PROBLEMA DEL AUTOENGAÑO


Cuando el apóstol pregunta: “¿Pero, qué fruto teníais de aquellas cosas
de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte”
(Ro. 6:21). Él pregunta, “que fruto” (producto, consecuencia), no “que
satisfacción”. ¿Por qué no pregunta qué satisfacción?, porque está
sobreentendido que el pecado en sí trae consigo satisfacción, aunque
ésta es siempre momentánea (He. 11:25). Esta capacidad de provocar
placer es el gran medio por el cual el pecado engaña. Por eso el apóstol
presenta inmediatamente el costo final del pecado: “el fin de ellas es
muerte”.

En el momento de la tentación, se percibe el deleite que traerá el pecado


en una forma tan fuerte que las consecuencias de cometer el acto se
oscurecen. Ése es el engaño. El alma se entrega al placer en un deleite,
sin evaluar las consecuencias. Una parábola de Jesús lo ilustra bien.
Cuando el hijo pródigo tomó sus bienes para vivir perdidamente, nunca
imaginó que después andaría hambriento y mendigando hasta las
sobras de lo que comían los cerdos.

Usando la personificación: El pecado deslumbra a la persona, pero no


le presenta las consecuencias; esconde el pago hasta que el acto se
comete; no te recuerda que lo que siembras vas a cosechar, que en el
hoyo que hiciste caerás, que tu iniquidad volverá sobre tu cabeza
(Sal. 7:15-16). Por eso es engañoso. Te puede llevar a imaginar que no
pasará nada, que serás librado de las consecuencias o que tú eres
alguien muy especial y que a ti Dios te extenderá una misericordia extra.

El pecado no sólo engaña para atraer, sino que ocasiona que la persona
comience a engañarse a sí misma con el fin de justificarse de su acción.
Así, la persona se repite ideas tales como: “no es tan malo” “todo el
mundo lo hace”, “los santos de la Biblia también pecaron”, etc. Todo con
el fin de apaciguar esa conciencia que la intenta refrenar. Si la persona
es religiosa, pervertirá las doctrinas de la Biblia para auto-engañarse y
pensar que puede continuar transgrediendo las leyes divinas sin que le
suceda nada. Así pues, se dirá: “al fin yo estoy bajo la gracia”, “Dios ya
no me ve a mí, sino a Cristo en mí”, “ya no estamos bajo la ley”

Otro engaño frecuente es el intentar excusarse diciendo que no se


puede evitar hacer el mal; que se es humano; que la tentación es
insoportable; que los traumas de la niñez o las hormonas; que todo
aquello que existe y se pueda culpar, son la causa verdadera de que se
continúe con dichas conductas.
El ser humano fabricará cualquier pretexto para evitar reconocer su
adicción voluntaria al placer. En otras palabras, se peca de mil maneras
distintas para obtener placer, mientras se ignoran, también
voluntariamente, las consecuencias destructivas para nosotros mismos
y para los demás de dichos comportamientos, consecuencias que son
la base de gran parte de la culpabilidad humana por el pecado.

Los propósitos del autoengaño son dos: Primero, tratar de inhibir la


conciencia para no sentirse mal al pecar. El segundo, quitar el freno
para así libremente transgredir.

LA DESTRUCCIÓN DEL ALMA


Otra característica innata del pecado, es la de provocar la destrucción
del alma. Esto lo hace primeramente adormeciendo la conciencia para
que no repruebe ciertas acciones, de modo que transgredirás las leyes
morales y no te sentirás redargüido, o a lo mucho, sentirás una leve
molestia en la conciencia que luego podrás calmar pensando, si eres
una persona religiosa, que “es el diablo el que te está acusando”. Una
conciencia adormecida es una conciencia cauterizada, insensible, que
ya no cumple su función de alarmarnos cuando se rompen ciertos
principios. Normalmente en la mayoría de la gente, las conciencias
están despiertas (sensibles) para los pecados escandalosos como
matar, adulterar, robar, etc.; pero están dormidas a los pecados
socialmente aceptados como son: la amargura y la codicia.

¿CÓMO SE HA ADORMECIDO ESA CONCIENCIA?


Con argumentos. Argumentos que buscan apaciguar y eliminar el
sentido de culpabilidad que ésta produce.
Un buen ejemplo es Esaú. Cuando su hermano Jacob le pidió la
primogenitura a cambio de su guiso de lentejas, Esaú tuvo que fabricar
un fuerte argumento para que su conciencia no lo acusara de lo que
pretendía hacer, estaba mal. Así que argumentó y se dijo: “He aquí yo
me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?”
(Gn. 25:32). ¿Acaso no podía ir a casa de sus padres a comer, si es
que realmente estaba a punto de morir de hambre? Era su propio deseo
que no quiso refrenar lo que le hacía pensar que “estaba a punto de
morir de hambre”, sólo para saciar su apetito en ese momento.

Pero a más de adormecer la conciencia, el pecado ultraja la razón del


hombre. Hacer lo que uno sabe que hace daño es algo irracional, es
una especie de locura porque la persona está consciente de que es
dañino, sin embargo lo hace. En ese momento decide que no quiere ser
influenciado por la razón, sino por las pasiones y los deseos. Así, hay
hombres que han perdido su familia, esposa e hijos, a cambio de un rato
de placer sexual en la infidelidad.

O por un romance con una amante, que luego los despoja de su dinero
y los abandona… por otro. ¿No es éste un acto irracional? Hay predica-
dores que han perdido su ministerio, ¡la unción del Espíritu Santo!, por
una noche con una prostituta. Esto sería semejante a cambiar un kilo
de oro por un kilo de estiércol; ¡sería una locura! Sin embargo, lo
cambian. Se trata de un acto irracional. El libro de Proverbios dice lo
siguiente: Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento...”
(Pr. 6:32ª).

La persona se embrutece al transgredir la ley moral, actúa como un


animal. Como dice el proverbio: “Al punto se marchó tras ella, Como va
el buey al degolladero,... Como el ave que se apresura a la red, Y no
sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su corazón.”
(Pv. 7:22-23)

Cuando Aarón pecó contra Moisés dijo: “...¡Ah! señor mío, no pongas
ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos
actuado,...” (Nm. 12:11)
Y a Saúl, Samuel lo reprendió diciendo: “...Locamente has hecho; no
guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado”
(1ª S. 13:13-14ª)

Pecar degrada a los seres humanos al nivel de los animales


irracionales. Además de embrutecer, el pecado endurece el corazón; el
libro de los Hebreos dice: “Antes exhortaos los unos a los otros cada
día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se
endurezca por el engaño del pecado.” (He. 3:13)

Endurece el corazón, Esclerokardias Endurecer el corazón, del griego


esclerokardias, es obstinarse voluntariamente. Por más razones que se
le presenten, la persona con corazón endurecido no cambia su intención
egoísta. Es como si un ladrón entrara en una casa para robar y de paso
tomara a uno de los hijos de esa familia del cuello y le dijera a sus
padres que lo va a ahorcar. Los padres empiezan a intentar persuadirlo
para que no lo haga, apelan a su avaricia y le ofrecen dinero.

Luego le ofrecen sus bienes, sus carros, todo lo que poseen, pero el
hombre es duro de corazón e insiste obstinadamente en matar a su hijo;
la familia apela entonces a que piense en la corta edad del niño, en que
sufrirá con dicha muerte, o en que es su hijo mayor que los ayuda a
sostenerse, etc. Luego la familia intenta atemorizarlo para que desista
y le dicen que la justicia lo castigará, que quizás lo encarcelen, etc., pero
el ladrón tal parece que no tiene entrañas y que nada lo mueve, está
duro, no accede a soltar al niño.

Esto es exactamente lo que hace el pecado en la persona impía, la


vuelve obstinada, terca. Dios le promete el cielo y no lo convence de
abandonar su mala conducta. Le muestra su bondad en Cristo, le da la
ayuda del Espíritu Santo al hacerle entender que el pecado lo daña a él
mismo y a sus seres queridos, y ni aun así lo logra persuadir; lo busca
concienciar advirtiéndole que será juzgado, etc., y ni aun así lo
persuade. ¿Qué sucede? Su corazón está endurecido: no quiere ceder
para rendirse a Dios. No quiere perder los deleites momentáneos que
ha venido disfrutando, ni quiere considerar que hay una felicidad eterna
en el camino del bien.

DESEOS SIN CONTROL


No sólo se afecta el alma al endurecerse el corazón, además se
sensibilizan los deseos carnales cada vez que se peca. Cada vez que
el hombre los alimenta dándoles rienda suelta, esos deseos se vuelven
más sensibles, más fácilmente estimulables y más exigentes al
demandar ser complacidos. La práctica del pecado agiganta los deseos
y después éstos doblegan la voluntad ante la más mínima tentación.
Cuando Jesús hablaba de “sacar un ojo” o “cortar la mano”, si éstos
fueran ocasión de caer (Mt. 5:29-30), estaba enseñando, en un lenguaje
retórico, la manera radical en que debemos tratar a los deseos. Él
conocía la fuerza y rapidez con que crecen. El pecado los alimenta, de
tal forma que los convierte en un tirano que después manipula al hombre
como un títere.

LA CORRUPCIÓN DEL CARÁCTER.

EL PECADO TIENDE A CORROMPER TODO EL CARÁCTER.


Este es el desarrollo natural del pecado: se empieza quizás con enojos
pero, al no considerarlos pecados, al rato se permiten los rencores,
luego los odios y los actos violentos. La codicia engendra mentiras para
obtener dinero, después robos, traiciones de confianza y hasta
homicidios por el ansia de obtener, etc. El pecado aumenta en variedad
y cantidad, pero también comienza a aumentar en frecuencia individual.
La persona se envicia y cede a la tentación de actuar así continuamente.
Tristemente ésta es la experiencia hoy en día de muchos que se llaman
convertidos, pero que retuvieron con ellos algunos pecados socialmente
aceptados y abandonaron sólo los pecados escandalosos. Estos
“inocentes pecados” comienzan a ser más frecuentes y luego llevan a
otros hasta que se termina cayendo en los pecados escandalosos. ¿Por
qué? Porque en vez de abandonarse, también se justificaron con
excusas religiosas.

“...Y Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que
todos los que reinaron antes de él.” (1ª R. 16:30)
Si estudiamos la historia de Israel viéndolo como una unidad, vemos
que conforme pasó el tiempo su maldad fue en aumento, tanto en
género como en grado de transgresiones.

Lo mismo sucede en el ser humano. Los pecados aumentan. Pero no


sólo en tipo y en cantidad, sino en gravedad. La persona se va
degradando cada día más para cometer actos más escandalosos y
vergonzosos que lo esclavizan.

El pecado tiende a corromper a toda la persona. La naturaleza misma


de estas acciones es insensibilizar la conciencia, endurecer el corazón,
ultrajar la razón, desarrollar en forma monstruosa los deseos carnales.
Esto es lo que naturalmente genera cada pecado individual que se
comete. Imaginemos lo que producirá la suma acumulada de muchos
pecados a través de largos años y entenderemos mejor por qué nuestra
sociedad, y la iglesia, están dando a luz personalidades cada vez más
aberrantes y violentas.
LAS DIFERENCIAS DEL PECADO

1. El PECADO PERSONAL:
Son los pecados que cometen las personas, o sea, los pecados
individuales. Puede ser con conocimiento o sin ello. Puede ser de
comisión o de omisión. No haber dado en el blanco es también dar
en el blanco equivocado. El Castigo por esta clase de pecado es la
pérdida de comunión con Dios (1Juan 1:6). Los remedios, provistos
por Dios, son:

 EL PERDÓN,
Que quita la culpabilidad del pecado.
(Marcos 2:5-11) (Colosenses 1:14) (Efesios 1:7; 1ª. Juan
1:9; 2:12);

 LA JUSTIFICACIÓN,
Que es la imputación de la justicia de Cristo al pecador
(creyente).
(2ª. Corintios 5:21) (Romanos 3:24) (1ª. Corintios 1:30).

2. LA NATURALEZA DEL PECADO:


O naturaleza pecaminosa, es la capacidad para hacer todo aquello
“lo bueno” que no nos hace aceptables ante Dios. Es heredada o
transmitida de los padres a los hijos, de generación en generación.
(Salmo 51:5) Los resultados de la naturaleza del pecado son:

El pecado de naturaleza es la pre-disposicion del ser humano y su


inclinación a hacer cosas que de ninguna manera le recomiendan
ante Dios. El hombre y la mujer sin Dios están controlados por el
diablo quien es dueño de su naturaleza, su mente y su corazón; su
mente está en oscuridad y su corazón tiene tendencia a hacer lo
malo (pecar). En (2 Cor. 4:4) dice: "en los cuales el dios de este
siglo [el diablo] cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no
les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo".

En (Ef. 4:18) dice: "teniendo el entendimiento oscurecido, ajenos de


la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de
su corazón". El ser humano nace predispuesto a pecar, esa es su
naturaleza. Dios refiriéndose a la actitud del hombre en Génesis
8:21 dice: "porque el intento del corazón del hombre es malo desde
su juventud", en el Salmo 51:5, el salmista dice: "He aquí en maldad
he sido formado y en pecado me concibió mi madre". El pecado esta
ligado al ser humano desde su niñez, en Proverbios 22:6 dice:" La
necedad está ligada en el corazón del muchacho".

El pecado de naturaleza trae como primera consecuencia la


depravación. El individuo es impulsado por los deseos
pecaminosos de su naturaleza y llegara a depravar su vida a tal
grado que será llevado a otras áreas de pecado cada vez mas
profundas y más lejos de Dios.

La segunda consecuencia del pecado de naturaleza es la muerte


espiritual. Cuando usted peca o está viviendo en pecado, esto causa
una separación entre usted y Dios, Él no tiene relación con usted,
ni usted tiene relación con Él porque el pecado lo impide. Aunque
usted piense que tiene relación con Dios lo cierto es que tal relación
no existe. Dios le sigue amando y desea que la comunión con usted
comienza o sea restablecida. "Por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios.

 LA DEPRAVACIÓN TOTAL:
La falta total de mérito del hombre delante de Dios.
(Jeremías 17:9; Romanos 1:18-3:20; Santiago 1:13,14)
 LA MUERTE ESPIRITUAL:
La separación total de Dios, enemistad, ceguera, dureza de
corazón (Romanos 3:23; 2Corintios 4:3,4; Efesios 4:17, 18).

Los remedios para la naturaleza pecaminosa, provistos por Dios


son:

 LA REDENCIÓN:
Que hace del hombre una nueva criatura, con nuevas
capacidades para servir a Dios.
(Romanos 3:24, 25) (2Corintios 5:17)

 EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO:


Morando en el creyente, para dar la victoria sobre la naturaleza
pecaminosa ya juzgada (Romanos 8:2).

3. EL PECADO IMPUTADO:
Que es lo que resultó de la participación de todos los hombres en
el pecado de Adán; el pecado original. Esta imputación se realiza
directamente de Adán a cada miembro de la raza humana
(Romanos 5:12) (1Corintios 15:21, 22).
El castigo o resultado de esta clase de pecado es la muerte física.
El remedio, provisto por Dios, es la imputación al creyente de la
justicia de Cristo (2Corintios 5:21).

4. EL PECADO EN LA VIDA DEL CRISTIANO:


El apóstol Juan nos enseña con claridad que, tristemente, el
creyente continúa pecando (1ª. Juan 1:8-10), aunque la norma
para nuestra vida es que debemos “andar en luz” (1ª. Juan 1:7).
Dios nos provee ayuda en varias maneras.

 La palabra de Dios es nuestra ayuda “para no pecar”


(Salmo 119:11).
 El Señor Jesucristo intercede por nosotros (Juan 17:15).

 El espíritu Santo mora en cada uno de nosotros.


(Juan 7:37-39) (Romanos 8:9).

Los resultados o castigos de esta clase de pecado son


progresivos. Se el pecador cristiano no reacciona, la Palabra de
Dios receta acción, primero de algunos hermanos, y después, de
la iglesia. Y si la persona aún no responde, la biblia advierte que
nuestro Padre Celestial tomará las acciones necesarias:

 Lo ideal es que el pecado se dé cuenta por medio de un auto


examen y autodisciplina que hay interferencia en su comunión
con Dios (I Juan 1:6), y que reconozca y confiese su pecado
(Mateo 5:23, 24). Si así hiciéramos los siguientes pasos no
serían necesarios.

 El siguiente paso recetado por (Mateo 18:15-16) es la


confrontación con uno o dos testigos adicionales, con la
esperanza que así reconozca su falta y tome los pasos
indicados para remediar la situación.

 (Mateo 18:17) nos lleva al paso de disciplina eclesiástica. La


biblia nos enseña que la iglesia es responsable de su
testimonio en su localidad, y no debe hacer caso omiso de un
hermano que insiste en continuar en pecado (1ª. Corintios 5:1,
4 ,5). También nos enseña que cuando dicha disciplina haya
logrado su propósito, también debe ser levantada
(2ª. Corintios 2:6, 7).

 (Mateo 18:17) reconoce que habrá situaciones que desde el


punto de vista humano, no tienen solución. Son casos donde
hace falta la intervención directa de nuestro Padre Celestial.
(Hebreos 12:6) nos dice que “el Señor al que ama, disciplina,
y azota a todo el que recibe por hijo”.

 Si el pecador no responde, ni a la disciplina de la iglesia, ni a la


disciplina de Dios, la Palabra nos enseña que algunos casos
pueden llevar hasta la muerte (física) de la persona.
(1ª. Corintios 11:30) (1ª. Juan 5:16) ¡Seamos sensibles a
nuestra condición personal, para así evitar las consecuencias
más drásticas!

Todos los pasos progresivos de la lista de arriba tienen el fin de


llevar al pecador al punto de confesar su falta al que es “fiel y
justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad”, que es el único remedio que Dios ha previsto para que
“nuestra comunión verdaderamente” sea “con el Padre, y con
su hijo Jesucristo.” (1ª. Juan 1:9; 1:3)
LA UNIVERSALIDAD DEL PECADO.

Las siguientes fuentes dan testimonio del hecho indiscutible, de


que todos los hombres son pecadores.

LA HISTORIA.
Se calcula que por lo menos 50.000.000.000. millones de
personas han vivido en este planeta, y todos han muerto de diferentes
causas, dando testimonio de la gravedad del pecado.

EL TESTIMONIO DE LA CONCIENCIA.
Cuantas veces el medidor del pecado interno del hombre lo ha llevado a la
desesperación, y hasta el suicidio, por sus acciones pecaminosas, y
aunque se pueda mancillar la conciencia, no se la puede negar.

EL TESTIMONIO DE LAS RELIGIONES.


La historia de las religiones y la filosofía dan testimonio de ello, pues ellas
testifican de la gravedad del pecado, en mundo gentil, la multitud de
ídolos y de inventos religiosos que surgen a diario, es la consecuencia de
como el hombre busca huir de conciencia culpada. Job dijo. “como se
justificara el hombre para con Dios”.

EL TESTIMONIO DE LAS ESCRITURAS.


La biblia nos enseña acerca de la maldad del hombre. (1Rey. 8.46)
“Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque), y estuvieres
airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los
cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o cerca”. Pr. 20:9 “¿Quién
podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi
pecado?” (Ec. 7; 20) “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que
haga el bien y nunca peque” (1Jn. 1.8-10) “Si decimos que no tenemos
pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en
nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos
que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está
en nosotros”.

Declaraciones personales acerca de la maldad del hombre, en por lo


menos ocho ocasiones diferentes en la biblia, una persona se ve
forzada a pronunciar esas palabras trágicas pero verdaderas
HE PECADO

FARAÓN:
(Ex. 9.27) “Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les
dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos”.

BALAAM:
(Nm. 22.34). “Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado,
porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora,
si te parece mal, yo me volveré”

ACÁN:
(Josué 7.20). “Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo
he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho”

SAÚL:
(1Samuel. 26.21). “Entonces dijo Saúl: He pecado; vuélvete, hijo mío
David, que ningún mal te haré más, porque mi vida ha sido estimada
preciosa hoy a tus ojos. He aquí yo he hecho neciamente, y he errado
en gran manera”

DAVID:
(2 Samuel. 12.13) “Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová.
Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no
morirás”.

JOB:
7.20. “Si he pecado, ¿qué puedo hacerte a ti, oh Guarda de los
hombres? ¿Por qué me pones por blanco tuyo, Hasta convertirme en
una carga para mí mismo?”
EL HIJO PRÓDIGO:
(Lucas. 15.21). “Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”

JUDAS:
(Mt. 27.4). “diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas
ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? !!Allá tú!”

EL TESTIMONIO DE NUESTROS HIJOS:


Hay que enseñarles el bien a nuestros hijos , porque el mal ya
lo conocen.

EL RESULTADO PARA LA HUMANIDAD.

Todos pecaron. (Romanos 3:10, 23; (Isaías 53:6).

Todos son culpables ante Dios. (Romanos 3:19; Gálatas 3:10).

Hijos de ira. (Efesios 2:3; (1Juan 3:8-10).

Apartados de Dios. (Efesios 4:18; (1Corintios 2:14).

Naturaleza corrupta y engañosa. (Jeremías 17:9; romanos 1:19-31);

Esclavizados por el pecado y muerto en los pecados. (Romanos 6:17)

Degradados en carácter y conducta.


(Tito 3.3; (Efesios 2:3; Colosenses 3:5,7)

Fundamentos de Teología Bíblica, Bancroft, p. 305-306.


IRRELIGIOSIDAD

El pecado también es denominado irreligiosidad, en particular en el


Nuevo Testamento. Una palabra prominente es el verbo ἀσεβέω
(asebeō), junto con su forma nominal ἀσέβεια (asebeia) y su forma
adjetiva ἀσεβής (asebēs). Este es el negativo de σέβω (sebō) que
significa "alabar" o "reverenciar" y se encuentra siempre en voz media
en el Nuevo Testamento. Ἀσεβέω es lo contrario del término εὐσεβέω
(eusebeō) y sus afines, que son especialmente comunes en las
Epístolas pastorales. El verbo εὐσεβέω y sus afines, junto con el término
θεοσεβής (theosebēs) se utilizan para la piedad del devoto. Por tanto el
conjunto de los términos que giran en torno a ἀσεβέω no significan tanto
falta de santidad como irreverencia. Los encontramos particularmente
en Romanos, 2 Pedro y Judas. "Impiedad" y sus afines puede ser la
mejor manera de traducirlos.

Las palabras ἀδικέω (adikeō), ἀδικία (adikia) y ἄδικος (adikos) también


denotan irreligiosidad, o la ausencia de rectitud. En el griego clásico
ἀδικία no se define claramente y toma varios matices de significado. El
adjetivo ἄδικος puede significar "equivocado, inútil, de naturaleza no
adecuada." Las palabras de esta familia a menudo aparecen en
contextos legales donde significan incumplimiento de los deberes para
con los dioses. En la Septuaginta se utilizan para traducir distintos
términos hebreos; ἀδικέω se utiliza para no menos de veinticuatro
palabras. La forma nominal se encuentra principalmente en singular, lo
cual algunos han considerado como indicativo de que la idea de los
pecados individuales ya se había acercado más a la idea más amplia
de pecado.

La δίκη (dikē) o justicia con la que se contrasta ἀδικία era


originariamente la justicia del tribunal. Por lo tanto en el Nuevo
Testamento ἀδικία es injusticia o, en un sentido más amplio, irrectitud.
Es la incapacidad para vivir a la altura del estándar de rectitud.
En (1 Corintios 6:9) Pablo pregunta: "¿No sabéis que los injustos
[ἄδικοιadikoi] no heredarán el reino de Dios?" Y en (Col. 3:25) dice:
"Pero el que actúa con injusticia [ἀδικῶν—adikōn] recibirá la injusticia
[ἠδίκησεēdikēse] que haya cometido, porque no hay acepción de
personas." De este y otros textos del Nuevo Testamento concluimos
que ἀδικία es comportamiento contrario al estándar de rectitud, aunque
ese estándar puede que no esté identificado concretamente como ley.

Un término adicional en este grupo es el nombre ἀνομία (anomia) junto


con el adjetivo ἄνομος (anomos) y el adverbio ἀνόμως (anomōs). No
son muy comunes en el Nuevo Testamento. De una forma u otra son
obviamente la negación de νόμος (nomos, "ley"). Hay dos sentidos
básicos. Pablo utiliza el adjetivo y el adverbio para referirse a personas
que no tienen la ley judía, o sea, los gentiles (Ro. 2:12; 1 Co. 9:21) y
Pedro probablemente utiliza el adjetivo de manera similar en
(Hech. 2:23).

Sin embargo, más a menudo estas palabras hacen referencia a los que
infringen la ley en general, ya sean judíos o gentiles. Pedro dice de Lot
que "afligía cada día su alma justa viendo y oyendo los hechos inicuos
de ellos" (2 P. 2:8); ver también (2 Ts. 2:8; 1 Ti. 1:9). Los gentiles,
aunque no tenían la ley judía, no obstante tenían una ley divina, que
constantemente quebrantaban. La palabra ἀνομία nunca hace
referencia a quebrantar la ley en el sentido estricto de la ley mosaica,
sino en el de infringir la ley de Dios en el sentido más amplio. Los únicos
usos de ἀνομία en los evangelios sinópticos son cuatro ejemplos en
Mateo (7:23; 13:41; 23:28; 24:12).

En cada caso es Jesús quien utiliza el término; en cada caso se trata de


un incumplimiento de la ley universal que todo el mundo conoce; en
cada caso el contexto alude al juicio que tendrá lugar con la segunda
venida de Cristo. Varios otros pasajes del Nuevo Testamento hablan de
la violación de la ley de Dios en un sentido más amplio y aparecen en
contextos que hacen referencia a la segunda venida de Cristo y al juicio
(por ejemplo, (2 Ts. 2:1–12); (1Jn. 3:2, 4).
Ryder Smith resume: "Cada vez que se utiliza anonia, están presentes
los conceptos de ley y juicio, y en ejemplos característicos y más
numerosos, la referencia que se hace no es a la ley judía, sino a todo lo
que cualquier hombre sabe que Dios ha ordenado." Es de destacar que
cuando Pablo hace referencia a la violación de la ley de los judíos, utiliza
otra palabra, παρανομέω (paranomeō) (Hch. 23:3).
TITULOS Y NOMBRES DE LOS IMPIOS

Enemigos de Dios Ex. 15; 6


Hijos de Belial Dt. 13; 13
Generación perversa Dt. 32; 5
Hijos de la soberbia Job. 41; 31
Malignos Sal. 37; 9
Transgresores Sal. 37; 38
Necios Sal. 53; 1
Vástagos abominables Is. 14; 19
Hijos rebeldes Is. 30; 1
Pueblo rebelde Is. 30; 9
Nación rebelde Ez. 2; 3
Lobos Mt. 7; 15
Cizaña Mt. 13; 38
Hijos del malo Mt. 13; 38
Hijos del infierno Mt. 23; 15
Sepulcros blanqueados Mt. 23; 27
Cabritos Mt. 25; 32
Hijos de este siglo. Ec. 16; 8
Enemigos de toda justicia Hch. 13; 10
Vasos de ira Ro. 9; 22
Reprobados 2Co. 13; 5
Hijos de la esclavitud Gá. 4; 31
Hijos de ira Ef. 2; 3
Hijos de desobediencia Ef. 2; 2
Enemigos de la cruz Fil. 3; 8
Hijos de maldición 2P. 2; 14
Hijos del diablo 1Jn. 3: 10
Estrellas errantes Judas. 13
TÉRMINOS PARA EL PECADO

Aborrecedores de Dios Ro. 13


Adulterio Gá. 5; 19
Apartarse de los caminos de Dios Os. 7; 13 He. 3; 12
Abominación Ap. 21; 8
Abuso verbal Neh. 13; 45
Altivez Job. 20; 6
Afeminados 1Co. 6; 9
Apostasía 1Tim. 4; 1
Arrogancia Pr. 8; 13
Avaricia 1Co. 5; 9
Borracheras 1Co. 5; 11
Celos Gá. 5; 20
Concupiscencia Ro. 6; 12
Cobardía Ap. 21; 8
Contiendas Gá. 5; 20
Culpa Is. 1; 4
Codicia Pr. 1: 19
Conformismo Job. 34; 9
Chantaje
Chisme Pr. 16; 28
Despreciar Sal. 10; 3 – 5
Detractores Ro. 1; 30
Desobedientes a los padres Ro. 1; 30
Despreciadores de lo bueno 2Ti. 3; 2
Devoción a los placeres 2Tim. 3; 4
Denegando el poder de la santidad 2Tim. 3; 5
Desleales Ro. 1; 31
Depravidad 2P. 2; 19
Descontento Gé. 30; 1
Discenciones Gá. 5; 20
Divisiones de la iglesia Is. 59; 2
Duda Ro. 14; 23
Disoluciones Ef. 5; 18
El aborto
El baile Jue. 21; 21
Engaños Ro. 1; 29
El fraude Sal. 36; 3
El incesto
El odio
El rasismo
Envidia Gé. 37; 11
Egoísmo
Embriaguez Ap. 17; 2
Enemistades Gá. 5; 20
Estafadores 1Co. 6; 10
Errores Sal. 19; 12
Empedernidos
El impío Ex. 23; 7
El miedo Jer. 48; 44
El soborno Dt. 16; 19
Escarnecer
El matrimonio ilegal Dt. 27; 20
Falsedad Ex. 20; 16
Falso acusador Lv. 19; 12
Filacterias Mt. 23; 5
Falta de modestia
Falta de fidelidad 2Co. 11; 3
Fatuos Pr. 17; 12
Fascistas
Fornicación 1Co. 5; 9
Fetichismo o fundamentos falsos Lc. 6; 49
El culto hipócrita 1S. 15; 9
Hechicería (brujería, santería, magia, etc) Ap. 22; 15
Herejías Gá. 5; 20
Homosexualismo - lesbianismo 1Co. 6: 9
Hipocresía Sal. 26; 4
Iniquidad Sal. 51; 2 – 9
Impureza Lv. 16; 16
Injusticia 1Jn, 1; 9
Infracción a la ley 1Jn. 3; 4
Incredulidad He. 3; 12
Idolatría 1Co. 5; 9
Inventores de males Ro. 1; 30
Injuriosos Ro. 1; 30
Implacables Ro. 1; 31
Irritadores Gá. 5; 26
Insensatos Pr. 1; 7
Inicuos
Irracionalismo 2P. 2; 12
Inmoralidad
Inmundicia Os. 6; 10
Los secuestradores 1Tim. 1; 10
La mentira 1Tim. 1; 10
Los perjuros 1Tim. 1; 10
Los ladrones 1Co. 5; 9
Los maldicientes 1Co. 5; 11
La ofensa Hab. 11; 1
La des unión familiar Pr. 15; 27
La prevaricación Pr. 2; 22
La soberbia Pr. 8; 13
La crueldad Pr. 11; 17
La burla 2Cr. 7; 20
La intemperancia
La gula
La injuria
Libertinaje
La critica
La insensibilidad Sal. 119; 70
La ira intensa Pr. 27; 4
La necedad Pr. 12; 23
La rebeldía Jer. 5; 23
Las revertas 1Co. 3; 3 – 4
La lascivia Gá. 5; 19
La impureza Col. 3; 5
La murmuración Ro. 1; 30
La unión libre
La maledicencia
La malicia Job. 22; 5
La prostitución Ez. 16; 15
La pereza Pr. 19; 15
La necedad Ro. 1; 31
Los pleitos Gá. 5; 20
Los vicios Jud. 7
Los homicidas Ap. 22; 15
La perversidad Gé. 6; 5
La maldad Gé. 8; 21
La rebelión Ex. 34; 7
La violación Dt. 22; 25 – 27
Los que se oponen a la sana Doctrina 1Tim. 1; 10
La trasgresión Sal. 32; 1 – 5
Mofarse Job. 12; 4
Malhechores Lc. 23; 32
Malos pensamientos Dt. 15; 9
Malos deseos Col. 3; 5
Menospreciar a otros 1Co. 1; 28
Malvado Ex. 34; 7
Malignidades Ro. 1; 29
Morbosidad
Mundanalidad Mr. 8; 36
Orgías Gá. 5; 21
Orgullo
Pasiones desordenadas Col. 3; 5
Palabras deshonestas Col. 3; 8
Peleas
Practicas satánicas
Prodigalidad Lc. 15; 13
Rebelión Jos. 22; 22
Saber hacer lo bueno y no hacerlo
Secuestros
Secreteadores Pr. 11; 13
Señas con los dedos
Servicio imperfecto 1Co. 3; 13
Suicidio Mt. 27; 5
Sin afecto natural Ro. 1; 31
Sin misericordia Ro. 1; 31
Sodomismo 1Tim. 1; 10
Persecución Hch. 5; 17
LA NATURALEZA ESENCIAL DEL PECADO

Hemos visto que hay una gran variedad de términos para pecado, cada
uno de ellos resaltando un aspecto distinto. Pero ¿es posible en medio
de esta desconcertante variedad formular una definición amplia de lo
que es pecado, identificar la esencia del pecado? Hemos visto que los
pecados se caracterizan de forma variada en la Biblia como
desconfianza, rebelión, perversidad, errar. Pero ¿qué es el pecado?

Un elemento común a todas estas formas variadas de caracterizar el


pecado es la idea de que el pecador no ha cumplido la ley de Dios. Hay
varias maneras de fracasar en el intento de alcanzar su estándar de
rectitud. Podemos ir más allá de los límites impuestos, o
"transgredirlos." Podemos simplemente quedarnos cortos, o no hacer
en absoluto lo que Dios nos manda hacer o espera que hagamos. O
puede que hagamos lo correcto, pero por una razón incorrecta, y de esa
manera cumplir la letra de la ley, pero no su espíritu.

En el Antiguo Testamento, el pecado, en gran parte, es un asunto de


acciones externas o de falta de conformidad externa a los
requerimientos de Dios. Los pensamientos y motivos internos no se
ignoran completamente en la concepción del Antiguo Testamento, pero
en el Nuevo Testamento se hacen especialmente importantes,
convirtiéndose en casi tan importantes como las acciones. Así Jesús
condenó la ira y la lujuria con igual vehemencia que el asesinato y el
adulterio (Mt. 5:21–22, 27–28). También condenó los actos externos
buenos hechos principalmente por deseo de obtener la aprobación de
los humanos y no de complacer a Dios (Mt. 6:2, 5, 16).

Sin embargo el pecado no son únicamente actos y pensamientos


equivocados, sino también pecaminosidad, una disposición interna
inherente que nos inclina hacia los actos y pensamientos equivocados.
No somos pecadores simplemente porque pecamos; pecamos porque
somos pecadores.

Ofrecemos, pues, esta definición de pecado: "El pecado es cualquier


falta de conformidad, activa o pasiva, con la ley moral de Dios. Puede
ser un acto o un pensamiento, o una disposición o estado interno." El
pecado es la incapacidad para vivir según Dios espera de nosotros, en
acto, pensamiento y ser. Sin embargo, todavía debemos preguntarnos
en este punto si existe un principio básico en el pecado, un factor
subyacente que caracterice a todos los pecados en sus múltiples
variedades. Se han hecho varias sugerencias.
LAS ESPECULACIONES HUMANAS
SOBRE EL PECADO
Puesto que el pecado es un factor dominante en la experiencia humana
a la vez que el tema principal de la Biblia, ha sido motivo de discusiones
sin fin. Aquellos que rechazan la revelación escritural tienen con
frecuencia conceptos inadecuados acerca del pecado. Una
característica familiar del modo no bíblico de enfocar la cuestión es
considerar el pecado hasta cierto punto como una ilusión, es decir, que
el pecado es sólo un mal concepto basado sobre la falsa teoría de que
existe el bien y el mal en el mundo. Por supuesto, esta teoría fracasa al
enfrentarse a los hechos de la vida y a la maldad del pecado y niega la
existencia de un Dios y principios morales.

Otro antiguo enfoque del problema del pecado es mirarlo como un


principio inherente, lo opuesto de lo que Dios es, y relacionarlo con el
mundo físico. Esto se encuentra en la filosofía oriental y también en el
gnosticismo griego y es el trasfondo tanto para el ascetismo, la negación
de los deseos del cuerpo, como para el epicureísmo, que aboga por la
indulgencia del cuerpo. El hecho, sin embargo, es que se niega que el
hombre peque realmente y que sea responsable ante Dios. Un concepto
común, aunque inadecuado, es que el pecado es nada más que
egoísmo. Si bien es cierto que el pecado es a menudo egoísmo, este
concepto no es aplicable a todos los casos, porque el hombre peca a
veces contra sí mismo.

Todas estas teorías no alcanzan el nivel bíblico y son una negación de


la revelación bíblica del carácter y de la universalidad del pecado.
LA RAÍZ DEL PECADO

“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí


mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera
salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí,
éste la salvará.” (Lucas 9:23-24).

El pecado es la transgresión a la ley de Dios. La Escritura nos


enseña: “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues
el pecado es infracción de la ley.” (1 Juan 3:4). Y para que nadie se
excuse pensando que la ley de Dios es demasiado incomprensible
como para entenderla y vivir sin infringirla, la misma Escritura nos
dice: “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es
pecado.” (Santiago 4:17).

LA RAÍZ DEL PECADO


La Biblia no podía ser más clara al explicarnos qué es el pecado,
además es un tema muy importante y mencionado muchas veces en
ella. Todo lo que Dios habla a los hombres que no han nacido de
nuevo es en relación a su pecado. Pero, ¿cuál es la raíz del pecado?
¿O cual es la raíz de todos los pecados? ¿Por qué una persona peca?
Dios la la respuesta:
“Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos,
se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por
tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la
ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande
mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a
ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los
profetas.” (Mateo 22:34 - 40)

Si toda la ley y los profetas se cumplen en estos dos mandamientos,


entonces todo pecado proviene –en primer lugar– de no amar a Dios
por sobre todas las cosas y con todo lo que somos. Y el que no ama a
Dios, tampoco puede amar a su prójimo. Si una persona no está
dispuesta a amar a Dios y a su prójimo, ¿entonces quién tiene el primer
lugar en su vida? La respuesta es simple: se ama tanto más a sí mismo,
como para no entregarse a Dios y a su prójimo.
EFECTO DEL PECADO

VERDAD CENTRAL:
La caída del hombre es la razón de todo el sufrimiento humano.

TEXTO ÁUREO:
Así que, como por la trasgresión de uno vino la condenación a todos
los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos
los hombres la justificación de vida. (Romanos 5: 18)

Trasfondo Bíblico (Génesis 3:1 - 4:26; Romanos 5:12,18)

BOSQUEJO
I. El pecado separa de Dios
 Anatomía del pecado
 Resultado del pecado
II. El pecado destruye las relaciones
 Diseminación del pecado
 Separación de Dios
III. Dios salva del pecado
 Esperanza en la desesperación
 Triunfo de Cristo

OBJETIVO
Reconocer que la caída del hombre es la razón de todo el sufrimiento
humano, y recibir por fe la misericordia y la gracia de Dios.

INTRODUCCIÓN
Aunque algunas plantas parezcan inocuas, pueden ser venenosas. El
tocar plantas que parecen inocuas como la hiedra venenosa puede dar
por resultado irritación de la piel. Las personas y los animales pueden
morir por ingestión de algunas plantas venenosas.
En el medioevo, las plantas venenosas fueron armas que se
emplearon para destronar reyes o contaminar los suministros de agua
para acelerar la derrota de un enemigo.

Aunque el veneno en esas plantas puede ser invisible, no obstante


tienen un poderoso, y a veces mortífero, efecto para quienes las
ingieren.

Esta lección analiza el origen del pecado, un veneno que entró


sutilmente en la raza humana por medio de Adán y Eva. El efecto de
su pecado trascendió su época y afecto a toda la humanidad.

 Desde que Adán y Eva pecaron el mundo no ha tenido paz, ni la


tendrá.

 Mientras exista pecado en el mundo es inevitable que la


naturaleza desborde su ira y se haga hostil al hombre.

 El pecado es violencia que engendra más violencia.


 Dios no destruye al pecador porque tendría que destruir gran parte
de la humanidad, y la tierra podría quedar casi vacía, como estuvo
al principio.

 Dios no manda castigos totales, sino parciales y remediables, que


sirvan de escarmiento para que los pecadores se conviertan y los
justos Le amen más.

 El pecador no disfruta de las cosas que posee, porque las cosas


lo censuran y rechazan.
 El pecador se cansa de día y no duerme de noche, porque el dulce
sueño se le escapa.

 Al pecador ningún manjar lo llena y nada le calma la sed, en todo


techo está inseguro y con todo vestido siente desnudez. El
pecador no soporta el frío hielo de su propio corazón.

 El castigo está próximo, porque el pecado siempre está al lado del


castigo.
 El pecado es fuerza bruta que atrae su castigo.
 El castigo es escolta que acompaña al pecador.
 El tiempo del pecado es el breve tiempo que tarda en venir el
castigo.
 El castigo es siervo que trabaja duro y sin descanso, cuando tarda
es porque está ocupado con otros pecadores.

 El castigo es médico que cura, para unos; y verdugo que mata,


para otros.
 Cuando el hombre está en pecado falta Dios, y sin Dios todo es
soledad, tinieblas y caos.

 La mujer se deja engañar fácilmente por las apariencias, el


hombre se deja engañar fácilmente de la mujer.

 Los frutos del pecado son: miedo interior y desnudez del alma,
atracción por las cosas de la tierra, enemistad, dolor, aridez en el
trabajo, sensualidad, ponerse bajo el dominio de los demás,
venganza de la naturaleza, escasez de los recursos, frustración
de los esfuerzos, comer hierbas de animales, fatiga, retroceso y
muerte.
 El egoísta siempre se encoleriza, se descompone y entristece, se
llena de envidia, de deseos de matar y su alma está abierta a todo
tipo de pecados.

 La creación que presencia el pecado clama a Dios castigo.


 La corrupción engendra violencia.
 El corazón es potro que en primera instancia tiende al mal.

 Si al niño, desde su más tierna infancia, no se le corrigen los


impulsos malvados, su tendencia al mal cada vez será mayor.

 Unos padres que no corrigen a sus hijos, acarician con zalamerías


un malvado.
 Quien pretende ser famoso, trae la división y confusión.

 El deseo de fama es producto de la vanidad. Todo lo que es vano


se dispersa.
 El adulterio trae todo tipo de males y el castigo de la muerte.

 Dios se arrepintió del castigo del diluvio; pero no de haber hecho


llover azufre y fuego sobre los homosexuales de Sodoma y
Gomorra.

 Los ojos impuros son cegados con un molesto resplandor que les
impide ver la luz de la verdad, por eso les queda muy difícil ver a
Dios.
 La impureza es castigada con la pérdida de la fe. Sin fe no hay
amor, sin amor no hay obediencia, sin obediencia no hay
sacrificio, sin sacrificio no hay perdón, sin perdón no hay
salvación.
 Dios está triste porque acaba de expulsar a Adán y Eva del
paraíso. Para ti eso fue hace miles de años. Para Dios todo está
en presente. En Dios no transcurre el tiempo, y Él, diez mil años
los ve como acabados de pasar hace un instante.

 Fue la peor tragedia del universo entero, la del paraíso, porque


ahí empezó satanás a reinar sobre la tierra.

 No hay pecado pequeño ni privado, porque su efecto es el mismo:


la expulsión del paraíso, la muerte de Cristo en la Cruz, la muerte
del pecador y ponerse en las puertas del infierno.

 El que muere en las puertas del infierno, inmediatamente se le


abren.

 La gran mayoría de la gente, la asombrosa mayoría, - salvo unos


pocos, muy pocos, - viven en las puertas del infierno, ignorando
donde viven.

 Poca capacidad de escarmentar ante el castigo tiene el hombre.


No más pasado el diluvio, cuando aún estaba húmeda la tierra por
las aguas de la furia divina, un hijo se burla de su padre, de Noé.

 El desprecio a la autoridad buena de los padres es desafío a la


autoridad de Dios. Pero si tus padres te mandan algo contra La
Ley de Dios no obedezcas.

 Niños sin noción de autoridad son niños sin noción de Dios.


Muchos padres no ejercen la autoridad sobre sus hijos por
dejadez y cobardía.

 El pecado eleva su clamor al cielo para reclamar castigo.


 El pecado está elevando su clamor al cielo para reclamar castigo
a los actuales sodomitas, que abusan del sexo que es de Dios, y
a los que abandonan sus hogares.

 El pecado está elevando su clamor a Dios para pedir castigo a los


violentos, que no respetan la vida humana hecha por Dios.

 El pecado está elevando su clamor al cielo para pedir castigo a


las madres asesinas, que hacen de su vientre la tumba de sus
hijos.

 El pecado está elevando su clamor para reclamar castigo a los


actuales onanistas, que derraman su vitalidad fuera de la mujer.

 El clamor del castigo es escuchado por el cielo. Ningún pecado


queda impune, ni en el cielo ni en la tierra.

 Dios a cada uno le da su merecido. El cielo está en mora de


castigar la humanidad.
 Dios no destruirá el mundo sino que lo construirá de nuevo, para
Él Reinar en él.
 Dios no va a destruir el mundo, lo que va a destruir es el pecado.
 Para destruir el pecado Dios no tiene que destruir primero al
hombre, porque en ese caso ya te hubiera destruido a ti.

 Dios llama a cada instante, a cada uno, a hacer el bien y evitar el


mal.

 El que peca lo hace porque no le obedece a su conciencia, a esa


voz de Dios que clama en su interior a toda hora.

 El que peca lo hace porque le hace caso a satanás y no a Dios.


 Satanás no tiene poder para perder las almas, sino para tentarlas.
Pero parece que satanás se está extralimitando en su poder y los
hombres se están extralimitando en su confianza.

 Es el hombre pecador el que le da autorización a satanás y plenos


poderes sobre su conducta y la suerte eterna de su alma.

 Dios permite que satanás tiente a las almas, porque sin tentación
no hay prueba, sin prueba no hay mérito y sin mérito no hay
premio.

 Confía en la Gracia de Dios, Su Gracia es más potente que el


poder de satanás; con ella podrás salir del pecado y vencer la
tentación.
 Confía en el poder de la Madre de Dios contra la maldad de satanás.
 El amor de la Madre es más potente que el poder de satanás. Ella tiene poder
para aplastarle la cabeza. ¡ Y lo hará !

 Cuando Dios creó al hombre, pensó que podía dedicarse a descansar y no


ha podido descansar un solo instante, porque a cada instante en la tierra se
le ofende.

 El pecado de Adán, su gran pecado, fue permitir que satanás tomara


posesión del corazón humano y, con él, el de toda su descendencia, - salvo
de María, que fue preservada del pecado de Adán -.

 El pecador es fruto madurado biche que lo soporta la tierra poco tiempo.

 ¡Qué asesinas son las madres que toleran que una hija mate su virginidad,
haciéndose las ciegas con el novio o el amigo!

 El desacato a los mandatos del Señor trae la inseguridad, la guerra y los


trabajos duros.

 Todo pecador ve a las otras personas como jueces, y por eso huye.
 El pecador desea que los demás pequen, igual que él, para ganarse aliados.
 A todo pecador le incomoda el hombre justo, porque se siente desnudo ante
su mirada.

 El pecador donde esté, siempre se considera extraño, aun entre los suyos.
 El pecador lleva en sus ojos la tristeza y en su rostro la huella del pecado.
 El pecador siempre termina rechazado.
 El pecador es desleal. El pecado es deslealtad a la amistad con Dios.

 Dios ama a todos los hombres y por eso los llama a su amistad; pero no crea
el pecador, que continuando en su pecado está en amistad con Dios.
 Dios, para los que rechazaron Su amistad en esta tierra - al rechazar su
Gracia y sus Mandatos -, tiene previsto un estado eterno de tormento.

 Con el terco pecador, Dios tiene que usar Su mano fuerte.


 El sordo pecador sólo escucha el estallido de las bombas.
 La furia detonante de Dios a unos convierte y a otros destruye.
 No se le puede dar tregua al hombre de malos sentimientos.

 Cuando Dios envía plagas y castigos siempre hace distinción entre la gente
que le ama y los que no.

 Dios juega con satanás, para que por él brille Su poder.


 Si volviese a caer fuego del cielo, a los que aman a Dios nada les pasaría.
 Dios, antes de aniquilar al pecador, prueba primero todo tipo de
escarmientos.
 El pecador sólo acude a Dios para que Él lo aparte del castigo, y cuando Dios
lo hace, vuelve al pecado con más fuerza.

 Hay que cortar con las ocasiones de pecado y no dejar ni una uña.

 No se aparta del pecador el clamor del dolor de su familia.

 Es tan fuerte la fuerza del pecado, que para Dios librar al pecador de esa
esclavitud, tiene que usar toda Su mano poderosa.

 ¡Fácil se cae en el pecado, y difícil es que el pecado suelte su presa!


 Es mejor morir en la pobreza que vivir en el pecado.

 Es tenebrosa y sombría la noche del pecador.

 Dios promulgó El Decálogo con truenos y llamas humeantes, para que los
hombres sintiéramos temor de infringirlos y no pecáramos, así nos infundió
el temor de Dios.
 A Dios es bueno amarlo y también temerle, porque Dios no solo premia, sino
que también castiga.

 Es satanás el que ha quitado a los hombres el Santo Temor de Dios, para


que así pequen fácilmente.

 ¡Dios es misericordioso, y Terrible!


 ¡No se apartan de Dios su Misericordia y su Bondad cuando castiga
eternamente!

 Que no diga el pecador: Dios es bueno y sigo pecando; Dios es


misericordioso y así sigo tranquilo en mi pecado.

 Témele al pecado, porque ningún pecado se queda sin castigo. Dios castiga
el pecado allá ... y aquí.

 La ira de Dios avanza lentamente, pero todo lo que avanza llega.


 ¿Te das cuenta de la catástrofe que ocurre cuando alguien comete pecado?:
la creación entera se enfurece, se le viene encima y lo hace su enemigo,
porque ha rechazado a Dios incumpliendo sus mandatos y Dios está detrás
de toda la creación.

 ¿Alcanzas a intuir un poco la desgracia eterna de los que mueren en pecado,


de su dolor en el infierno? La creación entera enfurecida contra ellos.

 No aspiren a vivir largos años los hijos que desprecian a sus padres, y los
padres que descuidan que sus hijos cumplan los mandatos del Señor.
 El adulterio es la ruina del matrimonio, la ruina de la paz en el hogar, la ruina
de los hijos y la ruina del adúltero.

 Robar es quitar a otro algo de su propia vida. El ladrón es asesino.

 Dios les tiene pieza aparte en el castigo a los que viven del embuste, el
engaño, la calumnia, el chisme, la difamación y la mentira.
CONSECUENCIAS DEL PECADO

1. EN LUCIFER.
Como Lucifer fue el primer pecador, naturalmente, experimentó
los primeros terribles resultados.

a. CONSECUENCIAS INMEDIATAS:
Lucifer perdió su envidiable posición, como querubín ungido
del cielo, y se convirtió en el dragón más depravado que
existe (Ap. 12.7) “Después hubo una gran batalla en el cielo:
Miguel(A) y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el
dragón y sus ángeles”.

b. CONSECUENCIAS FUTURAS:
Un día el diablo será arrojado para siempre en el lago de fuego,
lugar que Dios mismo preparo, para el
primer pecador del universo. (Mt. 25.41) “Entonces dirá
también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego
eterno preparado para el diablo y sus ángeles”.

2. EN EL HOMBRE.
Cuando Adán le abrió las puertas del pecado, dos criminales
viciosos también entraron, e inmediatamente comenzaron a
atormentar la raza humana, estos dos terribles bandidos son la
muerte física, y la muerte espiritual, el significado teológico
de la muerte, es separación.

a. La muerte Física: Dios creó a Adán con la posibilidad de


vivir para siempre. (Gn. 2.9) “Y Jehová Dios hizo nacer de la
tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también
el árbol de vida(A) en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del
bien y del mal”, pero Adán pecó. (Gn. 3.19) “Con el sudor de
tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de
ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”. y por lo
tanto tuvo que experimentar más tarde la muerta física, es
decir, la separación de su cuerpo y de su alma. (Salmo 90.10)
“Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más
robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y
trabajo, Porque pronto pasan, y volamos”

b. La muerte Espiritual: Como consecuencia del pecado, todas


las personas no salvas, algún día estarán eternamente
separadas de Dios en el lago de fuego. Esta es la
muerte segunda. (Mt. 7.23) “Y entonces les declararé: Nunca
os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. (Apo.20.6)
“Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera
resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos,
sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él
mil años”

En resumen se puede decir entonces que el pecado.


Entorpece los oídos (Hch 28.27) “Porque el corazón de este
pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyeron pesadamente, Y
sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y oigan con
los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los
sane”

Oscurece los ojos (Ef. 4.18) “teniendo el entendimiento


entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en
ellos hay, por la dureza de su corazón”

Desvía sus pies (Isa 53.6) “Todos nosotros nos descarriamos


como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová
cargó en él el pecado de todos nosotros”

Corrompe su lengua (Ro. 3.13, 14) “Sepulcro abierto es su


garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay
debajo de sus labios 14 Su boca está llena de maldición y de
amargura”
Engaña su corazón (Jer. 17.9) “Engañoso es el corazón más
que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”

Devora su intelecto (1 Cor.2.14) “Pero el hombre natural no


percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente”

Condena su alma (Eze. 18.4). “He aquí que todas las almas son
mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma
que pecare, esa morirá”

3. EN LA NATURALEZA.
Después del pecado, el paraíso se convirtió en un desierto. Las
rosas tenían espinas, el dócil tigre repentinamente se convirtió en un
carnívoro hambriento, y esto seguirá así hasta que se levante la
maldición durante el milenio. (Ro. 8.19 – 22) “Porque el anhelo
ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos
de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su
propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en
esperanza; 21 porque también la creación misma será libertada de
la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de
Dios. 22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una
está con dolores de parto hasta ahora”.

4. EN LOS SANTOS ÁNGELES.


El pecado del hombre aparentemente se convirtió en una lección
para los ángeles cuando su creador les permitió participar en la obra
de redención. Los siguientes pasajes lo confirman.
(1 Co. 4.9) “Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros
los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; pues
hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los
hombres” (1 Ti. 5.21) “Te encarezco delante de Dios y del Señor
Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin
prejuicios, no haciendo nada con parcialidad”.
5. EN DIOS MISMO.
¿Qué efecto tuvo el pecado en Dios? Significó que ya no podía
seguir descansando, como lo hizo en la creación. Esto significó,
que empezaba una segunda etapa, la de redención.
(Jn. 5.17) “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y
yo trabajo”. (Jn. 9.4) “Me es necesario hacer las obras del que me
envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie
puede trabajar”.

REFLEXION.
a. En la creación Dios mostró, su Omnipotencia.
b. En la creación de los ángeles su Omnisciencia
c. En la creación del hombre Omnipresencia
d. En la redención la multiforme gracia
ANATOMÍA DEL PECADO

Así que tengan cuidado de su manera de


vivir. No vivan como necios sino como
sabios, aprovechando al máximo cada
momento oportuno, porque los días son
malos. Efesios 5:15-16

Tienen los ojos llenos de adulterio y nunca


cesan de pecar; seducen a las almas Pero ellos rehusaron escuchar y
inestables; tienen un corazón ejercitado en volvieron la espalda rebelde y se
la avaricia; {son} hijos de maldición. taparon los oídos para no oír.
(2P. 2; 14) Zacarías 7:11

Lo levantan en hombros {y} lo llevan; lo Porque de adentro, del corazón de


colocan en su lugar y {allí} se está. No se los hombres, salen los malos
mueve de su lugar. Aunque alguno clame pensamientos, fornicaciones, robos,
a él, no responde, de su angustia no lo homicidios, adulterios,
libra. Isaías 46:7
Marcos 7:21-23

Las manos derramadoras de Los pies presurosos para


sangre inocente
(Prov.1:10-11).
correr al mal. (Marcos
Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina
su alma: 17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
9:45)
Las manos derramadoras de sangre
inocente, 18 El corazón que maquina
pensamientos inicuos, Los pies presurosos para
correr al mal, 19 El testigo falso que habla
mentiras, Y el que siembra discordia entre
hermanos. (Proverbios 6: 16-19)

A menudo la gente trata de justificar su pecado culpando a su herencia


genética o a sus circunstancias. Pero el primer pecado lo cometieron
en el paraíso las dos personas creadas por Dios.

En el huerto. Adán y Eva vivían en un estado de inocencia y de


ininterrumpida comunión con Dios. No había pecado alguno. Pero
Satanás tentó a esa primera pareja, y ellos desobedecieron a Dios
trayendo sobre todos sus descendientes la maldición del pecado. Su
trasgresión fue el modelo para todo pecado.
Pregunta:
¿Cómo sedujo Satanás a Eva para que desobedeciera a Dios?
Observe la sutil tentación de Satanás (Génesis 3:1). Al adoptar la
forma de serpiente, el diablo enmascaró su maldad sembrando la duda
acerca de la orden de Dios y su motivo.

Pregunta: ¿En qué se parece la respuesta de Eva a la orden de Dios


en (Gén 2:16,17)?.

La respuesta de Eva parece mostrar que el plan de Satanás estaba


dando resultado. Eva añadió "ni le tocaréis" a la orden, algo que Dios
no había dicho (véase Gén 3:2,3).

Después que Satanás abrió la puerta de la duda, le resultó fácil mentir


abiertamente. Le dijo a Eva que no moriría como había dicho Dios
(v. 4). Según Satanás, Dios estaba privando a Adán y a Eva de algo
bueno (v. 5). Las dos sencillas afirmaciones de Satanás crearon en
Eva un anhelo de tener algo más que el paraíso que Dios les había
dado a ella y a Adán.

Eva permitió que la tentación le hiciera olvidar que estaba


desobedeciendo a Dios. No vio el peligro en tomar del fruto. Ella sólo
vio la satisfacción física, la belleza seductora y la posible sabiduría. El
deseo se volvió rápidamente acción, y Adán y Eva transgredieron el
mandato de Dios (v. 6).

El pecado sigue funcionando conforme a ese plan. Concebido en


concupiscencia (Santiago 1:14,15), a menudo el pecado comienza
con pensamientos como los que desviaron a Eva: la oferta de
satisfacción y el deseo por tener algo más de lo que tenemos. Pero
oculto en esas seducciones está el pecado con todas sus
ramificaciones.

El acto sencillo descrito en (Gén. 3:6) tuvo un resultado trascendental.


La vida no seguiría siendo igual para Adán y Eva después de esa
trasgresión.
Siempre el pecado nos desvía de la senda que Dios planeó para
nosotros y nos lleva a destinos con los que nunca contamos. Ofrece
placer, pero sólo da dolor y muerte.
METAMORFOSIS DEL PECADO

EL PECADO ES VENENOSO COMO LA VÍBORA.


(Mt. 23.33). “!!Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de
la condenación del infierno?”

EL PECADO ES TERCO COMO UNA MULA.


(Job 11.12). “El hombre vano se hará entendido, Cuando un pollino de
asno montés nazca hombre”

CRUEL COMO EL OSO


(Dn. 7.5) “Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se
alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas
entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne”

DESTRUCTIVO COMO LA ORUGA.

IMPURO COMO UN PERRO SALVAJE.


(Prov.26.11) “Como perro que vuelve a su vómito, Así es el necio que
repite su necedad”

ASTUTO COMO EL ZORRO


(Lc. 13.32) “Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera
demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi
obra”

FEROZ COMO UN LOBO.


(Jn. 10.12) “Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son
propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo
arrebata las ovejas y las dispersa”
DEVORA COMO UN LEÓN
(Sal.22.13) “Abrieron sobre mí su boca como león rapaz y rugiente.

SUCIO COMO EL CERDO


(2. Pedro 2.22). “Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El
perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.”
RESULTADO DEL PECADO

Las circunstancias de Adán y Eva en el huerto cambiaron


inmediatamente después que desobedecieron a Dios. El huerto era un
paraíso, y Adán y Eva habían vivido en un perfecto estado de
inocencia. Pero al participar del fruto produjeron lo que implicaba el
nombre del árbol: el conocimiento "del bien y del mal" (Gén. 2:9,17).

El pecado siempre ha traído malas consecuencias. Cuando el primer


pecador, Satanás peco, al llenarse de orgullo y rebelarse contra Dios
para tomar el lugar de Dios. Satanás fue destronado por tierra, ya su
morada no sería más cerca de Dios en el cielo. El castigo final de
Satanás será el ser "lanzado al lago que arde con fuego y
azufre" Apocalipsis 20:10, también aquellos ángeles que siguieron al
diablo en su intento de rebelión contra Dios, tendrán su parte en este
castigo. Estarán lejos de Dios por la eternidad.

Como podemos darnos cuenta, el primer resultado del pecado en


nuestra vida es la separación de Dios o de la comunión con El. Dios es
santo no hay pecado en El. Cuando Adán y Eva pecaron en el jardín
del Edén al desobedecer a Dios y comer del fruto prohibido ellos se
escondieron. No podían enfrentarse a Dios sabiendo que estaban en
pecado y que habían desobedecido. La consecuencia de su pecado fue
los ser echados fuera del jardín del Edén.

Aunque Satanás ha sido sentenciado a muerte eterna, usted tiene una


gran oportunidad para no ser lanzados junto con el diablo al lago que
arde con fuego y azufre, Dios nos ha dado a su Hijo Jesucristo para que
por medio de El obtengamos la salvación y seamos libres de los efectos
del pecado. El murió un día en la cruz del calvario y derramó su sangre
para que nosotros no tuviésemos que morir.

El murió en nuestro lugar. "pero si andamos en luz, como el está en luz,


tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesucristo nos
limpia de todo pecado...Si confesamos nuestros pecados, el es fiel y
justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" I
Juan 1:7,9.

Pregunta: ¿Cómo afectó a Adán y a Eva el conocimiento del bien y


del mal?
La mentira de Satanás se hizo patente inmediatamente después que
Adán y Eva comieron el fruto prohibido. Habían sido semejantes a Dios
antes que hubieran pecado porque habían sido creados a su imagen.
Pero después de su pecado no eran semejantes a Dios. Conocían el
mal porque habían desobedecido el mandato de Dios.

Después de perder su inocencia, el recién hallado conocimiento de


Adán y Eva les mostró que estaban desnudos. Sintieron una profunda
vergüenza y recogieron hojas para cubrir su desnudez (v. 7). Aunque
pudieron ocultarse mutuamente su desnudez, no pudieron esconderse
de Dios.

El huerto, que una vez fue un lugar delicioso para vivir, se convirtió en
el escondite de Adán y Eva para huir de su Creador, cuya presencia
temían. No podía evitarse su encuentro con Dios; y cuando ocurrió, el
resultado del pecado apareció con toda claridad.
Pregunta: ¿Por qué trata la gente de esconderse de Dios?

El comentario que sigue esboza tres razones:

TEMOR
(v. 10). Adán y Eva no tuvieron miedo delante de Dios hasta que
pecaron. Una vez que pecamos, le tememos al Dios que antes
amábamos. Los que pecan hacen esfuerzos desesperados por ocultar
sus maldades. La razón es sencilla: el pecado condena. Hace que el
pecador tema encontrarse con un Dios puro y santo.

CULPA: (vv. 12.13). Adán y Eva intentaron echar la culpa de su


pecado a otro: Adán culpó a Eva, y Eva culpó a la serpiente.
Pregunta:
¿Por qué la gente trata de echarles la culpa, de su pecado a los
demás?

Es difícil aceptar la responsabilidad por el pecado. Es mucho más fácil


presentarnos como victimas una fuerza exterior en vez de aceptar que
somos pecadores. La gente puede echarles la culpa del pecado a
muchísimas cosas, como su educación o sus circunstancias, pero no
aceptar la culpa de sus propios pecados.

MUERTE:
(vv. 22-24). Excluidos del árbol de la vida, Adán y Eva sufrirían algo
que Dios no se propuso originalmente: la muerte. A menudo en la Biblia
la muerte significa separación. De modo que el primer efecto fue
muerte espiritual; el pecado apartó de Dios a Adán y a Eva. Pero su
pecado también, trajo muerte física al mundo.

Pregunta:
¿Por qué resulta en muerte, el pecado?
La muerte no es sencillamente el castigo por el pecado, sino la
consecuencia lógica del pecado. El apóstol Pablo afirmó que la muerte
era "la paga del pecado" (Romanos 6:23). El pecado es un acto
malvado que nos separa de un Dios santo y del dador de la vida. La
separación de la fuente de la vida sólo puede dar por resultado muerte.
A fin de impedir que Adán y Eva siguieran viviendo en su estado
pecaminoso, Dios los expulsó del huerto. Sabía que una vez que le
hubieran desobedecido, había la posibilidad de que comieran del árbol
de la vida, y vivieran para siempre en un estado pecaminoso. En su
misericordia, Dios se aseguró de que eso no pudiera ocurrir.
LA MUERTE ESPIRITUAL
La persona que está en pecado está muerta espiritualmente, aunque
físicamente camina, habla, escucha, puede ver, trabaja y disfruta de su
vida, la realidad es que esta persona está muerta porque Dios no mora
dentro de ella, no hay espíritu de vida en esta persona. El pecado tiene
como consecuencia todo lo relacionado a la muerte, sufrimiento,
enfermedad, problemas familiares, drogas, borracheras, peleas,
conflictos y muchas otras cosas malas. La Biblia nos ensena que el
diablo, el autor del pecado, vino para matar, robar y destruir, pero Cristo
vino para darnos vida y vida en abundancia, esto es Vida Eterna.

LA MUERTE ETERNA
Si usted no nace de nuevo jamás tendrá vida y esto conllevara a la
muerte eterna o la muerte segunda, esta es la muerte de la cual no hay
oportunidad de escapar. La Biblia dice "pero los cobardes e incrédulos,
los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idolatras
y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y
azufre, que es la muerte segunda" (Apocalipsis 21:8).

EL PECADO DESTRUYE LAS RELACIONES:


(Génesis 4:1-8)

DISEMINACIÓN DEL PECADO


Pregunta:
¿De qué manera afecta el pecado nuestra vida?
El pecado en una esfera de nuestra vida puede afectar rápidamente
otros aspectos de nuestra vida, incluso nuestras relaciones con los
demás. Los resultados del pecado de Adán y Eva pronto alcanzaron a
sus hijos.
Después que Adán y Eva fueron expulsados del huerto, tuvieron dos
hijos, Caín y Abel (Génesis 4:1,2). "Abel fue pastor de ovejas" y "Caín
fue labrador de la tierra".

Un día Caín presentó algunos de sus productos como una ofrenda a


Dios. La Biblia no nos dice que llevara lo mejor. Tal vez estuviera
simplemente procurando que Dios lo recompensara y no adorándolo
con sinceridad.

Abel, por otra parte, presentó lo mejor de su ganado, en verdadera


adoración de Dios. A Dios le agradó la ofrenda de Abel, pero "no miró
con agrado" a Caín y a su ofrenda (vv. 4,5).

Pregunta:
¿Por qué no aceptó Dios la ofrenda de Caín?
Es evidente que Caín no se presentó delante de Dios con fe. Además,
la reacción de Caín ante Dios muestra el pecado que había en su
corazón. Si Caín hubiera deseado agradar a Dios, se habría humillado
delante de Dios y le hubiera preguntado qué tenía que hacer para
hallar misericordia. Pero el enojo consumió a Caín, que dirigió su
amargura contra Dios.

El origen de las dificultades cada vez mayores de Caín el pecado


aparece en la advertencia de Dios en los versículos 6 y 7. Dios estaba
interesado en ayudar a Caín; pero Caín rechazó la ayuda de Dios.

Se describe el pecado como un animal agazapado que espera la


oportunidad de devorar a su víctima. Al igual que su madre que
escuchó a Satanás, Caín permitió que entraran en su vida la ira y el
resentimiento. Al igual que su padre que no pudo rechazar el fruto a
pesar de la prohibición de Dios, Caín no calmó su ira.

El pecado, que separó a Adán y a Eva el uno del otro y que los apartó
de Dios, ahora llevó a un final sangriento la relación entre Caín y Abel
(v. 8). Caín se convirtió en el primer homicida del mundo.

SEPARACIÓN DE DIOS:
La historia de Caín y Abel no termina con el asesinato de Abel a manos
de Caín. Más bien continúa contando de la relación deteriorada entre
Caín y Dios. El pecado de Caín tuvo dos resultados.
En primer lugar, Caín volvió a pecar al mentirle a Dios respecto a su
hermano (Génesis 4:9). En segundo lugar, Caín incurrió en castigo
por su acto malvado (w. 10-12). Una vez más lo mismo que ocurrió en
el huerto del Edén aparece en la vida de Caín: el evitar las preguntas
directas de Dios, el castigo por transgredir la orden de Dios y, por
último, la separación de Dios.

Hoy los hombres y las mujeres siguen el mismo patrón de conducta.


EL pecado los aleja cada vez más de Dios. Los culpables a menudo
mienten y buscan formas de ocultar su pecado. A la larga, a menos
que se arrepientan, afrontan el castigo por el pecado: la eterna
separación de Dios.

Trágicamente, como en la época de Adán y Eva, Dios nunca tuvo el


propósito de que ocurriera esa separación. La lección enseñada por
Adán, Eva y sus hijos nos habla hoy con toda claridad: el pecado
destruye las relaciones entre las personas y entre las personas y Dios.

DIOS SALVA DEL PECADO:


(Génesis 3:14, 15, 21)

ESPERANZA EN LA DESESPERACIÓN:
La caída del hombre y sus resultados serían un cuadro sombrío de no
ser por la intervención de Dios. En pleno fracaso del hombre, el amor
y el perdón de Dios brillan como un faro en la noche.

Dios les habló a todos los que participaron en la caída, comenzando


con la serpiente. Aunque Satanás había hecho que Adán y Eva
pecaran, todavía tenía que responder ante Dios. En (Génesis 3:14),
Dios pronunció una maldición contra la serpiente. Su declaración a
Satanás incluía tres puntos importantes:
TOTAL HUMILLACIÓN:
La serpiente pasaría su vida "sobre su pecho" comiendo polvo (v. 14).
Esto describe su humillación. Con su propia deshonra la serpiente
pagaría por tentar a Eva.

HOSTILIDAD CONSTANTE:
Continuaría una lucha a lo largo de la historia entre los descendientes
de Eva y de la serpiente.

DERROTA DEFINITIVA:
El versículo 15 describe esa derrota de Satanás. La declaración "Ésta
[la simiente de la mujer] te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el
calcañal" alude a esa derrota.

Pregunta:
¿Cuál fue la hostilidad entre los descendientes de Eva y los de la
serpiente en (Génesis 3:15)?

La declaración de Dios en el versículo 15 describe la lucha continua


entre el bien y el mal. Pero hay algo más que una lucha entre los
descendientes de Eva y los de la serpiente. El versículo 15 es una
profecía respecto a la victoria definitiva que daría Cristo. Jesucristo es
la simiente de la mujer. Satanás heriría su calcañal, una victoria
efímera. Eso ocurrió en la cruz. Pero Cristo "heriría" la cabeza de
Satanás, lo que alude a la derrota definitiva de Satanás.

Después que Dios pronunció su juicio contra Adán, Eva y Satanás,


Tomó pieles de animales para cubrir la desnudez de Adán y Eva
(v. 21). Ese acto de misericordia anunciaba la venidera provisión de
justicia mediante el sacrificio expiatorio de Cristo.

TRIUNFO DE CRISTO:
La profecía de Génesis 3:15 halla su cumplimiento en Cristo y en la
cruz. Pablo describió gráficamente el efecto del pecado en
(Romanos 5:12). Como un veneno que entra en el cuerpo mediante
el sencillo acto de tragar, el pecado entró en la raza humana mediante
la trasgresión de Adán. Y como el veneno se disemina por todo el
cuerpo para matar, así el pecado impregnó la raza humana. El pecado
y su resultado, la muerte, afecta a toda la humanidad porque somos
pecadores por naturaleza y por decisión propia. El efecto del pecado
es universal y funesto.

Pero el versículo 18 da esperanza. Así como el pecado y sus trágicas


consecuencias entraron en la raza humana por la trasgresión de un
hombre, un Hombre dio la solución para el pecado mediante "la justicia
de uno". Esto se refiere a Cristo, cuyo sacrificio pagó el precio de
nuestro pecado.

El efecto del pecado es espantoso. El pecado destruye nuestra


relación con Dios. Pero el efecto del sacrificio de Cristo por nuestros
pecados es aún más poderoso. Cuando un pecador acepta a Cristo
como Salvador y experimenta la misericordia y la gracia de Dios,
termina el efecto del pecado. En lugar de la muerte, el pecador
experimenta la vida en su sentido más pleno. Cristo ha destruido el
poder del pecado.

El mundo da constante testimonio del efecto del pecado. Los titulares


de los periódicos que hablan de asesinato, robo y sufrimiento humano
es un constante recordatorio de que el pecado sigue dominando a la
humanidad.

Su vida ha sido afectada por el pecado; usted no puede escapar a esa


realidad. Sin embargo, tal vez usted haya descubierto lo único que
puede liberarlo a usted de la esclavitud del pecado: la salvación por
medio de Jesucristo. De ser así, puede regocijarse porque Jesucristo
ha aplastado la cabeza de Satanás y le ha dado redención a usted.

Quizás usted todavía se encuentre en la garra mortífera del pecado.


Su vida está llena de dificultades y dolor, resultantes de su pecado
porque nunca ha aceptado a Cristo como su Salvador. No puede jamás
por sus propios esfuerzos librarse del pecado que lo esclaviza. Pero
Jesucristo ha herido la cabeza de Satanás y ha dado la victoria que
usted necesita sobre el pecado. Sencillamente pídale a Jesucristo que
le perdone su pecado. Después permita que su poder transforme su
vida.
EL PECADO MÁS TONTO DE UN SANTO

¿PARA QUÉ ORAR SI PUEDES PREOCUPARTE?


La presión y el estrés son los compañeros diarios de la mayoría de
nosotros mientras atravesamos las rutinas de la vida. Tanto en el trabajo
como en la casa nos enfrentamos a demandas que están siempre
aumentando y hacemos más en menos tiempo. Aun cuando hay
oportunidad de tomar unas vacaciones, ¡usualmente terminamos
regresando al trabajo a descansar! Parece que cada minuto preciso
tiene que ser planeado y utilizado al máximo, por lo que tratamos de
rellenar cada pedacito de diversión que podamos en ese precioso
tiempo libre.

A lo que se le solía llamar "la carrera de ratones", ya ni siquiera tiene


nombre porque a nadie le ha dado tiempo de pensar en una. Mamá y
papa están convencidos de que la familia morirá de hambre si ambos
no trabajan (y en muchos casos, probablemente tienen razón). Los
niños están en la escuela y sus actividades regulares extra-curriculares
acaparan el resto del menguante tiempo disponible. La “salida” a
menudo excede el “ingreso” y llegando al fin del mes, queda más mes
que dinero ¿Suena familiar? Temo que esto describe muchas familias
de hoy y muy a menudo el resultado es que algunos del pueblo de Dios
cometen el error de preocuparse sobre cosas. El preocuparse e irritarse
es una aflicción natural y algunos son más propensos a esto que otros,
pero los cristianos deben reconocer que es un pecado y es lo opuesto
a la fe.

En Mateo capítulo seis, el Señor habla de los peligro de permitir que


Mamón (dinero y “cosas”) se conviertan en el maestro de uno, porque
uno no puede servir a Dios y a Mamón al mismo tiempo. Luego
comenzando en el versículo 25 El habla acerca del peligro de deseos
excesivos que van de manos con las cosas materiales:
"25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de
comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de
vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el
vestido? 26Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No
valéis vosotros mucho más que ellas? 27¿Y quién de vosotros
podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28Y
por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del
campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;29 pero os digo, que ni
aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30Y
si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno,
Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca
fe? 31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué
beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas
estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas.34Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el
día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal."
(Biblia RV).

Del dicho al hecho hay mucho trecho ¿Dice usted? Bueno, todo se
resume en que si realmente le creemos a Dios o no. El les dijo a Sus
discípulos en el versículo 8 del capítulo seis:

"…porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad,


antes que vosotros le pidáis." (Biblia RV).

El apóstol Pablo les dijo a los creyentes en Filipos:

"19Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus


riquezas en gloria en Cristo Jesús."(Filipenses 4:19, Biblia RV).
Lo que muchos cristianos pasan por alto concerniente a las palabras del
Señor en Mateo capítulo seis es el hecho de que Dios provee de
alimento a las aves, pero Él no la pone en sus bocas. Ellas todavía
tienen que rascar y picotear por el alimento. La lección que necesitamos
aprender es que Él nos ama mucho más que a las aves y proveerá
abundantemente para nuestras necesidades (Filipenses 4:19 arriba).
Tenemos este mal hábito de confundir nuestro querer con lo que
realmente necesitamos. Cada uno de nosotros podría sostenerse con
mucho menos de lo que tenemos ahora y es muy ridículo de hablar de
“gente pobre” en este país. Según estándares del tercer-mundo,
¡nuestros “pobres” son realmente ricos! Más le vale creer que hay
literalmente billones de personas en otros países quienes con gusto
intercambiarían sus lugares con ellos. Como nación, somos bendecidos
a tal grado que es casi embarazoso y aquellos que pasan hambre o
desnudez, o sin techo, lo hacen a pesar de los bienes y servicios que
se proveen para ellos.

No es para decir que la vida no se pone dura a veces, en la que surgen


ciertas situaciones que realmente nos prueban y nos causan dolor en el
corazón. Todos sabemos que estas cosas suceden y que son más bien
inevitables, pero como las manejemos como cristianos es el tema en
cuestión. El reaccionar a la adversidad teniendo una “fiesta de
penas” preocupándose por las cosas es definitivamente no andar por
fe. (Rom. 14:23) (b) nos dice:

"…Y todo lo que no proviene de fe, es pecado."(Biblia RV).

Dios ama a Sus ovejas con un amor eterno y nos ha prometido que El
proveerá para nosotros y nos protegerá. Nuestra respuesta apropiada
es el seguir Su liderazgo sin cuestionarlo y ejercer una confianza sin
vacilación en Su habilidad para hacer aquello que él ha prometido. El
hacerlo de otra forma el preocuparse e irritarse es dudar y el dudar es
pecado ¿Alguna vez ha pensado en porqué el Señor se refiere a
nosotros como ovejas? Aquellos quienes conocen ovejas nos dicen que
sin duda alguna, ¡son los animales más tontos en cautividad e
incapaces de ayudarse a sí mismos! Para sobrevivir y prosperar, ellas
deben tener un pastor y eso resume perfectamente nuestra relación con
nuestro Salvador.

Para demostrar que tan tonto e infructuoso es el preocuparse, el


(versículo 27) de nuestro texto en Mateo seis señala que ninguno de
nosotros puede por afanarnos por eso incrementar nuestra estatura
física (hacernos más altos), o la duración de nuestras vidas. Cuando
usted le da un largo y fuerte vistazo y lo analiza meticulosamente, la
única conclusión lógica a la que uno puede llegar es total pérdida de
tiempo. Si alguna vez alguien en algún lugar lograra algo positivo por
preocuparse entonces habría quizás alguna base razonable para
tratarlo, pero usted sabe tan bien como yo que esto nunca ha pasado
¿Entonces porqué persistimos en enfrascarnos en algo que no nos hace
sentir mejor, mucho menos lograr algo? (Me pregunto, ¿las ovejas se
preocupan?)

Alimento, abrigo y refugio son nuestras tres necesidades básicas y el


Señor ha prometido satisfacer nuestras necesidades relacionadas a
ellas. Si nos encontramos enfrentando una crisis que pondrá en peligro
una o todas estas tres áreas, nuestra primera respuesta debería ser el
hablar con el Señor sobre ello. Pero en vez de eso, muchos de nosotros
actuamos como si odiáramos molestarlo con nuestros problemas e
insistir en hacer primero todo lo que nosotros podamos. Y con muchas
personas esto involucra preocuparse e irritarse y trabajarse hasta
molestarse. Por supuesto que el Señor

"… Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos


polvo."

(Salm. 103:14, Biblia RV). Nada sobre nosotros escapa a Su vista y,


como el Buen Pastor, El está listo, dispuesto, y capaz de satisfacer cada
una de nuestras necesidades. La Biblia nos enseña que somos las
ovejas de Su prado y que somos criaturas indefensas que necesitamos
constante supervisión y cuidado. Teniendo al Buen Pastor vigilando a
las ovejas, ellas no deberían tener ni una preocupación en el mundo.
La clave de ver que nuestras necesidades sean satisfechas a diario con
mínimo “ajetreo” se encuentra en el versículo 33 de Mateo 6:

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas


estas cosas os serán añadidas."(Biblia RV, énfasis mío).

Cuando recibimos a Cristo como nuestro Señor y Salvador personal, El


entonces se convierte en la persona más importante en nuestras vidas
y con razón. Todos nosotros (los cristianos) en conjunto conformamos
la “Esposa de Cristo” la Iglesia y Él es celoso con nosotros y desea
nuestra lealtad y comunión inquebrantable ¿No se vería afectada su
relación con su esposo, esposa, o prometido (a) si lo descuidaran a
usted y actuaran como si usted no existiera? Ciertamente lo sería y así
nuestra relación con Cristo se vería afectada cuando lo descuidamos a
El. Si insistimos en alejarnos de Él, las necesidades de la vida podrían
no ser tan fáciles de satisfacer ¡y eso será Su forma de llamarnos la
atención! El nos ama y desea darnos toda cosa buena, pero nosotros
primero tenemos que hacer nuestra parte y luego continuar haciéndolo
¿Qué es lo que estamos supuestos a hacer? Tenemos que tener

"hambre y sed de justicia" (Mateo 5:6, RV), y hacer lo mejor


para "crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo " (2 Pedro 3:18, RV).

Para ponerlo de otra forma, hemos de amar a Jesucristo y asegurarnos


que Él esté entronado en nuestras vidas como nuestro Señor y Maestro
diariamente buscando hacer Su voluntad y viviendo para El. El dio todo
de sí por nosotros y nosotros debemos de dar lo mejor para aferrarnos
a Él y no abandonarlo por las cosas de este mundo. Cuando estamos
en el proceso de esforzarnos por complacerlo, El añadirá "estas cosas"
(Mat. 6:33, RV) a nosotros. Si nosotros no lo buscamos a Él y la
expansión de Su reino, ¿por qué nos ha de sorprender si nuestras vidas
se vuelven complicadas? Padres sabios a menudo les retienen cosas a
sus hijos como una forma de disciplina y el Señor nos hace lo mismo.
Las “cosas” de este mundo posesiones materiales pueden convertirse
fácilmente en una piedra de molino alrededor de nuestros cuellos si lo
permitimos. Dios espera que usemos a las cosas y no que las cosas
nos usen a nosotros. No debemos permitir que se conviertan en objetos
de nuestro afecto, porque si eso sucede ¡somos culpables de idolatría!
Cristianos quienes jamás soñarían de postrarse ante un ídolo pagano
son sin embargo culpable del mismo pecado porque ellos han permitido
que “cosas” se interpongan entre ellos y Cristo.

Más veces que no, el pecado de la preocupación es cometido por


aquellos que están sobre-preocupados sobre posesiones materiales y
cómo van a conservarlas o incrementarlas. Una de las primeras
lecciones que debemos aprender como cristianos es que somos
esclavos de Jesucristo y no poseemos nada. Todo a lo que usualmente
nos referimos como que pertenece a nosotros, realmente le pertenece
a Jesucristo y El solo nos está permitiendo usarla. Somos Sus
mayordomos y Él nos “evalúa” según que tan bien administremos Su
patrimonio. Nuestras recompensas en el cielo van a ser determinadas
en lo bien que administremos y cuando vengamos a darnos cuenta que
Cristo es el responsable de proveer (no nosotros), cambiará la forma en
que vemos la vida. Nuestra responsabilidad primaria es ser los mejores
cristianos que podemos ser con Su ayuda y Él se encargará del resto.
El preocuparse es dudar de El y la duda ciertamente no es fe. Se nos
enseña que "el justo por la fe vivirá" (Romanos 1:17b, RV).

Dice una historia de una mujer que vino a su pastor buscando consejo.
Al comenzar a hablar, la mujer le contó de su tristeza y su constante
preocupación sobre la vida en general. Cuando ella terminó su historia
de penas, el sabio predicador le dio varios versículos de las Escrituras
para considerar y luego le hizo prometer que fuera a su casa ¡e hiciera
dos pasteles! El continúo sus instrucciones aparentemente extrañas
diciéndole que cuando ella terminara los pasteles, ella los llevaría a dos
ancianitos de la iglesia. Después de entregar los pasteles, se le instruyó
que se “inscribiera” para trabajo voluntario en la misión en el centro de
la ciudad. Una semana más tarde ella tenía que regresar a ver el pastor
y reportar su progreso. Cuando ella se reportó obedientemente al
pastor, la primera pregunta que el le hizo fue que tanto progreso ella
había logrado en triunfar sobre la preocupación "¿Qué preocupación?"
dijo ella ¡No he tenido tiempo para pensar, mucho menos
preocuparme!"

Como dice el viejo dicho: "Una mente perezosa es el taller del diablo."
Involucrarse en la obra del Señor y nunca mirar atrás. Ocuparse de
satisfacer las necesidades de otros y usted tendrá poco tiempo
(o necesidad) de preocuparse por las suyas.

Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha


sido muy tibio en su caminar espiritual con Él, usted necesita pedirle
inmediatamente perdón y renovación. Él lo perdonará
instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo.
Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio
personal de la Biblia.

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha


comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere
aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo
ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a el cómo
Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro
como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el
Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.
EL PECADO DEL CRISTIANO

Una de las más grandes e impactantes bendiciones de La salvación es


el trato que Dios da al tema del pecado. El pecador arrepentido recibe
la salvación inmediata y eterna de la pena del pecado. La salvación en
tres tiempos.

NOS SALVÓ.
(Jn. 5.24). “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree
al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha
pasado de muerte a vida”.

NOS SALVA.
(Ef. 2.8) “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios”.

NOS SALVARÁ.
(Tito 3.5). “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos
hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y
por la renovación en el Espíritu Santo”

 Pero, ¿Qué pasa cuando cristiano peca?


 ¿Cómo lo ve Dios?
 ¿Puede permanecer un cristiano sin pecar desde la cruz hasta
la corona?

Ser cristiano no lo exime de pecar. 1ª. De Juan 1.8-10,


presenta tres fases. “Si decimos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos
pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros”.
 Negar la presencia del pecado
 Pecados particulares
 Pecados personales.

Pero da una solución. (1. Jn. 2). Abogado tenemos.

EL EFECTO DEL PECADO EN EL HIJO DE DIOS.


Cuando el hijo de dios peca, pierde 7 cosas.
LA LUZ:
(1. Juan1.6) “Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad”

PÉRDIDA DE GOZO:
(Salmo 51.12) “Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente”

PIERDE LA PAZ: (1 Jn.3.4-10)

PIERDE EL AMOR:
(1. Jn.2.5) “pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el
amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en
él”.

PIERDE LA COMUNIÓN:
(1 Jn. 1.3,6,7) “lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que
también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión
verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo 6 Si decimos
que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no
practicamos la verdad 7 pero si andamos en luz, como él está en luz,
tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos
limpia de todo pecado”
PIERDE LA CONFIANZA:
(1. Jn. 3.19 – 22) “Y en esto conocemos que somos de la verdad, y
aseguraremos nuestros corazones delante de él; 20 pues si nuestro
corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe
todas las cosas. 21 Amados, si nuestro corazón no nos reprende,
confianza tenemos en Dios; 22 y cualquiera cosa que pidiéremos la
recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos
las cosas que son agradables delante de él.”

PIERDE HASTA LA VIDA. (Hechos 5).


LA RELACION ENTRE LA DOCTRINA
DEL PECADO Y OTRAS DOCTRINAS

La doctrina del pecado es muy importante y muy controvertida. Es importante


porque afecta y recibe la influencia de muchas otras áreas de la doctrina. Nuestro
punto de vista sobre la naturaleza de Dios influye en nuestra manera de entender el
pecado. Si Dios es un ser muy alto, puro y exigente que espera que los humanos
sean como él, entonces la más pequeña desviación del estándar ideal es pecado y
la condición humana se encuentra en una situación muy seria. Si, por otra parte,
Dios mismo es bastante imperfecto, o es indulgente, del tipo parecido a un abuelo
quizá un poco senil que no es consciente de muchas cosas que pasan, entonces la
condición humana no es tan seria. Por tanto, en un sentido real nuestra doctrina del
pecado reflejará nuestra doctrina de Dios.

Nuestra manera de entender la humanidad también afecta a nuestra manera de


entender el pecado. Si fuimos creados para reflejar la naturaleza de Dios, el hombre
no debe ser comparado con otros hombres, sino con los estándares divinos. Todo
lo que no sea alcanzar ese nivel es pecado. Si los humanos son seres libres, o sea,
que no están determinados simplemente por fuerzas de la naturaleza, entonces son
responsables de sus acciones, y sus debilidades serán tratadas con más severidad
que si una fuerza determinante controlara o limitara fuertemente la capacidad de
escoger y actuar.

Nuestra doctrina de la salvación se verá fuertemente influenciada por nuestra forma


de entender el pecado. Porque si un humano es básicamente bueno, con su
capacidad intelectual y moral esencialmente intacta, cualquier problema con
respecto a Dios será relativamente menor. Cualquier dificultad puede ser un asunto
de ignorancia, una falta de conocimiento sobre lo que debe hacer o cómo debe
hacerlo. En ese caso, la educación resolverá el problema; puede que todo lo que se
necesite sea un buen modelo o ejemplo: Por otra parte, si los humanos son
corruptos o rebeldes, y por lo tanto no pueden o no quieren hacer lo correcto, se
necesitará un cambio más radical en la persona. Por lo tanto, cuanto más severa
sea nuestra concepción del pecado, más sobrenatural será la salvación que
necesitemos.

Nuestra forma de entender el pecado también es importante porque tiene un efecto


destacado en nuestro punto de vista sobre la naturaleza y el estilo de nuestro
ministerio. Si se considera que los hombres son básicamente buenos e inclinados
a hacer lo que Dios desea y pretende de ellos, el mensaje y el enfoque central del
ministerio serán positivos y afirmativos, animando a las personas a que den lo mejor
de sí mismas, a que continúen en la dirección actual. Si, por otra parte, se considera
que las personas son radicalmente pecadoras, se les dirá que se arrepientan y
nazcan de nuevo. En el primer caso apelar a la justicia, amabilidad y a la
generosidad se consideraría suficiente. En el segundo caso, cualquiera que no
estuviese convertido sería considerado básicamente egoísta e incluso deshonesto.
Nuestro enfoque de los problemas de la sociedad también estará gobernado por
nuestra forma de ver el pecado. Por una parte, si pensamos que la humanidad es
básicamente buena, o como mucho, moralmente neutral, consideraremos que los
problemas de la sociedad surgen de un medio ambiente nocivo. Si se altera el medio
ambiente, se producirán cambios en los individuos y en su comportamiento. Si, por
otra parte, los problemas de la sociedad tienen sus raíces en las mentes y
voluntades pervertidas de los hombres, la naturaleza de estos individuos tendrá que
ser alterada, o seguirá infectando al conjunto.
LA DIFICULTAD DE DISCUTIR
SOBRE EL PECADO

Por importante que sea la doctrina del pecado, no es un tema fácil de


discutir en nuestros días, por varias razones. Una es que el pecado,
como la muerte, es un tema desagradable. No nos gusta pensar en
nosotros como personas malas o malvadas. Sin embargo, la doctrina
del pecado nos dice que eso es lo que somos por naturaleza. Nuestra
sociedad enfatiza tener una actitud mental positiva. Se insiste en
acentuar sólo las ideas y las consideraciones positivas, las posibilidades
y logros humanos. Hablar de los hombres como pecadores es como
gritar una blasfemia o una obscenidad en una reunión muy formal, digna
y distinguida, o incluso en una iglesia. Está prohibido. Esta actitud
general es casi un nuevo tipo de legalismo, cuya mayor prohibición
podría ser: "No dirás nada negativo."

Otra razón por la que es difícil discutir sobre el pecado es porque para
mucha gente este es un concepto que les resulta ajeno. Echándole la
culpa de los problemas de la sociedad a un medio ambiente nocivo y no
a los humanos pecadores, en ciertos círculos se ha hecho bastante
poco común el sentimiento de culpabilidad objetiva. En parte gracias a
la influencia de Freud, se entiende la culpa como un sentimiento
irracional que no se debería tener. Sin un punto de referencia teísta
trascendente, no hay nadie más que uno mismo y los demás seres
humanos ante los que ser responsable y dar cuentas. Por tanto, si
nuestras acciones no hacen daño a los humanos, no hay razón para
sentirse culpable.

Además, mucha gente es incapaz de captar el concepto


de pecado como fuerza interior, como condición inherente, como poder
controlador. La gente hoy en día piensa más en términos de pecados,
esto es, actos individuales equivocados. Los pecados son algo externo
y concreto, que se pueden separar lógicamente de la persona. Según
esto, alguien que no haya hecho nada malo (normalmente se piensa en
un acto externo), se considera que es bueno.
MÉTODOS DE ESTUDIAR EL PECADO

El tema del pecado se puede enfocar y estudiar de diversas maneras.


Uno es el enfoque empírico o inductivo. Se pueden observar las
acciones de los seres humanos contemporáneos o examinar las obras
de las personas bíblicas, y después sacar conclusiones sobre su
comportamiento y la naturaleza del pecado. En este caso las
características generales del pecado se extraen de una serie de
ejemplos específicos.

Un segundo enfoque es el método del paradigma. Podemos seleccionar


un tipo de pecado (o un término para pecado) y establecerlo como
modelo básico de pecado. Después analizaríamos otros tipos de
pecado (o términos para pecado) con referencia al modelo básico,
considerándolos variedades o ejemplos de nuestro paradigma.

Un tercer enfoque empieza señalando toda la terminología bíblica para


pecado. Surgirán una amplia variedad de conceptos. Estos conceptos
se examinan después para descubrir el elemento esencial del pecado.
Este factor básico se debe utilizar como enfoque cuando tratamos de
estudiar y entender la naturaleza de ejemplos específicos de pecado.
Este será en su mayor parte el enfoque seguido en este capítulo.

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