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2 El Peruano Lo Nuestro Miércoles 28 de febrero de 2018

ESCAPES

A SANTA
PERIPLO DE SEMAN

Huancavelica
para todos
Un destino que lo complacerá por
novedoso y por los imnumerables atractivos
que tiene, es Huancavelica. Solo la celebración
de la Semana Santa justifica el viaje a esta
región que reúne fervor, tradición, celebración
y el calor y color de su gente.
Texto y fotos: continúa en las calles, sin ro-
Rolly Valdivia Datos sario ni velas continúa en las
calles, como si estuviera bus-
cando algo entre la multitud
➔ Este año la Semana

E
s comprensible que los acongojada. Tal vez –sin dar-
ieles ocupen el atrio de Santa se celebra del 29 se cuenta– era un intento por
la Catedral o se arremo- de marzo al 1 de abril. Y si reencontrarse con ese Dios al
linen fervorosos en las calles bien Huancavelica no es que llamaba ‘padre nuestro’ en
y las plazas de la ciudad aún aún uno de los destinos sus oraciones infantiles. Si eso
ensombrecida. Es lógico, favoritos en esta fecha, ocurriera, este día que despier-
también, que en el despertar es bueno adquirir los ta entre bombardas y sones
de ese Domingo de Resurrec- pasajes con tiempo y celestiales, sería realmente un
ción con olor a sahumerio, los reservar alojamiento. domingo de resurrección.
rostros compungidos sean Pero es diícil saber lo que
iluminados por las luces cim- ➔ El Sábado Santo se sucederá. Por ahora, la única
breantes de las velas, mientras efectúa la cuchusca certeza es que hace frío y que él
las cuentas milagrosas de un (medir la fuerza), un escribe en su libreta, frenético
rosario corren entre las yemas enfrentamiento ritual y entusiasmado escribe que
de los dedos. en el que dos hombres, la imagen del Cristo Resuci-
Sí, así esperan, con pacien- de espaldas, se golpean tado abandona una Catedral
cia y resignación esperan, con- con los codos para sacar barroca del siglo XVII y que
iando en que su fe les ayudará a su oponente del círculo centenares de ieles lo rodean
o será suiciente para resistir que delimita la zona y acompañan con pasos ale-
La ciudad. Huancavelica ofrece la belleza de calles y plazas. Una invitación para recorrerla a pie.
el frío insultante de la madru- de enfrentamiento. targados, rítmicos, procesio-
gada; creyendo, tal vez, que El Domingo de nales. Quiere creer que juntos
esa vigilia es una especie de Resurrección se realiza lo guían al encuentro con su
penitencia y expiación colec- una carrera de caballos. madre, María.
tiva. Un calvario insigniicante
e insuiciente en comparación Descubrir un destino
con el martirio al que fue so- del encuentro o del retorno No hay que ser devoto para
metido hace más de dos mil triunfal a la Catedral. Ya nadie conmoverse ante la fe de
años, ese hombre que predicó siente frío. un pueblo. Esa es la frase
su verdad: él era el hijo de Dios. Es incomprensible. No que el foráneo de actitud
encuentra una explicación, incomprensible escribió en
Tradición menos un porqué. Solo sabe su libreta de notas, justo
E l l o s t i e n e n r a z on e s que la fe no dirige sus pasos. cuando Judas era quemado
poderosas para estar aquí. Hace mucho que dejó de creer por traidor en una esquina
Lo hacen siempre. Todos los y de mirar al cielo en busca de la plaza de Armas. A esa
años lo hacen. Es su creencia de milagros e indulgencias; hora, ya no existían sombras
y su costumbre. Su tradición. pero, a pesar de eso, preirió ni claroscuros en el centro de
Por eso retan al tiempo con encarar el clima de altura de Huancavelica. El sol brillaba
frazadas o ponchos que jamás Huancavelica –una ciudad hija radiante, acalorando a las
cumplen sus objetivos. Por eso del mercurio, una ciudad que señoras que lucían tupidas
se persignan y rezan cuando fue boato y olvido– que buscar medias de lana de oveja.
cae una lluvia de pétalos. el calor y la distensión en una La multitud se dispersa en-
Por esos sus ojos se ahogan tetera de “calentito”. tre sonrisas y bostezos. Ya no
Arquitectura. La Iglesia Catedral de San Antonio, posee un frontis de estilo barroco.
en lágrimas en el momento No, él no espera nada, pero hay velas encendidas ni aroma

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Miércoles 28 de febrero de 2018 Lo Nuestro El Peruano 3

dioso Tren Macho, y las aguas


querendonas de Villa Cariño
o Seccsachaca, un complejo
termal en las márgenes del
río Ichu, uno de los aluentes
del Mantaro.
Salir. Enrumbar hacia el
bosque pétreo de Sachapite
–cercano, accesible, impo-
nente–. Aventurarse hacia
los vestigios arqueológicos
de Uchkus Inca Ñan –caminar,
buscar, encontrar, entristecer-
se por su precario estado de
conservación–. Darse cuenta
que faltarán los días, que no
alcanzará el tiempo para visi-
tar el pueblo de piedra de Sa-
csamarca y la mina de Santa
Bárbara, la ‘preciosa alhaja de
la corona española’.
“Prometí volver y aquí
estoy. Cumplí”, saca pecho el
forastero, aunque su gesto no
genera ninguna reacción en
el hombre del saco y corbata.
Él duerme. Fue vencido por
el cansancio de la vigilia, por
la intensidad de una Semana
Santa en la que Cristo es juzga-
do en la puerta del templo de
San Sebastián y es cruciicado
en el cerro Oropesa, entonces,
su imagen yacente recorre la
ciudad durante la procesión
del Santo Sepulcro.
Lo mejor es marcharse. De-
cide irse sin contarle a su inter-
a sahumerio. Tampoco nuevos “Al mediodía, sorprende, sonríe, pregunta: locutor que saldó sus deudas
apuntes en esa libreta gastada.
el sol radiante “¿por qué regresaste?”… Por re- Consejos al viajero viajeras. Ya conoció Sacsamar-
El escribidor descansa en una cordar. Huancavelica, el primer ca y vio muchas casas de piedra
de las bancas de la plaza. A su acaloraba a las viaje: el bus que se abría paso ➔ Cómo llegar: por vía las lagunas de Pultocc techadas con tejas y visitó una
lado, un hombre de saco y cor-
bata, de poncho y sombrero,
señoras que por las curvas de la carretera
Central, el auto colectivo que
terrestre. Rutas Lima-
Huancayo-Huancave-
Chico, Pultocc y Choclo-
cocha.
piscigranja, y caminó al lado de
un río que es un Disparate –así
interrumpe sus relexiones lucían tupidas partió de Huancayo, que pasó lica (457 km) 10 horas lo llaman–. Ya estuvo también
sobre lo que acaba de sentir y y coloridas por Izcuchaca y su puente colo- de viaje, y Lima-Pisco- ➔ La gastronomía se en Santa Bárbara, la mina his-
vivir. ‘Es bonita nuestra Sema-
na Santa, pero pocos lo saben,
medias de nial de cal y canto, para dejarlo
inalmente en el centro de una
Huaytará-Huancavelica
(499 km, 12 horas apro-
renueva con el apanado
o arrebozado de alpaca,
tórica, la mina cerrada, la mina
del progreso eímero, la mina
pocos nos visitan”. lana de oveja”. ciudad aún sin descubrir. ximadamente). que se sirve con papas del sufrimiento y la muerte.
El hombre no miente. Exploración urbana. Ha- y ensalada. Es una Pero mejor no mencionar
Huancavelica no es la obse- llazgos a 3,676 m.s.n.m. Igle- ➔ Aproveche su opción a la tradicional a la muerte en un día de resu-
sión de ningún viajero ni en los los paisanos. Ellos invitan a sus sias erigidas con las fortunas estancia para recorrer pachamanca que coce rrecciones. La del hijo de Dios
feriados largos ni en los religio- amigos”, se queja y se deja ga- del mercurio, casas veteranas la Ruta de los Espejos, los alimentos bajo que se encuentra con su madre
sos. Los creyentes preieren nar por el pesimismo: “¿seguro que se aferran a su centenaria un circuito en la vía tierra. Pruebe los panes en las calles de Huancavelica,
otros lugares para evocar la que usted ya no vuelve más?”. monumentalidad, el puente Huancavelica-Castrovi- (bollos de calabaza, pan y, tal vez, de esa fe que perdió
vida, la pasión y la muerte de Se equivoca. No es la prime- del siglo XVII que une el centro rreyna (se recorren 64 de trigo, empanadas de el extraño en un tiempo en el
Jesucristo. “Se van a Ayacucho ra, no será la última, responde con el barrio de La Asunción, kilómetros) que enlaza queso). que no lo apuntaba todo en una
y a Tarma. Aquí solo regresan el foráneo. Su interlocutor se la estación del mítico y enjun- libreta de notas. ●

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