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EVALUACIÓN
PSICOLÓGICA
Y CLÍNICA
IMPARTEN:
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I.
CONCEPTO DE EVALUACIÓN
PSICOLÓGICA Y TÉCNICAS DE RECOGIDA
DE INFORMACIÓN
1. INTRODUCCIÓN
B. Términos relacionados
A. La Entrevista
B. Los Autoinformes
C. La Observación
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1. INTRODUCCIÓN
B. Términos relacionados
Evaluación y Valoración
Según esta definición podemos deducir que la Evaluación Conductual deriva del modelo
conductual. Sin embargo, la Evaluación Psicológica puede derivar de otros modelos psicológicos
que no sean el conductual, como por ejemplo, el psicodinámico, el psicométrico, etc. Así pues, la
Evaluación Conductual es un tipo de Evaluación Psicológica derivada del modelo conductual, pero
la Evaluación Psicológica es más amplia, ya que, además de la Conductual, también incluye otras
evaluaciones derivadas de otros modelos.
La evaluación debe ser siempre continua. No debe limitarse al inicio del tratamiento, sino que
debe continuarse a lo largo de todo el proceso de intervención. De esta manera tendremos datos
objetivos para ver si el tratamiento que estamos aplicando está teniendo efecto en el cliente o no.
También sabremos objetivamente cuándo se han alcanzado los objetivos de tratamiento, así como si
se mantienen en el tiempo en la fase de seguimiento. Se puede decir que la evaluación se puede
utilizar con diferentes objetivos, a lo largo de las sesiones:
• Al principiosirve para llegar a un diagnóstico acertado, conocer las conductas
problema, establecer una relación entre ellas como hipótesis de mantenimiento del
problema y planificar un tratamiento en función de todo esto.
• Al final de la terapia se usa para saber si se han alcanzado los objetivos que se
plantearon al inicio del tratamiento.
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• En el seguimiento para saber si los cambios se mantienen a lo largo del tiempo y
controlar posibles recaídas.
A. La entrevista
La entrevista es el instrumento más extendido y empleado dentro del campo de la
Evaluación Psicológica y según Wiens y Matarazzo (1983) continúa siendo la herramienta más
importante en la evaluación y el diagnóstico clínico.
Algunas características de la entrevista que la mayoría de las definiciones han señalado son
las de que implica una relación entre dos o más personas, que se comunican de forma simbólica y
bidireccional, con la finalidad de cubrir una serie de objetivos prefijados. En esta comunicación el
entrevistador es la persona que ejerce el control sobre la situación y la que obtiene información.
Las principales ventajas que presenta la entrevista como técnica de recogida de información,
se encuentran las siguientes:
1. Es quizás la forma más humana y directa de obtener información de una persona, ya esta última
es escucha y comprendida por el entrevistador, dentro de una dinámica que está dotada
de contenido empático y emocional.
3. La información que se obtiene cuando se utiliza de forma adecuada, posee una gran riqueza,
ya que no se limita a su contenido verbal, sino que también permite registrar y observar
otros aspectos como el comportamiento, forma de expresarse, gesticular o reaccionar
ante las preguntas.
4. En ocasiones, debido a las características de la persona que se quiere evaluar (por ejemplo,
con nivel sociocultural bajo, déficit atencionales o de concentración), es la única técnica que
se puede utilizar.
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Tabla 1: Directrices para mejorar la fiabilidad y validez de la información recogida
en la entrevista
Sin embargo, la entrevista presenta también una serie de limitaciones, que deben ser tenidas
en cuenta. Algunas de estas desventajas son las siguientes:
1. Requiere de gran cantidad de tiempo y esfuerzo, por parte del entrevistador, el cual debe
prepararla además de aplicarla.
2. Pueden interferir distintos sesgos procedentes del entrevistador, del entrevistado, de la situación
o de la relación que se establece entre ambos.
Tipos de entrevistas
Se han hecho distintas clasificaciones de las entrevistas, pero la más utilizada ha sido en
función del grado de estructuración. Según esta clasificación, las entrevistas pueden ser:
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Tabla 2: El papel del entrevistador
La entrevista inicial
En la práctica clínica, la primera sesión comienza siempre por una entrevista inicial. Es
preferible no utilizar cuestionarios en esta primera entrevista, ya que el objetivo principal de
este primer contacto es el de establecer una relación terapéutica positiva. Los cuestionarios son
instrumentos muy fríos, poco motivadores de calidez y empatía, por lo que, a no ser que se trate de
un problema severo, dejaremos los cuestionarios para las siguientes sesiones de evaluación. Por
ejemplo, en una depresión severa o si detectamos riesgo de suicidio, sí es necesario y urgente
disponer de medidas que confirmen nuestros datos, por si tenemos que tomar decisiones e
intervenir rápidamente.
En cualquier entrevista, lo primero que se hace es saludar y reforzar el haber venido a un
especialista, felicitándole. También pediremos a la persona que nos hablemos de tú, pero no tiene
por qué ser al principio, sino en el momento de la entrevista en la que sea más natural.
La duración de una primera entrevista siempre es mayor (al menos hora y media) que la de
las siguientes sesiones (alrededor de una hora).Si el paciente viene acompañado, no es adolescente ni
un niño, y da su consentimiento, puede pasar con su acompañante.
Los objetivos de la entrevista inicial (comunes a todas las entrevistas iniciales para
cualquier trastorno) son los siguientes:
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1. Hacer un listado completo de los problemas que presenta el cliente. Para cubrir este objetivo,
la entrevista presenta la ventaja de permitir detectar problemas que el paciente no puede
verbalizar, bien porque no sea consciente de ellos o porque no se atreva a comentarlos. Entre
estos problemas se pueden citar los siguientes: desesperanza, fallos de atención, motivación,
autoestima, agresividad y problemas procedentes de otras áreas.
2. Conseguir una historia de sus problemas, descubriendo las fuentes de aprendizaje de los
síntomas y las situaciones que dieron lugar a los problemas.Entre estos factores explicativos se
pueden encontrar los siguientes:
4. Crear una buena relación terapéutica. Para ello el psicólogo debe mostrar una aceptación
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incondicional del paciente y fundamentar su relación con este en la empatía y la autenticidad.
También es necesario que el terapeuta despliegue sus habilidades de comunicación.
Es importante además explicar las funciones del psicólogo y nuestra forma de trabajar,
sobre todo si se detectan creencias erróneas o falsas expectativas, como pueden ser las
siguientes:sólo con venir a hablar me voy a curar, cuando he venido al psicólogo es porque debo estar loco oel
resultado de la intervención será inmediato, entre otros.
Hay que aclarar que la terapia no es como una medicina que cuando hace efecto se deja
de tomar, al contrario, la terapia no acaba nunca, ya que el cliente deberá seguir empleando las
estrategias que ha aprendido en el tratamiento toda su vida.
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algunos síntomas puede ser importante para elevar el rapport, la colaboración
terapéutica, la motivación y confianza que el paciente deposita en la efectividad del
tratamiento.
10. Realizar algunos cuestionarios oautoinformes que sean útiles para la evaluación si fuera
necesario.
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Tabla 3: Preguntas orientativas para la entrevista inicial (ver Apéndice)
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En esta primera entrevista, especialmente en algunos trastornos (como depresión,
esquizofrenia o Alzheimer) hay que estar muy atentos ante la posibilidad de que existan intentos
suicidas, ya que de ser así, su tratamiento pasará a primer plano, tal como se verá en el módulo de
depresión.
Puesto que uno de los objetivos es sacar información para el diagnóstico, hay que estar
especialmente atento tanto a las señales verbales como a las no verbales. Pero además, se debe
intentar obtener información también sobre las distintas relaciones entre conductas, antecedentes y
consecuentes, que vayamos avistando y queramos confirmar.
A lo largo de la entrevista, y sobre todo al final, deben hacerse resúmenes para tener
feedback del cliente, dando la oportunidad de añadir o modificar algo. También se le pregunta si le
hace falta que le expliquemos algo más detalladamente, o si quiere añadir algo importante, o si cree
que nos hemos saltado algo importante. Además es importante mantener informado al cliente de
todos los pasos que se dan en la terapia y pedir su opinión, de modo que le vayamos dando el
control de su situación.
B. Los autoinformes
El autoinforme es un mensaje verbal que una persona emite sobre cualquier tipo de
manifestación o actividad psicológica propia. Según Fernández-Ballesteros (1991) es el
método prioritario y directo por excelencia, al menos por el momento, a la hora de explorar los
contenidos mentales del ser humano.
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Tabla 4: Recomendaciones para mejorar la calidad de los autoinformes
• Los que informan de la percepción que el sujeto tiene de su ambiente físico y social.
• Los automensajes (es decir, lo que le pasa por la cabeza cuando se enfrenta ante
determinadas situaciones), las autoinstrucciones(mensajes en forma de instrucciones en
secuencia para resolver tareas) y lasmetacogniciones (que son las verbalizaciones del sujeto
con respecto a los pasos que está siguiendo en un determinado problema).
• Los que evalúan las expectativas del cliente frente al futuro en general y/o frente al
tratamiento programado.
• Los autoinformes dirigidos a explorar los acontecimientos internos o externos que son reforzantes
para el sujeto.
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Tabla 5: Características y usos de los autoinformes de repertorios cognitivos
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que informan de un pasado más reciente sean más fidedignos que los anteriores,
también deben verificarse mediante otros informantes. Los autoinformes además
pueden referirse a respuestas conductuales o bien a inferencias de sucesos ocurridos
en el pasado, siendo más fidedignos los que informan sobre conductas.
• La consulta.
• Semiestructuradas: Suelen aparecer en una hoja de registro, casi en blanco, para que se
anote en ella el suceso sobre el que se pretende informar. Un ejemplo de autorregistro
semiestructurado sería aquel en el que además de las conductas, se pide que se
informe acerca de los antecedentes y los consecuentes de dichas conductas. Otro
ejemplo sería el “termómetro del miedo” de Wolpe, en el que se debe anotar, en base
a una escala ordinal o numérica de importancia, las situaciones que provocan temor.
4. Las respuestas
• Ipsativas. En las que se ordenan tres o más elementos en función del grado en que son
preferidos o son aplicables.
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• Perspectiva factorial. Prefiere seleccionar los elementos de los autoinformes en función
de sus pesos factoriales en un determinado factor (por ejemplo, el 16PF o el EPI).
Tipos de autoinformes
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• En los inventarios las alternativas de respuestas pueden expresar diferentes posibilidades
que pueden estar ordenadas (ej.: muy de acuerdo, poco de acuerdo) o bien no (ej.: padre,
madre, otro familiar);
• En las escalas, las alternativas siempre se pueden ordenar, e incluso pueden expresar
diferencias entre distancias (ej.: 5, 10 o 15 minutos).
• Técnicas de papel y lápiz: Un ejemplo de esta modalidad lo constituiría pedirle al sujeto que
anoteuna conducta junto a sus antecedentes y consecuentes. También se le puede pedir
que marque con una cruz el intervalo de tiempo en el que ha ocurrido una conducta.
Existen tres tipos de factores que pueden invalidar de forma severa la información recogida
mediante los autoinformes:
• Las tendencias de respuestas: Puede darse, sobre todo en las escalas o en los autoinformes de
respuesta dicotómica, una distorsión llamada aquiescencia, es decir, la tendencia a
responder afirmativamente a las preguntas formuladas. Una forma de paliar esta
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amenazada, consiste en introducir preguntas en las que se invierte la tendencia de
respuesta, dándole un significado contrapuesto. Entre estas amenazas también se
incluyen los errores escalares, que consisten en una tendencia a responder bien en el
centro, bien en los extremos de la escala.
• Motivar al sujeto para que dela información de la forma más exacta posible.
• Procurar preguntar por sucesos no muy alejados en el tiempo.
• Preguntar por cuestiones sobre las que el sujeto tenga experiencia.
• Evitar que el sujeto tenga que realizar inferencias acerca de aquello que se pretende
registrar, a no ser que sean precisamente estas inferencias lo que interese estudiar.
• Evitar en la medida de lo posible realizar inferencias sobre los datos.
• Formular preguntas que sean específicas y evitar las ambiguas.
• Hacer lo posible por que las preguntas que se formulen no sean excesivamente
directivas, de modo que puedan ser contestadas con cierta libertad.
C. La observación
Anguera (1990), también destaca el hecho de que la observación es una conducta deliberada.
Sin embargo, enfatiza que se trata de una acción sistemática, cuyo objetivo es el de proporcionar
datos significativos que permitan evaluar a un sujeto, mediante el uso de técnicas de registro,
codificación y análisis.
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A la hora de utilizar la técnica de observación, como técnica sistemática que es, requiere que
la estrategia de registro sea planificada, delimitando y concretando aspectos tan fundamentales como
qué es aquello que se pretende observar y cómo se va a observar. Son diferentes las decisiones que
se deben tomar y normalmente hacen referencia a alguna de las siguientes categorías: unidades de
análisis, unidades de medida, técnicas de registro y tipo de muestreo que se va a realizar.
Unidades de análisis
La primera decisión que hay que tomar hace referencia a concretar aquello que se pretende
observar. Para ello es necesario definir de la forma más exacta y concreta posible lo que se entiende
como unidad de análisis, es decir, el suceso o evento que va a ser observado. Las unidades de análisis
pueden ser un continuo del comportamiento, atributos, conductas, interacciones o productos de
conductas, principalmente.
• Medidas no-reactivas.Se registran las consecuencias que una conducta tiene sobre el
ambiente o un conjunto de sujetos. Estos procedimientos son especialmente adecuados
para la valoración de tratamientos, ya que reducen la reactividad de los sujetos.
• Productos de las ejecuciones.Son los resultados que obtiene el sujeto cuando realiza
determinadas tareas que son solicitadas por el evaluador. Tales tareas pueden ser tests de
ejecución, redacciones, historietas, juegos o dibujos, entre otros posibles. En estos casos,
debido a que ayudan a estandarizar el procedimiento, se favorece la comparabilidad de
los resultados.
A pesar de las ventajas comentadas, se debe prestar especial cuidado a la hora de generalizar
estos resultados a otros contextos diferentes a aquellos en los que fueron registrados.
Unidades de medida
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Frecuencia.Hace referencia al grado en el cual un determinado evento ocurre en una
unidad de tiempo. Puede presentarse en números absolutos o en tantos por ciento.
Técnicas de registro
Las fuentes de error que afectan a la fiabilidad de estos registros son, por un lado, que los
observadores pueden utilizar distintas descripciones verbales para una misma conducta o patrón de
conductas, y por otro, que en base a esto se puede llegar a categorizar o dar una significación distinta
a los mismos eventos. Esto se puede minimizar mediante entrenamiento previo de los observadores
en el mismo lenguaje descriptivo de las posibles actividades que vayan a ocurrir en el campo de
observación.
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Escalas de apreciación.Se basan en las técnicas escalares yson utilizadas cuando se
pretende cuantificar, calificar o clasificar las actividades de un sujeto en términos de conductas,
dimensiones o atributos previamente establecidos.
• Registros de conducta. Se agrupan una serie de eventos conductuales bien definidos que el
evaluador supone son relevantes al caso que está estudiando. La selección es racional y
apriorística y con ello, se pretende constatar con qué ocurrencia o frecuencia aparecen
una serie de conductas importantes en el caso. Generalmente, este tipo de registros se
emplea en diseños de caso único.
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El muestreo
Muestreo de tiempo. Cualquiera que sea el tipo de observación, habrá que decidir
durante cuánto tiempo, con qué frecuencia y en qué momentos se va a observar. En el caso de que
no se disponga de datos para fijar estos parámetros, habrá que recurrir a una fase de preobservación
asistemática, durante la cual se determinarán los mismos. Otras recomendaciones hacen referencia a
que es necesario fijar además del intervalo de observación, el intervalo de registro y que cuando el
periodo de observación es prolongado, se hará necesario fijar un intervalo de descanso.
Una vez delimitados estos elementos, se debe determinar cuándo se tendrá en cuenta que
ocurrido una conducta: si es necesario que se esté ejecutando durante un intervalo fijado
previamente (intervalo total), durante parte del mismo (intervalo parcial) o simplemente es necesario
que aparezca la misma (momentáneo).
• Tests situacionales.Se seleccionan aquellas situaciones en las que resulta de interés observar
la conducta del sujeto y es poco relevante que esta se desarrolle en un contexto clínico o
de laboratorio, el cual permite hacer uso de dispositivos como espejos bidireccionales o
circuitos cerrados de televisión, que ofrecen mayores ventajas.
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• Representaciones de papeles. El sujeto interactúa con personas u objetos que representan los
papeles involucrados en una situación de su, con la intención de observar cómo se
desenvuelve en la misma. Esta situación representa es generada de forma artificial, pero
con conocimiento del sujeto y haciendo uso de la colaboración de un coterapeuta
previamente entrenado. Esta modalidad requiere que se trabaje el realismo y relevancia
de la situación, de cara a reducir el impacto de su artificialidad, para ello es necesario
preparar adecuadamente al sujeto, para que se implique en su papel y lo desempeñe tal
como lo haría en la vida real.
Como se ha venido comentado en las técnicas tratadas, la fiabilidad y validez de los datos
recopilados haciendo uso de las mismas, dependen de diversos factores, que deben ser tenidos en
cuenta, y que en el caso de la observación, pueden ser clasificación en función de que vengan
referidos al sujeto, al observador o al propio sistema de observación (Fernández-Ballesteros, 1992).
Tabla 9: Índices para detectar la reactividad del sujeto y medidas para reducir su
efecto
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Vinculados al observador.Se han detectado una serie de variables que dependen del
observador, que influyen en la calidad de la información que este es capaz de recopilar; entre ellas
cabe citar las siguientes:
• Su grado de participación.El grado de participación del observador puede variar: desde ser
un observador no participante (en cuyo caso actúa de forma independiente a lo
observado, y sin previo conocimiento acerca del sujeto, favoreciendo con ello la
objetividad de los datos recopilados) o un observador ajeno pero participante (siendo
una persona que no conoce al sujeto, pero que ha sido entrenado para participar en la
escena), hasta ser un allegado del sujeto (en cuyo caso, la reactividad se ve minimizada,
pero la objetividad de los datos se ve seriamente mermada).
• Sus atributos generales. Se refiere a atributos como el sexo, edad o sus habilidades, siendo
los factores que resultan más difíciles de controlar.
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RESUMEN
• La entrevista se caracteriza por implicar la relación entre dos o más personas que se comunican de
forma bidireccional y simbólica con la finalidad de cubrir unos objetivos prefijados por el
psicólogo, que es el que ejerce el control sobre la situación y el que obtiene la información.
• Presenta las ventajas de ser una técnica muy humana de obtener información dotada de gran
riqueza, que se puede utilizar en contextos muy diferentes por ser muy flexibles y que en ocasiones
es el único medio a través del cual se puede obtener.
• Sus desventajas son el esfuerzo y tiempo que requiere su preparación y aplicación, y la posibilidad
de que el entrevistador introduzca sesgos, por lo que resulta necesario seguir una serie de
directrices para conseguir mejorar su validez y fiabilidad.
• El autoinforme es la técnica que se utiliza para obtener información acerca de los contenidos
mentales de una persona, por medio de mensajes verbales que emite acerca de cualquier tipo de
manifestación o actividad psicológica propia. Por esta razón no es una técnica objetiva, esta
información se debe contrastar con la procedente de otras fuentes y se deben seguir una serie de
directrices a la hora de confeccionarlos.
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• La finalidad con la que se quiere utilizar un autoinforme influye en su contenido y estructura. Se
pueden utilizar para recoger información de rasgos de personalidad, estados, repertorios de
conducta, procesos y estructuras cognitivas, principalmente. Su contenido se puede clasificar en
función de si preguntan por hechos retrospectivos, concurrentes o futuros (tiempo); si se
administran en situaciones de laboratorio, consulta o en contextos naturales (situación); si utilizan
preguntas estructuras, semiestructuradas o no-estructuradas (preguntas); si emplean un formato de
respuestas abiertas, dicotómicas, escalares o ipsativas, si se han construido desde una perspectiva
racional, factorial o empírica; si normalizan las puntuaciones de los sujetos o bien se realiza otro
tipo de estrategia.
• Entre los tipos de autoinformes más conocidos se encuentran la entrevista, los inventarios, escalas
y cuestionarios, los autorregistros con sus diferentes variantes (papel y lápiz, contadores de
respuesta, dispositivos de tiempo y electrónicos, entre otros) y el pensamiento en voz alta.
• Para realizar una observación es necesario tomar una serie de decisiones previas: ¿qué se va a
observar? (si es un continuo de comportamiento, atributos, conductas, interacciones entre
personas o productos de conductas), ¿cómo se va a operativizar? (contabilizando si ocurre, el
número de veces que ocurre, durante cuánto tiempo, su adecuación o bien su intensidad), ¿cómo
se va a registrar? (mediante registros narrativos, escalas de apreciación, catálogos de conducta,
códigos o sistemas de categorías, registros de productos de conducta o procedimientos
automáticos de registro) y ¿qué tipo de muestreo se va a realizar de aquello que se quiere observar?
(a lo largo del tiempo, de situaciones o de lugares).
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II.
EVALUACIÓN PSICOFISIOLÓGICA Y
NEUROPSICOLÓGICA
1. EVALUACIÓN PSICOFISIOLÓGICA
fisiológicas
psicofisiológica
2. EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA
A. Indicadores generales
B. Técnicas específicas
D. Recomendaciones finales
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1. EVALUACIÓN PSICOFISIOLÓGICA
La psicofisiología se define como la disciplina que hace uso de medidas fisiológicas con la finalidad de
estudiar los procesos psicológicos que subyacen a la conducta. Turpin (1989)
La evaluación psicofisiológica, por tanto, sería aquella área de la evaluación psicológica, que
tiene como objetivo estudiar los procesos psicológicos explicativos de la conducta, mediante el
registro y análisis de respuestas fisiológicas del organismo (Vila, 1992, pág. 354).
No obstante, la evaluación psicológica, tal como se vio, tiene como objetivo recopilar
información que permita guiar la intervención (en términos de orientación, selección, predicción y
modificación), por lo que tal vez sería más adecuado definir la evaluación psicofisiológica, como
aquella que comparte estos objetivos, ya que constituye una parte de la evaluación psicológica, pero
con la peculiaridad de que la información que se utiliza procede de las respuestas fisiológicas del
organismo. Tal vez se puede obtener una visión más general de lo que se entiende por evaluación
psicofisiológica, revisando algunas de las aplicaciones que ha tenido en el ámbito clínico (Vila, 1992,
pág. 367-70):
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4. Evaluar la eficacia de una terapia o guiar su aplicación. Por ejemplo, en la técnica
de relajación progresiva de Jacobson, se observa que cuando es aplicada de forma
efectiva se produce una reducción progresiva en el tono muscular, por lo que por medio
de registros electromiográficos es posible valorar el grado en que ha sido aplicado bien y
evaluar los progresos que se van logrando con su aplicación.
La señal captada por los electrodos u otros dispositivos periféricos no se puede interpretar de
forma directa, por lo que es necesario procesarla y almacenarla para que no se pierda. Se puede
hablar de las fases generales de detección, transformación, amplificación, registro y conversión.
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organismo, con una mínima distorsión de la misma.El preamplificador opera sobre
los parámetros de magnitud y frecuencia, regulando el grado de amplificación o de
ganancia de la señal a través de los controles de sensibilidad, y filtrando las
frecuencias altas o bajas.
5. Conversión. Para que esta información no se pierda y pueda ser analizada utilizando parámetros
cuantitativos de forma más cómoda, es necesario almacenarla. Normalmente se utilizan
ordenadores para tal fin, los cuales sólo pueden procesar información digital, por lo que la
información analógica que se ha registrado, debe ser convertida a señal digital.
Las respuestas fisiológicas pueden ser clasificadas en función de que estén vinculadas al sistema
nervioso somático, autónomo, central o endocrino.
Movimientos Oculares (EOG). Entre los métodos utilizados para registrar los
movimientos oculares, se pueden distinguir entre los siguientes:
• Técnicas no eléctricas.Entre ellas está el oftalmógrafo (en el que se registra la actividad ocular
a través de una pequeña luz reflejada por la córnea), y el método fotoeléctrico (que
registra, por medio de una célula fotoeléctrica, los cambios en la luz infrarroja reflejada
por un punto enfocado en la unión del iris y la esclerótica).
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• Método eléctrico. También es conocido como electro-oculografía (EOG) y se basa en la
existencia de una diferencia de potencial mantenida entre la parte anterior y posterior del
ojo (potencial córneo-retiniano).Este potencial varía con los movimientos del ojo, y los
cambios pueden ser detectados y convertidos en movimientos horizontales y verticales
por medio de electrodos colocados alrededor de las órbitas del ojo.
Entre ellas se encuentran las que hacen referencia al sistema cardiovascular, a la temperatura
corporal, la excitación sexual, las respuestas electrodérmicas, pupilográficas, gastrointestinales y de
salivación.
• El electrocardiograma, por medio del cual se puede detectar los cambios en los
potenciales de acción eléctricos que acompañan a la actividad del corazón. Para ello
se contabilizael número de ciclos de la respuesta cardiaca (sístole-diástole),
apoyándose normalmente en las grandes espigas asociadas con la contracción
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ventricular. Esta señal se detecta de forma más clara cuando los electrodos son
colocados en las extremidades más distantes entre sí (por ejemplo, en el brazo
derecho y la pierna izquierda).
• La pletismografía de pulso, que consiste en la detección indirecta de los cambios de
volumen que tienen lugar en los órganos periféricos con cada latido de corazón.Estos
cambios pueden registrarse de forma mecánica (a través de calibradores elásticos que
se colocan alrededor de la yema del dedo) o fotoeléctrica (mediante una pequeña luz
que ilumina la zona de la yema del dedo o del lóbulo de la oreja, al tiempo que una
célula fotoconductora detecta los cambios producidos en la densidad óptica del
tejido, bien por medio de la transmisión de la luz a través del dedo o lóbulo o bien a
través de la reflexión de la misma por el tejido).
Método del voltaje constante.En este caso se mantiene constante el voltaje y se registra la
intensidad de la corriente, por lo que a partir de estos dos valores se puede conocer la resistencia que
opone la piel al paso de la corriente.
Técnicas fotográficas.Se utilizan películas sensibles a la luz o bien rayos ultravioletas o infrarrojos, para
fotografiar el ojo.
Técnicas fotoeléctricas. Mediante el uso de haces de rayos infrarrojos, que son controlados
electrónicamente y que se hacen dirigir al ojo, se consigue detectar las variaciones en el tamaño de la
pupila.
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finalidad de poder comparar la actividad que registran y de esta forma poder obtener datos que
puedan ser interpretables.
Intentan desvelar la función de las distintas hormonas y neurotransmisores y su relación con los
distintos procesos conductuales, tanto en el organismo normal como en diversos trastornos.
Ambientales y de registro.Se refiere a las condiciones físicas del medio en el que son
obtenidos los registros fisiológicos. Destacan los ruidos, la iluminación, la temperatura de la sala, los
olores y la estimulación táctil y sobre todo los campos eléctricos variables que pueden afectar la sala
de medidas procedentes de la red eléctrica, de luces fluorescentes o de los mismos equipos de
programación. Estas condiciones han de mantenerse constantes, pues su variación puede alterar
sensiblemente los registros.
Del organismo. La fuente fundamental de distorsión suele ser el movimiento producido por
el sujeto durante la situación de registro.
De interpretación. Se relaciona con los diferentes principios desde los que se pueden
interpretar los registros psicofisiológicos. Se trata de un aspecto sobre el que no existe un acuerdo
satisfactorio y que no ha sido sistematizado.
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D. Otras cuestiones generales
A la hora de poder valorar los datos obtenidos utilizando medidas psicofisiológicas, resulta
necesario tener en cuenta, los resultados que podríamos haber obtenido de haber utilizado otras
modalidades de registro y otras técnicas que no se basan en el registro de la actividad fisiológica del
sujeto.
En referencia al primer aspecto, los estudios muestran que no siempre es posible generalizar
los resultados obtenidos al registrar una modalidad, a otras modalidades psicofisiológicas,
aunque desde un punto de vista teórico existan grandes razones para pensar lo contrario. Por tanto,
en la evaluación psicofisiológica se hace necesario recurrir a diferentes modalidades de registro y
comparar los resultados obtenidos con los mismos, ya que su interpretación o tienen que ir en la
misma dirección.
Estos datos ponen de relieve la necesidad de llevar a cabo una evaluación multimodal, en
la que se utilicen diferentes procedimientos de medida y se recopile información acerca de los
diferentes componentes de la respuesta del sujeto. Ya se vio en la introducción a esta sección, la
importancia que estos aspectos tienen a la hora de seleccionar el tratamiento que resulta más
adecuado.
2. EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA
La neuropsicología es una disciplina que pertenece a las llamadas neurociencias y que tiene
como objetivo estudiar el papel que desempeñan los sistemas cerebrales del individuo en la
organización de su actividad psicológica. La evaluación neuropsicológica, por su parte, ofrece una
valoración comprensiva de la integridad de las funciones corticales superiores, incluyendo la
inteligencia, la capacidad para la resolución de problemas, la memoria, nuevos aprendizajes y otras
capacidades cognitivas relevantes (Fernández-Ballesteros y Carrión, 1992, pág. 372).
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evaluación neuropsicológica. Esta integridad de la información viene dada por la necesidad de
utilizar dicha información para estructurar el programa de rehabilitación de la persona que está
siendo evaluada, siendo esta la finalidad y objetivo último que se pretende cubrir con la evaluación:
la rehabilitación integral del sujeto, atendiendo a su funcionamiento cognitivo, conductual y
emocional. En este sentido, se ha pasado de un enfoque fundamentalmente médico y paliativo, que
se limitaba a detectar y tratar déficits orgánicos, a otro en el cual se presta mayor atención a la
función que desempeña dicho órgano o área cerebral.
Son múltiples los argumentos que se podrían dar, para transmitir con ello la importancia y
las ventajas que ofrece este tipo de evaluación. Quizás el aspecto más importante haga
referencia a que se utilizan técnicas que no son invasivas, que suponen un bajo coste (en
comparación con las técnicas médicas), que se aplican siguiendo estudios multidisciplinares y que
permiten detectar de forma precoz la presencia de posibles lesiones y disfunciones cerebrales y en
consecuencia, planificar la rehabilitación del paciente.
A. Indicadores generales
Los subtests que se incluyen en la Escala de Inteligencia de Wechsler (WAIS), pueden ser
utilizadas para calcular el grado de deterioro cognitivo que presenta el sujeto. Estos subtests, tal
como se muestra en la Tabla 1, pueden ser clasificados en función de si son sensibles al deterioro
fisiológico o bien no, es decir, en función de que su puntuación sea diferente en sujetos con daño
cerebral respecto a aquellos que no lo presentan.
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Tabla 1: Subtest de inteligencia de Weschler que se ven afectadas por el deterioro
fisiológico y aquellas que no se ven afectadas.
Conociendo la ejecución del sujeto en cada uno de estos subtest, es posible calcular el índice
de deterioro psicométrico, el cual se obtiene restando los subtests que se ven afectados respecto a
los que no se ven afectados, dividiendo este resultado por los subtest que se ven afectados y
multiplicando por 100. Por tanto, el valor que obtenemos es un porcentaje que cuando es igual o
superior al 20% se puede interpretar como evidencia de la existencia de algún tipo de deterioro
cerebral.
Sin embargo, para poder interpretar este índice, es necesario discriminar entre el deterioro
que se debe a la presencia de algún daño cerebral, del deterioro en la ejecución del sujeto que se
debe a procesos evolutivos que tienen lugar de forma natural. Este deterioro vinculado al desarrollo
normal de la persona, es medido por el índice de deterioro fisiológico, el cual, como es evidente,
adopta un valor distinto dependiendo de la edad del sujeto. Este deterioro fisiológico, comienza a
ser más marcado a partir de los 30 años de edad.
Por tanto, es necesario tener en cuenta los dos índices anteriores y una forma de hacerlo es
calculando el índice de deterioro patológico. Para ello, primero se calcula el índice de deterioro
psicométrico y posteriormente, conociendo la edad de la persona, se consulta en el baremo, el índice
de deterioro fisiológico que cabría esperar en esa persona, teniendo en cuenta dicha edad. Si
calculamos la diferencia entre estos dos índices (el psicométrico respecto al fisiológico), obtenemos
el índice de deterioro patológico. Cuando este índice adopta valores positivos y elevados, entonces
se podrá hablar de la posible existencia de un daño neuropsicológico.
Los índices comentados presentan series limitaciones a la hora de ser aplicados en muestra
española, ya que no se disponen de baremos para el WAIS para edades superiores a los 45 años, ni
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tampoco para elíndice de deterioro fisiológico para cualquier edad, por lo que en último término el
índice de deterioro patológico no puede ser calculado, en ningún caso, en muestra española. Por
estas razones, se recomienda utilizar el índice de deterioro psicométrico, en aquellos casos en los que
se pueda aplicar el baremo del WAIS, y utilizar esta información como un dato más en la evaluación,
pero no de forma concluyente. Se insiste en que puntuaciones de deterioro elevadas podrían
aconsejar la realización de una exploración más profunda, pero en ningún caso índices de deterioro
bajo deberían ser interpretadas como evidencia de que el sujeto no presenta ningún tipo de daño
cerebral.
Debido a que la información que nos aporta este índice no puede ser interpretada de forma
correcta, los autores han recurrido a otros índices que también se basan en los subtests del
WAIS, pero que hacen referencia a otros parámetros como la variabilidad existente entre las escalas,
el índice de deterioro positivo, las diferencias entre el CI verbal y manipulativo (cuando son
superiores a 15 puntos) y las diferencias entre el CI esperado y obtenido (cuando dicha diferencia es
mayor que 10 puntos).
44
COMPOSICIÓN DEL WAIS-IV
CI TOTAL
Modificaciones en el WAIS-IV
• La escala se compone de 15 subtest, 10 principales y 5 optativos.
• Mejora en la fundamentación teórica:
− Eliminación del CI verbal y de Ejecución. Permanecen el CI Total y los Puntajes
índice.
− Mejora de la medida de la Inteligencia Fluida: subtest “balanzas”.
− Mejora de la medida de Memoria de Trabajo: revisión de los subtest de “Aritmética”
y “Dígitos”.
− Mejora de la medida de Capacidad de Procesamiento: subtest “Cancelación”.
• Mejora de la utilidad clínica:
− Co-normatividad del WAIS IV con la Wechsler MemoryScale IV.
− Incorporación de grupos especiales: dificultades cognitivas medias, funcionamiento
fronterizo.
45
− Desarrollo de materiales destinadas a adultos mayores por parte de especialistas en
neuropsicología y gerontología.
• Mejora de propiedades psicométricas:
− Normas para adultos mayores.
− Expansión del rango para los cocientes.
− Mejora del Suelo y Tacho de la prueba.
• Facilitación de la administración: reducción del tiempo de administración.
El MMP-I
El MMPI, como en el caso del WAIS, no fue diseñado para ser utilizado como un
instrumento para detectar daño cerebral, aunque diferentes autores se han forzado en mostrar que
puede ser utilizado como tal. Así en los años 60 y 70 del siglo pasado, se encontró que la escala Sc
permitía discriminar correctamente al 78% de los pacientes con daños cerebral de los que tenían
esquizofrenia y que dentro de las escalas incluidas dentro del MMPI, la escala Sc tanto en solitario
como junto a la escala de validación, ofrecían los mejores resultados en el análisis discriminante.
Sin embargo, en estudios más recientes (finales de los 80), los resultados indican que el
MMPI no es adecuado para discriminar entre daño cerebral y patologías neuróticas o
psiquiátricas, aunque sí para distinguir ambos tipos de pacientes y aquellos que no tienen ningún
tipo de trastorno. Por estas razones, no se recomienda el uso del MMPI a la hora de realizar un
diagnóstico psiconeurológico.
MMPI-2
Dentro de las características del MMPI-2, encontramos que sigue siendo útil para la
población normal. Es aplicable a sujetos con edades comprendidas entre los 19 a 65 años. No es
recomendable administrar este cuestionario a personas con niveles de estudio inferiores a 2º ESO.
La evaluación de los factores de personalidad, se realizará a través de 3 grupos de escalas: las básicas,
las de contenido, y las suplementarias (4 escalas)
B. Técnicas específicas
En esta sección se incluyen todas aquellas escalas que no forman parte de ninguna batería y que
han sido utilizadas en la evaluación neuropsicológica. En concreto, el test gestáltico visomotor de
Bender, la escala de memoria de Weschler, el test de retención visual de Benton y el test de
aprendizaje verbal de California.
Test gestáltico visomotor (TGV) de Bender (1938). Es un test de fácil y rápida
administración. Básicamente es un test en el que se le presentan al sujeto una serie de tarjetas que
contienen dibujos y se le pide al sujeto que los copie, durante un tiempo que suele oscilar entre los
cinco y los diez minutos. Los autores se han centrado en buscar diferentes índices que permitan
valorar el grado en que la capacidad visomotora del sujeto está más o menos dañada, contabilizando
el número de errores que comete o bien tratando de obtener las características de la ejecución de
pacientes que se sabe que tienen un daño cerebral concreto. La investigación ha demostrado su
47
eficacia relativa en la discriminación entre pacientes neurológicos y psiquiátricos: en un primer
estudio se obtuvo un índice de discriminación del 82% y en un segundo trabajo del 74%.
Escala de memoria de Weschler(WMS; 1945). Está compuesta por siete subtest que
hacen referencia a Datos personales e información general, Orientación inmediata, Control mental,
Memoria lógica, Memoria de dígitos, Reproducción visual y Palabras asociadas. Permite obtener lo
que se conoce como cociente de memoria, el cual pretende reflejar el grado de deterioro de la
memoria.
En muestra española sólo es posible aplicar los subtests de memoria lógica, de dígitos y de
palabras asociadas y en grupos de edad juvenil, lo cual limita mucho su uso. A su vez, el cociente de
memoria ha sido duramente criticado, ya que resulta de poca utilidad para detectar problemas leves
en la memoria y posee un contenido verbal que resulta excesivo y dificultad su aplicación en
pacientes que presentan déficit lingüísticos o que tienen una escasa escolarización.
La nueva versión, WMS-IV es una batería diseñada para evaluar la memoria de forma global,
que ofrece como principal novedad dos baterías diferentes: una para la evaluación de los adultos (16-
69 años) y otra para la evaluación de los más mayores (65-89 años).
Las pruebas que conforman las baterías permiten la obtención de los índices de memoria y
proporcionan unos análisis detallados de los aspectos clínicamente relevantes de la memoria,
comúnmente reportados en personas con déficit de memoria, daño cerebral, o diagnosticados con
diferentes trastornos neurológicos, psiquiátricos y de desarrollo.
48
entre la presentación y la reproducción o bien pidiéndole que los copie directamente. Dependiendo
de la modalidad que se utilice se podrá evaluar percepción o percepción y memoria.
Para evaluar la ejecución del sujeto se utilizan distintos índices referidos a diferentes errores
que pueden pertenecer a las categorías de omisiones, distorsiones, desplazamiento, errores de
tamaño o rotaciones. Para interpretar estos datos se debe tener en cuenta la edad y el cociente
intelectual del sujeto, obteniendo una puntuación final resumen que puede ser utilizar para detectar
la presencia de algún deterioro en la memoria visual y en las funciones constructivas vinculadas con
la visión. Sin embargo, esta puntuación final debe ser tratada con cautela debido a que puede verse
afectada por la influencia de otros factores como el nivel de cansancio o motivación del sujeto.
Los estudios muestran que el TRVB es un instrumento adecuado para detectar daño cerebral
y que dependiendo del nivel de coma que presenta el paciente se puede realizar un pronóstico acerca
de cuál va a ser su ejecución en este test. Otros puntos fuertes que presenta están vinculadas a su alta
objetividad, fiabilidad y capacidad discriminativa. Entre sus puntos débiles se encuentran los
comentados previamente y que hacían referencia a la vulnerabilidad que presenta ante los efectos de
agotamiento o desmotivación.
En el test se utilizan dos listados de palabras, utilizándose una de ellas como lista de
aprendizaje y otra como lista de interferencia. En la primera aparecen dieciséis palabras que
pertenecen a cuatro categorías (vestidos, instrumentos, especies y frutas), las cuales son leídas de
forma desordenada por el investigador, a lo largo de cuatro ensayos. En cada uno de ellos, se le pide
al sujeto que trate de recordar las palabras pronunciadas. Posteriormente, en un quinto ensayo, se le
lee la lista de interferencia y se le primero de forma inmediata y posteriormente transcurridos veinte
minutos, se le pide que trate de recordar las palabras utilizando la información referida a las
categorías a las que pertenecen.
Son múltiples los índices que se pueden calcular a partir de esta prueba, pudiendo cuantificar
los efectos de recencia/primacía, analizar la consistencia del recuerdo, diferentes tipos de
interferencias, los problemas en memoria a corto y largo plazo o aplicar la Teoría de Detección de
Señales para obtener índices referidos a la capacidad discriminativa y estilo de decisión del sujeto.
49
Esta versatilidad de la prueba, la ha hecho muy útil en la evaluación neuropsicológica de pacientes
con problemas muy variados (epilépticos, con daño cerebral, con demencia o que han sufrido algún
accidente que ha afectado a la irrigación cerebral, entre otros).
Las baterías de exploración neuropsicológica están compuestas por un conjunto de subtests, que
normalmente han sido adaptados de otras baterías, de escalas procedentes de otros autores o que
han sido diseñadas de forma específica para la ocasión. Este aspecto introduce una gran variabilidad
en la composición de las baterías, que en ocasiones dificulta la comparación entre los resultados
obtenidos con diferentes baterías. Por esta razón Parsons (1986) estableció una serie de criterios
referidos a las funciones que debería permitir evaluar toda batería neuropsicológica. Estas funciones
se pueden consultar en la Tabla 2.
Para resolver los problemas que presentaban las baterías que fueron construidas inicialmente,
se han elaborado las denominadas baterías neuropsicológicas estandarizadas, las cuales están
mejor fundamentadas metodológicamente, aunque en ocasiones adolecen de rigidez, lo cual en
ocasiones lleva al psicólogo a utilizar diferentes baterías en una misma evaluación, empleando sólo
algunos de los subtests incluidos en las mismas.
Como se puede observar, las baterías sirven normalmente para detectar deterioros en
funciones que están controladas por el sistema nervioso central y también, de forma prioritaria, por
la corteza cerebral. Entre las baterías más conocidas y utilizadas se encuentran las de Halstead-
Reitan, construida en 1947 y reformulada en 1975; el examen neuropsicológico de Luria, editado en
50
1974y el Programa Integrado de Exploración Neuropsicológica de Barcelona (PIEN-Barcelona),
desarrollado por Peña-Casanova en 1987.
En los estudios realizados con muestra española, se encuentra que los sujetos sin daño
suelen obtener un índice medio igual a 0,32 (es decir, suelen presentar déficit en una media de 3
pruebas), mientras que los que presentan patologías orgánicas (como epilepsia, esclerosis múltiple o
Parkinson), obtienen puntuaciones superiores a 0,70 (déficit en más de 5 pruebas).
51
Aunque las diferencias encontradas en estos estudios son estadísticamente significativas, no
se puede olvidar que en sujetos sin patología se suele registrar una media de 3 pruebas deficitarias.
Este valor es elevado, si se tiene en cuenta que son siete las pruebas a partir de las cuales se obtiene
el índice de deterioro, lo cual hace pensar en que estos déficit puedan ser debidos al desarrollo
evolutivo del sujeto, es decir, puedan ser explicados por su edad. Otras limitaciones de esta
prueba hacen referencia a que no distingue bien entre trastornos psiquiátricos y daño cerebral, a que
se trata de una prueba que no es completa, que no evalúa bien los déficit de memoria y a que utiliza
una metodología muy rígida y poco dinámica.
No existen datos normativos, ya que se parte de que todo sujeto normal puede realizar las
tareas correctamente; se trata de una orientación cualitativa para la cual se requiere experiencia y,
como el mismo Luria señala, “intuición clínica”.
Más adelante surgió una versión estandarizada de esta batería, que fue la llamada Luria-
Nebraska, pero aporta poco a la anterior. Según Delis y Kaplan (1983), la batería Luria-Nebraska
sólo sirve para predecir daño cerebral y no para evaluar funciones psicológicas; además sus escalas
tienen escasa validez de contenido, por lo que su uso no es muy recomendable.
PIEN-Barcelona. Esta batería supone una integración sistemática de una serie de pruebas y tests
de diagnóstico neuropsicológico que presenta las siguientes características:
• Incorpora aquellos métodos que han sido útiles y válidos, mejorándolos con la
experiencia clínica sobre ellos (por ejemplo, incluyendo la posibilidad de diferenciar
parámetros temporales).
• Incluye un conjunto de tareas de valuación que permiten dar cuenta de todas las
actividades corticales superiores.
• Facilita el uso cualitativo de los tests incorporados, lo que permite adaptarse a las
52
peculiaridades de los pacientes con distintas patologías.
• Tanto las tareas utilizadas, como la forma de recogida de datos están tipificadas y
normalizadas; además estandariza variables relevantes como el nivel educativo y la
edad.
• Permite la obtención de perfiles clínicos para distintas topografías y patologías
neuropsicológicas.
• Informatiza la recogida de información y crea un banco de datos, lo que permite la
investigación neuropsicológica.
• Evalúa 46 funciones superiores, las cuales se pueden encontrar recogidas en
Fernández-Ballesteros (1993, pág. 400-2).
Por tanto, este test es más bien un examen de las funciones corticales superiores (más que un
test propiamente dicho), de gran valor clínico, que ha de ser analizadocualitativamente.
D. Recomendaciones finales
Igual que cualquier otro tipo de evaluación, la exploración neuropsicológica debe responder
a los planteamientos de hipótesis en base a los objetivos del caso, y nunca un examen rutinario que
se aleja de los objetivos. Algunas recomendaciones a la hora de realizar un examen neuropsicológico
son las siguientes:
3. Hay que tener en cuenta que las alteraciones psicológicas graves (como las psicosis o
las neurosis) pueden determinar la aparición de signos neurológicos sin base orgánica real
y, por tanto, el análisis de estos aspectos se hace también necesario.
53
RESUMEN
• La evaluación psicofisiológica es aquella área de la evaluación psicológica que tiene como objetivo
estudiar los procesos explicativos de la conducta, mediante el registro y análisis de las respuestas
fisiológicas del organismo. Ha sido aplicada para prevenir y diagnosticar determinados trastornos,
elegir cuál es su tratamiento más adecuado (en función de que tenga un componente fisiológico
destacado) y evaluar o guiar un determinado tratamiento o terapia.
• Las respuestas psicofisiológicas reflejan el efecto de factores no observables de forma directa, por
hacer referencia al estado interno del sujeto, y son registradas haciendo uso de los polígrafos. A la
hora de obtener estas respuestas, se siguen las fases de detección de los cambios de la actividad
fisiológica, transformación de dichos cambios a señal eléctrica, ampliación y filtrado de esta señal,
registro para su visualización y conversión a señal digital para su realizar un tratamiento
informatizado de la misma.
• Las respuestas fisiológicas se pueden clasificar en función de que estén vinculadas al sistema
nervioso somático (electromiograma, registro de movimientos oculares y de la respiración), al
sistema nervioso autónomo (sistema cardiovascular –tasa cardiaca, presión y flujo sanguíneo–,
temperatura corporal, excitación sexual, respuesta electrodérmica, pupilográfica, gastrointestinal y
salivación), respuestas del sistema nervioso central (respuestas encefalográficas y evocadas) y
respuestas del sistema endocrino y bioquímica.
54
− La escala Sc del MMPI, aunque no se debe utilizar para discriminar entre
daño cerebral y patologías neuróticas y psiquiátricas.
• Entre los instrumentos que han sido utilizados en evaluación neuropsicológica, pero que no
forman parte de ninguna batería, se encuentran el Test Gestáltico Visomotor de Bender (prueba de
copiado de dibujos que permite discriminar dato neurológico de patologías neuróticas y
psiquiátricas), la Escala de Memoria de Weschler (permite obtener el denominado cociente de
memoria, pero presenta múltiples inconvenientes para su aplicación en muestra española), el Test
de Retención Visual de Benton (evalúa percepción y memoria visual y correlaciona altamente con
el nivel de coma del paciente) y el Test de Aprendizaje Verbal de California (evalúa diferentes
componentes de memoria y aprendizaje y se ha mostrado muy útil en aplicaciones muy variadas).
• Existen múltiples baterías de evaluación neuropsicológica, que difieren en gran medida en las
pruebas que contienen, lo cual ha llevado a establecer unas directrices que guíen su construcción y
que han dado lugar a las denominadas baterías estandarizadas, entre las que se encuentran la
Batería Neuropsicológica de Halstead-Retain (representa el enfoque norteamericano y por tanto
ofrece múltiples índices cuantitativos que se basan principalmente en la contabilización del número
de pruebas en las que presenta déficit el sujeto), la Batería Neuropsicológica de Luria (representa el
enfoque europeo de tipo clínico-cualitativo y está especialmente indica para detectar deterioro
cerebral pero no malfuncionamiento psicológico) y el PIEN-Barcelona (permite evaluar 46
funciones corticales superiores desde un enfoque en el que se combina el análisis cualitativo –
permite construir perfiles clínicos-- con el cuantitativo –utiliza puntuaciones tipificadas--).
• La información recopilada mediante el uso de las pruebas de evaluación neuropsicológica debe ser
complementada con datos referidos a la bibliografía del paciente, a su funcionamiento intelectual
anterior, la presencia de trastornos psicológicos o a si consume drogas o algún fármaco.
55
III.
EVALUACIÓN DE LA INTELIGENCIA
1. EL ENFOQUE DE BINET-TERMAN-WECHSLER
(WAIS)
(WISC)
de Wechsler (WPPSI)
2. EL ENFOQUE FACTORIAL
A. El factor G
3 LA PERSPECTIVA COGNITIVA
56
1. EL ENFOQUE DE BINET-TERMAN-WECHSLER
Según Binet el concepto de inteligencia se refiere a los procesos mentales superiores y su medida se
operativiza a través de la observación y cuantificación de los éxitos y fracasos de los sujetos en las
tareas en las que se hallan implicados.
La concepción clínica que subyace a este enfoque, ha sido muy bien definida por Wechsler,
para quien la inteligencia hace referencia a un aspecto de la personalidad total que permite la
adaptación del sujeto a las exigencias del medio. Por tanto, las diferencias en inteligencia son
diferencias en el grado de desarrollo de tales habilidades. La consecuencia de este enfoque ha sido la
construcción de tests para la evaluación de la inteligencia que incluyen tareas diversas que reflejan
algún aspecto de la inteligencia. Es muy importante observar el comportamiento del sujeto durante
la prueba (si está tenso o relajado, si se bloquea, entre otros), puesto que las características
personales pueden obstaculizar que el sujeto muestre sus capacidades reales.
Las escalas construidas por Binet clasificaban al sujeto comparando el número de elementos
que había resuelto correctamente con el número promedio superado por los sujetos normales de
distintas edades cronológicas que habían sido utilizados para estandarizar la prueba. Así, se asignaba
al sujeto una puntuación, correspondiente a la edad en que por término medio los sujetos normales
resolvían el mismo número de problemas que aquel había superado, puntuación que reflejaba la
edad mental del sujeto. Pero este proceso de medición presentaba dos problemas fundamentales:
Esto hizo que surgiera el cociente de inteligencia (CI), el cual se obtiene dividiendo la edad
mental del sujeto por su edad cronológica y multiplicando por 100. Sin embargo, el CI deja de tener
sentido cuando la inteligencia deja de evolucionar, ya que entonces al aumentar la edad cronológica,
el CI disminuye de forma progresiva. Además, dos CI idénticos pero de sujetos de edades distintas,
siguen sin tener el mismo significado estadístico, por tanto el número de sujetos que quedan por
57
debajo a una edad y a otra, será distinto, aunque el CI sea igual.Para superar estas dificultades se han
utilizado dos procedimientos, que se basan en expresar la puntuación de un sujeto en términos de la
ejecución de otros sujetos que pertenecen a su mismo grupo de edad:
2. Las escalas de puntuaciones típicas que permiten superar la dificultad de los centiles, al
usar como unidad constante de medida la desviación típica. Mediante una
transformación de estas puntuaciones, Wechsler introdujo el método de los cocientes de
desviación que proponen una nueva escala con media de 100 y desviación típica igual a
15.
Nace para superar los problemas que presentaban los tests disponibles hasta ese momento, que
habían sido diseñados para ser aplicados a niños y que hacían uso del concepto de cociente
intelectual, en el cual se asume que existe una evolución creciente y progresiva en la edad mental del
sujeto, que puede ponerse en correspondencia con su edad cronológica. Sin embargo, en edades más
avanzadas, esta progresión no tiene porqué ser equivalente y si este aspecto no se tiene en cuenta, el
cociente intelectual del sujeto será infravalorado.
Se incluye once subtests, seis de los cuales ponen de manifiesto las diferencias en el grado de
adquisición y utilización del lenguaje (escala verbal) y cinco que evalúa la inteligencia a través de la
realización de tareas de tipo perceptivo o manipulativo (escala manipulativa). Estos subtests
pueden ser consultados en la Tabla 1.
58
Tabla 1: Subtests incluidos en la escala verbal y manipulativa del WAIS
Información (I): 29 ítems que evalúan el Clave de Números (CN): evalúa la capacidad
grado de conocimiento que la persona de aprendizaje asociativo y su habilidad
tiene acerca de cuestiones de carácter visomotora, mediante el uso de
general. emparejamientos entre 9 símbolos y 9
dígitos.
Comprensión (C): 14 ítems que evalúan la
capacidad del sujeto para explicar y Figuras Incompletas (FI): evalúa si el sujeto
analizar ciertas costumbres. es capaz de distinguir que modificaciones
se han introducido en un conjunto
Aritmética (A): 14 ítems de aritmética en compuesto por 21 tarjetas que contienen
los que se evalúa su eficacia y capacidad un dibujo al que le falta una parte.
de concentración.
Cubos (C): evalúa la capacidad para analizar
Semejanzas (S): 13 ítems que evalúan el y orientar figuras geométricas, utilizando
grado en que el sujeto ha asimilado las cubos con los que el sujeto debe construir
semejanzas y diferencias existentes entre 10 dibujos.
hechos, ideas u objetos.
Historietas (H): evalúa a través de 8
Memoria de dígitos (D): evalúa la memoria pruebas en las que se le presentan varias
auditiva inmediata a través de series de tarjetas que describen escenas, su
dígitos que debe repetir en el mismo capacidad para ordenarlas de modo que
sentido o en el inverso. expresen una historia.
59
las puntuaciones típicas de los subtest incluidos en cada escala. Finalmente, se consulta el baremo,
en el cual aparece la distribución con media 100 y desviación típica 15, de las puntuaciones que
obtienen los sujetos que pertenecen a su mismo grupo de edad.
La fiabilidad encontrada para cada una de los subtests tiende a oscilar entre 0.60 (un valor
muy bajo e inaceptable teniendo en cuenta los usos que se hacen de las puntuaciones de esta prueba)
y 0.96 (un valor cercano al máximo que sería el valor 1.00). Cuando se analizan las puntuaciones
sumadas, correspondientes a sus diferentes partes (verbal, manipulativo y total), los valores son
superiores a 0.90, lo cual pone de manifiesto que la fiabilidad es excelente. Sin embargo, su validez,
analizada utilizando técnicas de análisis factorial, en las que se trata de encontrar evidencia que
permita apoyar la agrupación de los subtests en las escalas verbal y manipulativa, no ofrece
resultados consistentes, variando los factores en los que saturan dichos subtest. Sin embargo, sí
parece existir evidencia que permita apoyar la existencia de un factor general, que supuestamente
sería aquel que mide el CIT.
60
A pesar de que los resultados obtenidos tras aplicar el análisis factorial, no parecen apoyar
que la prueba sea adecuada para distinguir las capacidades verbales de las manipulativas, se ha
encontrado que existen personas con características más o menos concretas, que tienden a puntuar
de forma más elevada en una de las dos escalas. En concreto:
• El CIV tiende a ser superior al CIM en sujetos con inteligencia superior, universitarios,
sujetos con lesión cerebral en el hemisferio derecho o lesión difusa y en sujetos
depresivos, entre otros grupos
• El CIM tiende a ser superior al CIV en personas con nivel bajo de inteligencia, en
delincuentes juveniles, en sujetos con lesiones en el hemisferio izquierdo y en sujetos con
personalidad histérica, narcisista o esquizoide.
Sin embargo, estos resultados no justifican el uso de WAIS para diagnosticar trastornos
psiquiátricos, ya que, aunque se ha encontrado que el análisis de los perfiles de respuesta puede ser
útil, los sujetos que a priori deberían presentar perfiles similares de respuesta, frecuentemente
obtienen perfiles bien diferentes.
WAIS-IV
•Semejanzas. Cada ítem de esta prueba consta de dos palabras que representan objetos o
conceptos comunes; la tarea del sujeto es determinar en qué se parecen esos objetos o conceptos.
•Vocabulario. Consta de dos tipos de ítems: ítems de imágenes (el sujeto debe nombrar el
objeto que se le presenta visualmente) e ítems verbales (el sujeto debe definir oralmente una serie de
palabras que el examinador lee en voz alta al mismo tiempo que se le presenta la palabra escrita)
•Información. El sujeto debe contestar oralmente a una serie de preguntas que formula el
examinador sobre conocimientos generales.
61
• Comprensión. El sujeto debe contestar oralmente a una serie de preguntas cuyas respuestas
se relacionan con la capacidad de comportarse de forma adecuada y consecuente con los valores
sociales.
•Cubos. El sujeto debe reproducir, con los cubos de colores rojo y blanco, un modelo
proporcionado por el examinador
•Matrices. El sujeto observa una matriz o una serie incompleta y selecciona, entre cinco
opciones posibles, la que mejor completa la serie o matriz.
•Balanzas. El sujeto observa una balanza con dos platillos. La tarea es seleccionar la pieza que
falta para equilibrar los dos platillos.
•Figuras incompletas. El sujeto observa unas imágenes incompletas y debe decir que parte le
falta.
•Dígitos. Compuesta por tres tareas que se aplican por separado. Dígitos de orden directo,
Dígitos en orden inverso y Dígitos en orden creciente.
•Letras y números. El examinador lee una serie de letras y números, el sujeto debe repetirlas,
diciendo primero los números en orden creciente y luego las letras ordenadas alfabéticamente.
•Búsqueda de símbolos. El sujeto observa dos grupos de símbolos: un grupo clave y un grupo
de búsqueda. Después debe decidir si alguno de los dos símbolos del grupo calve es igual a los del
62
grupo de búsqueda.
•Clave de números. El sujeto debe copiar una serie de símbolos que aparecen emparejados cada
uno a un número. El sujeto debe dibujar debajo de cada número el símbolo que le corresponda.
El WISC también fue construido con la finalidad de solventar algunos problemas que había sido
detectados en las pruebas que le precedieron: los subtests que se aplicaban a cada grupo de edad
eran distintos y no se podían comparar directamente entre sí. También se vio necesario el incluir en
63
la evaluación variables relacionadas con la personalidad y el temperamento del sujeto, ya que estas
podían actuar como moduladoras de sus capacidades mentales.
Está compuesto por la adaptación de los 11 subtest del WAIS y un subtest adicional
denominado de los laberintos, que se administra cuando no es posible aplicar el subtest de Clave de
Números, siendo las facultades que evalúa las mismas (capacidad de concentración, atención y
coordinación oculo-manual). Del mismo modo, cuando no es posible aplicar alguno de los subtest
de la parte verbal, se administra el subtest de dígitos, por lo que normalmente se aplican 10 de los 12
subtests que componen las escalas.
La fiabilidad y la validez, son altas, pero no se han realizado pruebas para determinar la
significación estadística y psicológica de las discrepancias entre los CIM y los CIV.
WISC-IV
Es una extensión de las demás escalas Wechsler para el examen de los niños de edades
comprendidas entre los 4 y los 6 años y medio. La estructura es análoga a la del WAIS y a la del
WISC, ya que consta de una escala verbal (que incluye seis subtests) y otra manipulativa (con cinco
subtests). De los once subtests, ocho son adaptaciones de los del WISC y otros tres son nuevos.
Para la interpretación se siguen los mismos pasos que en las otras escalas Wechsler.
65
WPPSI-IV
66
67
D. Consideraciones finales y limitaciones
A la hora de decidir qué prueba realizar, hay que tener en cuenta los siguientes criterios:
También se debe tener en cuenta, las limitaciones que presenta este enfoque. Entre ellas se
pueden citar las siguientes:
• Tienen una visión estática del funcionamiento intelectual, puesto que lo que se evalúa es
el producto final que se obtiene tras aplicar las pruebas, y no la secuencia de operaciones
o las actividades que han llevado al éxito o al fracaso en las mismas.
2. EL ENFOQUE FACTORIAL
Las pruebas diseñadas desde este enfoque se basan en el uso de la técnica de análisis
factorial, la cual es conocida como una técnica de reducción de información, ya que permite
explicar la ejecución de un grupo de sujetos en un conjunto de pruebas, en términos de determinado
68
número de variables latentes. El principio básico en el cual se basa es el de que aquellas conductas
que se encuentran correlacionadas, están gobernadas por un mismo aspecto, el cual es latente y
se pone de manifiesto a través de esa relación. Por ejemplo, si una persona es especialmente hábil
para resolver problemas matemáticos, pero por su formación, no está especialmente versado en las
temáticas propias de humanidades, tenderá a resolver de forma similar conjuntos homogéneos de
problemas de matemáticas y responderá con la misma certeza a diferentes preguntas sobre
humanidades, aunque su ejecución en estos dos tipos de tareas será bien diferente. Si esto ocurre en
una muestra de sujetos, podremos conjeturar que la ejecución de los sujetos depende de la existencia
de dos factores, uno relacionado con el cálculo matemático y otro con el conocimiento humanístico.
Cuando se aplica un conjunto de test que miden inteligencia a una muestra de sujetos, debido
a que se supone que todos ellos miden inteligencia, se espera que la ejecución de los sujetos en los
mismos esté correlacionada. Sin embargo, si existen conjuntos de tests que miden aspectos
relacionados y que no son puestos de manifiesto por los demás tests de la prueba, se esperará que la
ejecución de los sujetos esté correlacionada de forma alta, sólo en aquellos tests vinculados a una
misma habilidad.
A. El factor G
Desde la concepción de la inteligencia como un factor general (factor G), se pretende realizar
una recopilación amplia de pruebas que permitan evaluar todas aquellas conductas que se pueden
considerar inteligentes, pero desde el supuesto de que todas ellas dependen de una habilidad o
capacidad de tipo general. Este supuesto puede ser comprobado utilizando las técnicas de análisis
factorial, estudiando si la ejecución de los sujetos en los diferentes tests está correlacionada de forma
alta y positiva. De ser cierto que la ejecución depende de un mismo factor, las puntuaciones de los
sujetos en los diferentes tests podrán ser sumadas, de modo que podremos describir sus diferencias
individuales en inteligencia a partir de esta suma.
Entre los tests que miden el factor G se encuentran los Tests de Matrices Progresivas de
Raven, los Tests de domino y los Tests de Factor G de Cattell.
Permiten medir el factor G, tal como fue definido por Spearman, el cual hablaba de una
capacidad de introspección que permitía al sujeto describir lo que ocurre en el interior de su mente y
las relaciones que guardan las ideas. Para ello se utilizan series en las que se suceden figuras que
69
guardan entre sí una determinada relación, la cual debe ser descubierta por el sujeto con la finalidad
de completar una de las figuras que faltan en dicha serie. Existen diferentes modalidades de este
tests, que difieren en diferentes aspectos:
• Nivel superior(PMS).La Serie I se puede aplicar para evaluar si una persona tiene un
nivel de inteligencia inferior, medio o superior. La serie II, en cambio, sólo puede ser
utilizada con sujetos que tengan una inteligencia superior.
Estos tests son útiles cuando es necesario realizar una estimación rápida del nivel de
funcionamiento intelectual y distinguir entre los más o menos dotados.
Tests de Do minós
Incluyen series compuestas por figuras de dominio en las que las fichas guardan una
determinada relación, la cual debe ser descubierta por el sujeto con la finalidad de poder determinar
cuál es la ficha que continuaría la serie. Existen diferentes modalidades.Una de inteligencia general
que se puede aplicar a partir de los 10 años de edad (el TIG-1). Las variantes D-48 y D-70 que se
pueden aplicar a sujetos de 12 años en adelante.El TIG-2 que se emplea para discriminar a los
sujetos que obtienen las puntuaciones más elevadas en cualquiera de las dos modalidades anteriores.
Se trata de tests diseñados para evaluar el funcionamiento intelectual del sujeto, recurriendo a
pruebas que pretenden estar libres de contenido cultural y que presenten tal variedad perceptiva
como para permitir que sean aplicadas a sujetos con diferentes limitaciones. Se dispone de tres
escalas, la primera de las cuales es aplicable a sujetos con edades comprendidas entre 4 y 8 años, la
segunda a sujetos de entre 8 y 13 años y la tercera a sujetos con más de 13 años. Como en el caso
anterior, la fiabilidad y la validez son altas, mientras que la validez predictiva es baja.
70
B. Baterías para la evaluación de aptitudes
Las principales baterías para la evaluación de distintas aptitudes independientes, útiles para
proporcionar un perfil aptitudinal son:
3. LA PERSPECTIVA COGNITIVA
• Actividad cognitiva. Son los tipos de acciones (componentes), que el sujeto realiza
sobre la información para ejecutar las tareas y resolver los múltiples problemas que se
encuentran. El primer tipo de acciones son los metacomponentes, que se refiere a la
planificación, supervisión y decisión de las estrategias y acciones específicas a llevar a
71
cabo para realizar una tarea. El segundo tipo de acciones es la adquisición de
conocimientos, que se refiere al conocimiento previo y la forma en que está organizado,
así como a la facilidad para extraer información, organizarla y relacionarla con el
conocimiento previo, que influyen en el recuerdo, comprensión, razonamiento y solución
de problemas. El tercer tipo de acciones son las implicadas en la ejecución de las tareas,
como son la codificación de la información, la comparación e integración de la distinta
información y los procesos de respuesta.
Los tests que se emplean desde este enfoque combinan todos estos elementos descritos por
Sternberg, pero no se va a mencionar ninguna debido a que no son representativas de las utilizadas
en la práctica clínica (si se desea profundizar en esto, ver referencias bibliográficas).
RESUMEN
• Para Binet, la edad mental se puede medir contabilizando el número de ítems que contesta
correctamente un sujeto y posteriormente asignándole la edad correspondiente al grupo de sujetos
que por termino medio obtenían dicha puntuación. Sin embargo esta definición presentaba algunas
limitaciones importantes que trataron de solventarse introduciendo el concepto de cociente
intelectual, el cual se definía como la razón entre la edad mental y cronológica del sujeto.
Nuevamente esta definición no estaba libre de problemáticas y se recurrió a las puntuaciones
centiles y típicas.
• En la versión para niños (WISC) se adaptan las escalas del WAIS, contemplando de forma
72
adicional dos escalas que se administran en el caso de que sea imposible aplicar alguna de las que
forman parte de la parte verbal y manipulativa. Estas mismas partes también se contemplan en la
versión para preescolares y niños de primaria (WPPSI), aunque en este caso 8 escalas son
adaptaciones del WISC y 3 han sido diseñados expresamente para esta versión. A la hora de utilizar
estas pruebas y seleccionar la más adecuadas es necesario tener en cuenta los baremos que existen
para muestra española, los comportamientos que se desea explorar, el tipo de sujeto al que se va a
aplicar y todo tipo de información estadística referente a su fiabilidad y validez. Sin embargo,
siempre se debe tener en cuenta las limitaciones de este enfoque: ofrecen una visión estática y no
consensuada de la inteligencia, en la que se utilizan pruebas de alto contenido verbal.
• El enfoque factorial, como su propio nombre indica, se ha desarrollado a partir del uso de la
técnica estadística de análisis factorial que permite estudiar las relaciones de interdependencia que
existen entre las pruebas que se utilizan para medir la inteligencia. Dentro de este enfoque existen
diferentes aproximaciones teóricas, como la del Factor G, en la que se utilizan un gran número de
pruebas de contenido muy variado, bajo la premisa de que la ejecución del sujeto en las mismas
depende de una misma habilidad unitaria. Entre los test que sirven para poner de manifiesto el
Factor G se encuentran los siguientes: el Tests de Matrices Progresivas de Raven (permite realizar
una evaluación rápida de las capacidades intelectuales del sujeto mediante el uso de series
incompletas de figuras), los Tests de Dominios (que incluyen también series pero en este caso
compuestas por fichas de domino y que también incluye variante para determinados grupos de
edad) y el Test del Factor G de Cattell (el cual fue diseñado para poder ser aplicado a muestras de
sujetos muy diferentes, que presentaban limitaciones, utilizando pruebas libres de contenido
cultural). También se pueden utilizar baterías compuestas por pruebas que permiten evaluar
aptitudes consideradas independientes: el Test de la Habilidades Mentales Primarias de Thurstone
(PMA) y la Batería de Aptitudes Diferenciales (DAT).
73
IV.
EVALUACIÓN DE LA PERSONALIDAD
Y DE LOS INTERESES
1. EVALUACIÓN DE LA PERSONALIDAD
A. Criterios empíricos
B. Criterios factoriales
C. Otros procedimientos
74
1. EVALUACIÓN DE LA PERSONALIDAD
A la hora de llevar a cabo este estudio de una forma científica, sistemática y objetiva, se hace
necesario fijar una serie de criterios que permitan identificar de forma sistemática cuando un sujeto
tiene un tipo de personalidad u otro, siendo este el campo de estudio de la evaluación de la
personalidad. A la hora de justificar estos criterios, se ha recurrido en ocasiones a diferentes teorías
y en otros casos, la evaluación se ha basado directamente en la utilidad de un determinado método
de recogida, análisis e interpretación de la información.
El concepto de personalidad, al igual que otros conceptos que tienen un alto grado de
abstracción, son difíciles de definir y en la literatura se pueden encontrar diferentes aproximaciones.
Unas que se centran en describirla haciendo referencia a características del comportamiento del
sujeto que son directamente observables y en otros casos utilizando constructos cuya existencia
puede ser inferida a partir de dichas características. La personalidad también puede ser definida en
términos de la interacción que mantiene una persona con su semejantes o bien en función de cómo
esta se percibe a sí misma (Pervin, 1983, pág. 19).
Los primeros tests que se construyeron se basan en criterios racionales, siendo pruebas que
contenían preguntas en las que se hacía referencia de forma directa al problema o a las conductas
que se querían evaluar. Desde este enfoque fue construida la Hoja de Datos Personales (PDS) de
75
Woodworth, siendo una de las primeras pruebas de personalidad de lápiz y papel que fue
administrada de forma masiva, en este caso con la finalidad de seleccionar aquellos soldados
americanos que se encontraban en condiciones de poder ir al frente en la I Guerra Mundial. Los 116
ítems fueron seleccionados recurriendo a la información disponible en libros de psiquiatría y de la
experiencia adquirida en las consultas clínicas, acerca de diferentes síntomas asociados con
determinados trastornos (principalmente las neurosis psicológicas).
Este tipo de aproximación ha quedado relegado tras la aparición de enfoques en los que se
justifica la selección de los ítems desde criterios que o bien hacen referencia a la utilidad para
discriminar grupos de sujetos con características relevantes (criterios empíricos), o bien al hecho de
que ponen de manifiesto un rasgo latente (criterios factoriales).
A. Criterios empíricos
Los tests de personalidad desarrollados desde criterios empíricos, utilizan la estrategia de seleccionar
aquellos ítems que permiten discriminar grupos de sujetos que difieren en algunacaracterística
clínicaconsiderada relevante (por ejemplo, presencia o ausencia de depresión). Entre estas pruebas se
encuentra el Inventario de Personalidad Multifásico (MMPI) yel Inventario Psicológico de California
(CPI). Reciben el nombre de inventarios por el hecho de que incluyen listados de cosas.
Se trata del instrumento de evaluación de la personalidad más utilizado y fue desarrollado a partir de
los trabajos iniciales de Galton (1884) y James Cattell (1890) y el test de Woodworth, con la finalidad
de solventar las siguientes dificultades presentes en las pruebas que le precedieron:
• Se consideraba que los sujetos siempre decían la verdad y que a partir de sus
verbalizaciones se podía predecir su conducta.
En referencia a este último aspecto, se consideró que era más adecuado tratar los ítems hacia
los que mostraba el sujeto su acuerdo, como opiniones subjetivas, en vez de opiniones objetivas.
También se considero necesario evaluar el temperamento y la estabilidad de las respuestas que daba
el sujeto, aunque los resultados iniciales no fueron los deseados. A pesar de ello, Stark Hathaway y
J.C. McKinley, se propusieron el reto de construir un test que permitiera evaluar todas aquellas
76
conductas (inferidas a partir de los ítems) que fueran de interés psiquiátrico. El trabajo comenzó en
1940 y se dilató hasta 1956, fecha en la cual ya habían publicado todas las escalas que componen el
MMPI.
Se partió de un total de 100 ítems potenciales, que habían sido redactados siguiendo las
siguientes directrices:
• Incluir sentencias declarativas breves que se puedan responder con formato de verdadero
o falso.
• Incluir ítems redactados de forma negativa con la finalidad de evitar las tendencias de
respuesta en una determinada dirección.
Cuando apareció la prueba, llamó la atención entre la comunidad científica, el gran énfasis
que daba a la validez empírica de la prueba, la cual se basa en estudios sobre la calidad de los ítems,
en el empleo de muestras representativas de pacientes y en el tratamiento especifico que se hacía de
las respuestas de los sujetos, utilizando las siguientes escalas para evaluar la validez del protocolo:
A la hora de interpretar las puntuaciones obtenidas por los sujetos en la misma, se debe
tener en cuenta que se utilizan puntuaciones T normales, con media igual a 50 y desviación típica 10.
A un nivel de confianza del 95%, bajo la asunción de igualdad de varianzas, dos puntuaciones que
difieren en dos desviaciones típicas (en este caso, en 20 puntos), son estadísticamente significativas.
Las puntuaciones T lineales se interpretan teniendo en cuenta cinco grupos de puntuaciones: las que
son inferiores a 40, las comprendidas entre 41 y 55, las incluidas entre 56 y 65, entre 66 y 75, y las
superiores a 75. Conforme la puntuación del sujeto es mayor, las descripciones que acompañan a
cada grupo de puntuaciones, hablan de una persona con unos rasgos de personalidad cada vez más
patológicos.Cuando la puntuación T es superior a 70, entonces es considerada clínicamente
significativa.
Por ejemplo, una persona que en la escala de Hipocondría obtiene una puntuación inferior a
40, será descrita como optimista, enérgica, capaz y eficiente. Sin embargo, en el otro polo, una
persona con una puntuación superior a 75 será descrita como una persona esquizoide que tiene
delirios bizarros y que puede llegar a quedar inmovilizada por sus síntomas y quejas.
• Individual. Para aquellos casos en los que el sujeto presenta un nivel de deterioro
considerable.
• Colectiva. Las tarjetas que se utilizan en la modalidad anterior son sustituidas por un
cuadernillo, el cual permite su aplicación individual y colectiva.
• Reducida. Se incluye sólo la parte inicial de la prueba.
La fiabilidad del MMPI viene abalada por diferentes estudios, realizados en distintos países,
en los que se habla de valores de consistencia interna comprendidos entre 0,70 y 0,85 y valores de
estabilidad comprendidos entre 0,65 y 0,90. Su validez ha sido también estudiada desde diferentes
perspectivas (constructo, convergente y predictiva), aunque sin prestar atención a los resultados que
78
se han venido publicando acerca de su estructura factorial. Estos últimos estudios muestran que los
ítems tienden a correlacionar de forma alta con ítems que pertenecen a otras escalas, lo cual habla
muy mal acerca de su validez. Los análisis de contenido realizados, muestran que las categorías
psiquiátricas utilizadas carecen de significado científico.
• El MMPI es aplicado en nuevos ámbitos, en los que los ítems referidos a cuestiones de
ajuste sexual, funciones corporales y religiosidad, son considerados demasiado intrusivos.
• Desde que se publicó han tenido lugar cambios culturales que hacen que algunas
expresiones utilizadas en los ítems adopten un cariz sexista, anticuado o utilicen ejemplos
que hacen referencia a temáticas que desconocen las generaciones actuales.
• Se ha ido observado que las personas responden a los ítems de forma diferente a como
lo hacían los sujetos pertenecientes a otras generaciones.
Se procedió a detectar aquellos ítems que presentaban problemas de fiabilidad o que incluían
expresiones inadecuadas, y se sustituyeron por otros que abordaban nuevas temáticas y áreas de
interés, referidas al cumplimiento de tratamientos, la sensibilidad al cambio, los problemas de
relación o la actitud hacia el trabajo.
En el MMPI-2 se incluyen 28 escalas: 3 de validez (L, F y K), 10 básicas o clínicas (las cuales
se pueden consultar en la Tabla 1) y 15 de contenido. Las respuestas del sujeto a los ítems de estas
escalas, son corregidas utilizando las tablas de conversión de las puntuaciones directas a
puntuaciones típicas T.
Con las puntuaciones T se puede construir el perfil de sujeto, una vez que se haya
79
ponderado estas puntuaciones por las fracciones de la escala K, las cuales reflejan el porcentaje de la
puntuación T de la escala K que debe ser sumada a la puntuación T de la escala indicada.
Ordenando las puntuaciones T corregidas del sujeto en las escalas clínicas e identificándolas por sus
códigos numéricos (los cuales se incluyen en la Tabla 1), se pueden codificar dichos perfiles, de
modo que sean más fácilmente interpretables.
El resultado final es una escala que resulta más fácil de interpretar y que ya no presenta la
problemática de la intercorrelación entre ítems procedentes de escalas diferentes. Los niveles de
fiabilidad y validez son parecidos a los de su predecesora, aunque todavía son escasos los datos
que se tienen acerca del MMPI-2 y la mayor parte de los estudios han sido realizados empleando
población normal.La adaptación a muestra española fue realizada por Ávila-Espada y Jiménez-
Gómez (1999), pero sólo es aplicable a adultos, estando en preparación la versión para adolescentes.
La triada neurótica
1. Hs: Hipocondría (32 ítems).Identifica la preocupación excesiva por la salud, las quejas frecuentes por
problemas somáticos con o sin pequeñas bases orgánicas. Las puntuaciones T superiores a 80 indican
problemas somáticos graves, ilusiones esquizoides, corporales o somáticas, que llegan a inmovilizar al
sujeto. Las inferiores a 40, en cambio, indican ausencia de preocupaciones somáticas y describen a la
persona como optimista, enérgica y efectiva.
2 D: Depresión (57 ítems).Los ítems reflejan sentimientos de desanimo, pesimismo y desesperación, así
como características de personalidad vinculadas a la responsabilidad, a la rigidez y el autocastigo. Las
puntuaciones T superiores a 70 se interpretan como presencia de depresión severa, abatimiento,
preocupación por la muerte, culpabilización y reserva. Las puntuaciones T inferiores a 40 describen al
sujeto como alegre, seguro, extravertido y sin desordenes emocionales.
3Hy: Histeria de conversión (60 ítems).Los ítems reflejan quejas físicas específicas, una actitud de
negación de los problemas de la vida propia y la ausencia de ansiedad social. Las puntuaciones T
superiores a 70 se interpretan con características de personalidad como elevada sugestionabilidad,
80
ansiedad o episodios de pánico. Cuando la puntuación T es inferior a 40, se puede considerar que la
persona es reservada, convencional, conformista, socialmente aislada, crítica y de mente cerrada.
4 Pd: Desviación Psicopática (50 ítems). Los ítems contienen expresiones que hacen referencia a si la
persona ha tenido problemas con la ley y evalúan su percepción de las normas sociales y morales. El
sujeto con una puntuación T superior a 75 se considera como antisocial, inestable, irresponsable,
egocéntrico y agresivo. Cuando la puntuación es inferior a 40, es considerado convencial, sincero,
autocrítico y moralista y excesivamente cumplidor.
5 Mf: Masculinidad/Feminidad (55 ítems). Los ítems fueron redactados teniendo en cuenta las
manifestaciones de pacientes que acudían a consulta porque se sentían amenazados por sus
sentimientos homosexuales y que padecían dudas doloras acerca de su rol de género. La
interpretación de esta escala depende del sexo del respondiente, ya que los baremos van en
direcciones opuestas. Las puntuaciones T más altas se interpretan como que la persona considera sus
problemas sexuales graves, que presenta problemas de identidad sexual y sin intereses por el sexo
opuesto. Si la persona es un varón se describirá como sensible y empática, si es una mujer, como
competitiva y segura de sí misma.
La tétrada psicótica:
6Pa: Paranoia (40 ítems). Los ítems reflejan una marcada sensibilidad interpersonal, en la que se tiende
a malinterpretar las intenciones de los otros. Cuando las puntuaciones T son superiores a 70, las
hipótesis interpretativas hablan de predisposición paranoide, excesiva sensibilidad, suspicacia,
resentimiento y reserva.
7 Pt: Psicastenia (48 ítems). Los ítems fueron redactados basándose en pacientes que mostraban
preocupaciones obsesivas, rituales, miedos exagerados o lo que se entiende actualmente como
trastorno obsesivo-compulsivo. Las puntuaciones T superiores (mayores que 75) incluyen las
hipótesis siguientes: miedo, ansiedad y tensión extremas, falta de concentración, rumiaciones, fobias
supersticiosas o sentimientos de culpa, entre otras. Las más bajas (inferiores a 40), describen a la
persona como segura de sí misma, competente y con prestigio.
8 Sc: Esquizofrenia (78 ítems). Los ítems cubren un amplio rango de pensamientos extraños,
experiencias inusuales y características propias de los pacientes esquizofrénicos. Detecta la presencia
de ideas y comportamientos extraños, alucinaciones y la ausencia de sentido de realidad.
9 Ma: Hipomanía (46 ítems). Los ítems pueden ser agrupados en los componentes de amoralidad,
aceleración psicomotriz, auto-envenenamiento e imperturbabilidad.
0Si: Introversión Social (70 ítems). Las personas que puntúan más alto en esta escala son frías, retraídas,
inseguras, indecisas, rumiadoras y evitan el contacto social.
81
California Psychological Inventory (CPI)
Se trata de una prueba que ha sido desarrollada sin hacer referencia a un marco teórico concreto,
sino que parte de la visión pragmática de Gough en torno a lo que denominó conceptos populares,
los cuales pueden encontrarse en múltiples culturas y hacen referencia a la dominancia, la tolerancia
oel autocontrol.
Está compuesta por 480 ítems que se distribuyen en torno a 18 escalas, de las cuales tres son
de validación y están tomadas del MMPI, que a su vez se agrupan en cuatro categorías:
1. Ascendencia y asertividad.
4. Interés y motivación.
A pesar de que los estudios que han informado acerca de su fiabilidad y validezhablan de
que se trata de una prueba adecuada, también se ha criticado el hecho de que no posea ninguna
estructura factorial y el que no siempre sea posible interpretar los múltiples códigos que se utilizan
en la misma.
B. Criterios factoriales
Dentro de esta sección se incluyen diferentes autores como Cattell y Eysenck, que mediante el uso
de técnicas de análisis factorial, pretenden medir los rasgos del sujeto, entendiendo por tales un
conjunto integrado de conductas estables. Los principales detractores de la teoría de los rasgos,
consideran que no se ha podido ofrecer evidencia de que la conducta se despliegue de forma
consistente a lo largo de los diferentes seres humanos.
82
Cuestionario de los 16 factores de personalidad (16PF) de Cattell
El concepto de rasgo, es utilizado por Cattell como un recurso explicativo que permite
conceptualizar teóricamente los patrones de covariación que tienen lugar en la conducta humana. Al
igual que en el MMPI, no interesa tanto las respuestas directas de los sujetos, sino que el centro de
interés se sitúa en otras entidades, en este caso los rasgos, como constructos latentes o que se
infieren a partir de lo que es directamente observable.
• Datos L. Hacen referencia a la vida del sujeto y contienen una valoración directa de la
misma, realizada por el psicólogo. Permite analizar una gran variedad de conductas.
• Datos Q. Se obtienen mediante el uso de los cuestionarios, en los que el propio sujeto,
mediante un acto de introspección informa sobre su personalidad y temperamento.
A partir de los datos L Cattell redacto las preguntas contenidas en el 16PF, a partir del
cual pudo obtener datos Q que al ser analizados revelaron una estructura compuesta por 16 factores,
de los cuales 12 tenían un contenido que era congruente con las conclusiones obtenidas a partir de
los datos L. Estos 16 factores se pueden consultar en la Tabla 2.
La prueba está compuesta por 187 ítems, que recogen afirmaciones que hacen referencia al
comportamiento del sujeto en determinadas situaciones. El formato de respuesta está compuesto
tres alternativas, que expresan un grado de acuerdo total, parcial o nulo hacia el contenido de la frase
que contiene el ítem. En otras ocasiones, las alternativas contienen diferentes acciones o reacciones
vinculadas a dicha situación.
83
Tabla 2: Los 16 factores incluidos en el 16PF
A-. Sizotimia. Dura, fría, escéptica, alejada, A+. Afectimia. Afable, expresiva, cooperativa,
materialista, solitaria. amable, adaptable.
B-. Inteligencia baja. Lenta para aprender y captar B+. Inteligencia alta. Rapidez en comprensión y
las cosas, de interpretaciones literales. aprendizaje de ideas.
C-. Afectada por los sentimientos.Poca estabilidad C+. Emocionalmente estable. Madura, estable, con
emocional, evade la responsabilidad, fácilmente firmeza interior, tranquila, realista,.
turbable.
G-. Despreocupada. Acepta pocas obligaciones, G+. Escrupulosa. Sensata, exigente, dominante,
inestable en sus propósitos, falta de atención a responsable, sujeta a normas, organizada.
compromisos.
L-. Confiable. No afectada por la envidia, L+. Suspicaz.Difícil de engañar, engreída, des-
adaptable, animosa, interesada por los demás, confiada, preocupada por su vida interior,
colaboradora. despegada.
M-. Práctica.Regulada por realidades externas, M+. Imaginativa.Despreocupada por los asuntos
correcta, formal, cuidadosa, detallista, serena. prácticos, abstraída, bohemia, creadora,
despreocupada.
N-. Franca. Sentimental, llana, poco sofisticada, N+. Astuta. Mundana, perspicaz, astuta,
sencilla, natural. experimentada, calculadora.
O-. Apacible. Serena, flexible, plácida, de ánimo O+. Aprensiva. Turbable, preocupada,
invariable, segura. depresiva, ansiosa, obsesiva.
84
Tabla 2: Los 16 factores incluidos en el 16PF(continuación)
Q1-. Conservadora. Respetuosa con las ideas Q1+. Analítico-crítica. Experimental, abierta, de
establecidas, confiada en lo que le han ideas libres, intelectual, escéptica, inquisitiva.
enseñado.
Q2+. Autosuficiente. Llena de recursos,
Q2-. Dependiente. Lenta para aprender y captar independencia emocional, no necesidad de
las cosas, de interpretaciones literales. apoyo.
Q3-. Autoconflictiva. Orientada por sus propias Q3+. Controlada. Llevada por su propia imagen,
necesidades sin atender a protocolos. alto control emocional, cuidadosa en lo social.
Q4-. Relajada. No frustrada, aletargada, so- Q4+. Tensa. Pretensiosa, tensa, intranquila,
segada, satisfecha, en ocasiones perezosa. irritable, impaciente, frustrada.
La versión española, adaptada por TEA (Cattell, 1975) puede ser administrada a sujetos con
nivel lector mínimo de BUP, existiendo baremos tanto para adultos como para adolescentes. Los
estudios realizados por Seisdedos ofrecen valores de fiabilidad para los diferentes factores,
comprendidos entre 0,60 y 0,80, los cuales se pueden considerar más bien modestos, sobre todo
teniendo en cuenta que otros estudios muestran que la estructura factorial del 16PF no se mantiene.
16PF-5
85
y Tensión (Q4). Las cinco dimensiones globales de personalidad son: Extraversión (Ext), Ansiedad
(Ans), Dureza (Dur), Independencia (Ind) y Auto-control (AuC). La comprensión de los constructos
se facilita mediante una descripción a través de adjetivos de los polos o decatipos altos (+) o bajos (-
). Incluye además tres medidas para evaluar estilos de respuesta para controlar los sesgos en las
respuestas: Manipulación de la imagen (MI), Infrecuencia (IN) y Aquiescencia (AQ). El instrumento
consta de 185 ítems con tres alternativas de respuesta (dos extremos y una alternativa intermedia
señalada siempre con un interrogante”?”) con las que se obtienen las puntuaciones de las 16 escalas
primarias, los tres índices de estilos de respuesta y las dimensiones globales. La aplicación puede ser
individual o colectiva con una duración de entre 40 y 45 minutos.
Considera que las conductas del sujeto se organizan jerárquicamente a partir de los
rasgos, los cuales se asocian para formar tipos, dentro del nivel más alto de generalización. Los tipos
distinguidos por Eysenck (Extroversión-Introversión, Neuroticismo-Control, Psicoticismo-
Normalidad), se comportan como continuos bipolares, a lo largo de los cuales se puede situar la
posición que ocupa el sujeto, de modo que quede de esta forma representada su personalidad.
Existen versiones tanto para jóvenes (el EPI-J; para sujetos entre 8 y 15 años) como para
adultos (el EPI-A; para sujetos con más de 15 años)y también ha sido adaptada a la población
española en una versión más que contiene un mayor número de ítems (81), al incluir el factor P
(referido al tipo de Psicoticismo-Normalidad), pero pierde los valores tan altos de fiabilidad
obtenidos en la versión original. Su estructura factorial parece mostrarse sólida, según muestran las
revisiones realizadas y su validez viene atestiguada por diferentes estudios realizados en los que se
trata de establecer diferentes correspondencias entre variables fisiológicas (como el nivel de
activación) y los tipos.
86
EPQ-R
87
de los respondientes, que están siempre presentes en las pruebas analizadas. Otros autores, como
Eysenck, consideran que no todos los factores están situados al mismo nivel de generalidad y que en
último término se podrían reducir a tres. En la dirección opuesta, algunos estudios muestran la
existencia de un mayor número de factores. Sin embargo, parece ser que cuando se dan las
circunstancias en las que se utilizan datos procedentes de diferentes instrumentos y fuentes, se
obtiene una estructura factorial compuesta por cinco factores, como un resultado empírico, pero de
significado teórico controvertido.
Entre los cuestionarios disponibles para la evaluación de los cinco grandes se encuentra el
Inventario NEO (NEO-I) y el Inventario de Personalidad NEO (NEO-PI). Este último está
compuesto por 181 ítems que miden Neuroticismo, Extraversión, Conformidad, Consciencia y
Apertura a la Experiencia. Las sólidas propiedades psicométricas que presenta este instrumento, han
revitalizado este paradigma.
NEO-PI-R
El NEO PI-R publicado en español por TEA Ediciones (3ª edición revisada y ampliada,
2008) es uno de los instrumentos de medida más prestigiosos para la evaluación de los principales
factores de personalidad de acuerdo con el modelo de los Cinco Grandes: Neuroticismo,
Extraversión, Amabilidad, Apertura y Responsabilidad. El cuestionario consta de un total 240 ítems
a los que se responde en una escala Likert de cinco opciones (en función del grado de adherencia).
En la actualidad, el modelo de los Cinco Grandes factores de personalidad se ha impuesto y existe
un número importante de instrumentos diseñados para su medida, de los cuales el más prototípico
es el NEO-PI-R. Según este modelo, la personalidad está configurada por cinco factores o
dimensiones amplias, que implican tendencias estables y consistentes de respuesta. Cada factor se
compone de seis escalas o facetas.
88
89
2. EVALUACIÓN DE LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
El enfoque de los cinco factores también ha sido utilizado con la finalidad de revelar la
estructura intrínseca de los trastornos de personalidad, pero la invarianza encontrada no puede ser
integrada dentro de un sistema conceptual único y el enfoque se reduce a una teoría sobre la
metodología.
Para Millon y Davis (1998) para constituir la psicología clínica como una ciencia es
necesario que exista una coordinación entre los siguientes ámbitos:
• Las teorías. Deben ser esquemas conceptuales explicativos a partir de los cuales se puedan
deducir afirmaciones acerca de los trastornos.
• Las nosologías. Como derivación lógica de la teoría se debe disponer de una clasificación
de los trastornos de personalidad, que permita una organiza coherentemente.
• Los instrumentos. Herramientas que deben permitir evaluar las hipótesis teóricas adecuadas
y los constructos que se incluyen en la nosología.
• Propone una aproximación funcional-interpersonal, que permite dar cuenta de los nexos
conceptuales entre las características clínicas observadas en los clientes, los factores
etiológicos (de tipo biológico y psicológico) y las etapas evolutivas que pueden
hipotetizarse para cada uno de los prototipos de personalidad.
• Considera que es posible observar y modelizar las estrategias intra e interpersonales que tienden a
consolidar un determinado tipo de patrón de personalidad.
90
A la hora de utilizar esta teoría en la evaluación de los trastornos de personalidad, se adopta
una perspectiva integradora en la que se hacen referencia a elementos de tipo biológico y
psicodinámico, considerando la personalidad un constructo multideterminado y multirreferencial,
que debe ser evaluado desde múltiples áreas de contenido y esferas personológicas, los cuales deben
quedar contemplados en los instrumentos de evaluación.
Si nos centramos en los ámbitos clínicos, estos según Millon se pueden organizar en
atributos estructurales (como sustrato del estado de ánimo) y funcionales (como reguladores de las
dinámicas internas y las transacciones externas).
Los atributos estructurales y funcionales son integradores ya que incluyen los principales
ámbitos de la personalidad y son comparables puesto que se sitúan en un mismo nivel de
generalidad. Además permiten incorporar los trastornos de personalidad a los que se hace
referencia en el DSM-III y DSM-IV, haciendo posible que estos puedan ser definidos de forma
operacional mediante el uso de los atributos estructurales y funcionales, que como se ha comentado
son integradores y comparables.
91
Los ámbitos estructurales. Representan un entramado profundo y relativamente estable de
recuerdos, necesidades, actitudes, conflictos y temores, que influyen en cómo se experimenta y
transforman los acontecimientos que tiene lugar en la vida. Se puede hablar de cuatro ámbitos
estructurales:
A partir de este marco teórico se desarrolló el Inventario Clínico Multiaxial de Millón, el cual
presenta las siguientes características relevantes:
92
• Está coordinado y utiliza la misma terminología que el sistema diagnóstico oficial (DSM-III).
• Permite realizar una distinción entre lascategorías diagnósticas incluidas en los Eje I y II del
DSM-III, es decir, realiza un tratamiento acertado a la hora de diferenciar e
interrelacionar los trastornos de personalidad y los síndromes clínicos.
• Las escalas que se incluyen permiten distinguir los síndromes teniendo en cuenta su
gravedad psicopatológica. Este aspecto se puede consultar en la Tabla3.
• Fue construido teniendo en cuenta un modelo con una estructura politética, en la que ha
diferencia del enfoque factorial, en el que se destaca la importancia de las escalas, en este
caso se refuerza su consistencia interna y se permite que existan escalas que
correlacionan altamente entre sí, por ejemplo, para reflejar que la escala que evalúa un
síndrome (Escala 2 Fóbica) es precursora de un trastorno de personalidad patológico
(Escala S. Esquizotípica).
Estos prototipos se definen como núcleos de factores que permiten captar las características
más pertinentes y esenciales del paciente, que hacen referencia a un síndrome o un trastorno
concretos.
1. Orientar su atención hacia aspectos conductuales e históricos del paciente, que no habían
sido identificados previamente.
2. Permitirle aplicar el conocimiento adquirido de la experiencia con pacientes con el
mismo trastorno.
3. Simplificar sus tareas clínicas y orientarle acerca de las metas terapéuticas más
beneficiosas.
93
Tabla 3:Escalas incluidas en el MCMI-II
• A diferencia del MMPI, el cual es más adecuado para evaluar los síndromes incluidos en
el Eje I, haciendo referencia a estados clínicos, el MCMI-II es más adecuado para evaluar
los trastornos del Eje II, centrándose en las dimensiones de afrontamiento y en el
comportamiento interpersonal (Millon, 1998, pág. 50).
• Otra característica distintiva del MCMI-II hace referencia a la sustitución en los baremos
de las puntuaciones típicas, por las tasas de base. Este cambio se realiza debido a que las
puntuaciones T presentan las siguientes limitaciones:
94
Por estar razones se consideró que en vez de localizar al paciente en la distribución,
resultaba más adecuado calcular la probabilidad de que este forme parte de una entidad
diagnóstica particular, utilizando para ello los datos de prevalencia de la misma.
La adaptación a muestra española realizada por TEA (Millon, 1998) sólo debe aplicarse a
individuos que estén siendo atendidos en servicios de salud mental y que tengan dificultades
emocionales, sociales o interpersonales. Los baremos que se disponen son provisionales, debido a
las dificultades existentes a la hora de obtener los valores de prevalencia. Aunque no está adaptado a
muestra española, se ha publicado el MCMI-III, el cual se ajusta al DSM-IV, aunque provocando
desajustes con el modelo teórico subyacente al MCMI, que están dando lugar a que sea revisado. Por
tanto, se recomienda utilizar el MCMI-II.
En esta sección se presentan las claves de corrección de los cuestionarios que se utilizan en la
evaluación de determinadas variables que son de relevancia en la clínica. En concreto, se mencionan
los siguientes cuestionarios, inventarios y escalas:
Los puntos de corte para estas puntuaciones totales obtenidas sumando las asignadas a cada
ítem son las siguientes: 0-9 (no depresión), 10-19 (depresión leve), 20-29 (depresión moderada) y 30
o más (depresión grave).
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relacionados con la Salud, Organización Mundial de la Salud, 1993). En concreto, se incluyen todos
los criterios propuestos en las dos referencias citadas para el diagnóstico de un episodio depresivo
mayor y casi todos los propuestos para el diagnóstico de distimia (en concreto, todos los del DSM-
IV y el 75% del CIE-10). 6 El BDI-II es fácil de utilizar. Se puede aplicar de forma individual o
colectiva, con formato de papel y lápiz o de forma oral. En general, requiere entre 5 y 10 minutos
para ser completado; aunque los pacientes con depresión grave o trastornos obsesivos a menudo
pueden tardar más tiempo en cumplimentarlo. Las instrucciones para el BDI-II solicitan a las
personas evaluadas que elijan las afirmaciones más características que cubren el marco temporal de
las últimas dos semanas, incluido el día de hoy, para ser consistente con los criterios del DSM-IV
para la depresión mayor. Cada ítem se responde en una escala de 4 puntos, de 0 a 3, excepto los
ítems 16 (cambios en el patrón de sueño) y 18 (cambios en el apetito) que contienen 7 categorías. Si
una persona ha elegido varias categorías de respuesta en un ítem, se toma la categoría a la que
corresponde la puntuación más alta. Las puntuaciones mínima y máxima en el test son 0 y 63. Se han
establecido puntos de corte que permiten clasificar a los evaluados en uno de los siguientes cuatro
grupos: 0-13, mínima depresión; 14-19, depresión leve; 20-28, depresión moderada; y 29-63,
depresión grave.
Inventario de la Triada Cognitiva (CTI; Beckham, Leber, Watkins, Boyer y Cook, 1986;
adaptación a muestra española de Bas y Andrés, 1988). Para cada ítem las puntuaciones se valoran
de 7 a 1, en el sentido de izquierda a derecha. Se incluyen tres escalas, las cuales están compuestas
por ítems que pueden estar redactados de forma positiva o negativa:
• Escala S.Visión de sí mismo. Ítems en positivo: 17, 25, 31 y 33. Ítems en negativo: 5, 10, 13,
21, 29 y 35.
• Escala M.Visión del mundo.Ítems en positivo: 3, 8, 12, 20 y 24. Ítems en negativo: 18, 23,
27, 30 y 34.
• Escala F.Visión del futuro.Ítems en positivo: 6, 9, 11, 28 y 36. Ítems en negativo: 15, 16, 19,
26 y 32.
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Escala de Autoestima de Rosenberg(1965). Está compuesta por 10 ítems con cuatro
alternativas de respuesta. Cinco de estos ítems están redactados de forma positiva (2, 5, 8, 9 y 10) y
otros cinco de forma negativa (1, 3, 4, 6 y 7).
Se suman las respuestas del sujeto, teniendo de cuidado de invertir las puntuaciones de los
ítems redactados de forma positiva, obteniendo un total que puede estar comprendido entre 10
(1*10) y 40 (4*10). Esta puntuación total se interpreta desde la consideración de que cuanto mayor
sea mayor será la autoestima del sujeto. Cuando el valor es inferior o igual a 25 se considera que la
persona tiene un déficit de autoestima. En nuestro centro se utiliza la puntuación 28 como valor de
corte.
Escala de Desesperanza (HS) (Beck y cols., 1974). Predice mejor el riesgo de suicidio que las
escalas que lo evalúan directamente. La desesperanza es el mejor predictor de la conducta suicida.
Una puntuación alta indica alta intencionalidad suicida. Es muy fácil y corta de pasar (unos minutos).
El inconveniente es que presenta muchos falsos positivos.Esta escala presenta múltiples ítems que
pueden servir como punto de partida para abordar la visión negativa del futuro por parte del
paciente. Es importante un análisis de los ítems del cuestionario 20 ítems de V/F; rango de 0 a 20.
Una puntuación de 9 o más predice un 90% de los suicidios reales. En clínica tomaremos como
indicativo de riesgo de suicidio una puntuación mayor o igual a 11. Esta puntuación se obtiene
dando un punto cuando coincidan con las claves de corrección (ver tabla 4) y sumándolo al final.
1–F 6–F 11 – V 16 – V
2–V 7–V 12 – V 17 – V
3–F 8–F 13 – F 18 – V
4–V 9–V 14 – V 19 – F
5–F 10 – F 15 – F 20 – V
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• Mal ajuste personal y deseos de cambio. Ítems 7, 10, 14, 20 y 26.
• Autoconcepto negativo y expectativas negativas. Ítems 2, 3, 9, 21, 23, 24 y 28.
• Baja autoestima. Ítems 17 y 18.
• Abandono – Desesperanza. Ítems 29 y 30.
Listado de Creencias Comunes (LCC). Los ítems incluidos en este instrumento se analizan
cualitativamente como indicadores de creencias y actitudes disfuncionales. En este análisis
cualitativo puede orientar los resultados obtenidos en algunos estudios, en los que tras aplicar el
análisis factorial, se obtiene la agrupación en torno a 10 factores de los ítems, que se puede observar
en la Tabla5.
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PUNTUACIÓN DE PUNTUACIÓN
ACTITUDES ITEMS
CADA UNO TOTAL
1. Aprobación 1a5
2. Amor 6 a10
3. Ejecución 11 a15
4. Perfeccionismo 16 a 20
5. Derecho sobre los otros 21 a 25
6. Omnipotencia 26 a 30
7. Autonomía 31 a 35
Área de fortaleza
psicológica
Figura 1: Perfil.
Inventario de Preocupación (PSWQ; Meyer, Miller, Metzger y Borkovec, 1990). Los ítems 1, 3, 8,
10 y 11 deberán ser invertidos y posteriormente, se sumarán las puntuaciones de todos los ítems. A
partir del rango 50-55, las puntuaciones indican la presencia de una gran preocupación.
99
Tabla 6: Claves de corrección del FNE
1–F 7- V 13 – V 19 – V 25 - V
2–V 8–F 14 – V 20 – V 26 - F
3–V 9–V 15 – F 21 – F 27 - F
4–F 10 – F 16 – F 22 – V 28 - V
5–V 11- V 17 – V 23 – F 29 - V
6–F 12 – F 18 – F 24 – V 30 – V
1–F 8–V 15 – F 22 - F
2–V 9–F 16 – V 23 - V
3–F 10 – V 17 – F 24 - V
4–F 11 – V 18 – V 25 - F
5–V 12 – F 19 – F 26 - V
6–F 13 – V 20 – V 27 - F
7–F 14 – V 21 – V 28 - F
Escala de Estrés y Evitación Social (SAD; Watson y Friend, 1969). Se corrige sumando
un punto cuando la respuesta del sujeto coincida con la mostrada en la Tabla 7.Se utiliza como valor
de corte una puntuación comprendida entre 18 y 20. Es muy sensible al cambio terapéutico.
Escala de Fobia Social de Liebowitz (1987).Está compuesta por 24 ítems de formato tipo
Likert con las categorías 0, 1, 2 y 3, que pueden evaluarse en dos dimensiones: Miedo/Ansiedad y
Evitación.
Permite distinguir entre la ansiedad de rendimiento (Subescala R compuesta por 13 ítems) que se
encuentra relacionada con la ejecución de conductas delante de los demás y la ansiedad social
(Subescala S compuesta por 11 ítems), vinculada a situaciones propiamente sociales. Es sensible al
cambio terapéutico.
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El rango de la puntuación total de la escala está comprendido entre 0 y 144, para la Subescala
R entre 0 y 78 y para la Subescala S, entre 0 y 66.
Escala Breve de Fobia Socialde Davidson y cols. (1991). Permite evaluar de forma rápida la
Fobia Social, permitiendo tanto cuantificar la intensidad de los síntomas como valorar los resultados
del tratamiento. Los componentes de la fobia social que se evalúan hacen referencia al
miedo/ansiedad, la evitación y a los síntomas psicofisiológicos.
Está compuesta por 11 ítems, con formato de respuesta tipo Likert con las categorías 0, 1, 2,
3 y 4. Los 7 primeros ítems evalúan el miedo y la evitación, y los cuatro restantes los síntomas
psicofisiológicos. El rango de las puntuaciones es el siguiente: para el total está comprendido entre 0
y 72, para miedo entre 0 y 28, para evitación entre 0 y 28 y para los síntomas psicofisiológicos, entre
0 y 16.
Escala de Asertividad de Rathus (RAS; Rathus, 1973). Está compuesta por 30 ítems, con
formato de respuesta comprendido entre -3 y +3, y que expresan diferentes conductas relacionadas
con la asertividad del sujeto, en situaciones sociales. Para su corrección se invierten los ítems
marcados con * y se procede a sumar las puntuaciones positivas y a restar las negativas, de modo
que la puntuación total puede variar desde -90 a +90, interpretándose esta puntuación como que
cuanto más positiva es la puntuación, más asertiva es la persona.
Para evitar las valoraciones que realiza el sujeto acerca del miedo influyan sobre las que
realiza acerca de la probabilidad de la conducta, se le pide que primero realice la valoración de miedo
de todos los ítems, tape sus respuestas con un folio y posteriormente realice las valoraciones de
probabilidad.
Una vez que ha realizado estas dos tareas se le pide al sujeto que marque aquellos ítems que
describen conductas que a él le gustaría ser capaz de poder realizar.
101
Para la corrección del inventario se procede a sumar las números de cada una de las
valoraciones realizadas por el sujeto, obteniendo dos puntuaciones totales: la de la escala de Malestar
(M) y la de la Escala de Probabilidad de Respuesta (PR), por lo que si tenemos 40 ítems con valores
que varían entre 1 y 5, la puntuación total variará entre 40 y 200. Esta puntuación, conforme más
elevada es, indica una mayor severidad del problema. Una interpretación más refinada se puede
realizar utilizando los siguientes valores de corte:
Los intereses se definen por los objetivos que se marca el sujeto cuando realiza una tarea. Al
mismo tiempo, una tarea será considera interesante, si su realización viene asociada con reacciones
emocionales positivas. La valencia e intensidad de estas reacciones emocionales influirán a su vez en:
• Los objetivos que el sujeto se marca cuando realiza tales tipos de tareas.
Los objetivos que el sujeto pretende alcanzar pueden ser múltiples, pueden despertar
distintostipos de respuestas emocionales y en consecuencia distintos grados de interés.Pueden
determinar la conducta de la persona en ese momento, o simplemente estar influyendo en la
programación de la conducta a largo plazo.Pueden interesar simplemente porque permitan la
consecución de otros objetivos o porque son realmente la meta última que se pretende alcanzar.
102
alcance satisfacción y tomar las decisiones que convengan. También podemos situarnos en el
contexto académico y detectar las situaciones y actividades relacionadas que interesan al sujeto, así
como el grado en que influyen en sus esfuerzos por aprender.
Podría parecer que lo más sencillo es preguntarle al sujeto directamente por qué tipo de
estudios, profesiones o trabajos está interesado. Sin embargo, frecuentemente el sujeto que
responde, carece de información suficiente sobre las implicaciones de la profesión o profesiones que
dice preferir o que rechaza. Además existen concepciones estereotipadas sobre la naturaleza de
determinadas profesiones, que a menudo, no se ajustan a la realidad de las mismas, ya que se basan
sólo en algunas de las características que las definen, pero no en todas. Por todo ello, es necesario
desarrollar pruebas psicológicas, que permitan evaluar el grado de preferencia, no por una
profesión determinada, sino por áreas de actividades u ocupaciones, a partir de lo cual,
posteriormente, se pueda dar un consejo que le permita decidir la profesión que más responde. Con
este objetivo se han construido los inventarios que se describen a continuación.
Consta de 399 ítems que describen diferentes tipos de actividades, referidas tanto al ámbito
profesional como no profesional. También se incluyen referencias a tipos de objetos y personas, con
la finalidad de que exprese el grado en que le resultan agradables, utilizando un formato compuesto
por tres alternativas de respuesta (agrado, indiferencia o desagrado).
Las ocho secciones en las que se agrupan los reactivos, exploran ámbitos tan diferentes
como ocupaciones, diversiones, asignaturas, actividades o características de la gente. También se le
pide al sujeto que valore sus aptitudes y características personales. Finalmente se le pide que ordene
por orden de prioridad sus interese y las actividades que le resultan más agradables.
A la hora de interpretar las puntuaciones de los sujetos es necesario tener en cuenta que esta
prueba no fue desarrollada desde ningún tipo de marco teórico, sino que se basa en los resultados
obtenidos en estudios realizados acerca de su validez predictiva. En concreto, desde el punto de
103
vista de Strong, una vez que se consigue identificar el perfil de interés que caracteriza a los sujetos
que se siente satisfechos con la realización de una determinada, será posible utilizar los ítems a partir
de los cuales se construyo dicho perfil con la finalidad de orientar al sujeto acerca de cuál es la
profesión con la que se sentirán más satisfecho.
Evalúa los intereses por actividades diversas, que pueden agruparse en 10 categorías
ocupacionalesque comprenden un total de 168 ítems. Estas categorías se pueden consultar en la
Tabla8.
• Aire libre: Trabajos realizados al aire libre (como la cría de animales o el cultivo de plantas).
• Mecánico: Trabajos manuales utilizando máquinas y herramientas.
• Cálculo: Trabajos con números.
• Científico: Descubrimiento de nuevos hechos y resolución de problemas.
• Persuasivo: Reunión y trato con personas, negocios y ventas de productos.
• Artístico: Trabajos manuales plásticos, creativos, normalmente con materiales atractivos.
• Literario: Tareas que exigen lectura y escritura.
• Musical: Asistir a conciertos, tocar instrumentos musicales,...
• Asistencial: Actividades que implican ayudar a los demás.
• Administrativo: Tareas de oficina que requieren precisión y exactitud.
En cada uno de los ítems se presenta al sujeto tres actividades, debiendo señalar cuál
de las tres se ajusta más a sus preferencias, cuál es la menos preferida y dejar la tercera en blanco.
104
La puntuación directa corregida mediante plantilla, expresa el grado en que al sujeto le gusta
cada una de las actividades incluidas en las categorías. Después, estas puntuaciones pueden
transformarse en centiles y puntuaciones típicas mediante el baremo correspondiente. También tiene
una escala de verificación.
Con vistas al consejo de orientación, es necesario considerar las puntuaciones más altas y
referirlas a una lista de profesiones en las que desempeñaría tales actividades, y también las que ha
puntuado más bajo; para ello, el manual proporciona una lista de las profesiones a las que cabe
orientar al sujeto en función de la categoría o categorías en las que ha puntuado o alto o bajo.
Las cualidades psicométricas de esta prueba parecen ser satisfactorias. Sin embargo, no
representan necesariamente la realidad profesional, por lo que se vio la necesidad de contar con
criterios más objetivos de interpretación a la hora de la orientación profesional, razón por la que se
han establecido también criterios de interpretación basados en perfiles profesionales, similares a los
de la prueba de Strong, construidos empíricamente.
• No informan de la fuerza o intensidad de los intereses de un sujeto por una actividad, en comparación con
la intensidad del mismo interés en otros sujetos, por tanto el significado de los centiles es dudoso.
• Durante los últimos cursos de BUP, más que utilizarlos para ayudar al sujeto a elegir una determinada
meta vocacional, es conveniente utilizarlos para que conozca cuáles son sus motivaciones,
señalándole las áreas sobre las que se debería informar antes de tomar una decisión.
• Hay que tener en cuenta que los intereses, pueden evolucionar con las nuevas experiencias de la persona,
por lo que la orientación debe ser siempre en unos márgenes amplios.
• Es necesario aclarar al estudiante que no debe confundir interés con aptitud, puesto que el que tenga unas
puntuaciones altas en los intereses relativos a un grupo de ocupaciones, no quiere decir que tenga
aptitudes para ello, y al contrario, si hay interés y aptitudes y además se prepara convenientemente,
encontrará satisfacción en el desempeño de la profesión.
C. Otros procedimientos
105
aquella que le gusta más.
• El Temario Vocacional de García Yagüe. Esta prueba sólo es aplicable a sujetos con un nivel
de estudios superior o igual a BUP debido a que utiliza un lenguaje y un vocabulario
excesivamente abstracto.
Estas pruebas tienen la ventaja de utilizar un formato de respuesta que no les plantea
muchas dificultades a los sujetos, aunque adolecen de la limitación de ofrecer una información
demasiado pobre. Otros inconvenientes que presentan estas pruebas están vinculados al hecho de
que no se informa al sujeto sobre muchos de los conceptos o profesiones sobre los que se
preguntan, por lo que pueden responder siguiendo los estereotipos sociales, restando validez a la
información obtenida.
RESUMEN
• Entre las pruebas que utilizan criterios empíricos para su confección (comparar muestras de
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pacientes y no pacientes para analizar la calidad de los ítems) se encuentran el MMPI y del CPI.
• El MMPI también ha sido utilizado para evaluar los trastornos de personalidad y contempla 10
escalas básicas (hipocondría, depresión, historia de conversión, desviación psicopática,
masculinidad/feminidad, paranoia, psicastenia, esquizofrenia, hipomanía e introversión social). La
principal novedad que introdujo esta prueba fue el uso que se hacía de las escalas de sinceridad,
incoherencia y corrección, con la finalidad de controlar posibles sesgos o errores cometidos por el
sujeto. En este sentido, a diferencia del enfoque racional, en este caso los ítems son utilizados
como indicadores de constructos subyacentes y sus respuestas no se analizan directamente.
• El CPI, por su parte, fue desarrollado sin hacer referencia a ningún marco teórico, sino a partir de
la visión pragmática de Gough, en torno a los denominados conceptos populares. Consta de 18
escalas, que se pueden agrupar en cuatro categorías (ascendencia-asertividad, socialización-
madurez-responsabilidad, rendimiento-eficacia intelectual e interés-motivación), aunque su
estructura factorial ha sido duramente criticada por ser inconsistente.
• Las pruebas de personalidad desarrolladas desde criterios factoriales destacan por el hecho de que
normalmente poseen propiedades psicométricas adecuadas, las cuales se consiguen mediante el uso
del análisis factorial, aunque la invarianza de estas propiedades no se ha podido explicar dentro del
marco de alguna teoría psicológica. Con el 16PF es posible evaluar 16 rasgos de personalidad, que
se corresponden con las 16 escalas en las que se agrupan los 187 ítems de los que se compone la
prueba. Estos 16 factores, se agrupan en 4 factores de segundo orden que son los siguientes:
Ansiedad baja-alta, Introversión-Extraversión, Mucha-Poca Ansiedad Socializada y Pasividad-
Independencia. Al igual que el MMPI, también dispone de escalas para controlar las tendencias de
respuesta y el grado de sinceridad del sujeto.
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• A pesar de que el MMPI ha sido utilizado en la evaluación de los trastornos de personalidad, desde
la aparición del MCMI de Millon, se ha convertido en la prueba de elección. Esto se debe a que se
trata de una prueba que presenta múltiples puntos fuertes: permite llevar a cabo un diagnóstico de
las categorías clínicas incluidas en los ejes I y II del DSM-III, permitiendo distinguir las tipologías
de personalidad, sus expresiones patológicas, su gravedad y como algunos conjuntos sindrómicos
predisponen a determinados trastornos. A su vez, debido a que las tipologías vienen dadas a
partir de prototipos que pueden ser descritos a partir de 8 ámbitos estructurales y funcionales
de la personalidad, se facilita en gran manera el trabajo del clínico. Otra novedad que incluye el
MCMI es el uso de tasas de base en vez de puntuaciones típicas en los baremos, con la finalidad de
tener en cuenta las tasas de prevalencia de las distintas categorías clínicas.
• En la práctica clínica, en ocasiones es necesario recurrir a pruebas concretas para evaluar variables
específicas, que no tienen porqué estar asociadas a un trastorno particular. Entre las pruebas más
utilizadas se encuentran las siguientes: el Inventario de Depresión de Beck (BDI), el Inventario de
la Triada Cognitiva (CTI), la escala de Autoestima de Rosenberg, el Cuestionario de Pensamientos
Automáticos (ATQ), el Listado de Creencias Comunes (LCC), la escala de actitudes disfuncionales,
el Inventario de Ansiedad de Beck (BAI), el Inventario de Preocupación (PSWQ), la Escala de
Miedo a la Evaluación Negativa (FNE), la Escala de Evitación y Estrés Social (SAD), la Escala de
Fobia Social de Liebowitz, la Escala Breve de Fobia Social de Davidson y cols., la Escala de
Asertividad de Rathus (RAS) y el Inventario de Asertividad.
• En la evaluación de los interés de una persona, la meta es conocer cuáles son los objetivos que un
sujeto se marca cuando realiza una tarea, debido a que el nivel de satisfacción que obtenga en su
realización dependerá de ello. Esta información es útil a la hora de estudiar las necesidades
vocacionales y profesionales de una persona. Entre las pruebas que se han publicado están el
Inventario de Intereses de Strong (el cual permite construir un perfil de intereses que permite
predecir la probabilidad de éxito que tendrá la persona en un determinado puesto de trabajo), el
KUDER-C (permite evaluar 10 categorías profesionales como aire libre, cálculo o mecánico, entre
otras, permitiendo también confeccionar perfiles) y otra serie de pruebas como el IP de Thurstone
o el RMI de Rothwell-Miller.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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APÉNDICE A. Modelo general de entrevista inicial del CPA.
Entrevista Inicial
¿Qué le pasa?
¿Cuándo empezó?
¿Qué circunstancias relaciona con el inicio o qué hechos coincidieron con el inicio?
¿Cuándo ha empeorado?
Tratamientos previos: psicológicos, psiquiátricos o médicos. ¿Cómo han ido? ¿Por qué los dejó?
¿Padece alguna enfermedad que pueda tener relación con los síntomas?
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¿Llora? ¿Cuántas veces llora? ¿Durante cuánto tiempo?
¿En qué situaciones?
¿Tiene alguna idea de por qué le pasa esto? (hipótesis explicativa) ¿sabría explicar lo que le ocurre y
por qué mantiene el problema?
¿Qué expectativas tiene hacia el tratamiento? ¿Cómo cree que le puede ayudar un psicólogo?
Qué amigos tiene y qué actividades realiza con ellos y con qué frecuencia.
111
Centro de Psicología Nombre:
ALBORAN
C/ Pedro A. de Alarcón, 41
3ª G
Tlf. 958-265016
AUTORREGISTRO DE PENSAMIENTOS AUTOMÁTICOS
Situación Pensamientos Sentimientos y Conducta Consecuencias
Fecha y
[¿Dónde estoy? ¿Con emociones
hora [¿Qué me digo ante la [Actitud que tomo, ¿qué [de la conducta en el ambiente y
quién? ¿Qué ocurre? [¿Cómo me siento?]
situación, ¿qué pienso?] hago ante la situación?] en mi estado]
Etc.]
APÉNDICE B. Ejemplo de autorregistro utilizada en el CPA.
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